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La sociología es una ciencia joven. Tan rápido como uno lee quiénes son sus autores
considerados “clásicos”, se percata de que los más antiguos son de principios del siglo XIX.
Entre ellos pueden destacar Auguste Comte, Herbert Spencer, Karl Marx, Émile Durkheim o
Max Weber, entre otros. En este artículo, repaso muy brevemente lo que son algunas
clasificaciones de tipos de sociología que pueden encontrarse regularmente en este
ámbito. No obstante, debido a la temprana edad de la disciplina, si bien existen ciertos
consensos, en un gran abanico de ámbitos sigue habiendo desacuerdos, algunos incluso
vitales para la disciplina.
Estoy hablando de cuestiones como si las técnicas estadísticas pueden servirnos para
explicar satisfactoriamente o no fenómenos sociales; de si es “sensato” utilizar teorías de la conducta en lugar de teorías
“estructurales”; o de si la sociología puede o podrá ser considerada una ciencia como las demás, o por lo contrario está
destinada a estar relegada siempre a un segundo plano, sea por los motivos que fuere.
Si generalizamos a los ámbitos a los que estas preguntas pertenecen, veremos que su respuesta influenciará buena
parte de cómo hagamos investigación después: ¿qué técnicas y tipo de modelos debemos usar para explicar
propiamente? ¿Son los individuos importantes a la hora de constituir y explicar los fenómenos sociales, así como sus
distintos estados? Debido a la complejidad de estos fenómenos, ¿debemos relegarnos a no poseer la misma capacidad
explicativa que otras ciencias? Difícilmente la física o la biología se plantean, a estas alturas, cuestiones de este tipo, al
menos tal y como las he formulado. Estas discusiones constantes hacen que las clasificaciones que use aquí puedan
cambiar, o que, de hecho, estén ya cambiando.
Tres aproximaciones por las que ver la sociología
Voy a usar tres criterios distintos útiles para dar una “imagen” general de la disciplina desde distintos ángulos: la
sociología según la metodología que use; según el fenómeno social al que haga referencia; y según a la concepción
teórica que se tiene de “fenómeno social”.
Debido a motivos de espacio, no me centro en explicar en profundidad cada tipología en concreto. Para ello, al final del
artículo se proponen referencias que pueden permitir a quien le interese saber un poco más.
A la hora de investigar y de falsificar hipótesis, la sociología se ha apoyado generalmente en técnicas que pueden ser
clasificadas en cualitativas y cuantitativas.
Las técnicas cualitativas están diseñadas para estudiar todo aquello que
precise de datos que son muy difíciles de cuantificar y que como mínimo
sean epistemológicamente subjetivas. Estamos hablando de ideas,
percepciones, razones, y signos que posean significados. Muchas veces las
técnicas cualitativas son utilizadas para explorar temas de los que hay
pocos datos, para encarar bien futuras investigaciones con técnicas
cuantitativas.
De hecho, este tipo de técnicas suelen ir vinculadas a investigaciones que
están interesadas en estudiar la fenomenología de los sujetos respecto a
un hecho social. Por ejemplo, nos podemos preguntar cómo se vive y se entiende la identidad en un grupo social en
particular. La entrevista en profundidad, los grupos de discusión y la etnografía representan todas ellas técnicas que
normalmente se han vinculado a este campo. Otra técnica cualitativa usada mucho en historia es, por ejemplo, la
narrativa histórica.
Por lo general, la muestra de individuos de estas técnicas suele ser mucho menor que la de las técnicas cuantitativas,
pues siguen lógicas distintas. Por ejemplo, en el caso de las cualitativas, uno de los objetivos clave es llegar a una
saturación del discurso, un punto en que nuevas entrevistas no aporten datos más relevantes de los ya aportados hasta
el momento. En una técnica estadística, por su lado, el resultado de no llegar a cierto número de muestreo necesario
significa, casi, la inutilización de cualquier técnica estadística.
Por ámbito de estudio, los tipos de sociología pueden ser clasificados, sobre todo, por
los siguientes temas:
Uno de los campos en donde los sociólogos discrepan más vivamente entre sí es el que define e interpreta qué son y qué
causan los fenómenos sociales, así como cuáles son sus posibles efectos en las sociedades.
Simplificadamente, hoy por hoy podríamos encontrar tres posturas que sirven para delimitar tipos de sociología o
maneras de entender la sociología: el estructuralismo, el construccionismo y la sociología analítica.
3.1. Estructuralismo
3.2. Construccionismo
La visión construccionista es también de las más extendidas en la disciplina. Si bien pueden existir visiones
construccionistas en casi todos los ámbitos de la sociología, también se caracteriza por ser bastante “independiente”.
La visión construccionista viene influenciada en buena parte por los descubrimientos realizados por la antropología
cultural. Éstos mostraron que, si bien ciertas concepciones pueden prevaler en una sociedad, éstas no tienen por qué
hacerlo de la misma manera en otras sociedades. Por ejemplo, la
sociedad europea puede tener una cierta concepción de lo que es el
arte, de aquello que es bueno o malo, sobre cuál es el papel del
Estado, y etc., y que la sociedad de la India tenga otra
completamente distinta. ¿Cuál es la verdadera, pues? Ambas y
ninguna.
En este sentido, el construccionismo diría que muchas de las cosas
que parecen tan sólidas como la naturaleza en realidad dependen de
la aceptación humana. La posición más extrema de esta corriente, a
la que podríamos llamar constructivismo (Searle, J.: 1995), diría que
todo es una construcción social en tanto que es entendido y
conceptualizado por la palabra (que es, por supuesto, algo creado por y para los seres humanos). En ese sentido, cosas
como la ciencia, o las ideas de veracidad y certeza, también serían construcciones sociales, lo que implicaría que
dependen única y exclusivamente del ser humano.
Una nota es necesaria, aquí: cabe destacar que, pese a que las diferencias entre los distintos ámbitos son bastante claras
y evidentes, y pese a que generalmente los individuos dentro de cada grupo comparten ciertas premisas básicas, éstos
no son totalmente homogéneos dentro de ellos mismos.
Por ejemplo, en las posiciones estructuralistas hay claramente gente a favor de distintas concepciones del
construccionismo. En la posición analítica, por su parte, no todo el mundo comparte ciertas relaciones causales entre los
distintos niveles (el fenómeno social y el individual).