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pentecostalismo latinoamericano. 1
Jeiman David López Amaya2.
Introducción
Históricamente se había considerado América Latina como una región católica,
caracterizada por una religiosidad homogénea, sin embargo a pesar de más de 500 años
de cristianización católica, actualmente la región esta experimentando nuevas formas de
religiosidad cristiana en donde se exploran diversas alternativas de relacionarse con lo
divino. Síntoma de este cambio estructural en la religiosidad latinoamericana ha sido el
auge del pentecostalismo en el siglo XX hasta tal punto que ha llamado la atención de
diversos investigadores desde las diferentes disciplinas de conocimiento social.
Por lo anterior nos vemos en la necesidad de indagar sobre cuáles han sido las
interpretaciones y perspectivas que se han hecho del pentecostalismo con el fin de
hacernos una idea general sobre los estudios de pentecostalismos hechos en América
Latina.
En términos generales el pentecostalismo ha sido observado como un movimiento
religioso de tipo carismático que transita entre dos polos: uno de asimilación y otra de
resistencia a su contexto social. Es por esto que para algunos investigadores (científicos
sociales) recompone el sentido social de sus feligreses de una manera distinta a la
religiosidad tradicional en un contexto de transición en América Latina. Mientras que
para otros (teólogos-protestantes), el pentecostalismo es un movimiento cuya teología y
practica resiste el status quo del orden religioso y social en una región que
históricamente padece exclusión.
En este artículo, nos limitaremos realizar una revisión bibliográfica de manera
cualitativa, con el objeto de identificar algunas tendencias e hipótesis teóricas de trabajo
a nivel general sobre los estudios del pentecostalismo en América Latina. Para tal fin,
nos limitaremos al análisis de fuentes bibliográficas representativas de escuelas de
interpretación desde dos espacios sociales particulares: académico y eclesial
ejemplificados en la sociología y en la teología respectivamente. De esta forma,
destacamos dos momentos en el artículo. En un primer momento presentaremos un
balance bibliográfico de los estudios sobre pentecostalismo desde el campo de la
1
Artículo publicado en Clemencia Tejeiros (Editora). El Pentecostalismo en Colombia. Prácticas,
liderazgo y participación política. Bogotá: Colección CES, 2010, págs. 97-114.
2
Historiador, Candidato a Maestría en Historia, Universidad Nacional de Colombia.
2
Hacia los años sesenta y setenta, en el campo de las ciencias sociales predomino el
paradigma de la secularización. Esta pretendía explicar la pérdida de importancia de la
religión en la modernidad y el declive de prácticas, creencias e instituciones religiosas.
Sin embargo lo que encontramos desde finales del siglo XX y principios del XXI es un
auge de lo religioso, aunque con una dinámica diferente. En este contexto el
pentecostalismo es estudiado por diversos investigadores como un fenómeno social que
crece desde los años sesenta hasta transformar en los años ochenta en adelante el mapa
religioso de la región.
Los primeros intentos por explicar el movimiento pentecostal en América Latina a
través de las ciencias sociales lo podemos remontar alrededor de los años sesenta,
momento en el cual la región esta convulsionada por resolver las paradojas de la
cuestión social, asunto que es evidente tanto en el campo social, con los surgimientos
de movimientos guerrilleros inspirados por la revolución cubana, la militancia de
partidos socialistas y movimientos obreros entre otros, así como también en el campo
religioso con las reinterpretaciones del Concilio Vaticano II en América Latina y las
reivindicaciones de la teología de la liberación a favor de los pobres. En esta
preocupación por explicar las realidades materiales de los clases populares, aparecen
dos trabajos importantes: Emile Willems y su obra en inglés Followers of the new
faith. Change cultural and the rise of the protestantism in Brasil and Chile (Seguidores
de la nueva fe. Cambio cultural y raíces del protestantismo en Brasil y Chile) publicada
en 1967. Cristian Lalive d´Epipany y su texto El refugio de las masas: estudio
sociológico del protestantismo chileno publicado en 1968.
Desde la óptica de Willems, se observa al pentecostalismo como un sector disidente
del protestantismo histórico, que logra instalarse en los sectores de las clases populares
que emergen en un contexto de cambio cultural logrando interpretar y reproducir sus
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imaginarios religiosos. Estos sectores populares que se instalan en los márgenes de las
ciudades industrializadas son migrantes del campo que al llegar a la ciudad (nuevo
espacio social) entran en un proceso de adaptación y búsqueda de nuevos sentidos. En
este contexto, el pentecostalismo logra otorgar una nueva identidad que ofrece cierta
seguridad emocional y hasta material, al mismo tiempo que logra reproducir cierta
religiosidad popular caracterizada por la creencia en milagros, reconocimiento del
carisma en el líder religioso y la aceptación de experiencias místicas. De esta manera,
para Willems, el pentecostalismo se instala en el “cambio cultural” ya que logra trazar
un puente para las clases populares en su proceso de transición de una sociedad rural a
una urbana e industrial.
Con relación a los estudios de D´epinay, el pentecostalismo asociado a las clases
populares ofrece un refugio (vía de escape) que les permite vivir la nueva realidad
social. Aunque para el autor el pentecostalismo incluye elementos de “protesta” no
logra ser revolucionario. Su mensaje apocalíptico exige un abandono del “mundo” y una
expectación del “Reino de Dios”. Dicho abandono, implicaría una indiferencia por las
realidades sociales (miseria-pobreza) y políticas (corrupción) que rodean a dichas masas
creando una realidad virtual (la comunidad sagrada), de ahí que no haya un interés por
transformar su entorno socio-político aun cuando tales estructuras implique su
exclusión. Por otro lado, para D´epinay, el pentecostalismo reproduce el sistema
tradicional de la hacienda, donde el individuo una vez decide libremente pertenecer a la
comunidad pentecostal, la comunidad decide también por su vida privada. En esta, las
relaciones sociales de los participantes son de dependencia, la relación feligrés – pastor
reproduce la relación cliente-patrón en el sistema tradicional hacendario.
En términos generales, los estudios pioneros de los años sesenta, observan que el
pentecostalismo funciona como una salida o una manera de responder a las crisis
colectivas y personales causadas por la transición de una cultura rural a una cultura
urbana, industrial y democrática. Estas re significaciones le permiten entrar de manera
positiva a la modernización de los países de América Latina.
Por otro lado en los años ochenta, cuando el crecimiento pentecostal evidencia una
transformación del campo religioso, aparece el trabajo del sociólogo Francisco
Cartaxo Rolim con su trabajo titulado Penteostais no Brasil, una interpretacao socio-
religiosa (Pentecostales en Brasil, una interpretación socio-religiosa) publicada en
1985. En este trabajo, Rolim sigue de cerca sigue el marco interpretativo del cambio
cultural de Willems, sin embargo hace dos críticas al respecto. La primera es que los
4
3
Miguez Bonino. Rostros del protestantismo latinoamericano. USA: Nueva Creación, 1995, pag.115.
5
pentecostalismo viene a ofrecer en estas nuevas masas sociales un sentido de vida que
les permite reacomodarse a sus nuevas realidades.
No obstante, desde la perspectiva de Bastian el pentecostalismo es una expresión de la
mutación religiosa, es decir, del cambio social que experimenta lo religioso no
solamente Latinoamérica sino en todo el mundo. Por otro lado, para el autor el cambio
religioso en América Latina tiene un paralelo con el cambio económico, al respecto
observa lo siguiente: Al crecimiento de la economía informal parece corresponder un
crecimiento de las relaciones informales. Este otro sendero religioso es también como
para lo económico, un medio de sobrevivencia, esta vez simbólica. Pero lejos de ser
marginal condiciona el devenir de un campo religioso que pasa de una economía
religiosa de monopolio a otra economía religiosa de competencia.4 Del mismo modo,
el pentecostalismo se observa como una especie de religiosidad popular basado en un
liderazgo carismático, que crece dentro de una lógica de mercado del consumo
religioso. Hasta mediados del siglo XX en Latinoamérica el monopolio religioso estaba
en manos del cristianismo católico, no obstante en la segunda mitad del siglo XX, en
Latinoamérica se transita, por lo menos en el orden jurídico, hacia la libertad religiosa
vulnerando de esta forma dicho monopolio y abriendo el campo religiosos hacia una
diversidad de ofertas de expresiones religiosas que entran en la competencia de la
economía libre del mercado religioso.
4
Jean Pierre Bastian, La Mutación religiosa en América Latina. (México: Ed. FCE, 1997), pag. 12.
5
Ver las tipologías de formas de dominación en Max Weber, Economía y Sociedad. México: FCE,
1944, Vol. II.
6
Las teorías de Bastian, han tenido eco entre recientes investigadores del
pentecostalismo en Colombia. En este punto, es importante señalar el trabajo del
sociólogo colombiano William Mauricio Beltrán quien profundiza en el análisis del
pentecostalismo como una oferta religiosa. Beltrán, sigue el modelo interpretativo de
Bastian de “lógicas de mercado religioso” y lo aplica para entender el pentecostalismo
colombiano. Para el autor, el pentecostalismo representa no solo una opción religiosa
frente al catolicismo tradicional o el protestantismo burocrático, sino también una nueva
forma de organización social y económica que está influyendo en las estructuras
políticas y sociales de la nación.
Un trabajo de William Mauricio Beltrán titulado Pentecostales y neopentecostales
publicado en Bogotá en el año 2006, centra su atención en interpretar las dinámicas
internas (marketing) del pentecostalismo dentro del marco de las lógicas de mercado en
un paradigma occidental de pluralismo religioso. Dentro de este contexto, cada
organización cristiana se preocupa por satisfacer las expectativas y necesidades de sus
fieles, quienes, si no se sienten satisfechos pueden optar por otra oferta religiosa o
simplemente desistir de su empeño de pertenecer a una organización religiosa. Otra
tesis importante que defiende el autor es el de autonomía relativa del campo
secundario, la cual significa que la variación y afirmación de cada pentecostalismo se
debe a las dinámicas internas de competencia al interior del mismo, desde este punto de
vista el autor afirma lo siguiente: Gran parte de las características que exhiben los
pentecostalismos latinoamericanos han surgido por la necesidad de competir y
distinguirse entre si y no necesariamente por su rivalidad con la iglesia católica en
tanto gente dominante.6
Según lo anterior, la afirmación de cada pentecostalismo dentro del concepto de
autonomía relativa del campo secundario, busca afirmar la legitimación de los bienes de
salvación de cada movimiento o en otras palabras, la validación de su oferta religiosa.
Siguiendo esta perspectiva, el autor afirma: Los diferentes movimientos religiosos
luchan entre sí por determinar cual postura teológica representa la interpretación
6
William Mauricio Beltrán. Pentecostal ismos y neopentecostalismo. (Bogotá: Universidad Nacional de
Colombia, Facultad de Ciencias Humanas), pág. 18.
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Pese a lo anterior, los estudios sobre pentecostalismo hechos desde las ciencias
sociales no se agotan en la perspectiva social. Existen estudios que intentan explorar
otras perspectivas como la semántica, la cual ven en el pentecostalismo no solamente
una dinámica social sino una dinámica de significados y representaciones del mundo.
Entre estos estudios podemos destacar las teorías sociológicas de la religión de Paúl
Ricoeur y Pierre Bourdieu las cuales son retomadas por algunos investigadores para
explicar el caso del pentecostalismo latinoamericano. Entre estos vale la pena señalar
los trabajos de Néstor García Canclini en su obra las culturas populares en el
capitalismo publicado en 1983. Al respecto Míguez Bonino comenta: Por una parte
si es cierto que los sentidos que construye un sector social tratan de armonizar su
visión de la realidad con las condiciones objetivas en las que vive también lo es que no
se trata de visiones congeladas sino de procesos dinámicos en los que cada sector
lucha por imponer una perspectiva del mundo que no solo tiene que ser con su
situación estructural sino con sus tradiciones en este caso sus tradiciones religiosas y
con otros elementos: lo que le hombre imagina mas allá de sus condiciones materiales.8
Por otro lado, siguiendo otra perspectiva social del pentecostalismo, vale la pena señalar
el trabajo de Ana Mercedes Pereira Souza socióloga e investigadora del CINEP
(Centro Da<Xe Investigación Nacional de Estudios Populares). Dicha autora, hace un
estudio de caso para la ciudad de Bogotá (Colombia). Souza, plantea en su obra El
pentecostalismo: nuevas formas de organización religiosa en los sectores populares,
una simultaneidad entre un proceso de pluralidad dentro del campo religioso y el
campo político en Colombia a partir de los años sesenta. Pereira Souza para explicar
esta simultaneidad, asume la mirada histórica de algunos historiadores quienes afirman
que el ethos cultural de los colombianos se estructuró históricamente en la articulación
de los ejes de religión y política. Desde esta perspectiva, analiza que las instituciones
que cumplieron las funciones sociales en la construcción de identidades individuales y
7
Ibíd.
8
Ibíd.
8
colectivas entraron en crisis y es por esto que surgen nuevos actores sociales con
proyectos modernizantes como el pentecostalismo9.
Finalmente, señalaremos el trabajo de compilación de Ana María Bidegaim
“Historia del cristianismo en Colombia” cuya aparición tiene lugar recientemente en el
año 2004. Este trabajo tiene un carácter más histórico que sociológico, en el aparece una
serie de artículos fruto en su mayor parte de las investigaciones hechas por
historiadores. En esta obra se tiene en cuenta por primera vez la diversidad religiosa en
Colombia, sin embargo para los apartes sobre el pentecostalismo se aborda la
concepción sociologista del pentecostalismo reseñado en los trabajos anteriores de
William Mauricio Beltrán. Para la historiadora Ana María Bidegaim, las
transformaciones del campo religioso obedecen a transformaciones históricas, lo cual
implica que cuando un sistema religioso deja de responder con sus significaciones a su
realidad concreta, se exige un proceso de recomposición para mantener su vigencia:
La incidencia de las transformaciones históricas en la transformación de los sistemas
religiosos es posible, sobre todo en el nivel de representaciones y expresiones religiosas
cuando estas no se corresponden con esas transformaciones. Es decir, las expresiones y
representaciones que surgieron como significantes en un cierto tipo de realidad
sociocultural ya no lo son y exigen una tarea de la organización religiosa de producir
nuevos sentidos.10
Desde esta óptica, se procede a interpretar el pentecostalismo como una
transformación del sistema religioso al interior del cristianismo para poder reproducir
nuevos significados que respondan a las nuevas realidades históricas.
En términos generales, es importante resaltar que estos trabajos elaborados desde
las ciencias sociales sitúan el Pentecostalismo en la transición de América Latina de una
sociedad tradicional a una moderna, es decir de una sociedad mayoritariamente agraria a
una sociedad parcialmente industrializada, de una rural a una urbana. No obstante, estos
estudios tienen dos limitaciones. En primer lugar, la explicación que hacen del
pentecostalismo es una visión desde afuera, es decir quienes hacen la investigación no
son participantes del movimiento lo cual hace que su visión, en aras de pretender la
objetividad científica, sea poco atractiva y suficiente para las comunidades
9
Ana Mercedes Souza, El pentecostalismo: nuevas formas de organización religiosa en los sectores
populares .Origen, evolución y funciones en la sociedad colombiana. 1960-1995 en Revista Critica,
No.12, 1996, págs. 43-68.
10
Ana María Bidegaim (Comp.). Historia del Cristianismo en Colombia, Corrientes y diversidad.
(Bogotá:
Ed. Taurus, 2004), pag.17.
9
pentecostales. En segundo lugar, podemos afirmar que dicha mirada intenta explicar el
pentecostalismo aplicando modelos y categorías sociológicas con una visión
“economizante” , es decir, que privilegian las relaciones económicas en el campo
religioso como una forma de comprender el fenómeno religioso, lo cual puede explicar
en parte la realidad social, sin embargo dejan de lado la dimensión teológica y de
creencias la cual es fundamental para explicar las dinámicas de las estructuras de
significados y representaciones del movimiento.
11
Donald Dayton. Raíces Teológicas del pentecostalismo. (USA: Ed. Libros Desafíos, 2008), pág. 6
11
12
Ver la página oficial en www.relep.org
13
Daniel Chiquete y Luis Orellana (Comp.). Voces del pentecostalismo latinoamericano. Chile: Ed.
RELEP, 2003.
12
este ensayo son: principio protestante ideado por el teólogo Paúl Tillich. Así como
también el concepto de la pentecostalidad derivado del anterior y aplicado por
Bernardo Campos al pentecostalismo.
El concepto de Principio protestante retomado por Sepúlveda tiene que ver con
las protestas divinas y humanas contra cualquier exigencia absoluta referente a una
realidad relativa (como puede ser lo divino). Dicho en otras palabras, rechazo de
cualquier absolutización de las mediaciones institucionales y políticas de la fe cristiana,
así como también rechazo a cualquier absolutización del sistema político mediante la
legitimación teológica. Para Sepúlveda, la pentecostalidad es una experiencia universal
modelada a partir de la experiencia Pentecostal de la iglesia primitiva descrita en el libro
de los Hechos en el texto bíblico. Así mismo, el autor trata de resolver el interrogante de
¿Cuál es el carácter de la protesta que se expresa concretamente en los orígenes
históricos del pentecostalismo moderno? Al respecto afirma la siguiente hipótesis: El
principio pentecostal representa la protesta o rechazo contra toda absolutización de
cualquier mediación cultural del evangelio de Jesucristo. El principio pentecostal se
desarrollo históricamente a partir de la protesta - generalmente inconsciente – contra
la cautividad occidental, tanto católica como protestante del evangelio caracterizada
por una concepción logo céntrica y racionalista de la fe cristiana. Pero el principio
pentecostal también se opone a una eventual absolutización de mediaciones culturales
del propio pentecostalismo.14 Hay que tener en cuenta que esta hipótesis es desarrollada
a partir de los orígenes históricos del pentecostalismo chileno y no tanto de la historia
clásica del pentecostalismo norteamericano. Los orígenes del pentecostalismo chileno se
remontan a la separación que hubo entre la iglesia metodista episcopal (de origen
foráneo) y la iglesia metodista pentecostal (de afirmación nacional) en 1910. Para el
autor este cisma fue producto de tendencias conscientes hacia la indigenización
(inculturación) por parte de la iglesia metodista pentecostal. Lo cual puede traducirse en
un intento de liberación del mensaje evangélico de la mediación cultural anglosajona.
Un ejemplo de esto es la reapropiación que se hace de la creencia del “poder del
Espíritu Santo” en el pentecostalismo chileno. Un comentario que hace Miguez Bonino
sobre el trabajo de Sepúlveda afirma lo siguiente: La afirmación del poder del Espíritu
Santo no responde en le pentecostalismo chileno, a diferencia del norteamericano, a
una doctrina y una codificación sino a un reconocimiento de la obra del Espíritu Santo
14
Juan Sepúlveda. “El principio Pentecostal. Reflexiones partir de los orígenes del pentecostalismo
chileno” en Voces del Pentecostalismo. (Santiago de Chile: RELEP, 2003), pag.14.
13
15
Bonino, op. cit.; pago. 67.
16
Douglas Petersen. No con ejército, ni con fuerza. (USA: Vida, 1996), pag. 16.
14
17
Ibid, pág. 21.
15
Conclusiones
En términos generales los escritos que se han hecho sobre pentecostalismo encuentran
diferentes limitaciones sobre todo en el intento de categorizar o conceptualizar el
pentecostalismo, esto se debe a la gran diversidad de las expresiones pentecostales. No
obstante al hacer un balance bibliográfico podemos notar dos tendencias en los estudios
pentecostales.
torno a los estudios del pentecostalismo, esto hace que dicho trabajo sea solamente una
aproximación que puede orientar el debate académico sobre dicho movimiento desde la
teología y las ciencias sociales.
Bibliografía compendiada.
Bastian, Jean Pierre.1997, La mutación religiosa de América Latina, México: Ed. FCE,
Orellana, Luis. 2006, El fuego y la Nieve, historia del movimiento pentecostal en Chile
1909-1932, Chile: CEEP.
Willems, Emile. 1967, Followers of the New Faith.Culture Change and the Rise of
Protestantism in Brazil an Chile, Nashville: Vanderbilt University Press.
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