LA EDUCACIÓN AMBIENTAL, UN COMPROMISO DE LA

SOCIEDAD Y SU GOBIERNO PARA IMPULSAR EL DESARROLLO

SUSTENTABLE

Saúl Hernán Aguilar Orozco

Resumen:

La educación ambiental debe suscribirse dentro del concepto de

desarrollo sustentable, que involucra no sólo el crecimiento

económico que tradicionalmente se ha interpretado como

desarrollo por sí mismo, sino la trama armónica de lo ambiental,

lo social y lo económico.

Esto obliga a la necesidad de provocar un cambio de actitud de la

sociedad hacia esquemas en donde la preservación de los

elementos que nos proporcionan bienestar sigan estando

presentes, sin menoscabo de que las generaciones futuras los

hereden para el suyo propio.

El Gobierno Estatal debe asumir esta concepción de desarrollo

por principio y promover a través de la educación formal, no

formal e informal, el cambio en conductas que a final de cuentas

reconocemos como aprendizaje.

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 LA EDUCACIÓN AMBIENTAL, UN COMPROMISO DE LA

SOCIEDAD Y SU GOBIERNO PARA IMPULSAR EL DESARROLLO

SUSTENTABLE

Por: Saúl Hernán Aguilar Orozco

Dirección de Investigación Científica

Universidad Autónoma de Nayarit

Una de las funciones más importantes de un gobierno estatal es

el logro del desarrollo de la entidad a través del fomento de las

actividades que la sociedad realiza.

Sin embargo, ese desarrollo sólo es válido si se traduce en el

bienestar de la comunidad, traducido en un desarrollo armónico

entre lo social, lo económico y lo ambiental.

Estos son precisamente los pilares del llamado desarrollo

sustentable, donde no se concibe que de manera

desproporcionada se consiga sólo la mejoría en uno de ellos, las

más de las veces a costa de los otros dos.

El puro crecimiento económico, puede y ha logrado sumir en la

mayor de las miserias a los grupos sociales, lo que conlleva

pérdida de oportunidades de educación, salud, empleo,

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alimentación, etc., como ha conseguido degradar el

medioambiente con la pérdida de diversidad biológica,

desertificación, erosión, contaminación y otras calamidades más.

Desarrollar únicamente lo social, puede y ha logrado estancar o

hundir económicamente a una región y la experiencia ha probado

que el ambiente resulta también perjudicado.

Proteger los recursos naturales, sin otra intención que no se

agoten, pero que nadie los aproveche, llevaría, si se diera, a la

improductividad económica y la insatisfacción de necesidades de

las colectividades.

Así pues, el desarrollo que un gobierno como expresión del

mandato social promueva, debe inscribirse dentro la

sustentabilidad, cuya meta es que las futuras generaciones

tengan asegurada la disponibilidad de los recursos que las

actuales poseen.

¿Cómo se relaciona este paradigma con la educación ambiental?

Es evidente en la historia moderna que uno de los tres pilares que

se mencionaron, el ambiente, ha sido el que más ha padecido las

concepciones de desarrollo de la humanidad en sus diferentes

culturas —al menos del occidente no indígenas.

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Las inequidades en el desarrollo económico que ahora dividen al

planeta en países pobres —sin recursos monetarios, pero con

recursos naturales— y países ricos —con dinero pero casi por

regla sin recursos naturales—, o dicho de otra forma, los pobres

del sur y los ricos del norte, ponen en evidencia quiénes han sido

los que para crecer han sacrificado la riqueza ambiental, por lo

general en poder de los otros.

La globalización económica y cultural, si bien promete beneficios

igualmente inicuos, se presenta como una amenaza al privilegiar

e imponer un modo de desarrollo que continúa apoyándose en la

explotación ambiental y social que cancela las visiones locales y

difumina la riqueza de la pluralidad cultural.

La educación, es decir, la transmisión y apropiación del

conocimiento, que mucho tiene de reproductora de los sistemas

sociales, ha estado marcada con el sello de que el desarrollo se

debe lograr dominando la naturaleza, transformando sus

elementos en productos del comercio que se conviertan en

riqueza monetaria.

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Sin embargo, al paso del tiempo nos hemos dado cuenta que ni

con todo el dinero del mundo recuperamos el daño que nosotros

mismos nos hemos provocado al destruir el ambiente.

Y no es sino hasta épocas recientes que confluyen dos corrientes

antagónicas: el conservacionismo y el economicismo. Ambas

proclamando ideas diferentes de cómo aprovechar o explotar, la

única fuente proveedora de todos los satisfactores de las

necesidades humanas: la naturaleza.

El cambio de perspectiva o de visión de la sociedad para la

integración de este concepto de desarrollo, sólo se puede lograr

por la vía de la educación en cualquiera de sus formas:

escolarizada o formal, no formal e informal.

Ello implica la estructuración de un programa integral de

educación ambiental en el que se involucre: 1) a todos los niveles

educativos, implementando, además de cursos obligatorios con

la temática específica, el cambio de visión en materias de

cualquiera de las disciplinas que se impartan; incluso en los

niveles técnico y profesional, generar o readecuar los contenidos

programáticos de las carreras para que correspondan a esta

concepción y, 2) a todos los sectores sociales, de manera amplia

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y focalizada, para informarlos, sensibilizarlos y contribuir al

cambio de mentalidad —disposición de desechos, procesos

industriales cero emisiones, conservación de la biodiversidad,

entre otros muchos temas más.

Así pues, se propone:

1. Que el Gobierno Estatal adopte como suyo el compromiso de

que el desarrollo que se promueva sea el sustentable

2. Que se constituya una entidad dependiente del Gobierno

Estatal y Municipales, con participación multiinstitucional e

interdisciplinaria, responsable de los asuntos ambientales,

más allá de la mera normatividad, entre cuyas

responsabilidades estaría la educación ambiental y con ella, la

de organizar la tarea de revisar los contenidos temáticos de

las asignaturas para adecuar sus enfoques; de proponer

nuevas materias; sugerir opciones de preparación profesional

en la temática; gestar campañas informativas a nivel general y

por grupos focalizados, entre otras más

3. Que el Gobierno Estatal mismo, coordinado con los Gobiernos

municipales, tomen medidas y readecuen sus servicios en ese
sentido.