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Hacer visible lo invisible – Apuntes para una Historia del Mundo

Entrerriano (Cap.II)
“Si por otra parte tenemos presente cuál ha sido la
orientación que se ha venido siguiendo en nuestra
historiografía americana, en un todo alejada de un
concepto sociológico de la Historia, descubriremos
la razón de porqué resulta imposible un trabajo
definitivo sobre hechos y personajes históricos que
han sido deformados…”
FERMÍN CHÁVEZ
“Vida y Muerte de López Jordán”

“En la narrativa del capitalismo, la comunidad es relegada a la prehistoria


del capital, un estadio natural, prepolítico y primordial en la evolución social,
que debe ser superado para dar paso a la libertad y el progreso...”
PARTHA CHATERJEE
La nación en tiempo heterogéneo

LAS LUCHAS POR LA SOBERANÍA, LA


INDEPENDENCIA Y EL FEDERALISMO

“…Los charrúas no aceptaban caudillos o jefes nacionales


sólo los nombraban en caso de guerra y por excepción…”
Carlos María Aranguren
“Hombres del Paraná”

El contradictorio movimiento político criollo contra el absolutismo monárquico español en


Mayo de 1810 dio la oportunidad al pueblo entrerriano de afirmar sus derechos políticos
avasallados por el coloniaje. Se van a unir en la lucha esos vecinos inseguros –criollos e
inmigrantes con algún interés económico y con deseos de afirmar su autoridad local- que
tienen miedo a perder sus propiedades a manos de algún funcionario o de algún amigo del
poder colonial de Santa Fe o de BsAs con los sectores populares reagrupados siempre
movilizados para defender el mayor grado de autonomía política y social posible,
autonomía social generada en nuestra tierra a espaldas de la política colonial.

“...De estos indios abnegados -charrúas y minuanes- en la defensa del


suelo de su patria nativa heredó el pueblo entrerriano sus más altas
virtudes cívicas, y la fe con que en todos los instantes de su vida ha
luchado por el triunfo de la libertad...”
Cesar Blas Perez Colman, “Historia de Entre Ríos” (1936)
Tomo I, p,143

Carlos María Aranguren resume, en su trabajo “Hombres del Paraná”, esa autonomía
social nativa-gaucha-multicultural que se desarrolló en Entre Ríos en la época colonial.
“Muchos peones venidos a Entre Ríos –desde Santa Fe- a trabajar en vaquerías de
ganados cimarrones o en tropeadas, se aficionaban a la vida libre e independiente de
estos indios y se quedaban a vivir entre ellos, ingresando a la tribu amancebados con
algunas de sus indias. Otras veces hacían rancho aparte, pero siempre aprendiendo de
estos maestros el arte de vivir libres, sin depender de nadie, a la buena de Dios”. Estos
hombres, amplía más adelante Aranguren para mostrarnos a su manera la relación
histórica entre el mundo popular entrerriano y la política urbana imperial e inquisitorial,
“escapados de la ciudad, escondidos en sus guaridas en los montes o en los pajales de las
islas del Delta, ariscos a toda autoridad, vivían sin ley. Para ellos si estaba bien aplicado
aquello de sin ley, sin Rey y sin Dios”.

“…Los charrúas rebeldes del Paraná –que “cometían


saqueos” de acuerdo a las crónicas españolas- y los
charrúas del Arroyo Feliciano, cuyo cacique era
Campusano. Estos dos últimos grupos estaban
claramente enfrentados a los españoles y representaban
el núcleo principal de la resistencia charrúa en
Entre Ríos durante la primera mitad del Siglo XVIII…”
DANILO ANTON
“Pueblo Jaguar. Lucha y sobrevivencia de los
charrúas a través del tiempo”

“El escritor Pedro Magalhaes Gandaro, citado por Fernado Assuncao -y retomado aquí
por Aranguren-, dice “que la lengua tupí-guaraní carece de tres letras: la F, la L y la R, lo
que causa espanto, porque así no tienen Fe, ni Ley ni Rey, y viven sin justicia,
desordenadamente” (1). Es muy interesante, y es fundamental hacer hoy una relectura a
contrapelo de estos documentos históricos, una lectura –un estudio crítico de la
subalternidad- que supere la mirada eurocéntrica, hipócrita y discriminadora y que evite
a la par caer en simplismos, mistificaciones, romanticismos y demagogias. Porque está
muy claro que, primero, por algo tantos se iban a vivir a aquellos campos libres y difíciles,
segundo, que no hay una sola fe, y tercero, que está claro también que en las ciudades
coloniales no había mucha justicia justa con su rey, su virrey, sus gobernadores, sus
alcaldes, sus funcionarios burócratas y sus curas inquisidores. En realidad, el buen vivir
sigue siendo materia política y cultural pendiente en las ciudades donde la colonialidad
del poder ha sido y es muy variada y múltiple.

CATALANES, VASCOS Y ENTRERRIANOS, AYER Y HOY

Al espíritu de autonomía de las tolderías y fogones nativos-gauchos-multiculturales se


les suma, desde 1810, el afán criollo de autogobierno y también, como explica Cesar Blas
Perez Colman, el sentimiento autonomista de catalanes y vascos que formaban parte
importante de ese mundo entrerriano en formación.

Señala el gran historiador entrerriano que, “la mayor afluencia de pobladores –venidos
de Europa, aclaramos- llegó a Entre Ríos a fines del SXVIII y comienzos del XIX,
procedentes en su casi totalidad de las provincias vascas y catalanas. La radicación en un
medio social que a pesar de su proximidad a BsAs permanecía aislado y casi exento de
toda acción inmediata delos gobernantes, permitió al poblador la conservación de sus
costumbres y sobre todo, del particularismo acendrado que es atributo y patrimonio
peculiares a esas regiones…” (2)

La presencia catalana en Paraná ha sido muy importante. Repasando la vida de Evaristo


Carriego y citando las memorias de éste, Isidoro J. Ruiz Moreno nos recuerda en sus
“Estudios y Documentos de Historia Entrerriana” que a principios del Siglo XIX, “Paraná
tendría entonces de 5 a 6.000 habitantes. El principal núcleo de la población –
blanca/europea aclaramos hoy- estaba compuesto de españoles; la mayor parte eran
catalanes. Los que no habían traído un oficio, habían traído un espíritu animoso para el
trabajo. Entre ellos pueden figurar como los primeros, D.Esteban Baster, D.Valentín
Rams, D.Mateo Carbó, D.Mariano Rams, D.Esteban Comaleras, D.Francisco Cordoneda,
D.Felipe Baucis y su hermano D.Joaquín, D.Ramón Puig, D.Bonosio Rubert, D.Gregorio
José de la Puente, D.Antonio Parera, D.José Belbey, D.Domingo Clariá, D.José Llorens,
D.Francisco Puyadas” (3).

El trabajo de I.J.R.Moreno,
editado por Birkat

A diferencia de Entre Ríos, que debe revisar su historia, su presente y su futuro, el


pueblo catalán movilizado viene planteando con toda la fuerza la defensa de su soberanía
particular a comienzos de nuestro Siglo XXI. A las multitudinarias movilizaciones por la
independencia en la “Diada”, la Fiesta Nacional de Catalunya los 11 de Setiembre, se le ha
agregado el cambio político generado por el frente “Barcelona en Común” al triunfar en
las últimas elecciones municipales y llevar a la alcaldía, a la intendencia de la capital
catalana, a la militante de la PAH, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca-Stop
Desahucios (Parar los remates de las viviendas), Ada Colau. Iniciando su militancia en la
lucha contra la criminal especulación financiera e inmobiliaria, atentatoria contra los
derechos humanos fundamentales de las personas, Colau conduce hoy una gestión
municipal que se pone de ejemplo para otras grandes ciudades del mundo y plantea
públicamente, “Soy partidaria de una república catalana confederada con la república
española” (4).
Por su parte, otras organizaciones militantes catalanas de orientación libertaria, como
Proces Embat (http://embat.info/), plantean hoy construir un pueblo fuerte y una
soberanía popular total, más allá del derecho de autodeterminación nacional catalana, que
por supuesto reivindican pero como parte de una lucha democrática más amplia. Está
claro que la independencia nacional sin justicia social y soberanía popular es lo mismo que
nada. (Cfr. “Sobirania. Més enllà de dret a l’autodeterminació” , en
http://embat.info/sobirania-mes-enlla-de-dret-a-lautodeterminacio/ ). El federalismo
-es decir, el derecho de autodeterminación de los pueblos- está siendo discutido, más
que nunca, frente a la crisis capitalista global multidimensional. Y el debate se da
políticamente por izquierda y por derecha: los pueblos y la clase trabajadora reaccionan
como pueden, y en todo el mundo, frente al ajuste permanente y a las estrategias de
gobernabilidad del capital imperial y sus juntas de gobierno.

La presencia de catalanes forjando el mundo entrerriano continuó con algunos otros


hechos extraordinarios. Jorge Riani nos recuerda que un anciano catalán recibió y
hospedó al joven naturalista Charles Darwin, que a sus 24 años pasó por Paraná en 1833.
Dos maestros catalanes, Puyalt y Montalbet, se radican en la ciudad entrerriana de La
Paz en 1898 y ponen en marcha la Escuela Dignidad, siguiendo el ideal pedagógico
libertario y racionalista de Ferrer y Guardia (5).

Los entrerrianos podríamos volver a aprender con nuestros hermanos catalanes a


movilizarnos soberana y federalmente en serio como pueblo trabajador que busca una
vida mejor, y para ello, el estudio profundo, crítico y concientizador de nuestra historia
profunda será mejor que los relatos históricos simpáticos, anecdóticos, folklóricos,
vacíos, insípidos y/o cínicos y descomprometidos.

EL CABILDO ANTERIOR, EL FRENTE SOBERANISTA MULTICULTURAL Y LOS


TUPAMAROS INSOLENTES

Los criollos del Cabildo del Arroyo de la China –Concepción del Uruguay- habían realizado
un reclamo en forma de “súplica” y sin ninguna suerte al propio rey de España, Carlos IV,
en 1805, tal como lo documenta el Prof. Oscar Urquiza Almandoz (6). Querían seguridad,
querían respeto a sus propiedades, querían tranquilidad económica, política,
administrativa y legal, frente a los abusos de terratenientes y especuladores, que, como
hemos dicho más arriba, operaban vinculados al poder virreinal. El fracaso de la obra
política colonizadora de Tomás de Rocamora –bloqueado por la interna política y
burocrática virreinal- iniciada tardíamente hacia 1782 es la que va a generar esa
inseguridad política y económica criolla que después, en gran parte, se va a mover a favor
de la retroversión de la soberanía a manos del pueblo, y no solo eso, sino que paso a paso
va a superar las especulaciones políticas –las máscaras de Mayo (7)- del propio
movimiento generado en Mayo en BsAs.

“…Pa’ mí que los chapetones


ya nos cuentan redotaos
y es que no han cáido en que somos
pocos, pero bien montaos...
Cielito de los tupamaros

La decisión criolla se suma, a su manera, a la resistencia popular que viene desde hace
dos siglos enfrentando a la política imperial. Charrúas-minuanes dispersos después de la
represión en La Matanza en 1751, indios tapes movilizados después de las Guerras
Guaraníticas, gauchaje rural y mestizaje en formación, y negros siempre dispuestos a
buscar la libertad, todos constituyendo en forma compleja un mundo popular
multicultural de resistencia clandestina la mayor de las veces. Ya el cura colonial Quiroga
y Taboada se exaltaba contra los rebeldes “tupamaros” en Entre Ríos como nos cuenta
Facundo Arce:

“Con motivo del sumario instruído al Alcalde Don Francisco Méndez, de Gualeguay, el
“primer cristiano” que se radicó en la zona, uno de los principales enemigos –el cura
Presbítero Quiroga y Taboada- mientras Rocamora instruía el aludido sumario (1782),
escribió al Virrey, tratando a Méndez de “incendiario de casas y profanador de iglesias”.
Pero aquí no paró en su ataque el citado presbítero, sino que acusó a Ramón Tavanera de
revoltoso pues “que en una petaca que tenía en su domicilio fueron encontradas unas
décimas a Tupac Amarú”. Esto, de haber sido cierto, prueba que la revolución del famoso
indio había interesado incluso a seres de la tierra entrerriana” (8).

Bandera Contemporánea del


MLN Tupamaros de la R.O.del Uruguay

LA REVOLUCIÓN DEL PUEBLO, MÁS ALLÁ DE LOS CARETAS DE UN CABILDO Y


DE UNA TERTULIA

No fue Belgrano –como dicen algunos que no se cansan de hacer una historia folklórica,
simpática, anecdótica y fácilmente “patriótica”, vertical, estatal y siempre
conservadora- en sus tertulias con grandes hacendados como Gregoria Perez de Denis o
Francisco Candiotti el que derrotó a los españoles en Entre Ríos. No fueron las damitas
ricas porteñas ni los negritos sólo vendiendo comida los que hicieron la “revolución”, como
algún@s muestran irresponsablemente en los actos “patrios”. Fueron Bartolomé Zapata y
sus gauchos, fueron –como recuerda Facundo Arce- “Juan Suárez, Juan José Román,
Gregorio Samaniego, Joaquín Vilches, José Francisco Taborda, José Gregorio Cardozo,
Mariano Aulestía, Pascual Bergara, Francisco de la Torre y Vera, Francisco Ramírez
(primero chasqui-correo), Ricardo López Jordán (padre), José Ignacio Vera, Pablo José
de Ezeiza, Felipe Rivarola, José Nicolás Barrenechea, Juan Ventura Zapata y los
modestos paisanos, entre los cuales los documentos han salvado estos nombres: Pedro
Celis, Pedro Pablo Rojas, el Negro Juan, el Rubio Chileno, Rafael Pay, un tal Pata
Bola, Juan Pedro Gutiérrez, Pedro el Cordobés y Juan Pedro (9).

La Sección Historia de la
Enciclopedia de Entre Ríos,
dirigida por Facundo Arce

Fue la joven adolescente María Boché –y esto tenemos que enseñar en nuestras
escuelas-, citada por Beatriz Bosch, que a los dieciséis años sufrió cárcel por su adhesión
a los patriotas (10), fue el pueblo movilizado y en armas el que afirmó su soberanía
política y económica. Fue el pueblo decidido a todo y rompiendo los marcos ideológicos y
políticos hegemónicos del momento el que hizo historia.

El Comandante Taborda y el Teniente Payaví: la

verdadera revolución de Mayo


Un episodio extraordinario de la lucha política y social desatada después de 1810 puede
verse en la ciudad entrerriana de Gualeguay a mediados de 1810. Venían dándose, desde
hace un tiempo, diferencias políticas y de poder entre el alcalde realista, Gómez de Celis
y el Comandante Taborda, jefe de una partida de indios misioneros, algunos venidos del
Paraguay y otro, incluso del Brasil. El mundo entrerriano ha sido grande.

Empiezan a darse distintas interpretaciones sobre la soberanía política desde que llegó
la comunicación de la constitución de la Junta de Gobierno de Mayo de 1810. El rey de
España estaba prisionero de los franceses. Los miembros de la Junta toman el poder
pero jurando fidelidad a ese rey prisionero sin poder. Pasan los días y los sectores más
leales a la corona recelan de la política de la Junta de BsAs y de los movimientos criollos
y populares en Entre Ríos. El alcalde realista de Gualeguay, Gómez de Celis toma
contacto con su par de Gualeguaychú, García Petisco y con el gobierno regional colonial
atrincherado en Montevideo, la capital de la por ese tiempo Provincia Oriental. Recelan
del movimiento juntista. El Comandante de Entre Ríos de ese tiempo, Josef de Urquiza –
padre de Justo José- es uno de esos funcionarios conservadores.

La partida -el grupo- del Capitán Taborda tomaba decisiones propias, más allá de las
órdenes de la autoridad local. Los conflictos se fueron agravando. Humberto Vico nos
cuenta en su “Historia de Gualeguay”, que al atardecer del 15 de agosto (de 1810) se
organizó una patrulla de rutina -de ese grupo de milicianos de Taborda-. El Teniente
Payaví recibió la orden del Capitán Taborda, pero la concepción de orden y justicia de
Taborda iba más allá del marco ideológico colonial, ya que exigía “traerme a la cárcel,
bien asegurados todos los vagos y mal entretenidos que usted y sus oficiales conozcan,
así naturales como españoles (¡!), porque así conviene al gobierno de América” (11).

El bello trabajo de Alejandro Alvarez en la


portada del libro de Gonzalo Abella,
"Artigas, el resplandor desconocido"
Hubo algunas peleas y escaramuzas, y en el sumario posterior del caso, el Alcalde
manifestó que la “Compañía de Naturales” no hacía otra cosa que “apresar españoles” (¡!),
y el Alférez García denunció los “excesos que cometían los naturales con el ganado” y
otros daños a la propiedad privada. Al respecto, el Teniente Payaví declaró que no se
trataba de un saqueo, sino que habían obedecido órdenes del Capitán y que “sólo mataron
tres reses, y después otras tres más, de la viuda Rafaela, de Antonio Fernández, de
Juan Castares, de Domingo García, de la viuda de Mayo y otra del Capitán Taborda”, y
que las carneadas eran para la alimentación de los soldados de la Compañía.

Esa Compañía estaba integrada por el Capitán Pedro Miño, el Teniente Isidoro Payaví
-natural de Asunción del Paraguay-, el Sargento Primero Juan Ignacio Nuñez -también de
Asunción-, el Sargento Segundo José Ramón Bucaré -nacido en el pueblo misionero de
Itatí- y el cabo José Ignacio Texo -de Santa Ana-. Y algunos de los nativos subalternos
que completaban la partida fueron Pedro Pablo Tacuaré -de La Cruz-, José Máximo
Gaona -de San Cosme-, el indio Bonifacio de Yapeyú, Isidro Rafael Paraguá -de Santa
María-, Pedro Celestino Lumey -de Corpus-, Ignacio Gómez -de San Ignacio-, Diego Cabo
Loreto -peón de Don Juan de la Cruz Moreno-, Senón Bayán -de San Ignacio, peón por
día de Don Florencio Méndez-, Pedro Pablo López -del pueblo brasileño de San Pablo- y el
indio José Manuel Antúnez (12).

PODER POPULAR Y ACCIÓN DIRECTA PARA AFIRMAR LA SOBERANÍA: ARTIGAS


TRAS LOS PASOS DEL RUBIO CHILENO EN EL SUR ENTRERRIANO

“…Los pretextos se suceden a los pretextos, según las


circunstancias y los tiempos: pero BsAs no sale de su
25 de mayo, es decir de la idea de un gobierno de BsAs
elegido por la sola BsAs para gobernar toda la nación
y en el interés exclusivo de BsAs…”
JUAN BAUTISTA ALBERDI
“Verdadero sentido práctico y positivo
de la revolución de mayo”, en
“Grandes y Pequeños Hombres del Plata”

Los zapatistas entrerrianos saquean para la causa la estancia del alcalde colonial de
Gualeguaychú, García Petisco –la Estancia San Antonio- : la construcción de poder
popular para el cambio estructural en serio y para la liberación no puede seguir la lógica
sumisa y rutinaria que exige el poder normalizador todos los días. Y los códigos de ética
revolucionaria están documentados: Laureano Velázquez, natural de Paraná, capataz de la
Estancia San Antonio declaró después que le había manifestado uno de los integrantes
del grupo de Zapata, el Rubio Chileno, “que no se asustara al ver robar a su patrón pues
lo que hacía era por mandato del general de la Junta de BsAs (Martín Rodríguez), y que
no sólo había de hacer esto en aquella estancia, sino en varias estancias que se sujetaban
al gobierno de Montevideo”. Al mayordomo Bruno Soto, le devolvieron unas prendas que
habían sacado cuando supieron que eran de él (13).

Hasta allí envió el poder colonial español atrincherado en Montevideo al Cuerpo de


Blandengues –soldados encargados de las fronteras- de José Artigas. Allí empiezan a
desertar los blandengues y al poco tiempo deserta el propio Artigas y se suma en forma
decisiva al movimiento político por la soberanía para transformarlo en serio en una lucha
revolucionaria. La historia de los próceres y políticos iluminados debe dar paso a la
historia de las luchas populares. Artigas siguió, a su manera, los pasos del Rubio Chileno y
de los paisanos entrerrianos zapatistas.

“Participo a usted como ha llegado a mi casa el capitán


José Artigas y don Mariano Ortiguera, acompañado del
cura de la colonia don José María de la Peña y un soldado
prófugo de la colonia perteneciente a tropas de Montevideo,
de lo que doy a usted parte para su inteligencia cuyo sujeto
se dirige hoy 26 a esa solicitando pasar por BsAs para ponerse
a las órdenes de la Junta”
Comunicación del Alcalde de Hermandad de Nogoyá,
Mariano Aulestía, al gobernador de Sta Fe, 26/2/1811, en
José Luis Busaniche, “Historia Argentina”
La solidaridad de los pueblos orientales –orientales del Uruguay y orientales del Paraná-
y litoraleños en lucha se hizo cada vez más fuerte con la figura de José Artigas ahora en
el bando criollo-popular. Nuestro Río Uruguay volvió a ser, como dijo Aníbal Sampayo, “un
tiento de plata cosiendo dos lonjas de un mismo cuero” de la resistencia popular contra
el colonialismo como lo era un tiempo antes cuando se gestaron las confederaciones de
pueblos nativos en lucha. Ahora, esos nativos sobrevivientes –charrúas, guaraníes- serán
combatientes de la política artiguista.

La solidaridad federal sudamericana en los combates se extendió por casi todo el siglo
XIX. Hay triunfos y derrotas federales, no hay triunfos o derrotas de tal o cual pueblo.
En el triunfo criollo y popular de Las Piedras –en la Banda Oriental- contra el ejército
español participaron milicianos entrerrianos. Ese 18 de Mayo de 1811 intervinieron
brillantemente las Milicias Patrióticas de Paraná. “Formaron en la reserva e iban bajo el
mando del capitán de caballería Rafael Ortiguera (14).”

Los negros de la Patria, los negros de la revolución:

Un Batallón de Pardos y Morenos envió el gobierno de BsAs para ayudar a los


entrerrianos en la lucha contra los españoles en Febrero de 1811, y no pudieron cruzar el
río Paraná ante la presencia de la escuadra española. Bartolomé Zapata y sus gauchos
tuvieron que resolverse solos. Después si, 441 soldados del Regimiento 6to de Pardos y
Morenos, venidos de Paraná, formaron parte del Ejército de Belgrano que, vuelto
derrotado de Paraguay, pasó por Entre Ríos hacia la Banda Oriental en marzo de 1811.
Las tropas de Pardos y Morenos se apoderaron de Mercedes y Soriano (15). Otro
Batallón de Pardos y Morenos fue la ayuda que el gobierno de BsAs envió para Artigas en
el Ayuí, cuando se produjo el éxodo oriental a Entre Ríos (16).
Los negros no deben vender comida en nuestros actos patrios. Deben estar movilizados
con las armas, haciendo la revolución. No traicionemos más nuestra historia.

COMBATES ENTRE RÍOS: MEJOR QUE “300”, MEJOR QUE “PIRATAS DEL
CARIBE”

El pueblo entrerriano junto al pueblo oriental siguió resistiendo y combatiendo al poder


español. No fueron los triunviratos porteños, ni la Asamblea del Año XIII ni los
directorios centralistas los que derrotaron las avanzadas imperiales por nuestros ríos.
Entre 1811 y 1813 se sucedieron en nuestra región extraordinarios hechos históricos de
dignidad soberana y de coraje. Los entrerrianos realizaron abordajes a las naves
españolas que amenazaban con invadir nuestro territorio. Hubo abordajes en el Arroyo
Bellaco –Zona de Gualeguaychú-, en Paranacito, en Concepción del Uruguay y en las
costas de la actual capital Paraná. Leoncio Gianello cita aquel abordaje de película que
veinticinco panzaverdes de su tiempo, capitaneados por Gregorio Samaniego y José
Santos Lima, hicieron a las naves españolas el 14 de enero de 1813 en el Arroyo Bellaco,
cuando los peninsulares habían fondeado esperando el momento oportuno para el
desembarco.

Dice Gianello: “inmediatamente los entrerrianos se lanzaron al abordaje intrépidamente.


El primer buque que cayó en poder de los patriotas fue tomado por los soldados Antonio
Gorosito, Matías Guzmán y Anselmo Ayala, el ayudante Pablo José de Lima y el cabo José
Domingo Montañés, quienes se habían echado a nado para abordarlo sujetando entre los
dientes el sable con el que en breves instantes sembraron la muerte a su alrededor y
rindieron al enemigo… (17)”
REDOTA ARTIGUISTA Y REAGRUPAMIENTO PARA CONCRETAR LA REVOLUCIÓN

“...Es que Artigas persigue

unión y libertad y democracia,

él encarna el espíritu de Mayo,

su fé no se quebranta...”

DELIO PANIZZA

“Artigas”

Toda esa resistencia popular entrerriana y litoraleña va a tomar forma política como
artiguismo a partir del éxodo oriental al Ayuí –que será esa gran toldería política
autónoma e impulsora de la solidaridad federal revolucionaria- en 1811-1812. La traición
del gobierno de BsAs a orientales y entrerrianos pactando un “armisticio” con los
españoles de Montevideo en 1811 y entregando el dominio político de ambas Bandas del
Uruguay a los peninsulares genera la “redota” de Artigas y miles de orientales a nuestra
tierra. El éxodo oriental a Entre Ríos –el Pirí del Salto Chico (el toldo para los charrúas,
el junco para los guaraníes en el mismo sentido), el hogar sin fonteras de la lucha
federal- es decisivo desde un punto de vista histórico: define que la “revolución de mayo”
será una revolución de los pueblos y no de los políticos burgueses y especuladores de
BsAs y sus aliados, y define también en ese proceso que va de 1811 a 1820 que la
revolución emancipadora tendrá que ser republicana, federal y popular, para que la
libertad sea una realidad y no un discurso hipócrita.
“…La entonación entrerriana del criollismo, afín
la oriental, reúne lo decorativo y lo despiadado
igual que los tigres. Es batalladora, su símbolo es
la lanza montonera de las patriadas. Es dulce: una
dulzura bochornosa y mortal, una dulzura sin pudor…”
JORGE LUIS BORGES
“Evaristo Carriego”

Para los burgueses ricos de BsAs, “independencia” sólo significa llegar al poder político
local-regional y superar el absolutismo monárquico español. Otro monarca europeo,
incluso otro monarca español en BsAs, como parte de un nuevo régimen conservador-
liberal podía ser tranquilamente una política de “independencia” de las clases dominantes
rioplatenses: está hartamente documentada esta estrategia-especulación política. Los
próceres consagrados por la historiografía oficial participaron activamente de esta
especulación y de este juego político: Belgrano y San Martín siempre fueron monárquicos
y atacaron, en mayor o menor grado, el proyecto republicano, federal y popular que
conducía Jose Artigas. Belgrano, el más furioso monárquico y antifederalista,
interrumpió incluso la correspondencia entre Artigas y San Martín (18). El Prof. Juan
Antonio Vilar lo definió contundentemente: “tan injusto y equivocado estaba Belgrano,
enceguecido contra los federales. Era un gran hombre, patriota, honesto y sacrificado,
pero compartía con los porteños su ruin política. Estaba a su servicio (19).”

San Martín intentó mediar entre el gobierno directorial porteño y la Liga Federal, pero
cuando tuvo que dar su opinión política, expresó que prefería a la monarquía portuguesa
del Brasil como vecina y no al artiguismo. Artigas desconfiaba de San Martín, le escribió
reclamándole respetuosamente que se definiera políticamente, y en nota a Francisco
Ramírez -en un contexto apremiante y complicado para la lucha federal el 4 de
Diciembre de 1819-, el Protector le señala a Ramírez que “ud no debe descuidarse del
Ejército de San Martín” (20), ya que sabían que el gobierno de BsAs había ordenado al
triunfador de San Lorenzo a reprimir a los federales. San Martín por suerte no
obedeció, pero la información no llegaba tan rápido como en nuestros días, y menos si
había políticos y militares de mala fe, torpes y ruines que la interrumpían. BsAs,
derrotada en Cepeda por los federales, jugó la carta de meter a Ramírez principalmente,
y a López en un nuevo acuerdo de clases rioplatenses para terminar con los “bandidos”
del artiguismo.

INFECTADOS: LOS ENTRERRIANOS ARTIGUISTAS Y LOS EXTRAÑOS


PRÓCERES PARECIDOS A POLÍTICOS-TRANSA

Ya el porteño Sarratea había querido frenar y limar políticamente en el momento del


Exodo, sin suerte. Ya Belgrano, a la vuelta de sus patéticas gestiones monárquicas en
Europa, había planteado dejar a los portugueses que avancen sobre nuestra Provincia
Oriental y liquiden la “infección” artiguista. En reunión secreta del (no tan) patriótico
Congreso de Tucumán, Belgrano llegó a decir en la sesión del 6 de Julio de 1816 que la
movilización militar luistana “no tenía miras ofensivas contra nosotros, y sólo "precaver
la infección (del artiguismo) en el territorio del Brasil"; que el carácter del príncipe don
Juan era pacífico y "enemigo de conquistas", y estas provincias no debían temer
movimiento de aquellas fuerzas... (21)”.
En la redota –ese momento constitutivo del proyecto federal-, los entrerrianos se
hicieron artiguistas (22). Y en ese proceso la lucha por la libertad real va a ser una lucha
contra españoles, contra portugueses y contra el poder neocolonial porteño al mismo
tiempo. La Batalla del Espinillo –el 22 de Febrero de 1814- va a ser la expresión política
más clara y categórica de esa defensa entrerriana, oriental y litoraleña de nuestra
soberanía particular y de nuestro proyecto confederal definido en las Instrucciones del
XIII, la primer propuesta pública declaración de independencia (23).

Los debates, las luchas y las contradicciones políticas y de clases atravesaban a toda la
sociedad, a los sectores populares, incluyendo –como nos indica Pablo Camogli- a la propia
cultura guaraní. A mediados de 1813, el guaraní federal, Domingo Manduré, derrota en
Mandisoví al cacique guaraní centralista, Pablo Areguatí (24).
UNA LÍNEA POLÍTICA ROJA QUE NOS INTERPELA

La Liga Federal de los Pueblos Libres tuvo su bandera desde Marzo de 1815. Su diagonal
roja interpelante honra a tod@s es@s milician@s de nuestros pueblos que dieron todo
para defender nuestra tierra. Tierra, Soberanía, Justicia, Solidaridad Federal: hay una
línea roja que marca el límite siempre entre el compromiso real de lucha por nuestros
derechos históricos contra la hipocresía, la demagogia, el folklorismo y la chantada.
Artigas mismo expresó su mensaje político y ese mensaje quedó clavado delante nuestro.
Desde Paraná, le escribió el 9 de Abril de 1815 al gobernador de Corrientes que, “…la
pureza de mi conducta debe ser la norma de los demás subalternos. De lo contrario, ellos
serán responsables de sus defectos y yo no podré mirar con indiferencia su castigo. Al
tenor de las cabezas se mueven los miembros del cuerpo político, y según sus virtudes
son las trascendencias a la sociedad.

No hay que invertir el orden de la justicia. Mirar por los infelices y no desamparlos sin
más delito que su miseria. Es preciso borrar esos excesos del despotismo. Todo hombre
es igual en presencia de la ley. Sus virtudes o delitos los hacen amigables u odiosos.
Olvidemos esa maldita costumbre de que los engrandecimientos nacen de la cuna;
córtese toda relación, si ella es perjudicial a los intereses comunes –la libertad concreta
de vientres, tan actual como dice Tirso Fiorotto-. La patria exige éstos y mayores
sacrificios, y ya no es tiempo de condescendencias perjudiciales (25)”.

El mismo Fiorotto nos resumió magistralmente en su trabajo “Banda Roja a Dos Bandas”
el sentido profundo de nuestra bandera federal. Dice el periodista y ensayista nacido en
Larroque que “...la bandera argentina es argentina, la uruguaya, uruguaya. La bandera
oriental es sudamericana, no reconoce fronteras, y por esas rarezas del destino (y no
tanto), lleva el color del ceibo…

...Federación, en una Sudamérica unida, es confederación. Ahí está el camino. La banda


roja nos dice a todos mucho más de lo que queremos ver. ¿Qué nos dice? Nos dice
independencia, soberanía, porque esta franja expresa el espíritu de los primeros que,
tras Mayo de 1810, se negaron a obedecer a los reyes europeos; los que exigieron (sin
éxito) la declaración de la independencia ya en 1813. (Y eso no distingue entre uruguayos
y entrerrianos). Esa banda roja nos dice también república. Eso significa que si la
enarbolamos de corazón es porque no aceptamos que nos ensucien el derecho a una
justicia que no se incline ante el poder partidista o económico...(26)”.

SUBALTERNOS O BANDIDOS: CIVILIZACIÓN O BARBARIE. LA (E)VOLUCIÓN


FEDERAL

“…Sí, Ramírez…hum…No.
Artigas…¿Conoce la ley agraria de Artigas?
Artigas…Artigas, Bolívar y Martí, esos son
los hombres de ésta América!
JUAN L.ORTÍZ
“Una cultura que en vez de liberar, reprime”,
Entrevista de Ricardo Zelarayán, en
“Una poesía del futuro. Conversaciones
con Juan L. Ortíz”

El proyecto federal artiguista, movido por las circunstancias, estaba llegando bastante
lejos a principios de 1820. Un indio guaraní como Andresito Guazurarí era Comandante de
las Misiones y de Corrientes, el Pardo Encarnación Benítez le exigía a Artigas –y
avanzaba con las expropiaciones medio sin pedir permiso- repartir las tierras entre los
sectores populares, y el jefe federal –ante las traiciones, agachadas y especulaciones de
los burgueses de toda la región- iba cediendo cada vez más. La invasión portuguesa a la
Provincia Oriental desde 1816, el ataque lusitano a Concepción del Uruguay en 1818, y las
refriegas a ambos lados de todo el Uruguay habían cambiado el panorama para algunos y
las clases propietarias empiezan a romper el frente de clases con los sectores populares
radicalizados. El artiguismo será derrotado tal vez porque su radicalización
revolucionaria llegó a último momento. ¿Había forma de darse cuenta en ese escenario
político y social regional tan complejo?. Su drama ha sido el drama de muchos
movimientos populares en Nuestra América-Abya Yala, y en todo el mundo.

De todas maneras, a ese movimiento de masas le debe la Argentina su independencia


política de España y su carácter –todavía formal y declarativa- de república federal.
Como dijo Arturo Sampay, “la guerra de independencia que siguió a la revolución de Mayo
obligó a entregar armas a los sectores bajos de la sociedad, los cuales, a medida que
dicha guerra iba concluyendo, irrumpían tumultuosamente en la política. Además, los
intentos de establecer un orden jurídico adecuado para promover el desarrollo
capitalista moderno, que era el plan de los revolucionarios de Mayo, fracasaron por su
absoluta inadecuación con la realidad del país. Así, el proyecto de instaurar un régimen
centralista, aristocrático y corporativo mediante la Constitución de 1819, fue aventado
por la victoria de las masas populares del Litoral, en la batalla de Cepeda el 1ro de
Febrero de 1820 y con ésta decisión por las armas se fijó el destino democrático de la
Argentina (27)”.

Para varios, que los sectores humildes fueran soldaditos obedientes del poder dominante
y cumplan órdenes estaba bien, pero que tuvieran derechos en serio ya era mucho. Si
como subalterno te definías como revolucionario, pasabas a ser un bandido, un
delincuente, parte de la “anarquía” –Bakunin y Angel Borda estarían igualmente
agradecidos por el concepto- o serías la “barbarie”.

Para clásicos de nuestras letras como Martiniano Leguizamón, por ejemplo y


extrañamente, esas montoneras revolucionarias –en la que el autor descarta
discriminatoriamente a los milicianos nativos o peor, los pone ideológicamente en la
vereda de enfrente como “barbarie”- peleaban por algo que no entendían sus “cerebros
ineducados”. Dijo Leguizamón en su obra “Montaraz”, que “fueron los hombres de los
campos, los gauchos montaraces, el factor principal de la nueva patria que nacía entre
estridores de batalla; paladines caballerescos y aventureros de un derecho que no
comprendían quizás en su amplia significación de cerebros ineducados, pero que sentían
firmemente arraigados en sus corazones porque les venía como una emanación del medio
ambiente… (28)”.

Ramírez tal vez habrá pensado lo mismo cuando firmó el infame Tratado del Pilar con
BsAs, abandonando la Liga Federal. Hasta que permitió que Alvear y Carrera se metieran
en su campamento, tuvimos al mejor Ramírez –el Ramírez comandante artiguista-.
Después se sumó –comida su oreja por su ambición y su ideología profunda- al golpe
político preventivo de la clase dominante del Litoral contra el artiguismo, como dice
nuestro compañero Pablo Velázquez, militante social de Villaguay.

Igualmente, la mayoría de los entrerrianos y de los sectores populares litoraleños siguió


estando con Artigas, y eso está documentado también, a pesar de los panchoramiristas,
grandes malabaristas eternos de ciertos circos de pretensión historiográfica y
folklórica. Lo confirma Oscar R.Tavani Perez Colman cuando nos explica, entre líneas, que
“…no deja de ser llamativo que Francisco Ramírez no consiguiera formar los cuerpos de
infantería con gente de su provincia… Rotas las relaciones con Artigas muy pronto se
convenció el jefe entrerriano de que las fuerzas aborígenes que actuaban a sus órdenes
simpatizaban con su adversario por cuya causa y en previsión de cualquier desagradable
sorpresa antes de la Batalla de las Tunas dispuso que las tropas guaraníes pasaran a
Santa Fe, alejándolas del sitio de los sucesos… (Además), Lucio Mansilla relató en sus
memorias que después de “Las Guachas”, Artigas hizo un alto con el objeto de citar a las
milicias entrerrianas de toda la costa del Uruguay hasta de la ciudad de Gualeguay (29)”.

Pero el acuerdo de Ramírez con porteños y portugueses fue más fuerte y el artiguismo
fue derotado. El federalismo “evolucionó” de un proyecto revolucionario a un envase
políticamente correcto pero vacío, más allá de que las clases dominantes de la región
siguieron disputando internas políticas para dirimir quién y cómo administraba el poder.
Ramírez no fue muy lejos: sus nuevos aliados lo ningunearon y lo enfrentaron ni bien
quedó Artigas fuera de la cancha. Igualmente la República mesopotámica de Entre Ríos
comandada por el “Supremo” y sus lugartenientes dio algunas definiciones como política
de clase. Nos dice Isidoro J.Ruiz Moreno, por ejemplo y hablando de la vida de Evaristo
Carriego, uno de esos jefes del ramirismo que, “Evaristo Carriego describe la vida de la
servidumbre de su casa, compuesta por esclavos negros e indias traídas por su padre de
Misiones, al cabo de sus campañas con el General Ramírez (30)”. Una lástima, porque
algunas propuestas del Reglamento de la República Entrerriana hubieran podido tener un
contenido realmente emancipador con otra política económica y social.

Estanislao López, por su parte y es sabido, nunca estuvo muy jugado con el proyecto
federal revolucionario. Él también va a sumarse, después de algunos revolcones, a la Liga
Federal, pero su federalismo también va a ser un federalismo de elites, de jefes,
propietarios y de subalternos que tienen que obedecer. El naturalista Charles Darwin, de
paso por nuestra región como comentamos más arriba, nos mostró la “evolución” –quién
mejor que Darwin para hablar de esto- de esa política federal, cuando nos contó el gusto
del Brigadier por la caza mayor. Dice Darwin: “...Santa Fe es una pequeña ciudad,
tranquila, limpia y donde reina buen orden. El gobernador López, soldado raso en tiempo
de la revolución, lleva diez y siete años en el poder. Esa estabilidad proviene de sus
costumbres despóticas, pues hasta ahora parece adaptarse mejor a estos países la
tiranía que el republicanismo. El gobernador López tiene una ocupación favorita: cazar
indios. Hace algún tiempo mató a 48 y vendió sus hijos como esclavos, a razón de 20
pesos por cabeza... (31)”.

El Tratado del Pilar no se cumplió –para colmo de males de los justificadores de cualquier
cosa sin estudiar ni pensar-. No construyó nada, pero fue artillería política pesada de
clase para destruir. Fue la artillería de la Batalla de Las Tunas, cerca de Paraná, que
significó el fin del anhelo artiguista. Como lo resume perfectamente el Prof. Pablo Stein,
“…en definitiva, el Tratado del Pilar lejos de ser el inicio del sistema federal, se
convirtió en el fin de la Liga de los Pueblos Libres y en el fin del proyecto de integración
democrática y confederal de las provincias e inició un proceso de refeudalización general
que llevó a la concentración de millones de hectáreas en pocas manos, la explotación de
las masas campesinas, el asesinato de las etnias de los pueblos originarios para robar sus
tierras y la creación de un país agrícola-ganadero, totalmente dependiente del Imperio
Británico (32)”.
Para Cesar Blas Perez Colman, Ramírez “vió que Artigas tenía razón” cuando no encontró
la salida en el callejón político que se había metido. ¿Qué habrá pensado Ramírez?. En
cualquier caso, y como reafirmó el mismo C.B.Perez Colman hace tanto, “hay que volver a
la fórmula de Artigas” (33) : el proyecto de un confederación sudamericana, democrática
y popular.

El Confederalismo Democrático del SXXI,


la propuesta del líder kurdo, Abdullah Ocalan

Las luchas populares continuaron y continúan, con caudillos y jefes, y más allá de ellos
también. Hubo un Urquiza, pero también hubo un Tomás Cóceres, un Coronel Berón, una
Sublevación en Basualdo y en Toledo, un Pardo Ambrosio Luna y un López Jordán. Hubo
un Racedo, pero también un Alejo Peyret y un Juan José Durandó. Hubo un Etchevehere,
pero también un Bernardino Horne y unos Hermanos Kennedy. Hubo tierras blancas y
empresas dueñas de pueblos, y también colonias que dieron oportunidades a los
perseguidos de la “civilización” de Thiers, el Zar Nicolás, Mussolini y Hitler. Hubo un
Uranga y hubo un Juan L. Ortíz. Hubo un Sueño Entrerriano pero también hubo y hay un
Grito Blanco en Gualeguaychú, una UADER movilizada y un pueblo que se mueve paso a
paso cuando la alarma política, educativa, económica y ambiental entra en alerta roja. El
desafío será no cometer los mismos errores del pasado.
Prof. Mauricio Castaldo
mauriciocastaldo@gmail.com
María Grande, E.Ríos, 6/11/2016
Bibliografía y Notas:
1. Carlos María Aranguren, “Hombres del Paraná. Historia de la Organización de la
Provincia de Entre Ríos”, Santa Fe, Lux, 2005, p.13 y 35.-
2. Cesar Blas Perez Colman, “Entre Ríos 1810-1821”, en “Historia de la Nación
Argentina” (Tomo IX, dirigida por Ricardo Levene), BsAs, El Ateneo, 1946, p.214.-
3. Isidoro J. Ruiz Moreno, “Estudios y Documentos de Historia Entrerriana”, Tomo
II, Colón, Eríos, Birkat Elohym, 2010, p.216 y 217.-
4. “Soy partidaria de una república catalana confederada con la república española” ,
entrevista a Ada Colau, 5/9/2016, en http://gaceta.es/noticias/partidaria-
republica-catalana-confederada-republica-espanola-05092016-1310
5. Jorge Riani, “Entre Ríos Secreta”, Paraná, La Hendija, 2014, p.58 y p.234.
6. Oscar F. Urquiza Almandoz, “Historia Económica y Social de Entre Ríos (1600-
1854)”, BsAs, Banco Unido del Litoral, 1978, pp. 490-493.-
7. Véase nuestro trabajo, “Las Máscaras de Mayo y la Revolución de los Pueblos ”, por
ejemplo en https://agmermariagrande.blogspot.com.ar/2010/03/las-mascaras-de-
mayo-y-la-revolucion-de.html
8. Facundo Arce, “Enciclopedia de Entre Ríos”, Tomo II, Paraná, Arozena Editores,
1978, p.63.-
9. Facundo Arce, ob.cit, p.68.-
10. Beatriz Bosch, “Historia de Entre Ríos”, BsAs, Plus Ultra, 1978, p.35 y p.53.-
11. Humberto Vico, “Historia de Gualeguay”, Santa Fe, Ediciones Colmegna, 1972, pp.68-78.
Agracedemos a nuestro compañero Tirso Fiorotto por el aporte del libro de H.Vico, que más allá de
su eurocentrismo para analizar a nuestros pueblos originarios, nos aporta estos otros hechos y
documentos extraordinarios de la lucha popular en la criolla que cobran más valor al ser releídos en
clave subalterna y dialéctica.
12. Humberto Vico, ob.cit, p.68-78.-
13. Humberto Vico, ob.cit, p.78.-
14. Eduardo Acevedo, “Historia de Artigas”, citado por Carlos María Aranguren en
“Hombres del Paraná”, ob.cit, p.64.-
15. Carlos María Aranguren, ob.cit, pp.61-63.-
16. Jesualdo Sosa, “Artigas. Del Vasallaje a la Revolución”, BsAs, Claridad, 1940,
p.306.-
17. Leoncio Gianello, “Historia de Entre Ríos” (1520-1910), Paraná, 1951, p.200 y
p.576.-
18. Carlos del Frade, “Artigas y San Martín, el proyecto del Siglo XXI ”, en
http://www.elcorreo.eu.org/Artigas-y-San-Martin-el-proyecto-del-Siglo-XXI?
lang=fr
19. Juan Antonio Vilar, “Revolución y lucha por la organización”, Paraná, EDUNER,
2014, p.132.
20.OSCAR R. TAVANI PEREZ COLMAN, “Ramírez y Artigas. Una nueva
Interpretación”, Colón, ER, Birkat Elohym, 2007, p.400.-
21. José María Rosa, “Historia Argentina”, Tomo III, “La Independencia (1812 –
1826)”, Buenos Aires, Editorial Oriente S. A., 1992, pág. 168- 171, citado en “ Los
debates al interior del Congreso de Tucumán - julio de 1816” en
http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/independencia/los_debates_al_interio
r_del_congreso_de_tucuman.php )
22.En su “Historia del Congreso de Tucumán”, Leoncio Gianello repasa el surgimiento
del prestigio de Artigas en todo el Litoral sudamericano, luego del “Armisticio”
traicionero que BsAs firmara, en Octubre de 1811, con los españoles de
Montevideo. Para fundamentar su explicación, Gianello cita dos obras clásicas de
nuestra historiografía: primero el “Artigas, heraldo del federalismo rioplatense ”,
de Facundo Arce y Manuel Demonte Vitale, y segundo, y prestemos atención al
título, “Porqué fueron artiguistas los entrerrianos”, de José Ignacio Yani, un
trabajo de 1915. Cfr. Leoncio Gianello, “Historia del Congreso de Tucumán”, BsAs,
Academia Nacional de la Historia, El Ateneo, 1966, p,423-424). Por su parte,
Beatriz Bosch comenta las asambleas populares que se hacían en Entre Ríos para
sumarse al movimiento soberanista y confederal de Artigas (B.Bosch, ob.cit, p.
44).
23.“EL COMBATE DEL ESPINILLO, LAS LUCHAS POR LA SOBERANÍA Y LA
TRAICIÓN DEL CONGRESO DE TUCUMÁN”, en
http://actividadentrerios.blogspot.com.ar/2016/02/el-combate-del-espinillo-las-
luchas-por.html . Hemos documentado, en otro trabajo y basándonos en el análisis
del Prof.Pivel Devoto, que, hacia 1814, “el centro de la conmoción artiguista fue
Entre Ríos”. Ver “Artigas y los orientales del Paraná - El secreto histórico y
político de la diagonal roja federal ”, en
http://actividadentrerios.blogspot.com.ar/2015/07/artigas-y-los-orientales-del-
parana-el.html
24.Pablo Camogli, “Contame una Historia. Relatos sobre la Revolución y la
Independencia”, BsAs, Aguilar, 2014, pp.114-115.-
25.Carta de José Artigas, desde su Cuartel General de Paraná al Gobernador de
Corrientes, José de Silva, 9 de Abril de 1815, en Enrique Mendez Vives, “Artigas
y la Patria Grande”, Montevideo, Tauro, 1972, p. 71.-
26.Tirso Fiorotto, “Banda roja a dos bandas”, en http://www.con-tacto.org/site/wp-
content/uploads/2013/09/Parana-006.pdf
27.Arturo Enrique Sampay, “Las ideas políticas de Juan Manuel de Rosas”, en Arturo
E. Sampay y Enrique M. Barba, “Rosas”, BsAs, CEAL, 1975, p.19.-
28.Martiniano Leguizamón, “El Escenario”, en “Montaraz” (1900), BsAs, A-Z Editora,
1994, p.28.-
29.OSCAR R.TAVANI PEREZ COLMAN, ob.cit, p.306.
30.Isidoro J. Ruiz Moreno, “Estudios y Documentos de Historia Entrerriana”, Tomo
II, Colón, Eríos, Birkat Elohym, 2010, p.216.-
31. Charles Darwin navega el Paraná (1833) - Viaje de un naturalista alrededor del
mundo, en http://sudeste-perceptografia.blogspot.com.ar/2012/03/charles-
darwin-navega-el-parana-1833.html ).
32.Pablo Stein, “Artigas y Ramírez. La verdad escondida”, Editorial Tinta China,
2013, p.81.-
33.OSCAR R.TAVANI PEREZ COLMAN, ob.cit, p.351 y 358.-

Historia de Entre Ríos (2

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