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¿Adicciones tecnológicas en los más jóvenes?

Los ejemplos son muchos y cotidianos, desde el uso problemático que el

adolescente hace de la computadora, cuando el número de horas afecta el correcto

desarrollo de la vida diaria, cau-sándole estados de somnolencia, alteración del

estado de ánimo, reducción de las horas de-dicadas al estudio o a sus obligaciones

hasta el uso compulsivo del “teléfono móvil”, convertido incluso en símbolo de

iniciación a la adolescencia.

Todo ello convierte esta etapa de la vida en un periodo sumamente

susceptible de sufrir conductas adictivas u otros trastornos psicológicos

relacionados con el uso de alguna de las aplicaciones de las TIC (Tecnologías de

la informática y la comunicación)

De acuerdo con estudios realizados a nivel mundial, mencionó la profesora,

el móvil interviene significativamente en la socialización porque permite definir la

identidad del adolescente tanto individualmente, a base de personalizar el aparato

de varias formas, colores, tonos, etc., co-mo colectivamente, creando un lenguaje

especial de grupo, mensajes de texto y llamadas perdidas. Pero, al igual que se

utiliza predominantemente para establecer contactos a corta distancia, actúa así

mismo de barrera de seguridad frente a los padres desde el momento en que estos

no pueden acceder a su teléfono personal.

El riesgo, señala, llega cuando no son capaces de desprenderse de su móvil

incluso en si-tuaciones técnicamente dificultosas, comprueban rápidamente la

batería o la cobertura y además no se caracterizan tanto para la necesidad de llamar

sino para sentirse receptores constantes de llamadas.


Muchos adolescentes no pueden evitar de-satender una conversación cara

a cara por la irrupción de una llamada o de un SMS; hecho que impacta en sus

relaciones sociales de forma excesiva y provoca que estén más pendientes de las

relaciones telefónicas que de las personales. Ello naturalmente, influye en los estilos

de co-municación y podría ayudar a explicar por qué con el tiempo los usuarios más

jóvenes que ha-blan mucho por el móvil no saben qué decir cuando se encuentran

cara a cara.

Otro ejemplo lo constituyen los videojuegos, una forma de entretenimiento

que no deja de crecer y hoy en día representa un negocio millonario.

Advierten las investigaciones que las motivaciones por las cuales los más

jóvenes los practican son variadas, en tanto les permiten vivir una aventura en

primera persona donde el adolescente pone en práctica estrategias en un entorno

virtual sin consecuencias en la vida real; influyen en la autoestima, la confianza en

uno mis-mo y la capacidad de superación y son emocionalmente estimulantes

debido a su intensidad y rapidez, entre otras.

Las críticas en este aspecto, en relación con la adolescencia, vienen dadas

porque el tiempo de juego es visto en detrimento de tiempo dedicado al estudio o a

otras actividades de ocio más po-sitivas y educativas; favorecen una pauta de

conducta impulsiva, agresiva y egoísta en los usuarios que más lo utilizan, sobre
todo cuando se juega con juegos violentos; y en último término la conducta adictiva

de estos jugadores inhibe el desarrollo de pautas de conducta más constructivas.

Sin embargo, señalan los expertos, no deben olvidarse los argumentos

favorables a los videojuegos: entretienen y divierten; estimulan la coor-dinación

óculo-manual; promueven procesos cognitivos complejos como atención,

percepción visual, memoria y secuenciación de información; se adquieren

estrategias para ‘aprender a aprender’ en entornos nuevos; refuerzan el sentido del

dominio y control personal, reducción de otras conductas problemáticas, potencian

la autoestima y facilitan las relaciones sociales entre jugadores.

Es este un tema abarcador y complejo, señala la entrevistada, pero que pone

también en la mira de la reflexión la función educativa de las familias, que no deben

quedar “desconectadas” ante ese reto que al interior del hogar impone la influencia

de las tecnologías de la información y las comunicaciones.

¿Las tecnologías son malas?

Este tema es muy controversial por el hecho de que en realidad la tecnología

no es mala el problema el uso excesivo de la tecnología porque esto puede causar

varios problemas tanto a la vida social del adolecente como a la salud.

Este problema es común en los jóvenes debido a que en la actualidad es muy

difícil encontrar porque a alguien ya sea adolecente, niño o adulto que no use alguna

clase de teléfono u ordenador.


Pero como dijimos cabe recalcar que las tecnologías no son malas debido a

que estas porque mejoran la vida de las personas. El problema surge a partir del

uso nocivo que puede hacerse de Internet, un empleo negativo ante el que los más

jóvenes son los más vulnerables, ya que se encuentran en pleno proceso de

formación de la personalidad adulta y porque, para los adolescentes de hoy en día,

el terreno virtual tiene tanta realidad como las relaciones presenciales.

Las nuevas tecnologías representan para el adolescente una posibilidad de

perderse en un mundo de fantasía para huir de la rutina cotidiana. De esta forma,

se produce una paradoja: a través de las redes sociales y de Internet, los

adolescentes no se muestran tal y como son en realidad, sino que muestran una

imagen artificial de sí mismos

Los cambios físicos y psicológicos que se viven en la adolescencia convierten

al joven en una persona más vulnerable a nivel emocional. Por esta razón, el

adolescente puede buscar en ciertos momentos la seguridad que le falta dentro de

sí mismo en las tecnologías.

El entorno familiar también influye en los hábitos que adquiere un niño.

Existen padres que olvidan que la televisión no es una niñera inofensiva que cuida

de los niños, sino un entretenimiento que tiene que ser puntual y controlado por un

adulto.

Por otra parte, en algunos casos, la adicción a las tecnologías puede estar

causada por un problema previo que tiene que ser detectado. Por ejemplo, la falta

de amigos y la soledad, puede llevar al joven a buscar entendimiento en las

tecnologías.
Las nuevas tecnologías de la información (TIC) han revolucionado el estilo

de vida de los adultos, pero sin duda el cambio más espectacular se ha producido

en los menores, que ya han nacido con estas nuevas tecnologías.

La forma de lo que ahora vemos bien ha cambiado a lo largo de los años con

la llegada de las nuevas tecnologías

No hay problema mientras los adolescentes no pasen por horas ante una

pantalla de televisión, un ordenador o un teléfono móvil. Esto puede causar la

soledad y aislación del adolecente, en lugar de estar jugando con los amigos en la

calle, se encierren en casa a hablar con ellos a través del Messenger o del móvil o

se conecten a las redes sociales virtuales (Twitter o Facebook). Las nuevas

tecnologías están abriendo brechas digitales en nuestra sociedad, en especial entre

adultos y adolescentes.

La tecnología desarrollada para facilitarnos la vida también puede

complicárnosla. Los comportamientos como la obsesión por adquirir la última

novedad tecnológica, el sustituir los contactos personales por la comunicación

virtual o la necesidad de estar conectado a Internet de forma permanente, han

creado un gran problema social, en parte por la falta de criterios de referencia sobre

lo que es normal y lo que no.

¿A qué se refiere la adicción a las tecnologías?

Con esto nos referimos con la manera del joven de utilizar una clase de TIC

de manera excesiva pero esto no solo incluye el pc y el teléfono esto también incluye

el internet; las redes sociales, etc.


Internet es una herramienta que ha cambiado y mejorado al mundo. Pero

también ha generado en muchas personas en especial jóvenes y adolescentes

adicción a navegar o jugar en la web. El abuso de internet es similar a otras

adicciones ya que produce consecuencias negativas en la salud de quien la padece.

Los síntomas de un adicto a internet son:

-Pasan todo el tiempo frente a la pantalla del ordenador o teléfono celular en redes

sociales o navegando en la red

-Se encierran y casi no salen de su habitación

-Se aíslan de la familia y los amigos

-Dejan de hacer cosas por estar navegando en internet

-Se ponen irritan o sienten ansiedad si se les niega el acceso a internet

-Tiene cambios de humor bruscos

-Descuida su higiene personal y salud ya que no se baña, come o duerme lo

suficiente

-Solo se siente bien cuando está en internet

-Sufren síndrome de abstinencia cuando no se conectan a internet.


La adicción a internet se debe tratar como cualquier otra adicción con

tratamiento psicológico para poder superarlo.

Es importante el apoyo de la familia y de amigos para que ayude a los

adolescentes que sufren esta afección.

Cada vez más jóvenes sufren de adicción a internet por el uso inadecuado

de la misma.

Existen diversos tipos de adicciones comportamentales relacionadas

directamente con la necesidad obsesiva de estar conectados a internet. La adicción

a las pantallas incluye también los videojuegos, el teléfono móvil e internet en sus

diversas modalidades

Videojuegos

Hablamos de adicción cuando el videojuego se convierte en el centro de los

pensamientos de la persona, quien deja de lado las actividades rutinarias o

gratificantes que antes realizaba, ve afectado su patrón de sueño y se aísla en lo

familiar y social.

Teléfono móvil

Se puede hablar de dependencia del móvil cuando una persona se aísla del

entorno, tiene dificultades para interaccionar «cara a cara», pierde el control sobre

el uso del móvil y el tiempo dedicado, y continúa con la conducta a pesar de las

consecuencias negativas (laborales, familiares, económicas, etc.).

Internet
El internet es un instrumento que, utilizado en exceso, puede llevar a una

persona a desarrollar alguna de las siguientes adicciones comportamentales:

Juegos en línea. Son juegos de rol, descendientes del juego Dragones y

Mazmorras. Para poder participar es necesaria una suscripción mensual. Gente de

todo el mundo participa de forma masiva en esta modalidad de juegos en grupo. Se

crea un personaje virtual (avatar) que va evolucionando con el objetivo de superar

niveles. Las características del juego lo hacen muy atractivo y esto favorece que los

jugadores sean persistentes y puedan desarrollar una conducta adictiva. Por otro

lado, la sensación de interacción (virtual, en realidad) lleva al aislamiento del entorno

real. En los adolescentes puede ser motivo de ausentismo escolar.

Cibersexo. Búsqueda excesiva y descontrolada de actividad sexual sin

contacto físico. La excitación sexual se obtiene mediante la creación de fantasías

que se producen a través de imágenes, mensajes de texto, cámara web, etc.

Redes sociales. Pérdida de control sobre el tiempo dedicado a la conexión a

redes sociales. La actividad se convierte en el centro de los pensamientos, afecta a

las relaciones familiares y sociales, al rendimiento laboral o académico, etc.

La adicción a Internet forma parte de las llamadas 'nuevas adicciones sin

droga' o adicciones comportamentales. Si bien no es una patología aceptada

oficialmente por los organismos sanitarios, es una realidad incuestionable. Es una

adicción real, frecuente, preocupante y globalizada. Sobre todo en jóvenes varones

con los problemas típicos de la adolescencia, personalidades introvertidas, u otros

trastornos como el trastorno atencional, depresión, etc. Según diversos estudios,

afectaría a un 8 a 10% de los usuarios habituales de internet.


El patrón típico de un adicto a internet es el siguiente: personas jóvenes, que

viven en zonas urbanas, con conocimientos de inglés y manejo de computadoras,

de profesión liberal y de clase media o media-alta.

El abuso afecta la salud física y psíquica. Se da la curiosa circunstancia de

que existen muchas páginas web para su detección, prevención y tratamiento. Sin

embargo, en la asistencia sanitaria común es difícil detectarlo, ya que las personas

afectadas no suelen aceptar su problema, y menos aún sentirse enfermas y los

familiares que se percatan no saben qué hacer.

Estar permanentemente expuesto a un exceso de conexión provoca fatiga

(que disminuye la capacidad de resolver problemas), ansiedad y pérdida de

memoria y de atención.

Estas conductas no sólo afectan las relaciones personales sino que, además,

perjudican el rendimiento general, con severa dificultad en la concentración en las

tareas concretas y reales. Las actividades cotidianas se ven afectadas o

interrumpidas por las alertas de mensajes de textos, mails o avisos de redes

sociales. Hay compulsión por leer correos y angustia o ansiedad frente a la

posibilidad de perder un mensaje “importante”. Se crea el hábito de hacer varias

cosas al mismo tiempo y disminuye la capacidad de disfrute, la productividad y la

eficiencia.

Esta adicción afecta a millones de jóvenes no solo en Tacámbaro sino en

todo el mundo.
Utilizar las redes sociales más de dos horas al día, tener más de 500 amigos

agregados, o permanecer jugando con el ordenador casi tres horas continuadas,

son muestras de una posible adicción a los aparatos electrónicos por parte de

muchos adolescentes.

Además, también se encuentran más expuestos a recurrir al llamado

«grooming», quedar con personas desconocidas a través de redes sociales. Entre

los jóvenes de 12 a 18 años, un 63% asegura haber conocido gente por internet y

cerca de uno de cada tres se ha reunido con estas personas físicamente.

Por esta razón esto puede ser peligroso.

¿Por qué los jóvenes son adictos a las redes sociales?

Expertos estiman que un joven que pasa entre cuatro y cinco horas al día en

una red social ya presenta los síntomas de adicción.

(La población más vulnerable para caer en una adicción a las redes sociales son los

jóvenes entre los 12 y 18 años)

Expertos estiman que un joven que pasa entre cuatro y cinco horas al día en

una red social ya presenta los síntomas de adicción, la cual en ocasiones los padres

tienden a “satanizar”, por lo que es necesario que estos conozcan sus desventajas

y tengan una mejor comunicación con sus hijos para prevenir un problema de salud.

Añadió que los padres muchas veces por “comodidad” dejan que sus hijos

desde los 6 años tengan un dispositivo móvil, sin tomar en cuenta su inmadurez

cerebral, lo que a la larga generará una dependencia a estar conectado.


Por ejemplo, los adictos, en su mayoría menores a 25 años, en un 80% sólo pueden

estar desconectados apenas un par de horas.

¿Cómo podemos identificar una adicción en este campo?

¿Cómo distinguir un problema de una simple distracción?

Los cambios en el comportamiento que deben preocuparle son los siguientes:

-Pérdida de control y dependencia excesiva, dedica unos tiempos de conexión

anormalmente altos, pierden la noción del tiempo

-Aislamiento, irritabilidad

-Bajo rendimiento en el trabajo o en la escuela

-Desinterés por otros temas

-Trastornos de la conducta, sedentarismo e incluso obesidad.

-Sentir una euforia y activación excesivas ante el ordenador o teléfono móvil.

-Perder horas de sueño


Las personas con dependencia a las TIC buscan un alivio inmediato ante el

malestar emocional que está viviendo. Es justo ese placer el que les convierte en

adictos a las redes sociales, con las TIC consiguen evadirse, entonces los

problemas desaparecen y la angustia con ellos. Esta agradable sensación hará que

cada vez el abuso sea mayor, y cuanto más grande sea más aumentará el

aislamiento de la persona, la ansiedad, baja autoestima y pérdida de su capacidad

de control.

Deberían los adictos a las redes sociales:

¿Cuándo se levanta por las mañanas lo primero que hace es consultar su teléfono

móvil? Adicción a las redes sociales

¿Comenta constantemente sus cambios de ánimo en la red?

¿Necesita hacer fotos de cualquier evento social al que acude y publicarlo casi

inmediatamente?

¿Uno de los requisitos indispensables a la hora de reservar un hotel durante sus

vacaciones es que tenga Wifi?

Si usa usted el metro ¿Se convierte en una tragedia el hecho de que no haya

conexión y el trayecto se convierte en un viaje insufrible?

¿Siente un nerviosismo y enfado creciente cuando, por cualquier motivo ajeno a

usted, no puede conectarse a la red?

¿Alguna vez ha preferido su vida virtual a su vida real?


Si le preguntas a un adolescente promedio al respecto, es muy probable que

te conteste con la menor preocupación y tranquilidad que entienden los peligros que

representan las redes sociales y que no les preocupa el contenido de lo que están

publicando – no obstante, tanto adolescentes como adultos ignoran indistintamente

sus opciones de privacidad.

El problema es que, aun cuando los adolescentes entienden el concepto de

que los medios de comunicación social pueden ser un peligro potencial, muy pocos

creen que algo les pueda pasar a ellos. Pocos también consideran que sus

publicaciones pueden ser un problema hasta que alguien los confronta ante esta

posibilidad, y que ya es muy tarde para poder tener control sobre el daño. Sus

cerebros, literalmente, no se han desarrollado del todo como para entender a

cabalidad los riesgos que están tomando – y el impulso neurológico que tienen para

buscar recompensas sólo refuerza las conductas de riesgo, porque todo lo que les

hace sentir bien en el momento lo consideran deseable.

Todo esto sería bastante difícil para los adolescentes, pero también está el

hecho de que la comunicación a través de medios sociales carece del matiz verbal

que afecta a la forma en que normalmente percibimos las intenciones detrás de las

palabras de alguien. Puede ser muy fácil malinterpretar un comentario. Y, debido a

que la permanencia de los medios sociales no siempre se aplica a su contexto,

siempre existe la posibilidad de que la gente pueda volver a un comentario en un

futuro y entenderlo de una manera totalmente equivocada.

Por estas razones, no son siempre los comentarios mal intencionados los

que vuelven para incomodar a las personas; incluso cosas que pudieron ser escritas

en broma, pueden tener un impacto negativo en un futuro.


¿Las redes sociales son un peligro para los jóvenes?

Las redes sociales son un fenómeno gracias al poder de comunicación que

la Internet facilita, sin embargo, el mal uso de ellas puede hacer que se creen

adicciones, principalmente en los adolescentes.

En un día típico, 70% de jóvenes de entre 12 y 17 años pasaron desde un

minuto hasta varias horas en Facebook, MySpace y otras redes sociales, según el

Centro Nacional sobre Adicciones y Abuso de Sustancias de la Columbia University.

Y dentro de ese mismo grupo, los adolescentes más inmersos en las redes

sociales presentan cinco veces más posibilidades de fumar, son tres veces más

propensos a beber alcohol, y dos veces más susceptibles a consumir mariguana

que los que no destinan nada de su tiempo a las redes sociales.

Se puede decir que las adicciones a las redes sociales, un problema cada

vez más extendido.

Pero no todo es malo en esto porque las redes sociales como lo indica su

nombre son redes que nos ayudan a socializar con personas desconocidas y

conocidas alrededor del mundo siempre y cuando sean utilizadas de manera

responsable por el usuario.

Las redes sociales son herramientas de comunicación muy potentes,

permiten ver e insertar fotografías, vídeos y enviar mensajes entre usuarios. Todas

estas funcionalidades son muy atractivas para nuestro alumnado que muchas veces

no repara en los inconvenientes de este tipo de aplicaciones.

Su función es:
Los medios de comunicación tienen una función social, recogida en el

Derecho de la Información. Son el garante de la democracia en nuestro país, pues

se establece que son los encargados de informar de manera objetiva a los votantes

para que puedan ejercer su voto con total libertad. Objetividad, separación de

información y opinión o la protección de la infancia y la juventud son algunos de los

supuestos que garantizan esta función.

Las redes sociales se utilizan para multitud de situaciones, casi tantas como

usuarios registrados existen en una red social. Desde la masificación de los blogs

personales las redes sociales se han convertido si no en medios de comunicación,

en espejos de estos, llegando al punto de que muchos usuarios utilizan Twitter más

como una especie de lector RSS para informarse que para otra cosa.

La libertad que exigen los usuarios en Internet, como todo, viene adherida a

una responsabilidad. Todos los usuarios no son periodistas o especialistas en

comunicación, pero muchos de ellos informan desde las redes sociales. En un

mundo digital en total libertad, donde las leyes todavía no han conseguido llegar,

son los usuarios los que deben demostrar un sentido común que muchas veces no

se demuestra. En una época donde el informador puede ser cualquiera, el Derecho

de la Información debería ser de obligada lectura para muchos.

Las redes sociales tienen una función social en cuanto que se identifican con

los medios de comunicación y se convierten en escaparate de estos. Y los usuarios

se convierten en informadores en cuanto utilizan estas redes sociales y blogs

personales para informar a los demás miembros de la red social.


Las redes sociales han cambiado nuestras vidas es algo evidente estas han

sido una de las adicciones de los jóvenes. Es raro que a día de hoy la gente no

tenga un perfil en Facebook o Twitter, sobre todo entre personas jóvenes.

No solo usamos las redes para comunicarnos de una manera rápida y

efectiva. Hace tiempo que estamos enganchados y sentimos la necesidad de vivir

'conectados' continuamente.

Mucha gente ya no concibe su vida sin compartir absolutamente todo lo que

hace o sin exhibir sus fotografías a través de Facebook, Twitter e Instagram, que

son las tres más utilizadas en todo el mundo.

Abusar de estas herramientas o hacer un mal uso de ellas pude generarnos

innumerables problemas. Por ejemplo, pueden hacernos perder la atención y

descuidar otras tareas más importantes.

Si la cosa va más lejos y desarrollamos dependencia a internet y, en

concreto, a las redes sociales podemos encontrarnos con situaciones muchos más

graves como la ansiedad o la tristeza.

Un estado de conexión permanente "provoca inquietud, falta de

concentración y alteraciones del ánimo", según la psicóloga Begoña Carbelo (2014).

Hay gente que no es capaz de desconectar nunca y la idea de pasar tan solo un día

sin poder acceder a sus perfiles para actualizarlos o para 'ponerse al día' les parece

algo totalmente imposible.

Cuando llegamos a este extremo, es más que probable que tengamos un

problema que a la larga terminará afectando a nuestro día a día. "Si una persona

no es capaz de renunciar y centrarse en otras cosas, puede verse afectada su


capacidad para disfrutar", advierte la psicóloga. Pero, además, también puede

deteriorase nuestra capacidad para estar con otras personas y para relacionarnos.

Como consecuencia de todo lo anterior, aquellos que han desarrollado un

alto grado de dependencia de las redes sociales, pueden terminar sufriendo estados

de ansiedad y estrés que, en muchas ocasiones, lleguen incluso a alejarlos de la

felicidad. Y es que, en el peor de los casos "al final de de la ansiedad suele estar la

depresión", añade Begoña Carbelo.

Actualmente estamos conectados las 24 horas del día. Cuando vamos en el

metro, en una sala de espera, en clase, o incluso cuando has quedado con un grupo

de amigos... la escena que suele repetirse es la de gente que no es capaz de desviar

la mirada de sus 'smartphone' ni siquiera un minuto.

Esto es un síntoma clarísimo de que la adicción a las redes sociales está ahí,

ya que, como explica Begoña, podemos hacernos adictos a muchas cosas. En

cuanto a las redes sociales, se trata de "un uso anormal en términos de intensidad

y frecuencia de uso, que puede llegar a alterar el disfrute y la vida cotidiana".

Según explica la psicóloga, que además es profesora en el Centro

Universitario de Ciencias de la Salud San Rafael-Nebrija, las adicciones surgen

cuando "nos acostumbramos y vinculamos a las cosas porque nuestra red de

neuronas emite sustancias químicas, y nos hacemos adictos a las emociones que

generan". Lo que suele ocurrir con las redes sociales es que nos enganchamos

porque en ellas solo se suele proyectar lo positivo, o porque nos producen

gratificación o buenas sensaciones casi al instante.


El sector más propenso a caer en esta tipo de adicción es el de los menores

y los jóvenes, ya que "no han aprendido a regular aún sus emociones", asegura.

Además, recuerda que si aparecen "síntomas como la falta de atención, la alta

dispersión, o la incapacidad de alejarse del móvil" puede ser señal de alarma.

Aprender a hacer un buen uso de las redes sociales es fundamental y puede

mejorar nuestra vida mucho más de lo que nos pensamos. Es innegable que estas

herramientas también tienen aspectos muy positivos, como por ejemplo estar

informados o poder mantener el contacto con algunas personas a las que no

podemos ver habitualmente.

Hacer un uso controlado de las redes sociales nos aporta beneficios,

normalmente asociados con "tener una mejor atención y concentración y,

consecuentemente, un mejor rendimiento", comenta Carbelo. Lo mejor de todo es

que el estrés que sufrimos durante nuestra vida cotidiana se verá reducido

considerablemente si aprendemos a gestionar el tiempo y la dedicación que les

solemos dar.

Algunos de los consejos que da la profesora universitaria para mejorar nuestra

relación con las redes sociales son los siguientes:

- Ponernos unos horarios para atender tanto a las redes sociales como al email.

- Intentar organizar nuestro tiempo de ocio al margen de ellas.

- Ser capaces de olvidarnos, un rato cada día, del móvil y nos estar consultándolas

continuamente.
Begoña Carbelo (2015)ha encabezado junto al sociólogo Javier de Rivera el

experimento 'Desconectados', para estudiar cómo nos afecta el uso excesivo de

las redes sociales. Para ello, 'desconectaron' durante dos semanas a dos jóvenes

de cualquier tipo de conexión a internet, redes sociales y Whatsapp y analizaron

sus reacciones.

Las redes sociales son un termino originado por la comunicación, siendo un

conjunto delimitado de individuos, grupos, comunidades y organizaciones

vinculados unos a otros a través de relaciones sociales. Esto fue el resultado de la

convergencia de los medios, la economía política de los mismos y el desarrollo de

tecnologías; teniendo como objetivo la interacción de dos o más canales. Freeman

las define como la colección más o menos precisa de conceptos y procedimientos

analíticos y metodológicos que facilita la recogida de datos y el estudio sistemático

de pautas y relaciones sociales entre la gente.

En la primera parte de la década del 2000 empezaron a aparecer muchos

sitios web dedicados a brindar la posibilidad de comunicación dentro de lo que se

llamó las redes sociales, que en aquella época eran conocidas como Círculos de

Amigos. Fue con el auge de las redes sociales cuando Internet empezó a ser una

herramienta masificada que realmente es útil pero también peligrosa.

En el año 2003 aparecieron algunos de los sitios más populares que

lograron hacer crecer exponencialmente el uso del servicio, como MySpace,

Friendster, Tribe y Xing, entre otras.

En julio de 2006 se lanzó la versión definitiva de Twitter.


Entre los años 2007 y 2008 se puso en marcha Facebook en español,

extendiéndose a los países de Latinoamérica y a España.

Google+ se lanzó en junio de 2011. Los usuarios tienen que ser mayores de

13años de edad, para crear sus propias cuentas. Google+ ya es la tercera resocial

con más usuarios en el mundo, no por su popularidad sino por enlazarse con

YouTube, obteniendo aproximadamente 343 millones de usuarios activos.

El Índice Nacional de Participación Juvenil es una investigación científica, que tiene


por propósito medir el grado de involucramiento de los jóvenes en México en
espacios de incidencia y temas clave de la agenda nacional.

La información generada en el INPJ permitirá a todos los actores relevantes


tener insumos sólidos para la construcción y el seguimiento de políticas públicas
enfocadas hacia potenciar la participación de los jóvenes en México.

El estudio se hace a través de la aplicación de una metodología propia,


desarrollada por nuestro equipo de investigadores, que mide tres aspectos
fundamentales de la participación juvenil en los espacios de incidencia estudiados:

 La participación global de los jóvenes en los espacios de incidencia.


 El acceso que tienen los jóvenes a posiciones dentro de la estructura de los
mismos.
 El involucramiento de los jóvenes en los procesos de toma de decisión de
cada espacio.

Los espacios de incidencia que hemos definido como ejes del INPJ 2013 son:
universidades, partidos políticos, sociedad civil organizada, iniciativa privada y
Gobierno Federal. A partir de la recopilación de información estadística referente a
cada uno de estos espacios, podremos medir objetivamente el nivel de participación
juvenil que existe en ellos.

Queremos lograr que en México la juventud sea participativa, informada,


responsable, así como capaz de tomar decisiones en beneficio propio y de sus
comunidades.

En Tacámbaro el 99% de jóvenes han utilizado algún dispositivo electrónico

alguna vez, el 93% tienen un celular ,Tablet o algún dispositivo, el 76% es adicto a
su celular y no podría estar ningún día con el y saliendo de el tema de los jóvenes

también los adultos tienen algún conocimiento y algunos también son adictos a

algún móvil lo cual causa una falta de atención entre los jóvenes así las personas

y las madres hacia los hijos teniendo en cuenta que podrían perderse por estar

viendo su móvil e intentando hacer otra cosa que no tiene la misma importancia

pero las madres se pueden tropezar o podrían tener un algún accidente al no tener

cuenta de lo que está pasando.

En bachilleres los jóvenes de ahora siguen interesados en hacer al menos

un deporte como futbol, basquetbol entre otros, pero aun así tienen algún

problema con la tecnología como pasarse todo el tiempo en internet o ver cosas

que se hacen publicas y los jóvenes no deberían de ver.

YouTube una de las principales redes sociales, a hecho que jóvenes

piensen de otra manera y crean mentiras o rumores que se esparcen por todo el

mundo asta ahora no se a reportado alguna noticia o algún accidente en la que se

pueda relacionar con las diferentes redes sociales.

El número 459 ha avanzado desde los números de teléfonos celulares de

Tacámbaro , en Tacámbaro la población es de 25,665 personas según Wikipedia

la población total del municipio es de 69,955 Tecario 2,549 Yoricostio 1,230

Chupio 2,086 san juan de viña 1,033 san Rafael Tecario 1,015 entonces el total

del municipio es de 69,955. Según datos del censo de 2010 el municipio de

Tacámbaro cuenta con 69,955 habitantes, de los cuales 34,010 son del sexo

masculino y 35,945 son del sexo femenino, los 2 sexos contribuyen a la

adicción de los jóvenes

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