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Los derechos humanos son aquellas «condiciones instrumentales que le permiten a la persona

su realización».1 En consecuencia subsume aquellas libertades, facultades, instituciones o


reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos2 que incluyen a toda persona, por el
simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, «sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional
o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición».3

Para autores naturalistas los derechos humanos son independientes o no dependen


exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente, por lo que son considerados fuente del
derecho; sin embargo desde el positivismo jurídico la realidad es que solamente los países que
suscriben los Pactos Internacionales de Derechos Humanos o Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(PIDESC) y sus Protocolos –Carta Internacional de Derechos Humanos– están obligados
jurídicamente a su cumplimiento.4 Así, por ejemplo, en relación con la pena de muerte,
contraria a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Segundo Protocolo Facultativo
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte no
ha sido firmado por países como China, Irán, Estados Unidos, Vietnam, Japón, India o
Guatemala.5

Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como las
condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y la sociedad, que
permita a los individuos ser personas jurídicas, identificándose consigo mismos y con los demás.

La deontología

La deontología es aquella parte de la ética que trata de los deberes, especialmente de los que
rigen actividades profesionales, así como el conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de
una profesión. A su vez, es parte de la filosofía moral dedicada al estudio de las obligaciones o
deberes morales.

El término fue acuñado por Jeremy Bentham, en su obra Deontología o ciencia de la moral, quien
la define como la rama del arte y de la ciencia que tiene como objetivo actuar de forma recta y
apropiada, se refiere a la exposición de -lo que es correcto- y -lo que debería ser-2. Él también
considera que la base de este término se sustenta en los principios de libertad y utilitarismo.3 Por
su parte, Rossini establece la deontología no del ser, sino del deber-ser, es decir, lo que se debe de
ser para poder considerarse perfectos.4

El término surge en el siglo XIX como una nueva forma de llamar a la ética, sin embargo, conforme
fue pasando el tiempo se le tomo como la ética aplicada a la profesión específicamente.5 Defiende
que los seres humanos debemos actuar de determinada manera porque que sea así está bien y no
por generar más bien.
Todas las profesiones u oficios pueden contar con su propia deontología que indique cuál es el
deber de cada individuo, es por ello que algunas de ellas han desarrollado su propio código
deontológico.6

A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas propuestas


morales orientadoras de la vida humana. Es posible decir que la Ética es la parte de la filosofía
práctica que se ocupa del hecho moral y de los problemas filosóficos que nacen de la conducta
humana. La ética se dedica al estudio de los actos humanos, pero aquellos que se realizan por la
voluntad y libertad absoluta, de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la
voluntad de la persona y que esté ausente de libertad, no forma parte del campo de estudio de la
ética. La ética, por tanto, no inventa la vida moral, sino que reflexiona sobre ella. Desde la
perspectiva del discurso moral existe la presunción, además, de que el ser humano es en cierto
modo libre. Esta consideración deja abierto el campo de posibilidades de actuación de los seres
humanos. En el ejercicio de esa libertad se producen conflictos que constituyen la clave de la vida
moral y sobre los que la ética, como reflexión teórica, trata de dar luz, para encauzar
adecuadamente la praxis, la acción humana.

Existen dos principales tipos de deontología; una nos habla del deber ser de la vida cotidiana, si se
debe hacer o no lo correcto en alguna situación (deontología aplicada). El otro tipo, determina el
comportamiento con base en las reglas planteadas o necesarias para la convivencia (deontología
prescriptiva). Por tanto, la deontología tiene la intención de actuar con forme a la ética y a lo
establecido. 7

Las normas deontológicas son incomprensibles sin la referencia al contexto o grupo social en el
que son obligatorias. La obligación se circunscribe a ese grupo, fuera del cual pierden la
obligatoriedad. Bajo el ojo deontológico se considerará correcta un situación en la cual las
personas estén siguiendo sus convicciones, pero al mismo tiempo tiene que analizar si lo que hará
provocará que más gente tome decisiones incorrectas (hipócritas).8

Él deontologista es aquella persona que considera correcta una situación en la que más gente sea
fiel a sus convicciones, pero a la vez tiene que juzgar correcto hacer algo que irremisiblemente
ocasionará que más personas actúen incorrectamente.9

La éticas que pertenecen a este grupo se desarrollan a partir de una postulado humanista
antropocéntrico; con esto postulan una moral humanista, ilustrada, que actúa sobre la política y el
derecho. esto orienta, presiona y critica; con la finalidad de fomentar una sociedad libre,
democrática y abierta.10

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