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Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires- Secretaría de Educación

INSTITUTO DE ENSEÑANZA SUPERIOR EN LENGUAS VIVAS


“Juan Ramón Fernández”

Trayecto de Formación General


Materia: Política y Administración de la Educación
Profesora: María Lía Albarellos
Alumna: Bronnimann Anabel Ingrid
DNI: 32.336.031
Diseño de Trabajo de Campo

“¿Cuáles son los diagnósticos en que se basan las propuestas de las Escuelas
para mejorar las trayectorias educativas en el marco del Plan de Mejoras
Institucionales?
Objetivos

 Indagar propuestas en el Marco del plan de mejoras.


 Identificar estrategias.
 Reconstruir los diagnósticos en que se basan los planes de mejoras.
 Identificar supuestos en el que se basan los planes de mejoras.
 Analizar el contexto socio-cultural en que se configuró la escuela media Argentina y el
impacto de sus transformaciones en las políticas educativas.
 Identificar los problemas que atraviesan realmente los alumnos de escuelas
secundaria Argentina

Marco Teórico

A fin de poder comprender cuales son los diagnósticos en que se basan las propuestas
de las escuelas para mejorar las trayectorias educativas en el marco del Plan de
Mejoras Institucionales, es necesario revisar los orígenes de la escuela media
Argentina con el propósito de comprender como las diversas transformaciones en el
sistema dieron lugar a diferentes concepciones con respecto a las necesidades
sociales y demandas educativas.
La escuela secundaria Argentina nace en medio de la inminente configuración de la
Nación Argentina. Como tal proceso demostraría, la nueva Nación necesitaría formar a
sus ciudadanos en los valores que ésta mantendría como fundacionales. Era de suma
importancia, mantener por sobre todas las cosas un orden y jerarquía dentro de la
escuela en el cual se viera plasmado el orden y jerarquía social. De esta manera, el
sistema educativo Argentino nace para dar respuesta a las necesidades sociales y
culturales no solo de la población sino también de los dirigentes.
La escuela secundaria Argentina se instala como el lugar en donde no sólo se llevarían
a cabo la formación de saberes, sino también la formación y perpetuación de una clase
de elite con las características indispensables para convertirse en la futura clase
gobernante de la Nación en crecimiento. Por tal motivo, los contenidos y lineamientos
de la escuela media respondían sólo a estas necesidades, priorizando saberes
enciclopedistas y academicistas. En efecto, el modelo institucional de referencia para la
educación secundaria fue el de los colegios humanistas.
Bajo el lema "Gobernar es poblar", Juan Bautista Alberdi sentaba las bases de lo que
sería la Nación emergente: se daba la bienvenida a la inmigración al país, pero al
mismo tiempo se reconocía la necesidad de normalizar e igualar a la masa inmigratoria
que el país comenzaba a recibir. Con la abundante inmigración europea, especialmente
de italianos y españoles, se encontró la posibilidad de planear una nueva sociedad que
poblara las regiones desiertas del país y a su vez civilizara a través del poblamiento.
Estas inmigraciones masivas, el surgimiento de nuevos sujetos sociales, el posible
ascenso social, vastas exportaciones y control político de la oligarquía conservadora,
rubricaron el período de profundas transformaciones entre 1880 y 1916 que cimentaron
la Argentina moderna.
Fue la educación, entonces, la herramienta elegida por el Estado para afirmar la
conciencia nacional de los habitantes y de los contingentes de migrantes que
constituían la base poblacional del país. Se consideró a la escuela primaria como ente
normalizador, mientras que la escuela media se encargaría de continuar forjando la
idea de ciudadano y de nacionalidad.
En 1863 se crea el Colegio Nacional de Buenos Aires impulsado por el Presidente
Mitre, marcando entonces el inicio de la enseñanza de Nivel Medio en Argentina. El
objetivo del mismo era formar a la élite política del país y preparar a los estudiantes
para la Universidad. En los años siguientes, como parte de la política educativa del país
se crearon Colegios Nacionales adicionales en la mayoría de las capitales
provinciales. Por otro lado, a partir de 1869 se evidenció una fuerte necesidad de
formar maestros para la constante expansión de la escuela primaria y es así como el
Presidente Sarmiento funda la Escuela Normal de Paraná. Este tipo de enseñanza, si
bien en un principio no era considerada secundaria, se expandió rápidamente por todo
el territorio nacional dando respuesta a la inminente necesidad de maestros y fue
posteriormente considerada uno de los tipos de enseñanza secundaria. El origen y la
evolución de la educación secundaria estatal en Argentina presentó amplios debates de
acuerdo al tipo de enseñanza a impartir: alineación con la escuela primaria, formación
humanista general, preparación para el ingreso a la universidad o formación para el
mundo del trabajo. Todas las propuestas mencionadas reflejaban el cambio constante
en que se encontraba el país, como así también las diferentes necesidades sociales. A
pesar de las disputas constantes, a finales del siglo XIX, estaban delineadas las
principales modalidades de educación secundaria argentina: bachiller, normal,
industrial y comercial
Sin embargo, ya hacia 1921, los Colegios Nacionales contaban con más alumnos que
las Escuelas Normales. El crecimiento más moderado de las Escuelas Normales así
como la reducida incidencia cuantitativa de otras modalidades de educación media
(Escuelas Técnicas, Agropecuarias y Comerciales) pone en evidencia la valoración que
el título de "bachiller" tiene para los sectores dominantes y para las clases medias en
ascenso en la Argentina. El modelo institucional del Colegio Nacional pasó entonces a
ser considerado como el modelo de mayor valor social. Comienza entonces un proceso
de democratización que reflejaría los intereses de las clases en ascenso que veían en
la escuela secundaria la herramienta necesaria para posicionarse mejor en la escala
social y el Estado Nacional no permanecerá ajeno a este proceso.
A partir de 1930, la fundación de colegios de enseñanza media aumenta notablemente
mostrando una aspiración de democratizar el sistema y ponerlo al alcance de nuevas
clases sociales, perdiendo su carácter exclusivista.

De esta manera, la función social de la escuela secundaria se vio modificada: sus


objetivos se transformaron y ampliaron, y la creación y expansión de las modalidades
comerciales e industriales permitieron complementar al sistema educativo con la
preparación para el mundo laboral. Se impulsó la enseñanza técnica, dando voz y
reconocimiento a sectores antes postergados.
Con la llegada del gobierno peronista se profundizan las características anteriores. En
la década del 60, con los gobiernos de corte desarrollista se hizo hincapié en la
educación secundaria y universitaria ya que eran los niveles de enseñanza más
comprometidos con el desarrollo del proyecto económico de ese momento. Sin
embargo, este nuevo énfasis puesto en la escuela secundaria y la importancia otorgada
al vínculo con el mundo del trabajo estarían por cambiar con el advenimiento de los
gobiernos militares. Durante los años 70 se profundiza la concepción de la educación, y
por lo tanto de la escuela también, como lugar de creación y promoción de ideologías.
Esta característica tan distintiva de la nueva escuela secundaria democratizadora, fue
uno de los principales puntos de ataque de los gobiernos militares. El golpe militar de
1976 penetró a la sociedad en todos sus aspectos, y la escuela media no quedó exenta
de los controles y persecuciones que fueron parte de la vida cotidiana de los argentinos
durante esos años.
Posteriormente, en la década del 80 los cambios estuvieron vinculados a la apertura
democrática. Se abrió el diálogo y el debate sobre educación media en general y sobre
su calidad en particular. A partir de 1988 se pusieron en práctica estrategias de
transformación del nivel medio relacionadas al mejoramiento de la calidad de éste
(Braslavsky y Tiramonti, 1990). En general en los países latinoamericanos, durante la
década del 90, comienzan a implementarse diferentes políticas vinculadas a la reforma
de sus sistemas educativos. La reforma en el sistema educativo argentino se produce
en tres niveles distintos, en primer lugar, el que podríamos llamar cambio de
estructura que está asociado a los cambios en los años de escolaridad obligatoria. En
segundo lugar, cambio alrededor de la currícula, teniendo en cuenta diferentes
modalidades las que en cierta manera se vinculan a los nuevos requerimientos en los
puestos de trabajo. Por último, la reforma también introdujo cambios en la gestión. En
la década del 90 lo central en educación se produce a través de la nueva Ley Federal
de Educación sancionada en 1993 que sintéticamente plantea el rediseño de la
estructura del sistema educativo, se extiende la educación primaria de 7 a 9 años,
produciendo un corte en la antigua educación secundaria, ésta queda sólo en tres años
(entonces denominada educación polimodal) con el propósito de garantizar mayor
educación al sector primario, y acortar las trayectorias de nivel medio para hacerlas
más tentadoras a los ojos de los estudiantes que comienzan a percibir en el sistema
una creciente falta de sentido. Por ese entonces, además, se elaboraron programas
compensatorios como el Plan Social Educativo y, en 1997, Becas de Retención
Escolar, cuyos objetivos eran mejorar la equidad de aquellos sectores menos
favorecidos. Las nuevas propuestas e intentos de reformas apuntaban a inclinar la
balanza nuevamente para favorecer a aquellos sectores que habían sido dejados fuera
del sistema durante el gobierno militar. Al mismo tiempo, las modificaciones realizadas
durante este periodo fueron tan profundas, que no bastaría simplemente una vuelta de
página. El sistema estaba tan afectado como la sociedad del momento.
La década de 1990 se caracterizó por una reactivación de la educación y de su
importancia a escala global, y por una gran uniformidad de la política y la reforma
educativa también a escala global, en el marco de la globalización y la hegemonía del
modelo y el pensamiento neoliberal. En la formulación de los objetivos de la educación
y el cambio educativo a nivel mundial primó el enfoque de capital humano que ve en la
educación esencialmente la herramienta para producir trabajadores calificados, útiles a
las necesidades de la empresa, versátiles y flexibles para adecuarse a los cambios.
Siguiendo la línea de pensamiento neoliberal, no debería extrañarnos que en ese
entonces el discurso y comparación empresarial penetrara la esfera educativa(calidad
total, la escuela equiparada con la empresa, el alumno con el cliente, el director de
escuela con el gerente, gestión escolar como gerencia escolar, etc.), así como en
el imaginario en torno a la "educación del futuro"; el listado de valores y actitudes
deseables en el educando coincide, de hecho, con el listado de valores y actitudes
destacados como esenciales en el mundo corporativo moderno: flexibilidad, autonomía,
resolución de conflictos, cooperación, creatividad, trabajo en equipo, etc.
El rol del Estado se vio duramente modificado también. Comenzó a crecer la idea de
que el Estado era ineficiente en materia educativa, y que por lo tanto, los sectores
privados debían encargarse del trabajo que el Estado no había sabido llevar a cabo. En
esta época, la sola idea de gestión estatal era sinónimo de ineficacia. Al mismo tiempo,
organismos como Unesco, Banco Mundial, UNICEF entre otros, tomaron partida a la
hora de diagnosticar los problemas de le educación y en sugerir propuestas para las
reformas basadas, primordialmente, en su visión individual del sistema educativo.
Habiendo atravesado tantos cambios políticos y sociales, no debería resultar extraño
que los actores educacionales pierdan la fe en el sistema, y que la crisis de sentido de
la escuela secundaria se haga aún más notoria. La escuela media funciona como lo
describe Filmus, de trampolín a paracaídas: no ayuda a ascender socialmente, por el
contrario, en las actuales condiciones sociales y el proceso de reversión por el que
atraviesa actualmente la movilidad social, funciona como un paracaídas que posibilita
hacer del descenso una caída más lenta y más amortiguada. Los alumnos que año a
año ingresan a la escuela secundaria lo hacen en condiciones sociales y económicas
que varían constantemente, y su visión del rol de le educación se ve entonces afectado
por el mundo exterior. La incertidumbre laboral penetra al sistema vulnerando sus
virtudes, como así también a docentes y al alumnado. Se hace evidente para los
alumnos que tener un título secundario ya no es garantía de inserción laboral, y que por
el contrario, cada vez más certificaciones son requeridas para desempeñar puestos
para los que quizás el individuo esté sobre-educado.
En la actualidad, es posible afirmar que la educación media atraviesa una crisis de
identidad (Gallart, Ibarrolla, 1994). Para Filmus, el nivel medio se ha convertido en una
condición necesaria aunque ya no suficiente para el cumplimiento de las tres promesas
tradicionales que competen al sistema educativo: el acceso al mercado de trabajo en
condiciones dignas, la posibilidad de continuar los estudios superiores y la participación
ciudadana plena (Filmus, 2001).
Pasar de una escuela exclusiva a una inclusiva no es un proceso tan sencillo, ya que
es necesario estudiar, analizar y transformar el sistema por completo, y no
parcialmente. Las reformas educativas en Argentina se han caracterizado por poner
parches en lugares en donde un trabajo más profundo debería haberse llevado a cabo.
Cabe destacar también que a lo largo de la historia del sistema educativo argentino, el
énfasis del fracaso había sido puesto primordialmente en el alumno. Era únicamente su
responsabilidad no poder cumplir con los requerimientos para llevar una trayectoria
satisfactoria en la escuela. En palabras de Inés Aguerrondo, la unidad de cambio no
debe ser el alumno, ni el aula o la escuela, sino el mismo sistema. Es imposible pensar
una nueva escuela si los alumnos no son considerados en base a la realidad que el
país atraviesa y a la necesidad de los mismos.
En el año 2006, fue sancionada la Ley de Educación Nacional 26.206 que pone énfasis
en la obligatoriedad de la educación secundaria como motor principal para lograr la
inclusión. De esta manera, las políticas educativas deberán garantizar a todos los niños
del territorio Argentino las condiciones para que su derecho se lleve a cabo. De este
modo, el Estado Nacional intenta recuperar su posición en materia educativa. Con
respecto a este punto, el Artículo 11 resalta:
“Los fines y objetivos de la política educativa nacional son:
a) Asegurar una educación de calidad con igualdad de oportunidades y
posibilidades, sin desequilibrios regionales ni inequidades sociales”

Al mismo tiempo, la ley reconoce la importancia de capacitar a los estudiantes para que
puedan enfrentarse al mundo del trabajo, las ciencias y las nuevas tecnologías. Que se
desarrollen como seres democráticos y pensantes, y que puedan usar al conocimiento
como herramientas para lograr una fructífera inserción laboral. Cabe destacar también
que la ley hace mención a la necesidad de apoyo y seguimiento constante que los
alumnos deben tener para poder completar sus estudios y que su trayectoria no se vea
interrumpida por factores externos (como por ejemplo, problemas familiares o
económicos) De esta manera, la ley se define y afianza como un documento que
resalta el perfil inclusivo y democratizador de la escuela secundaria.

En pos de poder llevar a cabo los objetivos planteados en la Ley Nacional de


Educación, el Consejo Federal de Educación aprueba el Plan de Mejoras
Institucionales por medio de la resolución 88/09. Dichos Planes, son financiados por el
Ministerio de Educación y responden a cursos de acción determinados por las
escuelas. Esto se traduce en una mayor participación y reconocimiento de las voces y
visiones de los propios actores educacionales. Los mismos permiten indagar,
investigar, reformular y proponer en base a cada situación particular.
La implementación del Plan de Mejoras da a entender que finalmente se admite un
nuevo paradigma social y educativo, y se reconocen nuevas y diversas necesidades
del alumnado, como así también desafíos que cada escuela deberá enfrentar: es
necesario garantizar la educación a todos los alumnos, pero también retenerlos para
asegurar que su trayectoria escolar pueda concluí satisfactoriamente, y a lo largo del
trayecto brindarles educación de calidad.
Según dicta el documento 1 “Diseño e Implementación del Plan de Mejora
Institucional”:
“El Plan de Mejora no es un proyecto o un plan más, un nuevo nombre para otros
dispositivos. El Plan de Mejora es una ocasión y una herramienta para avanzar en
la institucionalización de una escuela que elija a todos los jóvenes sin excepción y
que a su vez, sea elegida por ellos y ellas. Una escuela donde docentes y estudiantes
puedan encontrar o reencontrar-se con sentidos más potentes que los actuales al
estar allí, compartiendo una tarea que requiere de un esfuerzo diario y colectivo para
la transmisión y apropiación creativa de la herencia cultural a la cual todos y todas
tenemos derecho.”

Metodología

El enfoque metodológico de este trabajo será de carácter cualitativo, ya que el foco estará
puesto en la interpretación del material a obtenerse en la observación del campo de trabajo.
Desde este paradigma comprensivo, se concibe al campo escolar como un ámbito dinámico que
debe ser descripto, comprendido e interpretado con un compromiso ideológico.
Por medio de encuestas y entrevistas se pretende dar cuenta de la realidad en que se encuentran
las escuelas secundarias y que estrategias utilizan los docentes y directivos para poder llevar a
cabo los Planes de Mejoras. El propósito de la información no será únicamente relevar datos,
sino someterlos a análisis a fin de dar respuesta al interrogante planteado en este trabajo.

Bibliografía

Ley Nacional de Educación N° 26.206, Ministerio de Educación, Argentina.


http://www.me.gov.ar/doc_pdf/ley_de_educ_nac.pdf 25/3/14

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