Wright observa que los cuatro tipos de actividades comunicativas que indica

(vigilancia del ambiente, interpretación de los acontecimientos, transmisión cultural,

entretenimiento) no representan funciones, por el contrario, son las consecuencias del
desarrollo de FENÓMENOS COMUNICATIVOS mediante procesos institucionalizados de
comunicación de masas. Respecto a la sociedad, la DIFUSIÓN DE INFORMACIÓN
cumple dos funciones:

1. proporciona la posibilidad de alertar a los ciudadanos frente a amenazas y

peligros;
2. proporciona los instrumentos para realizar algunas actividades cotidianas
institucionalizadas en la sociedad, por ejemplo: intercambios económicos.

En relación con el individuo, y solamente tomando en cuenta su mera existencia

como medios de comunicación de masas, se identifican otras tres funciones:

I. Atribución de estatus y prestigio a un grupo de personas al recibir el apoyo

de los medios de comunicación de masas.

II. El fortalecimiento de prestigio a quienes son considerados ciudadanos bien

informados.

III. El fortalecimiento de las normas sociales. La información de los medios de

comunicación de masas refuerza el control social en las grandes sociedades
urbanizadas. Sirven para reafirmar normas sociales denunciando desviaciones
de la opinión pública.

Las DISFUNCIONES que presentan los medios de comunicación de masas por su

“mera presencia” respecto a la sociedad en su conjunto, se las puede apreciar en el
hecho de que las corrientes informativas que circulan libremente pueden
AMENAZAR LA ESTRUCTURA FUNDAMENTAL DE LA PROPIA SOCIEDAD. A nivel
individual, las noticias alarmantes pueden provocar pánico y no una reacción de
vigilancia. Un disfunción más grande está representada por el hecho de que el
exceso de información puede llevar al repliegue sobre lo privado y esto facilitaría un
mayor control. Finalmente la gran exposición de información lleva a lo que se
denomina “disfunción narcotizante”: se habla de disfunción porque no es positivo
para una sociedad moderna tener masas de población políticamente apáticas. El
exceso de información lleva a que el hombre tenga solamente acceso a la realidad
política mediante los medios, que sea completamente mediatizada, transformándose
en un ciudadano pasivo.

Si se analiza a los medios pero desde UNA PERSPECTIVA FUNCIONAL CONFORME

LA ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL Y DE PROPIEDAD DE LOS MISMO, aparecen
otras funciones: como están apoyados en las grandes empresas y dentro de un sistema
social y económico, los medios de comunicación de masas contribuyen al mantenimiento
de un sistema. Los medios establecen que se dice y que no se dice, así, no solamente
mantienen el status quo, sino que también dejan de plantear problemas esenciales.

Existen relaciones funcionales entre el sistema de los medias y los subsistemas sociales
que tienen como consecuencia la consolidación a nivel económico e ideológico de esta
relación. Estas relaciones consisten la baja calidad cultural de la producción de la
comunicación de masas, lo cual constituye un elemento crucial del subsistema
mediológico ya que satisface los gustos y las exigencias de determinados sectores de
público que para los aparatos comunicativos constituyen la parte más importante del
mercado. Esto permite un equilibrio financiero y económico que garantiza la estabilidad
al subsistema de los media.

Existe un sector que ha sido influenciado directamente por el paradigma

funcionalista:

De los usos como funciones a las funciones de los usos: la hipótesis de los “uses and
gratifications”

La idea inicial de la comunicación como generación de inmediata influencia en una

relación estímulo/reacción es remplazada por un estudio más atento de los
contextos y las interacciones sociales de los receptores, y que describe la eficacia
de la comunicación como el resultado complejo de múltiples factores.

La inversión de la perspectiva se basa en la afirmación de que ni siquiera el mensaje

del más potente de los media puede normalmente influenciar en un individuo que
no se sirva de él en el contexto socio – psicológico en el que vive.

El efecto de la comunicación de masas es entendido como consecuencia de las

gratificaciones a las necesidades experimentadas por el receptor: los medias son
eficaces si y cuando el receptor les atribuye dicha eficacia, sobre la base justamente
de la gratificación de necesidades. Dicho de otra forma, la influencia de las
comunicaciones de masas sería incomprensible si no se considera su importancia
respecto a los criterios de experiencia y a los contextos situacionales del público:
los mensajes son disfrutados, interpretados y adaptados al contexto subjetivo de
experiencias, conocimientos, motivaciones.

Basándose en una revisión de la bibliografía mediológica relativa a las funciones

psicológicas y sociales de comunicación de masas se pueden establecer cinco clases
de necesidades que los mass media satisfacen:

1. necesidades cognoscitivas (adquisición y refuerzo de los conocimientos y de

la comprensión);

2. necesidades afectivas – estéticas (esfuerzo de la experiencia estética,

emotiva);

3. necesidades integradoras a nivel de la personalidad (seguridad, estabilidad

emotiva, incremento de la credibilidad y estatus);

4. necesidades integradoras a nivel social (refuerzo de los contactos

interpersonales, con la familia, los amigos, etc.);

5. necesidades de evasión (relajación de las tensiones y de los conflictos).

Puede establecerse una relación entre el contexto social en el que vive el
destinatario y las clases de necesidades que favorecen el consumo de
comunicaciones de masas. Esto se manifiesta conforme 5 modalidades:

i. La situación social produce tensiones y conflictos, que el consumo de mass

media atenúa.
ii. La situación social crea la conciencia de determinados problemas que exigen
atención, y la información sobre ellos puede buscarse en los media.
iii. La situación social ofrece escasas oportunidades de satisfacer determinadas
necesidades, que procuran satisfacerse en forma delegada en los media.
iv. La situación social crea determinados valores, cuya afirmación y refuerzo son
facilitados por los mass media.
v. La situación social proporciona y determina expectativas de familiaridad con
determinados mensajes, que deben por tanto ser disfrutados para sostener la
pertenencia a grupos sociales de referencia.

Además de la conexión entre clases de necesidades y modalidades de consumo de los media

e imperativos