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Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián

1. IDENTIFICACIÓN:
GUIA No. 1 FECHA: 20/02/2018
ESTUDIANTE:
AREA: Historia, Geografía, democracia y
ASIGNATURA: Economía
constitución política
GRADO: Décimo DURACION EN HORAS: Dos
COMPETENCIAS: Interpretativa, argumentativa, propositiva.
DBA LC 5: Comprende que los argumentos de sus interlocutores involucran
procesos de comprensión, crítica y proposición.
DOCENTE: Vida Patricia Durán González

2. EXPLORACION CONOCIMIENTOS PREVIOS:


Actividad individual:
Encontrarán información que puede ser útil.
¿Cómo funciona el populismo económico?

Hoy día, ante la llegada al poder de los populistas en el mundo occidental, se está
gestando un conflicto sobre la propiedad intelectual de su orientación. Escritores
como John Judis afirman que los estadounidenses decimonónicos inventaron el
populismo político, con su postura antielitista y su inflamatoria retórica. Acaso no
estén de acuerdo con esto los argentinos, que aportaron al mundo el
ultrapopulista Juan Domingo Perón, ni tampoco los brasileños con su conocido
Getúlio Vargas.
Pero no puede haber desacuerdo alguno en que los latinoamericanos han sido
los mejores y más antiguos practicantes del populismo económico. En el siglo XX,
Perón y Vargas, junto con Alan García en Perú (por lo menos durante su primer
período), Daniel Ortega en Nicaragua, Salvador Allende en Chile y muchos otros,
practicaron el proteccionismo comercial, incurrieron en altos déficits
presupuestarios, sobrecalentaron sus economías, permitieron el alza de la
inflación, y eventualmente sufrieron crisis cambiarias. En años recientes, Hugo
Chávez y Nicolás Maduro de Venezuela han practicado estas políticas en forma
aún más extrema.
¿Qué debería aprender el mundo rico, que actualmente pasa por su propia racha
de populismo económico, a partir de la experiencia de América Latina?
No nos equivoquemos: a juzgar por la trayectoria de los expertos de
su establishment, el mundo rico necesita algunas lecciones. En el Reino Unido,
los opositores al Brexit insistieron en que si se optaba por abandonar la Unión
Europea, no se podría evitar una recesión, o incluso una crisis económica a gran
escala. Con posterioridad al referendo, la libra esterlina se depreció algo, pero no
sucedió mucho más, y actualmente la economía británica continúa creciendo.
En Estados Unidos, los economistas académicos advirtieron repetidamente que
los planes económicos de Trump eran poco menos que una locura. Luego de su
sorprendente victoria, muchos profetizaron una catástrofe económica inmediata.
Pero desde entonces el mercado bursátil ha batido récords por lo alto, los precios
de los productos básicos han vuelto a subir, y los pronósticos sobre el crecimiento
económico del país siguen al alza.
En realidad, no es así. Pero para comprender las consecuencias de las políticas
populistas, primero se debe comprender su lógica. En un estudio clásico,
Sebastián Edwards de UCLA y el fallecido Rudiger Dornbusch de MIT, definen el
populismo económico como "un acercamiento a la economía que enfatiza el
crecimiento y la redistribución del ingreso y resta importancia a los riesgos de la
inflación y del financiamiento deficitario, a las restricciones externas, y a la
reacción de los agentes económicos ante políticas agresivas ajenas al mercado".
Agregan que los enfoques populistas "a la larga fracasan", no porque la economía
conservadora sea mejor, sino como "resultado de políticas insostenibles".
"A la larga" puede ser mucho tiempo. Las políticas populistas se llaman así
precisamente porque son populares; y lo son porque funcionan –por lo menos
durante algún tiempo–.
Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián
En una economía deprimida, un estímulo fiscal considerable produce un repunte
en el crecimiento y en la creación de empleo. Si los mercados financieros se
entusiasman (como suelen hacerlo), el tipo de cambio se aprecia, lo que aplaca
las nacientes presiones inflacionarias y abarata las importaciones. Y, como
lo sostiene desde hace tiempo Guillermo Calvo, economista argentino y profesor
de la Universidad de Columbia, precisamente porque son insostenibles, las
políticas populistas hacen que la gente traslade sus gastos de un futuro incierto
al presente, el momento de las vacas gordas. Esto refuerza el impacto expansivo
del estímulo, con un efecto que resulta especialmente potente bajo un sistema de
tipo de cambio fijo. Por lo tanto, países de la eurozona: ¡cuidado!
Con el consumo, el crédito y el empleo en auge, y los precios de los activos por
las nubes, una cálida y agradable sensación de prosperidad permea la sociedad.
Los líderes populistas se sienten reivindicados, y no tienen vergüenza en
atribuirse el mérito. Sus índices de popularidad sólo pueden subir, y así sucede.
Al cabo de un tiempo, los abstemios comienzan a advertir que la deuda se está
acumulando demasiado rápido, que la calidad del crédito se está deteriorando,
que se están incubando presiones inflacionarias y que el tipo de cambio
sobrevalorado está provocando daño duradero a los exportadores. Pero la música
está tan alta y el baile tan animado, que nadie escucha las advertencias.
¿Cuánto puede durar la fiesta? Hemos aprendido de los episodios
latinoamericanos que la respuesta depende, ante todo, de las condiciones
iniciales. La mayoría de las economías industriales han crecido poco con
posterioridad a la crisis financiera. El problema no ha sido la inflación, sino la
deflación.
En efecto, en Estados Unidos la tasa de desempleo ha disminuido
considerablemente. Pero después de los numerosos shocks y cambios
tecnológicos ocurridos en los últimos diez años, existe bastante incertidumbre
acerca de cuánta capacidad no utilizada queda y de dónde se ubica la tasa de
desempleo que garantiza que la inflación no se acelere (la famosa NAIRU, según
su sigla en inglés). Bien podría ser que alguien como Trump descubra que es
posible estimular la economía durante bastante tiempo antes de que surjan
desequilibrios obvios.
Lo segundo que hemos aprendido es que la deuda, tanto pública como privada,
de hecho se convierte en una restricción. Pero cómo y cuándo ello ocurre
depende, de manera crucial, de qué tipo de deuda se trate. Hoy día, las
economías avanzadas obtienen créditos en sus propias monedas a tasas de
interés cercanas a cero (y a veces negativas). Incluso si el punto de partida es
una relación deuda-PIB alta, puede pasar mucho tiempo antes de que los
aumentos de la deuda desencadenen una emergencia. Basta con preguntarles a
los japoneses.
¿Qué sucede cuando los mercados financieros finalmente se atemorizan y dejan
de otorgar créditos? Como Paul Krugman, economista ganador del Nobel, se
esforzó por demostrar en un estudio reciente, una economía con tipo de cambio
flexible y una deuda denominada en su propia moneda, no se contrae sino que
se expande en respuesta al shock provocado por un congelamiento del crédito
externo y un posterior desapalancamiento. (Por supuesto que Krugman abogaba
por la expansión fiscal bajo un presidente demócrata, pero el punto sigue siendo
válido). Ni siquiera entonces se produce una crisis inmediata.
En 1953, Perón envió un mensaje al presidente chileno Carlos Ibáñez, otro
general de ejército. "Mi querido amigo: Dé al pueblo, especialmente a los
trabajadores, todo lo que pueda", escribe. "Nada hay más elástico que esa
economía que todos temen tanto porque no la conocen". Es posible que, si llegara
a pensarlo, Trump diera con la misma conclusión.
Los antipopulistas en Estados Unidos, el Reino Unido y otros lugares, deben
aceptar la realidad de que malas políticas dan resultados positivos, tanto
económica como políticamente, mucho antes de volverse tóxicas. Por supuesto
que el exceso de deuda privada y pública, la pérdida de la capacidad exportadora
y el debilitamiento de las instituciones, perjudican a la economía (y al orden
político), pero solo en el largo plazo. Si los críticos no comprenden esto y actúan
de manera acorde, en los países ricos los populistas estarán en el poder por un
período tan largo (y destructivo) como alguna vez lo estuvieron en América Latina.
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3. MATERIAL DE CONSULTA:

Tomado de: https://www.weforum.org/es/agenda/2017/02/como-funciona-el-


populismo-economico

VALORACIÓN INTEGRAL
CALIFICACION GUÍA FIRMA FIRMA
DESEMPEÑO
CUALITATIVA CUANTITATIVA DOCENTE ACUDIENTE
SUPERIOR
(96 – 100)
ALTO
(86 – 95)
BASICO
(75 – 85)
BAJO
(10 – 74)

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