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FACULTAD DE MEDICINA
PROYECTO DE TESIS:
PRESENTADO POR:
HUÁNUCO - PERÚ
2017
CONOCIMIENTOS Y ACTITUDES DE LOS ESTUDIANTES DE ODONTOLOGÍA
FRENTE A LA ATENCIÓN DE PACIENTES CON EPILEPSIA EN LA CLÍNICA
ODONTOLÓGICA UNHEVAL - HUÁNUCO 2017
OBJETIVO GENERAL
Determinar el nivel de conocimiento y actitudes de los estudiantes de la Clínica
Odontológica Unheval, frente a la atención de pacientes con Epilepsia.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Identificar el nivel de conocimiento frente a la atención de pacientes con
Epilepsia en los estudiantes de la Clínica Integral del Adulto II Unheval -
Huánuco 2017
Determinar las actitudes con respecto a la atención de pacientes con
Epilepsia en los estudiantes de la Clínica Integral del Adulto II Unheval -
Huánuco 2017
Identificar el nivel de conocimiento frente a la atención de pacientes con
Epilepsia en los estudiantes de la Clínica Integral del Adulto IV Unheval -
Huánuco 2017
Determinar las actitudes con respecto a la atención de pacientes con
Epilepsia en los estudiantes de la Clínica Integral del Adulto IV Unheval -
Huánuco 2017
Establecer los conocimientos frente a la atención de pacientes con
Epilepsia en los estudiantes de la Clínica Integral del Adulto II y Clínica
Integral del Adulto IV Unheval - Huánuco 2017
Establecer las actitudes frente a la atención de pacientes con Epilepsia en
los estudiantes de la Clínica Integral del Adulto II y Clínica Integral del
Adulto IV Unheval - Huánuco 2017
Relacionar el nivel de conocimiento y actitudes de los estudiantes de la
Clínica Integral del Adulto II y Clínica Integral del Adulto IV Unheval -
Huánuco 2017
JUSTIFICACIÓN
Los pacientes con epilepsia presentan una serie de características clínicas y
odontológicas que exigen un manejo específico. Es de gran importancia dejar de
lado mitos con respecto a la epilepsia que hacen que muchas personas lo oculten
por miedo a ser discriminadas, exponiéndose a riesgos innecesarios. Conocer y
comprender lo que les pasa permite mejorar su calidad de vida; se han logrado
grandes avances científicos solo resta la disminución de las barreras sociales.
Además de los síntomas conocidos como convulsiones recurrentes y
contracciones musculares, la persona afectada puede presentar dolor de cabeza,
cambios en el humor o nivel de actividad, mareos, desmayos, confusión y pérdida
de la memoria. Muchos casos presentan un "aura", que son sensaciones
personales que anuncian que una convulsión es inminente, y que aparece antes
de sufrir una convulsión generalizada.
En el abordaje odontológico debemos tener en cuenta los factores que pueden
desencadenar una crisis convulsiva y en el tratamiento propiamente dicho es
importante la habilidad del profesional y la organización del procedimiento a
realizar para evitar complicaciones si se desencadena una crisis.
Es importante destacar en estos pacientes la importancia de la prevención y la
mayor incidencia de problemas periodontales debido a la medicación.
MARCO CONCEPTUAL
Concepto de Epilepsia
La crisis epiléptica es una manifestación clínica debida a una descarga neuronal
anormal y excesiva de un grupo de neuronas cerebrales. Las manifestaciones
clínicas consisten en fenómenos anormales repentinos y transitorios que pueden
incluir desde alteraciones del nivel de conciencia (cuadros de ausencias),
trastornos motores (crisis tónicas), sensitivas (parestesias), sensoriales
(alucinaciones auditivas, visuales) hasta crisis generalizadas tónica-clónicas o
ataque de “gran mal”. Estas alteraciones pueden ser percibidas por el paciente o
por un observador. Cuando las crisis epilépticas se hacen recurrentes (más de
dos) se habla de epilepsia.
La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas de mayor frecuencia, se
estima entorno a 7-10 casos /1000 habitantes, siendo el pico de mayor prevalencia
en la infancia y en la tercera edad. En nuestro medio se tiende a ocultar el
padecimiento de la enfermedad y exponiéndose el paciente al riesgo de tener una
crisis que se hubiera evitado de actuar correctamente.
El diagnóstico diferencial de las crisis epilépticas se ha de efectuar con un amplio
grupo de enfermedades. De todas ellas, la más frecuentes son los cuadros
sincopales y cuadros de lipotimia/hipotensión, que habitualmente consisten en
episodios de pérdida de conocimiento de forma aislada sin manifestaciones
neurológicas previas ni posteriores.
Clasificación de la epilepsia:
Hay cinco tipos de epilepsia:
1. Crisis de gran mal.
El inicio es rápido y es precedida de un aura momentánea. Está asociada con
fases tónicas y clónicas de espasmo muscular, el paciente pierde la
conciencia y se vuelve pálido. Las pupilas se dilatan, los ojos giran hacia
arriba o hacia un lado, la cara se distorsiona y a menudo se da una rápida
contracción de los músculos de la mandíbula. Puede ocurrir que el paciente
miccione o defeque. El paciente puede experimentar cianosis durante la fase
tónica (tensión continua o contracción) con una duración de 20-40 segundos.
La fase clónica (serie alternante de las contracciones y relajación parciales)
puede durar varios minutos. La última fase es la postparosxística o posticial,
que puede durar minutos u horas; el paciente permanece inconsciente, las
pupilas no reaccionan a la luz y puede encontrarse signo de Babinsky
bilateral. El paciente se despierta de la crisis con grave dolor de cabeza y en
un estado general de confusión. Un paciente que sufre una convulsión tónico-
clónica generalizada en el consultorio dental debe ser manejado y ser puesto
en una posición en la que no pueda hacerse daño, lo pondremos en el suelo
lejos del equipo dental. Si el ataque es largo será necesaria la administración
de oxígeno. Por lo general es suficiente que el dentista espere hasta que la
convulsión termine y luego lo evalué. La recuperación puede ser rápida o el
paciente puede estar irritable una vez termine.
2. Crisis de pequeño mal.
Aparece entre los 3 años de edad y la pubertad. Es más común en las niñas.
Se compone de pérdida de la conciencia transitoria. Puede ocurrir una o dos
veces al mes o con mucha frecuencia a intervalos menores y con una
duración de menos de 30 segundos. También pueden aparecer movimientos
hacia arriba de los ojos, movimiento de los párpados, babeo o movimientos
rítmicos de la cabeza (asintiendo) o ligero temblor del tronco y de los
músculos de las extremidades. Estas crisis también pueden pasar
desapercibidos.
3. Convulsiones psicomotoras
Este tipo de convulsiones son difíciles de reconocer y controlar. Es este caso
se va a producir un aura leve que se va a manifestar como un grito del
paciente o un intento de correr en busca de ayuda. La persona estará
somnolienta o confusa después de lo ocurrido. La convulsión consiste en una
breve pérdida del tono postural. Después de 1-5 minutos de inconsciencia, se
podrá volver a la normalidad. En este caso no se van a producir convulsiones
tónico-clónicas.
4. Convulsión focal (crisis Jacksonianas)
Es producida por una lesión cerebral. Las convulsiones son normalmente
clónicas. Los músculos involucrados son los más especializados en los
movimientos voluntarios de la mano, la cara y la lengua.
5. Convulsiones inducidas por uno mismo
Algunos niños intentas provocar las crisis de pequeño y gran mal, mediante
estímulos que las desencadenan. Suele producirse en pacientes que no están
controlados con los fármacos. Estos lo hacen para llama la atención en
problemas familiares complejos y está indicada la consulta al psiquiatra.
Diagnóstico
El diagnóstico de epilepsia requiere la presencia de convulsiones recurrentes no
provocadas. Los pacientes que presentan convulsiones deben someterse a un
examen general y neurológico, en busca de otras causas que produzcan la
pérdida de la conciencia (por ejemplo, anomalías cardíacas, evidencia de
infección), los factores que contribuyen o las causas secundarias de la epilepsia, y
signos neurologicos focales. Algunos de los hallazgos clínicos importantes
incluyen alteraciones de la conciencia, la sensibilidad, las habilidades motoras y
los reflejos. Que nos cuenten detalladamente los ataques ya sea el paciente o los
testigos, puede ser importante para hacer un diagnóstico correcto.
Las herramientas de diagnóstico son: el electroencefalograma y la resonancia
magnética, importantes para clasificar el tipo de epilepsia. La electroencefalografia
registra las ondas emitidas por la corteza cerebral, identificando lo normal y lo
anormal y proporcionando información sobre la localización. El
electroencefalograma magnifica las señales y la envía al ordenador para poder ser
estudiadas.
Cuando diagnosticamos la epilepsia, la enfermedad subyacente también deberá
reconocerse. Los signos y síntomas del paciente antes, durante y después de las
convulsiones son vitales para determinar la causa.
Los análisis de sangre o el TAC también nos pueden ser de ayuda para el
diagnóstico. La epilepsia primaria se diagnosticara por descarte de las demás.
Tratamiento
Existen varias opciones para el tratamiento de las crisis epilépticas, incluyendo los
medicamentos anticonvulsivos, la estimulación del nervio vago, dieta cetogénica, y
la cirugía. Estas opciones se pueden usar al mismo tiempo en el mismo individuo
si es necesario.
La elección de la medicación está relacionada con el tipo de convulsiones. Los
pacientes con crisis frecuentes suelen ser tratados con medicamentos
anticonvulsivos, por el contrario cuando un paciente ha tenido una convulsión
única no suele recibir medicamentos, aunque este en seguimiento. El tratamiento
a largo plazo con un anticonvulsivo es más deseable, aunque algunos pacientes
necesitan una combinación para lograr una eficacia.
El efecto secundario oral más común de los fármacos antiepilépticos es la
hiperplasia gingival. La hiperplasia gingival se caracteriza por un crecimiento
anormal del tejido conectivo subepitelial gingival y el epitelio, por razones
desconocidas, (yo lo quitaría) los medicamentos anticonvulsivos como fenitoína,
carbamazepina, ácido valproico, y otros se utilizan individualmente y en
combinaciones para el tratamiento de la epilepsia, y actúan reduciendo la
frecuencia de las convulsiones, elevan el umbral de convulsión de la corteza
motora, y limitar la propagación de la excitación desde el foco de la convulsión.
Deberemos determinar si el paciente es candidato a tratamiento quirúrgico con
pruebas como monitorización prolongada de electroencefalograma y resonancia
magnética que nos confirmaras el síndrome y nos dirán la ubicación del foco. Los
cambios de comportamiento capturados y las anomalías epileptiformes focales en
el EEG son las piezas más importantes en la evaluación prequirúrgica. La cirugía
más común para el tratamiento de la epilepsia es la lobulectomía, en algunos
estudios se ha demostrado que su tasa de éxito es del 64%. Sin embargo, los
pacientes pueden experimentar una disminución significativa en la memoria
verbal.
MANEJO ODONTOLÓGICO
La comprensión de la epilepsia y de las convulsiones asociadas a ella crea
conciencia sobre el impacto de la enfermedad en la salud de estos pacientes, por
ello, el tratamiento dental en pacientes con epilepsia debe ser realizado por
odontólogos que conozcan la enfermedad.
Ante un paciente con antecedentes de crisis epilépticas deberemos evaluar una
serie de aspectos generales que pueden ser útiles con vistas a planificar el
tratamiento odontológico. El primero de los pasos será realizar una interconsulta
consulta con el médico que lo controla para conocer el estado actual de la
enfermedad, su estabilidad y los fármacos que está tomando. También habrá que
evaluar aspectos como el tipo de convulsiones, su frecuencia, duración, causa
conocida y factores desencadenantes. En cada visita se debe revisar y actualizar
el historial de medicación para determinar la dosis, su potencia, el cumplimiento y
las interacciones medicamentosas que podrían darse, ya que estas son comunes
y pueden variar sustancialmente la vida media y niveles en sangre de los
anticonvulsionantes. El objetivo general de la gestión dental es prevenir un ataque,
pero desafortunadamente, incluso si el paciente ha cumplido con la medicación,
las convulsiones pueden ocurrir.
Deberíamos posponer el tratamiento en pacientes no controlados, con crisis
frecuentes o con factores desencadenantes inmediatos por el riesgo a que se
produzca una crisis. Así mismo, se deberá evitar la administración intramuscular
o intravenosa de narcóticos, simpaticomiméticos o contrastes yodados. Se
recomienda controlar la ansiedad previa al tratamiento y evitar estados de estrés
excesivo antes previamente de éste, explicando los procedimientos antes de
comenzar y ofreciendo seguridad durante el mismo. Es conveniente citarlo a lo
largo de la mañana después de haber tomado su medicación, realizar una
planificación adecuada del tratamiento, con citas cortas y una analgesia y
sedación adecuadas.
Es importante conocer si las crisis van precedidas de aura porque esto nos
puede permitir ganar tiempo para eliminar todo aquello que pueda dañar al
paciente durante las convulsiones. Es fundamental usar abrebocas o cuñas de
goma que nos permitan retirar instrumental de la boca y amortiguar el cierre
brusco de la mandíbula durante el ataque.
Se deben evitar los estímulos desencadenantes de la crisis como hipoglucemia,
síncopes por hipotensión, accidente cerebrovascular o ataque isquémico
transitorio, hiperventilación, sobredosis con un anestésico local o aquello que el
paciente refiera que puede estar relacionado con el inicio de su ataque. Si el
paciente sufre un ataque convulsivo durante el tratamiento dental, deberemos
detener el procedimiento y proteger al paciente de una lesión amortiguando la
cabeza, frenando suavemente los movimientos incontrolados de las piernas y
brazos, evitar que caiga del sillón y aflojar las ropas, aspiraremos secreciones a
través de la superficie vestibular de los diente y nunca buscaremos forzar la
apertura, pues corremos el riesgo de lesionar la ATM o fracturas piezas
dentales. A medida que el paciente progresa a la fase post ictal mantener las
vías respiratorias permeables, comprobar el nivel de conciencia, tranquilar y
determinar la necesidad de asistencia sanitaria.
Las pacientes con convulsiones parciales o ausencias con protegerlos de
lesiones suele ser suficiente, ya que no hay pérdida de conciencia. En
ocasiones el personal ni siquiera es consciente de que un episodio ha ocurrido.
En cambio, el estado epiléptico de un ataque convulsivo debe ser tratado de
urgencia, y debe administrarse diacepan o midazolan por vía intravenosa para
evitar una lesión cerebral permanente. Si la crisis no cesa evacuar al paciente a
un centro hospitalario.