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¿Cómo se conduce la reunión?

w70 1/3 pág. 159 Preguntas de los lectores


Básicamente, hoy la celebración sigue esta forma: Como se acostumbra con las
reuniones de los testigos de Jehová, el programa principia con cántico y oración.
Entonces el orador explica con las Escrituras el significado de la ocasión y
los emblemas teniendo presente a su auditorio. Se hace una oración breve y sencilla sobre
el pan, y ése se pasa entre el
auditorio. Luego se hace una oración breve sobre el vino, y ése se pasa. Se
hacen comentarios apropiados de conclusión, y la reunión termina con cántico y
oración.

Acomodadores

km 4/90 pág. 7 párr. 5 La Conmemoración: celebración cristiana


Los ancianos también querrán escoger hermanos ejemplares y capacitados para
pasar los emblemas, preferiblemente ancianos o siervos ministeriales. Deben estar
bien organizados y entender con exactitud lo que implica su asignación. A los que
sirvan de acomodadores se les debe informar cuáles son sus deberes, tales como dirigir
a los que entren y salgan del salón así como controlar el tráfico adicional de automóviles.
En particular esto es importante en casos donde varias congregaciones usarán el mismo
Salón del Reino o complejo de Salones del Reino. También deben asegurarse de que el
orador esté al tanto de la hora y el lugar donde se efectuará la celebración. (Para
información adicional sobre los preparativos para la Conmemoración, véase La Atalaya
del 15 de febrero de 1985, página 19; 15 de febrero de 1990, páginas 16-18, y Nuestro
Ministerio del Reino de marzo de 1989, página 4.)

km 3/06 pág. 3 Recordatorios para la Conmemoración


Escoger con tiempo a los acomodadores y a los que servirán los emblemas, y explicarles
sus deberes, el procedimiento que han de seguir y la necesidad de que vayan
vestidos y arreglados de manera digna. *La sociedad no autoriza hacer ensayos de
cómo se pasaran los emblemas.

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● En la celebración de la Conmemoración no es necesario tocar música mientras se
pasan los emblemas. Los oradores y los que hacen los arreglos deben seguir las
instrucciones que se dan en el bosquejo para la Conmemoración y no procurar ser
innovadores o tratar de introducir ideas personales

w08 1/4 págs. 27-29 La eucaristía: la verdad tras el rito


¿“Esto es”, o “Esto significa”?
Es verdad que muchas traducciones de la Biblia vierten las mencionadas
palabras de Jesuú s de esta manera: “Tomen y coman; esto es mi cuerpo” y
“Beban todos de ella: esto es mi sangre” (Mateo 26:26-28, La Nueva Biblia
Latinoamérica, cursivas nuestras; veú ase tambieú n la Biblia de Jerusalén
Latinoamericana). Tambieú n es verdad que el teú rmino griego estín —una
forma del verbo que se traduce “ser”— esencialmente significa “es”. Pero
tambieú n puede verterse como “significa”. Cabe senñ alar que, en muchas
versiones de la Biblia, este verbo se traduce con frecuencia por “representa”,
“significa” o “es decir”. Lo que determina la traduccioú n maú s precisa es el
contexto. Por ejemplo, varias traducciones bíúblicas vierten estin como
“significa” en Mateo 12:7, como hace La Biblia de Nuestro Pueblo: “Si
comprendieran lo que significa [en griego, estin]: misericordia quiero y
no sacrificios, no condenaríúan a los inocentes” (veú ase tambieú n la Biblia de
Jerusalén Latinoamericana).
Muchos biblistas de renombre concuerdan en que al traducir estín por
“es” no se estaú reflejando con exactitud lo que Jesuú s dijo en ese pasaje. Por
ejemplo, el teoú logo catoú lico Jacques Dupont —citado en La fracción del pan,
de Xavier Leú on-Dufour— senñ aloú : “En el marco del modo de pensar de un
semita [como Jesuú s] y de la Biblia, el sentido maú s natural de las palabras
sobre el pan seríúa: ‘Esto significa mi cuerpo’, ‘Esto representa mi cuerpo’”.
En todo caso, Jesuú s no podíúa referirse a que sus seguidores estuvieran
comiendo su carne y bebiendo su sangre literalmente. ¿Por queú no? Veamos.
Despueú s del Diluvio de Noeú , Dios concedioú permiso al hombre para que
comiera la carne de animales, pero prohibioú especíúficamente el consumo de
sangre (Geú nesis 9:3, 4). Esta prohibicioú n se repitioú en la Ley de Moiseú s, que
Jesuú s obedecioú fielmente (Deuteronomio 12:23; 1 Pedro 2:22).
Y posteriormente, los apoú stoles —guiados por el espíúritu santo— repitieron
la prohibicioú n de consumir sangre, con lo que esta pasoú a ser una ley
obligatoria para todos los cristianos (Hechos 15:20, 29). ¿Instituiríúa Jesuú s una
celebracioú n que exigiera a sus seguidores desobedecer un decreto sagrado
del Dios todopoderoso? ¡Claro que no!
Es obvio, pues, que Jesuú s utilizoú el pan y el vino como síúmbolos. El pan sin
levadura significaba, o representaba, el cuerpo sin pecado que iba a sacrificar.
El vino tinto representaba la sangre que iba a derramar “a favor de muchos
para perdoú n de pecados” (Mateo 26:28).
El propósito de la Cena del Señor
Jesuú s concluyoú la primera celebracioú n de la Cena del Senñ or con estas
palabras: “Sigan haciendo esto en memoria de míú” (Lucas 22:19). Dicha
celebracioú n nos trae a la memoria lo que hizo Jesuú s y las cosas maravillosas
que se lograron con su muerte. Nos recuerda que Jesuú s defendioú la soberaníúa
de su Padre, Jehovaú . Tambieú n nos recuerda que mediante su muerte como
hombre perfecto, sin pecado, Jesuú s dio “su alma en rescate en cambio por
muchos”. El rescate hace posible que todo el que tenga fe en su sacrificio
redentor quede libre del pecado y alcance la vida eterna (Mateo 20:28).
Pero, ante todo, la Cena del Senñ or es una comida de comunioú n de la que
participan 1) Jehovaú Dios, quien dispuso lo necesario para el rescate,
2) Jesucristo, “el Cordero de Dios”, quien proveyoú el rescate, y 3) los hermanos
espirituales de Jesuú s. Al participar del pan y el vino, estos uú ltimos demuestran
que estaú n en completa unidad con Cristo (Juan 1:29; 1 Corintios 10:16, 17).
Tambieú n demuestran que han entrado en “el nuevo pacto” como discíúpulos de
Jesuú s ungidos por espíúritu santo. Estos son los que gobernaraú n con Cristo en
el cielo en calidad de reyes y sacerdotes (Lucas 22:20; Juan 14:2, 3;
Revelacioú n [Apocalipsis] 5:9, 10).
¿Cuaú ndo deberíúa celebrarse la Conmemoracioú n? Para averiguarlo,
recordemos que Jesuú s decidioú instituir esa celebracioú n en una fecha en
particular: el díúa de la Pascua. Durante maú s de mil quinientos anñ os, cada 14
de nisaú n del calendario judíúo, el pueblo de Dios habíúa celebrado la Pascua
para conmemorar un sobresaliente acto de salvacioú n de Jehovaú a favor de
ellos. Es obvio, pues, que Jesuú s estaba ensenñ ando a sus discíúpulos a celebrar
en esa misma fecha el supremo acto de salvacioú n que Dios llevaríúa a cabo
mediante la muerte de su Hijo. Por tanto, los verdaderos seguidores de Jesuú s
asisten cada anñ o a la Cena del Senñ or el díúa que coincide con el 14 de nisaú n.
¿Lo hacen solo por apego a cierto rito? Para ser sinceros, eso es
precisamente lo que impulsa a muchos a celebrar la eucaristíúa. La autora del
artíúculo de la revista Time mencionado antes dijo: “Participar en antiguos
ritos practicados por tantas personas hace que uno se sienta muy bien”.
Al igual que bastantes catoú licos de la actualidad, ella prefiere que la
ceremonia se realice en latíún, como antanñ o. ¿Por queú ? “Me gusta escuchar la
misa cantada en un idioma que no entiendo porque no me suele agradar lo
que oigo en ingleú s”, reconocioú .
Vivan donde vivan, los testigos de Jehovaú , asíú como millones de personas
interesadas en la Biblia, prefieren celebrar la Cena del Senñ or en su propio
idioma, pues asíú pueden comprender mejor el significado y el valor de la
muerte de Cristo. Esas son cuestiones importantes que deben formar parte de
nuestros pensamientos y nuestras conversaciones a lo largo del anñ o. Para los
testigos de Jehovaú , celebrar la Conmemoracioú n es la mejor manera de seguir
recordando el profundo amor de Jehovaú Dios y de su Hijo, Jesucristo. Ademaú s,
les ayuda a seguir “proclamando la muerte del Senñ or, hasta que eú l llegue”
(1 Corintios 11:26).

¿Quién puede dar el discurso de la Cena del Señor?

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Dada la importancia de la Conmemoración, el cuerpo de ancianos debe seleccionar a


uno de los ancianos más capacitados para que pronuncie el discurso, en vez de
simplemente turnarse o utilizar al mismo hermano todos los años. Si hay un anciano
ungido capacitado para dar el discurso, él deberá ser el orador.
w82 1/3 págs. 30-31 Preguntas de los lectores

▪ ¿Qué sustancias deben usarse para los emblemas en la


celebración de la Cena del Señor, y cómo deben tratarse estos
emblemas?
La conmemoración anual de la Cena del Señor (el Memorial) es la única celebración
que en la Biblia se manda a los cristianos observar. Jesús la instituyó en la noche del
14 de Nisán de 33 E.C., después de celebrar la Pascua judía. Frente a él estaban los
diversos comestibles que se usaban en la comida pascual. El relato de Lucas dice:
“[Jesús] tomó un pan, dio gracias, lo partió, y se lo dio a ellos, diciendo: „Esto significa
mi cuerpo que ha de ser dado a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de
mí.‟ También, la copa de la misma manera después que hubieron cenado, diciendo él:
„Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a
favor de ustedes.‟”—Lucas 22:19, 20.
Dios había dado a los judíos la instrucción de usar “tortas no fermentadas” durante la
Pascua. (Éxodo 12:8) Así, pues, los „panes‟ que Jesús tenía disponibles eran tortas no
fermentadas. Estaban hechas de harina de trigo sin sal ni condimentos adicionales,
porque representaban el “pan de aflicción.”—Deuteronomio 16:3.
Hoy día los testigos de Jehová usan un “pan” de índole similar. En algunos casos
compran y usan matzos (galletas de pan sin levadura) judíos, pero ejerciendo cuidado
para no obtener matzos que hayan sido hechos con ingredientes adicionales, tales
como cebolla, malta o huevos. Los matzos planos, secos, sin condimento, son
apropiados. O se puede hacer un pan sin levadura. Se puede mezclar una pequeña
cantidad de harina de trigo entero con un poco de agua. La harina ligeramente
humedecida es aplanada con un rodillo y entonces cocida en horno sobre una lámina
plana de cocer (ligeramente cubierta de aceite) hasta que el pan está seco y tostado.
¿Qué hay del otro emblema? Para el primer siglo E.C. los judíos habían aceptado el
uso de vino en la comida pascual. Jesús mencionó el “producto de la vid” que se usaba
en aquella celebración. (Lucas 22:18) Algunos afirman que Jesús no estaba hablando de
vino, sino de jugo de uva no fermentado. Sin embargo, el simple jugo de uva no se
hubiera mantenido sin fermentar desde la cosecha del otoño hasta la Pascua, que se
celebraba en la primavera, y por eso Jesús tiene que haber querido decir vino. El vino tinto
de la uva representaría apropiadamente la sangre de Jesús. Puesto que la “sangre
preciosa” de Cristo era completamente adecuada, no sería apropiado usar en el Memorial
un vino que estuviera encabezado o alterado con coñac, como el Jerez, el Oporto, el
Moscatel y otros vinos que sirven de „postre.‟ (1 Pedro 1:19) Tampoco sería apropiado
usar un vino al cual se hubieran añadido especias o ciertas hierbas, vinos como el
Vermut, el Dubonnet o muchos otros vinos que se usan como „aperitivo.‟ Más bien, un
vino tinto sin azúcar como el Quianti, el Borgoña o el Clarete es apropiado, o un vino tinto
hecho en la casa que no haya sido azucarado, preparado con especias ni encabezado.
Los ancianos de una congregación de los testigos de Jehová deben hacer arreglos de
antemano para obtener pan sin levadura y vino tinto, y asegurarse de que lo que consigan
sea apropiado. En los días que sigan a la celebración de la Cena del Señor no hay
que considerar como especiales o santificados el pan y el vino que queden, porque
continúan siendo simplemente productos alimenticios ordinarios. Además, no hay
razón para guardar cierta botella de vino de año en año para la celebración, a
menos que eso sea aconsejable debido a que sea difícil obtener vino apropiado.
Algunas personas han obrado como si los emblemas que se les ponen en la
mano durante la celebración del Memorial tuvieran poderes especiales. Por
ejemplo, unas cuantas personas han inclinado deliberadamente la cabeza
hacia los emblemas y los han olido. Esto no es apropiado.
Durante la celebración de la Cena del Señor el pan y el vino son emblemas del cuerpo carnal
de Jesús y Su preciosa sangre. (Mateo 26:26-28) Por consiguiente, a medida que estos
emblemas se pasan de persona a persona, cada una debe dar atención respetuosa a lo que el
pan y el vino representan. Los del auditorio que no participan de los emblemas pueden
sencillamente entregar el plato y la copa a la siguiente persona, mientras tienen presente
principalmente el sacrificio de Jesús, que puede cubrir nuestros pecados y hace disponible la
perspectiva de vida eterna.—1 Juan 2:2; 1 Corintios 11:23-26.
Se prefiere la harina de trigo, porque esa clase de harina era la que los judíos usaban para sus
tortas no fermentadas. Pero si es demasiado difícil obtener harina de trigo, se pudiera usar “pan” no
fermentado hecho de harina de arroz, maíz u otra clase de grano.
w70 1/3 pág. 159 Preguntas de los lectores
No hay por qué cubrir el pan y el vino y luego descubrirlos cuando los van a pasar. En sí no son
“santos,” sino solo símbolos. Deben estar en una mesa limpia y presentable cerca del orador o
convenientes para los que los pasarán. Y se devuelven a la mesa cuando se ha terminado de
servirlos.

Celebración Tardia
w70 1/3 pág. 160 Preguntas de los lectores
En caso de que un cristiano ungido estuviese enfermizo y no pudiera asistir, un varón cristiano
maduro podría llevarle una porción individual del pan y el vino a esa persona esa misma noche
antes de salir el Sol. Dependiendo de las circunstancias, se pueden hacer algunos comentarios
adecuados y luego se pueden presentar los emblemas después de las oraciones. Como se permitía
bajo la Ley tocante a la Pascua, en un caso extremado en que un ungido no pudiera observar el
Memorial el 14 de Nisán, podría celebrarlo treinta días después.—Núm. 9:9-14.

¿A quiénes se invita a asistir?


w76 1/2 pág. 69 “Sigan haciendo esto en memoria de mí”

De seguro los pocos que son el resto de los que han sido ungidos con el espíritu de Jehová
asistirán, per o también a todos los de la aumentante “grande muchedumbre,” que tienen
esperanzas terrenales, se les invita cordialmente a estar presentes, así como a todos los que se
están familiarizando con las provisiones de Jehová. (Rev. 12:17; 7:4, 9) ¿Es esta ocasión una
ocasión de formalismo ritualista o misticismo? Definitivamente no. Más bien, esta ocasión de
aniversario, que envuelve los emblemas simbólicos de pan y vino, recuerda a la mente y el corazón
de los que asisten lo que Jesucristo hizo para ellos hace mil novecientos años y lo que todo esto
significa para ellos hoy y por un futuro sin fin.—
1 Cor. 11:23-26.
*Se cuenta como participantes a los que son conocidos como siervos fieles y bautizados de
Dios. No invitamos a asistir a personas que han sido expulsadas. Pero si una de esas
personas está presente, no hay razón para perturbarse si está sentada en una fila con otros y
procede a participar de los emblemas. De todos modos, a esa persona no se le cuenta como
participante.

*no se cuenta a los expulsados como participantes.

¿Qué se debe hacer si hay una emergencia en la noche de la Cena del


Señor?
¿Qué hay si se presentara una tempestad violenta u otra perturbación grande que hiciera
imposible el que la congregación local se reuniera al tiempo señalado? En esos casos, sería bueno
que los hermanos se reunieran en grupos pequeños de vecindad o en grupos de familia, si se
hiciera necesario. De esta manera se congregan para que se les recuerde el significado de los
emblemas del Memorial, pan sin levadura y vino. Para esas ocasiones de emergencia, uno de los
hermanos dedicados (o una hermana dedicada, si no hay hermano presente) pudiera brevemente
considerar los relatos bíblicos de Mateo 26:17-30; Lucas 22:7-23, 28-30; y 1 Corintios 11:20-31. Si
una congregación tiene que reunirse en grupitos, la combinación de la cantidad de personas que
asistan a los grupitos pudiera enviarse como el informe de la concurrencia de la congregación
entera.
En cuanto a los emblemas, ciertamente se debería hacer todo esfuerzo por ver que a los del
resto ungido se les sirva el pan y el vino, hasta si uno está enfermo en su hogar o en el hospital.
Solo en una situación muy excepcional que no le permita a uno del resto ungido participar de los
emblemas el 14 de Nisán querrá ése celebrar el Memorial el día catorce
del siguiente mes lunar (el día de la siguiente Luna llena), en armonía con el principio que se halla
en Números 9:10, 11, y 2 Crónicas 30:1-3, 15, en cuanto a las celebraciones pascuales tardías. En
ese caso de una celebración tardía, esto se debe informar inmediatamente después de ella.

¿Quiénes deben participar de los emblemas?


Solo a los del “rebaño pequeño” se les introduce en el nuevo pacto y, por eso, solo de ellos se
requiere que participen
de los emblemas. (Luc.
12:32)
Cada uno de los ungidos que asisten al Memorial se examina de antemano para ver si es
digno de participar y si verdaderamente tiene el testimonio del espíritu. (Rom. 8:16, 24; 1 Cor.
11:27-29) A veces hay personas que han participado antes y han llegado a darse cuenta de que su
relación con Dios no es la de un hijo ungido. Sería apropiado que cesaran de participar, pero esto
no sería una indicación de que se hubieran hecho infieles. Es solo que su relación personal con
Jehová ha sido aclarada y es la de una persona que tiene esperanza terrenal.
¿Cómo sabe un Ungido que es Ungido?

w04 15/3 pág. 6 ¿Cómo se conmemora la Cena del


Señor?
¿Cómo saben los que toman de los emblemas de la Conmemoración que están en una relación
singular con Dios y que son coherederos con Cristo? Pablo explica: “El espíritu [santo] mismo da
testimonio con nuestro espíritu [nuestra disposición mental] de que somos hijos de Dios. Pues, si
somos hijos, también somos herederos: herederos por cierto de Dios, pero coherederos con Cristo,
con tal que suframos juntamente para que también seamos glorificados juntamente” (Romanos
8:16, 17).
Dios unge a los coherederos de Cristo mediante su espíritu santo, o fuerza activa, lo cual les da la
seguridad de que son herederos del Reino y crea en ellos una esperanza celestial. Los cristianos
ungidos entienden que todo lo que las Escrituras dicen sobre la vida en los cielos se dirige a ellos.
Además, están dispuestos a sacrificar todos sus vínculos con la Tierra, inclusive la vida terrenal y
todas las relaciones humanas. Aunque saben que la vida en el Paraíso terrestre sería maravillosa,
no abrigan esta esperanza (Lucas 23:43). Gracias a la actuación del espíritu de Dios en ellos, y no
debido a ideas religiosas falsas, tienen una esperanza celestial inalterable y por eso participan con
todo derecho de los emblemas de la Conmemoración.
Supongamos que cierta persona no está totalmente segura de que forma parte del nuevo pacto y
del pacto del Reino. Digamos que tampoco tiene el testimonio del espíritu de Dios de que es
coheredero con Cristo. En tal caso sería incorrecto que participara de los emblemas de la
Conmemoración. En realidad, a Dios no le agradaría el que alguien que no hubiera recibido la
llamada para ser rey y sacerdote en los cielos simulara intencionalmente haberla recibido
(Romanos 9:16; Revelación 22:5).

w91 15/3 págs. 19-20 ¿Quiénes han recibido de veras un llamamiento


celestial?
La prueba principal de que alguien ha sido ungido para el llamamiento celestial es el
espíritu o sentido dominante que tiene de que está en relación de hijo para con Dios.
(Gálatas 4:6, 7.) La persona está absolutamente segura de que ha sido engendrada por
Dios para que sea su hijo espiritual como uno de los
144.000 coherederos del Reino celestial. Puede testificar que su esperanza celestial no es un
deseo que ella misma haya cultivado ni producto de su imaginación; más bien, proviene de
Jehová como resultado de la acción
del espíritu de Dios para con ella. (1
Pedro 1:3, 4.)
Bajo la influencia del espíritu santo de Dios, el espíritu o la actitud dominante de los
ungidos actúa como una fuerza impelente. Los mueve a responder positivamente a lo que
dice la Palabra de Dios sobre la esperanza celestial. También responden de modo positivo a
los tratos de Jehová con ellos mediante el espíritu santo. Por eso están seguros de que son
hijos espirituales y herederos de Dios.
Cuando los ungidos leen lo que la Palabra de Dios dice sobre los hijos espirituales de Dios y la
esperanza celestial, tienden a decir espontáneamente para sus adentros: „¡Eso se refiere a mí!‟. Sí,
responden con gozo cuando la Palabra de su Padre promete una recompensa celestial. Dicen: „¡Eso
se refiere a mí!‟, cuando leen: “Amados, ahora somos hijos de Dios”. (1 Juan 3:2.) Y cuando los
ungidos leen que Dios ha engendrado a algunos “para que [sean] ciertas primicias de
sus criaturas”, su inclinación mental es responder: „Sí; me engendró a mí con ese propósito‟.
(Santiago 1:18.) Saben que han sido “bautizados en Cristo Jesús” y en su muerte. (Romanos 6:3.)
De modo que tienen la firme convicción de que forman parte del cuerpo espiritual de Cristo y
abrigan la esperanza de experimentar una muerte como la de él y ser resucitados a la vida
celestial.
Para heredar el Reino celestial, los ungidos tienen que „hacer lo sumo posible por
asegurarse su llamamiento y selección‟. (2 Pedro 1:5-11.) Andan por fe y siguen creciendo en
sentido espiritual, como lo hacen aquellos cuya esperanza es terrestre. Por eso, ¿qué más
abarca el testimonio del espíritu?

Puede que algunos participen equivocadamente de los emblemas de la Conmemoración porque


en realidad no reconocen que la unción “no depende del que desea ni del que corre, sino de Dios”.
(Romanos 9:16.) Y al individuo no le toca decidir que quisiera ser admitido en el nuevo pacto y
llegar a ser coheredero con Cristo en el Reino celestial. Lo que cuenta es la selección que Jehová
hace. a él le desagradaría que alguien se presentara como uno de los que han sido llamados para
estar entre los reyes y sacerdotes celestiales aunque Dios no le hubiera otorgado tal vocación o
llamamiento. (Compárese con 1 Timoteo 5:24, 25.)
Alguien pudiera suponer erróneamente que tiene la vocación o el llamamiento celestial
debido a una intensa perturbación emocional ocasionada por problemas serios. La muerte
del cónyuge, u otra tragedia, pudiera hacer que la persona perdiera interés en vivir en la
Tierra. O quizás alguien allegado afirme que es de los ungidos, y la persona desee tener el
mismo destino. Factores como esos pudieran llevarla a creer que lo que le corresponde es
vida en el cielo. Pero no es así como Dios da a nadie el espíritu del que está en relación de
hijo con él. Mostraría falta de gratitud al propósito de Dios respecto a la Tierra el que uno
deseara ir al cielo debido a situaciones indeseables o angustias emocionales con relación a
la vida terrestre.
También las ideas religiosas que la persona hubiera tenido antes pudieran llevarla a concluir
equivocadamente que ha recibido el llamamiento celestial. Tal vez en un tiempo se asociaba con
una religión falsa que presentaba la vida celestial como la única esperanza para los fieles. Por lo
tanto, el cristiano tiene que evitar que su estado emocional e ideas equivocadas del pasado lo
dirijan.
Es vital examinarse con
cuidado
El apóstol Pablo hizo una observación muy significativa cuando escribió: “Cualquiera que coma
el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable respecto al cuerpo y la sangre del
Señor. Primero apruébese el hombre a sí mismo después de escrutinio, y así coma del pan y beba
de la copa. Porque el que come y bebe, come y bebe juicio contra sí mismo si no discierne el
cuerpo”. (1 Corintios 11:27-29.) Por lo tanto, el cristiano bautizado que en los últimos años
empezara a creer que ha recibido el llamamiento celestial debería considerar tal asunto con
mucho cuidado y con oración.
La persona que estuviera en esa situación también pudiera preguntarse: „¿Han influido
en mí otros para que abrigue la idea de vivir en el cielo?‟. Eso sería incorrecto, pues Dios no
ha asignado a nadie para que reclute a otros para tal privilegio. La tendencia a fantasear no
sería ninguna señal de unción por Dios, y él no unge a los herederos del Reino por medio
de hacerles oír voces que comuniquen mensajes con ese fin.
Algunos pudieran preguntarse: „Antes de hacerme cristiano, ¿abusaba yo de las drogas?
¿Estoy usando medicamentos que afectan las emociones? ¿He recibido tratamiento por
problemas mentales o emocionales?‟. Algunos han dicho que primero lucharon contra lo que
creían que era la esperanza celestial. Otros han dicho que por un tiempo Dios les quitó su
esperanza terrestre y finalmente les otorgó la celestial. Pero tal procedimiento es contrario a los
tratos divinos. Además, la fe no es incierta; es segura. (Hebreos 11:6.)
La persona también pudiera preguntarse: „¿Deseo prominencia? ¿Ambiciono una posición de
autoridad ahora o como uno de los reyes y sacerdotes asociados con Cristo?‟. Las personas a
quienes se llama a la vida celestial no se consideran prominentes ni hacen que otros tomen
nota del hecho de que se las ha ungido. Más bien, despliegan la humildad que correctamente
se espera de los que tienen “la mente de Cristo”. (1 Corintios 2:16.) También se dan cuenta de
que todo cristiano tiene que satisfacer los justos requisitos de Dios, sea su esperanza celestial
o terrestre.
El que alguien afirme que ha recibido el llamamiento celestial no hace que a esa persona
lleguen revelaciones especiales. Dios tiene un conducto de comunicación por el cual
suministra alimento espiritual a su organización terrestre. (Mateo 24:45-47.) Así que nadie
debe creer que el ser cristiano ungido le da sabiduría superior a la de la “gran muchedumbre”
que tiene la esperanza terrestre. (Revelación 7:9.) ellos también llevan una vida cristiana
ejemplar.
Recuerde quién hace la
selección
Si algún compañero de creencia pregunta sobre el llamamiento celestial, un anciano
nombrado u otro cristiano maduro puede considerar el asunto con él. Pero ninguna persona
puede decidir esto por otra, y es Jehová quien imparte la esperanza celestial. La persona
que de veras ha recibido el llamamiento celestial nunca tiene que preguntar a compañeros
cristianos si tiene tal esperanza o no. A los ungidos “se les ha dado un nuevo nacimiento, no de
semilla corruptible, sino de semilla reproductiva incorruptible, mediante la palabra del Dios vivo y
duradero”. (1 Pedro 1:23.) Mediante su espíritu y Palabra, Dios implanta la “semilla” que hace de la
persona “una nueva creación”, con la esperanza celestial. (2 Corintios 5:17.) Sí; Jehová hace la
selección.

¿Cómo deberíamos ver a la persona que ha determinado en su corazón


que ahora forma parte de los ungidos y comienza a participar de los
emblemas en la Conmemoración? w07 1/5 pág. 31 Preguntas de los
lectores

No se le debería juzgar. Es un asunto entre Jehová y esa persona (Romanos 14:12). Con todo,
los verdaderos cristianos ungidos no exigen atenciones especiales. No creen que por el hecho
de ser ungidos posean “conocimientos especiales”, superiores a los que incluso ciertos
miembros con experiencia de la gran muchedumbre pudieran tener. No piensan que se les
haya concedido necesariamente más espíritu santo que a sus compañeros de las otras
ovejas. Tampoco esperan un trato especial ni afirman que participar de los emblemas los
coloque por encima de los ancianos nombrados de la congregación.
Recuerdan humildemente que algunos varones ungidos del siglo primero no satisfacían los
requisitos para ser ancianos o siervos ministeriales
(1 Timoteo 3:1-10, 12, 13; Tito 1:5-9; Santiago 3:1). Algunos cristianos ungidos incluso estaban
débiles espiritualmente (1 Tesalonicenses 5:14). Y las hermanas, aunque fueran ungidas, no
enseñaban en la congregación (1 Timoteo 2:11, 12).

*** w93 15/3 pág. 7 Por qué tiene significado para usted la Cena del Señor ***
Por tanto, ¿qué debe hacer el que participó sin derecho de los emblemas de la
Conmemoración movido por el emocionalismo o anteriores creencias religiosas? Debe dejar
de participar y pedir humildemente a Dios que lo perdone. (Salmo 19:13.)

Los Ungidos no son perfectos


w70 15/9 pág. 571 Jehová requiere santidad
Tanto los “santos” ungidos como la “grande muchedumbre” que reciben una posición delante de
Dios tienen que adherirse a un proceder de pureza y limpieza delante de Dios. Es necesario que
„continúen en la fe, establecidos sobre el fundamento y constantes y no dejándose mover de la
esperanza de esas buenas nuevas‟ que aceptaron. (Col. 1:23) Esto requiere de su parte estudio
continuo y con regularidad de la Palabra de verdad de Dios y la aplicación de ella a su vida. (1 Ped.
1:22) Y puesto que todavía son imperfectos y están propensos a hacer lo malo, también se
requiere que respondan a la disciplina de Jehová.

w86 15/7 pág. 16 párr. 4 Sigan viviendo como hijos de Dios


Aunque los ungidos en la actualidad son imperfectos, deben llevar vidas limpias que armonicen
con su esperanza de ver al Dios puro y santo en la esfera celestial. (Salmo 99:5, 9; 2 Corintios
7:1.)

w89 1/5 pág. 22 párr. 16 Adore al Creador, no a la creación


El inclinarse en actitud de adoración ante un humano era impropio, y Pedro se negaba a
aceptarlo. Además, el apóstol Juan, después de recibir una visión de un ángel, informa: “Caí para
adorar delante de los pies del ángel que me había estado mostrando estas cosas. Pero él me dice:
„¡Ten cuidado! ¡No hagas eso! Yo simplemente soy coesclavo tuyo y de tus hermanos que son
profetas, y de los que están observando las palabras de este rollo. Adora a Dios’”.
(Revelación 22:8, 9.) Si ni siquiera se debe adorar a un ángel de Dios, ¡cuánto menos debe adorarse
a humanos o imágenes de ellos! * los ungidos no esperan ni exigen un trato especial.
Ancianos

km 3/02 pág. 1 párr. 5 Gozosamente unidos a Jehová y a su Hijo


El cuerpo de ancianos pondrá especial empeño en animar a todos los Testigos inactivos
del territorio a asistir a la Conmemoración de la muerte de Cristo (Mat. 18:12, 13). Elaboren
una lista de aquellos a los que hay que visitar a fin de estar seguros de que no se pase por
alto a ninguno, sino que a todos se les invite personalmente.

km 12/06 pág. 7 Anuncios


La Conmemoración de 2008 tendrá lugar el sábado 22 de marzo después de la puesta del Sol.
Anunciamos la fecha con antelación para que las congregaciones que comparten el Salón del
Reino y necesiten otro local puedan reservarlo o alquilarlo. En tales casos, los ancianos deben
llegar a un acuerdo con la administración para que no haya perturbaciones causadas por
otras actividades en el edificio. Dada la importancia de la Conmemoración, el cuerpo de
ancianos debe seleccionar a uno de los ancianos más capacitados para que pronuncie el
discurso, en vez de
simplemente turnarse o utilizar al mismo hermano todos los años. Si hay un anciano ungido
capacitado para dar el discurso, él deberá ser el orador.

Que hacer después de la Conmemoración

w76 1/2 pág. 72 “Sigan haciendo esto en memoria de mí”


Siempre es un gozo ver a tantos nuevos concurrir a la celebración del Memorial. Después del
programa, se disfruta de una ocasión de compañerismo feliz con los nuevos y unos con otros. Esta
gozosa camaradería verdaderamente edifica y estimula a todos. El programa de la noche, si en él se
reflexiona, siempre suministra mucho alimento para el pensamiento junto con aprecio y
agradecimiento a Jehová, pues nos recuerda a todos todo lo que por amor Él ha hecho por nosotros
por medio de nuestro Rescatador, Jesucristo nuestro Señor. (Mat. 20:28; 1 Ped. 3:15) Al llegar a
casa después del programa, pudiera dedicar algún tiempo a la consideración del significado de esta
importante ocasión. Todo esto ayuda a unir a la familia y la enriquece espiritualmente.

No sería apropiado hacer una reunión social después de la reunión, o juntarse varias familias
pues se perdería el verdadero significado de la ocasión. Puesto que los emblemas en sí
mismos no son sagrados, después de terminar la celebración y disolverse la reunión el pan y el
vino se pueden llevar a casa y considerar comunes, y usarse en cualquier otro tiempo como
cosa normal.—1 Sam. 21:4.

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