EMPRESA NACIONAL DE ELECTRICIDAD S. A.

E NI D E S A

TARIFAS
ELECTRICAS REGIONALES
Y TARIFA UNICA

SANTIAGO DE CHILE, 1959

 Tarifas Eléctricas Regionales
y Tarifa Unica
El costo total de suministro eléctrico, h a s t a
el medidor donde los clientes reciben la ener-
gía, se divide a grandes rasgos en tres p a r -
tes: el costo de producción en las centrales
hidráulicas o térmicas; el de transmisión
desde las centrales de generación h a s t a los
centros de consumo (ciudades, fábricas,
etc.); y el de distribución h a s t a los me-
didores 'de los clientes.
La primera p a r t e del costo total es varia-
ble, de u n a central hidroeléctrica a otra y
de ésta con respecto a las centrales t é r m i -
cas; la segunda p a r t e depende de la distan-
cia de transmisión y debe sumarse al costo
de generación hidráulica; y la tercera p a r t e
es a p r o x i m a d a m e n t e la misma en cualquie-
ra zona del país, pues depende principal-
m e n t e del t a m a ñ o de la zona de distribu-
ción y de la cantidad de energía eléctrica
que se entrega a los consumidores.
Las t a r i f a s eléctricas deben cubrir el costo
total y d e j a r u n a utilidad equitativa y j u s -
tificable, que debe ser reinvertida p a r a a t e n -
der a u n a fracción de las expansiones cre-
cientes de los servicios eléctricos.
P a r a obtener disminución de los precios de
venta de la electricidad corresponde a c t u a r
principalmente sobre las p a r t e s variables del
costo, esto es, determinar si se debe cons-
truir centrales hidráulicas o térmicas, su t a -
m a ñ o y h a s t a qué distancia conviene
t r a n s m i t i r la energía producida en las cen-
trales hidráulicas.
Evidentemente, las centrales hidráulicas
sólo pueden construirse en aquellas partes
del país donde se dispone de cantidades
de agua suficiente, dentro de ciertos límites
de variación de u n año a otro y d u r a n t e ca-
da año, y de diferencias de nivel adecuadas.
En Chile esto ocurre desde Coquimbo a
Puerto Natales, y en algunos casos singula-
res en el resto del territorio. Pero no h a s t a
que concurran las condiciones enumeradas:
es necesario que las características de c a n t i -
dad y variación del escurrimiento de las
aguas, posibilidades de regulación en lagos
o embalses, altura de las caídas, caracterís-
ticas geográficas y geológicas, y otros facto-
res menores sean favorables p a r a que la
construcción de las centrales hidráulicas y su
explotación sean económicas.
P a r a que esto sea así es necesario que su
tamaño sobrepase a ciertos mínimos que
a f o r t u n a d a m e n t e en Chile, en general, coin-
ciden con las necesidades crecientes de pro-
ducción. De aquí nacen las centrales regio-
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nales, p a r a abastecer los consumos h a s t a
cierta distancia de ellas. Al costo de g e n e r a -
ción hidráulico h a y que agregar el corres-
pondiente al de transmisión h a s t a los cen-
tros de consumo. Resulta económico p a r a
abastecer cada región del país, hacerlo des-
de u n a o desde varias centrales unidas en-
tre sí. Del abastecimiento común desde es-
t a s f u e n t e s fluye la conveniencia de que el
precio de la energía debe ser regional.
El costo de generación de las centrales h i -
dráulicas de cada sistema regional debe com-
pararse con el costo de producción de la
electricidad en centrales térmicas, p a r a de-
t e r m i n a r cuáles son m á s económicas y con-
venientes.
En primer lugar, las centrales térmicas
tienen dos v e n t a j a s características: la pri-
mera es que su ubicación puede fijarse en
los centros de consumo, con eliminación de
la transmisión eléctrica, o en los puntos de
producción del combustible, o sea, inmedia-
t a s a las minas de carbón o refinerías de
petróleo, con el correspondiente ahorro del
t r a n s p o r t e de combustible, pero con el agre-
gado del costo de transmisión. La segunda
v e n t a j a es que pueden funcionar continua-
m e n t e o sólo d u r a n t e las épocas del año u
h o r a s del día en que se las necesita, dispo-
niéndose en todo m o m e n t o de su capacidad
máxima. Pero f r e n t e a estas v e n t a j a s tienen
dos desventajas: consumen combustibles, que
tienen u n precio que h a y que pagar, y que-
m a r estos combustibles representa consumo
de divisas. Este consumo de divisas ocurre en
las dos alternativas: si h a y que importarlos,
y si son de producción nacional, pues, en es-
te último caso, generalmente pueden expor-
tarse, lo que representa no disponer de las
divisas correspondientes. Sólo debe excep-
tuarse el fino de las f a e n a s de lavado del
carbón y el residuo de las refinerías de pe-
tróleo.
Estas premisas son las que h a n servido de
base al Plan de Electrificación del País, en
actual desarrollo por medio de las obras de
la ENDESA.
4
Este Plan se h a hecho, y está en ejecución,
p a r a proporcionar energía eléctrica a las di-
versas regiones del país, a base del aprove-
chamiento de los valiosos recursos hidráuli-
cos, con lo cual es posible obtener la electri-
cidad a m á s bajo precio que con centrales
térmicas.
Con todo, la conveniencia o no de construir
centrales térmicas, incide e n otros aspectos
del suministro. Los consumos eléctricos son
variables p a r a las diferentes h o r a s del día y
de la noche, p a r a los diversos días de la se-
m a n a y p a r a las épocas del año. Dependien-
tes de las características geográficas hay
centrales hidráulicas, que aprovechan las
aguas d e pasada, y centrales de embalse, que
a c u m u l a n las aguas de los períodos de g r a n -
des creces h a s t a los de grandes consumos.
Estas últimas centrales permiten un gran
aprovechamiento de las aguas y sirven para
atender las altas d e m a n d a s de corta d u r a -
ción. A este tipo de centrales pertenecen
Abanico, Cipreses y Pilmaiquén, y la f u t u r a
de Rapel.
Los aumentos de consumo eléctrico que se
h a c e n sentir a ciertas h o r a s o épocas pue-
den abastecerse desde las centrales hidráuli-
cas de embalse o desde centrales térmicas.
Aunque el costo del kilowatt-hora generado
en éstas sea más caro que el de origen h i -
dráulico, a causa del valor del combustible,
puede n o suceder lo mismo si sólo funcionan
pocas horas, por cuanto el capital invertido
en ellas es menor que en las hidráulicas. Es-
t a s últimas pueden resultar caras p a r a f u n -
cionar sólo d u r a n t e pocas h o r a s en el año.
Este es el papel que a c t u a l m e n t e correspon-
d e desempeñar a las centrales térmicas en
los sistemas que reúnen varias centrales
hidroeléctricas. La combinación acertada de
u n a s y otras, p a r a resolver el problema téc-
nico y económico que envuelven, hace b a j a r
el precio de la energía. No es, pues, u n a sim-
ple alternativa de las centrales térmicas
f r e n t e a las hidráulicas, con la sencilla com-
paración de costos de un tipo de central con-
t r a el otro, en cuyo caso casi siempre - e n
Chile será más ventajoso la construcción de
centrales hidráulicas, sino la integración a r -
mónica de u n sistema interconectado con
centrales hidráulicas y térmicas.
A esta función que desempeñan en Chile
las centrales térmicas obedece la construc-
ción de nuevas p l a n t a s de esta especie en
Santiago y San Antonio, que permitirán,
además, reemplazar u n a g r a n p a r t e de la
producción térmica actual de la p l a n t a Ma-
pocho, que por ser de t a m a ñ o pequeño y es-
tar ya al término de su vida útil, tiene un
alto consumo unitario de carbón y el consi-
guiente alto costo de operación.
Las p l a n t a s térmicas también desempeñan
la función de p l a n t a s de reserva, t a n t o p a r a
atender a las reparaciones inevitables de las
p l a n t a s que funcionen d u r a n t e alto n ú m e r o
de h o r a s a n u a l m e n t e , como p a r a el caso de
accidentes que obliguen a paralizar a algu-
nas de ellas.
La próxima etapa en la electrificación de
Chile comprende la interconexión de los sis-
t e m a s regionales, m e d i a n t e líneas de t r a n s -
misión de alto voltaje. Así se podrá aplicar
en f o r m a ampliada las v e n t a j a s de los siste-
mas regionales. ¡Esta aplicación comienza a
realizarse en el país. Al efecto, existe u n a in-
terconexión de limitada capacidad del siste-
m a Abanico con el de Sauzal-Cipreses, y es-
t á n en vías de llevarse a cabo la unión de
este último con el sistema Molles de la pro-
vincia de Coquimbo y la del de Abanico con
Pilmaiquén. En esta forma, a corto plazo, en
1960-62, h a b r á posibilidad de transportar
energía desde las centrales del sur h a s t a el
norte, con el consiguiente a b a r a t a m i e n t o de
los costos.
No obstante esto, las líneas de transmisión
construidas y en construcción sólo podrán
t r a n s p o r t a r cantidades limitadas de energía,
pues la alta inversión requerida sólo justifi-
ca p a r a el f u t u r o nuevas líneas de mayor
capacidad y voltaje.
Las t a r i f a s de las 4 regiones, cuyos centros
son Serena, Santiago, Concepción y Osorno,
podrán relacionarse m a n t e n i e n d o diferencias
de precio que deben existir obdeciendo a dos
factores importantes: disponibilidad de ener-
gía en la región, p a r a evitar su excesivo
transporte, y costos de generación b a s t a n t e
diferentes. No deberá, por tanto, aplicarse
igual t a r i f a para Osorno que p a r a Serena,
pues si se hiciera se provocaría u n a excesiva
d e m a n d a en el norte, y el encarecimiento
motivado por u n a transmisión a distancia
demasiado larga. Además, no existen las sub-
estaciones y líneas necesarias n i se justifica
económicamente su realización por a h o r a .
Luego, se impone establecer u n a cierta gra-
dación equitativa de tarifas, t a n t o m á s que
el costo de vida en cada región es diferente,
de modo que si se aplicara u n a misma t a r i -
f a sería injusta, resultando en el hecho más
cara precisamente en la zona de menor cos-
to de la energía. En este caso se produciría
un subsidio de la zona sur a la zona norte.
Una t a r i f a única n o debe aplicarse a las
regiones interconectadas por este sólo hecho
y mucho menos sería justificable su implan-
tación en ciudades con generación eléctrica
aislada, como son las de Arica, Iquique, An-
tofagasta, Copiapó y P u n t a Arenas- entre
las principales, las que tienen generación
térmica de alto costo. La t a r i f a única signi-
ficaría u n f u e r t e subsidio a estas ciudades
por p a r t e del resto de los consumidores eléc-
tricos. Pero, lo más grave sería que produ-
ciría la exageración de los consumos en esas
ciudades a causa del b a j o precio, con la con-
siguiente tendencia a utilizar la energía en
producir calor, lo cual h a r í a que las d e m a n -
das excedieran a la capacidad de generación.
Estos inconvenientes conducirían a un mal
servicio eléctrico u obligarían a nuevas in-
versiones importantes, de alto costo, como
son las plantas térmicas en esas ciudades,
que t r a b a j a r í a n a pérdida.
Lo mismo sucedería con la provincia de
Coquimbo en caso de que se b a j a r a exagera-
d a m e n t e la tarifa, pues n o sería posible s a -
tisfacer las d e m a n d a s con las instalaciones
existentes ni a ú n con la línea de t r a n s m i -
5
sión a c t u a l m e n t e en construcción p a r a a b a s -
tecerla, en parte, desde las centrales de la
zona de Santiago. Los precios en relación
con los costos efectivos son los mejores r e g u -
ladores del consumo, que así se a d a p t a a las
necesidades reales y a las disponibilidades
efectivas de energía.
El problema de las t a r i f a s eléctricas, como
todos los demás de los servicios de utilidad
pública, presenta diferentes facetas, p a r a su
discusión pública: el deseo egoísta de los con-
sumidores, en general, de pagar menos, a u n -
que sea menos que el costo; el espíritu de be-
neficio directo inmediato de muchos grandes
consumidores, que ve en la r e b a j a limitada de
t a r i f a s la obtención consiguiente de utilida-
des que no se deben a sus propios esfuerzos,
y el criterio de buscar apoyo político al re-
b a j a r los precios o impedir que se r e a j u s t e n
de acuerdo con u n a s a n a economía. Ninguno
de estos intereses, que m i r a n sólo sus propias
conveniencias, se preocupa de algo mucho
m á s f u n d a m e n t a l p a r a el país: que los ser-
vicios de utilidad pública p u e d a n desarro-
llarse eficientemente, dándolos de buena ca-
lidad, y eliminando el riesgo de su paraliza-
ción. Esto es lo principal, pues la deficien-
cia o f a l t a de ellos es e x t r e m a d a m e n t e cos-
tosa p a r a todos, y en algunos casos resulta
desastrosa, como es cuando u n a ciudad que-
da simplemente a obscuras, lo que ya h a su-
cedido ú l t i m a m e n t e en Iquique, Antofagasta
y P u n t a Arenas.
6
De todo lo expuesto se deduce que las t a -
rifas eléctricas deben a j u s t a r s e a los si-
guientes principios:
1.— Responder al costo efectivo de explota-
ción, con u n m a r g e n de superávit o
utilidad adecuado, con reinversión de
estos excedentes sobre los costos en las
expansiones y mejoramiento de los ser-
vicios.
2.— Establecer t a r i f a s regionales con cierto
grado creciente de ayuda entre regio-
nes, siempre que las instalaciones co-
rrespondientes estén interconectadas
p a r a t r a n s p o r t a r económicamente p a r t e
de la energía de u n a a otra región.
3.— F o m e n t a r el consumo de la energía en
f o r m a de obtener el máximo aprovecha-
miento de las centrales generadoras y
de las instalaciones, diferenciando las
horas, días y períodos de consumo.
4.— F o m e n t a r el aprovechamiento de la
energía a corta distancia de las cen-
trales hidroeléctricas, con la instalación
de las industrias de grandes consumos,
en los lugares donde exista energía, en
vez de llevar la energía a los puntos
donde estén las industrias de grandes
consumos eléctricos, lo cual es de alta
importancia económica, debido a las in-
versiones que requiere el t r a n s p o r t e de
la energía.
 A R I C A B A 3 OOOhW
" m C 3 Lou t o . 9 000 h *
La Empresa Nacional de Electricidad ENDESA,
en sus 19 años de trabajo, ha realizado las
lOUOUEYA • 4 20DKW
siguientes obras:

6 CENTRALES HIDROELECTRICAS
ANT0fA6ASTAS»A
I • 1 500HW

PILMAIQUEN, de 35.000 kW., en Osorno.

ABANICO, de 135.000 kW., en Nuble.
CIPRESES, de 103.500 kW., en Talca.
SAUZAL, de 76.800 kW., en O'Higgins.
SAUZALITO, de 9.000 kW., en O'Higgins.
LOS MOLLES, de 16.000 kW., en Coquimbo.
huasco/A 30.000 h *

11 CENTRALES TERMICAS, ubicadas en la

Zona Norte. (Los pocos ríos existentes no
son propicios para la generación hidráulica).
k Lo* M d l « s : * . O t O k W

Arica 3.000 kW. La Serena 1.150 kW.

^ O p q m w f W OOOhW
Iquique 4.200 Guayacán 3.680
Antofagasta 6.800 Ovalle 770
; SANTIAGO« Taltal 290 Salamanca 150
Copiapó 1.930 Pta. Arenas 5.000
/ I — Souzol»"?« %00k*
Rdpet * 2 6 0 O O O k w / C D ¡ a ' Vallenar 795
Souiolrto» 9.000 hW

\—» Oar«o»»1«4 000hW

M CipriMS*WVáOQtW
16 EMPRESAS DE DISTRIBUCION, orga-
CO Ifle.es000kW nismos subsidiarios de la ENDESA, que
i & M u c o . WS OOOkW
se desenvuelven con cierta autonomía, y
| Aboftk»«13S 000 kW que entregan la energía en voltajes me-
D i Lqjo .240 000kW nores

Arica, Iquique, Tocopilla, Calama, Antora-

P u l q u e * 4« OOCkW
gasta, Taltal, Copiapó, Vallenar, Serena-
Coquimbc, Ovalle-Salamanca, Valle del
? Ligua, Melipilla, Colchagua-Mataquito, La
P J l m g U w « i . 3 5 2 4 0 kW
Frontera, Soc. Austral de Electricidad.
fc^—1 Cono» ill o r : 75 OOOkW
Punta Arenas.

13 COOPERATIVAS DE ELECTRIFICACION
RURAL, organismos formados por la EN-
DESA y por particulares, que permiten
hacer llegar la electricidad al campo:

Elqui, Teño, Curicó, Talca, Linares, Parral,

Chillán, Charrúa, Los Angeles, Paillaco,
Rio Bueno, Osorno, Llanquihue.
L6VEN0A
• • Centro! H W r o e l í r t r t c o en S e r v i c e Estas cooperativas disponen en total de
P72 Central Hidroeléctrico sn Construcción 2.600 Km. de líneas de 13.200 Volts, y por
t 1 Ceftrql Hidroeléctrico «« Proyecto
su intermedio se da servicio a 2.550 co-
A Centrol T a r m i c a en Construcción
A Central Urmico en Proyecto
operados .

El total de líneas de transmisión y de dis-

tribución tendidas hoy por la ENDESA
asciende a 7.116 Km. A través de ellas se su-
ministra energía eléctrica a parte impor-
- . ^ wPUNTA ARENAS tante de 24 provincias.
S.OOOkW. A A O.SOOkW