You are on page 1of 21

ESCUELA DE WARISATA

WARISATA ESCUELA-AYLLU
1931-1940
Introducción
La cuestión es la reconstitución del pensamiento filosófico productivo
educativo de la Escuela Ayllu, bajo los principios de complementariedad y
reciprocidad con la comunidad y la naturaleza. Las preguntas del problema
son: ¿Si existe una tradición del ocultamiento del aprendizaje productivo por las
políticas educativas, las bases filosóficas de la Escuela Ayllu no están
visibilizadas actualmente? ¿El aprendizaje productivo de la Escuela Ayllu se
manifestará como opción para el país?

Existe el ocultamiento de muchas experiencias entre ellas la práctica


pedagógica de la Escuela Ayllu, una educación que favorezca a las mayorías
nacionales, es decir, el Estado Boliviano fundado en 1825, ha seguido las
líneas educativas implantadas en el coloniaje. Un modelo educativo para
grupos privilegiados por la corte de España en América.

Ya en la República, el modelo educativo se ha profundizado llegando a un


estado calamitoso y egoísta incluso con la Reforma Educativa de 1994, porque
nos impusieron una educación que respondía a los intereses de las empresas
trasnacionales e ideologías imperialistas, por ejemplo, el empleo en las aulas
las estructuras de las “competencias” cognitivas, que construyen solamente el
conocimiento ideal del individuo y se olvidan de las prácticas en sí de la
ciencia, tecnología y la técnica.

No se habla de talleres, de industrias ni mucho menos de trabajo socializado


productivo, como sobrevive en las comunidades indígenas originarias.

El aprendizaje productivo
Sin duda es una opción para el país, a través de la reconstitución del
pensamiento filosófico productivo educativa de la Escuela Ayllu de Warisata,
porque si no retomamos las huellas productivas del pasado aymara -quichua,
de otras nacionalidades indígena- originarias y la experiencia de Warisata,
estaremos al borde del colapso económico y al filo de la culminación como
cultura y como país.

La Escuela Ayllu de Warisata es un hito de resistencia educativa en la historia


de ideas pedagógicas en Bolivia porque ha iniciado y desarrollado la educación
productiva-comunitaria. La experiencia del aprendizaje productivo de la Escuela
Ayllu en Bolivia, tuvo su expresión más alta en los años 1931 hasta 1940,
donde se ha ejercitado el trabajo ligado no solamente a la economía sino
esencialmente a la sabiduría aymara - quichua.
El aprendizaje productivo Consistía en:
Construir el aprendizaje fructífero en la producción de los alimentos, las
vestimentas y el funcionamiento de las famosas “industrias warisateñas”,
talleres de telares para alfombras, carpintería para muebles, fabricación de
tejas, etc. Toda esa experiencia pedagógica fue primero calumniada, saqueada
y luego ocultada. La calumnia consistió en acusar a la Escuela Ayllu de
“comunista” y de “explotador del indio”. El saqueo consistió en la destrucción
total de los talleres.

En fin, fue ocultada la experiencia pedagógica de la Escuela Ayllu para


beneficio de la clase élite gobernante y el mantenimiento de millones de
personas de la clase popular indígena en la ignorancia y la pobreza.

Por eso, la resistencia educativa de la Escuela Ayllu tiene mucha importancia


actualmente, ya sea como respuesta ideológica y la concientización a través de
la educación para la liberación no sólo de las ataduras o miedos de pueblos
oprimidos y esclavizados, sino esencialmente la reconstitución del amor al
trabajo socializado y la producción comunitaria.

La responsabilidad productiva tiene raíces en los pensamientos y las prácticas


profundas de la cultura andina a través de las ayudas recíprocas concientes
como el Ayni, Minka y otros. Por ejemplo, el Ayni, “su ser y esencia está en el
principio de reciprocidad y complementariedad. El Ayni es una síntesis de
diversidad y unidad, de libertad y necesidad en vivir comunidad, por eso es
particularidad y totalidad.

Es una relacionalidad que recupera la tercera opción lógica, el elemento


incluyente como característica fundamental del pensamiento andino”[ii]. Estas
sabidurías han permitido la transmisión de labores comunitarias en
generaciones a través de la educación por el ejemplo. Así, existe en el país un
accionar ético - moral como responsabilidad productiva en las sabidurías
andinas.

En Warisata, los gestores en complementariedad son la educación pragmática


y activista de Elizardo Pérez, orientado por una estructura lógica del monismo,
como se basa el pensamiento griego - europeo, es decir, bajo el modelo
individual. Y el aprendizaje comunitario de Avelino Siñani que en su estructura
lógica de conocimiento establece “nosotros primero y después el yo”.

Dichas formas de vida en complementariedad ha dado una unidad consistente


con la creación de la primera Escuela Indigenal en Bolivia denominada Escuela
Ayllu. Por eso, la Escuela Ayllu de Warisata fue fundada en un medio rural para
preparar al indígena y solucionar el problema; socio-económico y cultural del
indígena. Surgió como resistencia comunitaria - filosófica a varios siglos de
explotación colonialista que se ejercía y se ejerce actualmente contra los
pueblos indígenas originarios.
Sin embargo, siempre han entendido los pueblos originarios de los Andes, de
dónde venimos, qué estamos haciendo y adonde vamos, a partir del
reconocimiento de sí mismos como entidad cultural autentica. Sin duda, es
existencia desde lo más profundo del ser y lógica, una forma de vida y de morir
con identidad propia, es la visibilización de nuestras potencialidades para no
sólo trascender sino comprender la misión de vida en equilibrio con la
naturaleza.

Por eso, el trabajo pedagógico en la Escuela Ayllu estaba en reciprocidad con


la comunidad y la naturaleza a través de las labores agropecuarias y los
talleres, concibiendo así una “escuela productiva” bajo una trilogía de “estudio,
trabajo y producción”. Este hecho nos muestra que la educación estaba dirigida
con una visión trascendental que establecía un nuevo tipo de relación entre la
educación y la producción.

Sorprendiendo, altamente esta pedagogía en esos tiempos en el ámbito


nacional e internacional, cual es la de preparar al estudiante por, en y para la
vida con un trabajo creativo dentro la comunidad. Según la filosofía de los
fundadores de la Escuela Ayllu el nuevo educador debía ser capaz de construir
su escuela, equipar, implementar talleres, fundar núcleos con producción
agrícola, organizar asistencia social, impulsar el mejoramiento del hogar,
bilingüe, etc.

Precisamente, orientaron los lineamientos transformadores de la educación


hacia el aprendizaje productivo en la Escuela Ayllu. Actualmente, la educación
se caracteriza por una idealización del “intelectualismo” y la separación
perversa del estudio del trabajo en el sistema nacional educativo; como
resultado existen actitudes en la población que menosprecian el trabajo manual
y productivo. Por eso, exhortaba Carlos Salazar Mostajo:

“Los reto públicamente a asumir el papel tal como nosotros lo hicimos, a


cumplir con el más supremo valor la responsabilidad inherente, a sacudirse del
marasmo en que ha caído la profesión de profesor, a imitar las virtudes de la
generación de Warisata” Es decir, el “imitar las virtudes de la generación de
Warisata (1931 - 1940)”, es practicar la educación productiva integral en el
ejercicio de la docencia, por cierto, ahora ocurre lo contrario porque así lo
determinaron las políticas educativas imperantes.

Aunque, el plan estatal de 1926 de educación popular de Simón Rodríguez


planteaba una escuela de “artes, oficios y talleres”, pero los habitantes de la
capital de Bolivia, Sucre, tildaron de “loco” a Rodríguez, porque afectaba a los
intereses de la clase dominante. En el Código de la Educación de 1955, se
enuncia como base de la educación boliviana, “es activa, vitalista y de trabajo
Pero, en realidad no se ha llevado a cabo en la práctica.

En las bases filosóficas de la reforma educativa (1994) ya no se menciona la


educación productiva. Por lo tanto, revisadas las bases filosóficas de las
políticas educativas anteriores del país, parece que no se han establecido las
bases filosóficas de la educación productiva como políticas educativas del
Estado. Como resultado de aquello, la población actual desprecia al trabajo
manual y técnico, valorando el intelectualismo doctoril, militarismo y
sacerdotal cristiano.

Al extremo no sólo de aniquilar la cultura madre de los pueblos originarios, sino


exterminar todo rasgo de economía comunitaria. Eso, ha sido la labor central
del modelo neoliberal pro imperialista de los gobiernos entreguitas de los
recursos naturales, asimismo ha afectando seriamente la sabiduría de los
pueblos andinos originarios.

Frente al problema es construir una educación respondiendo a la realidad


cultural, económica, social, y política. En base a las necesidades reales de la
población escolar y de la comunidad como se ha trabajado en la Escuela Ayllu.

Desarrollo

Mariano Ramos, Elizardo Pérez y Avelino Siñani


Hace ochenta años, en el atardecer del día 2 agosto de 1931, Avelino Siñani,
campesino y arriero aimara, y Elizardo Pérez, profesor rural, se estrechaban en
un abrazo jubiloso: Había concluido la faena comunal con que se iniciaba la
construcción del local de una escuela para niños de Warisata, en el norte de
Bolivia. Aunque los unía el mismo sueño, probablemente no imaginaban
entonces que, al cabo de pocos años, la escuela que fundaban se convertiría
en la mayor experiencia de educación rural en América Latina.
No obstante el brillo estelar de Warisata, su creación no constituyó un hecho
aislado en el continente. Durante la primera mitad del siglo XX, los pueblos
indígenas andinos lucharon ardorosamente por conseguir escuelas para sus
niños. En una época en que dominaba el gamonalismo en el campo, hubo
líderes y maestros indígenas que sufrieron persecución y amedrentamiento por
el solo hecho de fundar una escuela o gestionar la creación de un centro
escolar. Uno de estos líderes fue Avelino Siñani, que aprendió a leer y escribir
a ocultas del hacendado y se propuso compartir ese saber con los niños
aimaras de su comunidad en una humilde “escuela” que él mismo creó en
1919. Años después, Siñani conoció al profesor Elizardo Pérez, que había sido
enviado por el gobierno boliviano para trabajar en la región. Unidos por una
misma visión, comenzaron la tarea de construir un escuela para Warisata.
Siñani contaba ya con el respeto de su comunidad, y Elizardo Pérez se lo fue
ganado por el empeño que ponía en la labor. Con ellos al frente, y cada vez
con mayor participación de las comunidades aimaras de Sorata, se fue
levantando la escuela con un modelo educativo de veras innovador.
El edificio mismo habría de tener en pocos años una estructura inusual.
Además de las aulas y un ambiente para la dirección, tenía un pabellón de
internado con cinco dormitorios, con capacidad para 150 personas. Además,
contaba con ambientes para talleres de carpintería, tejidos, alfombras, herrería,
y un terreno extenso para el huerto. En medio de los edificios, un patio con
jardines donde florecían gladiolos y kantutas. El espíritu creador de los dos
líderes, uno campesino, el otro citadino, animó a los comuneros. Las crónicas
que describen la empresa varían un tanto, pero todas hablan de jornadas
intensas de trabajo colectivo con tradición comunal, por turnos, con ceremonias
y cantos acompañados de tarkas y pinkillus. El principio no fue feliz. Tuvieron
que pasar semanas para conseguir que los comuneros vencieran sus recelos y
se sumaran al esfuerzo de los dos pioneros, que, solos, comenzaron a preparar
el terreno. Mientras se avanzaba con la construcción, pared por pared, techo
por techo, se desarrollaban las labores escolares con una población que
concertaba sus tiempos para estudiar y trabajar en sus campos, como es
tradición en el Ande. En ocasiones, las comunidades cercanas prestaban su
apoyo. Carlos Salazar Mostajo, que fue profesor en Warisata, recuerda
emocionado la faena comunal realizada en cinco días para reabrir un
acueducto “inkaico” que llevaría agua al huerto y las chacras de la escuela
desde las lejanas faldas del Illampu, nevado protector de Sorata.

Alumnos de la escuela de Warisata

La escuela de Warisata se fue perfilando como distinta a las demás. El edificio


que la albergaba no fue construido siguiendo un molde general de las
escuelitas indigenales bolivianas. No; fue erigido para ser un ambiente de
trabajo y aprendizaje, para acciones distantes de la rutina donde, en medio del
silencio andino, se escucha el coro de niños que repiten una lección. Tampoco
iba a ser –no lo fue- un lugar que permanecería vacío en ciertos días y épocas.
En Warisata no había “vacaciones escolares”: se trabajaba todo el año, en
consonancia con el calendario productivo de la comunidad, y las labores no
terminaban pasado el medio día, como se acostumbra en los sistemas
escolares, porque siempre había alumnos y maestros trabajando aun llegada la
noche. Esto sucedía porque Warisata no era solamente una escuela de niños.
Allí, junto los pequeños de Jardín (de 4 a 7 años) y los de la sección Elemental
(hasta los 10 u 11 años), concurrían los jovencitos de la sección Vocacional, y,
finalmente, escogidos entre los mejores, los de la Profesional, una de cuyas
secciones era la Normal, de la cual egresaron maestros rurales que dejaron
huella en muchos lugares del gélido altiplano boliviano.
Por los años en que existió Warisata, los planes de estudio del sistema
boliviano eran concisos, con rubros más bien generales. Esto permitió que en
la escuela se desarrollaran programas propios ligados a la realidad campesina
del norte boliviano, con acciones ejecutadas muy cerca de la comunidad y con
participación de la misma. Un año no era igual a otro, porque los asuntos
cambiaban. Años después, se acusaría a los maestros de Warisata de no tener
una planificación en regla, como lo disponían las autoridades de La Paz. Muy
difícil debió ser para los maestros de Warisata el intento de encasillar en
documentos administrativos lo que se hacía en una verdadera escuela de
trabajo, ámbito donde los aprendizajes escolares se entretejían con las labores
de producción agrícola o artesanal. Una granizada podía hacer que todos
abandonaran sus lechos para salvar a medianoche los almácigos, suceso que
sería examinado después para ganar experiencia; la rotura de un eje podía
quebrantar la rutina de producción en un taller y dar lugar a explicaciones de
mecánica; la floración de la quinua, la limpieza de una acequia, el nacimiento
de un ternero, todo podía ser ocasión de aprendizaje, para los comuneros
mayores de manos encallecidas y para los niños y adolescentes, que seguían
siendo el centro de la atención pedagógica
La escuela de Warisata hizo realidad las normas del Estatuto Orgánico de la
Educación Indigenal, aprobado en 1919, que contenía ideas avanzadas para su
época; pero las llevó más allá. No estaba previsto en el Estatuto que Warisata
llegaría a tener un personal de 54 personas, conformado no solo por profesores
sino también por “maestros” de labores productivas, músicos, poetas,
“curiosos”. Dos escritores puneños y un artista cusqueño se cuentan entre el
personal que laboró en la escuela, a la que llegaron también José Antonio
Encinas y Gamaliel Churata. Tampoco estaba previsto que los comuneros
intervendrían en el gobierno de la escuela, como en efecto sucedió desde que
fue conformado un Consejo de Administración integrado con autoridades
comunales, y que actuaba siguiendo las normas tradicionales para tomar
acuerdos y hacerlos cumplir.
La escuela de Warisata pronto se convirtió en el centro de un núcleo
conformado con tres escuelas más, dos unidocentes y una polidocente
incompleta, que recibieron su influjo saludable. Años después, el número de
escuelas integrantes del núcleo se elevó a 33. Y así, con una escuela central y
escuelas seccionales en torno, se constituyó un modelo de organización
valioso para el altiplano, donde la dispersión de las poblaciones da lugar a
pequeñas instituciones escolares también dispersas y aisladas. Luis E.
Valcárcel –que fue Ministro de Educación (1945,1946-1947) del Presidente
Bustamante- daría después un gran impulso a los Núcleos Escolares
Campesinos, de los cuales puede ser precursor al núcleo escolar de Warisata.

Local de Warisata al final de la década


En un medio social hostil a la educación del indígena, la escuela ayllu no fue
vista con buenos ojos. Se tiene noticia de muchos actos en contra, inspirados
por los intereses de los gamonales y mineros de la época. Por orden de uno de
ellos fue destruido el acueducto antiquísimo; el hermano de Elizardo Pérez, que
llevaba en mulas de arriero útiles escolares para Warisata, fue tomado preso
acusado de delincuente; las autoridades de educación de la capital
desaprobaban la gestión pedagógica y administrativa de la escuela; los
profesores fueron acusados por la prensa de conspiración comunista; hasta se
decía que Warisata era causa de la migración de campesinos a las ciudades,
puesto que ya conocían otros oficios. La escuela ayllu resistió nueve años y
pudo avanzar mientras contó con algún soporte gubernamental y con
el reconocimiento internacional. El Presidente Germán Bush –el último en
apoyar a Warisata- decretó que el 2 de agosto, aniversario de Warisata, fuera
considerado como el Día del Indio; la ley de Reforma Agraria de 1953 fue
promulgada un 2 de agosto, y ese día es ahora, por decisión del gobierno
presidido por Evo Morales, Día de los Pueblos Originarios.
Al margen de los homenajes, mucho es lo que podemos aprender de la
experiencia de la escuela ayllu de Warisata, pero lo más importante tal vez sea
esto: La educación rural es posible en la medida en que tenga perfiles propios y
no sea mero calco de la educación urbana. Para ello se necesita creatividad,
compromiso y osadía, calidades que tuvieron los conductores de Warisata
durante los nueve años que la escuela pudo sobrevivir.
No es arriesgado decir que la escuela de Warisata tiene mucho parecido con la
Colonia Gorki, dirigida por Antón Makarenko, la otra gran experiencia de
educación ligada al trabajo productivo. Entre ambas experiencias no hubo –no
podía haberlos- vasos comunicantes; pero lo común entre ambas fue la
inserción del trabajo productivo en la educación.

Encinas pasó un mes en Warisata, pocos años después de la publicación de


suEnsayo de escuela nueva en el Perú (Lima, Minerva, 1932). Poco sabemos
de esa estadía, salvo que dictó cursos para maestros, probablemente de
sicología del niño, asunto que le preocupaba mucho.

Es importante señalar que este modelo educativo constituyó un hito histórico


importante en la Educación Boliviana que asimiló aspectos fundamentales de la
educación precolombina, específicamente de la cultura incaica, que se
orientaba hacia metas de beneficio comunitario y colectivo asumiendo tareas
determinadas de acuerdo a las edades con el fin de lograr la productividad.

Esta Escuela de Trabajo se desarrolló bajo los fundamentos bien definidos: en


lo político fue una escuela anti-feudal y anti-imperialista que buscó la liberación
de las masas indígenas de Bolivia en la lucha contra el régimen de la
servidumbre.
En lo sociológico se constituyó en una escuela socialista y/o colectivista donde
se practicó el ayni, la mink’a, el tupu, la sayaña, la aynocka.
Como fundamento económico se destaca como una escuela productiva, a
través de la agricultura, la ganadería y los talleres como la carpintería; la
alfarería, tejidos y otros que fueron fuentes de auto sostenimiento; el
fundamento pedagógico de este modelo fue una escuela única, laica y bilingüe.
En lo cultural adoptó una educación por el arte en la música, el teatro, la
literatura, la plástica, y finalmente en lo filosófico es importante hacer mención
la trilogía de ama sua, ama llulla, ama kella (no seas ladrón, no seas mentiroso,
no seas perezoso).
El modelo Warisata

Fue muy diferente a una escuela transmisionista donde el alumno es un mero


receptor pasivo de conocimientos, es decir, distinto a la educación escolástica y
enciclopédica de la colonia y el feudalismo de procedencia europea donde el
contexto y contenidos son dogmáticos y ajenos a la realidad, que
lamentablemente persiste en la educación actual con consecuencias en que el
estudiante es individualista, consumista, dependiente, acrítico, con baja
autoestima y complejo de inferioridad.
Con el advenimiento de un gobierno que responde a las demandas de la clase
marginada y excluida, la educación se orienta hacia un cambio estructural, con
una mirada incluyente, eliminando todo tipo de injusticias para brindar igualdad
de oportunidades.
En este contexto, se plantea una educacion descolonizadora, comunitaria,
productiva, científica, intracultural, intercultural y plurilingüe que se sustenta
fundamentalmente en los postulados de la Escuela Indigenal de Warisata.
Asimismo, en el modelo pedagógico histórico, si se quiere también en un
currículo de corte crítico, en este panorama es producto de las luchas sociales
en la perspectiva de la liberación y transformación económica, social, político e
ideológico enfatizando una interrelación dialéctica en la unidad teoría-práctica,
relación entre la ciencia y realidad, el trabajo productivo de acuerdo al
desarrollo individual y social.
Se orienta también en la recuperación y desarrollo de los saberes,
conocimientos y lengua de las naciones indígenas que en algunos casos están
en proceso de extinción; tiene una perspectiva para la interrelación y
convivencia simétrica entre las culturas del Estado Plurinacional y del contexto
mundial.
En este sentido, más allá de una reforma educativa en el país, constituye una
Revolución Educativa orientada hacia los cambios estructurales del Estado
Plurinacional.
Para asumir este proceso educativo, el desafío es enorme para todos sus
actores, en particular para los profesionales de la enseñanza (profesores), a
quienes como componentes centrales les corresponde asumir un rol con
compromiso social y de verdadera vocación de servicio, para ello es
fundamental el cambio de actitud de los docentes.
En esta línea para ejercer un liderazgo intelectual y moral, es necesario que se
conviertan en profesionales intelectuales y transformativos para ayudar a los
estudiantes a desarrollar una fe profunda y duradera en la lucha para superar
las injusticias económicas, políticas y sociales, asimismo se necesitan también
docentes al margen de investigadores con capacidad para combinar la reflexión
y la práctica académica con el fin de formar estudiantes reflexivos, críticos y
productores a partir de su cultura.
Otro aspecto que es importante para meditar, es referido a la participación
comunitaria con poder de decisión en la gestión de procesos educativos.
En ese sentido es vital que asuman una participación con mucha honestidad y
responsabilidad dejando de lado intereses personales o de grupo que
lastimosamente se percibe aún en la situación actual, para evitar dificultades y
problemas, es necesario establecer los márgenes de actuación.
De la misma manera es fundamental sensibilizar y brindar una orientación
adecuada que les permita asumir el rol para el desarrollo de la educación con
perspectivas hacia los profundos cambios.
Finalmente, es importante también referirse a la administración del Sistema
Educativo. En este contexto, es necesario que las autoridades del nivel central
y de niveles subalternos desarrollen un trabajo que realmente coadyuve al
cambio radical que se tiene planteado.
Desde esta mirada es fundamental que los cargos jerárquicos sean ocupados
por profesionales idóneos y conocedores de la realidad educativa, con
principios plenamente revolucionarios y comprometidos con los cambios
estructurales en la perspectiva de un desarrollo educativo, económico, cultural
y social en una situación de igualdad de oportunidades.
El pensamiento de la Escuela Ayllu de Warisata
La cuestión es la reconstitución del pensamiento filosófico productivo educativo
de la Escuela Ayllu, bajo los principios de complementariedad y reciprocidad
con la comunidad y la naturaleza. Las preguntas del problema son: ¿Si existe
una tradición del ocultamiento del aprendizaje productivo por las políticas
educativas, las bases filosóficas de la Escuela Ayllu no están visibilizadas
actualmente? ¿El aprendizaje productivo de la Escuela Ayllu se manifestará
como opción para el país?

Existe el ocultamiento de muchas experiencias entre ellas la práctica


pedagógica de la Escuela Ayllu, una educación que favorezca a las mayorías
nacionales, es decir, el Estado Boliviano fundado en 1825, ha seguido las
líneas educativas implantadas en el coloniaje. Un modelo educativo para
grupos privilegiados por la corte de España en América.

Ya en la República, el modelo educativo se ha profundizado llegando a un


estado calamitoso y egoísta incluso con la Reforma Educativa de 1994, por que
impusieron una educación que respondía a los intereses de las empresas
trasnacionales e ideologías imperialistas, por ejemplo, el empleo en las aulas
las estructuras de las "competencias" cognitivas, que construyen solamente el
conocimiento ideal del individuo y se olvidan de las prácticas en sí de la
ciencia, tecnología y la técnica.

El aprendizaje productivo sin duda es una opción para el país, a través de la


reconstitución del pensamiento filosófico productivo educativa de la Escuela
Ayllu de Warisata, porque si no retomamos las huellas productivas del pasado
aymara-quechua, de otras nacionalidades indígena-originarias, estaremos al
borde del colapso económico y al filo de la culminación como cultura y como
país.

Por eso, la resistencia educativa de la Escuela Ayllu tiene mucha importancia


actualmente, ya sea como respuesta ideológica y la concientización a través de
la educación para la liberación no sólo de las ataduras o miedos de pueblos
oprimidos y esclavizados, sino esencialmente la reconstitución del amor al
trabajo socializado y la producción comunitaria.

La responsabilidad productiva tiene raíces en los pensamientos y las prácticas


profundas de la cultura andina a través de las ayudas recíprocas conscientes
como el Ayni, Minka y otros.

Estas sabidurías han permitido la transmisión de labores comunitarias en


generaciones a través de la educación por el ejemplo. Así, existe en el país un
accionar ético-moral como responsabilidad productiva en las sabidurías
andinas.

Sin embargo, siempre han entendido los pueblos originarios de los Andes, de
dónde venimos, qué estamos haciendo y a donde vamos, a partir del
reconocimiento de sí mismos como entidad cultural autentica. Sin duda, es
existencia desde lo más profundo del ser y lógica, una forma de vida y de morir
con identidad propia, es la visibilización de nuestras potencialidades para no
sólo trascender sino comprender la misión de vida en equilibrio con la
naturaleza.

Por eso, el trabajo pedagógico en la Escuela Ayllu estaba en reciprocidad con


la comunidad y la naturaleza a través de las labores agropecuarias y los
talleres, concibiendo así una "escuela productiva" bajo una trilogía de "estudio,
trabajo y producción". Este hecho nos muestra que la educación estaba dirigida
con una visión trascendental que establecía un nuevo tipo de relación entre la
educación y la producción.

Sorprendiendo, altamente esta pedagogía en esos tiempos en el ámbito


nacional e internacional, cual es la de preparar al estudiante por, en y para la
vida con un trabajo creativo dentro la comunidad. Según la filosofía de los
fundadores de la Escuela Ayllu el nuevo educador debía ser capaz de construir
su escuela, equipar, implementar talleres, fundar núcleos con producción
agrícola, organizar asistencia social, impulsar el mejoramiento del hogar,
bilingüe, etc.

Por lo tanto, la visibilización y la sistematización del pensamiento filosófico


educativo productivo de la Escuela Ayllu y de otras experiencias pedagógicas
es base esencial, ahora, para una convivencia humana liberadora que genere
una Revolución Educativa hacia el aprendizaje productivo-comunitario, tanto
para salir de la dependencia y la pobreza como para la reconstitución del país
plurinacional.

Warisata y el desencanto criollo:

“INDIO LETRADO, INDIO ALZADO”

Warisata, la Escuela-Ayllu, es una de las más sobresalientes experiencias


educativas impulsadas por indígenas para indígenas, que por su doctrina
alcanzó a propagarse e imitarse incluso en otros países del continente
americano. Es fundada el 2 de agosto de 1931 (CEA, 2003: 34) en la localidad
del mismo nombre, de la provincia Omasuyos del departamento de La Paz –
Bolivia. La fundación de Warisata estuvo ligada a una postura beligerante, que
planteaba la defensa de los derechos del indio[1], la conservación de su gran
herencia cultural, el mantenimiento de sus instituciones sociales y económicas
como el Ayni, Mink`a, Jayma, Ayllu, Aynuqa, Sayaña, Etc. (Salazar, 1997: 73),
pero siempre ligada a tierra y territorio. Y no necesariamente a resistencia y
expansionismo como afirma Brienen (2005).

Si bien tal definición de sus propósitos fue la razón de su éxito y de su


celebridad internacional, fue asimismo la causa de su liquidación tras diez años
de vida (1931-1940), ya que los regímenes de gobierno no podían consentir
que una escuela de ese tipo prosperase y se multiplicase, sin el riesgo de
socavar los fundamentos mismos de su estabilidad política y de sus privilegios
de clase criolla dominante (Salazar, 1997: 73), una de cuyas bases residía
justamente en la servidumbre. Warisata, es un hito que marca el inicio y el fin
de una experiencia sin igual en la historia de la educación boliviana, por ello es
fundamental seguir explorando en las razones de su destrucción para una
reflexión que evite un nuevo fracaso a las nuevas generaciones.

Iniciemos afirmando que Warisata es el resultado de varias experiencias


particulares llevadas de manera clandestina, por otros indígenas y caciques
como Santos Marka T`ola, Pablo Zárate Willka, entre otros en décadas
pasadas, que luego es canalizado por Avelino Siñani al que se uniría Elizardo
Pérez en representación del Estado boliviano. En el esfuerzo conjunto de
Siñani y Pérez se organiza una escuela que estuviera al servicio de la
comunidad, que respondiera a las necesidades inmediatas de la población
indígena (Salazar, 1997: 73-82), esta obra es realizada por voluntad colectiva y
no por el sistema del esclavismo, de un rey o de una casta criolla dominante.

La escuela contaba con más de 200 niños internos, mantenidos con recursos
propios, los niños crecían sanos y fuertes con condiciones admirables, el
campesino empezaba a obtener frutos de la escuela (Salazar, 1997: 88) desde
el préstamo de sementales con que mejoraba su ganado y lo más importante,
se habría la comunicación entre el Ayllu y la escuela.

Muy pronto la oligarquía criolla arremetió contra Warisata, apoyada en una


serie de maniobras y calumnias infundadas por parte de marka q`aras o
vecinos de los hacendados de Achacachi. En abril de 1934, había comenzado
una persecución a sus máximos líderes entre ellos Siñani y Pérez, pero el
ultraje seguido de flagelamiento más salvaje, fue cometido por el Corregidor de
Achacachi Sixto Hernán, en contra de Mariano Huanca y Pedro Rojas (CEA,
2003: 38). La estrategia de los gamonales criollos, fue desvirtuar y distorsionar
los objetivos reivindicativos, acusando a Warisata de ser un centro de
programación comunista y rebelión indígena (CEA, 2003: 38). Es importante
hacer notar que durante esta etapa se producen una serie de
emedrentamientos y persecuciones a maestros y estudiantes de los otros
núcleos escolares afines a Warisata, pese a ello la labor continuaba hasta
llegar a 1940.

La administración de Warisata estuvo a cargo del Parlamento Amauta,


integrado por campesinos, maestros y alumnos (Salazar 1997: 75-82). Lo
primero que hicieron los destructores de la educación campesina, fue suprimir
este gobierno –Parlamento Amauta-, negando en absoluto la intervención del
indio en los asuntos de la escuela (Salazar 1997: 83), torpeza que jamás fue
remediada probablemente con el propósito de impedir que el “siervo” pudiese
discutir acerca de su propio destino.

Elizardo Pérez (1992) menciona a Byron y Donoso Torres como los autores de
la muerte de Avelino Siñani, tras un fuerte altercado verbal llevado el 30 de
enero de 1941, en un intento por salvar la escuela. El 31 de enero como
consecuencia de la tristeza que embargaba a Siñani, éste muere, y muere con
él el sueño de todo un pueblo que había luchado por su liberación a través de
la educación. Es pertinente aclarar que éste no es un tema cargado
emocionalmente, ni ligado a simple apología sin bases reales, sin sentido.
Recapitulando, Warisata es el fruto de la inquietud de un pueblo, funciona por
esfuerzo del indígena, tiene una educación orientada al “ayllu”, es amenazada
y calumniada por los criollos constantemente hasta su destrucción.
Los motivos de la destrucción pueden ser varios, pero sobresalen el interés de
las élites gobernantes eliminar cualquier intento de superación y administración
de instituciones educativas de indios para indios.

La responsabilidad de este desastre es imputable a las esferas jerárquicas de


educación rural y a los regímenes de gobiernos de la época que permitieron la
destrucción de Warisata y los que nunca hicieron nada por restaurar sus
doctrinas.

Warisata es el resultado de una serie de luchas del propio pueblo indígena, por
ello la doctrina responde cabalmente a ese pueblo, y no tiene que ser
entendido como un intento de acabar por completo con el ayllu, si bien existió
la participación estatal a través de Elizardo Pérez, estuvo ligada al apoyo con
maestros para Warisata, más la construcción y toda la filosofía era el reflejo de
las aspiraciones de un pueblo reprimido por varios años.

Finalmente el temor expresado de las élites criollas ante la educación de los


indígenas, el desencanto traducido en términos de “Indios letrados, indios
alzados”, es una de las razones para su destrucción, ligado a la traición y
desunión de algunos indígenas.

La escuela ayllu está unida al nombre del Tata Santiago Poma, Aymara de la
legendaria Achaqachi quien a fines del siglo XIX, quiso levantar una escuela en
su comunidad, por eso fue capturado y conducido a la cárcel, arrastrado por los
caballos de los soldados, flagelado, torturado y encarcelado por tres años; fue
perseguido, su propiedad robada y su familia hostigada. ¡Delito tremendo para
un Indio en Bolivia, anhelar su propia educación! Ya anciano, Poma tuvo
fuerzas para ayudar en la construcción de Warisata y dejó un mensaje que
debe ser recordado:"Hace tiempo alcancé a levantar una pequeña escuela
para los niños de la comunidad. Este acto, fue interpretado como un
incalificable delito, y un día …con otros compañeros más, fui conducido a la
cárcel de la capital, atado a la cola de los caballos que montaban los soldados.
Mientras tanto, impunemente, las barretas de los opresores se encargaban de
consumar la obra destructora... El edificio de la escuela fue demolido. Llegado
a la cárcel el fiscal me hizo flagelar… y luego dispuso mi encarcelamiento, que
duró tres años… Hoy me hallo reducido a la condición de colono, que quiere
decir esclavo. Esta escuela /Warisata/ objeto de nuestras preocupaciones y
desvelos, es de los indios, y yo…tomo posesión de ella en nombre de nuestros
abuelos"
Lleva también esta escuela, los sueños y la lucha de Avelino Siñani quien dio
su vida por la construcción de la Educación Aymara y fue perseguido
sañudamente por la Bolivia criolla, fue preso y torturado, su hijo de 18 años fue
maltratado hasta ser muerto y su hermano apresado, por el delito terrible en la
Bolivia criolla, de fundar escuelas. Cuando Warisata fue destruida el Tata
Siñani se murió de pena. Claro que antes fue perseguido, encarcelado y
flagelado. Avelino Siñani tuvo una visión educacional muy clara, a principios de
1900 estableció varias escuelas ambulantes indigenales manejadas por los
Aymaras mismos (ningún criollo quería oficiar de maestro) con toda la filosofía
Aymara de unión de trabajo, teoría y la reproducción de la ciencia y cultura
indígena.
Las escuelas indígenas Aymaras
Fueron objeto de una sañuda represión por parte de diferentes gobiernos
bolivianos y también por los gamonales latifundistas que las acusaron de
subvertoras del orden y racistas, desechando su grandeza calificándola de
utópica y mesiánica. Cada uno de los Aymaras y algunos bolivianos solidarios
con este proyecto (como Elizardo Perez, Fausto Aoiz, y otros) fueron
perseguidos.
La normal fue levantada en 1930 con jornadas de trabajo voluntarias de los
comunarios Aymaras, con sus propios aportes, con admirable organización,
constancia, tecnología y arte. Así, se construyeron por ejemplo un acueducto,
talleres de experimentación, aulas e internados que sirvieron a la escuela.
Obras que serían destruidas luego por los bolivianos mestizos.
Desde 1900 al actual año 2003 ha pasado bastante agua bajo el puente, son
103 años y seguimos gobernados por extranjeros que nos odian. La "Masacre
de Warisata" realizada el 20 de septiembre del 2003 por órdenes del gobierno
de la alianza de partidos racistas y de extrema derecha (MNR, MIR, NFR, UCS)
nos ha mostrado que las visiones de mundo de criollos e indígenas poco han
cambiado.
El ex-ministro de gobierno el yugoslavo Yerko Kukoc se apresuró en ordenar la
detención de catedráticos y estudiantes y afirmó firmemente que "Desde hace
tiempo, tenemos información de gente con ideas radicales. Son intelectuales
que quieren dar formación altamente radicalizadas".
”ESCUELA AYLLU” Escuela integral

Esta educación es integral porque abarca todas las formas inherentes a un


organismo educativo, porque saliendo de su recinto, se extiende a
la comunidad en su conjunto, combinando aula, tierra y taller, lo que significa la
formación de un hombre estudioso, trabajador de la tierra y capaz de producir
con los recursos del medio ambiente. Estas proposiciones, fueron un desafío
respondido con increíble imaginación, fuerza y convicción y asi Warisata se
adelantó a las más recientes concepciones educativas. Mencionaremos
algunas:
Supresión del horario, lo que, lejos de sembrar el desorden, facilitaba las
labores a un grado asombroso.
Supresión de exámenes, eliminando esa carga que pesaba sobre los
niños como una pesadilla y muy normal en las escuelas europeas.
La co-educación, o sea la educación sin discriminación de sexos. Su
consecuencia, el internado mixto, fue admitida de modo tan natural en
Warisata, que nunca dio lugar a la menor nota negativa en la relación entre
ambos sexos.
La reducción del tiempo de escolaridad. Warisata tenía un Jardín Infantil,
al que ingresaban niños de cuatro a siete años de edad; una sección
Prevocacional o Elemental con tres años de duración, una sección Vocacional,
también de tres años, y una sección Profesional que, con la sección Normal, no
tenía un plazo fijo.
El bilingüismo en la enseñanza, que nunca fue problema en Warisata.
La formación o educación del espíritu a través del trabajo,
restablecimiento de la moral aimaro-quechua en toda su dimensión.
El desarrollo de cualidades y aptitudes psicomotoras mediante la plástica,
la música y la educación física, problema hasta ahora escasamente
comprendido por la docencia boliviana.
La reducción de la carga curricular suprimiendo todo aquello que no
correspondiera a las necesidades inmediatas de la vida campesina.
La alimentación y la higiene, como bases para un desarrollo mental,
solucionadas en gran medida con los internados.
Por último, esa decisión inadmisible en la actual educación campesina, de
suprimir también las vacaciones anuales, pues siendo una empresa de
actividad permanente, siendo la vida misma de la comunidad, no reducida al
aula, no tenía sentido interrumpirla ni un solo día.
Con este sistema, la escuela ayllu se autoabastecía y no tenia casi la
necesidad de la ayuda del Estado. Warisata llegó a tener más de doscientos
niños internos de ambos sexos, mantenidos con los propios recursos de la
Escuela, que tenía sus despensas llenas hasta el techo, resultado de una alta
productividad agrícola. Nuestras aulas eran limpias, amplias, con grandes
ventanales, con piso machihembrado, dotadas de mesas, bancos y sillas
fabricados todos en nuestros talleres. Los jardines tenían flores aún en lo más
crudo del invierno; cada curso tenía lotes de experimentación de cultivos—
refuerzo considerable en su alimentación—bordeados de eucaliptos, pinos,
kollis y kiswaras. Nuestros campos solían ser los únicos que, mediante riego y
abono, reverdecían en el gris del altiplano, quemado por la sequía. La escuela
resplandecía de limpia, sin una mancha, sin una raya; nuestros internos
dormían en catres de hierro hechos en la misma escuela, con higiénicos
colchones de totora (kesanas) tejidos por ellos mismos o por sus padres. Los
niños crecían sanos y fuertes, bien alimentados y vestidos y con admirables
condiciones para el trabajo.

RESUMEN
Año 1931, en el Ayllu de Warisata, se realiza una asamblea a la que asiste Elizardo Pérez,
como representante del Estado Boliviano y Avelino Siñani, de parte de los comunarios, donde
se acuerda fundar una Escuela. Los comunarios se comprometen a aportar en terrenos,
materiales y mano de obra, el Estado con profesores y capital económico. La Asamblea
termina en un abrazo entre Avelino Siñani y Elizardo Pérez, en señal de aceptación.
Año 1940, el Núcleo de Warisata, tiene una construcción de dos pisos de estilo
neotiahuanacota, rodeada de sembradíos y de 33 pequeñas escuelas en las Provincias Los
Andes, Omasuyos, Camacho y Larecaja, lo que constituye el Núcleo o la Marka. La excesiva
demanda de profesores rurales y la construcción de escuelas, originan la Normal para
profesores indígenas, fundada hace dos años con sus respectivos egresados.
Año 1940, sistema Nuclear en Bolivia, cuenta con 16 Núcleos, instituidos bajo el Reglamento
de Educación Indigenal de 1939, y que había concretado toda la experiencia de Warisata, lo
que se llama la época de oro de la Educación Indigenal y que fueron impulsados y protegidos
por la política educativa de los gobiernos de los presidentes José Luis Tejada Sorzano, David
Toro y Germán Busch.
Año 1940, Sistema Nuclear en Latinoamérica; Bolivia impulsa y organiza el Primer Congreso
Indigenista Latinoamericano, que debía realizarse en Warisata y que se llevó a cabo en
México, a donde lleva una ponencia que resume los principios ideológicos de la Escuela Ayllu
de Warisata y que fue aprobada a nivel internacional. Los gobiernos de México, Perú, Ecuador,
Guatemala, EEUU, Venezuela, Colombia, desarrollan políticas educativas bajo las
recomendaciones del Congreso, posteriormente Cuba las aplicaría totalmente.
Mientras en México admiraban los avances realizados en Bolivia, en la misma patria de origen,
tras la caída del Presidente Germán Busch, la rosca minero feudal arremete contra los Núcleos
Indigenales, sus directores son destituidos, las escuelas saqueadas, los estudiantes
perseguidos, lo más atroz sucedió en el núcleo de Casarabe, donde los trescientos educandos
fueron asesinados con el pretexto de que las escuelas eran células comunistas.
Si comparamos con los diez años de Capitalización y Reforma Educativa, más los trescientos
millones de dólares invertidos ¿Qué logramos? Nada, pero ¿Cómo es posible que en menos de
diez años la escuela de Warisata, haya desarrollado tanto hasta irradiar sus técnicas al
continente Americano? El secreto está en el Modelo de Ayllu, que es la forma de pensar y
actuar del hombre andino.
Es tan importante este descubrimiento, que a partir de ahora empieza la era del indigenismo
técnico, el Pachakuti, pues todas las propuestas deberán llevar el sello inconfundible del
Modelo de Ayllu, que se contrapone al Modelo Neoliberal, fundamentado en antivalores. La
cuestión será cómo utilizar esos principios como variables en los distintos proyectos.
Este modelo sistematizado era casi un misterio, el cual en vano buscaron los antropólogos,
sociólogos o investigadores en esta parte de América y que estaba oculto en el libro de
Warisata Escuela- Ayllu, que nuestros abuelos nos dejaron “Como testamento para las
generaciones futuras” y que contiene toda la sabiduría del mundo andino, de las naciones
originarias, del Imperio Incaico, del antiguo Aby Yala.
El Modelo de Ayllu, se basa en cinco valores o principios universales más uno, la liberación, la
organización comunal, la producción comunal, la revalorización de la identidad cultural, la
solidaridad y reciprocidad, y la comunidad como sustrato de ellos; representando el cuerpo y
los cinco miembros mutilados de TupakKatari, que fueron esparcidos por varias provincias,
simbolizando el Ayllu perforado, dividido. Unir esos aspectos es volver a estructurar el Ayllu y
cumplir lo que dijo Tupak Katari, “volveré y seré millones”.
La presente sistematización abre muchas expectativas en historia, pedagogía, literatura y
filosofía, sin tocar las demás ciencias como sociología, antropología, etnografía, y muchas
otras. Históricamente, Warisata Escuela- Ayllu, es el hito más importante en la República.
Pedagógicamente es la única experiencia Indigenal de esa clase en la vida nacional.
Literariamente, los comunarios, en su afán de leer y escribir, habían escrito una epopeya.
Filosóficamente, dicho modelo nos brinda un sinfín de posibilidades para lograr muchos
objetivos como una Revolución Cultural de las Naciones Originarias, leyes, propuestas
municipales hasta la esperada asamblea Constituyente, pues responde a nuestro peculiar
modo de ser y pensar.
Liberación.- El anhelo de aprender a leer y escribir como forma de reivindicación de los
derechos de los indígenas y la defensa de las tierras comunales, les hicieron tomar conciencia
de que no se podían educar para pongos, así la educación generó un movimiento social bajo
una Causa Sagrada o fuego liberador.
La construcción de escuelas era un deber ineludible que se lo realizaba bajo juramento
comunitario, logrando el desarrollo humano con un
entusiasmo inusitado, siendo factores de autodeterminación para los pueblos originarios. La
educación como esperanza y futuro, era una nueva forma de rebeldía indígena, que no estaban
dispuestos a tolerar los patrones y miembros de la clase media gobernante.
Organización comunal.- El autogobierno y organización del núcleo de la Escuela y el Ayllu o de
los otros 16 núcleos, lo ejercía el Consejo, Parlamento Amauta, Cabildo o Capitanía, con
férrea, honrada y disciplinada dirección logrando el éxito en cada una de sus sabias decisiones;
instituciones que recordaban la Ulaqa ancestral, válidas tanto para el oriente como el
occidente.
Una asamblea comunal elige representantes por consenso, formando un Consejo
Administrativo, a su vez se desprenden las Comisiones, que ejercían prácticamente el
mandato, y ambas son articuladas por un Director. Su gestión se realiza por prestigio y en
retribución a la Comunidad, ésta última como sustrato de la Escuela.
Producción Comunal.- La estrategia educativa productiva del Aula, Taller, Sembrío, Ayni y Ma
Ch´amaki, (Un solo esfuerzo) desarrolló industrias, cooperativas, ferias y empresas
agropecuarias, dirigidas al autoabastecimiento mejorando las condiciones y calidad de vida.
Es de preguntarse qué no tenían, pues sus despensas estaban siempre llenas, ya que en los
talleres y sembradíos se producía de todo, no sólo cosas utilitarias, -ya que el Palacio de la
educación salió íntegramente de los materiales de la región circundante y de las manos de los
comunarios - sino artísticas, dando origen al arte neo InDio.
Revalorización de la identidad cultural.- Un componente de identidad cultural muy fuerte
emanaba de este centro educativo, que revalorizó todo lo que significaba nuestra cultura,
enalteciendo y protegiendo los valores morales,éticos, estéticos, religiosos, ecológicos,
idiomáticos, patrimoniales, etc. Pues su misma estructura se basaba en los fundamentos del
Ayllu y la Marka, herencia de varios siglos atrás. Demostrando que tales conocimientos, eran
actuales y productivos.
Solidaridad y Reciprocidad.- El consenso, la colaboración y compromiso comunal en las
actividades escolares sin diferencias sociales de tipo étnico-económicas, bajo instituciones
tutelares ancestrales como el Ayni, la Mink´a, la Utawawa, la Tayka, la Marka y otras, es la
expresión de complejas relaciones de intercambio-retributivas- económico-éticas: de y hacia el
ser comunario, la comunidad, la tierra e ideales, logrando la prosperidad y expansión
geopolítica del campo hacia la ciudad, (sistema nuclear), la nación y Latinoamérica.
La Comunidad.- Es el sustrato de los valores o principios fundamentales del Modelo de Ayllu,
también puede representar a la sociedad, la ciudad o el Municipio.
Fue una época gloriosa y trágica, nació un 2 de agosto de 1931, tuvo un desarrollo excepcional
y fue destruida miserablemente en 1940, por el mismo Ministerio de Educación que estaba al
servicio de la rosca minero feudal de ese entonces...
No me equivocaba al decir que era una Biblia y que Dios me perdone, pero una Biblia para
predicar, llena de sabiduría, amor, entrega y apostolado. Así se rescataría finalmente “Warisata
Escuela-Ayllu” de 1931 a 1940, cuasi una década que parecía irremediablemente perdida,
obnubilada, y sobrepuesta por los falsos brillos de la revolución de 1952.
Es injusto que educadores, historiadores, políticos, indianistas, indigenistas o artistas,
desconozcan por completo el verdadero origen de la revolución del 52.
Porque esa revolución no se hizo de la noche a la mañana. El 52, se había iniciado en 1931, en
Warisata. Lastimosamente de la revolución que irrumpe se apodera la clase media, los
destellos que luce opacan todo lo hecho hasta entonces y lejos de volver la vista 10 años atrás,
se dispara en otro sentido y 50 años más adelante, acaba en una revolución agotada en sí
misma.
No podía ser peor el resultado de esas tierras repartidas como queso, más miserables que
antes, con altos índices de analfabetismo y desnutrición, pese a supuestas leyes de Reforma
Educativa, instalación de miles de escuelitas pobres y asesores pedagógicos.
Bolivia como Estado se debate en el caos, la injusticia social, la corrupción, la crisis de valores
e identidad cultural, la falta de empresas e industrias, la desesperante miseria en el campo, el
aislamiento pasivo de la ciudad, la violencia, la inseguridad ciudadana, el más altoíndice de
mortalidad infantil, la intervención de un imperio, la política neoglobalizadora de las
transnacionales que exacciona capitales y materias primas, males que sin embargo
sucesivos gobiernos en dictadura o democracia, no se han remediado...
Rindamos un homenaje a esos apóstoles sufridos, escarnecidos, perseguidos y olvidados por
las armas de una revolución mal entendida y peor llevada. Obras son amores y no buenas
razones.
Warisata, no había cumplido ni diez años desde que empezó con el primer adobe y las
primeras letras cuando ya había sacado dos primeras promociones de maestros rurales, se
expandió en dieciséis núcleos por toda la nación y obtuvo resoluciones en materia educativa
aprobadas en el Primer Congreso Indigenista Latinoamericano.
¿Cuál era el secreto de tanto prodigio? El modelo de Ayllu o el paradigma lógico andino, ¿Qué
sería actualmente la Escuela después de setenta años de su inauguración si no la hubieran
destruido? Sin duda alguna hoy florecería ya una Universidad, tendría Institutos de
Investigación, de Experimentación y de Intercambio Cultural, cientos de fábricas e industrias y
no existirían diferencias entre la educación en la ciudad o el campo, sería quizás mucho mejor
y atrayente la educación en el área rural. El InDio se alzaría orgulloso de ser el incorruptible
defensor de nuestros recursos naturales, el guardián, el abanderado de la educación, de la
producción y el generador del desarrollo de la nación y de Latinoamérica.
Tendríamos generaciones de intelectuales y artistas aymaras, quechuas, guaraníes, de una
Bolivia transformada con dignidad y cultura propia. Nuestros vecinos deseando venir a
Warisata para intercambiar conocimientos y obligaciones con los comunarios. El campo sería
una maravillosa ciudad...
El peor enemigo es el olvido o relegarla a un conocimiento superficial, como cuando fui a
comunicar mi deseo de presentar este tema al concurso me dijeron que no era necesario ni
estaba considerado dentro la expectativa del concurso, pues para los funcionarios del CEBIAE,
era un experimento histórico, como decir de la prehistoria y fue admitido a duras penas por el
delito de no ser actual, otros le confieren sólo un ámbito geográfico diciendo que eso sólo
existió allá en esa idílica isla que fue Warisata o deducir que las enseñanzas del Ayllu sólo son
buenas para el altiplano no así para el oriente ¿Estarán los motivos ocultos en la Reforma
Educativa? ¿En el mismo sistema capitalista neoglobalizador? ¿En la ignorancia? ¿En la flojera
del sistema normalista tradicional? Como fue una experiencia que sucedió hace más de
sesenta años fue dificultosa su reconstrucción ya que tenemos muy pocos documentos escritos
tomando en cuenta que había intereses creados en ocultar esa década. Se utilizaron cuatro
fuentes básicas.
Primero el texto de Warisata Escuela-Ayllu, de Elizardo Pérez, quien recibió del Parlamento
Amauta el insólito encargo de escribir la Historia de Warisata, veinte años después de la
destrucción de las escuelas, como “Testamento para las generaciones futuras” Siendo el
mismo Parlamento Amauta y el Cabildo de Llica, los que asumieron el financiamiento de la
obra.
Segundo, adjunto en forma de vídeo, la exposición fotográfica “Warisata Mía”, de Don Carlos
Salazar Mostajo, cuyas fotografías corroboran exactamente lo que se dice en el libro
mencionado.
Tercero, la obra de Don Carlos Salazar Mostajo como de consulta, cuya bibliografía se adjunta
al final. Por que a lo largo de toda su vida se ocupó de defender la Escuela analizando
serenamente las continuas críticas de que era objeto para identificar la naturaleza de sus
detractores y sobreponerse a ellos.
Cuarto, para corroborar lo escrito en el libro, invitamos a visitar el palacio que majestuoso y
misterioso se alza en la pampa camino a Sorata.
El viajero no se explicará nunca qué hace allí ese edificio único en su género, en medio de la
árida pampa del Altiplano, donde todas sus bellezas dignas de ver son iglesias, paisajes o
ruinas prehispánicas, sin embargo esta artística Escuela, de estilo neo tiahuanacota, que se
divisa en la altipampa a los pies del majestuoso Illampu, existe todavía como impertérrito
testimonio de esa admirable epopeya y fue construido en el fragor de la lucha por la liberación
indígena, sin proyectistas, ni consultores, ni arquitectos, ni ingenieros, ¡sino por humildes pero
audaces comunarios, profesores, artistas, estudiantes, el maestro de carpintería, de herrería,
de albañilería y el director!.
Hasta ahí creímos en la humildad y sencillez de los constructores de Warisata, sin embargo,
posteriormente, corrigiendo el texto, se insertó un capítulo con breves biografías, entonces se
descubrió que algunos Amautas, bajo la apariencia de humildes InDios, eran maestros
iniciados en misterios esotéricos y que la construcción misma de la Escuela, reflejaba las
enseñanzas eternas que ellos quisieron darnos.
Estábamos frente a un caso parecido a los maestros que construyeron las catedrales de
Europa, legando a la humanidad enseñanzas universales, lo que se llamó el Misterio de las
Catedrales.
Hay que pensar que los constructores no disponían del caudal de materiales y artistas que
enriquecieron la edad media. Nuestros Amautas aún con los pocos recursos que contaban en
el yermo altiplánico pudieron elevar un templo sagrado del saber. De la misma manera
Warisata Escuela-Ayllu, entraña todavía muchos enigmas, por lo que Warisata es eterna.
También hay que tomar en cuenta lo extenso del tema debido a que fueron 16 núcleos
educativos que se establecieron en toda la Nación cuya influencia se irradió a Latinoamérica,
cada uno de ellos tiene una magnífica historia, pero sólo me referiré al núcleo de Warisata.
Por otro lado, al haber sucedido hace muchos años, los actores principales no están más para
evaluar y sería una ardua tarea reunir nuevamente a los beneficiarios que tal vez sobreviven en
el campo...
La presente sistematización nos revela algo increíble, es decir, un secreto que estuvo guardado
celosamente por siglos: Se encontró el paradigma lógico andino o la estructura del
pensamiento andino, es decir, es la manera de cómo piensa y actúa el hombre andino, bajo
una normativa comunitaria, porque el pensar va siempre unido al actuar, en otras palabras
podríamos decir que actuar es lo mismo que reproducir su vida de acuerdo a una identidad
cultural.
Esa reproducción contempla relaciones de intercambio económico, de producción agrícola, de
sus instituciones políticas o de su cosmovisión, todo este relacionamiento transcurre bajo un
sólido modo de organización comunal.
La idea de liberación es un ideal que está presente siempre en su vida, pues nunca olvida que
han sido conquistados y piensa que debe liberarse, de ahí la disciplinada adhesión a sus
autoridades que trabajan disimuladamente por su libertad o la esperanza de su liberación.
La solidaridad y reciprocidad son elementos que logran la unión o integración de la comunidad
a la vida social, el pensarse de manera comunitaria como partes de un todo es una
característica, al contrario del pensamiento occidental que se piensa de manera individual Todo
lo contrario de la lógica del pensamiento occidental que es un pensar meramente teórico y
pasivo.

Conclusión.
La investigación y la reflexión sobre cómo transponer la crisis del país con la
ayuda de la educación en democracia, impulsa a hablar de acciones
importantes en las políticas educativas del Estado:

a) Reconstruyendo las experiencias pedagógicas del aprendizaje productivo y


el trabajo en comunidad, porque la “educación orientada en y hacia el trabajo
constituye una educación liberadora y emancipadora”[v].

b) Articulando una filosofía de la educación del trabajo creativo socializado -


comunitario que responda a la necesidad de la sociedad plurinacional.

Por lo tanto, la visibilización y la sistematización del pensamiento filosófico


educativo productivo de la Escuela Ayllu y de otras experiencias pedagógicas
es base esencial, ahora, para una convivencia humana liberadora que genere
una Revolución Educativa hacia el aprendizaje productivo - comunitario, tanto
para salir de la dependencia y la pobreza como para la reconstitución del país
plurinacional.

You might also like