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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE

VILLAHERMOSA

ALUMNA: CARLA ALESSIA MONTEJO ARCOS

N° DE CONTROL: 14301171

8° SEMESTRE

DOCENTE: SHAAYDALY RUIZ CASTILLO

MATERIA: LOGISTICA ESTRATEGICA

VILLAHERMOSA, TABASCO A 20 DE FEBRERO DEL 2018


Introducción
El área de producción, también denominada de fabricación, ha sido históricamente
el núcleo y punto de partida de muchas empresas industriales de nuestro país y, a
pesar de ser uno de los procesos fundamentales de las empresas en cuanto al valor
añadido (producir forma parte del proceso fundamental de la cadena de suministro)
y, por tanto, el impacto en los resultados, cuando hablamos de innovación en el
mundo de las operaciones nos olvidamos a menudo de los sistemas de producción.
Así pues, al hablar de innovación solemos pensar en procesos de desarrollo de
producto, en flujos logísticos o en sistemas de información. Sin embargo, los
sistemas de producción no sólo son susceptibles de innovar, sino que en un entorno
cambiante y de mercado global deben modificarse con el triple objetivo de
orientarlos al cliente, de hacerlos más flexibles y rápidos y de reducir de manera
constante los costes de operación.

La productividad no es una medida de la producción ni de la cantidad que se ha


fabricado. Es una medida de lo bien que se han combinado y utilizado
los recursos para lograr determinados niveles de producción. El concepto de
productividad implica la interacción entre los distintos factores del lugar de trabajo.
Mientras que la producción o resultados logrados pueden estar relacionados con
muchos insumos o recursos diferentes, en forma de distintas relaciones de
productividad, cada una de las distintas relaciones o índices de productividad se ve
afectada por una serie combinada de muchos factores importantes. Estos factores
importantes incluyen la calidad y disponibilidad de los insumos, la escala de
las operaciones y el porcentaje de utilización de la capacidad, la disponibilidad y
capacidad de producción de la maquinaria principal, la actitud y el nivel de
capacidad de la mano de obra, y la motivación y efectividad de los administradores.

De igual forma, es importante hacer mención que, los canales de distribución son la
base de toda producción, ya que el concepto nos menciona: Un canal de distribución
es el conducto que cada empresa escoge para llevar sus productos al consumidor
de la forma más completa, eficiente y económica posible. Existen factores internos
y externos que afectan dicha producción y canales de distribución, así que es
importante que la organización las reconozca para saber las medidas preventivas
para la toma correcta de decisiones, ya que los sistemas de producción influyen de
forma importante en la logística interna y externa así como en los canales de
distribución.
Desde un punto de vista estrictamente empresarial, el indicador más importante en
un proceso de negocio podría ser el tiempo que transcurre desde que compramos
las materias primas hasta que cobramos de nuestros clientes por los bienes y
servicios que hemos producido. Minimizar este tiempo implica, por una parte,
fabricar y distribuir lo que sabemos realmente que venderemos y, por otra parte,
hacerlo en el mínimo tiempo posible.

El tiempo que tardamos en comprar las materias primas, fabricar un producto y


distribuirlo se denomina tiempo de entrega logística (lead time, LT). Se trata del
tiempo transcurrido desde que adquirimos la materia prima hasta que entregamos
el producto acabado. Lo que tardamos en producir se llama tiempo de entrega de
producción. Obviamente, si tenemos stocks preparados (por ejemplo, de materia
prima) reduciremos el tiempo logístico total (LT logístico), aunque no será la mejor
opción, ya que el cliente no nos pagará más por mantener los stocks. El stock,
juntamente con la producción de defectos y la sobreproducción, son quizás los
peores despilfarros (aquello que no añade valor a nuestros productos) que el JIT
tiene como objetivo principal eliminar.

Por tanto, el punto clave es que, para ir bien, como mínimo el tiempo de producción
y distribución debe ser más reducido que el ciclo de pedido del cliente (el tiempo
que el cliente está dispuesto a esperar), ya que así podremos trabajar por pedidos
y no por previsiones (las cuales son menos precisas a medida que aumenta la
distancia temporal y el LT de producción). La aplicación de tecnología logística y de
producción y de las técnicas organizativas del JIT nos puede ayudar decisivamente
a conseguir este objetivo, es decir, a avanzar hacia el modelo de empresa de
respuesta inmediata. A medida que el tiempo de respuesta tiende a cero, se hace
más innecesario mantener stocks para garantizar el nivel de servicio.
Sistemas de producción ajustados

Como lean manufacturing, o sistema de producción ajustada (just in time),


entendemos aquel sistema de producción que fabrica exclusivamente el producto
que solicita el cliente, en el momento y las cantidades en que éste lo solicita y a un
coste mínimo. El proceso de fabricación funciona siempre a partir de la demanda:
ninguna línea, máquina o proceso inicia la producción si no tiene un pedido de la
línea, la máquina o el proceso posterior (sistema de arrastre o pull). De esta manera,
se minimizan los stocks y el espacio de almacenaje.

La clave para entrar en este círculo virtuoso, la reducción de stocks


simultáneamente a la disminución de los retrasos, se encuentra en el diseño del
sistema de flujo de material. Los sistemas de producción de arrastre (pull) son los
que controlan el flujo de materiales, reemplazando sólo lo consumido en el proceso
siguiente, y eliminan de esta manera los costes de stocks y de sobreproducción.
Durante los últimos años se constata no sólo un notable “debate” sobre la
importancia de la logística en el seno de las empresas, sino también una serie de
medidas estratégicas y operativas encaminadas a mejorar la gestión del flujo de
materiales y de información en los procesos de aprovisionamiento, de fabricación y
de logística de distribución. Se observa, a la vez, una considerable optimización de
la gestión de la información que se deriva de ello, ya que los flujos de materiales y
de información no deben ir siempre unidos y ciertos aspectos de los procesos
logísticos pueden ser virtuales. Esto es así por dos razones: por un lado, se
redescubre el potencial de la logística como generadora de claras ventajas
competitivas, cada vez más orientada al marketing y menos a la ingeniería y, por
otro lado, se ha desarrollado una serie de modelos de gestión que facilitan la
implantación de programas de actuación que van más allá de la mejora de la
eficiencia de las organizaciones (mejorar servicio y coste en las líneas de productos
clásicas) y que, en muchos casos, permiten redefinir o rediseñar los modelos de
negocio (aportando innovación y respuesta rápida a las nuevas líneas de producto.
Conclusión
Los sistemas de producción tienen una importancia decisiva en el funcionamiento
de las empresas industriales. Cuando hablamos de innovación, a menudo nos
referimos a los procesos de desarrollo del producto, los sistemas de información o
los flujos logísticos, ya sean de aprovisionamiento o de distribución. Todos estos
sistemas están relacionados con la fabricación. Algunos parámetros que hoy en día
resultan ser factores de éxito de las empresas, como la satisfacción de los clientes,
se ven afectados por el funcionamiento de los sistemas de producción; por ejemplo,
el cumplimiento de los plazos de entrega depende de nuestros tiempos de respuesta
internos, así como de la eficiencia de nuestras plantas. Por tanto, es importante no
olvidar los sistemas productivos a la hora de definir y llevar a cabo nuestra estrategia
de innovación en las operaciones. No debemos renunciar a ningún objetivo de
flexibilidad, servicio o coste. La implantación de sistemas de mejora continua en
nuestras plantas, así como la innovación tanto de los sistemas de producción como
de los logísticos, nos abrirá las puertas a aquello a lo que hoy no podemos acceder
por coste, calidad, flexibilidad o servicio.
Bibliografía

 Ballou, R. H. (2004). Logistica: administración de la cadena de suministro.


México: Prentice Hall.
 Christopher, M. (1998). Guías de gestión de la innovación. MacMillan.
 Christopher, M. (1999). Logística. Aspectos estratégicos. México: Editorial
Limusa S.A de C.V. Grupo Noriega Editores.
 Velázquez, E. V. (2012). Canales de distribución y logística. Red Tercer
Milenio.

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