You are on page 1of 1

¿POR QUÉ PERMITE DIOS LOS DESASTRES NATURALES?

El huracán Katrina en 2005, en los Estados Unidos, los terremotos en Chile y Haití en 2010, la
tragedia del tsunami en Japón en marzo de 2011, las avalanchas de lodo en el 2006 en
Filipinas, aunados al terremoto en días pasados en el Nepal, en donde se cuentas en más de un
millar de fallecidos, hacen que muchas personas cuestionen la bondad de Dios. Es triste ver
con frecuencia que estos desastres sean catalogados como “voluntad de Dios” y escuchar la
famosa pregunta: ¿Por qué permite Dios los desastres naturales?
En el principio Dios creó todo el universo y sus leyes, y la mayoría de los desastres naturales
son el resultado de estas leyes en acción. Todas estas catástrofes tienen su explicación
científica (choque de corrientes de aire, desplazamiento de placas geológicas, desplazamiento
de grandes cantidades de masa). En las sagradas escrituras podemos ver cómo Jesús tiene el
control sobre la naturaleza al calmar los vientos y caminar sobre las aguas. En el Antiguo
Testamento Dios hace llover, caer truenos, brotar agua de las rocas. San Pablo nos recuerda
en su carta a los de Colosas que “en él (en Jesús) fueron creadas todas las cosas, tanto en el
cielo como en la tierra, los seres visibles y los invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados y
Potestades: todo fue creado por medio de él y para él”.
Entonces nos surgen varias preguntas: ¿Puede Dios prevenir los desastres naturales?, ¿Puede
influenciar sobre el clima? ¿Algunas veces causa Dios los desastres naturales como juicio
contra el pecado?, ¿Es cada desastre natural un castigo de Dios? A las tres primeras preguntas
podemos afirmar que Si, absolutamente; y a la última, absolutamente no.
De forma muy parecida a la que Dios permite que la gente mala cometa actos malvados, Dios
permite que la tierra demuestre las consecuencias que tiene el pecado sobre la creación. En
Romanos 8:19-21 San Pablo nos dice que, “En efecto, toda la creación espera ansiosamente
esta revelación de los hijos de Dios. Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino
por causa de quien la sometió, pero conservando una esperanza. Porque también la creación
será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos
de Dios. Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto”
La caída de la humanidad en el pecado tuvo efectos en todo, incluyendo el universo que
habitamos. Todas las cosas en la creación fueron sujetadas a la “vanidad” y a la “corrupción”.
El pecado es la causa final de los desastres naturales, así como lo es la causa de la muerte, la
enfermedad y el sufrimiento.
Así que, regresamos a donde empezamos. Podemos entender por qué ocurren los desastres
naturales. Lo que no comprendemos es por qué Dios permite que ocurran. Lo que podemos
saber es esto... ¡Dios es bueno! Hay innumerables milagros asombrosos, que ocurren durante
el proceso de estos desastres naturales, evitando una mayor pérdida de vidas. Los desastres
naturales causan que millones de personas reevalúen sus prioridades en la vida. Cientos de
millones de dólares en ayuda son enviados para auxiliar a la gente que está sufriendo.
Si los desastres naturales no sirven a los buenos propósitos de Dios, entonces estamos
enfrentados con un Dios que, o bien es muy débil para hacer que el mal sirva a fines más
elevados, o muy malo para hacer lo que es bueno y justo.
Los desastres naturales tienen un importante mensaje que no debemos ignorar. Los desastres
ponen en claro nuestros valores, desafían nuestra fe y revelan quienes somos realmente. Si
estamos arraigados en las promesas de Dios, podemos resistir. Si no, seremos arrastrados por
nuestras propias filosofías humanas e interpretaciones estrechas.
En última instancia, nos enfrentamos con una cuestión de fe. Aquellos que conocen a Dios
creerán que Él tiene una razón justificable para la tragedia humana, mientras que otros
tratarán tal fe con menosprecio. Una cosa debemos tener bien clara: debemos confiar en Dios
y en sus promesas, que son la base de nuestra esperanza.

You might also like