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Evaluación Dos

Nombre: Lorenzo Alarcón G.

1.- Cualquiera de los autores de la unidad 1 no niega el carácter expansivo del capitalismo, ¿por
qué entonces se continúan con procesos de exclusión? Entregue dos argumentos.

Cuando los autores se refieren al carácter expansivo del capitalismo, lo hacen en lo fundamental,
en dos sentidos: por un lado, aquello que se refiere a la expansión geopolítica del sistema
capitalista, y, por otro, a la sofisticación y complejizarían del mismo. En ese sentido, pensar en la
globalización del capitalismo como estructurando las relaciones sociales en los distintos países del
mundo, no implica, en lo absoluto, que un fenómeno que le es propio como la exclusión vaya en
declive. Si bien la exclusión no es un fenómeno único del capitalismo, es en el dónde muestra toda
su irracionalidad en el sentido trabajado por Marcuse en El hombre unidimensional”, es decir,
existiendo las posibilidades históricas para aquello encuentre otra vía en pos del bienestar social,
sucede lo contrario. Es en ese sentido que planteo el fenómeno de la exclusión como inmanente al
capitalismo. A este respecto, dos argumentos:

a) La lógica del trabajo en capitalismo y la necesidad de mano de obra.

El trabajo -como lo planteó Marx- en contexto de capitalismo es necesariamente enajenado en su


relación sujeto-objeto (mundo social). Aquello trae consigo consecuencias en las conciencias en la
medida en que se naturalizan las formas de producción y de la división del trabajo. Respecto a este
último, la lógica del trabajo en el capitalismo es en sí misma excluyente, no en el sentido de “dejar
fuera”, sino más bien de posicionar y valorizar a los distintos grupos sociales según las labores que
desempeñen. Dichas labores, se encuentran estructuralmente determinados, es decir, van más
allá de la propia individualidad pues apuntan más bien a un lugar de nacimiento (la contraparte de
aquello sería el discurso derechista de la meritocracia). En ese sentido, el lugar que el sujeto ocupe
en lo social, además de tener en sí mismo una cierta valorización de acuerdo a lo que se “haga” –
en el entendido de que el sujeto es lo que hace-, implica una cierta dinámica en lo social. Es en ese
sentido que podemos pensar trabajos con más o menos incidencia social. Entiéndase esto último
en el sentido restrictivo del término aplicado tan sólo a la práctica política. Es común y la historia
entrega el asidero, que sean jóvenes universitarios quienes encaminan los procesos
revolucionarios; médicos, abogados, ingenieros comerciales quienes acceden a un puesto en el
Parlamento, etc. El proceso de “concientización”, en general, proviene desde primera instancia del
sector dominante o medios acomodados. Y esto tiene que ver justamente con la forma en que
plantea el capitalismo el concepto de trabajo, teniendo que ver fuertemente con la
hiperproducción y la profesionalización. Sólo la clase privilegiada accede a un nivel cultural tal que
le permita pensar la cuestión social más allá de la pura inmediatez. Por supuesto, es sumamente
esperable, la señora que atiende el quiosco de 8 a 9 de la noche para luego llegar a desempeñar
las labores en el hogar que la sociedad patriarcal le ha inculcado, poco y nada le queda para
pensar en su padecimiento más allá de si misma. Luego le da depresión, y la sociedad la empastilla
haciendo parecer que el problema es fundamentalmente suyo.
Por supuesto, abordé aquí el problema solo desde la perspectiva que tiene que ver con el lugar
que ocupa cada sujeto en lo social de acuerdo al trabajo en tanto estructurante de lo social.

b) El individualismo liberal como paradigma y la decadencia del sujeto social.

Si bien en sus inicios el paradigma liberal promovido por la Ilustración, fundamentalmente


siguiendo las consignas de la Revolución francés: libertad, igualdad y fraternidad, estuvo orientado
en pos del bienestar social dejando atrás el régimen monárquico y medieval, en el devenir de éste
en la modernidad, no ha sucedido más que la radicalización de uno de sus principales principios
rectores: la individualidad. Las catástrofes del siglo XX entre otras cosas demuestran el recelo
entre las culturas; el neoliberalismo entendido popularmente como la única forma de orden social,
demuestra la decadencia del sujeto social.

Una de los resultados devastadores de la dictadura chilena, tiene que ver con minar las relaciones
comunitarias y exacerbar al propio individuo como su propio agente de progreso. Si el progresa la
sociedad progresa. La biopolítica foucaultiana bien sabe de esto, de lo que se trata en lo
fundamental que el sujeto incorporen sí mismo la ley, que sea capaz de autorregularse sin la
necesidad de un orden disciplinar que lo vigile constantemente.

2.- A usted le toca integrar un equipo interdisciplinario (de planificación o intervención o


investigación) y en una reunión le solicitan (en nombre de todo el equipo) preparar una tabla de
discusión pues dialogarán sobre el concepto (elija el que usted quiera) de vulnerabilidad/
pobreza/ marginación/exclusión y los sujetos que la componen: ¿qué elementos usted
problematizaría?, ¿Por qué? Pueden ser respondidas desde áreas no estudiadas en este curso
(pero deben ser disciplinarias-académicas).

Concepto: Pobreza.

Como primera entrada problematizar la pobreza en el sentido que comúnmente se le entiende, es


decir, aquel que tiene que ver con la posesión o no de bienes materiales. Definición a mi juicio
necesaria, pero que en lo absoluto se reduce ahí.

Primeramente es necesario entender a la pobreza como un fenómeno que deriva directamente


del orden social. Es decir, poner en tela de juicio las formas de producción y como estas se
organizan. Esto tiene que ver con pensar el trabajo como concepto, en la relación sujeto-medio
social (y natural) que implica, los medios de producción, la distribución de las riquezas, etc.

Como segundo elemento, extender el uso del concepto de pobreza (material) antes enunciado, a
uno “espiritual”. Con dicho concepto no aludo tanto a la religión, sino a cómo lo entiende Hegel,
como el Universal encarnado en los sujetos vividos existencialmente. El capitalismo no sólo
produce pobreza material, sino también pobreza existencia. La poesía chilena del siglo XX es un fiel
testigo y evidencia de aquello. La degradación del ser humano a escalas espirituales es una delas
consecuencias directas del capitalismo al estructurar la vida bajo la lógica enajenada y alienante
del trabajo. La cultura se reduce a la mercantilización de esta, a ser vendida como un bien de
consumo.

Por supuesto, para que la pobreza espiritual sea superada, es necesario que, como mínimo, las
condiciones materiales básicas para la existencia estén cubiertas. Así, la pobreza material como un
problema inmanente al capitalismo debe ser una preocupación inmediata, mientras que la
pobreza espiritual, un ámbito dentro del concepto de pobreza que sirva para una crítica profunda
del orden social capitalista y su forma de producción.

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