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OBJETIVOS:
-Colaborar con el diagnóstico y tratamiento del paciente.
-Identificar las variaciones y frecuencias del pulso en el paciente.
FUNDAMENTACIÓN CIENTÍFICA.
El pulso es el latido de una arteria que se siente sobre un saliente óseo. Cuando se
contrae el ventrículo izquierdo, la sangre pasa a través de las arterias de todo el
cuerpo; esta onda de sangre es el pulso.
Durante el reposo, el corazón solo necesita bombear de 4 a 6 L de sangre por minuto,
lo que puede aumentar hasta en 5 veces durante el ejercicio. Normalmente, cada
ventrículo bombea 70 mL de sangre en cada contracción, aunque hay grandes
variaciones de volumen, compatibles con la vida.
Entre los factores que pueden alterar o influir el ritmo de nuestras pulsaciones o de la
frecuencia cardiaca están:
La edad: La frecuencia basal (la mínima) la tenemos nada cuando nacemos, de
ahí va descendiendo por como pasen los años. Podemos decir entonces que en
los adolescentes la frecuencia es más alta que en los adultos. La frecuencia
máxima más alta se alcanza entre los 8 y 10 años.
La temperatura: cuanto más calor más alto son las pulsaciones y de la misma
manera cuanto más frió este el día, más bajas son las pulsaciones.
La altura: Cuanto más alto menos oxigeno tenemos en el aire que respiramos y
por lo tanto el corazón tiene que bombear más para obtener el mismo oxigeno.
La genética: afecta en gran medida a todos los aspectos de las pulsaciones por
minuto, afecta tanto a las pulsaciones en reposo, como a las máxima o como al
rango aeróbico de funcionamiento.
El género: Las mujeres por término medio tienen entre 5 y 15 pulsaciones más
por minuto que los hombres.
La composición corporal: La persona más alta tiene las pulsaciones más bajas
que los más bajos y los delgados menos que los gordos.
Ejercicio.
El pulso normal varía de acuerdo a diferentes factores; siendo el más importante la edad:
PULSO CAROTÍDEO: Explora la arteria carótida. Se palpa sobre la parte anterior del
músculo esternocleidomastoideo a la altura de la tráquea (Triángulo carotídeo,
donde se ramifica en carótida externa e interna). Sobre este punto es donde se
realiza la maniobra vagal de compresión de la carótida que produce una
disminución de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial. La carótida debe
palparse suavemente, ya que estimula sus baroreceptores con una palpación
vigorosa puede provocar bradicardia severa o incluso detener el corazón en
algunas personas sensibles. Además, las dos arterias carótidas de una persona
no deben palparse simultáneamente, para evitar el riesgo
de síncope o isquemia cerebral.
PULSO BRAQUIAL: Explora lá artéria braquial. Se palpa en el hueco anterior del codo
(espacio antecubital), en la cara interna del bíceps, con antebrazo ligeramente
flexionado.
PULSO RADIAL: Explora la arteria radial (rama de la arteria braquial, como la arteria
cubital). Se palpa en la cara interna de la muñeca, canal del pulso, entre el tendón del
músculo palmar mayor medialmente y el tendón del músculo supinador largo
lateralmente.
PULSO CUBITAL: Explora la arteria cubital (rama de la arteria braquial, como la arteria
radial). Se palpa en la cara externa de la muñeca.
PULSO POPLÍTEO: Explora la arteria poplítea. Se explora en la zona del hueco poplíteo
en su parte medial y normalmente con la rodilla flexionada a 30 grados o en
decúbito prono.
EQUIPO:
PROCEDIMIENTO:
-Presionar la arteria ligeramente con la punta de los dedos, índice, medio, y anular
solamente, o necesario para percibir las pulsaciones.
-Contar con el número de latidos durante el minuto. Una vez que se encuentra el
pulso, se cuentan los latidos durante un minuto completo o durante 30 segundos y se
multiplica por dos para obtener la suma total de latidos por minuto.
-Identificar frecuencia, ritmo, amplitud y tensión del pulso.
PRECAUCIONES:
-No tomar el pulso cuando el paciente haya estado en actividad o con alteraciones
emocionales.
-Evitar colocar el dedo pulgar porque tiene latidos propios.
-No contar con fracciones de segundo para multiplicarlo