del 26 de febrer al 5 de març de 2018 www.parroquialavilavella.

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S a g r a d a F a milia - La V ila vella

otaº 


CELEBRACIONES E INTENCIONES
Lunes 26 Martes 27 Miércoles 28 Jueves 1
A las 18:30h Misa A las 9:30h
A las 9:30h A las 9:30h Misa
en sfgr. de Misa en Misa en sfgr. en Acc. de Gr. a
Francisco Martínez sfgr. de José de Ramón Santa Lucía.
y Consuelo Daràs, Monlleó, José A las 19:00h Misa
Ferrandis; José Encarnación Fenollosa, en sfgr. de Rafael
Martínez Martínez; Ribera y María y Tonica
Sanahuja Lara (1er
Benjamín Barres Emilio Ferrandis
Aniversario).
Nebot. Darás.

Viernes 2 Sábado 3 Domingo 4

(Día de abstinencia) III Domingo de Cuaresma
A las 19:00
A las 19:00 Misa en Misa en sfgr. A las 7 Canto y Rosario Aurora.
sfgr. de María de Rafael A las 8:00 Misa en sfgr. de Rafael
Caballer, Juan Esbri Vicent Llop, María Villar, Mª Amparo
y Vicente Roglá. Carreguí (1er Ferrer.
A continuación Via Aniversario)
A las 11:00h Misa pro populo.
Crucis.
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RAZONES PARA AYUNAR

Hace un par de semanas estuvo en el Desierto de
las Palmas, predicando un retiro, Don José Pedro
Manglano, sacerdote valenciano aunque residente en
Madrid. Algunos del pueblo asistieron. Es un sacerdote
muy conocido por sus publicaciones (por ejemplo eso
libritos que muchos tenéis que se dividen por meses).
Su último libro se llama “Santos de carne” (que si
no se ha acabado, lo podéis adquirir en las oficinas de
la Casa Abadia, y si no pediremos mas). Lo que viene a
decir que la santidad no es una cosa para espíritus
etéreos, sino para personas de carne y hueso, que
disfrutan de la vida y d los placeres que Dios nos ha
dado (el chocolate, la pizza, los gatos…)
Dice: “¡Somos de carne y somos grandes! Dios
nos quiere así, santos de carne, disfrutones de los placeres de este mundo. La
vida cristiana recorre un camino de transformación de nuestro ‘cuerpo de
muerte’ en ‘cuerpo de gloria’, pero es siempre amante del cuerpo”.
“La vida con Dios no nos aleja del cuerpo, no espiritualiza a los santos
en un proceso de desencarnación, sino que nos hace muy humanos. Si el
pecado separó carne y espíritu, la redención nos devuelve la unidad. Por toda la
eternidad disfrutaremos de Dios con los cinco sentidos: le veremos y
escucharemos, le oleremos y tocaremos, gustaremos de Él... Nuestro cuerpo
será glorioso, sí, pero de carne. ¡Carne gloriosa!”.
Bueno, todo esto viene porque tiene un capítulo sobre el ayuno. “El
ayuno vuelve a estar de moda. Así ocurre en nuestra sociedad occidental
habitualmente: cuando los cristianos abandonamos rasgos propios de la vida
cristiana, al cabo de un tiempo la sociedad los recupera, sencillamente porque
son vitales para tener vida de calidad. Después de décadas de silenciar el
ayuno por parecer trasnochado y negativo, nuestra cultura lo recupera y lo
propone sin complejos”.
Pero claro, aunque se haya vuelto a poner de moda, no quiere decir que
nuestro ayuno cristiano tenga nada que ver con el de las “celebrities”. Ahora
que estamos en plena Cuaresma, ahí van las cinco razones que da este autor
espiritual para entender y vivir mejor el ayuno.

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1.- Sana nuestra relación con nosotros

mismos: nos hace tomar conciencia.
Ayunar permite conocer la debilidad de la
propia persona. “Nos permite tomar conciencia
de nuestra debilidad: comprobamos que sufrir
un poco de hambre o falta de de sueño casi nos
anula”.  Se muestra así la enorme dependencia
que tenemos del alimento y del sueño por lo
que ayunar “nos pone en nuestro lugar y nos
ayuda a ser más conscientes de nuestra
impotencia”.
Vivimos satisfaciendo todos nuestros deseos y además de manera
inmediata y así ser como dioses. Por ello, “si tengo hambre, abro la nevera; si
tengo sueño, me adormilo; si estoy enfadado, grito; si tengo sed, bebo; si estoy
cansado, descanso”. “Con el ayuno, reconozco que soy humano, descubro mi
debilidad y mi poder”.
2.- Sana nuestra relación con Dios y nos posiciona adecuadamente
ante Él
Adán recibió el mandato del ayuno y desobedeció rompiendo la relación
plena y consciente con el Creador. Pero la relación con Dios debe tener otra
actitud y por ello “ayunar modifica nuestra relación con el Creador, pues con el
cuerpo doblado e inclinado nos alejamos de la cretina actitud burguesa y
somos capaces de ponernos ante el Dios grande, que es el único que puede
calmar nuestra hambre más profunda y darnos el descanso que anhelamos”.
3.- Sana la relación con el mundo
El ayuno ayuda a “la integración y unidad cuerpo-alma, y posibilita que el
Espíritu de Dios nos devuelva la sanación”. Este ayuno “es la distancia entre mi
yo y el mundo. Sin distancia, me confundo con el mundo, lo devoro, lo
consumo”.
“Aunque el ayuno no haga referencia necesariamente a la comida, el ayuno
del resto de cosas no suple al ayuno por el que uno pasa hambre, ya que
moderar el hambre es moderar el apetito  fundamental para vivir, pues no es lo
mismo el combate ascético de privarse  de lo necesario y vital que privarse de
lo superfluo, no es lo mismo educar el deseo de lo accesorio que educar el
deseo de lo que es vital”.
4.- Permite la relación con el sentido: la revelación de los secretos
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“Tertuliano afirma que el ayuno facilita la revelación de

los secretos. El doctor Buchinger, pionero del ayuno
terapéutico, sostiene que se aprecia una especie de
desvinculación, de relajación de la convulsa estructura
anímica, un esclarecimiento de su estado y una mayor
sensibilidad. Esta distancia que mantenemos con
respecto al mundo permite que el núcleo de las cosas
salga a la luz y se recorra entonces un camino hacia
uno mismo: se descubre un punto de apoyo interior,
un metacentro, y nos abrimos al mundo interior”.
5.- Enriquece la relación con el prójimo: vivir la solidaridad
Pone como ejemplo a Santa Teresa de Calcuta, que durante su vida
inculcó en las personas que ayudaban a los pobres que sólo puede ayudarlos
aquel que comprende su pobreza. “Sin solidaridad ni se da la proximidad
indispensable para ayudar sinceramente”. El ayuno es, por tanto, “un modo de
solidarizarse con el dolor ajeno” pues “el alma está más despierta y sabe ayudar
sin humillar; está más despierta y sabe descubrir la verdadera necesidad del
otro”.
Para acabar. Ayunar (bien) cuesta. Así que el autor, para que a nadie le
pille por sorpresa, distingue tres fases en el proceso:
1. La primera es ayunar y privarse de aquello que uno se ha propuesto.
2. La segunda fase es la más complicada pues es cuando se siente la debilidad
y se entra en crisis.  Aquí se puede entrar en cierta oscuridad o sinsentido.
3. Si se persevera, esta fase dolorosa se supera y se empieza a disfrutar de una
nueva libertad y puede vivir esa privación con seneridad, ya sea con comida,
tabaco, redes sociales…
FLORES
Como somos seres materiales, no como los ángeles, manifestamos nuestro
amor no solo interiormente, si con actos externos. Uno de los signos de
adoración y alabanza al Señor es adornar la Iglesia con flores: reflejo de la
ofrenda de nosotros mismos. Pero también es un signo la ausencia, la no
presencia de algo. Durante la Cuaresma recordad, que excepto en el sagrario (y
en la solemnidad de San José) no se ponen flores. Hasta la noche de Pascua,
donde nuestra explosión de alegría se manifestará también por medio de estas
maravillas del reino vegetal.