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LUIS TREJO
CAPÍTULO 1: Dios Sabe, No Piensa.
CAPÍTULO 2: El Plan de Dios.
CAPÍTULO 3: La Imaginación.
CAPÍTULO 4: El Dicho.
CAPÍTULO 5: Pensar en lo que sabemos.
CAPÍTULO 6: La Velocidad del Pensamiento.
CAPÍTULO 7: Huesos en el Vientre.
CAPÍTULO 8: El Conflicto.
CAPÍTULO 9: Lo que Dios puede pero no Hace.
CAPÍTULO 10: La Razón del Pensamiento.
CAPÍTULO 11: El Aprendizaje de nuestra Mente.
CAPÍTULO 12: La molestia de saber lo que otros Piensan.
CAPÍTULO 13: ¿Qué es La Trinidad?
APENDICE ACERCA DE LA CIENCIA
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CAPÍTULO 1: DIOS SABE, NO PIENSA
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CAPÍTULO 2: EL PLAN DE DIOS
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CAPÍTULO 3: LA IMAGINACIÓN
pág. 5
CAPÍTULO 3: LA IMAGINACIÓN
pág. 6
CAPÍTULO 4: EL DICHO
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CAPÍTULO 5: PENSAR EN LO QUE SABEMOS
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CAPÍTULO 5: PENSAR EN LO QUE SABEMOS
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CAPÍTULO 6: LA VELOCIDAD DEL PENSAMIENTO
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Tomado del artículo de DDH, pagina 20, 18 de julio de 1998.
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CAPÍTULO 7: LOS HUESOS EN EL VIENTRE
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CAPÍTULO 8: EL CONFLICTO
Hay un conflicto difícil de resolver entre la idea de que Dios no piensa y los
versículos de la Biblia que dicen que Dios piensa.
Antes de entrar en detalle, quiero aclarar que soy muy respetuoso del verdadero
contenido de Las Sagradas Escrituras. Así que trataré de presentar mis
observaciones para que el lector se haga sus propias observaciones.
LO QUE SIGNIFICA PENSAR.
Si usted consulta cualquier diccionario de la lengua española, se dará cuenta
que esos procesos mentales que requieren el acto de pensar no se le pueden
atribuir a Dios. ¿Por qué? Porque esos procesos son humanos y Dios no es
humano. Él es divino en el sentido absoluto de la palabra. Veamos un ejemplo:
Jehová pensará en mí. Salmo 40:17.
La Biblia Textual Holman dice.
Jehová se acordará de mí. Salmo 40:17.
Antes de proseguir debo hacer la observación que todas las citas que se
encuentren en los libros Poéticos (Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés,
Cantares), son parte de la poesía hebrea, y deben interpretarse como tal.
El Salmo 92:5, dice:
¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus
pensamientos.
Aquí el salmista afirma que las obras de Dios, son fruto de sus pensamientos
(observe el versículo anterior).
El Salmo 139:7, dice:
¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán
grande es la suma de ellos!
Este salmo habla de la Omnipresencia y Omnisciencia de Dios, y el salmista
interpreta esos atributos como pensamientos.
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CAPÍTULO 8: EL CONFLICTO
Ahora preguntémonos: ¿qué les iba a pasar durante esos 70 años? La respuesta
es: lo mismo que les había sucedido en los 849 años previos, durante el éxodo
y peregrinaje del pueblo de Israel. Durante ese período todos ellos murieron
(excepto Josué y Caleb) en el desierto hasta que una nueva generación se
levantó. Así ocurriría en el segundo Éxodo, el babilónico, regresaría una nueva
generación de israelitas. Para ellos era esa declaración:
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros,
dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal...
Los “pensamientos por lo tanto, son una expresión figurada que no hace alusión
a un proceso mental y literal en Dios, pues DIOS NO PIENSA, EL SABE.
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CAPÍTULO 9: LO QUE DIOS PUEDE, PERO NO HACE
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CAPÍTULO 10: LA RAZÓN DEL PENSAMIENTO
¿Lo comenzaremos con una oración a Dios porque creemos en Él, o con una
maldición porque no eres creyente de Él?
¿Qué ropas usarás para salir?
¿Cómo te va en el trajín del día?
¿Debo volver al hogar?
¿Cerraré el día con una cena y con un programa de TV?
En fin, cada cosa que se nos presenta como alternativa durante en día, o mientras
nos mantenemos despiertos, nos conduce a pensar.
PENSAMOS INTENCIONALMENTE, PORQUE QUEREMOS
Esto ocurre cuando planeamos algo o soñamos con alguna meta o empresa, ya
sea que esté a nuestro alcance o no; se suele intensificar más cuando no lo está.
Nos imaginamos haciendo, comprando, enseñando, produciendo, haciendo y
disfrutando de los frutos de nuestros esfuerzos. También pensamos cuando nos
asalta la duda, el temor o miedo de sufrir represalias, porque nuestro esfuerzo
sea mal entendido.
PENSAMOS IN INTENCIÓN, SIN QUERER
Cuando no podemos dormir porque una idea se repite constantemente en nuestra
cabeza. También cuando una “tentación” de algo que conscientemente no
queremos hacer, pero por la susceptibilidad de nuestra naturaleza dicha
tentación trabaja en nuestro ser.
No defino “tentación” porque estas difieren de acuerdo al modo de pensar de
cada cual. A unos nos afecta el sexo opuesto, a otros el dinero y los lujos, a otros
la fama, a otros el llegar a tener, a otros el llegar a ser.
Concluyo diciendo: ¿Podemos decir que Dios tiene razones o motivos para
pensar? La respuesta es no. Porque Él NO PIENSA, ÉL SABE.
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CAPÍTULO 11: EL APRENDIZAJE DE NUESTRA MENTE
Cuando nacemos, nuestra mente es como un disco duro en blanco, que según el
hogar donde hemos nacido y el ambiente donde hemos habitado, comenzamos
a recoger información, la cual nos formará en lo que llegaremos a ser en la edad
adulta.
Así el niño, hijo de campesinos, aprenderá a pensar rodeado de la flora y fauna,
con las costumbres y el lenguaje propio de la gente del campo, en un
determinado país.
El hijo de un catedrático, aprenderá a pensar con las letras en cubos de madera
o plástico de diferentes colores, con los juegos de lego formando diferentes
artefactos; y mientras aprender a leer le darán su primera computadora. El
lenguaje, las costumbres y el entorno serán diferente al del campesino.
El hijo o hija de una familia rica, rodeados de cuidados, en un ambiente con
mucha higiene y lujos, que le brinda el buen vivir de sus padres. Estos tendrán
una nodriza personal, asistirá a escuelas de alta calidad de educación; el entorno
será diferente al de los ejemplos anteriores. Estos aprenderán a pensar que no
es igual ni comparable a los niños de otras clases sociales.
Y, ¿qué decir del niño, hijo de un miembro de grupo pandilleril? Se forjará con
una mentalidad de excluido y por lo tanto, aprenderá a odiar, a no ser cobarde,
y a delinquir. A menos que sus padres tengan el buen tino de no querer que su
hijo corra con la misma suerte. Con mucho esfuerzo lo enviarán a una escuela,
le dirán que no sea como ellos, lo cual le creará confusión, porque las exigencias
de aprendizaje son unas, y las del diario vivir otras. Es en ese punto de la vida
donde solo un “encuentro” personal con Cristo puede enrumbar su vida por el
camino correcto.
¿Cómo participa la mente de Dios en este aspecto de la vida de los seres
humanos? Dios está sobre todas las cosas, y hay un plan de salvación, no solo
para el hijo del pandillero, sino para todos. Porque TODOS, sin distinción de
clase social o económica necesitamos la salvación de nuestras almas.
En conclusión, el pensamiento es un aprendizaje, que se diversifica según
factores genéticos y ambientales. Por esto: DIOS NO PIENSA, EL SABE.
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CAPÍTULO 12: LA MOLESTIA DE SABER
LO QUE OTROS PIENSAN
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CAPÍTULO 13: ¿QUÉ ES LA TRINIDAD?
¿Qué es la trinidad y cómo se relaciona esta doctrina con nuestro tema: DIOS
SABE, NO PIENSA?
NO es difícil pensar que El Espíritu Santo posee los mismos atributos de Dios.
Por ejemplo, según Juan 4:24, Jesús dice:
“Dios es Espíritu”.
Eso es lo mismo que decir:
“El Espíritu Santo es Dios”
Hay más evidencia bíblica para corroborar esto, pero no es el propósito de este
librito aburrir con extensos estudios teológicos. Por lo tanto: si Dios no piensa,
El Espíritu Santo SABE, tampoco piensa.
En cuanto a Jesús es un poco más complicado presentar su Deidad, pero
tenemos Juan 1:1, que dice:
“…y el Verbo era Dios”.
Este versículo habla de la pre-existencia de Jesús antes de la creación. El escritor
del evangelio llama Verbo a Jesús, antes de poseer un cuerpo físico. Ya en el
versículo 14, dice:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”.
El apóstol Pablo abona a esta declaración en Filipenses 2:6-7, el cual dice:
…el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.
Al afirmar que el Verbo se hizo carne, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5c),
podríamos decir con lógica humana, que Jesús pensó como hombre. Sin
embargo no tenemos evidencia bíblica que diga literalmente que Dios pensó.
No obstante, Juan 13:1-3, dice:
SABIENDO Jesús que su hora había llegado para que pasase
de este mundo al Padre…
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CAPÍTULO 13: ¿QUÉ ES LA TRINIDAD?
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APENDICE
ACERCA DE LA CIENCIA
La Biblia no ignora que existe la ciencia y los científicos. Por cierto habla de
tres clases de ciencia.
LA CIENCIA QUE TIENE QUE VER CON LAS MATEMATICAS Y LA
TECNOLOGÍA
La Biblia, en Hechos 7:22, registra de Moisés:
Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y
era poderoso en sus palabras y obras.
De esto es que algunos afirman que Moisés era arquitecto. ¿Qué clase de
arquitecto? Bueno, todavía no se ha descifrado cómo se construyeron las
pirámides.
Con esto no estoy diciendo que Moisés construyó las pirámides de Egipto, sino
que esa fue la clase de ciencia conque Moisés fue instruido.
Hay varias hipótesis que van desde la construcción de grandes terraplenes, para
deslizar los bloques de roca que pesaban unas tres toneladas cada uno, hasta la
tecnología de extraterrestres.
Daniel, en el año 536 a.c., habló del aumento de la ciencia. Daniel 12:4, dice:
…Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.
Este aumento o multiplicación de la ciencia comenzó en el siglo XX, y ahora,
en el siglo XXI nos asombra con los celulares, tablets, computadoras y sus
múltiples aplicaciones, la ingeniería genética, los drones no tripulados, etc.
LA LLAMADA FALSA CIENCIA
Pablo, en 1 Timoteo 6:20, dice:
Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las
profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la
falsamente llamada ciencia.
Esta está relacionado con las malas filosofías de su tiempo. Hay buenas y malas
filosofías. ¿En qué se diferencian las unas de las otras? En que las buenas
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APENDICE
filosofías reconocen a Dios como autor de todo lo que existe. Mientras que las
malas filosofías niegan su existencia.
¿Puede haber algún error en una buena filosofía? Sí, o al menos eso dirán los
que no la aceptan. ¿Puede haber algo de verdadero en una mala filosofía? Si.
Porque esa es la base para que exista la filosofía. Lo malo está en su elaboración
y en los objetivos que persigue.
LA CIENCIA DE LA BUENA CONDUCTA
1 Pedro 3:7, dice:
Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia.
Esta ciencia tiene que ver con la buena conducta de las personas y sus relaciones
con el entorno social.
Para nadie le es desconocido lo difícil, sino imposible, de saber llevar la
convivencia con su pareja. Se necesita este tipo de ciencia para lograr este
objetivo.
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