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¿Qué es la Inteligencia Emocional?

La Inteligencia Emocional (IE) es una parte de nuestra capacidad cognitiva que, básicamente,
facilita el comportamiento interpersonal.
“Todo aprendizaje tiene una base emocional.” Platón

Contenido [esconder]
o 0.1 Definición de Inteligencia Emocional
o 0.2 Origen de la Inteligencia Emocional
o 0.3 Breve cronología de la Inteligencia Emocional
o 0.4 La importancia de la Inteligencia Emocional
1 Los Cinco Componentes de la Inteligencia Emocional
o 1.1 Conciencia de uno mismo o autoconciencia emocional
o 1.2 Autorregulación o autocontrol emocional
o 1.3 Habilidades sociales o relaciones interpersonales
o 1.4 Empatía o reconocimiento de las emociones de los demás
o 1.5 Automotivación

Definición de Inteligencia Emocional


Definimos la IE como la capacidad de:
 Reconocer, entender y manejar nuestras propias emociones
 Reconocer, entender e influir en las emociones de los demás
En términos prácticos, esto significa ser consciente de las emociones que se hallan tras nuestro
comportamiento, así como en impacto que ejercen en las demás personas (positiva y negativamente), además
de aprender cómo manejar esas emociones, tanto nuestras como los otros, especialmente cuando estamos bajo
presión.
La capacidad de expresar y controlar nuestras emociones es esencial, pero también lo es nuestra capacidad para
comprender, interpretar y responder a las emociones de los demás. Imaginemos un mundo en el que no se pudiera
entender cuando un amigo se siente triste o cuando un compañero de trabajo está enojado. Los psicólogos se
refieren a esta capacidad como la Inteligencia Emocional, y algunos expertos sugieren incluso que puede ser más
importante que el coeficiente intelectual

Origen de la Inteligencia Emocional


Peter Salovey y John D. Mayer fueron los principales investigadores de la Inteligencia Emocional en 1990.
En su influyente artículo “Inteligencia Emocional”, que definen la Inteligencia Emocional como “el subconjunto de
la inteligencia social que implica la capacidad de monitorizar los sentimientos y emociones propios y de los demás,
de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar el pensamiento de uno y acciones” (1990).

Los cuatro factores de Inteligencia Emocional


Salovey y Mayer propusieron un modelo que identifica cuatro factores diferentes de la Inteligencia Emocional y
que son: la percepción emocional, la capacidad de razonar usando las emociones, la capacidad de comprender las
emociones y la capacidad de manejar las emociones.
1. Percibir las emociones
El primer paso en la comprensión de las emociones es percibirlas con precisión. En muchos casos, esto podría
implicar la comprensión de las señales no verbales como el lenguaje corporal y las expresiones faciales.
2. Razonar con las emociones
El siguiente paso consiste en utilizar las emociones para promover el pensamiento y la actividad cognitiva. Las
emociones ayudan a priorizar aquello a lo que es prioritario prestar atención y por tanto reaccionar, respondiendo
de este modo emocionalmente a las cosas que captan nuestra atención.
3. Comprensión de las emociones
Las emociones que percibimos pueden tener a una gran variedad de significados. Si alguien está expresando
emociones de ira, el observador debe interpretar la causa de su ira y lo que podría significar. Por ejemplo, si
nuestro jefe está actuando de manera airada, podría significar que está insatisfecho con nuestro trabajo, o tal vez
que tiene un exceso de carga laboral o que ha estado discutiendo con su esposa por la mañana.
4. Gestión de las emociones
La capacidad de gestionar con eficacia las emociones es una parte crucial de la Inteligencia Emocional. La
regulación de las emociones, responder de manera apropiada, y saber cómo y cuando responder a las emociones de
los demás, son todos aspectos importantes de la gestión emocional.
Breve cronología de la Inteligencia Emocional
1930 – Edward Thorndike describe el concepto de “inteligencia social” como la capacidad de llevarse bien con
otras personas.
1940 – David Wechsler sugiere que los componentes afectivos de la inteligencia pueden ser esenciales para el
éxito en la vida.
1950 – Los psicólogos humanistas como Abraham Maslow describen cómo la gente puede construir su fuerza
emocional.
1975 – Howard Gardner publica “La mente rota”, donde introduce el concepto de las Inteligencias Múltiples.
1985 – Wayne Payne introduce el término Inteligencia Emocional en su tesis doctoral titulada “Un estudio de la
emoción: el desarrollo de la inteligencia emocional”.
1990 – Los psicólogos Peter Salovey y John Mayer publican su artículo de referencia, “Inteligencia Emocional”,
en la revista La imaginación, la cognición y la personalidad.
1995 – El concepto de Inteligencia Emocional se popularizó después de la publicación del libro del psicólogo
Daniel Goleman “La Inteligencia Emocional”. Este libro se mantuvo durante un año y medio en la lista de los
libros más vendidos según el The New York Times. En 2006, ya se habían vendido alrededor de 5.000.000 de
ejemplares en treinta idiomas diferentes, y ha sido best seller en numerosos países.
Daniel Goleman
Daniel Goleman describe así la Inteligencia Emocional como la capacidad de una persona
para manejar sus sentimientos de manera que esos sentimientos se expresan de manera
adecuada y efectiva. De acuerdo con Goleman, la Inteligencia Emocional es el mayor
predictor de éxito en el lugar de trabajo.
Las mejores frases de Inteligencia Emocional

La importancia de la Inteligencia Emocional

Los expertos coinciden en que este tipo de inteligencia juega un papel vital en el éxito tanto personal como
profesional, siendo incluso más importante que el cociente intelectual. En cualquier caso, la Inteligencia
Emocional parece estar vinculada a todo, desde la toma de decisiones para el rendimiento académico.
Entonces, ¿qué se necesita para ser emocionalmente inteligente? Daniel Goleman habla de cinco componentes
críticos de la Inteligencia Emocional.
No te pierdas nuestro Test de IE
Los Cinco Componentes de la Inteligencia Emocional
Hay cinco aspectos fundamentales de la IE, a continuación te explicamos cuáles son y en qué consisten.

Conciencia de uno mismo o autoconciencia emocional


Esta es la forma en que nos damos cuenta de nuestras emociones y somos capaces de evaluarlas. La mayoría de
nosotros estamos tan ocupados con la rutina diaria, que rara vez nos paramos a pensar en cómo estamos
respondiendo a las situaciones y cómo nos encontramos. La otra forma de conciencia de uno mismo es el reconocer
las emociones de los demás hacia nosotros. Esto a menudo es difícil debido a que tendemos a ver lo que queremos
ver y solemos evitar pedir a los demás opiniones si creemos que van a resultar incómodas para nosotros.
Mejorando nuestra autoconciencia emocional podremos ser capaces de comprender muchas más cosas de nuestro
día a día. También es interesante saber recoger los comentarios de personas que se muestran honestas con nosotros
y cuyas ideas valoramos.

Autorregulación o autocontrol emocional


La autogestión es la capacidad de controlar nuestras emociones. Este componente también incluye
transparencia emocional, capacidad de adaptación, logro y optimismo.
Las personas con un buen nivel de autorregulación tienden a ser flexibles y adaptarse bien a los cambios. También
son buenas en la gestión de conflictos y la difusión de situaciones tensas o difíciles. Goleman también sugiere que
las personas con fuertes habilidades de autorregulación siguen su camino sin desviarse de él. Son capaces de influir
positivamente en los demás y asumir la responsabilidad de sus propias acciones.

Habilidades sociales o relaciones interpersonales


Se trata de ser capaz de interactuar correctamente con quienes nos rodean, independientemente del lugar y la
situación. La verdadera comprensión emocional implica algo más que la comprensión de nuestras propias
emociones y los sentimientos de los demás, también tiene que ver con ser capaz de poner en práctica esta
información en nuestras interacciones y comunicaciones diarias.
En los entornos profesionales, las personas con buenas habilidades sociales son capaces de construir buenas
relaciones y conexiones con los compañeros de trabajo, saben desarrollar una fuerte relación con líderes, iguales y
subordinados. Algunas habilidades sociales importantes incluyen la escucha activa, habilidades de comunicación
verbal, habilidades de comunicación no verbal, liderazgo y capacidad de persuasión.

Empatía o reconocimiento de las emociones de los demás


La empatía es la capacidad de entender los sentimientos de otros, es absolutamente fundamental para la
Inteligencia Emocional. Pero esto implica algo más que ser capaz de reconocer los estados emocionales de los
demás, también implica dar respuesta a las personas basándonos en esta información. Si percibimos empáticamente
que alguien se siente triste o desesperanzado, seremos más capaces de influir en la forma de responder a sus
emociones. Podremos mostrar nuestra preocupación y haremos un esfuerzo para mantener ayudarle a sentirse
mejor en estos momentos.
Ser empático también permite a la gente entender la dinámica de poder que a menudo influyen en las relaciones
sociales, especialmente en los lugares de trabajo. Los que tienen una buena competencia en esta área, son capaces
de ejercer una correcta influencia en las relaciones, comprender cómo funcionan los sentimientos y
comportamientos, e interpretar eficazmente las diferentes situaciones que giran en torno a este tipo de dinámicas de
poder.

Automotivación
La motivación intrínseca también juega un papel clave en la Inteligencia Emocional. Las personas que son
emocionalmente inteligentes suelen estar motivadas por cosas más allá de las meras recompensas externas,
como la fama, el dinero o el reconocimiento social. Pueden sentir una genuina pasión que les lleva a cumplir con
sus propias necesidades y objetivos internos. Buscan cosas que les conducen a recompensas internas y se
involucran en experiencias que les lleven a sentirse bien consigo mismas.
Las personas que son competentes en esta área tienden a estar orientadas hacia la acción. Se fijan metas, tienen una
alta necesidad de logro y siempre están buscando maneras de hacerlo mejor. También tienden a mostrarse muy
comprometidas con los temas sociales y son buenas tomando la iniciativa para llevar a cabo gran diversidad de
tareas.
Texto extraído del libro “Inteligencia Emocional, una guía útil para mejorar tu vida” de Marta Guerri
Resulta paradójico que el CI sea tan mal predictor del éxito entre el colectivo de personas lo bastante inteligentes
como para desenvolverse bien en los campos cognitivamente más exigentes. Daniel Goleman

10 Cualidades que tienen las personas con


alta Inteligencia Emocional
Contenido
1 ¿En qué consiste la Inteligencia Emocional?  7 No se distraen con facilidad
2 No son perfeccionistas  8 Saben equilibrar el trabajo con la vida social
3 Conocen sus fortalezas y debilidades  9 Saben cuándo decir NO
4 Están auto-motivados  10 No temen el cambio
5 Tienen empatía por los demás  11 Saben cómo manejar sus emociones
6 No se centran en los errores del pasado
¿En qué consiste la Inteligencia Emocional?
El concepto de Inteligencia Emocional ha existido desde 1990, cuando los psicólogos de Yale John D. Mayer y
Peter Salovey presentaron el concepto al mundo académico. Pero fue Daniel Golemanquien pasó a estudiarlo más
a fondo, y se encontró una relación directa entre la IE del personal de una empresa y el éxito de la empresa:
 Los empleados con un alto nivel de IE tienen mejor conciencia de sí mismos, lo que ayuda a comprender los
compañeros de trabajo y cumplir con los plazos.
 Cuando las personas tienen alta IE, no se molestan tanto por las críticas de los clientes y que siguen
centrados en los resultados, en lugar de sentirse ofendidos.
 Cuando dos candidatos tienen similares CI, el que tenga la IE más alta probablemente sea la mejor opción
para la empresa.
¿Qué es exactamente es la Inteligencia Emocional (IE)?
 La capacidad de identificar con precisión nuestras propias emociones, así como las de los demás
 La capacidad de utilizar las emociones y aplicarlos a tareas, como el pensamiento y la resolución de
problemas.
 La capacidad de gestionar las emociones, incluyendo el control de nuestras propias emociones, así como la
capacidad para animar o calmar a otra persona.
Como dijo Goleman, ninguna cantidad de inteligencia puede compensar la falta de las habilidades
emocionales y sociales cada vez más importantes, especialmente dentro del mundo profesional.
Aquí te presentamos 10 cualidades que las personas con alta Inteligencia Emocional tienen:
1. No son perfeccionistas
La persona emocionalmente inteligente sabe que la perfección no existe. Rechaza la frustración y la sensación de
fracaso que acompañan a esa constante búsqueda de la perfección. Es alguien consciente de que la búsqueda del
perfeccionismo le dejará colgado en los defectos de los demás, así como los suyos propios, y que hay expectativas
que no son emocionalmente maduras. Tratando de ser perfectos a todas horas, no seremos capaces de disfrutar
nuestros logros.
2. Conocen sus fortalezas y debilidades
Sabe cómo valorar sus puntos fuertes y cómo utilizarlos de manera que puedan compensar sus debilidades.
En el trabajo y en su vida social, elije deliberadamente situaciones que pongan de manifiesto sus puntos fuertes
para que pueda tener éxito. Siempre que le es posible, también elije a los amigos y compañeros de trabajo que
comparten sus puntos fuertes y pueden ayudarle con sus debilidades.
“Con los años he aprendido que una persona segura no se concentra o se centra en sus debilidades“. Joyce Meyer
3. Están auto-motivados
Su motivación le viene de dentro y no desde una fuente externa. No busca una recompensa para lograr sus
objetivos, porque la motivación viene de él mismo. Tiene claros sus objetivos y que no necesitan recordatorios.
Las personas emocionalmente inteligentes son capaces de establecer tareas por sí mismas y trabajar en ellas por su
cuenta.
4. Tienen empatía por los demás
Las personas con alta inteligencia emocional tienen mucha empatía. Eso significa que se interesan de forma
genuina por las otras personas, tienen la capacidad de sintonizar con el lenguaje corporal y expresiones
faciales para entender las emociones de la gente, incluso sin palabras.
5. No se centran en los errores del pasado
Se dan cuenta de que no hay nada que ganar por aferrarse al pasado. Es alguien capaz de recordar sus errores
lo suficientemente bien como para aprender de ellos, pero sabe mantenerlos a una distancia suficiente para evitar
que las experiencias negativas invadan su presente. Es consciente de que su pesar se le impediría aceptar
plenamente el presente.
6. No se distraen con facilidad
Es capaz de estar completamente presente en cualquier tarea que está haciendo. Se centra en completar una
tarea cada vez y no permite que otras tareas o distracciones se interpongan en su camino. Reconocen la diferencia
entre la multitarea y multi-enfoque. No va a cambiar sus metas hasta que éstas se lleven a cabo. No se desvían de
sus objetivos por cosas como las redes sociales o algunos pensamientos negativos.
7. Saben equilibrar el trabajo con la vida social
No importa lo ocupado que esté con el trabajo o los estudios, sabe lo importante que es encontrar algo de
tiempo para su vida social. Tiene un buen conocimiento de sus habilidades y de cuánto tiempo le llevará lograr
las cosas. Entiende que debe trabajar duro para lograr el éxito, pero también sabe que a veces hay que ser capaz de
desconectar por completo del trabajo para recargarse.
8. Saben cuándo decir NO
A veces decir “no” puede ser difícil, pero las personas emocionalmente inteligentes saben cuáles son sus límites
y reconocen que no pueden hacerlo todo. No se comprometen a largo plazo sin realizar primero un examen a
fondo de lo que se les pide. Saben cómo dar una respuesta como “tal vez” o “voy a pensar en ello” en situaciones
que posiblemente requieren su rechazo. Para ser emocionalmente inteligente uno debe decidir sobre las prioridades
y tener en cuenta que al negarse a algunos compromisos, tendrán la oportunidad de centrarse plenamente en las
tareas que ya tienen entre manos.
9. No temen el cambio
Saben controlar sus miedos para que no les paralice en el camino hacia sus objetivos. El cambio es necesario
para el crecimiento personal y profesional. Uno siempre debe estar preparado para cualquier cambio que se
presente, y ser lo suficientemente flexible como para adaptarse cuando sea necesario. Tienen una actitud positiva
hacia el cambio y reconocen que les estimula y les conduce a mejores cosas.
“El progreso es imposible sin cambio, y los que no pueden cambiar de opinión no pueden cambiar nada.” George Bernard Shaw
10. Saben cómo manejar sus emociones
Las personas emocionalmente inteligentes son capaces de reconocer sus emociones y averiguar por qué algo les
molesta, con el fin de llevar a cabo algunas acciones para mejorar la situación. Saben que la ira necesita ser
canalizada y dirigida adecuadamente hacia situaciones y eventos en lugar de hacia personas. Son racionales y
mantienen sus emociones bajo control. También son confiados y seguros de sí mismos, lo suficiente como para
no ofenderse por cosas triviales.
Test de Inteligencia Emocional
El término Inteligencia Emocional (IE) se refiere a la capacidad humana de sentir, entender,
controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás. Inteligencia Emocional
no significa ahogar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas hacia estados positivos.
La IE es una herramienta que abarca todas las áreas de la vida. Tiene diversas funciones prácticas
que son útiles para diferentes áreas fundamentales de nuestra vida:
1. Es la base de nuestro bienestar psicológico, ayudando al desarrollo armónico y
equilibrado de nuestra personalidad.
2. Contribuye a nuestra buena salud física, disminuyendo o eliminando malestares
psicosomáticos intrusivos y previniendo enfermedades producidas por desequilibrios
emocionales permanentes como la ansiedad, tristeza, angustia, miedo, ira, irritabilidad, etc.
3. Favorece nuestro entusiasmo y motivación a movernos o acercarnos hacia lo agradable y
alejarnos de lo desagradable.
4. Nos permite un mejor desarrollo de nuestras relaciones con las personas, tanto en el
área afectiva-familiar, como en la social y laboral-profesional. En este último apartado, una
alta IE es sinónimo de llevar a un nivel óptimo la relación entre las personas: determina qué
tipo de relación mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo), con nuestros
superiores (adaptabilidad) o con nuestros compañeros (trabajo en equipo). Las emociones
determinan cómo respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el
trabajo.
5. Un alta IE implica tener facilidad para tomar conciencia de nuestras emociones,
comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que
soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una
actitud empática y social, lo cual nos brindará más posibilidades de desarrollo personal.
Las personas que poseen una elevada IE suelen ser socialmente equilibradas, extravertidas,
alegres, poco predispuestas a la timidez y a darle vueltas a sus preocupaciones. Demuestran estar
dotadas de una notable capacidad para comprometerse con las causas y las personas, suelen
adoptar responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida, son afables y cariñosas en sus
relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada, se sienten a gusto consigo mismas, con sus
semejantes y con el entorno social en el que viven, además tienen visión positiva de ellas mismas
y superan mucho antes y mejor los reveses de la vida.
Hemos preparado este test que evalúa la Inteligencia Emocional en las personas para que puedas
evaluar con toda fiabilidad cuáles son tus puntos fuertes y tus puntos débiles en este sentido. El
test evalúa cinco categorías básicas:
1. Autoconocimiento emocional (o conciencia de uno mismo).
2. Autocontrol emocional (o autorregulación).
3. Automotivación (incluye la autoestima).
4. Reconocimiento de emociones ajenas (o empatía).
5. Relaciones interpersonales (incluye habilidades sociales, asertividad y resolución de
conflictos).
Responde a todas las preguntas con sinceridad. Si en alguna pregunta crees que no hay ninguna
respuesta que corresponda exactamente con tu comportamiento, escoge la más parecida.
Este test sólo ofrece orientación y carece de valor diagnóstico.
1
Si estoy pasando por un mal momento y me siento desanimado/a:
Pierdo el apetito y se me hace un nudo en el estómago.
Procuro que mi cuerpo tenga una alimentación sana y equilibrada.
Como más de lo debido, sobre todo caprichos.
2
Voy a comprar y dispongo de bastante dinero:
Sólo gasto lo que tenía pensado.
Me permito algún capricho extra, pero no más de uno o dos.
Compro más de lo que realmente necesito.

3
Un amigo/a me ha atacado injustamente:
Por la noche todavía sufro por ello.
Pienso en la manera de devolverle su mal trato conmigo.
Me olvido y me dedico a otras cosas.

4
Delante de los hijos, los padres, en relación con sus propios errores deben:
Ocultarlos.
Reconocerlos.
No reconocerlos claramente, pero admitir que los adultos también cometen errores.

5
Cuando una persona me inspira algún sentimiento importante:
Suelo decírselo.
Me guardo la opinión para mí solo/a.
Me cuesta muchísimo decírselo, sólo lo hago en pocas ocasiones.

6
Cuando tengo que esperar mi turno haciendo cola:
Aguardo con paciencia, es algo que se tiene que asumir en ocasiones.
Suelo impacientarme rápidamente.

7
Mi conciencia:
Me avisa cuando cometo un gran error.
Es una "pelmaza" permanente.
Realiza su trabajo desde hace mucho tiempo.

8
Tus amigos alaban una película que a ti te ha parecido mala o aburrida:
Me guardo mi opinión para no entrar en discusiones sin sentido.
Les contradigo sin temor, aunque me tachen de raro.

9
Ante situaciones nuevas e inesperadas:
Analizo la situación e intento adaptarme poco a poco a la novedad.
Me suelo bloquear y no sé qué hacer.
Tengo cierto miedo a lo desconocido, pero intento enfrentarme como puedo.

10
¿Sabes detectar los sentimientos de los demás?
No es algo que me quite el sueño, espero que sean los demás que las expresen abiertamente.
Generalmente sintonizo muy bien con las emociones de los que me rodean.
Lo intento y algunas veces no consigo acertar.

11
Cuando hay un desacuerdo en el trabajo o en la familia, pareja, etc.
Hay que hacer lo posible para alcanzar un acuerdo.
Evito los conflictos y me voy hasta que el ambiente se relaje.
Intento arbitrar respetando la opinión de cada uno.

12
Cuando estoy colérico o irritado:
Me reprimo para no explotar sin control y crear malestar en los demás.
Lo expreso sin temor rápidamente para que no se me quede dentro.
Lo expreso intentando siempre no ofender a los que me rodean.

13
Mi estado de ánimo:
Sufre altibajos con frecuencia.
Normalmente es estable.

14
Cuando algo me sale mal:
A menudo me siento responsable y culpable.
Pienso que he tenido un mal día y que en otra ocasión lo haré mejor, no le doy más vueltas.
Sopeso si ha sido por mi culpa o no, sólo me siento culpable si veo claro que soy responsable.

15
Cuando una tarea no me interesa:
Intento realizarla igualmente lo mejor posible.
No puedo evitar ver todos sus aspectos negativos.
Me mantengo al margen, lo hago y ya está, pero seguramente no me saldrá del todo bien.

16
Cuando te hacen sugerencias sobre aspectos que debes cambiar:
Lo admites solamente si provienen de personas muy cercanas a ti.
Agradeces que te hagan sugerencias, es una forma de mejorar.
Crees que detrás de la mayoría de las críticas se esconde una mala intención.

17
Estás en un apuro y necesitas la ayuda de alguien:
Expones a la persona más cercana en ese momento lo que te ocurre y le pides que te ayude.
Acudes a alguien y le cuentas lo que te ocurre, pero esperas a que él se ofrezca a ayudarte.
No sueles pedir ayuda, te cuesta pedir favores y expresar abiertamente lo que necesitas.

18
Los problemas de los demás:
No me afectan en exceso.
Me afectan mucho.
Depende de la cercanía de la persona, me afectan o no.

19
Cuando tengo que trabajar en un grupo:
Sé conducir el grupo y no me afectan en exceso las críticas de los demás.
Prefiero pasar desapercibido/a con, pues soy muy sensible a los comentarios ajenos.
Me mantengo neutral, si es preciso hablo y expongo mi opinión, pero no me gusta conducir el grupo.

20
Dos compañeros empiezan a levantar el tono de voz en una conversación:
Medio para tranquilizarlos y calmar el ambiente.
Prefiero mantenerme a distancia de dicha discusión.
Intento suavizar el ambiente con una broma.

21
Cuando me encuentro grandes dificultades:
Me hundo y no pienso con claridad.
Saco todo mi potencial para superarlas, aunque luego me venga algo de "bajón".
Las dificultades son un reto en la vida para crecer y hay que seguir.

22
Me siento solo/a:
A menudo.
Nunca o casi nunca.
Sólo a veces.
23
Cuando voy a una fiesta:
Me gusta hablar con mucha gente y contar historias divertidas.
Me relaciono principalmente con mis amigos íntimos y nada más.
No me gusta ir a fiestas, prefiero estar solo/a.

24
Cuando alguien quiere hablar conmigo:
Le escucho con atención aunque de rodeos antes de explicarme lo principal.
Le animo todo lo posible a ir directo al grano.

25
Mi forma de actuar es:
Casi siempre actúo rápidamente y no pienso las cosas tanto como debería.
Soy más bien reflexivo/a, pienso bastante antes de actuar.
No me considero ni especialmente impulsivo/a ni reflexivo/a, depende de la situación.

26
Estás con un grupo de amigos y empiezan a hacer bromas sobre ti:
Te ríes con ellos, tengo mucho sentido del humor.
Respondes agresivamente y lo tomas como algo personal contra ti.
No te gusta que tomen tus cosas en broma, pero les haces ver que no te afecta.

27
En tu nuevo trabajo te das cuenta que tus compañeros no cuentan contigo para ir a tomar algo con ellos:
Cuando tengan más confianza seguramente me lo pedirán.
Piensas que pueden estar ofendidos contigo por algo que hayas hecho mal.
No esperas a que te lo pidan, lo sugieres tú abiertamente.

28
Me entusiasmo fácilmente ante cualquier cosa:
No, todo lo contrario.
Sólo si veo que aquello es verdaderamente interesante para mi.
Soy una persona que me entusiasmo por las cosas con facilidad.

29
En tu trabajo se incorpora un compañero que tiene fama de aprovecharse de los demás:
Antes de sacar conclusiones te aseguras de que realmente es cierto.
Intentas convertirte en su confidente para descubrir si es realmente como dicen.
Te relacionas lo menos posible con él.

30
Alguien en quien tú confías y aprecias te ha defraudado:
Intentas perdonar y darle otra oportunidad, ya que todos cometemos errores.
Te resulta imposible darle otra oportunidad.
Le das otra oportunidad, pero lo que ha ocurrido no se te olvida nunca.

31
Le doy muchas vueltas a las cosas, incluso a temas sin importancia.
Sí, a menudo.
No, nunca o casi nunca.
Sólo me preocupo de las cosas importantes de verdad.

32
Cuando una situación me produce malestar:
Suelo buscar excusas para evitarla a toda costa.
La enfrento, es la única forma de superar los miedos.

33
Me cuesta decir que no.
Sí, es cierto.
No, no me cuesta.
Sólo a veces.

34
Lo que los demás piensan de mi:
En realidad me preocupa y me afecta, aunque no lo diga abiertamente.
No me interesa en absoluto.
Sólo me interesa la opinión de las personas muy cercanas a mi (familia y amigos íntimos).

35
Ante los desconocidos:
Me gusta mostrar una expresión alegre.
Muestro una expresión de seriedad y desconfianza.

36
¿Te invaden sentimientos de culpabilidad?
Nunca o casi nunca.
Sí, a menudo.
Sólo a veces.

37
Pienso que tres de las principales cualidades que se debe inculcar a los hijos:
Obediencia, poder de concentración, disciplina.
Educación, capacidad de aprendizaje, alegría.
Ambición, ganas de superación, ilusión.

38
Cuando debo tomar una decisión importante:
Lo hago y me hago responsable de las posibles consecuencias que de ella se deriven.
Pido consejo continuamente a gente de mi alrededor, pues no acabo de confiar en mis propias decisiones.
Si no tengo más remedio tomo la decisión, aunque no me agrada demasiado.

39
A menudo renuncio a hacer cosas porque temo no hacerlas bien.
Sí, es cierto.
No, no es cierto.

40
Hago lo posible para complacer a los demás, incluso a quienes no me gustan.
Sí, es cierto.
No, no es cierto.

41
Me siento triste y abatido/a:
Sí, a menudo.
Sólo a veces.
No, casi nunca.

42
Me he presentado a una entrevista de trabajo y todo y prometerme que me llamarían en breve, no lo han hecho:
Eso es que no les gusto, que no contesté lo que debía ni me comporté como hubiera sido deseable.
Si no me llaman ellos se lo pierden, sé que soy un candidato/a ideal.
Quizás todavía no han tomado una decisión, de todas formas sólo es un trabajo, encontraré otro.

43
Cuando me siento triste o deprimido:
Siempre sé el motivo que causa esta sensación en mi en algún momento puntual.
A menudo me siento así sin saber porqué.
Casi nunca me siento deprimido.
44
Mis propias emociones:
A menudo me superan.
Las reconozco fácilmente y las controlo.
https://www.psicoactiva.com/test/test-de-inteligencia-emocional.htm

CÓMO EVITAR SER INFECTADO POR LA


ENERGÍA NEGATIVA DE OTROS
La empatía es la capacidad de reconocer y sentir las emociones de los demás. A menudo, ser
empático significa absorber gran parte del sufrimiento y el dolor de otras personas, sacrificando
nuestra capacidad de vivir de forma saludable.

Evitar la energía negativa de los demás es una habilidad muy importante, para poder entender a
los demás sin deprimirnos ni arrojarnos hacia abajo.
energía negativa de los demás

1. No puedes disculparte o complacer a todos


Si alguien te falta de respeto, se queja de ti o te trata mal, no trates de hacer algo para que se sienta
mejor contigo. Esto causa una reducción en su campo de energía, haciéndolo enérgicamente
dependiente de sus opiniones. No puedes complacer a todos: si te respetas a ti mismo y te amas a
ti mismo, crea un campo de energía a tu alrededor.

2. Tenga cuidado al elegir quién entra en su vida


Ser generoso es una gran virtud, pero no puede ser la única razón por la que puedes traer gente
nueva a tu vida. Elija bien, una persona negativa puede contaminar su campo de energía.

3. Reduce la atención que das a los demás


Cuando prestas demasiada atención a una persona, también renuncias a la energía. Si sentimos
que una persona nos está transmitiendo sus frustraciones, debemos tener la fuerza para limitar
nuestra escucha. Escuchar a los demás es maravilloso, pero se debe tener cuidado y establecer
límites.

4. Pase tiempo en la naturaleza


Acércate a la naturaleza, medita, relájate y respira aire puro. La respiración aumenta la circulación
del flujo sanguíneo en todo el cuerpo, lo que nos ayuda a prevenir la absorción de energía
negativa.

5. Asume la responsabilidad de tus pensamientos y emociones


Usted es responsable de cómo se siente. La percepción de nosotros mismos es mayor que la
percepción que otros tienen de nosotros. No eres una víctima, nadie tiene poder sobre ti. Intente
comprender cómo sus pensamientos o expectativas pueden haber creado la situación que tanto le
molesta. Cuando eres responsable de tus pensamientos, te conectas más profundamente contigo
mismo y nadie puede quitarte de esta posición.

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