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CORREAS TRANSPORTADORAS: CONOCIMIENTO Y TECNOLOGÍA

La importancia de las correas transportadoras en la minería ha crecido de manera exponencial.


Según los especialistas, hace 30 o 40 años si se analizaba un proceso de carguío y transporte de
mineral existían tres alternativas, donde los camiones tenían la mayor importancia, luego el tren y
en tercer lugar las correas, dependiendo de la evaluación técnico-económica del proyecto.

Esto se debía principalmente a que la tecnología aplicada al desarrollo de correas transportadoras


no lograba hacer de éstas un producto competitivo y resistente en comparación con los camiones y
el tren. Había mucha incertidumbre con los empalmes (en frío o vulcanizado en caliente), los
compuestos y principalmente los sensores de ruptura en caso de un corte longitudinal de la correa.

Pero en los últimos 15 años hubo un salto tecnológico. Así lo destaca José Crisóstomo, ingeniero
civil mecánico de la Universidad de Chile con 34 años de experiencia en correas transportadoras,
quien hace ver que los fabricantes lograron desarrollar tecnología para darles mayor fortaleza y
resistencia. “Diez años más tarde se avanzó en la incorporación de sensores y monitorización en
línea vía Internet; y ese fue un cambio muy grande”, recalca.

Pero los avances en estos equipos no se han detenido en dicho estadio, ya que desde hace cinco
años –comenta el especialista– las compañías mineras vienen incorporando muy fuerte “las
nociones de confiabilidad en el transporte del mineral”, lo cual se refiere al grado de predictibilidad
sobre la posible falla de una correa transportadora. Esto es de gran ayuda, ya que anteriormente
las correas paraban cuando el sensor de corte actuaba. En cambio, hoy día, aplicando los
conceptos de confiabilidad, es posible predecir situaciones de riesgo y detener los sistemas antes
que se produzca la falla, evitando los daños a los componentes del transportador y previniendo el
riesgo de los operadores. Por lo tanto, el ahorro en tiempo y en dinero resulta mucho mayor.

Donde aún existen dudas, indica Crisóstomo, es respecto de “ciertas” correas provenientes de
Asia, debido a que están hechas con otros compuestos y para mercados y aplicaciones distintos a
los chilenos. “Si bien resultan ser menos costosas al momento de la adquisición, una vez puestas
en marcha tienen menor vida útil y poseen mayor gasto energético. Además, surge la pregunta
‘¿Puedo empalmar esta correa de origen asiático (la cual no posee especificación) con una de otro
fabricante?’”, observa.

En otras palabras, “siempre que entre al mercado una nueva correa transportadora no importando
el origen, ésta debe venir con todos sus certificados de producción y especificaciones técnicas,
incluyendo los suministros, sean estos cauchos telas o cables de acero. De esta forma podemos
hacer competir a todos los fabricantes de correas transportadoras en igualdad de condiciones”,
puntualiza Crisóstomo.
Los nuevos desafíos

Respecto de los futuros retos en correas transportadoras, José Crisóstomo considera necesario
poner énfasis en tres conceptos críticos. Además de la ya mencionada confiabilidad, agrega la
certificación, ya sea para correas nuevas o con cuatro a cinco años en bodegas, y la eficiencia
energética.

La certificación despeja dudas, tale como: ¿Podemos estar seguros de que la especificación
técnica del producto no se ha deteriorado con el tiempo? ¿Qué sucede con el kit de empalme para
una correa con más de tres años? ¿Cuáles son las precauciones que debo tener al empalmar dos
correas de diferentes fabricantes?

Si las compañías mineras desean una opinión independiente, en Chile existe el Centro Tecnológico
del Caucho llamado Rubber Mix (www.rubbermix.cl), especializado en tecnología de los polímeros
con instrumento de laboratorio, comenta Crisóstomo.

De acuerdo con el especialista, esta entidad puede ser de mucha ayuda, dado que en Chile –dice–
son pocos los profesionales que poseen el conocimiento para evaluar y entender las variables
relativas a la mecánica y química de los polímeros, sean estos cauchos sintéticos naturales u otros.
“Lo que aprendí en mi carrera sobre este tema fue en el extranjero, nada en Chile”, reconoce.

Es así como un desafío es disponer de profesionales que estén al día en el ámbito de


formulaciones y que entiendan el “lenguaje” de los polímeros, opina, especialmente cuando las
correas transportadoras funcionan cada vez a mayor velocidad y con pendientes más agresivas,
incrementándose el riesgo en la operación.

El tema es tan complejo que los ingenieros que están implementando la correa en el proyecto
Chuquicamata Subterránea –que posee un empalme de 12 metros de largo (lo normal en minería
son entre dos a tres metros) – se están capacitando para poder controlar de manera eficaz el
modelo ST 10000, ya que los estándares de calidad de éste son superiores. Y otro dato: el valor
aproximado de las correas para este proyecto está entre los US$20 y US$25 millones.

A juicio del experto, sería muy beneficioso que los fabricantes de correas traspasaran el
conocimiento tecnológico al capital humano local, ya sea por medio de clases, seminarios u otros
mecanismos pertinentes.

En relación con la eficiencia energética de las correas, Crisóstomo observa que los avances en
este campo las ha hecho más competitivas. “En este punto es importante la cubierta inferior que
está en contacto con los polines. El índice y su coeficiente de rodadura tiene que ser el menor
posible para que el consumo energético también sea menor”, explica.
CORREAS TRANSPORTADORAS APUNTANDO A UN MAYOR CUIDADO DEL ENTORNO

Es un hecho que uno de los cambios más notorios que han experimentado las correas
transportadoras es su capacidad de transporte de minerales, yendo hacia los grandes volúmenes.
Ante esto, la industria y sus proveedores han respondido modificando los estándares y generando
nuevos modelos con capacidades superiores.

“Por ejemplo, hace ocho años el polín estándar CEMA (de la Asociación de Fabricantes de Equipos
Transportadores) más grande era E7 de 72”. Hoy es el F8 de 96”. La cinta de mayor capacidad era
la utilizada en Pelambres, ST-7800. Hoy ya está disponible la ST-10000”, señala Andrés Osorio,
gerente de Ventas de STM Corp.

Según Fernando Machuca, profesor (PhD) del Departamento de Ingeniería en Minas de la


Universidad de Santiago de Chile, hoy no solo la gran minería está utilizando correas
transportadoras, “sino que también la mediana minería por las ventajas que estas tienen. En la
comparación pala-camión, son más amigables con el medio ambiente y hacen una menor emisión
de material particulado”, dice.

A juicio del académico, la ventaja de la correa principalmente radica en que el costo, la


construcción y mantención de las pistas disminuye, ante el menor ancho, longitud e intensidad de
circulación. “El proceso puede ser más racionalizado y automatizado. Asimismo, la vida operativa
de las correas transportadoras es mayor que la de los camiones”, indica, aunque por otro lado hace
notar que entre las desventajas de las correas está el hecho de que implican una mayor inversión
inicial “y tienen poca versatilidad en cuanto a modificar la producción”.

En tanto, Juan Daniel Silva, profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad


Adolfo Ibáñez, opina que las palas y las correas se complementan: “No son competencia directa,
porque la pala sirve para la carga, en cambio la correa transporta, y en minería siempre vamos a
tener las dos cosas: cargar y transportar”.

Y en relación con el transporte, el profesor Alejandro San Martín, director de Carrera de Ingeniería
Civil en Minas de la Universidad Andrés Bello (sede Concepción), apunta que “hoy lo que está en
estudio es aprovechar la energía cinética, sobre todo cuando se va hacia abajo o en pendientes
positivas, en los tambores, de manera de generar su propia energía. Esto es algo que en otras
industrias se utiliza, pero no se ha llevado a cabo a gran escala en la minería, pero es
completamente aprovechable en ocasiones cuando la pendiente da para generar algo de energía
en los tambores”.

Mayores requerimientos técnicos

¿Cómo se están haciendo las cosas? Según Carlos Ríos, sales manager Material Handling South
Americay Patricio Godoy, Regional Execution & Sales Material Handling manager de FLSmidth, el
desarrollo tecnológico en correas transportadoras es auspicioso. “Actualmente es más frecuente
encontrar proyectos con mayores exigencias en términos de requerimientos técnicos. El mejor
ejemplo es la irrupción de la cinta ST-10000. La performance de esta marcará la tendencia de
numerosos proyectos de similares características”, sostienen.

Sin embargo, comentan que son muy pocos los clientes que invierten en nuevos desarrollos en la
fase inicial de los proyectos, porque estos significan una inversión inicial mayor que una tecnología
tradicional. “Mayoritariamente son los operarios y mantenedores los que paulatinamente van
implementado estas mejoras” apuntan.

Para José Miguel Ballivián, director comercial de TTM, actualmente el mayor avance se ha dado en
el monitoreo a distancia y las pruebas no destructivas, “para contribuir a un mantenimiento
preventivo predictivo, con lo cual se aumenta la disponibilidad operacional de la correa. En otras
palabras, la correa se repara en paradas programadas”.

De acuerdo con Mario Fuentes, Belt Product manager de Conveyor Belt Technology, “se está
constantemente buscando innovaciones que permitan mejorar cada vez más”. En esa línea, la
firma desarrolló un sistema de rayos X (X-Cat Scan), que permite tomar una radiografía de toda la
correa en movimiento (tensión real) con tan solo una revolución y sin dejar ningún remanente,
gracias a que se trata de radiación eléctrica.

Por su parte, Claudio Romero, gerente de Correas Transportadoras de Veyance Technologies


Chile, cuenta que los compuestos de caucho están en constante desarrollo en los departamentos
de tecnología que la compañía tiene a nivel mundial. Entre las innovaciones que han
implementado, indica, figuran nuevos compuestos resistentes a altas temperaturas, con un mayor
índice de abrasión y para cubiertas de retorno que producen un bajo consumo energético.

Tendencias y foco medioambiental

En el constante desarrollo de las correas cada vez más se fija la mirada respecto de su impacto en
el entorno. Jaime Cuevas, de Ingemin, observa que “en la actualidad muchas compañías mineras
están exigiendo en sus proyectos de inversión como requisito de diseño el estudio del impacto
ambiental y eficiencia energética de todos sus proyectos”. Eso quiere decir –agrega– que no basta
solo con diseñar equipos potentes, veloces y de gran capacidad si van a ser altamente
contaminantes o invasivos; “se requiere la incorporación de estos hitos como parte del desarrollo”.

En ese sentido, Eduardo Ferrini, gerente general de Sandvik Mining Systems Latinoamérica,
expresa que “hoy la tendencia es revisar los paradigmas; por ejemplo, hay casos en los que las
correas podrían reemplazar camiones mineros, eliminando la necesidad de usar neumáticos, de
mantener caminos, de tener cuatro operadores por cada máquina, etc. Por supuesto que esto no
implica que en el futuro se hará un reemplazo indiscriminado de camiones mineros por correas,
sino que se avanzará en la búsqueda de la mejor solución para cada aplicación”.
Además, el ejecutivo señala que hay una gran preocupación por hacer las correas más amigables
con el medio ambiente, lo cual ha motivado el desarrollo de sistemas de transporte de minerales
por cintas totalmente cerradas.

“El ahorro del consumo de energía también es un foco. Sandvik posee una línea de rodillos que
permite ahorrar entre un 20% y un 30% de energía, debido a mejoras en los sellos, ejes y en la
forma en que se unen manto y tapas”, añade Ferrini.

Asimismo, Colin Tullo, gerente general de Southlink, destaca que “la industria necesita controlar el
impacto medioambiental en las instalaciones mineras, y las correas transportadoras tienen que
seguir de cerca esta búsqueda”. Es así como las nuevas tendencias desarrolladas se enfocan en la
reducción de ruido, la emisión de polvo y en la disminución del consumo energético, sostiene.

“Estas tendencias se traducen, por ejemplo, en el desarrollo de polines en Nylon o HDPE para
permitir una reducción del ruido, o las innovadoras correas transportadoras con curvas verticales y
horizontales, que básicamente permiten eliminar la emisión de polvo y ruido que provienen de las
torres de transferencia”, afirma.

¿Qué necesidades operacionales tiene la industria minera hoy que inciden en la oferta de correas
transportadoras? Según Jorge García, gerente de Operaciones de SimmaTrans, se proyectan
correas de mayores tensiones de trabajo, anchos y velocidades, “lo que permite el flujo de una
mayor cantidad de material, asociadas a cubiertas de alta resistencia a la abrasión e impacto”.

Del mismo modo, José Manuel Castillo, Country manager de Rema Tip Top Chile, señala que se
está tendiendo a fabricar correas con núcleos o carcasas más resistentes, para transportar
mayores cargas. “Otra propensión es la generación de nuevos tipos de cubiertas, capaces de
responder a la variada gama de productos a transportar, evitando el desgaste prematuro por
materiales altamente abrasivos. Además de la mejora en la baja del consumo energético y
prolongación de su vida útil”, añade.

“Estamos muy preocupados de las mantenciones predictivas más que de las correctivas, pues con
esto se busca evitar lo máximo posible las paradas inesperadas en los distintos sistemas”, comenta
por su parte Mario Fuentes, de CBTech.

En tanto, Roberto López, gerente general de Ultrapoly, menciona el rodillo RollerPoly dentro de los
nuevos desarrollos. “Es recuperable, lo que podría generar una rebaja del costo de adquisición de
un 10% a un 30%”, ya que muchas piezas se pueden reutilizar y hacer extensiva la garantía. Es útil
para acortar tiempos de mantención y evitar paradas por más tiempo del necesario.

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