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Qué necesitas:
o 1 vaso con agua
o 1 vaso con etanol (alcohol de farmacia)
o 1 vaso vacío para hacer la mezcla
o 3 trozos de papel 'tamaño billete'.
o 1 billete de 5 € (no vaya a ser...)
o Una pizca de sal
o Unas pinzas de cocina (o de laboratorio si eres más 'pro', el fin es no
quemarse al prender el billete)
o Mechero
o Supervisión adulta
Pasos a seguir:
1. Con ayuda de las pinzas, coge un trozo de papel e introdúcelo primero en el
vaso de agua. Coge el mechero e intenta prenderle fuego. Como verás, no hay
combustión. Eso se debe a que el agua impide que el papel llegue a la
temperatura de ignición necesaria para arder. Pero, ¿qué ocurre si
añadimos una sustancia inflamable al juego?
2. Repite el paso anterior introduciendo el papel primero en el vaso de agua y
luego en el del alcohol (con las pinzas eh!, que nos conocemos). Al prenderle
fuego verás que esta vez sí arde. Lo primero que se prende es el etanol
(ignición a 78ºC) que es inflamable. El agua es el que se encarga de
'proteger' al papel (impide que llegue a una temperatura superior a 100ºC y
salga ardiendo).
3. Para darle más emoción al asunto, utiliza ahora el vaso vacío y el billete
de 5 €. Haz una mezcla al 50% de agua y alcohol y añádele una pizca de sal
(para que la llamarada sea más naranja y más vistosa). Impregna el papel de
ese líquido, cógelo con las pinzas y ¡fuego! El billete debería arder hasta que
se consuma el alcohol y después quedar intacto.
2. Caminar sobre huevos... ¡sin romperlos!
Motivo de diversión: A los niños le entra la risa tonta de solo pensar en
subirse y volcar su peso en un objeto que creen tan frágil. Prueba.
Qué enseña: Una cuestión de estructura. No importa lo frágil que pueda
llegar a parecer una cáscara de huevo, su forma ovoide guarda un
'superpoder' que la hace tremendamente fuerte. Si se distribuye el peso de
forma adecuada sobre ellos, la 'frágil' estructura puede aguantar nuestro peso.
Qué necesitas:
o 6 docenas de huevos en envase de cartón
o Bolsas grandes de basura
o Un cubo con agua y jabón (por si las moscas)
o Supervisión adulta
Pasos a seguir:
1. Entenderlo. La razón de que el huevo no se rompa, además de la
distribución del peso, es su forma. Se puede comparar a una de las formas
arquitectónicas más fuertes: un arco de tres dimensiones. Es decir, el huevo
es más fuerte en su parte superior (la punta) e inferior (la base más
redondita). Si ejercemos una presión firme sobre esos puntos, el huevo no se
rompe, pero en cuanto lo golpeamos de forma irregular, este se agrieta.
2. Extiende las bolsas de basura en el suelo de la cocina. Una vez hayas
protegido la zona (no siempre sale bien a la primera) coloca los cartones de
huevos distribuidos en dos filas (una para cada pie).
3. Inspecciona de forma minuciosa los huevos para comprobar que no hay
ninguno agrietado (el típico aguafiestas).
4. Observa si todos los huevos están orientados de la misma forma dentro
de las cajas. Lo que hace la fuerza en este caso es eso, así que sé minucioso
con este punto. De esta forma, nuestro pie sin calcetín tendrá una superficie
más regular en la que apoyarse.
5. Ofrécete como conejillo de indias para caminar primero y pide a alguien
que te ayude. Recuerda a tus hijos eso de "cuando seas padre, romperás
huevos".
6. Con ayuda, coloca el pie en la posición más plana posible encima del
primer cartón. El fin es que el peso se distribuya de forma uniforme sobre los
huevos.
7. Es el momento de lanzar el otro pie a la aventura. Cambia el peso sobre
la pierna y pon el pie en la caja de huevos que has preparado justo al lado. No
te pongas nervioso si oyes un crujido, posiblemente sea la caja de cartón.
8. Pide a tu ayudante que se aleje y que te deje caminar por ti mismo.
Recuerda que el secreto está en distribuir el peso de la forma más uniforme
posible. Tú puedes.
9. Si notas que un pie ha aplastado todos los huevos de una caja, intenta
mantener el equilibrio con el otro pie aunque... posiblemente sea tarde.
Acabarás con los pies pringados de huev
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