VICERRECTORADO ACADÉMICO DEPARTAMENTO DE LA FACULTAD DE DERECHO
Integrante:
Romer Ortiz
C.I:18.333.284
Cabudare, 23 de febrero 2018
A lo largo de las líneas de esta producción escrita se hará alusión a todo lo relacionado con conceptos y entidades que pueden ser objeto de los derechos. Así pues, el objeto del derecho es uno de los términos de referencia de la relación jurídica, o sea del deber jurídico y del derecho subjetivo. De esta manera debe entenderse por objeto, todo lo que en una relación jurídica no es sujeto. En un sentido amplio es todo lo que existe en el mundo exterior y fuera del hombre. En un sentido estricto y propiamente jurídico, es toda realidad corpórea o incorpórea susceptible de constituir la materia sobre la que recaiga una relación jurídica. Lo expuesto permite afirmar que si se restringe el concepto "objeto" a solo lo corpóreo, se identifica el objeto del derecho en general con el objeto de un derecho "real", una "cosa", limitando así indebidamente la amplitud del concepto "objeto". Incluso tomando como equivalentes los términos objeto y cosa, se debe pensar que el concepto cosa se ha ampliado extraordinariamente en el mundo jurídico; ya no son sólo cosas la tierra y los productos agrícolas e industriales, sino las mismas fuerza de la naturaleza en la medida que van siendo dominadas por el hombre y puestas a su servicio, ni siquiera se debe limitar el concepto de cosa a las variadísimas formas y aplicaciones de los bienes materiales, sino que debe extenderse a los bienes inmateriales productos de la inteligencia y cosas abstractas, en cuanto adquieren cierta sustantividad u objetividad independiente del sujeto, y hasta ahora los mismos derechos que se han querido considerar como objetos de otros derechos. Lo descrito permite sostener que en Derecho, el objeto jurídico es el término mediante el cual se hace referencia al contenido de un acto jurídico. El objeto puede referirse por tanto a un derecho, objeto físico o ente sobre el cual el acto jurídico impone una afectación o intervención. Por su parte las cosas, según los juristas romanos se referían a ella con la nomenclatura res, limitada al objeto material, en oposición a los actos del hombre. Denota una cosa corporal, físicamente delimitada y jurídicamente independiente. En derecho privado, corresponde al objeto de la relación jurídica, que puede ser un bien, un derecho o incluso una obligación, en la que además intervendrán personas, siendo éstas los sujetos de tal relación. Sobre las cosas recaen los distintos derechos reales como la propiedad, sobre los que son titulares las personas. Además, la cosa puede ser objeto de posesión, siendo éste un hecho fáctico de gran importancia jurídica. Es importante destacar que las cosas corporales son aquellas que pueden ser percibidas por cualquiera de los sentidos, aunque no sea precisamente el tacto o a través de elementos idóneos y estas cosas deben estar determinables y valorables económicamente. La doctrina nos explica que por su naturaleza los bienes corporales: son cosas sólidas, líquidas o gaseosas, perceptibles por los sentidos: una casa, un pupitre, un lápiz. Por su parte, las cosas incorporables son aquellas que solo pueden ser percibidas a través del intelecto, es decir que sean intelectualmente perceptibles el raciocinio, la percepción humana y que sea determinada y valorada económicamente. A criterio de Cabrera (2015), la doctrina las cosas incorporales son aquellos derechos de los cuales una persona es titular y que no son percibidos por los sentidos. Enumeración de las principales cosas con la edición de obras, divulgación de obras, fotografías, reproducciones o impresiones similares. El basamento legal de los derechos intelectuales los encontramos en el art. 98 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela la cual establece la creación cultural es libre. En función de lo expresado por el autor, se puede decir que la libertad comprende el derecho a la inversión, producción y divulgación de la obra creativa, ciencia, tecnología y humanista, incluyendo la protección legal de los derechos del autor o de la autora sobre sus obras. Por otra parte se debe afirmar que El estado reconocerá la propiedad intelectual sobre las obras científicas, literarias y artísticas, inversiones; innovaciones, denominaciones, patentes, marcas y temas de acuerdo con las condiciones y excepciones que establezcan la ley y los tratados internacionales suscritos y ratificados por la República en esta materia. Es importante resaltar que en el art. 546 del C.C. se habla que el producto o valor del trabajo o industria lícitos, así como las producciones del ingenio o del talento de cualquiera persona, son propiedad suya y se rigen por la leyes relativas a las propiedad en general y a las especiales sobre estas materias. Respectivamente, en atención a las cosas, se cuenta con la Ley Sobre Derechos del Autor, la cual estipula que son derechos de autor las obras de ingenio de carácter creador, ya sean de índole literaria, científica o artística, cualquiera que sea su género o forma de expresión, merito o destino, con la advertencia de que se consideran obras de ingenio distintas de la obra original, tanto las traducciones, adaptaciones, transformaciones o arreglos de otras obras como aquellas antologías o compilaciones de obras diversas y las bases de datos que por la selección o disposición de las materias constituyen creaciones personales. El autor de una obra del ingenio tiene por el sólo hecho de su creación un derecho sobre la obra que comprende, a su vez, los derechos de orden moral y patrimonial determinados en esta ley (Art.5). El autor comprende exclusivamente la facultad de resolver sobre la divulgación total o parcial de la obra y, en caso, acerca del modo de hacer dicha divulgación, de manera que nadie pueda dar a conocer sin el consentimiento de su autor toda la vida de este y se extingue a los sesenta años contados a partir del primero de enero del año siguiente al de su muerte, incluso respecto a las obras no divulgadas durante su vida. (Art. 25 de la ya anteriormente mencionada Ley). Según la apreciación de Mariño (2015), las manifestaciones o atributos objetivados de la persona que constituyen el objeto de los derechos de la personalidad tales como la vida, la identidad o el honor. El nombre, la reputación, el derecho a la vida, la libertad, que están consagrado como derechos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los cuales pueden sustituir objeto de derecho como cosa incorporal y que generalmente pasa a ser delimitable económicamente en la medida que son lesionados, es decir en la medida que son violentados surgen como cosa incorporal. Ej. La injuria contra una persona. Las invenciones, mejoras, marcas comerciales, modelos o dibujo industrial y la introducción de inventos o mejoras se protegen fundamentalmente mediante patentes y certificados de registro que confiere a sus titulares los derechos que determina la ley de la materia. Tomando en consideración los aportes de Mariño (2010), las cosas fungibles son aquéllas cuyas características individuales no son tomadas en cuenta desde el punto de vista jurídico y en tal sentido son intercambiables, sustituibles o sub rogables las unas por las otras. En consecuencia se comprenden que lo importante de las cosas fungibles son su peso, número o medida, tantos metros de tela de tal tipo. Por lo expuesto, Savigny (1849) denominó como cosas de cantidad, dando a conocer su punto de vista sobre las cosas fungibles denominando a la idea de la fungibilidad un término de cantidad, ni en las ideas de susceptibilidad o subrogabilidad, sino que la noción jurídica profunda de cosas fungibles es la identidad económico-social entre las cosas consideradas, es decir que las cosas fungibles solo es importante o interesa la cantidad y se admite que sean sustituidas entre sí es porque desde el punto de vista económico-social tales cosas son idénticas entre sí. Finalmente se puede apreciar la relevancia del tema descrito a lo largo de este ensayo, quedando esclarecido que las cosas se clasifican según sea tu tamaño, su color, según su utilidad, etc, pero al derecho solo le interesa las clasificaciones de las cosas que se basan en sus cualidades jurídicamente relevantes. Esto resulta de gran relevancia ya que se puede conocer, estudiar según los distintos criterios los bienes o las cosas que el hombre utiliza para satisfacer sus necesidades. REFERENCIAS
Cabrera (2015), Las Cosas y su clasificación. Disponible en: