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Puntaje Interpretación
b. neurológicos:
-Signo de la bufanda.
-Caída de la cabeza.
CAPURRO B: Cuando el niño está sano y tiene ya más de 12 horas de nacido, se
emplean sólo cuatro datos somáticos de la columna «A» (se excluye la forma del
pezón) y se agregan los dos signos neurológicos (columna «B»), luego se suman
las calificaciones obtenidas de los datos somáticos y los signos neurológicos,
adicionando una constante (K) de 200 días, con objeto de obtener la estimación de
la edad de gestación.
CAPURRO A: en recién nacido o cuando el niño tiene signos de daño cerebral o
alguna disfunción neurológica se usan las cinco observaciones somáticas (columna
«A»), se agrega una constante de 204 días para obtener la edad de la gestación y
toda esta valoración se lleva de cinco a seis minutos. NOTA: a la puntuación que
nos da, se le suma 204 y se divide entre 7.
VALORACIÓN NEUROLOGICA
La exploración neurológica del recién nacido (RN) merece un capítulo aparte dentro
de la exploración neurológica en la infancia, tanto de los RN término como de los
RN pretérmino pues presentan unas características propias, según la edad
gestacional que dependen del grado de maduración del SNC.
Es fundamental dominar la semiología neurológica de esta etapa de la vida, que nos
permita diferenciar aspectos normales, propios de la edad gestacional, de aspectos
patológicos.
Por tanto, para poder realizar una adecuada exploración neurológica neonatal,
debemos tener en cuenta diversos aspectos:
Edad gestacional: pues los hallazgos exploratorios cambian con el grado de
maduración del SNC, porque ciertas alteraciones son más propias de RN
pretérminos y otras de RN a términos, y porque una agresión a un cerebro en
desarrollo (ej: hipoxia-isquemia), tendrá diferente impacto según la edad gestacional
del RN y según el momento en el que se produzca (prenatal, perinatal o postnatal).
Situación clínica del neonato: el compromiso del estado general del RN
(alteraciones hemodinámicas, respiratorias, metabólicas...etc.) puede alterar la
exploración. También es determinante su estado de alerta, pues la exploración
puede cambiar según el niño esté tranquilo pero despierto, llorando o dormido. Por
ello, es necesario hacer una exploración neurológica seriada que nos permita
determinar si realmente existe alguna alteración.
Evaluación general:
Inspección: pretendemos mediante observación directa, establecer la edad
gestacional aproximada del RN, su estado general, nivel de conciencia, actitudes
corporales, postura y movilidad espontánea que nos permitan hacernos una idea de
la situación neurológica. También es buen momento para detectar signos
dismórficos, simetría y expresión facial, deformidades craneales (craneosinostosis),
lesiones cutáneas (angiomas, manchas café con leche, nevus…) y otras
alteraciones que sugieran una posible alteración neurológica, como la calidad del
llanto (débil, discontinuo, quejumbroso, excesivo y difícil del calmar, agudo), la
actitud alimentaria (buena coordinación succión deglución) la forma del paladar, un
paladar ojival en un término puede indicar debilidad de movimientos de la lengua de
origen neurológico.
Palpación: estimulamos al neonato y vemos su actividad y reactividad (normal,
hiporreactivo/letárgico, hiperexcitable). Medición del perímetro craneal, pues tanto
la microcefalia como la macrocefalia pueden ser el primer signo de afectación
neurológica (anormalidades genéticas, tóxicas, metabólicas, infecciosas,
malformativas…etc.) e interpretando la concordancia con el resto de parámetros
antropométricos (Así en la insuficiencia placentaria el crecimiento cerebral es mayor
que el somático, en cambio en la patología hipóxico-isquémica puede producir cierto
grado de atrofia cerebral.). Palpación de fontanela, suturas, resto del cuero
cabelludo (dehiscencia de suturas, fontanela abombada, cefalohematomas,
acabalgamiento de suturas que puede dar información sobre el tipo de parto, estado
de hidratación y crecimiento intrauterino). Espalda (mielomeningoceles y otros
signos de disrrafia), miembros (artrogriposis, limitaciones articulares),
abdomen…etc.
Auscultación: de la cabeza, tórax.
Componente Motor: parte del mismo ya ha sido valorada anteriormente en la
inspección y nos ha servido para valorar la simetría movimiento espontáneo global
y segmentario, la edad gestacional y el tono pasivo mediante la postura (ej: una
postura en libro abierto en un RN término, manifiesta una hipotonía). Lo normal es
encontrar un RN en actitud flexora de los miembros, con movilidad espontánea
simétrica y armónica, con mímica facial expresiva y simétrica cuando está tranquilo
y cuando expresa disconfort, placer o durante el llanto. Las manos tienden a estar
cerradas, pero con capacidad para abrirlas y abducir el pulgar. No suelen presentar
movimientos anormales, si bien el temblor de miembros o mentón que aumentan
con la manipulación y el llanto o hambre y las mioclonía durante el sueño sí son
normales. Todo lo que se salga de esta situación puede ser patológico y debe ser
considerado como un signo de riesgo neurológico.
Tono muscular:
a) Pasivo: indica la resistencia de las extremidades a su movilidad pasiva mediante
distintos procesos que miden un ángulo entre dos segmentos. Consisten en
traccionar los miembros para valorar el tono de músculos, evaluar el retorno en
flexión de las extremidades, maniobras como el signo de la bufanda (dirigiendo la
mano hacia el hombro opuesto y relacionando la posición del codo con la línea
media), talón –oreja valorando en ángulo entre el muslo y pierna que estará
comprendido entre 40-90º, ángulo de aductores entre 90-110º, ángulo de
dorsiflexión del pie, siendo estos ángulos superiores a mayor prematuridad. El tono
del tronco y cuello se estimará mediante la flexión repetida y rotación lateral de la
cabeza percibiendo la resistencia del esternocleidomastoideo contralateral y la
postura adoptada del mentón con respecto al hombro.
b) Activo: indica la actividad muscular ante movimientos y cambios posturales, se
valora a partir de diversas maniobras:
c) Suspensión ventral: el término adopta una postura con el dorso ligeramente
curvado, miembros flexionados y cabeza alineada con el tronco.
d) Suspensión axilar: mediante la sujeción del neonato bajo las axilas, se observa
una reacción de enderezamiento de miembros inferiores, tronco y cabeza.
e) Paso de decúbito a sentado: provocando el reflejo de prensión se tracciona de
los brazos arriba; percibiendo resistencia de brazos, flexión de extremidades
superiores e intento del niño de alinear la cabeza con el tronco. Un 4% de los RNT
son incapaces de alinear la cabeza, corrigiéndose en fase postprandial.
f) Enderezamiento global: la estimulación cutánea plantar desencadena una
reacción de enderezamiento global, antigravitatoria.
Debemos diferenciar entre tono y fuerza, ya que corresponden a diferentes
propiedades del músculo; por ello “hipotónico” y “débil” no pueden intercambiarse.
Fuerza: capacidad de un músculo de generar potencia tras contraerse. Se debe
valorar mediante movimientos espontáneos y provocados, reflejos que llevan a la
contracción tras la estimulación.
Reflejos:
Reflejos primarios: fisiológicos en los primeros meses de vida, son reflejos
subcorticales y su presencia indican un tronco cerebral indemne. Su ausencia o
presencia cuando tenían que haber desaparecido, son un signo de afectación
neurológica.
Los más importantes son:
a) Moro: en supino, realizando una tracción sobre las manos hacia delante y
soltando bruscamente sobre la camilla de exploración, se produce primero
abducción de brazos y extensión de antebrazos con apertura de manos (primer
tiempo), seguido de aducción de brazos y flexión de antebrazos (segundo tiempo)
acompañado generalmente de llanto o ansiedad.
b) Succión: al estimular con el meñique la parte media de la lengua o el paladar,
se provoca la succión sobre el dedo.
c) Búsqueda: estimulando con el dedo la zona superolateral de los labios
superiores, provocamos el giro de la cabeza a uno y otro lado y apertura de la boca.
d) Galant: en posición prono, el roce de la región paravertebral, produce incurvación
de la columna hacia el lado estimulado.
e) Extensión cruzada: la estimulación de la planta del pie desencadena en la pierna
libre rápida flexión, apertura de dedos y aducción del pie hacia el estimulado.
f) Graspping de mano y pie: al apretar con el dedo índice sobre la parte media de
palpa o planta, debe producirse una flexión de los dedos.
g) Marcha automática: con el niño en posición vertical, al apoyarlo sobre una base
firme se produce primero una reacción de enderezamiento y al inclinarlo hacia
delante, una sucesión de pasos. Puede estar ausente los primeros días de vida.
h) Reflejo tónico asimétrico del cuello (inconstante): en supino al girar la cabeza
hacia un lado, se produce una extensión del miembro superior ipsilateral al lado que
gira la cabeza y una flexión del contralateral, acompañada o no de una respuesta
similar en las extremidades inferiores.
i) Reflejos osteotendinosos (rotuliano, bicipital) y cutáneos (cutáneo-plantar):
no son de gran interés y a veces difíciles de explorar si no se tiene experiencia. Son
relevantes cuando no se obtienen de forma global y en varias exploraciones y
asocian hipotonía, pues puede sugerir afectación neuromuscular. Tener en cuenta
que el reflejo cutáneo plantar en el neonato es extensor y eso no es patológico
(variable según naturaleza y localización del estímulo). La presencia de un clonus
Aquileo breve y fatigable o temblor, también puede ser normal en el neonato si no
asocia otros signos.
j) Reflejos táctiles superficiales: no desaparecen con la maduración. Pueden dar
respuestas motoras de flexión o involucrar a músculos del abdomen, suelo pélvico
o esfínteres. Éstos últimos ayudan a examinar la integridad de segmentos
medulares lumbares o lumbosacros. Ej: reflejo anal externo y bulbocavernoso
(reflejos sómaticos S2-S4), contracción dartos, anal interno (reflejos autonómicos
T12-L2).
Nervios craneales:
II, III, IV y VI: los valoramos juntos. Primero valorar fijación a la luz y seguimiento,
presente al nacimiento. También los movimientos oculares espontáneos en todas
las direcciones y la respuesta pupilar a la luz que requiere integridad del II y III par
craneal. El estrabismo puede ser fisiológico los primeros días cuando es variable.
Debe ser considerado patológico los movimientos erráticos, nistagmo, ausencia de
fijación, signo del sol poniente o el S. Horner.
Trigémino o V par craneal: ver exploración neurológica del niño.
El VI, VII, IX, X, XI y XII los valoramos en conjunto valorando la succión-deglución.
Un nervio importante es el XII, lo exploramos observando la lengua, su atrofia y la
presencia de fasciculaciones de la misma, es sugestivo de degeneración del núcleo
hipogloso, la cual aparece en atrofia muscular espinal infantil tipo I (werdnig-
Hoffman). El VII a partir de la mímica facial, la parálisis facial unilateral produce
asimetría cuando llora desviándose la boca al lado sano, si el origen es periférico la
parálisis es total permaneciendo el ojo del lado afecto abierto; en cambio en la
central el cierre del ojo es posible. Si la parálisis es bilateral buscar síndrome de
Moebius.
Movimientos generales: movimientos que involucran a diferentes partes del cuerpo
sin una secuencia espaciotemporal característica. La presencia de estos
movimientos generales normales, constituye un excelente marcador de normalidad
neurológica. En cambio, la presencia de movimientos alterados identifica niños con
alto riesgo de parálisis cerebral y/o trastorno del neurodesarrollo.
Motricidad espontánea de manos y dedos: si las manos permanecen
constantemente cerradas hay que intentar abrirlas; si se deja abrir se trata de una
inactividad pasajera, pero si es difícil abrirla y el pulgar está inactivo se denomina
pulgar adductus, considerándose un signo de lesión cerebral prenatal.
Movimientos anormales: los temblores y clonías en extremidades son normales
en los primeros días, sólo tienen significación si se aprecian en un niño tranquilo.
Evaluación sensitiva: debe estudiarse ante la existencia de debilidad muscular,
hipo-arreflexia, artrogriposis, anomalías de la columna vertebral y lesiones cutáneas
en línea media. Estará basada en la observación e interpretación de los cambios
ante el estímulo aplicado. La respuesta se compara entre áreas simétricas,
proximales y distales.
Movimientos generales: movimientos que involucran a diferentes partes del
cuerpo sin una secuencia espaciotemporal característica. La presencia de estos
movimientos generales normales, constituye un excelente marcador de normalidad
neurológica. En cambio, la presencia de movimientos alterados identifica niños con
alto riesgo de parálisis cerebral y/o trastorno del neurodesarrollo.
Motricidad espontánea de manos y dedos: si las manos permanecen
constantemente cerradas hay que intentar abrirlas; si se deja abrir se trata de una
inactividad pasajera, pero si es difícil abrirla y el pulgar está inactivo se denomina
pulgar adductus, considerándose un signo de lesión cerebral prenatal.
Movimientos anormales: los temblores y clonías en extremidades son normales
en los primeros días, sólo tienen significación si se aprecian en un niño tranquilo.