You are on page 1of 21

VALORACIONES FÍSICAS DEL RECIÉN NACIDO

EXPLORACIÓN FÍSICA DEL RECIÉN NACIDO


El periodo neonatal comprende los primeros 28 días de vida; éste será el periodo
más importante en términos de salud de toda la lactancia por ser en donde ocurre
más del 50% de la mortalidad infantil, lo que justifica la necesidad de llevar a cabo
una exploración detallada del recién nacido.
Para hablar de la valoración del recién nacido, en primer lugar, hemos de establecer
los objetivos que perseguimos con esta exploración, que son los siguientes:
 Detección precoz de problemas médicos que pueden ser tratados
adecuadamente.
 Protección al recién nacido de procesos a los que son especialmente
susceptibles, tales como hipotermia por frío o infecciones graves.
 Promoción de la salud, facilitando la adaptación a la vida extrauterina,
estableciendo una nutrición adecuada y educando a la madre en el cuidado
del niño.
La exploración del recién nacido tiene también gran importancia para detectar
deformaciones y malformaciones congénitas; como ya sabemos, las deformaciones
se deben a compresión de las distintas partes fetales por el útero, generalmente en
ausencia de líquido amniótico. Las malformaciones, se deben a múltiples causas,
como alteraciones cromosómicas, agentes teratógenos o síndromes reconocidos
sin causa identificable, y pueden ser graves hasta en el 1-3% de todos los recién
nacidos.
Lo primero que se valorará será el ASPECTO del recién nacido; signos como
cianosis (coloración azul, negruzca o lívida de la piel, debido a anomalías
cardiacas), aleteo nasal, retracciones intercostales y gruñidos sugieren la presencia
de enfermedad pulmonar; la tinción con meconio (sustancia verdosa que elimina el
intestino del recién nacido), del cordón umbilical, la piel y las uñas, sugieren
sufrimiento fetal y la posibilidad de neumonía por aspiración.
Posteriormente, la exploración debe continuar con una valoración de las
CONSTANTES VITALES, en particular, la frecuencia cardíaca (normal entre 120 y
160 latidos por minuto), la frecuencia respiratoria (normal entre 30 y 60 latidos por
minuto), la temperatura (que inicialmente suele medirse en el recto) y la presión
arterial (a menudo se reserva para niños enfermos).
Se deberá recoger el peso, la talla y el perímetro cefálico y hacer la representación
en curvas de crecimiento para determinar posteriormente si el crecimiento del niño
es normal o está acelerado o retrasado para la edad. Por último, será fundamental
especificar la EDAD DE GESTACIÓN, que se determina mediante la valoración de
diversos signos físicos y características neurológicas del recién nacido, que varían
según la edad y la madurez fetales. La valoración de la edad de gestación permite
la detección de patrones de crecimiento fetal anormales, contribuyendo así a
predecir las complicaciones neonatales de los niños grandes y pequeños para su
edad gestacional.
Anamnesis
La anamnesis (historial clínico) proporciona datos fundamentales sobre los
antecedentes familiares del niño, el desarrollo del embarazo, el parto y el período
neonatal; al menos, ha de recoger la siguiente información:
Datos de filiación. Historia familiar, que ha de incluir datos de la madre como
antecedentes obstétricos (de la gestación, parto y postparto), edad de la madre,
estado de salud y antecedentes patológicos si los hay. También datos del padre,
edad, estado de salud y antecedentes patológicos. Historia del embarazo y parto,
evolución del embarazo, patología de la gestación si existe, fármacos administrados
durante el embarazo y el parto, características del parto y presentación del feto.
Estado del niño en el momento del nacimiento, para ello es fundamental disponer
del informe neonatal de alta hospitalaria, donde debe constar el peso y la talla del
recién nacido, si hubo sufrimiento fetal o si fueron necesarias maniobras de
reanimación y el test de Apgar. Conducta del recién nacido, en este sentido,
preguntaremos fundamentalmente acerca del llanto, el sueño y la frecuencia de las
deposiciones.
Mediciones
peso: el peso normal del recién nacido al nacimiento oscila entre 3.250 y 3.500
gramos para los varones y entre 3.000 y 3.250 gramos para las mujeres. Según esto
consideraremos como bajo peso cifras menores de 2.500 gramos al nacimiento y,
alto peso, si es superior a 4.000 gramos. Se sabe que después del nacimiento y
durante la primera semana de vida, se produce una pérdida fisiológica del 10% del
peso con el que nació, debida a la pérdida de agua y meconio (que no es más que
el material verdoso compuesto por moco, bilis y restos epiteliales que elimina el
intestino del recién nacido); luego, durante el primer mes de vida, el recién nacido
deberá ganar aproximadamente unos 200 gramos semanales.
talla: la talla media del recién nacido está sobre los 50 cm, oscilando entre 46 y 52
cm.
perímetro cefálico: lo normal es que esté entre 34 y 35 cm, y debe ser solamente
1 o 2 cm mayor que el perímetro torácico, de hecho, un aumento de sólo 3 cm
sugiere patología.
perímetro torácico: la media está entre 32 y 33 cm.
Inspección general
En primer lugar y como hemos visto, hemos de saber que es indispensable observar
al niño antes de manipularlo; se valorará el aspecto general del niño, así como su
actitud, el tono y la posición.
En condiciones normales, el recién nacido tiene cuello corto y simétrico, abdomen
globuloso y extremidades cortas; el niño sano tiene los brazos generalmente
separados, los antebrazos flexionados en posición media y las manos en actitud de
pronosupinación, generalmente en forma de puño; las piernas están ligeramente
flexionadas a nivel de las rodillas y algo separadas con semiflexión de las caderas.
Habrá que valorar también el tipo constitucional del recién nacido y descartar
malformaciones llamativas como espina bífida (hendida en dos partes) o
deformidades a cualquier nivel; es importante también al mismo tiempo adquirir una
impresión sobre el llanto del neonato.
Exploración de la piel
La coloración normal del niño recién nacido es normal o sonrosada, y puede haber
un eritema fisiológico en las primeras 48 horas (es una afección benigna de
enrojecimiento difuso que se presenta a los 3 o 4 días de vida y desaparece hacia
el décimo), y desde el segundo al cuarto días puede en algunos casos aparecer un
leve tinte ictérico o amarillento; también es relativamente frecuente la descamación
de la piel en el recién nacido, sobre todo en bebés postmaduros. Estas situaciones
pueden ser absolutamente normales y fisiológicas, pero, dentro de la exploración
cutánea existen otros datos de interés que hemos de valorar; son los siguientes:
palidez del recién nacido puede deberse a anemia, mala perfusión periférica,
hipotermia o sepsis.
ictericia neonatal, es decir, la coloración amarillenta de piel y mucosas debida a la
presencia de elementos biliares en la sangre, puede ser normal o fisiológica; en
ambos casos se produce por un aumento de bilirrubina indirecta, responsable de
esta coloración amarillenta o anaranjada; se aprecia más fácilmente apretando la
piel con un dedo y observando la coloración del área blanqueada por la presión
local. La ictericia fisiológica aparece a las 24 horas del nacimiento y desaparece
alrededor del cuarto día, y en los niños alimentados con lactancia materna puede
ser más intensa y prolongada sin que por ello sea patológica; la duración mayor de
12 días, así como su aparición tras las primeras 72 horas de vida, harán sospechar
patología y serán motivo de traslado hospitalario. Otro criterio de derivación será la
presencia de cifras de bilirrubina mayores de 15 mg./dl. en niños alimentados con
lactancia materna o mayores de 13 mg./dl. en niños con lactancia artificial.
vernix caseoso también es normal en el recién nacido; es un unto sebáceo, de
aspecto blanquecino que recubre la piel del feto y que desaparece a las pocas horas
de vida.
lanugo es el vello que aparece en brazos y en el dorso del recién nacido a término;
cuanto más lanugo aparezca en otras localizaciones más inmaduro será el neonato.
milium consiste en pequeños quistes sebáceos, como granitos blanquecinos, que
aparecen en la cara, sobre todo en las alas de la nariz, que suele desaparecer en
8-10 días.
La denominada MANCHA AZUL MONGÓLICA aparece con frecuencia sobre la
región sacra y suele desaparecer al año de vida, pero no tiene ninguna traducción
patológica a pesar de su denominación. También pueden aparecer nevus
vasculares o manchas teleangiectásicas en la cara, sobre todo cejas y párpados
que desaparecen con el tiempo.
exantema toxoalérgico se observa a menudo y consiste en la presencia de una
erupción cutánea frecuentemente localizada en el tronco del recién nacido; se
produce por un mecanismo alérgico por reabsorción de distintas sustancias al cortar
el cordón umbilical del recién nacido, y desaparece espontáneamente en unos días.
cutis marmorata aparece en el recién nacido como consecuencia de los cambios
de temperatura; consiste en veteado transitorio rojo azulado de la piel producido por
el frío.
Exploración de la cabeza
Antes de nada, y como recomendación, hemos de saber que en esta valoración
hemos de dejar la exploración de la boca y los oídos para el final ya que el llanto
que suele desencadenar puede dificultar el resto de la exploración; en primer lugar,
hay que valorar la simetría y el aspecto general de la cabeza.
caput sucedaneum es una tumefacción que aparece durante las primeras 24 horas
de vida en la zona de presentación del parto; consiste en el acúmulo de líquidos que
no afecta al hueso y tiene solamente unas horas de duración.
cefalohematoma es un cúmulo de sangre que se localiza sobre todo en la región
parietal; aparece tras el segundo día y puede durar incluso semanas.
A la palpación, la fontanela anterior es de forma romboidal, y sus medidas son de
1,5-2,5 cm.; la fontanela posterior es de morfología triangular y mide entre 0,5-1,5
de diámetro. Éstas se presentarán abombadas en caso de hipertensión intracraneal
y por el contrario se mostrarán hundidas o deprimidas en caso de deshidratación.
En la boca, descartaremos deformidades como la fisura palatina; pueden hallarse
en el paladar duro unos nódulos de aspecto nacarado denominados perlas de
Ebstein, que se trata de un hallazgo normal.
Exploración aparato respiratorio
La frecuencia respiratoria normal en el recién nacido es de 30-60 respiraciones por
minuto.
La auscultación pulmonar debe ser normal, aunque es relativamente frecuente
escuchar ruidos de despegamiento alveolar.
Exploración aparato cardiovascular
La frecuencia cardiaca del recién nacido oscila en condiciones normales entre 120
y 160 latidos por minuto.
La tensión arterial no suele determinarse por norma en los recién nacidos, y se
reserva sobre todo para niños afectados; las cifras normales están sobre 80/40
mm.Hg.
En la auscultación cardíaca pueden oírse soplos transitorios en los primeros días
de vida que desaparecen espontáneamente.
Exploración del abdomen
El cordón umbilical al secarse toma un color amarillento y luego se vuelve marrón y
quebradizo; suele caer al final de la primera semana o durante la segunda.
Es frecuente un leve eritema (enrojecimiento de la piel debido a la congestión de los
capilares) de la piel de los bordes del muñón umbilical, que si es intenso o con
edema (hinchazón) puede indicar onfalitis, es decir, inflamación del ombligo.
En algunos casos, el líquido amniótico del cordón puede invadir la pared abdominal
y originar un ombligo amniótico o una hernia umbilical u onfalocele en casos
extremos.
En condiciones normales, el hígado puede palparse a 1-2 cm./dl. reborde costal
derecho, y el bazo aproximadamente a 1 cm. por debajo del reborde costal
izquierdo. A la palpación profunda se puede apreciar el riñón, a la altura del ombligo,
a mitad de trayecto entre la línea media y el costado.
En esta exploración deben descartarse hernias o masas abdominales. Puede haber
un pequeño defecto de la musculatura de la pared anterior abdominal, a nivel
periumbilical, que puede dar lugar a una hernia umbilical que acabará por corregirse
cuando los músculos crezcan, normalmente al final de la lactancia; si el defecto es
grande, y parte del contenido abdominal sale, se tratará de un onfalocele.
También habrá que explorar siempre la región anal para descartar imperforación o
fístulas (conducto anormal, ulcerado y estrecho, que se abre en la piel o en las
mucosas).
Exploración genital
En el caso de los niños, en los recién nacidos, el pene suele medir 3-4 cm. de largo
y 1,3 cm. de ancho. El escroto aparece pigmentado y con pliegues. Puede existir
fimosis fisiológica y adherencias balanoprepuciales (en el extremo del miembro viril)
que se solucionan espontáneamente o con la repetición de sencillas maniobras
desapareciendo en general antes de los cuatro años.
Los testículos han de palparse para descartar anomalías de situación (ectopia y
criptorquidia), es decir, ausencia de uno o ambos testículos en el escroto (bolsa
testicular o saco escrotal), por localización de éstos fuera del saco escrotal (ectopia).
En la criptorquidia el testículo queda retenido a lo largo de su trayecto normal, ya
sea en la cavidad abdominal o bien, con mayor frecuencia, en el conducto inguinal.
Con esta palpación aprovecharemos también para descartar posibles hernias
inguinales que se descubren por el llanto del bebé.
Es relativamente frecuente la presencia de hidrocele en el escroto, que no es más
que acúmulo de líquido a este nivel, que suele deberse a traumatismo del parto y
se soluciona en uno o dos meses.
El hipospadias es una anomalía muy común, consiste en una apertura anormal de
la uretra en la cara inferior del pene, y varía desde una pequeña hendidura en el
extremo distal de la uretra hasta un importante defecto en la longitud del pene.
En las niñas, los labios mayores están normalmente desarrollados, mientras que los
menores y el clítoris suelen estar aumentados de tamaño. Habrá que valorar
adecuadamente la uretra y la vagina; en muchos casos es posible observar un flujo
vaginal fisiológico blanquecino e incluso un ligero sangrado vaginal debido a los
estrógenos maternos; puede durar una semana y no tiene significación patológica.
En ambos casos, tanto en niños como en niñas recién nacidos, es posible encontrar
una leve ginecomastia, es decir, un volumen excesivo de las mamas, debido al paso
de estrógenos de la madre al recién nacido.
Exploración aparato locomotor
Se deben palpar las clavículas para descartar fracturas, hecho relativamente
frecuente por traumatismos durante el parto.
La columna vertebral también ha de palparse en toda su longitud buscando
asimetrías o defectos cutáneos que puedan traducir anomalías del tubo neural como
meningocele, mielomeningocele, etc.
La posible luxación congénita de cadera se explora mediante las maniobras de
Ortolani y Barlow, pero se debe valorar también la presencia de pliegues o
asimetrías sugerentes de luxación con el niño tumbado boca arriba y con los
miembros inferiores en extensión.
Cuando existen factores de riesgo de luxación congénita de cadera (sexo femenino,
parto de nalgas, antecedentes familiares) debemos ser especialmente cuidadosos,
y en casos de anomalías en la exploración, solicitaremos una ecografía de ambas
caderas al mes de vida.
Exploración neurológica
La finalidad del examen neurológico del recién nacido será determinar el nivel de
desarrollo neuropsíquico e identificar trastornos que puedan dar lugar a deterioros
neurológicos. Así pues, valoraremos diferentes aspectos.
nivel de alerta: aunque el recién nacido pasa la mayor parte del tiempo durmiendo
(hasta unas 20 horas al día) es normal que el despertar ocasione apertura de ojos
y movimiento de extremidades.
tono y postura muscular: la postura normal de un recién nacido a término es de
flexión y aducción de ambas extremidades, es decir, con las extremidades
aproximadas al cuerpo. En los prematuros se aprecia un leve déficit de tono
muscular o hipotonía, que generalmente se acompaña de una depresión de los
reflejos. Del mismo modo, cuando se da la situación contraria o hipertonía,
determinados reflejos pueden estar exagerados y suele cursar con predominio del
hiperextensión de las extremidades.
movimientos espontáneos: cuando el niño está tumbado boca arriba, es decir, en
decúbito supino, el recién nacido normal puede girar la cabeza, chuparse el pulgar
y mover los brazos y las piernas con episodios de flexión y extensión alternativos;
en decúbito prono, es decir, tumbado boca abajo, es capaz de girar la cabeza para
dejar así libre la nariz. Deberá observarse si existen o no estos movimientos o si
son exagerados.
exploración de reflejos: la valoración de los reflejos tiene un gran valor en la
exploración del recién nacido; algunos son reflejos primitivos y es importante
determinar su momento de aparición y desaparición, ya que muchos de ellos se
anulan con el tiempo.
Reflejo de succión: se determina durante la alimentación; el examinador lo
evaluará introduciendo su dedo en la boca del recién nacido, notando la fuerza y el
ritmo de succión, así como la sincronización con la deglución al tragar. Aparece al
nacimiento y desaparece cuando se logra el control voluntario de la alimentación, a
los 6-9 meses. Este reflejo será anormal en casos de depresión neurológica,
inmadurez o hipotonía (disminución del tono muscular).
Reflejo pupilar: consiste en la contracción de la pupila por la acción de la luz sobre
la retina, y se explora tapando un ojo con la mano durante un instante y retirándola
después para comprobar si al eliminar la oscuridad se produce la contracción de la
pupila o miosis. Aparece en el nacimiento y permanece siempre.
Reflejo de parpadeo: se explora aplicando una luz repentinamente sobre los ojos
provocando así el parpadeo. Aparece desde el nacimiento.
Reflejo de prensión: colocando el dedo del explorador en la palma del niño, éste
cerrará la mano alrededor del dedo. Aparece al nacer y dura 2-3 meses.
Reflejo plantar (Babinski): al pasar un instrumento como una aguja por la parte
lateral del pie del recién nacido se producirá la extensión del dedo gordo y la
separación de los demás dedos del pie; no es patológico en el lactante, pero sí
después, (de hecho, en los niños mayores que ya caminan, la maniobra provocará
la flexión del dedo).
Reflejo de Moro: se explora manteniendo al niño en decúbito supino, sujetando los
hombros y la espalda con la mano y brazo izquierdos del explorador, y la cabeza
con la mano derecha a nivel de la región occipital, de modo que se deja caer la
cabeza del niño hacia atrás cogiéndola de nuevo mientras se sigue sujetando el
resto del cuerpo; los brazos del niño efectuarán una abducción rápida, es decir, se
abrirán separándose del cuerpo, y se juntarán de nuevo mientras que las piernas
se flexionan. Este reflejo aparece al nacimiento y se retira a los 2-3 meses.
Reflejo de marcha: se explora manteniendo al niño en posición vertical, sujetándolo
por el tronco e inclinándolo ligeramente hacia delante, de modo que cuando el pie
toca la superficie comienza a simular la marcha. Aparece aproximadamente a los
cuatro días del nacimiento y desaparece alrededor de los dos meses.
VALORACIÓN DE APGAR
El test de Apgar es una primera valoración que se le hace al bebé al nacer y que
tiene como objetivo detectar posibles problemas de manera rápida y poco molesta
para el bebé. Rápida, porque si hay algún problema hay que actuar cuanto antes y
poco molesta, porque si todo es normal no hace falta hacer sentir mal al bebé en un
momento de valoración.
Se llama así, de Apgar, porque fue creado por Virgina Apgar, una médica
estadounidense especializada en pediatría y anestesia, que en 1953 desarrolló
dicho método y lo publicó con el fin de poder evaluar rápidamente el estado de los
recién nacidos. Gracias a ella, gracias a su test, muchos bebés han salvado la vida
al poder detectarse de manera prematura cualquier problema que, de no verse,
podría ser fatal unos minutos u horas después del parto.
El test de Apgar se hace en dos ocasiones, para ver la evolución del bebé: al minuto
de nacer y, después, a los cinco minutos. Es una escala con la que se mira el ritmo
cardíaco, la respiración, el tono muscular, los reflejos y el color del bebé.
No es ningún examen ni calificación que sirva para predecir la salud que tendrá un
bebé, ni lo fuerte y grande que será (o no), ni nada por el estilo. Digo esto porque
en alguna ocasión he oído a madres comparando puntuaciones de sus hijos ("el mío
ha sacado un 8 en el test de Apgar", "pues el mío ha sacado un 9"), sino que
responde al estado del bebé en el momento de la evaluación, en lo adormilado o
despierto que está y en ver si se está adaptando bien al mundo al que acaba de
llegar.
El test se divide en 5 secciones o preguntas que puntúan del 0 al 2. Una vez
realizado se suman los puntos, que en la mayoría de las ocasiones es de 8 a 10
puntos en el primer minuto de vida. En caso de que, en ese momento, al minuto, el
Apgar sea de 5 a 7, es posible que se deba a problemas de aporte de oxígeno
durante el parto y entonces los profesionales le aplicarán una fuente cercana de
oxígeno y probablemente lo sequen con una toalla de manera relativamente
vigorosa con el fin de motivar al bebé a respirar más fuerte. Con ambas
intervenciones la puntuación debería ser de 8 a 10 a los 5 minutos.
Algunos bebés, los menos, obtienen puntuaciones menores de 5 (tienen más
probabilidad de quedarse en esta puntuación los bebés prematuros o los nacidos
por cesárea de urgencia), que responden a problemas durante el parto o a
problemas respiratorios o cardíacos. En este caso la intervención de los
profesionales debe ser mayor, empezando por mascarilla de oxígeno y, en caso de
que no sea suficiente, introduciendo un tubo para hacerle respirar desde el exterior
y administrando los primeros fármacos para mejorar su ritmo cardíaco. Si esto no
es suficiente se traslada al bebé a la unidad de cuidados intensivos para seguir con
las intervenciones necesarias.
1. Ritmo cardíaco: se mira con el fonendo.
 Si no hay ritmo cardíaco se puntúa 0.
 Si es menor a 100 pulsaciones por minuto puntúa 1.
 Si es mayor a 100 pulsaciones por minuto puntúa 2.
2. Respiración:
 Si el bebé no está respirando se puntúa 0.
 Si tiene una respiración lenta, irregular, se puntúa 1.
 Si la respiración es correcta, buena, o está llorando, se puntúa 2.
3. Tono muscular:
 Si el bebé está flácido, como sin tono muscular, la puntuación es 0.
 Si hay algo de tono y, por ejemplo, flexiona un poco las extremidades, se
puntúa 1.
 Si el bebé se mueve activamente se puntúa 2.
4. Reflejos: es la respuesta a algún estímulo externo relativamente molesto
(tocarle la planta de los pies, aspirar un poco la nariz,).
 Si no hay respuesta se puntúa 0.
 Si el bebé hace muecas o gesticula se puntúa 1.
 Si hay gesticulaciones y llanto, o tose o estornuda (en caso de utilizar una
perilla o catéter para aspirar por la nariz) se puntúa 2.
5. Color de la piel:
 Si el bebé está azulado o pálido se puntúa 0.
 Si el cuerpo está rosado pero las manos y los pies están notoriamente
azulados la puntuación es 1.
 Si todo el bebé está sonrosado la puntuación es 2.

La mayoría de bebés tienen una puntuación máxima de 9 al minuto de nacer, porque


todos tienen aún las manitas y pies muy azulados. A los 5 minutos están más
sonrosados y entonces, en condiciones normales, puntúan 10. Incluso muchos
bebés que puntúan por debajo de 7, con un poco de estimulación, tienen una
puntuación correcta a los 5 minutos. De no ser así, se inician las intervenciones que
hemos explicado más arriba.
VALORACION DE SILDERMAN ANDERSON
El Test de Silverman- Anderson evalúa la dificultad respiratoria del recién nacido.
Es recomendable que se pase al niño dentro de la primera hora de vida y dentro de
la primera media hora de vida en los neonatos pretérmino, con alguna dificultad
respiratoria, aspirado de líquido en el parto, etc. Con una puntuación mínima de 0 y
una máxima de 10, a mayor puntuación peor es la dificultad respiratoria, los recién
nacidos que nazcan con una puntación entre 7 y 10 puntos precisaran de algún tipo
de soporte respiratorio.
 Recién nacido con 0 puntos, sin asfixia ni dificultad respiratoria.
 Recién nacido con 1 a 3 puntos, con dificultad respiratoria leve.
 Recién nacido con 4 a 6 puntos, con dificultad respiratoria moderada.

Puntaje Interpretación

0 puntos Sin dificultad respiratoria

1a3 Con dificultad respiratoria


puntos leve

4a6 Con dificultad respiratoria


puntos moderada

7 a 10 Con dificultad respiratoria


puntos severa
VALORACION DE USHER
Es una técnica clínica comúnmente usada para el cálculo indirecto de la edad
gestacional de un recién nacido. El test le asigna un valor a una serie de criterios de
examinación, la suma total del cual es luego extrapolado para inferir la edad
gestacional del neonato. Los criterios son cinco, puramente físicos, a diferencia del
test de Ballard que añade evaluaciones neurológicas.
El método de Usher rinde resultados generalizados, menos específicos que otros
métodos, como el método de Capurro, ubicando al recién nacido en tres rangos:
 Menor de 36 semanas,
 Entre 37 y 38 semanas, y
 Mayor de 39 semanas.
Los resultados pueden verse alterados con restricciones en el crecimiento
intrauterino.
Signo < 36 semanas 37 o 38 semanas > 39 semanas

Cabello Escaso, fino, aglutinado, Abundante, grueso,


difícil de separar (hasta individualizable (>38)
37)

Pabellón Escaso cartílago, no Menos deformable, Poco deformable, cartílago


auricular vuelve a su posición cartílago regular, tarda en grueso y rígido, vuelve
después de plegarlo volver a su posición rápido a su posición

Pezón Menos de 0.5 cm o 0.5-1 cm diámetro 1-4 cm diámetro


ausente

Genitales Escroto liso, micropene y escroto con pliegues,


Masculinos testículos no descendidos testículos descendidos (>38)
(<36)

Genitales Labios menores Labios mayores cubren a los


Femeninos sobresalen sobre los menores (>38)
mayores (<36)

Pliegues 1 o más en 1/3 Pliegues en 2/3 anteriores Pliegues en toda la planta


plantares anteriores del pie del pie del pie
VALORACIÓN DE CAPURRO A Y B
En neonatología, el test de Capurro (o método de Capurro) es un criterio utilizado
para estimar la edad gestacional de un neonato. El test considera el desarrollo de
cinco parámetros fisiológicos y diversas puntuaciones que combinadas dan la
estimación buscada.
Este método fue obtenido mediante un estudio protocolizado y prospectivo basado
en el trabajo de Dubowitz y tiene dos formas de evaluación: A y B.
Tal vez la más empleada en la práctica diaria es la valoración propuesta por Capurro
y cols.
El método está basado en cinco parámetros clínicos y dos parámetros neurológicos
y presenta un margen de error de ± 8,4 días cuando es realizado por un explorador
entrenado. Los signos que se han de evaluar son los siguientes:
a. Somáticos:
 -Formación del pezón.
 -Textura de la piel.
 -Forma del pabellón auricular.
 -Tamaño del nódulo mamario.
 -Surcos plantares.

b. neurológicos:
 -Signo de la bufanda.
 -Caída de la cabeza.
CAPURRO B: Cuando el niño está sano y tiene ya más de 12 horas de nacido, se
emplean sólo cuatro datos somáticos de la columna «A» (se excluye la forma del
pezón) y se agregan los dos signos neurológicos (columna «B»), luego se suman
las calificaciones obtenidas de los datos somáticos y los signos neurológicos,
adicionando una constante (K) de 200 días, con objeto de obtener la estimación de
la edad de gestación.
CAPURRO A: en recién nacido o cuando el niño tiene signos de daño cerebral o
alguna disfunción neurológica se usan las cinco observaciones somáticas (columna
«A»), se agrega una constante de 204 días para obtener la edad de la gestación y
toda esta valoración se lleva de cinco a seis minutos. NOTA: a la puntuación que
nos da, se le suma 204 y se divide entre 7.
VALORACIÓN NEUROLOGICA
La exploración neurológica del recién nacido (RN) merece un capítulo aparte dentro
de la exploración neurológica en la infancia, tanto de los RN término como de los
RN pretérmino pues presentan unas características propias, según la edad
gestacional que dependen del grado de maduración del SNC.
Es fundamental dominar la semiología neurológica de esta etapa de la vida, que nos
permita diferenciar aspectos normales, propios de la edad gestacional, de aspectos
patológicos.
Por tanto, para poder realizar una adecuada exploración neurológica neonatal,
debemos tener en cuenta diversos aspectos:
Edad gestacional: pues los hallazgos exploratorios cambian con el grado de
maduración del SNC, porque ciertas alteraciones son más propias de RN
pretérminos y otras de RN a términos, y porque una agresión a un cerebro en
desarrollo (ej: hipoxia-isquemia), tendrá diferente impacto según la edad gestacional
del RN y según el momento en el que se produzca (prenatal, perinatal o postnatal).
Situación clínica del neonato: el compromiso del estado general del RN
(alteraciones hemodinámicas, respiratorias, metabólicas...etc.) puede alterar la
exploración. También es determinante su estado de alerta, pues la exploración
puede cambiar según el niño esté tranquilo pero despierto, llorando o dormido. Por
ello, es necesario hacer una exploración neurológica seriada que nos permita
determinar si realmente existe alguna alteración.
Evaluación general:
Inspección: pretendemos mediante observación directa, establecer la edad
gestacional aproximada del RN, su estado general, nivel de conciencia, actitudes
corporales, postura y movilidad espontánea que nos permitan hacernos una idea de
la situación neurológica. También es buen momento para detectar signos
dismórficos, simetría y expresión facial, deformidades craneales (craneosinostosis),
lesiones cutáneas (angiomas, manchas café con leche, nevus…) y otras
alteraciones que sugieran una posible alteración neurológica, como la calidad del
llanto (débil, discontinuo, quejumbroso, excesivo y difícil del calmar, agudo), la
actitud alimentaria (buena coordinación succión deglución) la forma del paladar, un
paladar ojival en un término puede indicar debilidad de movimientos de la lengua de
origen neurológico.
Palpación: estimulamos al neonato y vemos su actividad y reactividad (normal,
hiporreactivo/letárgico, hiperexcitable). Medición del perímetro craneal, pues tanto
la microcefalia como la macrocefalia pueden ser el primer signo de afectación
neurológica (anormalidades genéticas, tóxicas, metabólicas, infecciosas,
malformativas…etc.) e interpretando la concordancia con el resto de parámetros
antropométricos (Así en la insuficiencia placentaria el crecimiento cerebral es mayor
que el somático, en cambio en la patología hipóxico-isquémica puede producir cierto
grado de atrofia cerebral.). Palpación de fontanela, suturas, resto del cuero
cabelludo (dehiscencia de suturas, fontanela abombada, cefalohematomas,
acabalgamiento de suturas que puede dar información sobre el tipo de parto, estado
de hidratación y crecimiento intrauterino). Espalda (mielomeningoceles y otros
signos de disrrafia), miembros (artrogriposis, limitaciones articulares),
abdomen…etc.
Auscultación: de la cabeza, tórax.
Componente Motor: parte del mismo ya ha sido valorada anteriormente en la
inspección y nos ha servido para valorar la simetría movimiento espontáneo global
y segmentario, la edad gestacional y el tono pasivo mediante la postura (ej: una
postura en libro abierto en un RN término, manifiesta una hipotonía). Lo normal es
encontrar un RN en actitud flexora de los miembros, con movilidad espontánea
simétrica y armónica, con mímica facial expresiva y simétrica cuando está tranquilo
y cuando expresa disconfort, placer o durante el llanto. Las manos tienden a estar
cerradas, pero con capacidad para abrirlas y abducir el pulgar. No suelen presentar
movimientos anormales, si bien el temblor de miembros o mentón que aumentan
con la manipulación y el llanto o hambre y las mioclonía durante el sueño sí son
normales. Todo lo que se salga de esta situación puede ser patológico y debe ser
considerado como un signo de riesgo neurológico.
Tono muscular:
a) Pasivo: indica la resistencia de las extremidades a su movilidad pasiva mediante
distintos procesos que miden un ángulo entre dos segmentos. Consisten en
traccionar los miembros para valorar el tono de músculos, evaluar el retorno en
flexión de las extremidades, maniobras como el signo de la bufanda (dirigiendo la
mano hacia el hombro opuesto y relacionando la posición del codo con la línea
media), talón –oreja valorando en ángulo entre el muslo y pierna que estará
comprendido entre 40-90º, ángulo de aductores entre 90-110º, ángulo de
dorsiflexión del pie, siendo estos ángulos superiores a mayor prematuridad. El tono
del tronco y cuello se estimará mediante la flexión repetida y rotación lateral de la
cabeza percibiendo la resistencia del esternocleidomastoideo contralateral y la
postura adoptada del mentón con respecto al hombro.
b) Activo: indica la actividad muscular ante movimientos y cambios posturales, se
valora a partir de diversas maniobras:
c) Suspensión ventral: el término adopta una postura con el dorso ligeramente
curvado, miembros flexionados y cabeza alineada con el tronco.
d) Suspensión axilar: mediante la sujeción del neonato bajo las axilas, se observa
una reacción de enderezamiento de miembros inferiores, tronco y cabeza.
e) Paso de decúbito a sentado: provocando el reflejo de prensión se tracciona de
los brazos arriba; percibiendo resistencia de brazos, flexión de extremidades
superiores e intento del niño de alinear la cabeza con el tronco. Un 4% de los RNT
son incapaces de alinear la cabeza, corrigiéndose en fase postprandial.
f) Enderezamiento global: la estimulación cutánea plantar desencadena una
reacción de enderezamiento global, antigravitatoria.
Debemos diferenciar entre tono y fuerza, ya que corresponden a diferentes
propiedades del músculo; por ello “hipotónico” y “débil” no pueden intercambiarse.
Fuerza: capacidad de un músculo de generar potencia tras contraerse. Se debe
valorar mediante movimientos espontáneos y provocados, reflejos que llevan a la
contracción tras la estimulación.
Reflejos:
Reflejos primarios: fisiológicos en los primeros meses de vida, son reflejos
subcorticales y su presencia indican un tronco cerebral indemne. Su ausencia o
presencia cuando tenían que haber desaparecido, son un signo de afectación
neurológica.
Los más importantes son:
a) Moro: en supino, realizando una tracción sobre las manos hacia delante y
soltando bruscamente sobre la camilla de exploración, se produce primero
abducción de brazos y extensión de antebrazos con apertura de manos (primer
tiempo), seguido de aducción de brazos y flexión de antebrazos (segundo tiempo)
acompañado generalmente de llanto o ansiedad.
b) Succión: al estimular con el meñique la parte media de la lengua o el paladar,
se provoca la succión sobre el dedo.
c) Búsqueda: estimulando con el dedo la zona superolateral de los labios
superiores, provocamos el giro de la cabeza a uno y otro lado y apertura de la boca.
d) Galant: en posición prono, el roce de la región paravertebral, produce incurvación
de la columna hacia el lado estimulado.
e) Extensión cruzada: la estimulación de la planta del pie desencadena en la pierna
libre rápida flexión, apertura de dedos y aducción del pie hacia el estimulado.
f) Graspping de mano y pie: al apretar con el dedo índice sobre la parte media de
palpa o planta, debe producirse una flexión de los dedos.
g) Marcha automática: con el niño en posición vertical, al apoyarlo sobre una base
firme se produce primero una reacción de enderezamiento y al inclinarlo hacia
delante, una sucesión de pasos. Puede estar ausente los primeros días de vida.
h) Reflejo tónico asimétrico del cuello (inconstante): en supino al girar la cabeza
hacia un lado, se produce una extensión del miembro superior ipsilateral al lado que
gira la cabeza y una flexión del contralateral, acompañada o no de una respuesta
similar en las extremidades inferiores.
i) Reflejos osteotendinosos (rotuliano, bicipital) y cutáneos (cutáneo-plantar):
no son de gran interés y a veces difíciles de explorar si no se tiene experiencia. Son
relevantes cuando no se obtienen de forma global y en varias exploraciones y
asocian hipotonía, pues puede sugerir afectación neuromuscular. Tener en cuenta
que el reflejo cutáneo plantar en el neonato es extensor y eso no es patológico
(variable según naturaleza y localización del estímulo). La presencia de un clonus
Aquileo breve y fatigable o temblor, también puede ser normal en el neonato si no
asocia otros signos.
j) Reflejos táctiles superficiales: no desaparecen con la maduración. Pueden dar
respuestas motoras de flexión o involucrar a músculos del abdomen, suelo pélvico
o esfínteres. Éstos últimos ayudan a examinar la integridad de segmentos
medulares lumbares o lumbosacros. Ej: reflejo anal externo y bulbocavernoso
(reflejos sómaticos S2-S4), contracción dartos, anal interno (reflejos autonómicos
T12-L2).
Nervios craneales:
II, III, IV y VI: los valoramos juntos. Primero valorar fijación a la luz y seguimiento,
presente al nacimiento. También los movimientos oculares espontáneos en todas
las direcciones y la respuesta pupilar a la luz que requiere integridad del II y III par
craneal. El estrabismo puede ser fisiológico los primeros días cuando es variable.
Debe ser considerado patológico los movimientos erráticos, nistagmo, ausencia de
fijación, signo del sol poniente o el S. Horner.
Trigémino o V par craneal: ver exploración neurológica del niño.
El VI, VII, IX, X, XI y XII los valoramos en conjunto valorando la succión-deglución.
Un nervio importante es el XII, lo exploramos observando la lengua, su atrofia y la
presencia de fasciculaciones de la misma, es sugestivo de degeneración del núcleo
hipogloso, la cual aparece en atrofia muscular espinal infantil tipo I (werdnig-
Hoffman). El VII a partir de la mímica facial, la parálisis facial unilateral produce
asimetría cuando llora desviándose la boca al lado sano, si el origen es periférico la
parálisis es total permaneciendo el ojo del lado afecto abierto; en cambio en la
central el cierre del ojo es posible. Si la parálisis es bilateral buscar síndrome de
Moebius.
Movimientos generales: movimientos que involucran a diferentes partes del cuerpo
sin una secuencia espaciotemporal característica. La presencia de estos
movimientos generales normales, constituye un excelente marcador de normalidad
neurológica. En cambio, la presencia de movimientos alterados identifica niños con
alto riesgo de parálisis cerebral y/o trastorno del neurodesarrollo.
Motricidad espontánea de manos y dedos: si las manos permanecen
constantemente cerradas hay que intentar abrirlas; si se deja abrir se trata de una
inactividad pasajera, pero si es difícil abrirla y el pulgar está inactivo se denomina
pulgar adductus, considerándose un signo de lesión cerebral prenatal.
Movimientos anormales: los temblores y clonías en extremidades son normales
en los primeros días, sólo tienen significación si se aprecian en un niño tranquilo.
Evaluación sensitiva: debe estudiarse ante la existencia de debilidad muscular,
hipo-arreflexia, artrogriposis, anomalías de la columna vertebral y lesiones cutáneas
en línea media. Estará basada en la observación e interpretación de los cambios
ante el estímulo aplicado. La respuesta se compara entre áreas simétricas,
proximales y distales.
Movimientos generales: movimientos que involucran a diferentes partes del
cuerpo sin una secuencia espaciotemporal característica. La presencia de estos
movimientos generales normales, constituye un excelente marcador de normalidad
neurológica. En cambio, la presencia de movimientos alterados identifica niños con
alto riesgo de parálisis cerebral y/o trastorno del neurodesarrollo.
Motricidad espontánea de manos y dedos: si las manos permanecen
constantemente cerradas hay que intentar abrirlas; si se deja abrir se trata de una
inactividad pasajera, pero si es difícil abrirla y el pulgar está inactivo se denomina
pulgar adductus, considerándose un signo de lesión cerebral prenatal.
Movimientos anormales: los temblores y clonías en extremidades son normales
en los primeros días, sólo tienen significación si se aprecian en un niño tranquilo.

Evaluación sensitiva: debe estudiarse ante la existencia de debilidad muscular,


hipo-arreflexia, artrogriposis, anomalías de la columna vertebral y lesiones cutáneas
en línea media. Estará basada en la observación e interpretación de los cambios
ante el estímulo aplicado. La respuesta se compara entre áreas simétricas,
proximales y distales.
a) Sensibilidad al tacto ligero y presión: con reflejos primitivos táctiles que
inducen reacciones motoras estereotipadas (búsqueda, Galant, prensión.).
Sensibilidad al dolor: examinar la respuesta al estimular la piel con una aguja roma
cuando está tranquilo.
b) Temperatura: valoración de respuesta ante la aplicación de un tubo frío (no
discriminan entre frío o calor).
c) Vibración: medir respuesta motora a la colocación de un diapasón sobre un
promontorio óseo.
d) Propiocepción: ningún método es aplicable a neonatos. Su desarrollo repercute
en la neuroconducta y sobre los reflejos ventilatorios.
Neuroconducta: dentro del examen neurológico se deben valorar los estados del
neonato, su variedad, el tiempo que permanece en cada uno y su adaptación al
cambio.
Alerta (4 niveles): nula o muy baja (coma), baja presta una atención fugaz con
importantes ayudas del examinador, intermedia cuando la alerta dura 5-15
segundos precisando ayuda moderada, alta la alerta dura >15 segundos sin
necesidad de ayuda.
Irritabilidad, llanto: el término reacciona ante un estímulo perturbador con
irritabilidad durante unos pocos segundos, disminuyendo rápidamente al retirar el
estímulo. Las reacciones del prematuro son menos intensas, más prolongadas, en
general menos consolables, pudiendo acompañarse de cambios autonómicos.
Habituación: refleja la capacidad para de protegerse ante estímulos
desorganizados, objetivándose la formación de una memoria. Cuando la corteza
temporal y occipital están ausentes, no hay habituación a estímulos visuales
(disminución de la respuesta a la luz) ni auditivos (disminución de la respuesta al
sonido).
Orientación: exige reevaluación posterior, ya que muchos neonatos no responden
en un momento dado.
Orientación visual a un objeto inanimado: se desarrolla a las 40 semanas
postmenstruales, igual en pretérminos. Como el RN no acomoda su visión hasta los
3 meses, hay que colocar el objeto a una distancia de unos 30 cm. En ausencia de
fijación-seguimiento hay que buscar opacidad córnea, reflejo blanquecino de
catarata congénita.
Orientación auditiva a un objeto inanimado: aparece un movimiento coordinado
de la cabeza y de los ojos hacia el estímulo. En pretérminos se desarrolla una
adecuada respuesta a las 35 semanas.
Orientación olfativa: se detecta a los pocos minutos del nacimiento para la
alimentación. A partir de las 29 semanas se detecta este comportamiento.

You might also like