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Honorables Magistrados

Sala Civil Familia Tribunal Superior de Popayán (R).

E. S. D.

Referencia: Acción de Tutela contra sentencia judicial para proteger el derecho al debido proceso en
conexión con el acceso a la justicia.
Accionante: Andrés Eduardo Paz Ramos, Procurador Judicial 7 Agrario y Ambiental del Cauca
Accionado: Juzgado Primero Civil de Circuito de Popayán

ANDRES EDUARDO PAZ RAMOS, mayor de edad, identificado con la cedula de ciudadanía N°
10.542.773 de Popayán, y con tarjera profesional N°38.606, en calidad de Procurador Judicial 7
Agrario y Ambiental del Cauca, me dirijo a ustedes Señores Magistrados, invocando el artículo 86
de la Constitución Política para instaurar ACCIÓN DE TUTELA contra el Juzgado Primero Civil de
Circuito de Popayán, con el objeto de que se protejan los derechos constitucionales fundamentales
que a continuación enuncio y los cuales se fundamentan en los siguientes hechos:

HECHOS

1. En esta Procuraduría Judicial Agraria se atiende un asunto preventivo relacionado con el


inmueble rural del señor José Santos Fernández, quien ha sido perturbado en el ejercicio de
la propiedad (el señor es copropietario) y la posesión material que ejerce sobre inmueble
identificado con la matrícula inmobiliaria N° 120-55527 y numero catastral 00-02-0009-2297-
000.

2. En escrito radicado en esta Procuraduría judicial el 18 de febrero del año 2016 por el señor
José Santos Fernández, se queja contra la señora María Esperanza Prado Enríquez y
familiares de ella por la invasión violenta de su predio. El escrito adjunta copias de sentencias
judiciales del Juzgado Sexto Civil de Circuito de Popayán y del Tribunal Superior de Distrito
Judicial de Popayán, en las cuales ante proceso reivindicatorio iniciado por la señora María
Esperanza Prado Enríquez, se pronuncian desestimando las pretensiones de la demandante
al establecer el Juzgado “falta de la causa de la acción para promover el proceso por
parte de la demandante, pues los predios son diferentes”. El Tribunal confirma la decisión
del Juzgado del Circuito señalando “que la accionante no logró demostrar que sobre el bien
pretendido ejerciera posesión el demandado, elemento estructural para determinar la
prosperidad de la acción reivindicatoria”. (Ver Prueba N° 10.

3. El señor Fernández, a partir de febrero de 2016 ha acudido además a entidades como la


Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General de la Nación (existe un proceso penal en curso
por invasión, contra la señora María Esperanza y otros), el Instituto Geográfico Agustín
Codazzi, la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Popayán, la Policía Nacional, la
Alcaldía de Popayán y la inspección de Policía de Popayán. Se han realizado a instancias de
esta Procuraduría Judicial, no menos de tres reuniones interinstitucionales para discutir sobre
este caso. Convendría en esta tutela consultar a entidades como el IGAC y a oficina de
Registro de Instrumentos Públicos de Popayán, para que informen sobre o que conozcan de
la situación que da origen a esta solicitud de amparo constititucional.
4. El 26 de agosto de 2016 la inspección segunda de policía de Popayán resuelve dentro de un
proceso por perturbación de la posesión, lo siguiente: Ordenar el amparo policivo al ejercicio
de la posesión disponiéndose el establecimiento del statu-quo (volver las cosas al estado en
que se hallaban antes de ocurrir la perturbación) sobre el predio en el sector La Mulata,
Cajete, con matricula inmobiliaria 120-55527, en contra de la señora María Esperanza Prado
Enríquez, ordenando a ella y demás familiares que en forma inmediata hacer la entrega del
predio objeto de la actuación. Esta decisión fue confirmada por el Alcalde Municipal al resolver
el recurso de apelación (Ver Prueba N° 1 Decisión segunda instancia perturba posesión Jose
Santos) presentado por María Esperanza Prado. La diligencia de restitución del inmueble
según lo ordenado por la Resolución N° 20161200158774 del 28 de noviembre de 2016
proferida por el Alcalde de Popayán, se realizó el 24 de enero de 2017.
5. Tanto en la acción reivindicatoria como en las vías de hecho intentadas por la señora Prado
y sus familiares, su pretensión ha sido apropiarse del inmueble de su vecino José Santos
Fernández, amparándose en equivocaciones plasmadas en títulos anteriores sobre el área
de un inmueble vecino, que hasta febrero de 2016 fue propiedad de la señora María
Esperanza Prado y que se identificaba con el folio de matrícula inmobiliaria N° 120-74527,
hoy cerrado.
6. El error original, que en concepto de esa Procuraduría Judicial, se enmarca dentro de dos1
de las causales especiales de procedibilidad en tutelas contra sentencias judiciales,
reiteradas por la Corte Constitucional en la Sentencia SU 448 de 2011, se presentó, en la
Sentencia sin número de fecha 12 de marzo de 1990 proferida por el Juzgado Primero
Civil del Circuito de Popayán, dentro de un proceso de prescripción adquisitiva de
dominio (Radicado 1986-00239-00. Demandante: Bertha Marina Enriquez y Demandados:
Leonel Belalcazar y otros) en la cual según transcripción de la oficina de Registro de
instrumentos públicos de Popayán (Ver Prueba N° 2. Respuesta ORIP, a solicitud de PJAA7
) se decidió lo siguiente:

Tal error consistió en la determinación del área del inmueble en cuestión, la que según la
citada Sentencia correspondía a Dos hectáreas y cinco mil metros cuadrados (2-5000 has),
cuando en realidad el inmueble prescrito por la señor Bertha Marina Enriquez, madre de María
Esperanza Prado Enriquez, correspondía según el documento privado de compraventa
aportado por la demandante al proceso judicial a “una plaza aproximadamente” (Ver Prueba
N° 3 Documento de compraventa Bertha Marina Enriquez ). Se sabe que una plaza equivale
a 6.400 metros cuadrados. Lo anterior se reafirma con la coincidencia de una parte en la
descripción de los linderos citados de la Sentencia judicial equivocada, como en el documento
privado de compraventa que se acaba de citar, tal como se ve a continuación:

1
e. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima de un engaño por parte de terceros y ese
engaño lo condujo a la toma de una decisión que afecta derechos fundamentales. f. Decisión sin motivación, que
implica el incumplimiento de los servidores judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus
decisiones en el entendido que precisamente en esa motivación reposa la legitimidad de su órbita funcional.
En la demanda que dio origen a la referida sentencia de declaración de pertenencia, se
expresó en los hechos N° 2 y 8 que el lote la Faustina había sido adquirido por la señora
Bertha Marina Enriquez desde julio 27 de 1977 al señor Noe Prado Satizabal mediante
documento aportado con la demanda (ya citado aquí y cuya copia se adjunta como prueba
N° 3). Además en los hechos N° 4 y 11 de la demanda se dijo que el lote pretendido formó
parte de un de mayor extensión, afirmándose en el hecho 4 que aquel de mayor extensión
era también conocido como La Faustina. A continuación de presentan los extractos
correspondientes de aquella Demanda:
Entonces, la demanda se refería a un predio de “una plaza aproximadamente”, que formaba
parte de uno de mayor extensión (este si de dos hectáreas más 5.000 metros cuadrados).
Los linderos descritos en la demanda son los mismos del documento de 1977 y los que se
citan en instrumento público posterior, al que se hace referencia en el siguiente hecho. En
ninguna parte de la demanda ni de las piezas procesales revisadas en el expediente del
proceso de pertenencia, se encontró afirmación que expresara que la demandante ejercía
posesión material sobre porciones adicionales de terreno por fuera del que ella había
comprado a Noe Prado por documento privado del 27 de julio de 1977.

7. Para confirmar lo señalado sobre el error de la Sentencia Judicial 12 de marzo de 1990


proferida por el Juzgado Primero Civil del Circuito de Popayán, en cuanto al área real del
inmueble de propiedad de Bertha Marina Enriquez, basta revisar la anotación N° 2 de folio de
matrícula inmobiliaria N° 120-74527 por la cual se inscribe la Escritura Pública N° 838 del
17/7/1996 (Ver Prueba N° 4 Escritura Publica) través de la cual la señora Bertha Marina
Enríquez realiza una venta parcial de 884 metros cuadrados a José Camilo Mestizo Gonzalez
y María Esperanza Prado Enríquez (su hija). Una verificación de la Escritura N° 838 permite
precisar lo siguiente: - En la Cláusula primera la señora Bertha Marina Enríquez expresa:

Cita entonces como área del predio de mayor extensión, la de siete mil quinientos (7.500)
metros cuadrados y expresa que el inmueble (no una parte del mismo) fue adquirido en
adjudicación por prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio mediante Sentencia del
12 de marzo de 1990 del Juzgado Primero Civil del circuito de Popayán. Además, los
Linderos de este predio incluidos en la Escritura N° 838 del 17/7/1996 son los mismos del
documento privado por el cual la señora Enriquez compró la posesión, los mismos de la
demanda de pertenencia y de la Sentencia por la cual adquirió la propiedad por la prescripción
adquisitiva de dominio, antes transcritos.
Luego, en la cláusula tercera del instrumento público en mención se describen los linderos
especiales del resto del lote de mayor extensión del cual conservó su dominio la vendedora
Bertha Marina Enríquez se cita una extensión aproximada de Seis mil seiscientos dieciséis
(6.616) mts2. (Es decir, el resultado de restar los 884 metros cuadrados que vende, de los
7.500 metros cuadrados que corresponden al inmueble de mayor extensión). Esta
información al parecer no fue tenida en cuenta ni en Juzgado que tramitó la sucesión de
Bertha Enriquez, ni en la oficina de registro de instrumentos públicos al momento de inscribir
actos posteriores en el folio de matrícula inmobiliaria. Es claro que el área del inmueble fue
a partir de la Escritura N° 838 del 17/7/1996, la de 6.616 mts2 y no las 2 has y 1.373 M2
citadas en el folio. La misma propietaria del inmueble corrigió seis años después en tal
escritura, el error de la sentencia de pertenencia de 1990.

8. El equívoco sobre el área del referido inmueble que en su momento fue de propiedad de la
señora Bertha Marina Enriquez produjo posteriores errores administrativos (del IGAC) Y
judiciales, en particular en la Sentencia aclaratoria del 22/11/2010 del Juzgado 5 Civil
municipal de Popayán, que adjudica a María Esperanza Prado Enríquez en la sucesión de
Bertha Marina Enríquez, el inmueble cuyo dominio esta conservó y que se identifica de
manera clara en la Escritura Pública N° 838 del 17/7/1996. Menciona, en forma errónea esta
sentencia aclaratoria del Juzgado 5 Municipal, como área del predio una que no tiene, cual
es la de 2 has y 1.373 M2. Nadie da de lo que no tiene y en vida la señora Enríquez había
conservado para sí el inmueble con un área de 6.616 mts2, el cual no podía convertirse, en
un inmueble con un área sustancialmente mayor.

La decisión del Tribunal Superior de Popayán, de 28 de julio de 2015 en el proceso


reivindicatorio de Maria Esperanza Prado Enriquez contra Jose Santos Fernandez, refiere
como la sentencia del proceso sucesorio de Bertha Marina Enríquez en cuanto a la
identificación del inmueble por sus linderos y área, se fundamentó en la modificación de área
realizada por acto administrativo del IGAC, (Citado como Resolución N° 125, evidente error
de la autoridad catastral corregido de oficio mediante la Resolución N° 0660 de 26 de mayo
de 2016 citada en el hecho N° 9 de este escrito y cuya copia forma parte de la Prueba N° 5
Informe IGAC) que modificó el área del inmueble el Guayabal consignada en la Escritura N°
838 del 17/7/1996 y que era de 7.500 metros determinando en ese momento una superficie
citada por el Tribunal Superior en la referida providencia en los siguientes términos:
Es importante advertir que la señora Registradora de Instrumentos públicos de Popayán en
respuesta a esta Procuraduría Judicial (que se cita en el hecho siguiente de este escrito de
tutela) dice lo siguiente sobre la inscripción en el folio N° 120-74527 de la Sentencia del
21/11/2007 y de la aclaratoria del 22/11/2010, proferidas por el Juzgado 5 Civil municipal de
Popayán:

Es decir que en este caso, la sentencia original del año 2007 fue corregida por el mismo
Juzgado 5 Civil Municipal, tres años después (el 22/11/2010) en cuanto al área del predio
adjudicado en sucesión, determinando la de Dos (2) hectáreas más 1.373 metros cuadrados.

9. Desde el punto de vista de la identificación física y geográfica del inmueble en cuestión, es


decir el identificado con la matrícula N° 120-74527, la referida Escritura Pública N° 838 del
17/7/1996 de la Notaría tercera de Popayán incluye el paz y salvo de impuesto predial del
inmueble situado en: Cajete. El Guayabal. Area 7.500. Avaluo $950.000.oo”. Años después,
luego de la equivocada Resolución 125 citada en el hecho N° 8, el IGAC territorial Cauca
realizó en octubre de 2016 un informe técnico (Ver Prueba N° 5 Informe IGAC ) para
apoyar la respuesta institucional a la fallida tutela de Jhoana Mestizo Prado contra el Instituto
Geográfico. Allí además de informar sobre las actuaciones y modificaciones catastrales
realizadas sobre la información de los predios N° 00-02-0009-2298-000 correspondiente al
predio con matrícula N° 120-74527 del que por esas fechas figuraba como propietaria Johana
Mestizo Prado y del predio N°: 00-02-0009-2297-000 correspondiente al predio con matrícula
N° 120-55527 del cual es copropietario José Santos Fernandez y que son los dos inmuebles
del mencionado conflicto, se incluyen en tal informe copia de las Resoluciones N°: 0659 y
0660 expedidas por el IGAC el 26/05/2016 que ordenaron cambios en la información catastral
de los dos predios recién citados, determinando para el caso del predio con cedula catastral
N° 00-02-0009-2298-000 y matricula N° 120-74527, en ese momento perteneciente a Johana
Prado Mestizo, un área de 3.700 metros cuadrados. Es pertinente mencionar que esta
decisión administrativa de mayo de 2016 se fundamentó según allí se expresa, en la decisión
del proceso reivindicatorio adelantado por Maria Esperanza Prado Enriquez contra Jose
Santos Fernandez, además de visita técnica realizada el 18 de abril de 2016 y revisión de
documentos jurídicos y técnicos, El informe citado del IGAC contiene además, un análisis de
los títulos que muestran la tradición de las propiedades del señor Santos Fernandez y de
Johana Mestizo Prado, quien en 2016 le compró el inmueble identificado con matricula N°
120-74527, a su madre, María Esperanza Prado Enríquez.

Este informe técnico incluye además la siguiente fotografía aérea, que permite apreciar
físicamente el mencionado predio que en ese momento era de propiedad de Johana Mestizo
Prado y el inmueble del que es copropietario el señor Jose Santos Fernandez, como se ve a
continuación:
10. Teniendo en cuenta todo lo anterior y ante los conflictos generados contra su vecino Jose
Santos Fernandez que han involucrado a diferentes autoridades públicas, y de las insistentes
pretensiones de la señora María Esperanza Prado y en años recientes su hija Johana Prado
Mestizo para que autoridades judiciales (proceso reivindicatorio fallido y Acción de tutela
también fallida), autoridades catastrales (Solicitudes de modificación de área, Recursos
contra Actos administrativos del IGAC, acusaciones por faltas disciplinarias, tutela), y
autoridades de policía (la posesión del señor Santos Fernandez fue protegida por la Alcaldía
de Popayán, ante la perturbación realizada por sus vecinas) acogieran sus pretensiones de
hacerse a la propiedad y a establecer una información errónea en el Catastro, sobre los dos
inmuebles en cuestión, esta Procuraduría judicial solicitó en noviembre de 2016 (Ver Prueba
N° 6 Oficio 386 a ORIP solicita actuación administrativa ) a la Registradora de instrumentos
Públicos, que en aplicación del artículo 59 de la Ley 1579 de 2012, se iniciara una actuación
administrativa destinada a corregir el error sobre el área del inmueble que se identificaba con
el folio de matrícula N° 120-74527 error que ha originado además de lo ya citado, la
autorización de licencias de subdivisión, la escritura e inscripción, sin que físicamente ellos
existan, en el registro de instrumentos públicos de cinco lotes, el cierre del folio N° 120-74527
y la apertura de cinco nuevos folios de matrícula inmobiliaria. Esto último se puede verificar
en lo reseñado en el hecho N° 13 de este escrito, y en la respuesta negativa de la
Registradora de instrumentos Públicos (Ver Prueba N° 2 Respuesta ORIP, a solicitud de
PJAA7 ) a la solicitud de esta Procuraduría Judicial, considerando al final que la figura
jurídica aplicable sería el deslinde y amojonamiento, proceso que el señor Jose Santos
Fernandez inició en el año 2017, el cual a la fecha no ha tenido desenlace y que, se considera,
no solucionará la situación, teniendo en cuenta que el eventual resultado de tal proceso será
la demarcación de una línea divisoria sobre la colindancia entre los dos inmuebles, y de
seguro no evitará la insistencia de la señora María Esperanza Prado, de su hija Johana
Mestizo Prado, de otros familiares de ellas, y ahora de los compradores de los “predios”
resultantes de la subdivisión material mencionada, acudiendo a toda clase de instancias
legales para despojar al señor Jose Santos Fernandez de su propiedad argumentando que
ella está dentro del inmueble que por la Sentencia Judicial sin número de fecha 12 de marzo
de 1990 el Juzgado Primero Civil del Circuito de Popayán, declaró que pertenecía a la señora
Bertha Marina Enriquez, decisión judicial que a través de esta acción de tutela se pretende
sea modificada y ajustada a la realidad de los hechos y pruebas aportadas en su momento,
en lo relacionado con el área del inmueble pretendido.
11. Según información relatada por Johana Mestizo Prado, en una fallida acción de tutela
intentada en octubre del año 2016 por ella contra el IGAC, por la negativa del Instituto
Geográfico a inscribir cambios en la información catastral derivada de las ventas parciales
realizadas por ella a partir de febrero de 2016, amparo que le fue negado por improcedente
por el Juzgado Sexto Penal del Circuito de Popayán (Ver Prueba N° 7. Comunicación a IGAC
sobre improcedencia de tutela Johana Mestizo) la señora María Esperanza Prado Enríquez
a través de la Escritura 315 del 9 de febrero de 2016 le vende la totalidad del predio con
matrícula N° 120-74527 a su hija Johana Mestizo Prado, asumiendo como área del predio
aquella sustancialmente mayor a la que en realidad tiene, según los hechos antes reseñados
en este escrito de tutela. Es necesario indicar además que Johana Mestizo Prado presentó
queja por faltas disciplinarias contra la directora territorial del IGAC y otros funcionarios de
ese instituto ante la Procuraduría General de la Nación. No se conoce a la fecha la decisión
en indagación preliminar iniciada.
12. Es conveniente referir además, para mostrar las formas de actuación de la heredera de Bertha
Marina Enriquez, que el 11 de marzo de 2016 la señora María Esperanza Prado presentó
ante la CRC solicitud de aprovechamiento forestal sobre el predio con matrícula N° 120-
74527, como propietaria del mismo, adjuntando un certificado de tradición con fecha 26 de
enero de 2016, cuando, desde el 9 de febrero de ese año lo había vendido a su hija Johana
Mestizo Prado. La solicitud le fue concedida. El aprovechamiento se inició y se realizó sobre
el inmueble vecino, del señor Jose Santos Fernández. El 20 de junio de 2016, la inspectora
segunda de policía solicitó a la CRC suspender la licencia otorgada a María Esperanza Prado
y el 24 de junio el director de la territorial centro de la CRC comunicó a la inspectora que
había ordenado la suspensión del permiso de aprovechamiento forestal concedido.
13. Como se ha dicho en los hechos 10 y 11, Johana Mestizo Prado, obtiene licencia de
subdivisión para 5 predios, sobre el inmueble con matrícula N° 120-74527 (cuyo folio después
de estas subdivisiones es cerrado en el registro de instrumentos públicos) y logra la apertura
de folios de matrícula inmobiliaria así, según su propia narración realizada en el escrito de
tutela contra el IGAC.
La suma de las áreas de los 5 “predios” resultantes es: 21.373 metros cuadrados (Dos
hectáreas más 1.373 metros cuadrados) Todo ello, se reitera, ha tenido su origen en el error
cometido en la Sentencia Judicial sin número de fecha 12 de marzo de 1990 el Juzgado
Primero Civil del Circuito de Popayán en la que se dijo que el inmueble objeto de la decisión
tenía Dos hectáreas y cinco mil metros cuadrados (2-5000 has). En el extracto siguiente del
escrito de tutela contra el IGAC, se identifican las 5 divisiones autorizadas, con sus
respectivos folios de matrícula inmobiliaria.
14. Para sustentar esta acción de tutela, argumentar en favor de la excepción a la inmediatez que
debe caracterizarla y abundar en lo advertido acerca de que las señoras Prado Enriquez y
Mestizo Prado no dejarán de insistir en pretender que el inmueble colindante del señor Santos
Fernandez es, o fue, de su propiedad, el 12 de julio de 2017 y ante solicitud de mandatario
judicial de la señora María Esperanza Prado Enriquez, El Juez Primero Civil del Circuito de
Popayán, admitiendo un eventual error por omisión en la tantas veces referida Sentencia
Judicial sin número de fecha 12 de marzo de 1990, proferida en el proceso con radicado
1986-00239-00 en el cual fue Demandante: Bertha Marina Enriquez y Demandados: Leonel
Belalcazar y otros, ordenó por Auto interlocutorio N° 411 (Ver Prueba N°8. Auto Juzgado 1
Civil del Circuito junio 2017 ) a la oficina de registro de instrumentos públicos de Popayán,
inscribir la sentencia de en el folio de matrícula inmobiliaria N° 120-55527 (correspondiente
al inmueble del que es copropietario el señor José Santos Fernandez) por considerar que era
la matrícula del inmueble de mayor extensión dentro del cual se encontraba aquel cuya
propiedad se declaró en la sentencia. En este Auto N° 411 de 12 de julio de 2017 el Juez
Primero Civil del Circuito, negó la petición de ordenar el cierre del folio N° 120-55527,
correspondiente este a inmueble que como se estableció en el proceso reivindicatorio citado
es diferente y vecino del que ha sido de propiedad de María Esperanza Prado Enriquez y
luego de Johana Mestizo Prado, este último con matrícula N° 120-74527.

La Registradora de instrumentos públicos de Popayán respondió al Juez Primero Civil del


circuito con nota devolutiva, negándose a inscribir la Sentencia en el folio N° 120-55527 (Ver
Prueba N° 9 Nota devolutiva ORIP a Jgdo 1Ccto) por los siguientes motivos: - No se han
subsanado la totalidad de las causales que dieron origen a la negativa del registro del
documento, consignadas en la nota devolutiva anterior. – En el folio de matrícula inmobiliaria
N° 120-55527 no se encuentra registrada la sentencia proferida por ese despacho, de fecha
12 de marzo de 1990. – No se ha registrado la sentencia objeto de aclaración. – Desde la
fecha de la Sentencia que se pretende aclarar, a la fecha (17/07/2017) se han realizado actos
de transferencia de dominio como lo son: Dos transferencias de derechos de cuota,
anotaciones números 7 y 8 y dos (2) declaraciones judiciales de pertenencia inscritas en las
anotaciones Números 10 y 13. – no existe inscripción de la demanda, relacionada con la
sentencia que se pretende aclarar y no registrada.
Y lo más reciente: el 15 de enero de 2018 (Ver Prueba N° 10 Auto 03 de 2018 Juzgado 1
CCto) mediante auto de sustanciación N° 3 el Juez Primero Civil del Circuito de Popayán
dispuso abstenerse de modificar el Auto N° 411 del 12 de julio de 2017, teniendo en cuenta
que lo prescrito por la señora Bertha Marina Enriquez fue un predio que formaba parte del de
mayor extensión identificado con la matrícula N° 120-55527, y NO la totalidad del inmueble.
Esta decisión coincide con lo alegado en esta acción de tutela acerca de que el inmueble
poseído por Bertha Enriquez era una parte de otro de mayor extensión y, sin decirlo, acepta
en concepto de esta Procuraduría Judicial, el error del Juzgado, en el año de 1990.

Es de presumir que la señora María Esperanza Prado Enriquez, no dio a conocer ni a su


apoderado ni al Juez Primero Civil del Circuito la existencia de decisión Judicial (Ver Prueba
N° 11 Sentencia 021 de 2015 T. S. Apelación proceso reivindicatorio María Esperanza Prado
vs Jose Santos Fernandez) en firme dentro del proceso reivindicatorio que ella intentó sin
resultados a su favor en contra del señor Jose Santos Fernandez. En Sentencia de apelación
del 28 de julio de 2015, dentro del referido proceso reivindicatorio la Sala Civil Familia del
Tribunal Superior de Distrito Judicial de Popayán determinó que el predio de Jose Santos
Fernandez “no hace parte del predio de la demandante” y que el predio a reivindicar,
colinda con el de Santos Fernandez como se transcribe a continuación:

Concluyó entonces el Tribunal que el inmueble adquirido por María Esperanza Prado
Enriquez en el sucesorio intestado de Bertha Marina Enriquez, no es el mismo que
actualmente posee el demandado (José Santos Fernandez) en tal proceso.

Tampoco la señora Esperanza Prado habría dado a conocer al Juez 1°, las Resoluciones del
IGAC expedidas en el año 2016, citadas en el hecho 9 de este escrito y cuyas copias forman
parte de la Prueba N° 5, relacionadas con la precisión de las áreas correspondientes a los
dos inmuebles vecinos y tantas veces citados: N° predial: 00-02-0009-2297-000
correspondiente al predio con matrícula N° 120-55527 del cual es copropietario José Santos
Fernandez y del predio N° 00-02-0009-2298-000 correspondiente al predio con folio de
matrícula N° 120-74527 (hoy cerrado) del que por esas fechas figuraba como propietaria
Johana Mestizo Prado. Actos administrativos del catastro que se fundamentaron en la
Sentencia del proceso reivindicatorio también ya referido.

15. En resumen, sobre el inmueble con matrícula N° 120-74527 la señora María Esperanza
Prado Enríquez y en años recientes su hija Johana Mestizo Prado ha intentado por vías
judiciales y por vías de hecho convertir un predio de 6.616 mts2 en uno de 2 has y 1.373
M2, amparándose en el área que se citó en la sentencia aclaratoria de la sucesión de Bertha
Marina Enriquez y antes de esta en el área citada en la sentencia de pertenencia de 1990
del Juzgado 1 Civil del Circuito de Popayán, ha intentado una acción reivindicatoria, ha
perturbado la posesión de su vecino José Santos Fernández, vendió el inmueble a su hija
Johanna Mestizo Prado en febrero de 2016, asumiendo el área de 2 has y 1.373 M2 y esta
logró licencias de subdivisión en 5 lotes y la venta de tres de ellos, obteniendo el registro de
los instrumentos públicos con áreas que no existen en la realidad física (más allá de los 6.612
mts2 que se había reservado Bertha Marina Enríquez y luego recibió María Esperanza Prado
Enríquez en la sucesión de su madre). Y en días recientes ha pretendido la señora María
Esperanza Prado, que el Juez Primero Civil del Circuito adicione la sentencia ordenando la
inscripción de la misma en el folio de matrícula inmobiliaria de un predio vecino y hasta el
cierre de este folio.
Así, además de las inconsistencias derivadas de la situación y la inseguridad jurídica
aparejada, se prevén adicionales conflictos con los recientes compradores de los predios
resultantes de la subdivisión.
La solución, debe darse corrigiendo el error que originó todo y que es el área incorrecta citada
para el inmueble prescrito en la sentencia de pertenencia de 12 de marzo de 1990 del
Juzgado Primero Civil del Circuito de Popayán

DERECHOS VULNERADOS y FUNDAMENTOS JURÍDICOS

Estimo violado el derecho al debido proceso, consagrado en el artículo 29 de la Constitución Política,


en conexidad con el derecho de acceso a la justicia del señor José Santos Fernandez.
La Corte Constitucional ha reiterado2 sobre los derechos que comprende el de las garantías al debido
proceso, entre ellos, el derecho a la jurisdicción que incluye además del derecho al libre e igualitario
acceso ante los jueces y autoridades administrativas, el derecho a obtener decisiones motivadas y a
impugnar las decisiones ante autoridades de jerarquía superior

Además, la Corte Constitucional en Colombia ha determinado el contenido del derecho fundamental


a la administración de justicia3, señalando dentro de las obligaciones de proteger tal derecho, la que
tiene el Estado de adoptar medidas para impedir que terceros interfieran u obstaculicen el acceso a
la administración de justicia del titular de derecho. Los hechos reseñados en este escrito de tutela
permiten establecer que las actuaciones de las señoras Maria Esperanza Prado Enriquez y Johana
Mestizo Prado interfieren y obstaculizan el derecho del señor Jose Santos Fernandez, a la
administración de justicia, como quiera que de diversas maneras han acudido a acciones judiciales,
como la reivindicatoria y la más reciente intención de afectar jurídicamente el inmueble del que es
copropietario el señor Fernandez, a través de la modificación de la misma sentencia judicial que se
ataca en esta acción de tutela, pretendiendo que se inscriba tal sentencia en el folio de matrícula
inmobiliaria N° , 120-55527, correspondiente a inmueble diferente del que ellas han sido titulares y
del que es copropietario el señor José Santos Fernandez. Su pretensión ha ido aún más allá
intentado que mediante orden judicial se decidiera el cierre del citado folio de matrícula inmobiliaria.

Resulta pertinente examinar para este caso, los requisitos de procedibilidad de la tutela contra
decisiones judiciales, fijados por la Corte Constitucional.
I. Es un asunto de evidente relevancia Constitucional pues afecta los referidos derechos
fundamentales del señor José Santos Fernandez y de otros ciudadanos, teniendo en cuenta de
un lado que, como se describirá, la decisión judicial adolece de una irregularidad procesal sobre
la que se ha reiterado en este escrito y de otro lado, que a pesar de la existencia de decisiones
judiciales posteriores a la de 1990, en firme como la de 28 de julio de 2015 del Tribunal Superior
de Popayán Sala Civil Familia en el proceso reivindicatorio, se han intentado acciones posteriores
que afectan los derechos de un ciudadano (Jose Santos Fernandez) y ponen en riesgo los de
terceros (las personas que han comprado lotes resultantes de la citada subdivisión del inmueble
en cuestión.
II. El señor Santos Fernandez ha acudido a todos los medios de defensa a su alcance para proteger
su derecho de propiedad ante la arremetida de sus vecinas, como los citados en los hechos de

2
Sentencia C-980/10
3
Ver entre otras Sentencia T-283/2013
este escrito, en particular, demanda de reconvención de prescripción adquisitiva en el proceso
reivindicatorio, que le fue negada por que el bien a reivindicar no es el mismo poseído por el (por
ser el predio vecino), querella policiva por perturbación de la posesión decidida a su favor por la
alcaldía Municipal de Popayán, denuncia penal por invasión, de la que no se conocen resultados,
solicitud de actuaciones e intervenciones administrativas ante otras autoridades. No obstante
todo ello, se trata con esta acción de tutela evitar la consumación de un perjuicio irremediable por
la insistencia de sus vecinas Prado y Mestizo Prado en intentar nuevas actuaciones, como las
recientes ante al juzgado Primero civil del Circuito de Popayán (reseñadas en el hecho 14)
tendientes a que se afecten los derechos del copropietario del inmueble vecino, sin dejar de
mencionar la incertidumbre y eventuales perjuicios ocasionados a los compradores de los predios
resultantes de la subdivisión realizada en el año 2016.
III. Frente a la inmediatez, si bien se trata de una sentencia proferida hace más de 27 años, los
efectos de la misma en cuanto afectación y puesta en riesgo de derechos no solo del señor
Fernandez, sino de los compradores de predios de la subdivisión y lo reseñado en el hecho 14
justifican una excepción a la inmediatez requerida para este amparo Constitucional.
Existen motivos válidos para que solo hasta ahora esta Procuraduría Judicial en ejercicio de su
función de intervenir e interponer acciones constitucionales ante autoridades judiciales, entre
otras, para defender el orden jurídico y las garantías y derechos fundamentales constitucionales.
Así, además de las inconsistencias y avatares derivados de la situación originada en la sentencia
judicial de 1990, los recientes intentos por afectar jurídicamente el inmueble vecino y la
inseguridad jurídica aparejada, se prevén adicionales conflictos con los recientes compradores
de los predios resultantes de la subdivisión. Como se ha dicho, la solución, debe darse
corrigiendo el error que originó todo y que es el área incorrecta citada para el inmueble prescrito
en la sentencia de pertenencia de 12 de marzo de 1990 del Juzgado Primero Civil del Circuito
de Popayán.

IV. La irregularidad procesal que da origen a esta tutela está contenida en la sentencia de 1990 que
se impugna, considerando que como se describió en los hechos 6 a 8 de esta demanda, el Juez
determino en la Sentencia un área de terreno superior a la del inmueble demandado en
prescripción adquisitiva de dominio, sin tener en cuenta que en la demanda se solicitó la
declaración de pertenencia de un inmueble de una (1) plaza aproximadamente cuya posesión
fue adquirida por documento privado, el cual formaba parte de uno de mayor extensión con el
mismo nombre del pretendido y este último con un área de Dos (2) hectáreas y 5000 metros
cuadrados. El Juez de manera equivocada, decidiendo más allá de las pretensiones de la
demandante, sentenció que el inmueble a prescribir tenía dos hectáreas y 5000 metros
cuadrados, a lo cual, hay que decirlo, contribuyó la precariedad y poca precisión del dictamen
pericial realizado dentro del proceso, que afirmó que el predio a prescribir tenia aproximadamente
dos hectáreas de superficie. Donde no hubo error, como se puede ver en los hechos citados, fue
en la descripción de los linderos, que son los mismos tanto en el documento privado de
compraventa, en la demanda, como en la sentencia judicial de pertenencia. Tal error, como se
ha dicho, resulta afectando muchos años después, derechos fundamentales de ciudadanos.
V. Se han identificado de forma precisa y detallada los hechos que generaron la vulneración y los
derechos vulnerados, y no fue posible ni para este Procurador Judicial ni para el señor Santos
Fernandez alegar tal vulneración dentro del proceso judicial que dio origen a la sentencia
impugnada.
VI. La decisión judicial atacada no es un fallo de tutela.
En cuanto a la las causales de procedibilidad definidas por la Corte Constitucional4 para tutelas
contra decisiones judiciales, la Sentencia judicial impugnada incurrió en dos ellos: el error inducido 5
y la decisión sin motivación6. Enseguida se describirá la forma en que estas dos causales se
amalgamaron para dar como resultado la cuestionada decisión sobre el área correspondiente al
inmueble adquirido por prescripción de dominio en la Sentencia de 1990.

Se ha insistido en señalar el error sustancial de la sentencia judicial 12 de marzo de 1990 del Juzgado
Primero Civil del Circuito de Popayán, consistente en asignar al inmueble pretendido en pertenencia
un área mayor a la que realmente tenía y que fue pedida con la demanda, como se detalló en el
hecho N° 6 de este escrito de tutela y que ahora se reitera: En la demanda que dio origen a la
sentencia de declaración de pertenencia, se expresó en los hechos N° 2 y 8 que el lote la Faustina
había sido adquirido por la señora Bertha Marina Enriquez desde julio 27 de 1977 al señor Noe Prado
Satizabal mediante documento aportado con la demanda (ya citado aquí y cuya copia se adjunta
como prueba N° 3). Como se puede ver a continuación:

Lo que la señora Enriquez compró fue la posesión de “un lotecito de terreno de una extensión de
una plaza aproximadamente” y para obtener la propiedad de ese mismo terreno fue que presentó la
demanda de declaración de pertenencia. Pero lo cierto es que el juez terminó asignándole un área
de dos hectáreas y 5000 metros en la sentencia judicial, error que pudo provenir de una equivocada
lectura de la demanda en cuanto a la referencia que en ella se hace al lote de mayor extensión, que

4
Entre otras en la Sentencia C-590 de 2005 y la Sentencia SU 448 DE 2011
5
Sentencia T 863-2013. Sobre el defecto fáctico: “La Sala, con fundamento en el desarrollo jurisprudencial, encuentra que son requisitos
de esta causal los siguientes: a) La providencia que contiene el error está en firme; b) La decisión judicial se adopta siguiendo los
presupuestosdel debido proceso, de tal forma que no es consecuencia de una actuación dolosa o culposa del juez ; c) No obstante el juez
haber actuado con la debida diligencia, la decisión resulta equivocada en cuanto se fundamenta en la apreciación de hechos o situaciones
jurídicas en las cuales hay error; d) El error no es atribuible al funcionario judicial si no al actuar de un tercero (órgano estatal u otra persona
natural o jurídica); y e) La providencia judicial produce un perjuicio ius fundamental”
6
Sentencia SU 424 -2012. “La Sala plena reitera que para que la tutela resulte procedente por la configuración de un error fáctico, ‘El
error en el juicio valorativo de la prueba debe ser de tal entidad que sea ostensible, flagrante y manifiesto, y el mismo debe tener una
incidencia directa en la decisión, pues el juez de tutela no puede convertirse en una instancia revisora de la actividad de evaluación
probatoria del juez que ordinariamente conoce del asunto’ … Sobre el defecto procedimental: En términos sencillos, puede afirmarse
que el principio de consonancia establece que la competencia funcional del juez se restringe al pedido de las partes; es decir, a las súplicas
de la demanda y a las excepciones propuestas por la contraparte. El juez de segunda instancia, por su parte, debe decidir a partir de los
aspectos del fallo de primera instancia que fueron objeto de impugnación y la Corte Suprema de Justicia no puede revisar, de manera
oficiosa, decisiones del juez de segunda instancia que en forma expresa no le hayan sido sometidas. En un estado democrático de derecho,
la obligación de sustentar y motivar las decisiones judiciales resulta vital en el ejercicio de la función jurisdiccional, como garantía
ciudadana. En este sentido, la motivación de los actos jurisdiccionales, puede ser vista como un componente que refuerza el contenido
mínimo del debido proceso, dado que constituye una barrera a la arbitrariedad judicial y contribuye a garantizar la sujeción del juez al
ordenamiento jurídico y el posterior control sobre la razonabilidad de la providencia”
además según dice la demanda también llevaba el nombre de la Faustina y del impreciso dictamen
pericial que al parecer sin realizar la medición necesaria y sin tener en cuenta el documento de
compraventa aportado al proceso, señaló que “LA FAUSTINA es un pequeño lote de
aproximadamente dos hectáreas..” Enseguida, un par de extractos de la demanda y el informe del
perito:

Demanda:

Informe del perito:

Se insiste que en los hechos N° 4 y 11 de la demanda se dijo que el lote pretendido formó parte de
uno de mayor extensión afirmándose en el hecho 4 que aquel de mayor extensión era también
conocido como La Faustina, este último al que se refiere el hecho 10 de la demanda, cuyo extracto
se acaba de copiar, cuando dice que las posesiones fueron en la finca la Faustina (debió precisarse
allí que fue dentro o en una parte de la finca la Faustina). Esa finca de mayor extensión y no el
“lotecito” (también llamado la Faustina) poseído por la señor Bertha Marina Enriquez es la que se
identifica por su superficie de 2 hectáreas y 5000 metros cuadrados, según la certificación del
Instituto Agustín Codazzi en el hecho 10 de la demanda.

Es más, para reafirmar que el lote al que se refiere la sentencia impugnada no era la totalidad de la
finca la Faustina y con ello el error de la sentencia, es pertinente volver al propio documento de
compraventa que aportó como prueba del origen de su posesión la demandante, y representar lo
que se dijo allí sobre la forma como adquirió el lote de terreno que Noe Satizabal vendió a Bertha
Marina Enriquez, de la siguiente manera:
No hay duda entonces que lo comprado y poseído por Bertha Marina Enriquez fue una parte de lo
que había adquirido en mayor extensión su vendedor, quien además precisa que esa compra en
mayor extensión fue hecha en compañía de Julio Satizabal con el que realizó la partición de forma
amigable y que este último vendió una parte de lo suyo al Doctor Jorge Palomino. Conviene recordar
que Jorge Palomino fue quien le vendió derechos de copropiedad a Jose Santos Fernandez en el
predio vecino al lote que se prescribió en la sentencia impugnada.

Vale la pena repetir que en días recientes el Señor Juez Primero Civil del Circuito de Popayán en el
Auto N° 3 del 15 de enero de 2018 precisó que lo prescrito por la señora Bertha Marina Enriquez
fue un predio que formaba parte del de mayor extensión identificado con la matrícula N° 120-55527.

Todo lo anterior sin dejar de recordar lo descrito en el hecho N° 7 de esta demanda para mostrar que
la entonces propietaria del inmueble Bertha Marina Enriquez corrigió, seis años después, en la
Escritura Pública N° 838 del 17/7/1996 el error de la sentencia de pertenencia de 1990, determinando
en ella el área correcta del predio de la Faustina adquirido por prescripción de dominio (7.500 m2) y
el área restante que quedó de su propiedad después de la venta realizada por tal Escritura N° 838
(es decir, 6.616 m2),.

Es evidente que no existió motivación válida en la decisión sobre el área del inmueble al que se
refiere la sentencia judicial, al no tener en cuenta el Juez lo pedido en la demanda en cuanto a la
superficie o medida del predio, yendo el fallo más allá de lo solicitado y adjudicando al inmueble un
área mayor a la poseída por la demandante, además al no valorar de manera adecuada pruebas
como el documento de compraventa aportado que da cuenta del área del predio poseído y de que
el mismo formaba parte de uno de mayor extensión, informando tal documento de forma adicional
sobre la disposición previa que se había realizado sobre la otra parte del inmueble mayor.

Y al no cuestionar el dictamen pericial que asignó un área mayor a la solicitada en la demanda, que
tampoco coincidió con la que al final tuvo en cuenta el Juez. No son despreciables diferencias en
superficie, así sean valoraciones aproximadas, entre Una plaza, dos hectáreas y dos hectáreas más
5000 metros cuadrados, tres datos que se ventilaron dentro del proceso judicial.

En conclusión, al error descrito contribuyeron las imprecisiones de la demanda al citar el inmueble


de mayor extensión y la del dictamen pericial. Y no se encuentra motivación alguna en la sentencia
para asignar al inmueble prescrito un área mayor a la poseída realmente y así solicitada en la
demanda. Lo anterior constituye una violación evidente al debido proceso y las consecuencias de tal
decisión, según se describió con detalle en los hechos de esta tutela una vulneración y una real
amenaza actual al derecho al acceso a la justicia del señor José Santos Fernandez.

PRUEBAS
Solicito señor Juez se sirva tener en cuenta como pruebas las copias de los siguientes Documentos:

Prueba N° 1: Decisión segunda instancia perturbación de la posesión de Jose Santos Fernandez.

Prueba N° 2 Respuesta de la oficina de registro de instrumentos públicos –ORIP-, a la solicitud de la


Procuraduría Judicial Agraria y Ambiental 7 del Cauca -PJAA7-.

Prueba N° 3 Documento de compraventa Bertha Marina Enriquez del 27 de julio de 1977.

Prueba N° 4 Escritura Pública N° 838 del 17 de julio de 1996, de la Notaría Tercera de Popayán.

Prueba N° 5 Informe IGAC sobre actuaciones realizadas y aportar a respuesta del instituto a Acción
de Tutela.

Prueba N° 6 Oficio 386 a ORIP a través del cual la PJAA7 solicita actuación administrativa.

Prueba N° 7. Comunicación a IGAC sobre improcedencia de tutela Johana Mestizo.

Prueba N° 8. Auto del Juzgado 1° Civil del Circuito junio 2017.

Prueba N° 9 Nota devolutiva ORIP a Juzgado 1° Civil del Circuito

Prueba N° 10 Auto 03 de 2018 Juzgado 1° Civil del Circuito.

Prueba N° 11 Sentencia 021 de 2015 T. S. apelación proceso reivindicatorio María Esperanza Prado
vs Jose Santos Fernandez

PRETENSIONES

Con fundamento en los hechos relacionados, solicito al señor Juez disponer y ordenar lo siguiente:

PRIMERO: Tutelar el derecho fundamental al debido proceso en conexión con el derecho al acceso
a la justicia.

SEGUNDO: Declarar la existencia de un error en el área del inmueble prescrito señalada en la


Sentencia judicial sin número de fecha 12 de marzo de 1990 proferida por el Juzgado Primero Civil
del Circuito de Popayán dentro del Proceso con radicado 1986-00239-00 en el cual fue Demandante:
Bertha Marina Enriquez y Demandados: Leonel Belalcazar y otros.

TERCERO: Ordenar la Corrección del error, modificando dicha Sentencia Judicial Estableciendo que
el área correcta del inmueble era en ese momento la de Siete Mil Quinientos Metros Cuadrados
(7500 m2), como lo ratificó la Propietaria en la Escritura Pública N° 838 del 17 de julio de 1996, de
la Notaría Tercera de Popayán, área que coincide con la registrada en el Catastro según el Paz y
Salvo de impuesto predial incluido en la protocolización del citado instrumento Público.

CUARTO: Ordenar como consecuencia de lo anterior al Juzgado 5° Civil Municipal de Popayán


Corregir por su parte la sentencia del 21/11/2007 y la Sentencia aclaratoria del 22/11/2010 del, que
adjudica a María Esperanza Prado Enríquez en la sucesión de Bertha Marina Enríquez, el inmueble
cuyo dominio esta conservó y que se identifica de manera clara en la Escritura Pública N° 838 del 17
de julio de 1996, teniendo en cuenta, además, que a partir de esa fecha, la señora Bertha Marina
Enriquez había conservado para sí el inmueble con un área de Seis mil seiscientos dieciséis
metros cuadrados (6.616 mts2).

QUINTO: Ordenar a la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de Popayán la Reapertura del


folio de matrícula inmobiliaria N° 120-74527, y la corrección en dicho folio del área del inmueble
conforme figura en Tercera pretensión de esta tutela y en el Título inscrito en la Anotación N° 2 de
dicho folio es decir en la Escritura Pública N° 838 del 17 de julio de 1996, de la Notaría Tercera de
Popayán, en la que el área que se mantuvo como de propiedad de Bertha marina Enriquez fue de
Seis mil seiscientos dieciséis metros cuadrados (6.616 mts2). Consecuente con lo anterior
ordenar la cancelación de los folios de matrícula inmobiliaria Números: 120-208162, 120-208163,
120-208164, 120-208165, producto de la subdivisión material que tuvo en cuenta un área que no
corresponde a la superficie real del inmueble de mayor extensión.

DERECHO

Fundamento esta acción en el artículo 86 de la Constitución Política de 1991 y sus decretos


reglamentarios 2591 y 306 de 1992.

ANEXOS

- Copia de la tutela para el archivo del Juzgado.


- Copia de los 11 documentos relacionado en el punto de pruebas. Se incluye CD con copia de la
demanda y los anexos.

CUMPLIMIENTO AL ARTÍCULO 37 DE DECRETO 2591/91: JURAMENTO

Manifiesto bajo la gravedad del juramento que no se ha presentado ninguna otra acción de tutela por
los mismos hechos y derechos.

NOTIFICACIONES

Accionante: Procuraduría 7 Judicial Agraria y Ambiental del Cauca. Procurador 7 Judicial Ambiental
y Agrario: Andres Eduardo Paz Ramos. Dirección: Calle 4N° 0-83 Barrio La Pamba. Tel: 8240180-
8244823 Ext 7 /Cel: 3006112832. Correo electrónico: aepaz@procuraduria.gov.co

Accionado: Juzgado Primero Civil del Circuito de Popayán. Juez: James Hernando Correa Clavijo.
Dirección: Calle 8 No. 10-00 Palacio de Justicia Luis Carlos Pérez Popayán. Tel: 8221310. Correo
electrónico; j01ccpayan@cendoj.ramajudicial.gov.co.

Señores Magistrados

ANDRES EDUARDO PAZ RAMOS


Procurador Judicial Ambiental y Agrario del Cauca
C.C 10.542.773 de Popayán
T.P. 38.606 del C.S de la J.

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