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Introducción.
A partir del periodo post antiguo surge esta corriente a partir de la expansión de la
cultura griega con los romanos que la llevaron a todo su imperio. Dentro de esta expansión
cultural surgen las tres grandes corrientes éticas conocidas como las grandes corrientes éticas
del helenismo, estas son el cinismo, el epicureísmo y el estoicismo.
1
BANDINELLI, R. Bianchi. Del helenismo a la edad Media. Ediciones AKAL. España. 1987. P, 33.
2
REALE, Giovanni; ANTISERI, Darío. Historia del pensamiento filosófico y científico. Antigüedad y edad
media. Herder. Barcelona. 1988. P, 233.
después su escuela. Allí se admitía la discusión crítica acerca de los dogmas del fundador de
la escuela, la cual permitió notables innovaciones y evolucionó de manera muy considerable3.
De aquí surge un pensamiento que será rechazado por muchos por la radicalidad que
conlleva en cuanto a la eticidad de las acciones de los hombres. Por eso se habla del
determinismo, del problema del suicidio, etc., como críticas negativas a esta corriente.
Sin embargo a pesar de que tiene muchas negativas, el estoicismo, acepta que el
hombre debe vivir conformándose a sí mismo a través de la felicidad como su fin último pero
siempre determinado por las leyes de la naturaleza; es aquí donde entran varios conceptos
entrelazados uno a otro, a saber: la felicidad, la virtud, las leyes de la naturaleza y el deber,
ya que cada una no se puede llevar a cabo sin la otra.
“De acuerdo con el testimonio de Estobeo, Crisipo y sus seguidores sostenían que la
felicidad (eudaimonía) es una meta o blanco (skopós), en tanto que alcanzar la felicidad es el
fin. “Alcanzar la felicidad” es en realidad, lo mismo que “ser feliz”. Solo ser feliz es para los
estoicos el fin; al sostener que sólo la virtud o excelencia es el único componente del ser feliz,
rechazaron la posición aristotélica según la cual algunos bienes externos son necesarios para
ser feliz o para el logro efectivo de la felicidad”4.
Desarrollo.
3
Ibídem, p, 225.
4
DARAKI, María, Romeyer – Dherbey, Gilbert. El mundo helenístico: cínicos estoicos y epicúreos. Ed AKAL.
1996. P, 99.
Como se mencionó anteriormente, los conceptos para entender este hedonismo de los
estoicos es necesario identificar los siguientes conceptos: felicidad, virtud, ley natural y
deber, los cuales se definen a continuación:
Felicidad: la felicidad consiste en la posesión del bien, cualquiera que este sea. La
felicidad no tiene sentido sin los bienes que hacen felices. La felicidad es un bien
perfecto de naturaleza intelectual. No es solamente un estado del alma, sino algo que
el alma recibe desde fuera, pues de lo contrario la felicidad no estaría a un bien
verdadero5.
Virtud: significa propiamente fuerza, poder, eficacia. La virtud es respecto a una cosa
lo que completa la buena disposición de la misma, lo que la perfecciona; en otros
términos, la virtud de una cosa es, propiamente hablando, su bien, pero no un bien
general y supremo, sino el bien propio e intransferible.6
Ley natural: por ley se entiende una norma, o un conjunto de normas obligatorias.
La obligación puede ser jurídica o moral o las dos al mismo tiempo. La ley natural no
puede ser violada. La ley natural se expresa en un lenguaje indicativo. Es la que rige
el reino de las causas, es la expresión de las relaciones constantes observadas en los
fenómenos de la naturaleza, las llamadas regularidades naturales.7
Deber: el deber expresa la forzosidad; lo que debe ser es lo que no puede ser de otra
manera. Pero este “no poder ser” no significa una necesidad de tipo natural o de tipo
lógico – ideal, sino más bien la necesidad derivada de la obligatoriedad, dada de
alguna forma a través de un mandato.8
Los estoicos desarrollan de igual modo que los epicúreos una ética respecto de la
felicidad como el fin del hombre, sin embargo, para alcanzar tal felicidad es necesario una
armonía entre la naturaleza y el hombre como la forma de la manifestación del logos. Esta
armonía media hacia la virtud evitando totalmente los vicios, los cuales son medios
irracionales del hombre que evidentemente no llevan en nada a la felicidad. Pero es necesario
5
FERRATER MORA, José. Diccionario de filosofía. Sudamericana. 1975. P, 641.
6
Ibídem, p, 911.
7
Ibídem, p, 47.
8
Ibídem, p, 404.
además de lo mencionado anteriormente el deber como una acción justificada racionalmente
y que apoya hacia la felicidad pero que no es en sí lo que lleva a la felicidad sino la virtud.
Sin embargo, los hombres que no tienen deber, dicen los estoicos, que no merecen la vida y
que por lo tanto merecen morir, ellos mismos quitarse la vida.
Sin embargo esta determinación que el hombre tiene hacia la naturaleza le roba
espacio a la libertad del hombre, según el estoicismo el hombre ya está determinado de
acuerdo a la naturaleza, rayando así en el determinismo que ausenta la libertad del hombre,
por lo tanto, el hombre ya está determinado, a partir de la naturaleza hacia un fin, el cual
puede ser bueno y le lleve consecuentemente a la felicidad, o por el contrario un fin malo que
lo aparte de la felicidad.
Otra crítica que debe hacerse al estoicismo es que el hombre tiene un sentido de
finalidad que es la felicidad, sin embargo se dice que si el hombre no tiene un sentido de
finalidad lo mejor sería que ese hombre no viviera; considerando que el hombre tiene una
finalidad en su vida no se puede hablar de una privación de su vida ya que resulta
contradictoria. La felicidad se alcanza por la virtud a través del hábito, sin embargo, la virtud
tiene condición de bien en tanto que proporciona beneficio a la vida del hombre, privarla
sería la misma irracionalidad del vicio y por lo tanto no culminaría el fin último del hombre
ya que los mismos acontecimientos que determinaran la privación serían por la misma
infelicidad.
En síntesis, el hombre es un ser libre que puede decidir cómo llegar a la felicidad,
pero la naturaleza es un requerimiento para que el hombre alcance la felicidad, entonces
¿cómo es que el hombre puede llegar a la felicidad si necesariamente necesita a la felicidad?
En todo caso no sería una felicidad plena, sino limitada a la condición material del hombre,
lo cual caería más bien en el concepto de pasión; sin embargo, si por el contrario, el hombre
se libera de las simples ataduras de lo material enfocándose de igual modo en el ejercicio de
la virtud y la libertad del hombre, el hombre puede alcanzar una felicidad que perdure, por
lo tanto el concepto de felicidad de los estoicos está limitado por la naturaleza y no es una
libertad plena y consecuentemente tampoco una felicidad plena.
Conclusiones.
Bibliografía.
9
Psicología en la red. Aprendiendo a vivir con los estoicos. Psicología en la red. 31 de enero de 2011.
Consultado el 04 de diciembre de 2016. Disponible en: http://www.psicologiaenlared.com/aprendiendo-a-vivir-
con-los-estoicos/
BANDINELLI, R. Bianchi. Del helenismo a la edad Media. Ediciones AKAL. España. 1987.
Psicología en la red. Aprendiendo a vivir con los estoicos. Psicología en la red. 31 de enero
de 2011. Disponible en: http://www.psicologiaenlared.com/aprendiendo-a-vivir-con-los-
estoicos/
REALE, Giovanni; ANTISERI, Darío. Historia del pensamiento filosófico y científico.
Antigüedad y edad media. Herder. Barcelona. 1988.