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LA BELLEZA DE ADONIS GREDOS {© Maran Gi y Dail Ferner po eno de a novels (© jun Car Maeno por cles de erie dl mito {0 017, RUA Catecsomnble, SA Resins EDITEC Di eb Lreg Ma Dacke meron acto Traore Par Ma Fost acho REA ‘esr en mtg lsc Lar aces ‘Aco arti y roan: Marcos Sacer y Suna Oe Revers dt on ders Nig pre fa pblinn poe reproduce, sacra ‘Stemi por ein mb pro el edi, ISN (OC 978-84-473.8612.0 ISANITR4-43-90922 Depisiolep8 18056-2017 igre en Rods Ire en ep - Prin Spi (Cautivada por la hermosura de aquel hombre, nose interesa ya por lat playas de Citea, to fecuenta Paes, la rodeada de un prafundo mar, tii Crd la abundante en peces, ni Amatunte ‘uajada deflones; también del cielo se mantine ‘lejada; al cielo es preferido Adonis Ovio10, Meriwomensts anno X —_— Drutaris Penson, Los mortales ‘Aponts —mertal de incomparable belleza, hijo de Esmirna y su padre Ciniras. “Bsns ~ hermosa princesa de Pafos, en Chipre- CCixanas ~rey fundador de la préspera ciudad de Pafosinttoductor en Chipre del cuto a Afodia ‘Amacrea ~ nodriza de Esmirna junto a quien ‘conspira para conseguir el amor de Ciniras. ‘Cencrzne segunda esposa de Ciniras y madre cde Esmirna, de cuya belleza se vanagloria Los inmortales ‘Arnoorta ~ diosa del amor y la belleza, hija adoptiva de Zeus soberano del Olimpo, ‘Ants ~ impetaoso y sanguinario dios dela crueldad en la guerra, hijo de Zeus y Hera Enos — hijo alado de Afiodita y Ares,cuyas lechas espiertan tanto cl deseo de amor como el rechazo. Pensions ~ bela hija de Deméter y Zeus ‘omnipotente, ina en el infiamundo junto a Hades, ‘Hanes ~ hermano de Zeus y esposo de Perséfone, soberano del infarmundo. x05 ~ rey del Olimpo y seior del universo, EL ARDID DE LA NODRIZA 0» ecto aban terminode aga mules con eigepe ening agente yn Ika anata con dma ous yogis yn diet Sepa nan deca loss nes urls de is elo que tata ceules'en nc poe pers mn no haa poms que singin emusonge Se merpse eum ee A pra Patstaciad qu ley Cin haba fdas aos tud expecta eps scongregane pr cote Societe ocetoa Cando ol ho sand su ci, iar ea peas dee cindad compat de tonn Coneidey Ihe de ambos Emma fly como mandi tase Genz hws de Hance y Hes ara gens Cie e sine leo de mujeres ca Pn, stn de adams bancooconpep sin puro deg ee eee eae eee oe etn tio pus que elicy no pdr saaib—Con una be- emrese trae tras ements ‘covateavesienare retary Zana ere soon SE aco taypem ee ces Sere atin Scene Sao Saree fiver eeen ee ‘hacia el monte Quionistra para celebrar el festival de las Tes- aceon atime or eee ayo fin en ser ofecids en scifieoy enon con ws tinge I ela del ers, Ati quedaban ls hombres, Penos «lor ates fxs de us pot y Chit primero hte ctv no too sao sno tambien eam reat {marvel abwtnencsimpesta ore io No en vano habla Gey co se on Ha conngrado coma m pir acerote- hie, Beira, pesto cl nr toes ple ore Bored dd ‘Srna pond ws cabens bre poco le ior Adivino tu uimieno. Que pon haces yo par ali viar el dea? “iu compat sempre un biluamo —Ie sponds et reyaftctono—. Peo note peoeupes por mi. Ua rey sabe fimo aliviar 5 ona. El cielo ys empezaba a terse de afi pero una gran agitacién ‘einaba en palaci. Un fastuoto banquete, al que todos Jos |hombres casados de Pafos habian sido invitados, estaba a punto, de celebrarse. Los comensales se reanieron en elsalon regio de Palacio alrededor de una mesa presidida por Ciniras. Entre los invitados se encontraban amigos, compaiieros de armas, ‘avegantes y otros hombres libres vestidos con los mantos de. lana mis fina y ungidos en aceite perfumado. Una vez todos ‘hubieron tomado asiento,los coperosse apresuraton a mezclar <1 agua con el vino en las criteras y a servir la mezcla. Los ‘comensales alzaton entonces sus eilices en honor a lon dioses Y apararon la bebida de un solo erago. Acto seguido, Cinirse $ uso en pie ,dirigiéndose asus huéspedes, cio con la vor retumbante del que esté acoscumbrado a ejercer el mando: — Hombres de Pafos,la dadora de fratos nos ba arrebatado J austas meres por espacio de mueve noches, PeIO POF tuna non ha dja el vino. Que el gid vacio que sents ten wuestros pechos lo colme y temple el elixir de Dioniso. {Gomed,bebed yreociars, pues as oslo pide vuesto rey Tos comenslsvtoreaon le Y golpearon repetdaments Ja mesa con sus copas desatando un gran alboroto que podia ‘esucharse hasta mis alli de los rnuros palaciegos. Ciniras vol- (i asente en stone y ls coperoscorieron raudos entre Ter invitados Uenando de nevo sus ccs al tempo que as carne eran servis El banquet eanscurvi lo larg de toda Tnroche y pareciera que a cada nuevo brinds rss y cantos redoblban sv intensdad.Intentando imponer sa vor al ani ‘mado blo, lor misices etetenan 2 los huéspees entre plato y pit cantando getty leyenda yloandoasu buen rey scondid det de una columna,Esmima observa asa padre embrigan, eine a cacajuds de las ocurrencias que €l vino inpiba 2 su invtadosy comer hasta la saciedad de sus patos preferidos. En un arrebato la princess detuvo 2 uno de os copers y le orden que le entregara a jarta rebosane de vino que cargaba Asiendo la jrrafuertemente con ambas manos, Esmirna se acercd sa padre por la es ‘lay lend Ia copa que acababa de dejar vacia. La princesa Inubirspodido retirane al momento y pasar despercibida, 2p un i ies a ete e ee gar onl mi ja en los rzosazabaches y lstrosos que cafan so Jos vires hombos de su padre Al fin, elvey ee Presenciaydindose a rey se percath de sa ee es smgery nos an pk a donc TPH one a reprimenda sri efecto de inmedist,Esmiena, como Aespertando de un sueho, dee cat la jaa, que se rompie en mil pedazos desparamando el vino por ls suelos. Los comensiles, incapaces a estas altura del banguete de dis. tinguir su mano igquierda dela detech esallaron en un slsotada ebria y Esmirna haye enseguida a refugharse en su alcoba entre sollozos. Al legar a su cimara,Esmima cere la pera ys aroj6a su lecho press den lito desconsoado, Incspaz de conecbiralivio alguno a su angus, la princesa pidhé auxilio alos doses —iOh, Eros, el iresiible te ruego apartes de mi ete deseo infame 0 me des mute antes de que por mi propia mano deshonre micas ye ena! ;Oh, Afrodita, no perti- tas que mi pasén manche para emp tu la! Las siplcas de Esmimna legaron a oidos de la diosa y del alado Eros, quien ya se dsponia a cua el mal dela princes, oa tno de sus dards, Afodita, sn embargo, guardaba ren- cor a Exmirna, Envidiaba su exteaoedinara bella, sobre todo, no olvidiba las ocasiones en lt que Cencreide habla basfemado contra ela al comparata desvorablemente con 1 hija. Tampoco estaba dxpuesta a perdonar ficilmente su atzevimiento al regalarle un cintarin a imagen y semejanza el ceidor que ela misma vsti. Por deferencia a Ciniras que sempre le habia sido devoro le baba consigrado suis, permitria ques imps esposs y [Esmima viviern, Pero no esabadispucsta a hacer nada mis. Deravo pues as hijo y de6 que el destino sguiese su cura, CCoando Esmirna se dio cuenta de que nis ruegos no iban 2 ser escuchados,cay6 press de a desesperacién. No se vela capaz de atender alas sides palabras que tan claramente te dicaban cOmo apaciguar sen sus entraas al pensar antojaba raza emia de dolor Cualquer desnlace se leant vane qe uel qin embargo, con tanto ardor anhelaba cee momento por fortuna o por desgacia su anciana rnodries Amakea paiba frente ala alcoba de la princess y ‘pd sas lanos desconsolados a través de la puerta. Sin pen {lo dos veces, Amalteaentx6 en la cémara y descubri6 a mina dustndose a cuerda que usaba de cinto alrededor de mu cuello con laitencion de terminar con sa vida. Los ojos de a joven, empafados por las Hgrimas, no reflejaban ‘is que dolor. De un tn, la aterada nodriza descalg6 la ‘cuenl yssteniendo la joven entre sus brazos,la acompa- 6 hasta el lecho donde esta se desploms. Que faria te ha posedo, nia? “Esmima se abramiba con fuerza a su nodtizay se deshacia en sollzos. Cada vez que intentabaexplicar su pesarsentia aque ele atenazaba la garganta y no eta capaz de articular ‘una soa slab Amaltea, que la conocia bien intentaba ay~ daria encontrar ls palabras que abora la rehuan. = Intuy I causa de tus deselos, y debo decirte que, ta ead son natures. Si est mal de amot lo que te afige, te ‘aego que ses paciente y confesen el tiempo, pues seré él usin lo cari. Sin embargo, siendo tan hermosa como ere, pon Dna at aya hombre alguno que no te corres Poet Deerrenie, as ‘quién has entregado tu corazén? ‘i mente ni mi lengua se anever is nombre —ajo fn Eira Yo mins ory ois 2 comprender lo que mi depravad corti coda, Mejor vete y déame sola Después de lo que he vito, jae sl? jNi por todo el oro de Pafo!Llevo muchos aes en ete mando yeréeme, nae sar comprendere tn bien como Io hart yo. Nis aquiera nu amado padre “Ala mencion de Cini, Esnira sole un rida de dolor como se hubieran atavexdo el cozin con un da 7M amado padre, dice? —repii con anargra— Mi amado padre, de entre todos los hombres? "Amalca no comprendi dl todo, pero na soma de dda cronb su mente A medida qo a eearién se hacia mis ara, ins palidecia su arragado 0500 aN seri precsmente €quin..? ‘Analtea no foe par de terminar I fase. Esmima se timitaba a conder el esto en au regizo yan decon- soladamente. Msancanacaberas rte trl ee mcr ths comprendido. Como ha sucedido? .No sens ojos Veen ou hombre que no sen det sangre? zAcso 0 hab ease doses me han abandonado —djo Esmira en un solloro—. No ayo psa mal quent Iamucrte Kea ln abr, conmovids, peo a nodtiza aim 6 “hiram i co secreto de la princesa hubiese desplomado sobre ae a Bros pes del mundane Noe sss me re seen araccion de Esmirna como la cigs con nar de a ab, ec sion ie dexconsolads chiguila, aba. que, Por aberrante on que rele desco go a atenaa ea algo mis que un thew epricha 3 6 penido—ace a dec was mediar FO oe oc en posta de consprarte al lgamerne— se : area ds Anon vive al el een deus da vngen y sta como l dios? "BS No le compres, anciana? Aco no ves que n0 Sy ocin de i mia? Si no puedo poser al que en contra de tod ey humara deseo, mejor mori aut y ahora —dijo nis eon aa rotunddad que no perma mis obeciones. sta muerte ev un eaigo teri x ero una vida prea decom afc seme anoja una cng inchso mis sever. No obsane,y aunque no alcango a comprender qué extraias fees temieven,.—dod6— si vig oda teayudaa 3 sneer con el hombre eajo nombre no me ateve a mencionat fra vernal yer, era pcp ete delirio ayo? Esmiea leans por i el ozo ys ojos implorantes con tssaon pregunta deb aciana, ‘Amis dej6 a Esmira en su alba, después que esta Ie rometers que no cometera mis inenstecs en sa ausenci. a nodkia a dura peas lograba enffentare ala aprensién gue epoca el hacer dealeahueta al servicio de Ios deseos ices del prince, pero la aimaba demasiado como para permit que inenrae tare la vida dem “eeu Amie ret psc sep nolo, sarin en dl cumplimiento de su nisin, we Encl hoot eta ao prime et por habia termiondoy Cinna he en 4 su alcoba a slvr com el edo sus exces La nodes tabi que la Ginicaponbdad de consuar se addy ue {ant ella corn Esta aleran sonnet aprovecharse= mane oun en que el vino baba blag ls sentidos de ey as que te ntodujo siglwanente en la alba de Jos monarst ymin aloo de Cini Rey y seo, ay te ha vendo el acho? Cini fut y on I vox pomots dels beodos pee- punt “quit ers en mi decane? i il sven, Ama, nodsia de ca. Tere go dsculpes mi aevimient, peo s€ de slags ches tnlas que Cenceide te ha negado 8 vores ymin oe un monacsljriow dieimente puede ser un boen tmonara Es por co que be ereid qe, aprovecando l a0- tenca dee spo, pols conocer una ermos doncela Que tc ama sin meray que ade en deseos de abi aw IEcho, Peo quiz a oan seal equivocads.yassbe Que a vino suelepivar de vid alos hombres ‘Gini sero on desprci, hero en su org. {Qué edad tiene la muchacha? Tena vigem de a edad de ja Emir, ards eacichear porns sombras, ancan, tee: ima sia ms demora le eet Cini impact ‘Arles ai veloe de alco de los monary fe 2 buscar a Esmirna. Con paso titubeante, pe? siguié f'n nodizy qa uiaba de a mano Ba leno even on vars rcs de pac sh et vt, sta gee Be Tegoon s elaa vega All Amaia intodooaEsmirma que te atreves a venir a perturbarme ome ai ro la prince parecia haber quedado petrifiea- 4 mins eons ls 08 con favana cperana de que hubese cambiado de parecer. Pero anter de que Esmirma pudiese eaccionar, Cintas, si me~ existenca sven ha todo To qu eté en mi mano por re to apreia. enue ana qu see pri el corabn, puss rh tba muchacho er nicamente por so propo bien. AS, ‘Sal ire secesris para verti Una vermis del destin que lo aaab “Sixton, escicha ateatament: ees que comprender que a decides acompatarme yu no vers Yer luz del ‘Sind cl werdor das oj y la hierba, ni ampoco voles tira camo dl ero o2 enti a feaca bra Jl mar Pot €U contri das tarscoriin en un reno deolado al ue vies os morales temen yal ue hasta losmismisios los ntentan evar enl pose All no bay mi que som tory yermos plamos rise! Gico canto gue gu as che srl llr de a amas condenan, Despos de todo toque tesabo de deci godavfaqueres vert conmign? ‘Anis du unos sagundon que Persone aprovechS yon dessine de €ly dane la ela. El chico permaneca Frmovicon i miraa peri y el conan palptando r= pleo de dda Por un segunda todo lo que lo rodeaba Y ‘que se habfa convertido en la fuente de su hastio —la playa, lina nell parca recoba un noevoy finde fect. sn embargo, india sed de avensrs lo trraraba con fers hacia lo desconocdo, Perdido como tsa ele caviaciones, no repaen la dena ila que tmesiba a formar au pty que no a6 en erase tobe ambos ydevoros sin mitericordla, oie EL suicio be Zeus Jn viento géido soplaba sobre los Asfédelos, ls prados samidos en una noche perpetua que se extendian por Jos internos, Las hierbas grises que los cubrian se doblaban sumiss con cada golpe de viento, de tl forma que casi pare- ‘dan temblar de puro miedo, Pero no solo hier crecia en los Prados irigados por la laguna Esti, sno también los gamo- 'es de flores blancas que le daban nombre. Por doquier recan 2guelas plantas de extrafa bellez que, con sus pétalos pido, alos prados el aspecto de un cielo esrellado al gue un Jelode neblina hubieraarrbatado ef brillo Aunque inhéspitos, los pads no eran ni mucho menos un lugar soitario, pues por 'Vagaban, en un devenir infinito la almas y espectros de los TOS Estas munca se detenian,a pesar de que ningtin destino Sevandaba al final desu Kigube marcha. ae p2gllas praders también pastban los bueyes negos 'ades, unas colosales bests de afilados cuernos y oj0s ome ‘mis oscurot que las insondables profundidades del Tértaro, Del sebatiosaliahacerse cargo Menecio, boyero del dios del Jnffamundo, pero es da haba quedado a cargo de su joven ayudante Adonis. Con ta zamarra que a dura penas le rotegia del fo y sujetando un Sspero cayado que le seria Be apoyo durante ls larga horas desu. guard el joven sus- pinba desconsolado:zqué habia sido del mar azul que sia Jnandar sus eos, de la brits fesca que acariciaba su rosto, delsol que le regaaba su calor mientras cortia desnudo por te plya? Adonis Intent6 derramar una légria por aquellos recuerdos, pero ese funetoreino sels habia secado todas 'No pasiba un dia sin que reviviese su brusco despertar ‘en as estancas de Perséfone. Recordaba sobre todo la luz mortecina y el viciado aire que reinaba en aquel lugar, pues le produjeron una inmediata punzada de arrepenti- miento, En cuanto la diosa sali6 de la habitacién en busca de ropsjes para abrigarlo, Adonis corrié hacia el azc6n y lo abri de paren pat, presa de un arzebato de pénico. Sin embargo, 0 tinica que encontrS fue un fondo vacio de madera. La magnitad de lo que acababa de hacer golpe® su cabeza al instante y, cuanto mis pensaba en ello, mayor ra su desazén, Adonis se habia considerado a sf mismo tm hombre, peo ahora se daba cuenta de que en muchos fentidos continuaba siendo un nfo, Al renuncar a su il 4 ese hogar que le habia offecido Afrodita, habia perdido isrevocablemente los placeres del mundo de las vivos. ‘Tan solo la imagen de Perséfone evitaba que el joven cayese en la mis absolua desesperacion, Sus primeros ds ‘en el inframundo habian transcurrido al servicio de la que shor era su rena. Sin embargo, esta pronto se dio cueni2 ose. yoo om eos de que la cerenka que compara come coy los em tsidados que le dispensibstrminarian ganjinise pa sms com Hales. May au pes, pus sl mucha be Cuidado de Menecio, pues queria paras de pac se por tio perder. Pero poss que Adonis sabia gus Pension labo por ély que bajo ws protecignnoent rade taney en aul horrendo mundo soca en hres salen pos verse Horemients eran esc. Mientras Adonis estaba ensinismado en wt pensien- toyllege hae €l Menecioacompatado dl epee de ua tociajeo al servicio de a cena Elmemajere infor de que Persone lo lamba sn demon y qu la encom s cris del io Leten, Menecio quedo entoncsaleunado de lasses y Adonis para aca lencvento de ina [as palabras del mensajero habianatzado su cor, del que iaciab ahora un agradable calor ques ba propgan- do por tos sus miembros reondindoe que 6a conario de ls que lo rodeaban, todavia no estaba mrt, Pu el Joven, el empo ques exten entre una city asiginte no ea ms que tn adixo mmo deo y unl Fe lo peor era sufi I larga sepracion que uri ea do vando lgaba la primavera y Penne ort por on ‘tempo al mundo de lo vive Al fin ego Adonis a orilis de io Leteo lag acordado ‘con la reina del inframundo. Alli lo esperaba Perséfone, ata~ da con una elegante tinea negra yun cinto de pl. La ‘sina habia mandado a su ségaito de vel al plc, por 40 que se crefa a salvo de miradas indiscretas. Petséfone reci- ome biG a Adonis en sus brazos y antes de estecharlo sus ojos se abrevaron en la belleza del joven. All en el inframunde, si piel habia perdido el bronceado de antafo y se habia vuelto pilida como la lana, pero semejante blancura no hacia sino resaltar la forma de sus largas pestaias, asi como lot bucles de cabello castaho que caian sabre sus hombros desnudos, —Perséfone, por fin me has llamado —dijo Adonis— La ‘espera se me habia hecho tan larga y ardua que empezaba a ‘reer que ya te habias hartado de mi, Ay, mi pequeito Adonis, 6mo podria hartarme de «2 {Nada de lo que poseo en cste reino valoro nis que ta Sin embargo, el furtive encuento de la pareja no pass desapercibido. La niyade Lete, guardiana del rio, os vio pa seando Juntos y sus murmullos remontaron las aguas hasta alcanaar las fuentes del mundo de los vivos. ‘A ofdos de Aftoditallegé el rumor de que Perséfone se hacia acompafar por un joven que era a cratura mis apuesta que ‘j0 de dios o mortal hubiera contemplado munca. La noticia ‘as6 entre los dems olimpicos como un chisme ridiculo y sin findamento, pues el inframundo no era precisamente conocido por la gracia y hermosra de ss tristeshabitantes Afodita,en cambio, tenia sobrados motives para sospechar {que el rumor podia er cierto y que Perséfone habia faltado 41 promesa de custoiar el are6n. El ansia de corroborat © ome a morta pe onkcono core distancia, el joven pudo fijane en los ornamentos la- brados en lacoraza dorada del dios,y también en su alpen tes os reluciendo como dos estrlislejanas bajo el pend yelmo, Una aviess Hama los ilaminaba ahora: Ares por fin te tia dlante al joven cuya belleza tanto le habia impresionado aos arisen el palacio de Afodita y que ahora competia con él ocupando los pensamientos de su deseada diosa, —Es impropio de tn joven como tino conocer el mane jo de ls armas —dijo Ares y, esbozando una extraia mueca parecida a una sonrisaafiadié—: Yo estaria dspuesto a ense_ fare y, puesto que levas tanto tiempo de retraso,podriamos ‘empezat ahora mismo. Elo ya cas se habia ocultdo en el hotizonte y Adonis sibin que era probable que Affodita hubiese regresado y lo ‘uviese buscando preocupada, Por otro lado, estaba todavia alerado por las muchas emociones que le habia deparado exe 4a a presencia de Ares, lejos de sosegatlo, lo atemorizaba — Desde nifio he querido ser cazador, y en circunstan- ‘as cfrentes con gusto aceptara tu offeciiento pero, por esrecia, hoy voy a tener que declinar tu propuesta dijo zafindose del brazo del dios—. Mucho me temo {ne debo regresar sin mis demora al campamento, sma Eid biet, vuelve a los brazos de tu protectors. Nada ‘Gos de mi voluntad que granjearte una reprimenda wera die l dios, haciendole mofa—. Pero, s alguna WS Gmbias de opinién, solo tienes que regresar cst prado. nis Se marché del prado alla carrera y atavesé el bos- Ton ni Megara sendero que habia abandonado al topase Ot Por primera ver sintié cémo los rsguos que nin 84s brazos y piernas comenzaban a escocere, pero fue el eco que Te causaron ls burs de Are, Teayuemor ba igi l echo de quel palabras del das ‘Stan exes de razén pues deste el da desu macimieny, ‘Adonis habia vivido siempre bajo la sombra de una de ist dot dioas que se habian dspatado su proteccién Los vel es pies de joven al fi lo llevaron de vuelta al campaneaoy cuando ene ciclo ya habiansparecido ls primers es. ‘Vas paris de fats portando antorchas se hain spa ‘ido por los bosques colindantes y la garganta del desfladero cen busca de algtin rastro del joven. Adonis fue directamente al encuentro de Afrodita y alli dio con ella, sentada en el tilamo con expresion afigda y rodeaba de una cohorte de ninfs que a consolaban. Al ver entrar a Adonis, el rosso de 1a diosa se rarsfigur6 al instante por efecto del alivio y su jo- ‘en amante cori hacia ella para estrecharta entre sus brazen Cre que la prediccién de ociculo se habia cumplido y aque te habia perdido para siempre —le susurré la nacida de 1a spuma, presa dela emocién causada por el reencuento. —Te suplico que me perdones, amada mia. No debi re- gresartan tarde. ‘si abrzados, Mfodita vio los rasgfios todavia isco y Jos moratones en los brazos de Adonis. La diosa se separd del abrazo para poder examinar al joven de pies a cabeza y Vi aque tena mares paecidas en las piers. — Por Zeus ess herido! —exclamé Afodite— fd abut agua tibia, patios limpios y miell orden la diosa a sx Mi uienes slieron diligentemente en busca de los remedios —No son més que unos arafiazos, no hay motivo POF ‘que alarmarse —dijo Adonis, desdeitando con ve ges! Preocupacién de la diosa. b ta momecia oe onkcuny a respussta desapegada de Adonis hizo que el cela pro- tector de Affodita emperara a agriare ya tornarse en ena do.En ee momento regresaron las ninfis,pero con un gest de so mano la diosa les orden que se reiraran Ya cuando rolvicron a estar a sola Afrodita le preguntés —gDénde has estado, Adonis? Sospecho que, a peur de ans prohibiciones, te has dedicado a merodear pore bosque como wn cervaill ingenvo, Pero ces qué acaso as olvidado to que a vaticinado el orfculo? ;Cémo ora desifar los fads insolente? Me cai por una barranca —dljo Adonis restando im- poraacia al episodio y terminando con la conversacién, Una ve se hbo despojado de sus ropaes se metis en la cama y se entregé a un saci intranguilo en el que vlvia 4 exfentarse con la leona. Esta vez, su uid pareca no ter- tinie nunca y el tamaio del monstruoso animal se dablaba 4 cada paso qhe daba Cuando Adonis desperts al dia siguiente vio que Afto- dia ya se habia levantado y que en sa lugar habia un gran numero de flores silvstresrecién cortadas Junto al clamo, fambign enconted tna mesita baja de campaia en la que 4evien habia colocado una copa de vino y un cuenco rica Renee decorado con una hogaza de pan de cebada. Adonis pauls los alimentos con tun apetito voraz pues no habia ado bocado desde la maiana del dia anterior. Cuando eg labia terminado su desayxno, vio entrar ala dio Cong sonra de alegria en los labios que resulaba Seats Los cucrpos de los amantes se fundieron en un qundeg, Patec6 que la tirante de la noche anterior hubiera “to lvidada, Adonis y Afodita pasron aguel da sin ome el eamo, dulce altar de sus placeres, ami eda conn dua noche de bose, we tadecer una ver sos cuitas amorosss habian quedadg salides bos amantesslieron 2 pasear de la mano, visiende ares nuevas, y e drigieron al banquete que Afiodita ha. noenado prepara ass rns para celebrar la recong_ ago con so amado, En el centro del campamento se habia dgpueso ura mesa con dos tronos decorada con guienalds, ‘A clase sentaron los amantes y, después de las ibaciones, faeron agasjados con vino aguado y ambrosia mientras un cow de ninfis balaba al compis de Ta mésica de flautas y pander que tocaban tnos faunos. El rumor de la festa se fntendi6 por el prado y resoné en las paredes de roca del desiladero, colmando esa parte de los montes de Fenicia de Jovilidad y animaci6n, Llevado por el entusiasmo, Adonis bebié mis vino de la cuenta y, en un gesto de ebria tor- peta se hizo un corte en la palma de la mano con el flo de una copa de plata. Aunque la herida no era profunda, la sangre empezé a manar en abundancia manchando st blanco atuendo. Al ver la sangre, Affodita sintié una vex més cémo su instinto protector se apoderaba de ella. Las ninfs que los atendian gritaron espantadas y la misica se detuvo en seco. Rasgando un pedazo de su tinica, Afrodit ‘ome la mano herida de su amante y la vendé fuertemente para detener Ia hemorragia. —éleduele mucho, querido? —inquirié la diosa, angustiad Ei vino habia turbado el caricter de Adonis y lo babia vuelto més vulgar ¢ irritable. Por qué ha parado la mésica? —dijo Adonis, mudan do la sonrisaintoxicada de su ros. Ls "Ded or mans se undenm en un abo sel de ei, pois herido, Adonis —sespondi6 la diosa, y con incre. sent 30 es que acaso has bebido tanto que sa paspercado de a hendidura que cruza tu mano? “ions enti a iraarder en su pecho y de un ern apart so mano de los cuidados de Afodita, viDetente ahora mismo! Reserva tus cvidados pers gions necesite le grit6 Adonis, esafiantecon una vor aie jamis habia empleado con Affodita— Pues yo hace tiempo que dejé de ser un niio! Tz diosa en cambio, ecuperd todo su aplomo ¥,mirindo- de fjamente los ojos, le respondié: —Dices que no eres un nif. Pues entonces, empieza a comportacte como si fueras un hombre. ‘Adonis se levantd de la mesa con tal torpeza que plats y ‘asia eayeron al suelo rompiéndose en mil pedazos. El vino ¥ylanbia habian enrojecido el rostro del joven, privandolo de sa legendara fescura y belleza. Sus ojos estaban ume decidos sin Megar a verter ligrimas y sus pupils chisper- tan con un brilo desconocido. Dolido y humuillado, huyé cotrendo y se dirigié al bosque, Unos fatinos se dispusiewon a detenerlo, pero Affodita les ordend que lo dejaran ix. Los colores habian abandonado el rostro de la diosa y, poF UNOS ‘momentos, cl disgustoy I edlera provocados por la insolen~ cia de Adonis habfan ahogado los sentimientos que sem? Je habia dedicado a su joven amado. ome AA oni corria por el bosque cegado por iE ecicio ‘ico y la brisa nocturna tavieron efectos reconfortantes, ayudaron a que su cabeza se despejara ya que la embriaguez que le habja nublado el juicio se disipara. Después de correc sin sumbo por un rato, Adonis se detuvo para orientate ys encaminé a un lugar determinado del bosque El joven tuvo ‘ue vagarinfructuosamente entre los drboles durante hors, Peto finalmente logré dar con el estrecho prado al borde del ‘esperiadero y, haciendo bocina con las manos, exclamé: = iMuéstrate, Ares! [He venido a recibirlaslecciones que ‘me Prometiste! De repente, un carro de hierto tirado por cuatro caballos ‘Surgié de detris de una ube y traz6 un circulo en e! cielo Como si del vuelo de un hale6n se tratara. Aes, vestide con (a Y atmadura completa, llevaba las riendas y se alzaba “On porte marcial en la caja del carro. Su slueta, ennegrecida ora noche, realab el brio rjizo de sus ojos, que resplay- Ber comms wom desde b profinda negrues que dey conféria a su ostro. Los caballos, a pesar del aspecto feror y salvaje, obedecieron a Ares y,décies, detuvieron el carro sobre cl prado. La aparicién de Ares amedrent6 en el acto el jmpens Adonis, quien no corrié hacia el carro para recibir al dion sino que se quedé paralizado con los puilos cerrados y ¢} ‘cuerpo en tensibn, Ares se apeé del carro y armado con una _jabalina se encamin6 con paso firme hacia el joven. Te agradezco que hayas 2cudido a mi llamada, oh, gran seflor de la guerra —acerts a decir Adonis, arrepentide ya de su artogante tono anterioe—. Me preguntaba si todavia ‘estaba en pie tu proposicién, pues nada me honraria mis ‘qe insciarme contigo en el arte del manejo de ls armas ‘Ares le sonrié y, clavando la jabalina en el suelo, respondi6: En tal caso, seri mejor que empecemos cuanto antes, pues tu estancia en el mundo de los vivos esti tocando a su fin ¥y pronto deberis regresar al de los muertos junto a Perséfone. Malgastar el tiempo es un lujo que no podemos permitirnos. (Coge la jabalina y enséiiame lo que sabes hacer. Adonis, que no imaginaba cun fatidicas terminarian resul- ‘tando ls palabras de Ares, empuiié la jabalina como pudo. la desclavé del suelo con gran esfuerzo y, apuntando 2 un ble nls lindes del prado, cogié carrera y la lanz6. La jabalina 9° dio en el blanco, pero Ares se mostré complacido del nervio que habia demostrado Adonis al dispararla, ya que no et tuchos los morales capaces de sujetar sin vaciarsiquera Pesadas armas, Bajo la luz de la luna, el dios ensefié a Adom's Ja manera correcta de asir {a jabalina y apuntarla, asi come a ‘emplear el arco y ls flechas con efectividad. El joven demor

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