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Aunque la Iglesia Católica enseña los Diez Mandamientos en sus catecismos, consistentemente elimina el
mandamiento citado arriba. Sin embargo, se encuentra siempre en cualquier Biblia, ya sea publicada por una casa
editora evangélica o católica. Si usted tiene una Biblia, ¿por qué no lo busca ahora?
Fotografías
Algunos, tratando de justificar la oración a las imágenes, dicen que si tuviéramos que cumplir literalmente el
segundo mandamiento, ni siquiera podríamos tener fotografías de nuestros amigos y seres queridos. La Biblia
aclara este punto en un pasaje que especifica cuáles imágenes condena. Las imágenes prohibidas son las que el
pueblo venera o adora: No se hagan ídolos, ni levanten estatuas o monumentos, ni coloquen en su tierra piedras
grabadas para postrarse ante ellas, porque yo soy Yavé, el Dios de ustedes (Levítico 26:1). Note que aquí, como
en Exodo, habla de un propósito para usar la imagen, para adoración, o como se traduce con frecuencia la misma
palabra hebrea, postrarse. Este propósito excluiría fotografías comunes de sus amigos y de su familia. Una
excepción obvia es la práctica de la oración a las fotografías de los familiares muertos.
Imágenes Paganas
Otros tratan de evitar la enseñanza clara de Dios afirmando en forma autoritaria que El se refiere sólo a imágenes
paganas, no a sus imágenes "cristianas". Sin embargo, notamos que:
Moisés, al dirigirse a los hebreos, el pueblo escogido de Dios y no a los paganos, les dijo que el Señor no
se reveló a ellos cuando les dio los Diez Mandamientos, por una precisa razón: Para que el pueblo de
Dios no hiciera imágenes de Dios mismo -Ustedes no vieron figura alguna el día en que Yavé les habló
en el monte Horeb en medio del fuego. Por tanto no vayan a corromperse: no se hagan un ídolo, o sea,
un dios esculpido con forma de hombre o de mujer (Deuteronomio 4:15-16; lea también los versículos
17-19). Lo que se prohibió aquí no fue una imagen pagana, sino cualquier imagen que el pueblo escogido
de Dios pudiera haber hecho de Dios, de hombres o de mujeres.
Dios elogió a un rey de los judíos porque destruyó una serpiente de bronce que había sido hecha por
orden expresa de Dios, y a la cual Su pueblo había comenzado a adorar después de cierto tiempo. La
Biblia dice de este rey: Hizo lo que es recto a los ojos de Yavé, imitando a David, su antepasado.
Suprimió los santuarios de las lomas, quebró los cipos y cortó los troncos sagrados. También destruyó la
serpiente de bronce que Moisés había fabricado en el desierto, pues hasta ese tiempo los israelitas le
ofrecían sacrificios y la llamaban Nejustán (2 Reyes 18:3-4).