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DES HONORIS CAUSA 50:

AGOSTO/17 - ENERO/18
AÑO 11: DEL MORTORIO.

ARREBATOS DE CELOS,
TRANSGRESIONES A LOS 7
PECADOS CAPITALES
Y/O ESTADOS ESPIRITUALES
NIHILISTAS,
ENVIARLOS POR ESCRITO A:
deshcausa@yahoo.es

PARA ENFLATARSE
CON NÚMEROS ANTERIORES:

www.colnet.ch/robi/deshonoriscausa

http://es.scribd.com/user/117792788/
Des-Honoris-Causa
en facebook como:
Pedro Paramo Pavese.

El texto de portada
es de Douglas Téllez.
Gráficas de Daniel Pulido.

FE DE ÉRRATA:
En la Des Honoris Causa 49, el
autor del trabajo “Este no es un
poema” es Jimmy José Gómez.
Oriundo de Telica, León. Tiene 19
años. Escribe hace cinco y tiene
obsesión por la lectura.
Presentamos nuestras disculpas al
autor y a nuestros/as lectores/as.
Caricatura: Daniel Pulido.
Con este regalito: la nú-
mero 50, iniciamos el año
13 de existencia: año del
mortorio.
En estos tiempos tan pos-
modernos algo no huele
bien, dentro y fuera del
paisito, se siente pero no
se ve, como un buen mor-
torio… o es que preferi-
mos ver a otra parte y no
ver… O tal vez no quere-
mos admitir que somos
nosotros los que apesta-
mos.
Por ello, buena parte de
los trabajos en este núme-
ro tienen como trasfondo
la indiferencia, ese noble
sentimiento que nos hace
voltear la cara, e incluso
adoptar las posturas más
inverosímiles; que nos
permite acomodarnos
o preguntarnos ¿cuál es
el escándalo?, si todo va
bien; ese ligero atuendo
que bien puede disfrazar
la ignorancia o la cobar-
día.
Aquí pues, la 50 Des Ho-
noris Causa.
Andás deambulando por la ciudad
Brincás enfurecido cuando te tocan
Caés fácilmente en trucos poéticos
Despreciás cualquier teoría, abandonas la convicción
Admitís heroicamente a la desconfianza
Desconfiás resignadamente de todo
Renunciás a ver la hora
Mantenés conversaciones escuálidas
Representás imprudentemente tus ficciones
Disfrutás a tientas de la casualidad
Le arrebatás sus hilos al tiempo
Y tejés una grieta donde podes ser aquel
Que ame irracionalmente
Que llore en torrente
Que ansíe y se sacie
Que se ensucie sin podrirse
Quien mira en lo oscuro
Quien no reza porque las palabras no lo necesitan
Quien extiende la cabellera hacia el mar inescrutable
Y vuela encima del abismo
Atolondrándose deliciosamente
Sobre el reflejo.

EKATERINA
Valenzuela
Nicaragüense, 33 años de
edad, gusta de leer y escribir
y le encanta su oficio de ar-
tesana.

“Los indiferentes” . ´Pintura de Bayardo Gámez.


Y hablando del tiempo que delimita nuestra vida de extremo a
extremo, ¿qué ocurriría si trasladáramos el mes de enero al lu-
gar que ocupa julio en nuestro calendario? No creo que pasa-
ra nada, aparte de cambiar el orden de una nomenclatura ar-
bitraria y obsoleta. Porque tal vez el tiempo no sea más que algo
surgido de la mente de alguien y que no es afectado por sí mismo.

Si alguien te pregunta si el tiempo habita en tu reloj de pulsera,


¿qué contestarías? Porque si el tiempo no se encuentra en el reloj,
¿cómo puede ser medido desde allí? ¿Mediante una conexión inex-
plicable o una pirueta cuántica? Y si piensas que está dentro del ins-
trumento de medición, ¿quién lo puso allí y de dónde lo tomó? ¿Se
puede desalojar sin que el reloj se detenga?

Tal vez alguien astuto encontró hace mucho tiempo la manera


de medir algo que no puede ser visto, palpado, olfateado o percibi-
do de cualquier otro modo. O tal vez sólo es un recurso ingenioso
para medir el espacio que media entre dos sucesos. Pero resulta ser
que el misterioso tiempo se adueñó de nuestras vidas y las dividió
Fotografía pór Lásdara Musácea.
en innumerables cuadrículas que llamamos instantes. Avanza con
nosotros desde la cuna hasta la tumba sin ser afectado por ninguna
ley física, como un dios al que le hemos conferido el atributo de la
MATANDO EL TIEMPO inmortalidad. Porque puede envejecer todo lo que existe, pero no el
tiempo mismo.
Sobre la vida hay muchas opiniones y ninguna certidumbre. En
marcha hacia el humus, todos estamos pendientes del amargo cóm- La verdad es que los relojeros dependen del tiempo, pero no los
puto. Porque la verdad es que nadie puede entender la vida. Y no relojes.
quiero decir que yo la entiendo, porque, naturalmente, estoy incluido
en el “nadie”, lo mismo que aquellos que pretenden entenderlo todo. Para terminar, tal vez tienen razón los que afirman que el espíritu
Pero la verdad es que sólo pueden comprenderse las cosas que tienen y el tiempo pertenecen a la misma categoría.
sentido y la vida nunca lo ha tenido y jamás lo tendrá, a pesar de los
alegatos confusos y sin prueba de algunos que están en desacuer-
do. Si el propósito alegado es la muerte, ¿para qué nacer, entonces,
si la inexistencia previa no es más que la muerte sin pasar por una
existencia efímera? Buscar una explicación a lo que no lo tiene de RAMÓN
manera satisfactoria es tan vano como pretender llegar al término de
un camino circular. Es inútil buscar un fin que no existe en un tiem- Barreda
po que no termina. También existe la posibilidad de que el tiempo (1936) Escritor originario de Estelí.
no sea más que una pauta imaginaria como el kilo o el metro. Un
artificio utilitario y nada más. Porque se puede tener un kilo de oro, Lásara Musácea: Nacida en Somo-
o de cualquier otra cosa susceptible de ser pesada, pero no el kilo en to. Artista polifacética. Varias de sus
sí mismo. fotografías ilustran este número.
ANOTACIONES copa hasta su raíz, todo está al revés y los doctores caminan encorvados
y tocan el suelo con la punta de los dedos; tengo a una de mis madres
llorando y la otra inyectándome sopa de cabeza de pescado.
I
Han confirmado la hora de mi muerte; la veo sentada a 3 metros de
Persisto en idearte, dibujar con mi dedo la línea de tu boca, en otra boca
mi cama, sonriéndome como si fuese ella quien se va, la intuyo mujer,
que no es la tuya ni la mía, y cada vez sabe distinto, no encuentro con
pero es hombre, según Ana, es un hombre; y yo le creo, como le creo a
mi lengua la moldura que creaban tus dientes en ella. Me pongo tus
todas las mujeres. Detesto los días, y al sol, y a la lluvia, a todo lo que
zapatos, los ruidos exteriores rebotan en la capa que rodea el espacio
vive y no está desapareciendo como mi carne, no tengo huesos, soy una
en el que me es permitido respirar. Todo rebota: las nubes, la lluvia,
gran gelatina que se ladea al intentar erguir-
los ruidos y el llanto de aquél bebé; olvido a
se… y me río, como si fuera la muerte quien
propósito, que debo llevar en el vientre un
muere, me río porque yo sé su secreto… es
bebé, fingir con ello que será el día más feliz
un hombre que espanta porque no puede
como si no te siguiera esperando, luchando
hablar.
con la muerte que te ha llevado en varias
ocasiones a pasearte sin mí; todos fingimos,
Todo hombre mudo es una vergüenza, los
los espejos son los únicos que envejecen al
síntomas de la vida son los siguientes: la
ritmo de los huesos, hasta que una persona
ceguera del sol, el enmudecimiento por la
sana se refleja en él, a la par nuestra.
pena, y la sordera del llanto ajeno. Soy un
cadáver exquisito armado cientos de veces
II y siempre tomo una manera distinta de dis-
traer a los ajenos a mi espalda. La vida tie-
Llevo 80 años clavados en cada rodilla, los ne leucemia, y cada nódulo duele como si
pasos que arrastro enorgullecen al país, abrazara un cactus rencoroso. La vida tiene
como si el cáncer se llevara en el cuello, síndrome de sobrepoblación humana y le
como una medalla de oro a la valentía; aun estorban los antibióticos. La vida huye de la
así aborrezco a los demás enfermos, detesto muerte, y ella cae y muere en cada nacimien-
a las embarazadas y me dan pena los niños. to, la luz se oculta… es momento de cenar.
El sonido, y la luz, y los días golpean la cáp-
sula en la que pretendo andar en círculos,
dormir, avanzar o morir. Tengo veinte y tres

Fotografía por Lásara Musácea


años y en el hospital las licenciadas mienten
esperando mi muerte, porque ellas acaban
CRISTAL
de graduarse y no han podido presenciar la Espinoza
degustación de huesos que la sala hará con- Gaitán
migo. Soy el catador de vírgenes, tengo el (Managua, 1990) Arquitec-
merecido castigo de la ausencia de mujeres ta de profesión. Escritora por
elección.
a solas, soy una planta que se pudre desde la
TIPIFICACIONES
Tengo ganas de sexo
tipo: casi no me chatiás,
Vos sólo sos trabajo.
Sexo de la clasificación, alivianame un cincuenta o dame unos cuatro litros.

Tengo ganas del sexo; ramificación


Yo quiero sentir lo que sentís,
De mamame el culo, chupame los güevitos
De dale vos arriba.

Sexo y que vos no sos evangélico,


Y esto que hacemos es malo.
Sexo del estilo este es la última vez,
O aquí pueden vernos,
Del tas seguro que nadie viene, y del grupo con quien más culiás.

Tengo ganas del sexo prestame cien pesos,


Del mámela pero no te beso,
Del ya te pasa cholo y echame a tu amiga.
Sexo hagamos un trio,
Y no me hablés delante de la gente.
REYNALDO Ganas del modelo de sexo no tengo ganas,
Bordas Del tengo hambre,
Es poeta, locutor y Y del no le digás a mi novia,
periodista, le apodan Del tengo jaña y ya no puede ser,
Cadejo por sus recu- Del sexo pajiate,
rrentes salidas noc-
turnas.
Del a mí no me gustan los hombres,
Del sexo yo no soy playo,
Del sexo no me das ni para la bolsita,
Del sexo comprate un chiclin,
Del sexo voltiate que voy yo,
Antes de esperar un escribiendo prolongado en Whatsapp
O un autolike en Facebook
Y ver fotos juntos, tan sacrosantos tan piadosos,
Ungiéndome las ganas.

“Hombre pétreo”. Dibujo de Bayardo Gámez.


Ni zika, ni dengue, ni chikun contra la pared y se escuchó riéndose mientras se decía como
los burros.
Dio un manotazo hacia atrás. Creyó escuchar un zumbido, La sonrisa desapareció al recordar las pestes de zika, dengue y
eran días lluviosos, quizá el piquete de un mosquito provoca- chikungunya, las palabras de la madre, la sentencia del cura,
ba la picazón en la espalda, justo sobre los omoplatos. Salió la responsabilidad de los hijos y el qué dirán de las vecinas.
un momento de la cocina. Buscó una percha y se rascó por Trató de calmarse, atarse al piso, respirar hondo, resignarse
largo rato. Encontró alcohol y a como pudo se frotó. como le dijeron. Pero el destino es inevitable, ya nada podría
La incomodidad siguió. La percha resultó insuficiente. Se dio hacer su marido. Eran los primeros brotes de unas alas que
renacían.

MARTHA
Cecilia
Ruiz
La buena suerte la persi-
gue desde que se salvó de
morir en el terrem,oto de
1972, cuando apenas te-
nía unos días de nacida.
Se dedica a escuchar la
mejor música de la prime-
ra mitad del siglo XX, a la
literatura, a la adminis-
tración de redes sociales
y a largas conversaciones,
con la excusa de preparar
el programa cultural El
País Azul, que conduce
cada domingo de 7 a 8
a.m. en Radio La Prime-
rísima. De vez en cuando
pinta, organiza talleres de
escritura creativa y tra-
baja como consultora en
Comunicación y Derechos
Humanos, además de ser
vocal de la Asociación de
Escritoras Nicaragüenses
ANIDE.
Fotografía por Lásara Musácea.
El día que Jimi Hendrix mató a Dios
Cuando los Rolling Stone serpentearon hacia la cúspide, el
nido quedó ocupado por los Yardbirds. Y dieciocho meses
después, las paredes evangelizaban que Clapton era Dios.

Por la misma era en el Café Wha, un intrépido militante de la


psicodelia le hacía el amor a su guitarra y cedió visitar el cielo
por insistencia de un adepto, sólo con la única condición de
conocer a Dios.

Para ese tiempo Dios estaba en la crema y había eones de se-


paración entre los decibeles lucíferos que chorreaban desde
su trono. Y en una interrupción, Jimi por un ruego divino
pisó el sagrado piso donde los tres iluminados refulgían. Co-
nectó su guitarra en el amplificador del bajista y pidió ejecu-
taran algo que para el mismísimo Dios era exagerado.

Ante la mirada atónita de la corte, el negro comenzó


a bailar con la guitarra; sus manos convertidas en
indecentes arañas se apareaban por todo el mástil;
notas endemoniadas eran extraídas con los dien-
tes como sonidos de un clítoris derramando su
gemido sobre el escenario. Dios, -boquiabierto-
puso su guitarra y se fue al camerino, estupe-
facto encendió un cigarrillo y comenzó a pre-
guntarse ¿Cómo podía ser posible? ¿Acaso
podía ser tan bueno?

FAUNO
Ezequiel
(1987) Contador del Diablo. Confeccionador de poesía horro-
rosa y estampida en prosa. Acepta invocaciones de aquelarres
literarios y ensoñaciones plutónicas donde se coma gratis.
VIERNES
Las tijeras todavía goteaban la sangre
de su esposo, que moría sentado en el
sillón; ella estaba tranquila. Sintió paz.
Apenas fueron once estocadas que le
propinó en el pecho cuando lo encon-
tró dormido frente al televisor.

—Te dije que hoy viernes te tocaba ha-


cer la cena —le dijo al verlo muerto.

Soltó la tijera y fue a la cocina a lavarse


las manos; preparó la cena que no le to-
caba; a las siete empezaba la telenovela.

MAYNOR
Cruz
Padece de inmsomnios y de mucha
hambre.
Fotografía por Jo Spence (EEUU).
Baco despedida
Hemos terminado de roer
y chupar los últimos huesos
y bebernos el último trago.
La rokonola continúa
en nuestros románticos oídos
la espuma en el borde del vaso
las servilletas arrugadas y enmohecidas
lejos de la calle
y al ruido de autos que pasan
ya muy noche.
Seguimos con el mismo rostro
de colores chillantes
y ojos circulares
que nos ven
en accidentada foto.

Managua, enero 1974.

Urbano
Qué asco me da verte señora
ver tu cara embadurnada
con espesas capas
de talco sonrosado hasta las orejas
y tus labios de un rojo chillante
qué asco me da verte señora
verte así:
“Burguesía”, dibujo de Bayardo Gámez.

como una costra.

Enero de 1974.

BAYARDO
Gámez
Esteliano, pintor, dibujante, es-
critor, investigador, arqueólogo,
navegante explorador de extenso
recorrido.
“Instante filosófico en un supermercado” Me despido de las muchachas que regresan a casa con las manos vacías,
se consuelan compartiendo un cigarrillo y un paquete de galletas.
Maldicen al afortunado, que salta de felicidad con sus boletos en mano.
Anclado sobre el pulido piso con aroma a lavanda. Abraza a su mujer y llama a sus hijos: ¡Ya, saben, ganamos la promoción
Sintiendo las descargas polares de los ventiladores del supermercado! Cesa el ruido de los ventiladores polares, cesa la música,
que azotan mi rostro. Con las manos apretadas dentro de mis las muchachas han partido, ultimo aviso anuncian las cajeras, como en los
bolsillos, frente a los altos estantes de cosméticos. aeropuertos.
Tomo mi tiempo y medito qué desodorante compraré. Lleve su mercancía o lárguese para siempre.
Clasificados: Me siento como en un zoológico, como una hoja entre cristales de colores bizantinos,
marcas fragancias precio. como un hombre triste en un parque de ahorcados, como una sombra mordida/
Rolón spray barra. por el frio.
He aquí mi dilema, tres caminos, una elección. Estoy solo, frente a una multitud de desodorantes,
Doy un par de vueltas antes de tomar la decisión. que en labios de una muchacha pálida me dicen llévame.
Me detengo en la sección de lácteos y embutidos, los saludo Cierro los ojos, todo lo dejo al azar. No debatiré más.
con mi sonrisa de jubilado. Lo cargo en mi bolsillo, afuera llueve, es de noche, un perro me persigue.
Ahí están las delikateses importadas: jamones ahumados, quesos El dilema al fin ha terminado.
manchegos, suizos, chedar, gauda, jamón serrano…
Me despido de mis amigos con la sonrisa del derrotado.
Mi estómago, perro de Pavlov, los jamones me susurran
al oído su tragedia, me suplican llévame y cómeme, te haré un descuento
Aprieto mi puño dentro del bolsillo y por mi garganta se escurre
espesa saliva, escucho las campanitas que anuncian al feliz ganador
del día. En los altavoces se interrumpe la música de verano.
El señor fulanito de tal, que compró los productos tal ha ganado:
una casa amueblada, un auto, un viaje a Europa, hotel incluido.
La muchacha que promociona una oferta de maquinas depiladoras
y toallas sanitarias se muerde los labios de rabia, ha perdido la sonrisa.
Pienso en la muchacha como una llama azul que se diluye frente a las
sonámbulas cajas registradoras. Camino distraído, por momentos he olvidado,
qué me trajo aquí, me dejo arrastrar por la música festiva.
He olvidado quién soy y a qué vine, una hermosa muchacha me ofrece galletas,
otra vino, otra queso, otra me invita a visitar la sección de verduras ecológicas.
Desisto de la invitación, me refugio en los estantes de ropa, escupo
y lloro como un ternero destetado, le susurro mis fantasías a los anoréxicos
maniquíes. Queridas no adelgacen, ya son sólo pellejo, hueso y las ganas de vivir.
Anochece, los clientes lamentan no haber ganado, vacían los estantes,
habrá una semana de vacaciones en la playa, quizás sea el fin del mundo,
como lo predicen los almanaques y los horóscopos. DOUGLAS
Largas filas en la autopista del supermercado, las cajeras repiten una y otra vez
las mismas frases mentoladas: “ buen día, gracias por su compra,/
Téllez
felices vacaciones”. Ex-pelotero destacado de la
Los muchachos con sus delantales de matarifes, empacan Liga de Pelota de Calcetín
y te acompañan hasta la puerta, descargan las compras, dan la espalda y sonríen. del barrio Guadalupe en
León. Poeta y dibujante de
Todo por nada, tanta gentileza por un par de miserables monedas.
vocación. Vive en Nürem-
Me despido de los peces estrangulados por las redes, de las reses dispersas en tasajos, berg.
de los camarones y las langostas decapitadas.
Fotografía por Lásara Musácea
Latidos verga! ¡Lo volvería a hacer mil veces! De lo que me arrepiento es que
me hayan agarrado esos hijueputas. Me siguieron con cutachas y me
alcanzaron en el monte.
. Pumpumpumpumpumpum, ¡cállate ya, corazón hijo de la grandísima
.. puta! Pumpumpumpumpumpum. Me agarraron a turcazos y refilones
… con las cutachas. Me amarraron a un palo de guácimo y me trajeron
Pum… los calzones ensangrentados de la chavala. La mama me los puso en la
Pum…pum… cara para que los oliera y para que me acordara de ella. No me arre-
Pum…pum…pum… piento. Haría la misma mierda mil veces. ¡Chavala jodida! ¡Qué culpa
Pum…pum…pum… tengo yo que su mama nunca esté y que me la dejen para cuidarla!
pum… ¡Siempre se va a putear y me la deja para que la cuide! Por eso yo me
Pum, pum, pum, pum, la tuve que coger y la maté porque no dejaba de dar gritos. Le pegué
pum. fuerte una vez y como no se callaba le metí un turcazo con una piedra.
Pumpumpumpum- ¡Qué culpa tengo yo que sólo tuviera diez años y que fuera mongolita
pumpum. la chavala hija de la gran puta!
La mama me pegó con un garrote en la cabeza y todo se me puso ne-
Pumpumpumpum- gro. Me desperté hace rato porque oí unos terrones cayendo sobre esta
pumpumpum, así sue- hijueputa caja.
na mi corazón dentro
de esta hijueputa caja. Pumpumpumpumpumpum.
Estoy jodido, desespe- Pumpumpumpumpum, ya no aguanto, ¡no puedo respirar!
rado y hecho mierda y Pumpumpumpum, ¡me la cogí y lo volvería a hacer!
eso me hace pensar en Pum, pum, pum, ¡mierda!
lo que le hice. Tengo Pum…pum…
que hablar, decir algo, Pum…
porque ya no aguanto …
el maldito sonido de ..
.
DANILO
mi corazón.
Pumpumpumpum- Rayo
pumpum, ¡estos lati- (Estelí, 1978) Demógrafo
a quien le aburre la demo-
dos me están haciendo grafía. Si por él fuera, pa-
mierda los sentidos! saría los días escribiendo
relatos. Pero coimo no que-
Yo lo hice, sí, me la da de otra, escribe cuando
cogí y me la palmé. puede, las risas de sus hijos
¿Cómo? ¿Qué si me y de u esposa como com-
bustible de su iaginación.
Dibujo por Daniel Pulido arrepiento? ¡No, ni
Odio a los indiferentes. Creo como Federico Hebbel que “vivir quiere decir tomar
partido”. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y no tomar
partido. La indiferencia es abulia, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso odio
a los indiferentes.
La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la bola y la cadena al pie del inno-
vador, es el pantano en donde se ahogan los entusiasmos más luminosos.
La indiferencia opera poderosamente en la historia. Opera pasivamente, pero opera.
Es la fatalidad; es algo con que no se puede contar; estropea los programas, arruina
los planes mejor concebidos. Es la materia bruta que desbarata la inteligencia. Lo que
sucede, ya sea el mal que cae encima de todos o el bien que una acción heroica puede
producir; no acontecen por la iniciativa de unos pocos que actúan, sino por la indife-
rencia y el ausentismo de muchos.
Las cosas acontecen porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, deja hacer,
permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta después podrá derogar; con-
siente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego
derrocar.
La fatalidad que parece dominar la historia no es más que apariencia ilusoria de esa
indiferencia, de ese ausentismo. La masa ignora por despreocupación y entonces pa-
rece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que
al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al que había sido activo, lo
mismo que al indiferente.
Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy
pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo
que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto: ¡porque me fastidia su lloriqueo de eternos
inocentes! Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida
les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han he-
cho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi
piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.
Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la conciencia de los que están de mi parte el pul-
so del activismo que construye otro futuro. La cadena social que actúa no es tarea de “Los grandes se comen a los péqueños” Dibujo de Bayardo Gámez
(incluido un poema de Mariano Young Blanco).
unos pocos; nada de cuanto sucede es por casualidad, ni producto de la fatalidad, sino
obra inteligente de gente comprometida. Nadie está mirando desde la ventana, que-
dando de brazos cruzados a mirar el sacrificio de los que actúan y pagan por actuar.
ANTONIO Gramsci
Vivo, tomo posición. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes. Antonio Gramsci, intelectual marxista, fundador del Partido Comunista Italiano, (1891 -1937).
Encarcelado por el gobierno de Mussolini desde 1926, despues de 10 años de prisión muere en
un hospital en abril de 1937. Gran parte de sus reflexiones y aportes teóricos los elaboró estan-
Artículo publicado en la Revista “La ciudad futura”, número 1 de febrero de 1917. do preso. Sus Cuadernos de la Cárcel fueron publicados póstumamente.
Les dejamos este oportuno y vigente texto publicado en su juventud.
Selección y traducción del italiano de Michele Mimmo.

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