Esta crisis de un país subdesarrollado, es una crisis de hiperinflación, como
en el caso alemán, pero también es de una deuda externa que coincide con la de varios países latinoamericanos que no pudieron pagar la suya en los ochenta. Perú estuvo endeudándose intensamente desde los años setenta, deudas que se contrajeron tanto por gobiernos militares que adquirían armamento como por los siguientes gobiernos civiles, exceso de burocracia y de gastos, contracción de la producción y pobreza eran otros rasgos de la crisis que llegaron al fondo durante el gobierno de Alan García quien se negó a pagar la deuda externa.
Durante el siguiente gobierno se hace un ajuste bastante fuerte, salvaje en
realidad, que tiene legitimidad entre los peruanos en su momento (igual que el golpe en que Fujimori disolvió el congreso) debido a lo grave de la situación. Las medidas se dividen en dos grupos: contra la hiperinflación y para resolver la deuda. Las medidas para lo primero son extremadamente salvajes: el estado gastaba según lo que tenía en las reservas, lo que quiere decir que lo que no podía pagarse era recortado: se privatizaron empresas quitándole cargas al Estado pero también se sacó violentamente a la calle a una enorme masa de empleados públicos que sería la base del ahora enorme sector informal peruano. Ese recorte brutal del gasto eliminó la inflación, pero a un costo social enorme.
Las medidas para resolver la cuestión de la deuda fueron un poco más
sutiles: Perú necesitaba nuevos préstamos, pero no podía recibirlos si no pagaba los anteriores, tenía la ventaja de que estaba cumpliendo con las condiciones del FMI y del BM gracias a su terrible recorte del gasto, pero todavía tenía que pagar las deudas. Para esto el gobierno de Perú logra que el departamento del tesoro de los EEUU y el gobierno de Japón le presten dinero para pagar la deuda previa con el FMI y el BM que luego pagan (en el curso de horas) con dinero que el FMI y el BM les han dado en un nuevo préstamo.
Otra deuda era con el Club de París, un foro informal de acreedores y
deudores, que se resolvió mediante “grupos de apoyo”, es decir, países que ayudaron a pagar esa deuda mediante contribuciones. Este ajuste, aunque exitoso en términos de sacar a Perú de la crisis no lo es tanto como los dos anteriores: los mismos asesores de Fujimori reconocen que las causas profundas de la crisis quedaron intocadas.
Conclusión Aunque estos son países muy diferentes y ejemplos muy heterogéneos de crisis económica, quedan claras algunas constantes:
El problema no es simplemente aumentar o disminuir el gasto
público, sino que la masa de moneda se corresponda con una oferta equivalente de bienes y servicios, es decir, si no se producen cosas reales (tangibles o no) no se resuelven problemas como la inflación. Si no hay incremento de la producción nunca se saldrá de la crisis. Es necesario tener un mínimo de relaciones internacionales y un mínimo margen de maniobra en el escenario internacional. Es necesario poder “jugar” con las fuentes de crédito. Hay que poder tomar medidas creativas y radicales cuando sea necesario, pero hay que tener la capacidad técnica y operativa para implementarlas.