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CFP 2725/2014/CS1
Suprema Corte
-1-
Contra la sentencia dictada por el Juzgado Nacional en lo Criminal
y Correccional Federal N° 3, que concedió la extradición de Jorge David A
B , requerida por las autoridades de la República Oriental del Uruguay, la
defensa interpuso recurso ordinario de apelación, que fue concedido a fojas 611.
A fojas 620/625 el Defensor Oficial ante la Corte presentó el
memorial del que V.E. corrió vista a esta Procuración General.
-II-
Puede resumirse su impugnación a la sentencia en los siguientes
agravios: 1. La hija menor de edad del requerido no fue tutelada en el proceso de
extrañamiento; 2. De formalizarse la entrega, correría serio riesgo de sufrir un
tratamiento incompatible con los estándares internacionales de los derechos humanos; y
3. Solicita ser juzgado por los tribunales nacionales.
-III-
Ante todo, creo oportuno señalar que el tratamiento del agravio
reseñado en primer término es inadmisible, toda vez que es fruto de una reflexión tardía y
fue introducido recién en esta instancia, razón por la que corresponde su rechazo in
limine (doctrina de Fallos: 320:1775; 323:3749, entre otros).
No desconozco que en varios precedentes la Corte decidió dejar de
lado este reparo formal y tratar los planteos, pero ello ocurrió frente a cuestiones
susceptibles de afectar el orden público argentino, y en esta oportunidad no advierto que
se presenten aquellas circunstancias extraordinarias, de tal magnitud, que han permitido a
V.E. soslayar óbices formales para remediar ostensibles nulidades absolutas (Fallos:
327:2892; 328:1367 y 329:1425).
No obstante, para el supuesto de que el Tribunal decidiera ejercer
esa facultad, me permito señalar que no asiste razón a la defensa en la nulidad que
postula, en tanto conforme V.E. lo señaló en el precedente "Bongiovannr' (Fallos:
322:486), esa sanción requiere un peIjuicio concreto para alguna de las partes, pues no
procede su declaración en el sólo interés del formal cumplimiento de la ley, ya que
resulta inaceptable la declaración de una nulidad por ella misma, y en el caso, no observo
gravamen alguno que amerite tal solución, con la consecuente dilatación del fin del
procedimiento.
En este sentido, V.E. ha tenido oportunidad de pronunciarse en
rogatorias internacionales que no se le dio intervención en el proceso a los hijos menores
de edad del extraditurus, en "Lagos Quispe" (Fallos: 331:1352), "paz" (S.e. P. 773, L.
XLIV, resuelta el 9 de diciembre de 2009), "Schmidf' (S.C. S. 780, L. XLIV, resuelta el
22 de diciembre de 2009), "López" (Fallos: 333:927) y, más recientemente, en "Mercado
Muñoz" (S.e. M. 263, L. XLVIII, resuelta el 4 de junio de 2013), donde sostuvo que esta
queja resulta infundada tanto como causal de improcedencia como de nulidad.
Por otra parte, es oportuno destacar que no se advierten, ni invoca
la defensa, circunstancias de extraordinaria gravedad que aconsejen, a criterio de esta
Procuración, apartarse de la jurisprudencia sentada por V.E. (conf. dictamen en la causa
S.e. c. 919, L. XLIX in re "Caballero de López, Pablina s/extradición, del 22 de
diciembre de 2014, a contrario sensu).
Cabe asimismo recordar que en el marco de las normas aplicables
el niño no tiene una pretensión autónoma para oponerse a la declaración de procedencia
de la entreayuda (conf. fallo dictado en la causa CSJ 176/2013, "Torres García, Claudio
s/extradición", el 29 de abril de 2015), y que en este sentido, la separación temporal
respecto de su padre por causas legales como la del sub judice es una situación
A B Jorge David s/extradición
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expresamente contemplada por la Convención sobre Derechos del Niño (artículo 9.4) que
también ha sido reconocida por la Corte Interarnericana de Derechos Humanos en la
Opinión Consultiva OC 21/14 (párrafo 274 y sgtes.).
-IV-
Sostiene la defensa que el requerido correría serio riesgo de sufrir
un tratamiento incompatible con los estándares internacionales de los derechos humanos,
a los cuales adhiere la República Argentina, lo que configuraría de esa forma, un
incumplimiento de las obligaciones asumidas con el concierto mundial de Estados, ya
que aquéllos priman por sobre el compromiso de extraditar.
Para sostener esa conclusión, parte del supuesto de que las
instituciones carcelarias del país solicitante se encuentran en un grado de deficiencia tal,
que el mero hecho de que su asistido sea alojado en ellas, importaría una violación a la
prohibición de conceder la extradición cuando existan motivos fundados para suponer
que el requerido pueda ser sometido a tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes (artículo 8.e de la Ley de Cooperación Internacional en Materia Penal;
24.767).
Al respecto creo oportuno recordar que según la Convención
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, se entiende
por el término tortura " ...todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una
persona dolores o sufrimientos graves, ya sean fisicos o mentales, con el fin de obtener
de ella o de un tercero iriformación o una confesión, de castigarla por un acto que haya
cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a
otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos
dolores o sufrimientos sean irifligidos por un foncionario público u otra persona en el
ejercicio de fonciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o
aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean
consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a
éstas" (artículo 1).
A fin de establecer si se encuentra el requerido en riesgo de
enfrentarse a uno de esos supuestos, conviene tener presente la específica doctrina del
Tribunal.
En primer lugar, debe tenerse en cuenta, como sostuvo el Ministro
Fayt en su voto de la causa "Romero Severo" (Fallos: 322:507), que la ley de
extradiciones al contemplar la posibilidad de que existan motivos fundados para suponer
que el requerido pueda ser sometido a tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes a resultas de la decisión de entrega, constituye la recepción en el ámbito del
derecho argentino del principio vigente en el derecho internacional de los derechos
humanos conforme con el cual un Estado parte de un tratado tiene la obligación de
asegurar que cumple sus demás compromisos jurídicos de una forma compatible con el
respeto de los derechos humanos, pues su responsabilidad internacional podría verse
comprometida si la decisión de entrega sometiera al sujeto al sufrimiento o al riesgo de
sufrir, en el proceso penal extranjero, una flagrante denegación de justicia o un riesgo
A B , Jorge David s/extradición
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