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Universidad de Chile

Facultad de Artes
Análisis Musical II

“El Análisis Musical entre el


formalismo y la
hermenéutica”
María Nagore

Profesor: Mauricio Valdebenito


Alumna: Belén Ramos Vergara

Introducción.

María Nagore Ferrer, de nacionalidad española, es licenciada en historia y geografía y profesora


de Piano. Se especializó en musicología en la Universidad de París IV-Sorbonne y luego obtuvo
un doctorado en esta especialidad en la Universidad De Valladolid. Desde el año 1994 realiza
clases de Historia y Ciencias de la música en las universidades de Valladolid, Salamanca y
Complutense de Madrid.
Se dedica a la investigación de la música española de los siglos XIX Y XX. Actualmente es
parte de proyectos de investigación acerca de música coral, canción y teatro lírico en los siglos
XIX y XX.
El Análisis Musical entre el formalismo y la hermeneútica es una publicación realizada en la
revista electrónica musical "Músicas al Sur" perteneciente a la Escuela Universitaria de Música
de la Universidad de la República en Uruguay.
En esta publicación la autora nos da cuenta de la situación actual del análisis musical, el que ha
experimentado un gran desarrollo reflejado en la gran cantidad de revistas especializadas y la
realización de congresos, simposios y encuentros acerca del tema, pero que a pesar de este gran
desarrollo parece encontrarse en una crisis debido a la gran cantidad de tendencias analíticas
actuales que muchas veces son contradictorias y han producido la difuminación de su concepto
y contenido. Nos propone una replanteamiento de su estatus centrándose en el carácter práctico
de este, sus aspectos disciplinarios y la necesidad de equilibrar el texto y el contexto de una obra
al analizarla.

El análisis musical entre el formalismo y la hermenéutica.

María Nagore define el siglo XX como el siglo del análisis musical, ya que este cambia de
estatus y experimenta un gran desarrollo, pasando de ser considerado una herramienta para la
teoría, la composición y la biografía a ser considerada una disciplina autónoma. Podríamos
dividir en tres las etapas por las que ha pasado el análisis en este siglo (XX)
-La primera mitad del siglo, en las cuales las teorías analíticas buscan la unidad u coherencia de
la obra musical basadas en el tematismo.
-El periodo comprendido entre la década de los 50 y 80 en el que surge una mirada muy
estrucuturalista con teorías rigurosas muy formalizadas, como es el caso de la teoría de
conjuntos, en las que el análisis musical aspira al rango de ciencia.
-El periodo a partir de la década de los 80 en el que surgen teorías que rechazan esta visión de
análisis como ciencia y proponen abrir el análisis de una obra musical aspectos externos a ella
como es el caso de el significado, contexto, expresión e interpretación. Con miras a lograr este
objetivo es que estas nuevas perspectivas tienen múltiples conexiones con otras disciplinas como
la historia, filosofía, psicología y antropología.

En sus comienzos el análisis musical poseía una concepción estructuralista, basada en el


establecimiento de una "estructura musical” como objeto de análisis, y cuyo método consiste en
la disección y determinación de sus elementos constituyentes y de las relaciones y funciones
entre estos. Como vemos un enfoque vinculado más bien a los procedimientos científicos. En
la actualidad esta definición de análisis parece incompleta ya que deja de lado aspectos tales
como, la relación entre obra y contexto, el efecto de esta sobre los oyentes y como esta
experimenta cambios a través de sus sucesivas interpretaciones. Por lo que han surgido diversas
tendencias cuyo sujeto de análisis no es sólo la partitura o la representación sonora de una obra,
sino cuestiones relacionadas a los aspectos recién nombrados. Debido a esta situación Nagore
nos advierte que se ha producido una indeterminación del sujeto de análisis y una ambigüedad
respecto al concepto de "Obra Musical". La autora nos propone tres posibles definiciones de esta
última:
-La obra musical como ente autónomo, como texto fijado ya sea en la partitura o en un soporte
digital, sobre el cual se trabaja de manera de determinar y explicar sus elementos formales y
estructurales y las relaciones entre estos. Ej: Análisis Schenkeriano, la teoría de conjuntos
aplicada al análisis musical y el análisis de estilo musical entre otros.
- La obra musical como una unidad cambiante que se construye en el proceso de su existencia
temporal. No es sólo un texto estático sino también un proceso o ente histórico. Su metodología
de análisis además tomaría en cuenta aspectos cambiantes de la obra como su interpretación,
recepción y entorno contextual. Ej: Teoría y análisis de la recepción, la new musicology y los
análisis de la interpretación.
- La obra musical es algo que existe a través de la percepción y por lo tanto su significado reside
en el modo en como es percibida, más que en la obra misma. Ej: Análisis fenomenológico.

Estas concepciones no son excluyentes sino complementarias, y constituyen herramientas para


abordar el estudio de una obra desde distintos ángulos, teniendo en cuenta que ninguna tiene el
monopolio de la verdad. Cada una ilumina un aspecto en particular. Como tendencia general
hoy en día se observa un rechazo hacia la concepción de obra musical como un ente autónomo y
cerrado, prefiriendo entenderla como un proceso.
Dentro de la variedad de prácticas analíticas existentes nos cita: La teoría de la recepción,
relacionada con la lingüística, la hermenéutica y la fenomenología. que vincula el análisis
musical con la historia de la música; los análisis basados en la fenomenología, que se ocupan de
estudiar el contacto entre música y conciencia, de tal manera que el objeto de estudio no es la
misma música, sino el efecto producido en la conciencia del oyente, pero que al estar basados en
la experiencia subjetiva del receptor, es que sus metodologías pueden tener problemas para
demostrar su solidez; el análisis perceptivo que tiene más conexiones con la ciencia, y con la
psicología cognitiva; y la New Musicology, una corriente en que la disolución del estatus de
análisis musical es evidente y que se plantea como un movimiento antiformalista que rechaza la
autonomía de la obra musical y defiende la relatividad del conocimiento. En palabras de la autora
una práctica analítica que es un pretexto para fundamentar un discurso que es pura interpretación
subjetiva.
Debido a la diversificación del objeto de análisis, como a la gran variedad de técnicas analíticas
es que se ha difuminado y relativizado su estatus y objetivos los que pueden confundirse con los
objetivos de otras disciplinas como la historia, estética, psicología y sociología. Ante esto la
autora plantea que se debe aceptar el estatus autónomo provisional de una obra musical, porque
sino esta se convertirá sólo en un símbolo de un significado extramusical, cuya explicación
constituirá el fin último del estudio musical, desapareciendo como objeto con valor estético.

Cabe destacar, que a pesar de esta gran variedad de prácticas analíticas que ponen el foco en
aspectos antes dejados de lado por el análisis musical, siguen existiendo una gran cantidad de
acercamientos formales y estructurales a la música. Lo que sí se observa como una postura
generalizada de acercamiento a la obra musical, es el carácter integrador de diversas disciplinas
que estudian la música, ya que con un ataque multidimensional se puede llegar a comprender de
manera más certera la realidad de una obra musical. Se destaca el acercamiento y mutua
necesidad entre entre el análisis musical y la historia de la música.

La concepción de análisis musical que nos entrega la autora, es la de un examen detallado que se
hace de una obra, un escrito o cualquier realidad susceptible de estudio intelectual, así como el
resultado de ese examen. Esta realidad no es sólo la partitura, u otra representación gráfica del
sonido, sino que es su realización sonora. Por esta razón no basta con sólo estudiar la partitura
prescindiendo de la escucha analítica, porque ésta a veces puede ayudarnos a entender mejor una
obra musical. Esta situación la he experimentado de manera personal como herramienta para la
interpretación de una obra determinada. En términos de fraseo y rubato, y de indicaciones de
agógica, a pesar de comprender de manera intelectual mediante el estudio de la partitura lo que
se me indica hacer, a pesar de tener una muy buena definición por parte de mi profesora, sólo
mediante las palabras no lograba interpretar de buena manera lo que se me pedía. La manera de
lograrlo fue una escucha atenta de diversas interpretaciones para luego imitarlas con mi
instrumento (con todo lo que eso pueda escandalizar a algún profesor de instrumento). Incluso la
manera de tenerlo totalmente claro fue tocar sobre la grabación. De esta manera pude
comprender con mi cuerpo, lo que debía hacer y lo pude reproducir de manera mucho más
satisfactoria que sólo con el estudio visual de la partitura. De todas maneras Nagore nos señala
que es muy difícil prescindir de la representación gráfica en un estudio analítico, debido a que
nuestra capacidad visual es mayor a la auditiva.

Respecto del estatus del análisis musical la autora plantea que éste debe constituir una
herramienta. Se debe centrar el foco en determinar si el análisis responde a sus objetivos o si sus
resultados son válidos y no si funciona desde un punto de vista teórico o si tiene carácter de
ciencia. Lo que cualquier analista debe plantearse es cuál es la finalidad de su análisis, qué
pretende con este y hacia dónde quiere llegar. A partir de estas preguntas se deduce el método a
utilizar. Muchas veces análisis completamente opuestos son igualmente valiosos. Lo que da valor
a un análisis es el modo en que los detalles musicales sostienen sus conclusiones analíticas, y
cómo estas arrojan luz sobre ellos.
Para concluir la autora adopta una postura intermedia entre las diversas corrientes analíticas,
entre las más formalistas y las más hermenéuticas, señalando que no se puede prescindir de los
aspectos formales y estructurales siempre asociados al análisis musical, como tampoco se puede
prescindir de la noción de obra musical como algo que se desarrolla en el tiempo, que no es sólo
artefacto o texto, sino también un proceso. Asimismo nos indica la importancia y la necesidad de
la vinculación entre el análisis musical y otras disciplinas como la historia, la psicología, la
sociología, la teoría musical entre otras. Finalmente apunta que el análisis musical no puede ser
sólo una actividada hermenéutica, ya que , estando en una época dominada por el contexto, se
puede correr el riesgo de que se disuelva el análisis musical en un ejercicio narrativo o
interpretativo, como un nuevo tipo de performance.

Termina resaltando los aspectos positivos de la multiplicidad de perspectivas analíticas y la


descentralización del conocimiento. Entre los cuales podemos señalar el aumento del interés por
las músicas no canonizadas y una nueva valoración del sonido y el contexto. ,

Bibliografía

http://pendientedemigracion.ucm.es/info/musica/cv/nagore.html

Buen trabajo.
Se ajusta al formato.
Buena Redacción.
Desarrolla y expone las ideas principales.
Se sugiere:
1. Cuando se trate de citas textuales y cuando se utilicen expresiones elaboradas o
conceptos que son del autor/a se recomienda el uso de cremillas o cursivas. Ejemplo:
estatus autónomo provisional de una obra musical
2. No es necesario disponer de un apartado de Bibliografía si no se han utilizado otras
fuentes. Al final no hubo Bibliografía.
Se valora la mención a un caso específico y personal que da cuenta de un modo de aprendizaje a
partir de una herramienta de análisis como es la audición.

Nota: 6,0

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