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LA IGLESIA SANA, EN

LA UNIDAD
TEXTO MEMORIAL:
"Entonces vinieron a Él unos
trayendo un paralítico, que
era cargado por cuatro" (Mr.
2: 3).

INTRODUCCIÓN: Por favor léase del versículo


uno al seis. Vemos en esta porción de la Palabra,
cuatro actitudes de unidad que se hacen
necesarios en la iglesia de hoy. Cuatro hombres
decidieron llevar al enfermo a donde estaba el
Señor Jesús. No solo la fe de ellos fue eficaz sino la
acción que tomaron. Esto nos habla de una
verdadera unidad, de corazones sanos útiles en el
servicio del bien hacer. No hay mejor lugar para
llevar a los enfermos a la presencia del Señor que
donde hay amor, paz y sincera unidad.
En esta lección vamos a considerar varias
actitudes de la buena unidad que ya reina entre
nosotros, a la cual estamos invitando a otros a
participar del Espíritu que Dios provee para Su
Pueblo. El propósito es ayudar a los que se desvían
del camino y volverlos al gremio del Señor.

I. LA UNIDAD SE REQUIERE EN TODO TIEMPO.

Fueron varios lo que tuvieron ese propósito de traer


al paralítico al Señor. Nosotros necesitamos tener
propósitos unidos en la Iglesia. Una vida sin
propósitos es una vida sin dirección. Muchos
tienen propósitos, pero de ahí no pasan. Por eso la
iglesia necesita estar unida en propósito (visión).
Cuatro personas lo levantaron, uno sólo no podía.
Algunas personas tienen propósitos pero no todos
entran en la acción, pues no hay unidad. Es
necesario que estemos unidos en la acción del
esfuerzo. Tenemos que saber que la falta de acción
y unidad produce pecado (ociosidad). La iglesia
necesita estar unida en las dificultades, no
solamente en las fiestas. No podemos rendirnos
ante la adversidad, al contrario es cuando más nos
necesitamos, pues en la unidad está la fuerza. Es
necesario estar unidos en todo momento, no solo
en los días de cultos o avivamientos. La unidad
comienza con uno mismo. Las dificultades no
deben eliminar las metas y propósitos. Si estamos
sanos en la unidad de la Iglesia, llevaremos el
Evangelio de Dios a toda criatura (Marcos 16:14-20).
II. LA IGLESIA SANA NECESITA ESTAR UNIDA

Las cuatro personas unidas decidieron subir al


techo y hacer un agujero para bajar al paralítico.
¿Qué estás dispuesto hacer tú para ayudar a otros
a venir a Cristo? Se necesita sacrificio, esfuerzo,
pagar el precio y propósito de todo cristiano para
lograr la "Gran Comisión."

La Iglesia debe estar unida en la búsqueda de


soluciones y no ser parte del problema. Subir al
paralítico por el techo demandaba mayor esfuerzo,
pues las dificultades demandan mayor esfuerzo y
unidad. El propósito es llegar a Jesús y no hay nada
que pueda impedirlo, "…si Dios es por nosotros,
quién contra nosotros" (Rom. 8:31).

El Señor vio la fe de los cuatro y salvó y sanó a la


persona enferma. Estos fueron resultados de la
unidad de unos varones sanos ayudando a otro. Así
la Iglesia se vio desde el principio, veamos: "Y
perseverando unánimes (Unidos) cada día en el
templo, y partiendo el pan en las casas, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando
a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el
señor añadía cada día a la iglesia los que habían de
ser salvos" (Hechos 2:46-47). Esta es la unidad de
la Iglesia sana que daba gloria a Dios con sus
buenas-acciones.
Debemos estar unidos en la fe manteniendo la
mirada en Jesús. La unidad de fe produce milagros
y mueve la mano de Dios, como está escrito: "Y por
la mano de los apóstoles se hacían muchas señales
y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes
(Unidos) en el pórtico de Salomón" (Hechos 5:12).

Lo contrario a la unidad es la división que es el


arma poderosa de destrucción masiva que el
enemigo sabe usar muy bien para producir la
ruptura de todo núcleo de actividad cristiana. La
división viene a ser como la cizaña que al principio
solo causa molestias pero que si se la deja crecer
llega a ahogar los buenos cultivos, como cristianos
debemos saber cómo destruir esta arma mortífera
a fin de que no destruya la iglesia, nuestra casa o
cualquier grupo de unidad cristiana que se levanta
para hacer la obra de Cristo. La división enferma a
la Iglesia, pero el Señor quiere una Iglesia sana en
un mundo enfermo, amén.

CONCLUSIÓN: Hemos estudiado acerca de


los cuatro hombres que llevaron a un paralítico a la
presencia de Cristo Jesús. En esto vimos la unidad
en acción en pro de la sanidad y salvación de un
hombre. De esto aprendimos que la unidad produce
una iglesia saludable.

Invitamos a todos a orar los unos por los otros,


sabiendo que una mejor unidad en la iglesia
comienza conmigo.

AUTOEVALUACIÓN: Por favor conteste las


siguientes preguntas.

1. ¿Cómo puede describir la unidad?

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2. ¿Cuáles son las características de una Iglesia


sana en la unidad?

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3. Describa 5 elementos que contribuyeron en la


sanidad del paralítico (Mr. 2:3):

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