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Vol. 1 Nº 2 págs. 127-136.

2003

www.pasosonline.org

Patrimonio + turismo = ¿desarrollo?1

Llorenç Prats†
Secció d’Antropología Social i Cultural – Universidad de Barcelona (España)

Resumo: Como dicen algunas páginas web, este texto está en construcción, no tanto porque esté inaca-
bado como por su propia naturaleza como instrumento de reflexión y trabajo, que debería permitir dis-
crepar, debatir las ideas ex-puestas, y si se considera que tienen algún interés, incorporarlas y contrastar-
las, global o parcialmente, a los procesos de elaboración y gestión de proyectos turístico-patrimoniales.
A estos efectos, las ideas, ya sean críticas o preceptivas, se exponen en su máxima desnudez, sin ninguna
alusión a la casuística y desprovistas del apoyo de un aparato erudito, para que puedan ser así más fácil-
mente integradas y evaluadas en el contexto de la experiencia de cada cual. Siempre me ha interesado
debatir y proponer argumentos para el debate, cosa que ahora facilitan enormemente los medios de co-
municación que la informática ha puesto en nuestras manos.

Palavras chave: Turismo; Patrimonio cultural; Museos; Desarrollo

Abstract: As they say some pages web, this text is in construction, not so much because it is unfinished
as for its own nature like reflection instrument and work that it should allow to differ, to debate the for-
mer-on ideas, and if it is considered that they have some interest, to incorporate them and to contrast
them, global or partially, to the elaboration processes and administration of tourist-patrimonial projects.
To these effects, the ideas, be already critical or mandatory, they are exposed in their maximum naked-
ness, without any allusion to the casuistry and lacking the support of a learned apparatus, so that they can
be this way more easily integrated and evaluated in the context of the experience of each one. He/she has
always been interested to debate and to propose arguments for the debate, thing that now facilitate the
media that the computer science has put in our hands vastly.

Keywords: Tourism; Cultural heritage; Museums; Development


Doctor en Antropología Social. Profesor Titular de la Universidad de Barcelona. Sección de Antropología Social y
Cultural.. E-mail: lprats@trivium.gh.ub.es

© PASOS. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. ISSN 1695-7121


128 Patrimonio + Turismo = ¿desarrollo?

“Me dedico a la gestión de proyectos rela- términos como “desarrollo”, “sostenibili-


cionados con el patrimonio cultural y su dad”, “interpretación”, “restitución” y otros
relación con el turismo [...] Desde hace cua- seudo-conceptos que se utilizan como ver-
tro años dirijo una pequeña empresa [...] daderos fetiches en los discursos sociales y
desde la cual intentamos organizar proyec- políticos, con significados diversos según los
tos de gestión y poner cierto orden en actua- intereses predominantes. De entre las tesis
ciones dispares en municipios que no cuen- más recurrentes y a mi parecer insuficien-
tan con personal técnico cualificado. temente fundamentadas baste citar la que
En estos años me he visto en la necesi- sostiene un cambio general en la orienta-
dad de pasar de una posición como arqueó- ción del turismo más allá de los motivos de
logo investigador en [...] la Universidad de compra habituales, el cual, según cómo,
Granada, en la que mi preocupación eran dónde y con referencia a qué se plantee, o
los problemas teórico-metodológicos, a una bien es simplemente falso o bien presenta
situación en la que impera el pragmatismo, unas dimensiones mucho más reducidas y
mezcla de recuperaciones normativas y ex- matizadas de lo que se pretende (es decir
traños discursos difíciles de analizar en los que se confunde y a veces se diría que deli-
que lo de menos es la conceptualización, la beradamente, un hecho porcentual, relati-
explicitación de la fundamentación teórica. vo, con una tendencia absoluta). Debo insis-
Leo absurdos pareceres sobre el papel del tir en que me refiero a un contexto de ela-
patrimonio en la vida sentimental del turis- boración y gestión de proyectos turístico-
ta, sobre la importancia del patrimonio en patrimoniales y no, o por lo menos no nece-
un desarrollo local imaginario, sobre prác- sariamente, a un contexto de reflexión aca-
ticas incoherentes que dicen surgir de eso démica. No voy a negar, por supuesto, a
que se denomina sostenibilidad y cosas así. estas alturas, el interés turístico del patri-
Veo una falta de comportamientos severos a monio ni tan siquiera los efectos benéficos
la hora de plantear eso que llaman “inter- que en muchos casos pueden tener sobre la
pretación”, un desinterés por seguir (o al población la realización de proyectos turís-
menos intentarlo) principios de complejidad tico-patrimoniales de carácter local, en los
conceptual que vayan más allá de intentos que me centraré básicamente. Pero sí me
de justificar posiciones promercantilistas en gustaría aportar algunas ideas referidas
la gestión patrimonial, etc.” principalmente a la causalidad y metodolo-
He extraído este texto de una consulta gía de esos proyectos.
que recibí por correo electrónico de un co- La acción “demiúrgica”, el principio ac-
municante al que no conozco personalmen- tivo de los proyectos de desarrollo local ba-
te. Lo reproduzco porque expresa a mi en- sados en los usos turísticos del patrimonio
tender algunas de las preocupaciones bási- suele obedecer a los intereses convergentes
cas implícitas en la cuestión que da título a de la administración y de los técnicos impli-
este artículo y a las que opino que no pres- cados, lo cual no presupone que sean bene-
tamos, en general, la atención que se debi- ficiosos o no para la población o determina-
era. Se pueden resumir en dos aspectos dos sectores de la población. Hay un mer-
concurrentes: la debilidad teórica y metodo- cado de proyectos turístico-patrimoniales
lógica que impregna la elaboración y ges- en el cual la oferta, por decirlo así, es gene-
tión de proyectos turístico-patrimoniales y rada por técnicos procedentes de la univer-
la adopción, por conveniencia, en este mis- sidad (a veces incluso desde la propia uni-
mo sentido, como certezas comúnmente versidad), integrados en empresas, cuasi-
aceptadas, de tesis, por llamarles así, insu- empresas u otro tipo de equipos general-
ficientemente contrastadas, tergiversadas o mente pequeños, o trabajando individual-
extralimitadas en su alcance. Esto se tra- mente, que elaboran proyectos a demanda
duce en la otorgación de cartas de legitimi- de las administraciones, locales en la ma-
dad a conceptos como “turismo cultural” sin yoría de los casos, inducida por ellos mis-
pararse a precisar a qué tipo de prácticas, mos en no pocas ocasiones, y viven, o com-
motivaciones o productos nos estamos refi- plementan sus ingresos, de su elaboración,
riendo ni si son siempre los mismos, o en la realización y/o mantenimiento.
utilización indiscriminada y confusa de La existencia, incluso la relativa prolife-
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ración de esta figura, determinante a mi o percibidas, de las administraciones loca-


parecer, del “técnico a la caza del proyecto” les o supralocales (comarcas o mancomuni-
o, si es posible, de un contrato o de una dades ad-hoc), contando también con recur-
plaza en la administración, obedece a di- sos de otras administraciones mayores
versas causas. En primer lugar la incapaci- (provinciales, regionales, comunitarias...),
dad actual de la universidad, en general y para activar o (poner en valor, como prefie-
particularmente en las carreras de huma- ran) el patrimonio (natural y cultural, es lo
nidades, de proporcionar trabajo dentro ni mismo), son grandes y representan en estas
fuera del sistema universitario, con la pér- últimas décadas, un buen yacimiento, si no
dida de “yacimientos” tradicionales como la de ocupación estable, sí de contratación
enseñanza secundaria. El trinomio maes- puntual para un conjunto variopinto de
tros-escuelas-recursos, si alguna vez ha técnicos culturales, sin que se adviertan
funcionado, funciona ahora menos que nun- síntomas de recesión en este sentido. Los
ca en la universidad española, se aplica en intereses de la administración son primor-
todo caso a proyectos de I+D en ciencia y dialmente políticos y no son ajenos en abso-
tecnología y los recursos finales son siem- luto a los altos dividendos electorales que,
pre inestables. La enseñanza secundaria mediante una inversión comparativamente
está saturada y la ratio profesores-alumnos baja, las intervenciones patrimoniales pro-
o la situación demográfica del país, así co- porcionan (siempre que se lleven a cabo con
mo la extensión del sistema hasta unos tiento y sin deslices importantes). Cuando
límites sociales ya muy amplios, no permite los criterios constituyentes del patrimonio
albergar esperanzas en este sentido. legitiman algún objeto (o conjunto de obje-
Por otra parte, el mercado, en este como tos), lugar o manifestación, y la autoridad
en otros campos, no se interesa por el tra- científica y el consenso social certifican su
bajador sino por la fuerza de trabajo, que valor, el elemento patrimonial en cuestión
además ya no adquiere en propiedad sino es considerado un bien de interés público y
en régimen de “leasing” para poder reno- su recuperación y restauración (si es el
varse con mayor agilidad y adaptarse a la caso), conservación y, en la medida de lo
competitividad. Aun más, también en este posible, activación o puesta en valor, un
campo la universidad compite con frecuen- imperativo categórico para la administra-
cia, ventajosamente, con sus propios licen- ción. En términos de supervivencia política,
ciados, captando recursos exteriores con podríamos decir que recuperar y conservar
mayor facilidad gracias a los mejores curri- (salvar) el patrimonio es siempre una ac-
culums que puede presentar, precios com- tuación extraordinariamente eficaz por el
petitivos, prestigio añadido y con un riesgo elevado nivel de consenso social que susci-
minimizado que permite casi todas las ven- ta, en cambio activar ese mismo patrimonio
tajas de la empresa privada con casi ningu- de una forma permanente constituye una
no de sus inconvenientes. Paradójicamente, operación mucho más arriesgada. Esto vale
la universidad ofrece un amplísimo abanico tanto para zonas turísticas como para
de cursos de postgrado de todo tipo y condi- zonas no turísticas. En zonas turísticas el
ción para acercar a sus postgraduados a patrimonio se convierte en un activo añadi-
campos más específicos y aplicados que los do a la oferta (cuando no es ya su principal
que ofrecen las licenciaturas, para adaptar- activo) y la rentabilidad de las actuaciones
se mejor a las exigencias del mercado y políticas en este sentido se medirá por la
favorecer así su integración laboral. Sin capacidad de generar o aumentar flujos de
embargo, los resultados de estos cursos en visitantes, así como para fomentar un tu-
términos de ocupación no son ni brillantes rismo de calidad (entendido desde el sector,
ni sostenidos, con lo que en la práctica se básicamente, como de mayor capacidad
convierten ellos mismos en un producto (y adquisitiva). En zonas no turísticas el pa-
no en el medio que pretenden ser), una trimonio suele cumplir funciones identita-
nueva oferta universitaria que acaban pa- rias y de mejora de la llamada calidad de
gando en muchos casos los propios licencia- vida en los planos urbanísticos y medioam-
dos que actúan sin pretenderlo como con- bientales (en las zonas turísticas también),
sumidores finales. aunque no por ello se suele renunciar, con
A pesar de todo, las necesidades, reales mayor o menor fundamento, a la expectati-
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va de participar mediante la activación mente, por ejemplo, habitualmente no es


patrimonial y en mayor o menor medida del rentable (aunque en los proyectos se suelan
gran negocio turístico. Estas expectativas hacer cálculos en este sentido, y posterior-
son especialmente acuciantes en las zonas mente balances, exageradamente optimis-
periféricas e intersticiales de los países tas). Sin embargo, esta razón entra en con-
desarrollados (no me voy a referir en estas frontación con los intereses del técnico o
páginas a la problemática del turismo en el técnicos que aspiran a un trabajo estable y
tercer mundo) y aún más si cabe en aque- convierten en ocasiones el museo (u otra
llas que se han visto abocadas a la recon- instalación) en una verdadera trinchera
versión económica y emprenden lo que en laboral y social a defender a toda costa.
otras ocasiones he denominado una musea- Esto conduce no sólo a conflictos con y de-
bilización de la frustración, por ello son ntro de la administración, a presupuestos
también especialmente imprudentes los lastrados por el propio mantenimiento de la
planes de desarrollo turístico-patrimonial instalación y del personal, sino a prácticas
sin suficientes garantías de viabilidad en perversas, a mi parecer, como la generali-
esas zonas. Tampoco es especialmente difí- zación del turismo escolar, una especie de
cil en unos y otros casos obtener ayudas de contingente de visitantes forzados que ayu-
las administraciones mayores. Las inter- da en gran manera a maquillar los núme-
venciones patrimoniales no generan polé- ros, junto con el turismo de ancianos y los
mica (salvo raros casos y siempre que no se visitantes estacionales si nos referimos a
quiera ir demasiado lejos), tienen una gran una zona turística. Resulta difícil defender
vistosidad y son inaugurables con el bene- la bondad pedagógica de la frecuentación
plácito de la población en épocas preelecto- escolar del patrimonio más allá de ciertos
rales. Comunitariamente contribuyen a la límites, en primer lugar porque se produce
configuración de la región europea como un efecto de saturación y de escolarización
una enorme ciudad-jardín, una especie de del patrimonio que difícilmente va a contri-
paraíso natural y cultural para vivir y visi- buir a fomentar el interés de los jóvenes en
tar, que tiende a expulsar las actividades este sentido, más bien una cierta aversión,
económicas “sucias” más allá de sus fronte- y, en segundo lugar, porque, aunque esto
ras y mantiene en cambio políticas protec- representa una oferta didáctica tentadora,
cionistas en el sector agrario aparentemen- que facilita el trabajo a los docentes, en
te carentes de justificación en un plano contrapartida desvía la atención de los
estrictamente económico. alumnos de su entorno más inmediato, que
Durante los próximos años, por la con- desconocen con frecuencia y en el que se
vergencia de los intereses a los que aludía pueden encontrar numerosos lugares, obje-
antes entre administración y técnicos bási- tos, manifestaciones ... estructuralmente
camente, se van a seguir elaborando en equivalentes, aunque, eso sí, sin la misma
muchos casos, realizando (en menos) y vistosidad ni la comodidad de los elementos
manteniendo (en pocos) proyectos turístico- didácticos previamente elaborados. Del
patrimoniales para el desarrollo local, y en turismo de ancianos (como el escolar cada
parte, como explicaré después, me parece vez más disputado por una cuestión de ra-
bien. Esto no quiere decir que no se puedan tio), legítimamente lúdico y selectivo en
y deban evitar algunos errores visibles y cuanto a su atención, difícilmente puede
recurrentes e incluso seguir un determina- decirse que satisfaga las motivaciones prin-
do camino, un procedimiento, lo que colo- cipales declaradas de la instalación patri-
quialmente llamaríamos un método, que monial, como tampoco puede decirse del
ofrezca unas mínimas garantías para tratar visitante estacional que por otros motivos
de obtener los mejores resultados posibles. turísticos se halla en la zona y aprovecha
Los problemas más importantes que un día de mal tiempo, un abuso de sol o un
plantea la gestión del patrimonio en cuanto deseo de relax y diversificación para pasar-
a su viabilidad se derivan del manteni- se por o llegarse a, según la ubicación, el
miento (no de su conservación, sino de su museo o el parque arqueológico. El visitan-
mantenimiento activo). Por tanto parece te que desea el técnico, motivado hasta el
que éste debería reducirse al máximo: man- punto de acudir para visitar su instalación,
tener un museo local abierto permanente- existe en muy escasa cantidad y así el man-
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tenimiento de la instalación y del personal cación y procedencia disciplinaria, dificul-


adscrito se convierte por sí mismo, de tan la formación de verdaderos equipos
hecho, en la justificación última de su acti- interdisciplinares, si es que a este nivel
vidad, o por lo menos en una de las princi- pudieran tener algún sentido. El problema
pales. procede ya de la propia universidad. Las
Otro problema recurrente viene dado disciplinas que se ocupan respectivamente
por la delimitación territorial de los proyec- del patrimonio y del turismo son distintas y
tos impuesta por la lógica política e incluso estancas (independientemente de la titula-
económica de la administración local y ción de grado medio que se titula ahora
aceptada, más por necesidad que por con- Diplomatura en turismo y que ha venido a
vencimiento, por los técnicos, aunque con- sustituir el antiguo título no homologado de
tradiga la lógica de la ordenación territorial Técnico en empresas y actividades turísti-
del patrimonio y sus usos turísticos e im- cas). El patrimonio se explica en las licen-
plique reiteraciones y dispersión de recur- ciaturas de historia del arte, prehistoria y
sos, competencia y rivalidad en lugar de arqueología, principalmente, y el turismo
complementariedad y coordinación y no en las de economía aplicada y geografía
digamos ya planificación conjunta. Bien es regional. En una licenciatura como la nues-
cierto que, a veces, estos límites locales se tra, antropología social y cultural [sic] el
trascienden por parte de administraciones patrimonio está contemplado normalmente
mayores. Entonces, generalmente, las dis- como asignatura optativa dentro de las
tintas instalaciones, lugares y manifesta- materias etnológicas y se supone, lo digo
ciones se suelen integrar en lo que se cono- por propia experiencia, que se dedica fun-
ce como una ruta, que básicamente consiste damentalmente a explicar culturas tradi-
en una promoción conjunta de todos estos cionales y, como mucho, museos etnológi-
elementos en base a un hilo temático con- cos. La antropología del turismo se imparte
ductor más o menos peregrino. Sobre las muy raramente en nuestra licenciatura, los
rutas se editan folletos y otros materiales, antropólogos académicamente consolidados
se establece una señalización homogénea, que nos ocupamos de ella en España se
se adecuan accesos... pero poco más, los pueden contar holgadamente con los dedos
intereses de las partes prevalecen sobre los de una mano. Las expectativas en este caso
intereses del todo y si se requiere alguna apuntan a la denuncia de los efectos acul-
inversión puntual de mayor consideración o turadores del turismo, aderezados si acaso
la activación de elementos de mayor atrac- con alguna graciosa observación sobre el
ción y relevancia, aparecen rápidamente los carácter ritual de los viajes. En los cursos
argumentos y confrontaciones municipalis- de postgrado de voluntad transdisciplinar,
tas. Eso no quiere decir que todas las rutas y sigo hablando por propia experiencia, las
sean únicamente artificios promocionales pugnas intestinas por el reparto de créditos
con escasos resultados ni que cualquier tipo son verdaderamente duras (aunque muy
de ordenación turístico-patrimonial local educadas y convenientemente disfrazadas
contravenga necesariamente la lógica de los con argumentos científicos y de demanda
potenciales usuarios, pero sí que estas son social) y la supuesta interdisciplinariedad
las tendencias predominantes. acaba en la puerta de las aulas. Esto tiene
Un tercer orden de problemas viene da- sus efectos nocivos, a veces delirantes, en
do por el mutuo desconocimiento y recelo una y otra dirección. Así, por ejemplo, se
entre el sector turístico y el sector patrimo- tiende a sobrevalorar exageradamente el
nial. Aunque en estos proyectos convergen patrimonio local, a imaginar un contingen-
las lógicas, procederes e interioridades de te inagotable de turistas (con frecuencia se
ambos, en el mejor de los casos, los técnicos piensa más bien en visitantes del día, o
que los acometen tienen una formación excursionistas si se prefiere esta denomina-
cualificada en uno de los dos ámbitos ción) básicamente acantonados en las
(cuando no en ninguno) y sobre el otro tie- grandes ciudades y dispuestos a movilizar-
nen, con suerte, algún conocimiento suma- se al menor reclamo turístico-patrimonial,
rio y, si no, una ignorancia supina, además, no se tiene una idea clara de producto tu-
eso sí, de un montón de prejuicios. Varias rístico ni de posicionamiento de mercado,
razones, económicas, gremiales, de comuni- por lo tanto se presta escasa atención a la
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adecuación e intereses de las empresas de que he seguido hasta aquí por otro que
alojamiento y restauración (si existen) res- plantee cuestiones metodológicas en positi-
pecto a segmentos de público vagamente vo, a convertir las advertencias sobre los
perfilados, se trata el patrimonio como una peligros que se deberían evitar en prescrip-
oferta turística independiente y se ignoran ciones que, a mi entender, se deberían se-
los procesos de comercialización, por citar guir para mejorar los resultados.
algunos de los problemas más graves y re- Para adaptarnos mejor a la realidad, es
currentes. Cuando los proyectos se formu- prudente seguir un procedimiento que se
lan desde una racionalidad turística, el plantee tres cuestiones fundamentales: los
patrimonio es visto como un valor añadido intereses subyacentes, las expectativas de
y “profanado” con frecuencia en lo que tiene unos y otros, y las posibilidades reales de
de simbólico-identitario para la población. ejecución del proyecto.
Todo ello no excluye naturalmente que Vayamos por partes. En primer lugar
existan modelos de funcionamiento turísti- tenemos el encargo, o no. En realidad, en
co-patrimonial local elaborados a partir de primer lugar tenemos la siguiente cuestión:
la racionalidad turística que marchan per- ¿existe realmente un encargo o se trata de
fectamente, ni que, con criterios básica- alguna forma de un autoencargo de proyec-
mente patrimoniales, obtengan unos mag- to, una necesidad inducida por nosotros
níficos resultados turísticos museos, luga- mismos, de cuya conveniencia o inocuidad
res y manifestaciones de gran atractivo, así hemos convencido a la administración u
como aquellos que se hallan inmersos en otros agentes sociales? Y a esta cuestión
destinos turísticos maduros. Quiero decir aún le siguen otras: si el encargo procede de
que si estamos dentro de un destino o in- la administración o debe ser asumido por
cluso dentro de un área de influencia ya ella tendremos que diferenciar nítidamente
consolidada turísticamente por otros moti- entre el encargo explícito y el encargo im-
vos de compra (sean patrimoniales o no), plícito (que pueden coincidir en parte o no,
tendremos seguramente muchas cosas re- pero muy difícilmente en el todo), es decir
sueltas de entrada, en cambio, si trabaja- ¿qué es lo que se nos dice encargar y qué es
mos en una de esas zonas periféricas e in- lo que interesa realmente? ¿cuál es en defi-
tersticiales, es decir, en la nada turística, nitiva el verdadero contenido del encargo?
las dificultades son enormes porque de (mesurable por el grado de satisfacción que
hecho lo que debemos plantearnos (con se generará en el “encargante” en la medi-
todos los déficit de formación mencionados) da en que nos aproximemos a él). Y si el
es ni más ni menos que la creación de un encargo no procede de la administración
destino turístico y de uno o más productos a (sino de una institución cultural, por ejem-
consumir en él. Por simplificar se podría plo) ¿qué capacidad tiene el “encargante” de
decir que más que en museos, en ese caso, llevarlo a cabo? Por otra parte, no es nin-
deberíamos empezar pensando en hoteles. guna novedad que los encargos no se hacen
Por otra parte, toda activación (o puesta siempre con la intención de ejecutarlos, que
en valor) patrimonial es en si misma un en muchos casos esta intención no existe en
discurso (que además puede acoger o no absoluto y que el proyecto puede ser para la
otros discursos), llámesele si se quiere in- administración encargante un fin en si
terpretación. Estos discursos pueden ser mismo, moneda de cambio para otros obje-
simples, complejos, estáticos, cambiantes, tivos políticos y político-económicos o inclu-
poliédricos, unidimensionales... pero, en so una forma de bloquear cualquier inter-
cualquier caso, plantean una serie de cues- vención patrimonial, por contradictorio que
tiones importantes: ¿quién debe concebirlos parezca. No está por demás que nos pre-
y elaborarlos? ¿para quién? ¿para qué? ¿y guntemos también (si no está ya suficien-
por qué estos y no otros?... Tiene mucha temente claro) por qué el encargo se nos
razón el comunicante anónimo al que alu- hace a nosotros precisamente: ¿porqué so-
día al principio cuando denunciaba que en mos los mejores y/o aportamos una mayor
este campo primaba por encima de todo experiencia y curriculum y esto ofrece ma-
una orientación resultadista en términos de yores garantías? ¿porqué la institución o
mercado. empresa que representamos, o nuestro pro-
Pero vamos a cambiar el enfoque crítico pio nombre, aporta un valor añadido de
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prestigio al proyecto en si mismo, indepen- políticos, que debemos desentrañar y que


dientemente de su bondad? ¿porqué somos pueden coincidir más o menos con los de-
“los del pueblo”, los que presentan un pre- clarados y tener más o menos que ver con el
supuesto más asequible, los más insistentes patrimonio; y nosotros mismos, los técnicos,
o los únicos que nos hemos interesado por con nuestros propios intereses, certidum-
el tema? ¿o simplemente porque ya depen- bres y afinidades (ideológicas, estéticas...)
demos orgánicamente de la administración incluso a veces implicaciones personales,
en cuestión y esto forma parte de nuestras que deberíamos tratar en este proceso de
funciones? Tal vez el motivo de nuestra reconocimiento con la mayor objetividad
elección tenga poco o mucho que ver con posible. Las administraciones mayores tie-
nuestras relaciones político- nen unos intereses políticos propios y otros
administrativas y con nuestra capacidad de relacionados, en términos de connivencia o
influencia presente y futura. En cualquier confrontación, con las administraciones
caso, se trata de un extremo importante locales, lo cual puede determinar, entre
sobre el cual no deberíamos engañarnos otras cuestiones, plazos de ejecución y
jamás porque, en uno u otro sentido, com- cuantías de las ayudas. Por supuesto, pue-
porta servidumbres implícitas que debe- den existir y existen en las administracio-
ríamos tener muy presentes, antes, durante nes (y también en nosotros mismos) inter-
y después de emprender nuestra labor. Y si eses explícitos y altruistas (por ejemplo, con
viene al caso, no dejemos de preguntarnos frecuencia, las administraciones sostienen
también en lugar de quién (o contra quién) abiertamente y supongo que de buena fe
se nos ha elegido. tesis erróneas respecto a la forma de resol-
Una vez establecidos estos mínimos ex- ver la integración de colectividades sobre-
tremos acerca del encargo y aceptado con venidas mediante actos y proyectos de ca-
todas sus consecuencias, antes de estable- rácter simbólico sin resolver antes o simul-
cer cualquier hipótesis nos tendremos que táneamente los problemas de integración
documentar sobre la zona, el territorio en el económica y social), pero precisamente por
que vamos a trabajar. Pero no sólo sobre este carácter explícito (y supuestamente
sus características naturales y sociales, altruista) no insisto en ellos, aunque debe-
sobre la riqueza y el estado de su patrimo- ríamos andarnos con cuidado, si queremos
nio, sus puntos fuertes y sus puntos débi- minimizar las sorpresas posteriores, para
les, la viabilidad de su explotación turísti- no aceptarlos como tales sin una suficiente
ca, la razonabilidad de la acotación territo- contrastación. Hay todavía otras fuerzas e
rial y las relaciones de complentariedad y intereses en juego recurrentes, por supues-
solapamiento que puedan producirse con to: el sector turístico y asociado (si existe),
zonas vecinas, etc. Todo esto lo doy por que puede adoptar actitudes que vayan
supuesto y se puede hallar en cualquier desde la colaboración hasta la indiferencia
manual o guión de elaboración de proyectos o la abierta oposición cuando la conserva-
o gestión del patrimonio. Pero, si realmente ción o activación del patrimonio es incom-
pretendemos que nuestro proyecto llegue a patible con sus intereses (inmobiliarios, por
buen puerto (no siempre tiene porqué ser ejemplo); también el resto de la población
necesariamente así), nos tendremos que no implicada en las actividades turísticas y
interesar también y mucho por el contexto que puede tomar actitudes muy diversas, a
sociopolítico en el que vamos a trabajar, es veces entusiastas o virulentas, según pa-
decir, por el juego, generalmente complejo, rámetros tales como las afinidades políti-
de fuerzas, intereses y expectativas que se cas, agravios comparativos dentro del mis-
hallen presentes en él y que, afortunada- mo territorio de actuación, o simplemente
mente para la viabilidad de nuestro traba- cuestiones personales, a veces muy profun-
jo, aunque la casuística puede parecer infi- damente enraizadas y que dan lugar a posi-
nita, suelen ser siempre las mismas (fuer- ciones aparentemente irracionales. Ni qué
zas), con los mismos intereses y un limitado decir tiene que un mismo individuo o indi-
abanico de expectativas. Ya nos hemos re- viduos puede estar comprometido a la vez
ferido por lo menos a dos de ellas (y de las (y de hecho sucede con frecuencia), por ra-
más importantes por cierto): la administra- zones de cargo, profesión, parentesco, etc.,
ción local, con intereses fundamentalmente con fuerzas e intereses distintos y no nece-
134 Patrimonio + Turismo = ¿desarrollo?

sariamente coincidentes. También en el tanto implica seguramente una reducción


entorno de la zona se pueden movilizar en el número de proyectos que se debieran
fuerzas de signo diverso (rivalidades loca- acometer. Esto puede parecer muy contra-
les, por ejemplo), que añaden complejidad a producente para los técnicos profesionales
la cuestión. Afortunadamente sólo hay dos que trabajan en este campo (o incluso para
situaciones en las que estas fuerzas, diga- las administraciones, que verían encarecer-
mos periféricas, dentro y fuera de la pobla- se los proyectos y dilatarse los resultados
ción, deban preocuparnos especialmente (es en contra de sus habituales premuras),
decir más allá de la preocupación genérica pero pienso que no es así, como voy a inten-
que nos produzca la voluntad de empatía): tar explicar en las proposiciones que pre-
cuando se movilizan (espontáneamente o a sentaré al final de este texto.
través de la oposición política o de alguna A partir de aquí, seguidos los pasos an-
entidad cultural, en contra del proyecto) o teriores, incluso los que no explicito, segu-
cuando el proyecto cifra en ellas expectati- ramente estaremos en condiciones de esta-
vas de obligado cumplimiento. blecer un diagnóstico razonable sobre la
Para expresar gráficamente esta inmer- viabilidad del encargo en todos los planos
sión en el contexto podríamos decir que los (tanto los técnico-económicos, como los so-
proyectos se mueven entre lo deseable, lo cio-políticos, por decirlo así), así como sobre
razonable y lo posible, o, dicho de otra for- su verdadera naturaleza y de fijar los obje-
ma: las buenas intenciones, la razón formal tivos que queremos alcanzar, que, aun res-
(legitimada por los parámetros técnicos, pondiendo formalmente al encargo explíci-
objetivos y materiales, como recursos, ubi- to, pueden ser muy diversos: desde la con-
cación, infraestructuras, etc.) y la razón secución de determinados efectos económi-
contextual (determinada por las fuerzas e cos, sociales e ideológicos, hasta la justifica-
intereses en juego). Que duda cabe que, a ción de una determinada línea de acción
menos que la necesidad acucie y se impon- política, pasando por la satisfacción de
ga a cualquier otra consideración, por muy nuestras necesidades económicas y profe-
poderosas que sean las buenas intenciones sionales inmediatas o a más o menos largo
y las razones formales, las fuerzas e inter- plazo. Con demasiada frecuencia, las con-
eses que integran esto que llamamos razón clusiones a las que se quiere llegar no ema-
contextual acabarán imponiéndose, lo con- nan de un diagnóstico que cumpla estos
temple o no el proyecto. requisitos y están implícitas en la propia
Todo esto quiere decir, en definitiva, que orientación inicial del proyecto y en su de-
hay mucho que hacer antes de escribir una sarrollo metodológico, cuando no en los
sola línea, actividad que, al margen de la postulados explícitos o implícitos del encar-
obtención de datos sobre los recursos pa- go. A veces, un diagnóstico minucioso nos
trimoniales y otros de carácter económico, conduce, o nos conduciría, consecuentemen-
estadístico o geográfico, requiere un trabajo te, a desaconsejar cualquier actuación en
de campo razonablemente intenso, basado este sentido, o por lo menos a rebajar drás-
en las técnicas de la observación y las en- ticamente las pretensiones del encargo y
trevistas no directivas o informales, propias advertir claramente los peligros existentes.
de la antropología y en la introspección. La Pero si existen intereses políticos y econó-
calidad de este trabajo de campo, que no micos (entre los cuales los nuestros, aunque
tiene porque estar directamente relaciona- puedan ser los de menor relevancia), es
da con la duración del mismo, determinará muy difícil llegar a la conclusión de que lo
en gran manera, no la originalidad o la mejor es no hacer nada (aun cuando esto
calidad museológica del proyecto, pero sí su permitiera evitar males mayores), entre
imbricación con el contexto social en el que otras cosas quizás porque no hemos enten-
debe aplicarse. El tiempo invertido en estos dido la verdadera naturaleza del encargo, o,
menesteres (que se puede corresponder por al contrario, porque la hemos entendido
otra parte perfectamente con el período de perfectamente.
acopio de otros datos) nunca es baldío, aun- Regresemos a la pregunta inicial, para
que sí demanda un planteamiento más la cual, por supuesto no hay una respuesta
reposado y extenso y entra en contradicción única, aunque quisiera plantear al respecto
con la inmediatez y el utilitarismo y por una reflexión general y algunas hipótesis, o
Llorenç Prats 135

más bien propuestas, para desarrollar so- además de la sistemática exploración del
bre el terreno. contexto a la que me referido ampliamente,
Vayamos primero por la reflexión. La la necesidad de reunir puntos de vista e
cuestión (patrimonio + turismo = ¿desarro- intereses de uno y otro lado para crear, o
llo?) expresa obviamente una ecuación don- implementar, productos turístico-
de desarrollo es la incógnita a despejar. Es patrimoniales integrados que optimicen los
decir, que, planteada en términos afirmati- efectos benéficos para ambos sectores, evi-
vos y expresada en palabras, tendríamos tando los peligros. El turismo puede repre-
que decir que patrimonio más turismo es sentar para el patrimonio ingresos, vitali-
igual a “depende”. De todas formas, ante dad y relevancia política, pero no a costa de
una relativización excesiva, que pueda con- un mercantilismo abusivo y mal entendido
ducir a una desautorización general y que, en lugar o además de centrarse en el
apriorística de la ecuación, hay que adver- merchandising, que es su ubicación natu-
tir de los peligros de un reduccionismo in- ral, produzca una trivialización (a veces
verso que, por suerte o por desgracia ( o esperpéntica) de los discursos, contrapro-
mejor por suerte y por desgracia), conoce- ducente a largo plazo incluso para el propio
mos muy bien y que se puede expresar interés turístico. El patrimonio puede ocu-
también en términos de ecuaciones: patri- par lugares muy diversos en y respecto a
monio - turismo = ¿? y turismo - patrimonio los productos turísticos (desde motivo de
= ¿?. Por supuesto que si pretendemos una compra principal hasta mero escenario,
respuesta de validez universal no puede ser pasando por todo tipo de valores añadidos,
otra, nuevamente, que “depende”, pero co- tangibles o intangibles), puede servir para
nocemos tantos y tantos casos en los que el enriquecer la oferta, crear imagen, reorien-
desarrollo turístico se ha llevado a cabo tar el posicionamiento, desestacionalizar si
ignorando o devastando directamente el interesa, pero para ello debe entender y
patrimonio, en todas sus expresiones (natu- aceptar su dimensión lúdica y trabajar
rales o culturales, es lo mismo, insisto), activamente para conjugarla imaginativa-
provocando impactos nefastos e insosteni- mente con su dignidad. A pesar de todo, la
bles a largo plazo, que tenemos la obliga- razón patrimonial y la razón turística, por
ción de estar seriamente prevenidos en este decirlo así, en ocasiones entraran en con-
sentido. Y también en el sentido opuesto, es flicto, es inevitable, y en este caso, como en
decir, respecto del sostenimiento parasita- todos los conflictos (aquí no hay recetas
rio del patrimonio a cargo del erario públi- especiales) lo más sensato es sentarse a
co, y a expensas por tanto de otros gastos e negociar desde cuestiones puntuales a mo-
inversiones igualmente públicas en infraes- delos y marcos de desarrollo, que requieren
tructuras, sanidad, educación... e incluso claridad y un amplio consenso social, si no
otros equipamientos y actividades cultura- se quiere que la conflictividad se reproduz-
les. ¿Cuántas consejerías de cultura e ins- ca cíclicamente.
tancias afines de la administración no Cuando los ingresos turísticos no abun-
cuentan sus respectivos inventarios de bie- dan, los flujos no son muy importantes,
nes culturales en términos de inventarios dejan poco dinero o presentan una marcada
de problemas? Transformar estos proble- estacionalidad, para obtener los resultados
mas en oportunidades debería ser nuestra deseados seguramente tendremos que com-
prioridad (la de los técnicos, quiero decir), plicar un poco más la ecuación anterior,
aunque, como hemos visto, esto requiere introduciendo otros elementos como el uso
afinar mucho más en el análisis de lo que social o la producción (cosa que tampoco
se suele. Turismo y patrimonio se necesi- está contraindicada en los destinos turísti-
tan, pues, mutuamente para cualquier tipo cos más florecientes). Me refiero a conside-
de cosa que pueda ubicarse en esa nebulosa rar, por ejemplo, la suma de patrimonio,
conceptual que denominamos desarrollo turismo y producción como inductora de un
sostenible. moderado reclamo turístico, un saneamien-
Sin embargo, para que este orden de co- to de la partida presupuestaria correspon-
sas se produzca y se establezca una simbio- diente, tal vez la creación de algún puesto
sis fructífera entre patrimonio y turismo en de trabajo y una mejora relativa de la ima-
el plano local, debemos tener en cuenta, gen turística del lugar. O bien a la suma de
136 Patrimonio + Turismo = ¿desarrollo?

patrimonio, turismo y usos sociales como museo, incluso, si se utilizan estos recursos
agente de una reconducción del gasto públi- adecuadamente, en términos simbólico-
co (por la reunión de partidas presupuesta- identitarios. La tercera y última de mis
rias), de una mejora en los servicios socio- propuestas parece contradecir todas las
culturales (y, por tanto, bienestar social o prevenciones que he estado exponiendo,
calidad de vida), y también de la imagen aunque bien entendida no debería ser así,
turística del lugar. Con ello, si partimos del sino que su virtualidad depende en buena
patrimonio, la variable turismo es perfec- parte de la medida en que sea capaz de
tamente asumible y redimensionable (con ajustarse debidamente a ellas. Se trata de
lo que prescindimos de expectativas infun- considerar al patrimonio como un instru-
dadas), para que se produzca, no digamos mento integral de planificación local. No
ya un desarrollo, pero sí algún tipo de efec- me refiero a un instrumento más, sino al
to benéfico en la población. En cualquier eje central de la planificación local. La polí-
caso, pienso que no está de más advertir tica local tiene varias dimensiones: resolver
que no es lícito computar la rentabilidad problemas, la gestión del día a día... pero
política como un parámetro independiente también la planificación del mañana, que,
(patrimonio + turismo = rentabilidad polí- con frecuencia, por la imperiosidad de las
tica + lo que sea), sino como el cociente de anteriores, es la más desatendida. No cons-
los efectos resultantes. No quiero dejar de tituye ninguna novedad que esta planifica-
aludir, todavía dentro de esta ecuación, al ción tome al patrimonio como eje vertebra-
factor escala, que puede, no alterar básica- dor en todos los sentidos (pero básicamente
mente, según creo, pero sí redimensionar económicos, urbanísticos y simbólico-
muchos de los aspectos anteriores. A nivel identitarios). En muchos casos esta es una
microsocial, al que por mi formación estoy situación obligada por la importancia de un
acostumbrado a trabajar, puede funcionar enclave histórico o natural privilegiado, y
muy bien (siempre que se ajusten los obje- en otros (menos), una opción política, qui-
tivos y se atienda a los requisitos técnicos) zás no abiertamente reconocida pero bas-
la correlación: micropatrimonio + microtu- tante clara (recordemos que el patrimonio
rismo + microproducción = microdesarrollo no son sólo restos del pasado, sino también
(entendido este, por ejemplo, como la sub- creaciones del presente). Lo que propongo,
sistencia de un grupo familiar). pues, es, simplemente, considerar, de forma
Voy a referirme para terminar a tres voluntaria y activa, desde el gobierno mu-
propuestas, sobre las que creo que valdría nicipal, la posibilidad de planificar el ma-
la pena indagar en la práctica, en casos en ñana utilizando al patrimonio como herra-
los que de alguna forma ya se han aplicado, mienta y horizonte o plasmación tangible
pero principalmente diseñando proyectos de una empresa colectiva (no sólo el patri-
específicos cuyo seguimiento pueda hacerse monio activado, sino el latente e incluso el
desde el principio. Las dos primeras están que pueda crearse ex- novo en el lugar).
estrechamente relacionadas. Una vendría a Reflexionemos un momento y digamos, si
sostener que, a nivel local y en términos no, qué otro u otros instrumentos tienen la
generales, es preferible optar por la conser- capacidad de integrar, implicar e ilusionar
vación estricta y una museografía (una a la comunidad local en la construcción del
activación, una puesta en valor) imaginati- futuro.
va y renovable pero pobre, de bajo coste NOTAS
económico, antes que por la creación o mo-
dificación de infraestructuras (museos, 1
Las reflexiones que se presentan en estas
parques...) que, además de tener un coste páginas fueron expuestas y debatidas en el
más elevado, requieren un mantenimiento curso “Turismo: Espacios e imágenes. Aporta-
activo y propician fracasos mayores. La ciones desde la antropología y la geografía”.
otra, correlativamente, vendría a decir que Universidad de Alicante (Sede de Benissa)
el patrimonio más importante (repito: en el celebrado entre el 14 y el 16 de marzo de
ámbito local por lo menos) es el capital 2002, en el marco de las Jornadas de Primave-
humano, es decir que un técnico bueno y un ra.
modesto presupuesto pueden ser mucho
más eficaces (y versátiles) que cualquier

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