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TOPOGRAFIA
MINERA
CODIGO: 15139289
Ayacucho – Perú
2017
LEYES MINERAS
LEY GENERAL DE MINERIA
TITULO 1
DISPOSICIONES GENERALES
CAPITULO 1
Articulo (1).- La presente Ley tiene por objetivo normar las actividades
mineras y metalúrgicas en el país; por tanto, es de orden público, interés
general y de aplicación obligatoria.
TITULO II
CAPITULO 1
Artículo (3).- Para los efectos de esta Ley se define como recursos
minerales todo depósito natural de sustancias inorgánicas que se encuentre
en la superficie o en las capas de la corteza terrestre.
TITULO III
ACTIVIDADES MINERAS
CAPITULO I
CAPITULO II
PROSPECCION
CAPITULO III
DE LA EXPLORACION Y EXPLOTACION
Artículo (11).- Cuando dentro del área encerrada por una cuadrícula
existan licencias de exploración o concesiones de explotación peticionadas u
otorgadas con anterioridad a la vigencia de esta Ley, las nuevas solicitudes,
si bien se solicitarán por la integridad de la cuadrícula, solo comprenderán
las áreas libres de la cuadrícula o conjunto de cuadrículas.
Artículo (12).- Las concesiones mineras se clasifican en metálicas, no-
metálicas y de gemas o piedras preciosas.
Articulo (16).- El caso que hubiere solicitado una concesión metálica sobre
una previa de gemas o piedras preciosas o por el contrario, una de esta
ultima clase sobre una previa metálica, las concesiones podrán subsistir
siempre que se demuestre, a juicio de la autoridad minera, la factibilidad de
conducir ambas operaciones sin mayor interferencia entre ellas.
CAPITULO IV
DEL BENEFICIOS
CAPITULO V
DE LA COMERCIALIZACION
CAPITULO I
5.- Construir en las concesiones vecinas, las labores que sean necesarias al
acceso, ventilación y desagüe de sus propias concesiones mineras,
transporte de los minerales y seguridad de los trabajadores, previa a la
indemnización correspondiente si causa daño y sin gravamen alguno por las
concesiones sirvientes, dejando en el sitio libre de costos para estas
concesiones, los minerales resultantes de las labores ejecutadas. Los
titulares de las concesiones sirvientes, podrán utilizar estas labores pagando
la respectiva compensación, cuyo monto fijara la autoridad minera a falta
de convenio de las partes.
CAPITULO II
Articulo (28).- Las servidumbres de que trata esta Ley, por principios,
serán convenciones escritas otorgadas por los dueños del predio superficial
y el titular del derecho minero, pero en caso de que los interesados no se
pusieran de acuerdo, las servidumbres serán impuestas por la autoridad
minera, la que previamente, convocara a una audiencia de conciliación de
intereses y fracasada ésta constituirá la servidumbre.
TITULO V
CAPITULO I
Articulo (39 ).- A partir del año en que se hubiere iniciado el beneficio de
minerales, el titular de una concesión de beneficio, estará obligado al pago
equivalente en moneda nacional, del Canon de Beneficio, en un monto
anual según su capacidad instalada, del modo siguiente:
OBLIGACIONES COMUNES
TITULO VI
CAPITULO I
Se exceptúan:
En caso de que la solicitud sea formulada por dos o más personas, deberá
asignar un apoderado común.
Articulo (54).- Admitida que sea la solicitud, dentro de los quince (15)
días calendario siguiente a su admisión, la autoridad minera ordenará de la
publicación por una sola vez y a cargo del peticionario del Diario Oficial " LA
GACETA " y otro diario de amplia circulación en el país, de un extracto del
contenido de la solicitud.
Articulo (55).- Dentro de los quince (15) días calendario contados a partir
de la publicación, establecida en el artículo anterior, de no mediar
oposición, se evaluara la solicitud de la perspectiva técnica y legal. Si
mediare oposición, la evaluación de la solicitud se efectuará una vez
agotado el procedimiento de oposición, si esta fuera denegada.
CAPITULO IV
Articulo (58).- Admita que sea la solicitud, dentro de los quince (15) días
calendario siguientes a su admisión, la Autoridad Minera ordenará la
publicación, de un extracto del contenido de la misma, por una sola vez y a
cargo del peticionario, en el Diario Oficial "LA GACETAíí y otro diario de
amplia circulación en el país.
CAPITULO V
CAPITULO VI
Dichas áreas podrán ser nuevamente solicitadas, a partir del primer día
hábil del mes de Mayo del año que se hubiere efectuado la publicación a lo
que se refiere el Artículo anterior.
Articulo (70). Por la nueva concesión su titular adquiere, sin gravamen
alguno, las labores mineras que hubiesen sido ejecutadas dentro del área
de la concesión minera por el anterior concesionario así mismo, el nuevo
concesionario podrá:
TITULO VII
CAPITULO I
NORMAS ESPECIALES
TITULO VIII
CAPITULO I
DE LA REGULACION AMBIENTAL
CAPITULO I
1. Resumen Ejecutivo, será la suma del contenido del Estudio del Impacto
Ambiental (EIA);
Articulo (80).- El titular de una concesión minera que ejecute las labores
de explotación esta obligado al cumplimiento de las medidas de mitigación
establecidas por la Autoridad Minera de consumo con la Dirección General
de Evaluación y Control Ambiental.
Articulo (81).- El titular de una concesión minera que ejecute labores de
exploración está obligado al cumplimiento de las medidas de mitigación
establecidas en el Acuerdo Ejecutivo 070-95 de fecha 1 de Julio de 1995 ,
en relación con el Acuerdo Ejecutivo número 015-96 de fecha 22 de
noviembre de 1996. Hasta tanto la autoridad minera ponga en vigencia el
Manual de Política Ambiental Minera.
Articulo (83).- La autoridad minera fijara por los procesos mineros, los
factores que considere causan impacto negativos en el ambiente, las
disposiciones de prevención de la contaminación del medio o de la
degradación de los recursos naturales, fijaran los estándares ambientales
en la actividad minera y los contenidos mínimos del Estudio de Impacto
Ambiental. Con dichos elementos creará el Manual de Política Ambiental
Minera, como parte de la Política Ambiental Nacional.
TITULO X
TITULO XI
DE LA AUTORIDAD MINERA
CAPITULO I
CAPITULO II
CAPITULO III
CAPITULO V
TITULO XII
DISPOSICIONES FINALES
CAPITULO I
Este impuesto Municipal deberá ser pagado dentro de los cinco (5) días del
mes siguiente en la Tesorería Municipal mediante liquidaciones que se harán
el día 30 del mes anterior. Se devenga al realizarse la venta interna o la
exportación y es deducible como gastos para la determinación del Impuesto
Sobre la Renta
La recaudación de este impuesto Municipal constituye renta del municipio
de la comprensión territorial de donde se hubieren extraído los recursos
minerales, objeto de las operaciones de venta interna o exportación. Para el
caso que la extracción proviniese de dos o más municipios este impuesto
municipal se distribuirá a prorrata entre ellas.
TITULO XIII
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
PRESIDENT
El tema elegido para esta disertación por el órgano ejecutivo del Primer
Congreso de Autoridades Mineras de la República, que aquí celebramos, es el
impacto producido en la actividad minera argentina por las nuevas leyes y
acuerdos mineros sancionados en épocas recientes en el ámbito nacional y se
relaciona con el motivo central de esta convocatoria que celebra, a la vez, el
180° aniversario de la creación del primer registro oficial de los derechos
mineros en la República. La iniciativa del Gobierno de la Provincia de La
Rioja, la Subsecretaria de Minería de la Nación y el Consejo Federal de
Minería, de reunir en un Congreso a la comunidad minera argentina, con ese
propósito, no puede sino llenar de satisfacción a quien, como es mi caso, tiene
una larga militancia en el quehacer minero nacional.
Un Código de vetas
Los primeros treinta años que transcurrieron desde la ` sanción del Código,
no trajeron ninguna expansión de las actividades mineras en el país. La
minería de esa época quedó relegada, como en el pasado, a la explotación de
canteras y de algunas minas de cobre, oro y sal, en muy pequeña escala. Más
aún, las viejas minas de cobre y oro de Famatina y Capillitas, en La Rioja y
Catamarca, que desde mediados del siglo pasado forjaron la ilusión de que
podíamos transformarnos en un país minero, cesaron en su actividad a
principios del presente siglo y los establecimientos de fundición instalados en
esas Provincias para beneficiar dichos minerales, cerraron sus puertas, frente
a la competencia introducida en los mercados, por los minerales de baja ley.
En un análisis muy parcial del problema, entonces atribuimos al sistema de
amparo, a la sazón vigente, representado por el trabajo obligatorio con
operarios o "pueble", como mecanismo para conservar la propiedad de las
minas, la causa del atraso y retroceso de la actividad minera en el país, lo
que era una verdad a medias. El sistema llamado del "pueble", que importaba
tener afectado un número de operarios obligatorio, aplicado a los trabajos
mineros, como condición para mantener la vigencia de la concesión, sin duda
generaba mucha inseguridad jurídica porque daba lugar a las denuncias de
caducidad por "despueble", lo que mantenía en vilo la propiedad minera,
pero ésta no era la causa real de la falta casi total de actividad minera en el
país. Recién treinta años después de sancionado el Código, en el año 1917, el
legislador encaró la reforma del sistema de amparo , sustituyendo el antiguo
sistema del trabajo obligatorio con operarios, por un sistema mixto del pago
de un canon y la inversión de capital. La reforma resultaba indispensable,
porque el sistema anterior, era tiránico , constituía una reminiscencia de la
mita o trabajo obligatorio de los indios en las minas, no otorgaba garantía de
permanencia al inversor en la propiedad de las minas y aparecía como un
instrumento inapropiado para la época moderna, en que el trabajo humano
había sido reemplazado en gran parte por las máquinas. Pero este cambio del
sistema de conservación de los derechos, en el cual confiaron mucho los
legisladores para movilizar nuestras minas inactivas, nada resolvió porque
los males de la minería no estaban solamente ahí, eran sin duda más
profundos y residían en el propio sistema legal de concesiones, es decir, ` en
la forma cómo se conceden los territorios mineros a los particulares, más que
en la manera cómo se amparaban o conservaban los derechos , después de
otorgados. Varias décadas más tarde, con la misma errónea, se realizo otra
reforma de fondo, en los años 1979 y 1980, incrementando los valores del
canon de la inversión de capital que habían quedado inmovilizados durante
largos años, desde el año 1917, y a los cuales se atribuían, también, por su
falta de estímulo a los trabajos, las causas del estado de postración de la
actividad minera nacional. Ninguna de estas dos modificaciones al texto del
Código, la de 1917 y la de 1979-1980, dieron los resultados esperados, ya
que no atacaban, como dijimos, la verdadera raíz del problema, y la minería
permaneció en igual grado de estancamiento, pese a los sucesivos intentos
para estimularla, llevados a cabo a través de los diversos planes de
promoción minera, ensayados desde el año 1970 y del crédito de fomento
oficial, mucho más antiguo. Eran varias las provincias, en este período de la
historia, que de un padrón de 800 0 1000 minas registradas como tales, sólo
mantenían en actividad la cantidad de 2 0 3, situación ésta que, si analizamos
bien, no ha experimentado grandes cambios en la época actual, tratándose de
la minería mediana y pequeña.
Fue así que en el año 1992, en que comienza este proceso acelerado de
cambios, el último estatuto de promoción minera puesto en práctica en el
país, que era el de la ley 22.095, fue reemplazado por la ley 24.196, de
Inversiones Mineras. Se encaró, con un nuevo enfoque económico, la
promoción de las actividades mineras en el país. Parecía inútil, también en
este aspecto, insistir sobre los esquemas del pasado. En sustitución de las
formas de crédito directo o financiación oficial, a favor de las pequeñas y
medianas explotaciones mineras, que era el principal soporte de promoción
del anterior sistema. se fomentó la inversión privada mediante un sistema
objetivo, a través de facilidades arancelarias, la desgravación impositiva de
las inversiones, la capitalización de las reservas mineras , el beneficio de la
estabilidad fiscal por el término de 30 años y la fijación de un tope a las
regalías mineras que pudieran percibir las Provincias. Esta ley innovó
respecto a los mecanismos anteriores, cambiando el papel del Estado, como
director de los programas de fomento. Sin interferir ni marcar rumbos a la
actividad privada a través de una actitud dirigista, se la dejó actuar con
libertad, dentro del marco de los beneficios otorgados por la ley, lo que en los
pocos años de vigencia, demostró ser más positivo. Existe, ahora, un marco
económico y financiero, objetivo y estable , para el desenvolvimiento de la
actividad minera en el país, dejándose a las empresas la tarea de programar
y asumir libremente la actividad, y al Estado la función de controlarlas en el
uso que se haga de los beneficios. El esquema adoptado por la ley, que ha
significado liberalizar las inversiones de la tutela del Estado, ha venido
funcionando bien y está cumpliendo su función de promoción y estímulo, sin
los contratiempos y desencuentros que motivaron los sistemas del pasado. La
inversión minera, desde que se puso en marcha la nueva ley, se centuplicó, o
más, en los pocos años transcurridos.
El catastro minero
Todos estos factores positivos que hemos reseñado, todo este conjunto de
normas nuevas establecidas para corregir el panorama de atraso legal en que
se ha debatido la actividad minera en las últimas décadas, no deben hacernos
olvidar que todavía, pese a los avances registrados, tenemos problemas
institucionales severos y mantenemos una legislación de fondo anticuada,
como es el Código de Minería. cuya elaboración principió en el año 1876.
Este Código, por su contenido y características, constituye la ley fundacional
de la industria, generadora de la propiedad minera . De sus virtudes o
defectos ha de depender, en mucho, la suerte de la actividad. Existe, a este
respecto, un evidente contraste entre los arrestos de la legislación moderna,
implantados con toda visión de futuro, en los años 1993 y 1995, y el
remanente del Código, que se mantiene intacto, en su versión colonial. Hemos
modernizado una tercera parte de su texto, realizando las aperturas
necesarias e impostergables, pero el resto del Código permanece en su
versión antigua, propia de una minería de otra época. Esto es una realidad
que no podemos disimular. El sistema legal basado en el descubrimiento, la
labor legal y la mensura, permanece en crisis. Ha demostrado que resulta
inapropiado para constituir verdaderas minas. Lo demuestran las 13.000
registradas a su amparo, prácticamente inactivas, en su casi totalidad. La
pertenencia minera, su forma y distribución de sus líneas, es una institución
totalmente superada. La reforma de 1993 ha arrasado, en la práctica, con
esta concepción geométrica antigua. El procedimiento sustancial para la
concesión y pérdida de los derechos, es incompleto y debió ser suplido en
parte por los códigos de procedimientos provinciales invadiendo un campo
que no les pertenece; el sistema de amparo de las concesiones a la larga
resulta discrecional en punto a las exigencias de inversión y activación,
exigidas por los arts. 2l6, 217 y 225 del Código, resultando incompatible con
el genuino sistema de la concesión legal, y el régimen de los contratos
pertenece al siglo pasado, o antes, y está totalmente desactualizado. Se
mantienen, por otra parte, en los distritos mineros, conflictos planteados
como consecuencia de la obsolescencia de la legislación, que resultan
difíciles de solucionar mientras no se modifiquen ciertas prácticas mineras
perniciosas que encuentran su apoyo en una legislación atrasada que, en la
parte pertinente, permanece sin cambio desde hace más de 100 años, por no
haberse armonizado las reformas con los textos existentes, dada la urgencia
con que aquellas fueron planteadas. Nuestro sistema legal de concesiones, en
general, resulta caduco, no se ajusta a los requerimientos de una minería
moderna y será necesario, a corto plazo, modificarlo, para adaptarlos y
armonizarlos con los cambios que plantean los nuevos métodos de
exploración y explotación minera. Ninguna nación de América, cuya
legislación de minas deriva de la misma raíz hispánica, como la nuestra,
conserva normas de este tipo, con ese grado de atraso. El esfuerzo para crear
una minería de avanzada que viene realizando el país en estos últimos años,
con una gran inversión de capital, tanto público como privado, sea en los
trabajos propios de la minería, o en beneficios fiscales, obras de
infraestructura e información de base, modernización de sus autoridades
mineras y organización catastral, puede verse frustrado otra vez, como h~
ocurrido en el pasado, si al mismo tiempo no se lo armoniza y complementa
con una reforma coherente de las viejas instituciones del Código que las libre
de procedimientos engorrosos e innecesarios, haga
La minería a cielo abierto es una actividad industrial de alto impacto ambiental, social y
cultural. Es también una actividad industrial insostenible por definición, en la medida en
que la explotación del recurso supone su agotamiento.
Vaughan (1989) considera que "en términos ambientales y sociales, ninguna actividad
industrial es más devastadora que la minería superficial" (a cielo abierto).
Según Kussmaul (1989), el impacto ambiental provocado por cualquier actividad
minera está relacionado con cuatro factores principales:
3. Métodos de explotación, que dependen del tipo de yacimientos a explotar y que están
directamente relacionados con la naturaleza y extensión del impacto. Se utilizan tres
métodos principales:
Las actividades mineras comprenden diversas etapas, cada una de las cuales conlleva
impactos ambientales particulares. En un sentido amplio, estas etapas serían las
siguientes:
Salinas (1993) cita las siguientes actividades individuales como posibles causas de
impacto ambiental durante la fase de EXPLORACIÓN:
Durante la fase de EXPLOTACIÓN, los impactos que se producen están en función del
método utilizado. Según diversos autores (Vaughan (op. cit.), Salinas (op. cit.),
Elizondo (1994)), los principales impactos ambientales causados por la minería a cielo
abierto (MCA) en su fase de explotación son los siguientes:
* Contaminación del aire: el aire puede contaminarse con impurezas sólidas, por
ejemplo polvo y combustibles tóxicos o inertes, capaces de penetrar hasta los pulmones,
provenientes de diversas fases del proceso. También puede contaminarse el aire con
vapores o gases de cianuros, mercurio, dióxido de azufre contenidos en gases residuales,
procesos de combustión incompleta o emanaciones de charcos o lagunas de aguas no
circulantes con materia orgánica en descomposición.
* Afectación de las aguas superficiales: los residuos sólidos finos provenientes del área
de explotación pueden dar lugar a una elevación de la capa de sedimentos en los ríos de
la zona. Diques y lagunas de oxidación mal construidas o mal mantenidos, o inadecuado
manejo, almacenamiento o transporte de insumos (como combustibles, lubricantes,
reactivos químicos y residuos líquidos) pueden conducir a la contaminación de las
aguas superficiales.
* Impacto sobre las poblaciones: la MCA puede provocar conflictos por derechos de
utilización de la tierra, dar lugar al surgimiento descontrolado de asentamientos
humanos ocasionando una problemática social y destruir áreas de potencial turístico.
Puede provocar una disminución en el rendimiento de las labores de pescadores y
agricultores debido a envenenamiento y cambios en el curso de los ríos debido a la
elevación de nivel por sedimentación. Por otra parte, la MCA puede provocar un
impacto económico negativo por el desplazamiento de otras actividades económicas
locales actuales y /o futuras.
Según el Instituto del Oro (Gold Institute, citado por Young, 1993), la producción de
oro por el proceso de extracción por lixiviación con cianuro aumentó de 468,284 onzas
en 1979 a 9,4 millones de onzas en 1991. Para alcanzar el nivel de producción de 1991,
se trataron más de 683 millones de toneladas de mineral con cianuro.
Las operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción por lixiviación con
cianuro (cyanide heap leach mining) en minas a cielo abierto se componen de seis
elementos principales, que son:
La mayoría de las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro
usan la minería a cielo abierto para conseguir el mineral. La minería a cielo abierto
trastorna grandes extensiones de tierra. Sin embargo, varias operaciones también usan
material de desecho previamente extraído. Se trituran las menas (rocas que contienen el
mineral) y se les amontona en un cúmulo que se coloca sobre una plataforma de
lixiviación (leach pad).
Los cúmulos de material triturado varían en su tamaño. Un cúmulo pequeño puede estar
constituido por 6 mil toneladas de mineral, mientras que un cúmulo grande puede tener
hasta 600 mil toneladas, llegando a medir cientos de pies de alto y cientos de yardas de
ancho. Las plataformas de lixiviación pueden variar en tamaño. Pueden tener
aproximadamente entre uno y 50 acres (1 hectárea equivale a 2.471 acres). El tamaño de
la plataforma depende de la magnitud de la operación y la técnica de lixiviación.
Generalmente, las plataformas de lixiviación tienen un forro (liner) de materiales
sintéticos y/o naturales que se usan para "tratar" de evitar filtraciones. A veces, las
operaciones utilizan forros dobles o triples. El uso de varios forros efectivos es
económicamente viable y ventajoso para el ambiente, dado que una plataforma con
filtraciones pueden contaminar los recursos hídricos con cianuro.
Las operaciones de extracción por lixiviación con cianuro pueden usar un sistema
"cerrado" o "abierto" para el manejo de la solución de cianuro. En un sistema "abierto",
se trata o se diluye la solución "estéril" que queda después de recuperar el oro, para
cumplir con las normas aplicables de calidad de agua para concentraciones de cianuro y
luego se descarga al ambiente. En un sistema "cerrado" se reutiliza o se recicla la
solución de "estéril" para minimizar la necesidad de más cianuro, y para cumplir con las
normas ambientales que pueden ser aplicables en el sitio minero. Varias operaciones
grandes en tierras federales (de Estados Unidos) están valiéndose del sistema "cerrado".
Las operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción con cianuro llevan
implícitos altos impactos ambientales, que en muchos casos pueden ser catalogados de
desastre ambiental.
El considerable y muchas veces hasta dramático impacto ambiental y social de este tipo
de minería está ampliamente documentado. Entre otros, se recomienda consultar a los
siguientes autores: Alberswerth et al (op.cit.); AMIGRANSA (op.cit.); Bliss & Olson
(op.cit.); Bravo (1994); Danuron Dickson (op.cit.); Emberson-Bain (op.cit.); Hartley
(1995); Hocker (1989); Knudson (1990); Mineral Policy Center (1988); Mineral Policy
Institute (op.cit.); Moody (op.cit.); Panos Institute (1996), Reece (1995); Sartorio de
Ponte (op.cit.); U.S. Department of Labor (1981,), Young (1993).
Para el caso de Costa Rica, la única mina que ha operado con técnicas de cielo abierto
ha sido la mina Macacona, por lo cual representa el único caso del que se pueden
documentar impactos ambientales y sociales. Sobre este caso, se recomienda consultar
los siguientes documentos: ICEA (1989) y Umaña (1990).
1.3.2. Sobre el uso de cianuro en la minería que utiliza la extracción por lixiviación
Dada la alta toxicidad y reactividad natural del cianuro, la contención de esta sustancia
es una de las preocupaciones primordiales de las minas en las que se utiliza la
extracción por lixiviación. Se han documentado los efectos perjudiciales del cianuro en
los peces, la vida silvestre y los humanos.
Las dosis letales para humanos son, en caso de que sean ingeridas, de 1 a 3 mg/kg del
peso corporal, en caso de ser asimilados, de 100-300 mg/kg, y de 100-300 ppm si son
aspirados. Esto significa que una porción de cianuro más pequeña que un grano de arroz
sería suficiente para matar a un adulto. La exposición a largo plazo a una dosis subletal
podría ocasionar dolores de cabeza, pérdida del apetito, debilidad, náuseas, vértigo e
irritación de los ojos y del sistema respiratorio. Hay que tener mucho cuidado al
manejar el cianuro, para efectos de prevenir el contacto dañino de parte de los
trabajadores. Sin embargo, según la industria, no hay ningún caso de fatalidades
humanas en las minas que usan las técnicas de lixiviación con cianuro.
Ante este hecho, utilizado frecuentemente como un argumento por las compañías
mineras, Philip Hocker (op.cit.) señala: "limitar nuestra preocupación por el cianuro al
hecho de que no hayan sido reportadas muertes humanas es caer en lo que los
bioquímicos llaman en la teoría de toxicología "los muertos en las calles": la actitud
según la cual, si no se ven cadáveres, todo está en orden. A pesar de la ausencia de
cadáveres humanos, hay evidencia de que no todo está en orden".
Los trabajadores mineros suelen tener contacto con el cianuro, sobre todo durante la
preparación de la solución de cianuro y la recuperación del oro de la solución. Para los
trabajadores mineros, los riesgos son el polvo de cianuro, los vapores de cianuro (HCN)
en el aire provenientes de la solución de cianuro y el contacto de la solución de cianuro
con la piel.
1.3.3. Acerca del impacto sobre la vida silvestre y las aguas
Aunque son rentables para las compañías mineras, las minas que utilizan la extracción
por lixiviación con cianuro son bombas de tiempo para el medio ambiente, tal y como lo
indica el amplio estudio de la National Wildlife Federation de los Estados Unidos
(Alberswerth et al, 1992), del cual citamos a continuación las principales
preocupaciones:
1.3.4. Acerca de los accidentes propios de la minería de oro a cielo abierto por
lixiviación con cianuro