You are on page 1of 9

ÍNDICE

PRÓLOGO 7

PREFACIO 9

NOTA DEL AUTOR 11

Capítulo 1
¿QUÉ ES LA INTERCESIÓN? 15
1. El significado de la intercesión 15
2. La intercesión es estar en la brecha 19
3. El combate espiritual en la intercesión 24
4. La intercesión en la Tradición de la Iglesia 30
5. La intercesión en la Renovación Carismática Católica 35

Capítulo 2
LA INTERCESIÓN: UNA ORACIÓN TRINITARIA 39
1. Jesús, el Intercesor entronizado 39
2. El Espíritu Santo, el Intercesor que mora en el interior 42
3. Nuestra llamada a la intercesión 47
4. La urgencia de la intercesión 50
5. Velar por el rebaño 54
6. Orar por aquellos con responsabilidades mayores 56
7. ¿Hay algún afligido entre vosotros? 63
8. La intercesión, respuesta ante la persecución 66

Capítulo 3
CRECER EN LA INTERCESIÓN 73
1. Un corazón puro para interceder 73
2. Las diez reglas de la intercesión 77
3. Intercesión profética 96
4. Tener fe del tamaño de un grano de mostaza 100
5. Intercesión a través de María 103

Capítulo 4
HERRAMIENTAS PARA LA INTERCESIÓN 109
1. Los carismas en la intercesión 109
2. Contemplémoslo, y quedaremos radiantes 113
3. El Santo Rosario 119
4. Santos compañeros en la intercesión 126
5. Intercesión a través del sufrimiento 131

Capítulo 5
LA EFICACIA DE LA INTERCESIÓN 139
1. La intercesión es poderosa 139
2. Intercesión y misión 144
3. La intercesión como ministerio 149
4. ¿Nuestras oraciones son escuchadas? 153
PRÓLOGO

Me complace enormemente escribir el prólogo de este


excelente libro sobre intercesión del Sr. Cyril John. Este es un
tema del cual estoy personalmente convencido. Sé que la Iglesia
cree firmemente en la necesidad y eficacia de la intercesión. Sin
embargo, es obvio que la influencia del mal es cada vez mayor en
el mundo. "Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero
yace en poder del maligno» (1 Jn 5,19). Esto pone de relieve la
necesidad y la urgencia de la oración de intercesión. La Iglesia y el
mundo están necesitando hoy más que nunca de una intercesión
ferviente, entregada y organizada.

A pesar de que la intercesión es una prioridad, me doy


cuenta de que no todos estamos personalmente convencidos de
su importancia. Una sencilla razón, es que el público en general,
no cuenta con auténticas enseñanzas católicas sobre la intercesión.
Me siento muy feliz de encontrar en este libro enseñanzas muy
Equilibradas en cuanto al tema. Observo que el autor se ha basado
en gran medida en pasajes de las Escrituras, enseñanzas y
tradiciones de la Iglesia, ejemplos de las vidas de los santos y su
propio testimonio; todo ello para presentar el contenido de forma
muy convincente.

El Sr. Cyril John, con su vasta experiencia en el liderazgo


dentro de la Iglesia, de la Renovación Carismática Católica y del
ministerio de intercesión, posee una óptima preparación para
enseñar sobre este tema. Ha sido orador en seminarios,
conferencias y retiros sobre la intercesión; ha impartido una serie
de enseñanzas acerca de la intercesión en la Televisión Shalom y
ha abordado el tema en una serie de artículos de la revista
Charisindia.
Sus libros sobre intercesión ya se han publicados en francés y
japonés. Los temas tratados en este libro son de gran importancia y
las enseñanzas son muy completas y vivificantes. Extiendo mis
más sinceras felicitaciones y reconocimiento al Sr. Cyril John por
esta gran contribución a la Iglesia en el ministerio de intercesión
que a menudo se desatiende.

San Pablo nos exhorta: «Ruego, pues, lo primero de todo,


que se hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias,
por toda la humanidad, por los reyes y por todos los constituidos
en autoridad, para que podamos llevar una vida tranquila y
sosegada, con toda piedad y respeto» (1 Tim 2,1-2). Todos
estamos llamados a ser intercesores. Yo, por lo tanto, recomiendo
el libro, a todos los fieles para que lo estudien con detenimiento.
Es una excelente guía para todos aquellos que se sientan
especialmente llamados a formar parte del ministerio de
intercesión. También servirá de sólida referencia para quienes se
dedican a impartir enseñanzas sobre la intercesión.

Deseo y rezo para que el libro pueda ayudarnos a


responder de manera efectiva a la invitación de san Pablo:
«Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando unas
manos limpias, sin ira ni divisiones» (1 Tim 2,8). Deseo impartir
mi bendición sobre el autor y los lectores de este libro.

+ Francis Kalist
Obispo de Meerut
y asesor episcopal de la Renovación Carismática Católica de India
30 de marzo de 2012
PREFACIO

En este libro, Cyril John, vicepresidente de ICCRS y


presidente del Subcomité de ICCRS para Asia y Oceanía (ISAO,
por sus siglas en inglés), se basa en su amplia experiencia en el
importante ministerio de intercesión. Presenta esta enseñanza
sobre la naturaleza de la intercesión de una manera clara y
sistemática, resaltando que va más allá de un simple «orar por
cualquier cosa». Unido a esto, realiza una invitación a crecer en
santidad y a aprender a confiar en Dios sobre todas las cosas.

Este libro es mucho más que un manual de instrucciones,


ya que también proporciona un espacio para la reflexión espiritual.
Cyril lleva al lector a reflexionar sobre la vida de Jesús, que es el
intercesor por excelencia. También anima a tener más apertura a la
vida en el Espíritu Santo, el cual nos da poder y nos prepara para
la intercesión.

Es reconfortante ver la intercesión presentada y arraigada


firmemente en la tradición católica. Cyril no sólo se basa de una
manera amplia en las Sagradas Escrituras, sino también en el
catecismo y en las enseñanzas de la Iglesia en general. Tiene una
sección sobre la intercesión por medio de María y señala el Santo
Rosario como una poderosa herramienta para la intercesión;
además presenta a los santos como compañeros de viaje en la
intercesión. Este libro satisface las necesidades de las personas que
pueden haber estado buscando algo escrito acerca de la
intercesión, desde una perspectiva católica.

Aunque la experiencia de Cyril tiene sus raíces en la


Renovación Carismática Católica, está claro que la intercesión
es para todos los cristianos, y no sólo para los que pertenecen a
determinados grupos o movimientos.

Este libro será de gran ayuda para aquellos que son


nuevos en este tipo de oración, pues la enseñanza es clara y se
encuentra apoyada en ejemplos útiles y testimonios que nos llenan
de ánimo. Sin duda, este libro también será de gran ayuda y
estímulo para aquellos que ya están comprometidos en la
intercesión. Hay en él algunos oportunos recordatorios acerca de la
llamada a crecer en santidad a través de la oración, y de cómo la
intercesión está inseparablemente vinculada a la evangelización y
la misión.

Me complace recomendar esta obra como publicación de


ICCRS y agradezco a Cyril por su generosidad al donar todos los
beneficios de la venta de esta publicación al ICCRS. Para obtener
más información y noticias de ICCRS, visite www.iccrs.org.

Michelle Moran
Presidente de ICCRS
Marzo de 2012
NOTA DEL AUTOR

Recuerdo una de mis primeras experiencias en el


ministerio de intercesión a principio de los 90. Había serios
obstáculos en el crecimiento y propagación de la Renovación
Carismática en la archidiócesis de Nueva Delhi en la India. A
pesar de nuestros mejores esfuerzos y del duro trabajo, todo
parecía quedar atascado a cierto nivel. Fue en ese momento
cuando cuatro de nosotros acordamos turnarnos a fin de orar todos
los días y hacer algunos sacrificios para el crecimiento de la
Renovación en la archidiócesis. Fue un pequeño e insignificante
comienzo en la capital de un país tan extenso como el nuestro.
Solo cuatro personas poniéndonos de acuerdo; entre nosotros nos
turnábamos diariamente para entregar esta carga al Señor. No
obstante, cada uno de nosotros asumimos nuestro compromiso con
seriedad. Empezamos a ver grandes cambios, los cuales se
originaron en la ciudad a partir del decimotercero día de nuestra
cadena de intercesión. Fue un poderoso testimonio de lo que Jesús
dijo: «Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de
acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en
los cielos» (Mt 18, 9).

La Renovación Carismática Católica de Delhi ha


experimentado un crecimiento constante desde entonces. La
intercesión se organizó y al final resultó ser una fuente de poder
para la Iglesia. Pudimos apreciar cómo el intercesor puesto de
rodillas, puede lograr cosas sorprendentes. Debemos de pedir con
fe, pues el Señor «puede hacer mucho más sin comparación de lo
que pedimos o concebimos» (Ef 3,20). Tennyson resumió muy
bien el poder de la intercesión cuando escribió: «Por medio de la
oración se hace más de lo que el mundo imagina». Al mismo
tiempo, hay cristianos que no están convencidos de la necesidad de
orar por intenciones como la curación, la conversión, el
resurgimiento espiritual, la protección del peligro, etc. Algunos
piensan que no hay que molestar a Dios con cosas materiales. Hay
otros que consideran la intercesión como algo supersticioso. Otros
dicen que como Dios conoce nuestras necesidades, no necesitamos
pedirle nada. Por otro lado, sabemos que todos los cristianos están
llamados a interceder, y la mayoría de nosotros, sin duda,
deberíamos interceder mucho más de lo que solemos hacerlo. Los
santos son fervientes intercesores. Los creyentes están llamados a
una misión especial, no solo para pedir para sí mismos, sino para
estar delante de Dios por el bien de los demás.

San Pablo situó la intercesión en primer lugar, como la


prioridad para cada creyente: «Ruego, pues, lo primero de todo,
que se hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias,
por toda la humanidad, por los reyes y por todos los constituidos
en autoridad, para que podamos llevar una vida tranquila y
sosegada, con toda piedad y respeto» (1 Tim 2,1-2). Católicos,
protestantes, evangélicos, pentecostales y otras denominaciones
coinciden en que la intercesión es una llamada urgente de Dios a
su pueblo en este momento de la historia. Estamos en el umbral de
una edad de oro de la intercesión. La Santísima Virgen nos ha
estado dando este mensaje en varias de sus apariciones. La Iglesia
y el mundo están necesitados de liberación, y la intercesión
ferviente es indispensable para lograrlo. En su autobiografía,
Historia de un alma, santa Teresita del Niño Jesús dice: «Hizo de
mí un pescador de almas, y sentí un gran deseo de trabajar por la
conversión de los pecadores, deseo que no había sentido antes con
tanta intensidad». Hoy en día hay muchos cristianos que podrían
dar testimonio de una llamada similar por la que se sienten tocados
y que los impulsa a orar por las más diversas intenciones:
personas, grupos, comunidades, parroquias, gobiernos,
autoridades, la Iglesia y el mundo. Hay diversas iniciativas y
ministerios de intercesión en formación y muchas personas que se
comprometen en el ministerio de intercesión con el objetivo
específico de orar por los demás.
Aún a pesar de que, de una forma amplia, se está
tomando conciencia sobre la necesidad y la urgencia de interceder,
casi no hay buena literatura católica disponible sobre el tema. En
un intento de llenar este vacío, en este libro he recopilado las
enseñanzas que he estado utilizando durante seminarios y retiros
de intercesión. Espero que los lectores lo encuentren útil en su
camino espiritual, para impartir enseñanzas y promover el
ministerio de intercesión.

Estoy en deuda con el P. Justus Paul, Op, del seminario


St. Charles de Nagpur por la revisión del manuscrito y su edición.
Una versión más corta de este libro ha sido publicada en francés
con el título La force de la priere d'intercession (La fuerza de la
oración de intercesión). Ofrezco este libro como un homenaje a
Sophy -mi primera esposa- que es una poderosa intercesora en el
cielo. Su cumpleaños es el 23 de marzo, día en que dedico este
libro a la Iglesia.

¡Deseo que este libro contribuya a motivar a muchos, a


comprometerse en el apostolado de la intercesión! ¡Que el Espíritu
Santo inspire la formación de más y más ministerios y centros de
intercesión en la Iglesia para que «permanezcan en la brecha» ante
Dios e intercedan por la venida del reino de Dios! Presento este
libro con la mayor humildad, mientras oro: Señor, regresa como el
Rey del universo: Maranathá. «Amén. ¡Ven, Señor Jesús!»
(Apocalipsis 22,20).

Cyril John
23 de marzo de 2012

You might also like