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DISCIPLINA
A. OFENSAS PERSONALES
B. DESORDENES SOCIALES
C. INMORALIDAD SEXUAL
1) El problema (Versos 1 y 2)
La práctica de la inmoralidad sexual por parte de por lo menos
un miembro de la Iglesia ya era noticia pública. Más todavía:
era una clase de fornicación que aún "los gentiles", o
inconversos, incrédulos, se avergonzaban de ella.
Concretamente era un caso de incesto. Parece ser que un
hombre, miembro de la Iglesia, hacía vida marital con su
madrastra. La ley Griega y la Romana consideraban este acto
como una gran infamia.
- Su autoridad apostólica
- La autoridad de la Iglesia
- Y la autoridad del Señor mismo.
Alma a almas son como manzanas, sin una está podrida pudre
las demás.
La metáfora de la levadura ilustra poderosamente lo que debe
ser la vida moral de los creyentes (verso 7). Antes de comer
la pascua, los judíos cumplían un rito de buscar
cuidadosamente por todos los rincones de la casa por alguna
migaja de levadura que hubiese caído al piso. Era un rito que
simbolizaba la limpieza moral del pueblo de Dios en
preparación para la celebración de la pascua. Aplicando la
figura a la Iglesia de Corinto, Pablo les recuerda que el tiempo
para la limpieza ya pasó , pues, el "Cordero Pascual" fue
sacrificado hace ya mucho tiempo.
D. PROBLEMAS DOCTRINALES.
a) Causaban "divisiones"
b) "Tropiezos, en contra de la doctrina.
1) Sus características:
2) Su fruto.
¿Por qué debe esto ser así? Porque hay todavía muchos
contumaces (porfiados, tercos), habladores de vanidades, y
también hay aún muchos engañadores (verso 10), y a esas
personas no se les debe dar ninguna oportunidad de decir
cosas: "a los cuales es preciso tapar la boca"; porque cuando
tienen, o creen tener algo que decir en contra de los líderes
de la Iglesia "trastornan casas enteras; enseñando lo que
conviene por torpe (deshonesta) ganancia
(verso 11).
a) Se ha pervertido
b) Y peca
c) Y está condenado.
¡por su propio juicio" Nadie lo condenó, el se auto condenó !.
Es que obstinarse en la persistencia de la práctica de una
actitud que divide a la Iglesia y menoscaba el ministerio,
tanto de un hombre como la Iglesia, es evidencia de una
perversión pecaminosa. Esa persona debe ser reprendida,
exhortada, y si no hace caso a esto, debe ser
"desechada", está condenada por sí misma.