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1) Enumere las diferencias y similitudes entre la propiedad civil y la propiedad minera. (10
puntos)
Los sistemas aplicables para la regulación del dominio minero nos conducen a fijar el
dominio de las minas, en tanto recurso natural, dado que ellas giran alrededor de la
propiedad minera y nos permiten esclarecer situaciones conflictivas. A su vez, permite
definir el régimen de la concesión existente en cada caso concreto dada la naturaleza de la
titularidad de las minas. La manera como se resuelven los conflictos depende entonces del
régimen existente en un ordenamiento jurídico determinado.
Los sistemas más conocidos en el derecho minero son: el sistema de accesión, el sistema
de ocupación, el sistema regalista, el sistema res nullius y el sistema de libertad de minas.
Es de particular importancia determinar las diferencias entre ellos; a fin de determinar
posteriormente las características que posee la concesión minera en cada sistema en
concreto, como veremos en un artículo posterior.
Sistema de accesión o fundiario
Mediante este sistema se considera a la mina como accesorio del dominio del suelo
superficial, por lo que el dominio de las minas radica en el titular o propietario del suelo,
considerando que lo accesorio sigue la suerte o condición del principal; resultando el
propietario del suelo el mismo del subsuelo. En este sentido, no existe propiamente
derecho de propiedad sobre las minas, en virtud que estas resultan comprendidas dentro
de la propiedad del suelo superficial.
Sistema de ocupación:
Este sistema se basa en que se entrega el dominio de las minas al que las descubre y
trabaja, con el fin de fundamentar el justo otorgamiento de la propiedad minera a aquel
que descubre el yacimiento y luego realiza actividad minera con el trabajo. Ello no implica
entonces el establecimiento de concesión minera alguna ni transferencia de propiedad por
parte del Estado. Las minas son entonces bienes que no pertenecen a nadie.
En la actualidad no ha sido adoptado este sistema por ninguna las legislaciones mineras
del mundo, salvo en casos extraordinarios debido a las sustancias denunciadas que no
figuran dentro de las disposiciones que regulan las concesiones mineras en cada caso
concreto.
Sistema regalista:
Este sistema refiere el dominio de las minas como bienes de propiedad exclusiva del
estado; y que podrá otorgar a los particulares disponiendo de ella a su arbitrio, mediante el
pago respectivo de los productos que genere la mina.
En su carácter de titular del derecho de dominio sobre las minas, el Estado puede usar,
gozar y disponer de ellas con entera libertad y así podrá venderlas, permutarlas,
arrendarlas, concederlas, o explotarlas por su cuenta y riesgo.
En este sistema es el Estado el que mantiene el derecho exclusivo para conceder el goce y
disfrute del suelo, y el que a la vez tiene todo el derecho de poder celebrar cualquier
contrato sobre la explotación de las minas; ya sea uno de enajenación o de arrendamiento,
razón por la cual dicho derecho es susceptible de ser transferido. Además, el estado puede
hacer uso del mecanismo de control y fiscalización mediante sus organismos
administrativos, legales y técnicos. En consecuencia, el mecanismo a emplear no es la
concesión, sino la transferencia de propiedad, cuando el sistema lo permite, o simplemente
la explotación por encargo, a través de un contrato de derecho público.
Sistema de res nullios:
Este sistema considera a las minas como cosas de nadie. El dominio de las minas no
corresponde al propietario de los suelos como si sucede con el sistema de accesión. En
consecuencia este sistema no entrega estrictamente la propiedad de las minas al estado ni
a los particulares, pero vemos que es el estado que adjudicará u otorgará el yacimiento
minero a favor de quien ofrezca mayores garantías y a la vez una situación
económicamente viable que permita su explotación.
Es por ello que, en este sistema, el rol del estado es principalmente de hacer que la
explotación del yacimiento minero sea tal que beneficie a la actividad económica de la
industria minera en el país. A diferencia del sistema de ocupación, este régimen requiere
un procedimiento para otorgar el yacimiento, mientras que aquel implica únicamente el
reconocimiento por parte del Estado de la propiedad sobre el mismo.
Es necesario señalar que en la actualidad este sistema no ofrece seguridad jurídica por lo
que está supeditada a contingencias al entregar al estado, a aquel que ofrezca grandes
garantías para la explotación sin tomar en cuenta a quien tenga mayores derechos. No
permite en consecuencia corregir los posibles conflictos de propiedad respecto a la
propiedad del predio superficial.
Sistema de dominio del estado o dominialista:
Este sistema considera que es el estado el titular de las minas que se encuentran en el
suelo y en el subsuelo, ejerciendo su soberanía sin que signifique propiamente un derecho
patrimonial. El sistema de dominio del Estado – antiguamente denominado de libertad de
minas – es aquel que atribuye el dominio originario de las minas al Estado, con lo cual
participa de las características del sistema regalista, pero a diferencia de éste, el dominio
del Estado no es un dominio completo, sino un dominio eminente, virtual o también
llamado radical, es decir, una emanación de la soberanía, careciendo el Estado de las
facultades de usar y gozar de las minas de manera directa.
Por ello el estado tiene toda la facultad de entregar las minas y los minerales que se
encuentra en su interior en propiedad a los particulares para su explotación, exploración y
beneficio, con todos los atributos del derecho de propiedad en su favor, sin que la
propiedad pertenezca o haya pertenecido inicialmente al Estado, a través de la concesión
minera.
La semejanza de este sistema con el sistema regalista es que el Estado posee en ambos
casos el dominio sobre las minas, siendo más bien la diferencia entre dichos regímenes que
el sistema dominialista se caracteriza porque el dominio es sólo una expresión de
soberanía que consiste en los poderes públicos y que el estado no tiene más atributos que
el conceder la mina a los particulares – o a entidades del propio estado, como a las
empresas públicas – para que ellos dispongan de ella. En cambio, en el sistema regalista, el
derecho que tiene el estado sobre las minas es uno de dominio patrimonial, de derecho
real, es el propietario exclusivo de las minas y tiene incluso la facultad de explotarlas por sí
mismo, sin que exista ningún permiso o concesión previa.
Se define finalmente al sistema dominialista de minas como el régimen que atribuye al
estado el dominio de todas las minas, pero sin más atributos que el de entregar a los
particulares para que ellos dispongan como dueños, bajo las condiciones establecidas por
ley. En este orden de ideas, por su naturaleza intermedia este sistema se muestra como
aquel que permitiría un ejercicio más adecuado de los derechos que confiere la concesión
minera y por ello es el más difundido en el derecho comparado.
En el derecho comparado existen distintos sistemas de dominio originario de los
yacimientos, como la res nullis, el de la ocupación, el de la accesión, el regalista y el
dominial o dominical:
ACCESIÓN: este sistema no se diferencia en absoluta del régimen del Código Civil,
aplicando este sistema no hay diferencia entre la propiedad civil y la propiedad minera.
Como ya sabemos en este el suelo y el subsuelo pertenecen al dueño de la superficie.
DOMINIAL minas forman una propiedad distinta de la del suelo y pertenecen al Estado
como parte de su dominio público. Sólo el Estado puede invocar título legítimo de
apropiación de las minas.
PRIVADO el Estado puede constituir especie de propiedad a través de la concesión y
explotar. Sistemas que separan el dominio originario del derivado y consideran a aquel de
nadie.
OCUPACIÓN minas son cosa sin dueño y el primer ocupante puede explotarla, trabajo es
el fundamento de la propiedad, y se le confiere el derecho a explotarla por la posesión que
tomó del yacimiento mediante el trabajo.
RES NULLIUS también asigna el carácter de cosas sin dueño y recién al ser descubiertas
existen jurídicamente, no confiere la propiedad al primer ocupante, sino que el Estado
distribuye en su carácter de tutor de la riqueza, entre los interesados en explotarla.
En el código se han adoptado al menos dos sistemas de dominio originarios distintos: uno
para los yacimientos de primera y segunda categoría y otro para la tercera categoría. En el
caso de esta última no hay dudas de que el codificador ha adoptado el sistema de dominio
de accesión. En cuanto a la primera y segunda categorías, la mayoría de los autores
sostiene que el sistema adoptado por el código de Minería fue el regalista, y que transformó
en dominial al dictarse la primera ley de hidrocarburos en el año 1935. Cabe agregar que
los referidos sistemas de dominio originario reconocidos en el derecho comparado no
conforman un numerus clausus al que el codificador debe someterse obligatoriamente, y
que el sistema de dominio originario que el Código de Minería adoptó para la primera y
segunda categoría de yacimientos puede ser considerado un sistema propio, sui generis,
con profundas influencias del regalismo y del dominialismo.
3) ¿Puede cualquier persona manifestar minas por otro? Sí/No. Fundamente jurídicamente su
respuesta. (10 puntos)
Art. 55. – Nadie puede manifestar ni registrar minas para otra persona sin poder
especial, que podrá otorgarse ante la autoridad más inmediata, o ante DOS (2) testigos o
por medio de una carta.
No necesitan poder los ascendientes, descendientes, ni los hermanos del descubridor.
Tampoco han menester poder los socios en la empresa, ni los cateadores e individuos que
compongan la expedición exploradora.
Art. 56. – El descubridor o dueño del descubrimiento ratificará, rectificará o rehusará la
manifestación o registro hecho a su nombre, dentro del término de DIEZ (10) días, pasados
los cuales se tendrá por aceptado.
4) Conceptualice el término concesión minera y explique sus caracteres. (10 puntos)
No es procedente la petición del dueño del suelo, por lo que Domínguez no perdería los
derechos emergentes del descubrimiento, aunque si sería pasible de las sanciones
mencionadas en el art. 26 C.M. e incluso ser sancionado por violación de domicilio, si se
dan las circunstancias para tipificar esta figura delictual.
Respecto del dueño del predio que desea explorar en ella, no requiere permiso previo para
hacerlo, aunque corre el riesgo de que un tercero solicite el permiso y pierda prioridad, tal
como lo establece el art. 42 C.M.: “El dueño de la superficie puede hacer en ella todo
trabajo de exploración, aun en los lugares exceptuados, sin previo permiso. Pero, si no
hubiese obtenido este permiso de la autoridad ni limitado con su intervención el campo de
sus exploraciones, no podrá oponer contra un tercer solicitante, ni preferencia como
dueño, ni prelación como anterior explorador”.
El permiso es indispensable para asegurarse la prioridad y exclusividad frente a terceros, e
incluso frente al mismo propietario del terreno, con respecto a la zona a explorar, cono así
también para el caso de oposición del propietario a autorizar exploraciones en el ámbito de
su propiedad. Pero no es exigible con respecto al Estado, propietario originario de los
recursos mineros. Frente al Estado la falta de permiso no genera ninguna sanción, siempre
que las actividades se mantengan dentro del concepto de exploración, a diferencia del
cateador sin permiso, pasible de multa, esto porque al Estado le interesa que los territorios
se exploren y se aporten nuevas riquezas a la economía de la Nación.
Por ello, el Estado no puede negar nunca el registro del descubrimiento realizado por un
explorador de hecho, con o sin permiso, como es el caso del Sr. Domínguez, quien
denuncia ante la autoridad el descubrimiento de un yacimiento de platino, sin haber
solicitado el permiso de exploración correspondiente.
Solo en caso de que los trabajos importen verdaderas tareas de explotación o
aprovechamiento del mineral, se podrá disponer su suspensión hasta que se practique la
manifestación del descubrimiento e imponer una multa al 25 infractor, exclusivamente por
esa explotación ilegal, pero aun en este caso tampoco podrá privar al autor del
descubrimiento, si el registro es realizado en tiempo oportuno.
En consecuencia, el que explora sin permiso, mientras no ejerza actos de explotación es,
frente al Estado, un explorador de hecho y no un explorador ilegal.
6) Oscar Ocaña denuncia el descubrimiento de una mina de oro y al mismo tiempo Fernando
Reyes ,denuncia el descubrimiento de un yacimiento de plata a unos 160 metros sobre el
recuesto del yacimiento denunciado por Ocaña, siendo paralelos los rumbos y los
recuestos de ambos yacimientos . Enterado Ocaña de la situación, pide que se considere
al descubrimiento efectuado por Reyes como dentro de la futura concesión que le
corresponderá se le otorgue. a- ¿Corresponde lo solicitado por Ocaña ?
b- ¿Ante qué conflicto nos encontramos? A los fines de resolver el caso, verifique la
legalidad del planteo efectuado por Ocaña. Identifique el conflicto y resuelva el mismo con
expreso fundamento legal. (30puntos)