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EXPRESIÓN DE EMOCIONES

Expresar las emociones supone una parte fundamental de nuestras vidas y nuestras
relaciones, tanto con los demás como con nosotros mismos, y las dificultades para
identificarlas y expresarlas correctamente pueden crearnos problemas y un alto grado de
malestar.

La importancia de saber expresar emociones


Cuando no sabes expresar tus emociones correctamente, pueden suceder varias cosas,
en función de cuál sea tu dificultad concreta. Por ejemplo:

 No eres capaz de transmitir a los demás cómo te ha afectado su conducta, lo que


sientes por ellos o lo que estás sintiendo en un momento dado.

 Tienes estallidos emocionales en los que pareces no ser capaz de controlar tus
emociones, ya sea estando con otras personas o estando a solas.
 Estallas, te irritas o te sientes mal por cosas que reconoces que no tienen importancia,
reaccionando de forma exagerada.
 No sientes nada, incluso aunque eres consciente de que te ha pasado algo que debería
hacerte sentir una emoción negativa intensa.

 Sientes una especie de bloqueo emocional generalizado que te impide ser tú mismo,
sobre todo cuando estás con los demás, y te crea confusión porque cuando te bloqueas
no sabes lo que sientes.

 No eres capaz de sentir intimidad o conexión emocional con los demás.


 En vez de sentir lo que sientes, ignoras tus emociones y tratas de sentir lo que crees
que “deberías” sentir.

Las emociones son una importante fuente de información: nos guían, nos ayudan a dar
sentido a lo que nos sucede, a entendernos a nosotros mismos y a relacionarnos con los
demás, y nos motivan para alcanzar metas, producir cambios, evitar situaciones dañinas o
perseguir aquello que nos hace felices.

Las emociones pueden estar relacionadas con sucesos concretos de tu vida daría (como
sentir frustración cuando tu coche no arranca), o pueden estar relacionadas con
recuerdos, pensamientos o expectativas de futuro. Por tanto, lo que sucede dentro de tu
mundo interior pueden desencadenar todo tipo de emociones que a veces parecen surgir
de la nada y sin motivo aparente.
Aprender de las emociones
Es muy importante ser capaces de reconocer lo que sentimos, aceptar nuestras
emociones tal y como son y aprender de ellas. Por tanto, cuando sientas algo, puedes
hacerte las siguientes preguntas:
 ¿Qué es exactamente lo que  ¿Es esta emoción demasiado
estoy sintiendo? intensa o exagerada?
 ¿Qué información puedo obtener  ¿Qué puedo hacer para manejar
de esta emoción? Es decir, ¿qué esta emoción correctamente?
me está diciendo acerca de la ¿Qué estrategia es la más
situación en que me encuentro? adecuada en este momento?
 ¿Por qué ha aparecido esta
emoción justo ahora?
También puedes hacerte estas mismas preguntas acerca de una emoción que ya ha
pasado pero que crees que no supiste manejar correctamente, como un estallido
emocional o una reacción muy exagerada o fuera de lugar.

Identificar las emociones


Por supuesto, el primer paso en la expresión de las emociones cosiste en saber
identificarlas correctamente. Si no sabes lo que sientes, es muy posible que expreses esa
emoción de manera inapropiada. Cuando no tienes claro lo que sientes, hay dos cosas
que pueden ayudarte: tu cuerpo y tu conducta.
Tu cuerpo. La mayoría de las emociones se experimentan también en el cuerpo. Si
observas tu cuerpo y prestas atención a tus sensaciones corporales puedes darte cuenta
de lo que estás sintiendo. Por tanto, estudia cómo reacciona tu cuerpo. Por ejemplo,
puedes reaccionar con contracturas musculares ante la ansiedad o ante la ira, o
reaccionar con un nudo en el estómago o en la garganta cuando sientes miedo, o con
dolor de cabeza ante la frustración, mientras que otra persona reacciona de formas
diferentes. Por tanto, si te das cuenta de que tienes un nudo en el estómago, pregúntate
qué emoción lo puede estar generando y aprende cómo te “habla” tu cuerpo.
Tu conducta. Tu forma de comportarte es otra fuente importante de información. Por
ejemplo, si cada vez que estás con una persona determinada sientes frustración con
frecuencia y te molesta casi todo lo que hace o dice, aunque sean pequeñas cosas, es
posible que estés sintiendo resentimiento o enfado hacia esa persona desde hace tiempo.
Por tanto, observa tu conducta y trata de sacar conclusiones acerca de la emoción que las
puede estar provocando.

Muchas personas no son capaces de expresar lo que están sintiendo. Estos son algunos
de los principales motivos por los que esto puede suceder:

Miedo a la reacción de los demás. Algunas personas temen expresar sus emociones
por miedo a cómo puedan reaccionar los demás. Por ejemplo, miedo al rechazo tras
expresar sentimientos de amor, miedo a que la otra persona se enfade al expresar
sentimientos de insatisfacción o frustración, miedo al rechazo al expresar sentimientos de
tristeza u otros sentimientos negativos.
Perfeccionismo. Algunas personas piensan que deben ser perfectas en todo momento y
no se permiten sentir emociones que consideran inaceptables, como ira, celos, ansiedad,
depresión. Piensan que deben ser capaces de controlar sus emociones en todo momento
y mostrarse siempre serenos, y temen mostrarse débiles o vulnerables. Detrás de esto
suele esconderse también una baja autoestima y miedo al rechazo de los demás. No
obstante, lo que consiguen con este comportamiento es una gran falta de intimidad con
los demás, quienes nunca llegan a conocer del todo a estas personas, además de dar la
sensación de ser distantes y fríos.
Problemas para saber lo que sientes. Como decía en la página anterior, no podrás
expresar una emoción si no sabes lo que estás sintiendo o no la reconoces.
Falta de aceptación y traumas. Puedes pensar que lo que estás sintiendo es
inaceptable y reprimir esa emoción. En otros casos, lo que no se acepta es la situación
que estás viviendo. Por ejemplo, si alguien te somete a una situación de humillación o
vejación, puedes no aceptar que eso está sucediendo y pretender que no pasa nada, que
no te está afectando o negar la realidad y bloquear tus emociones, de manera que no
sientes nada. Puede suceder ante situaciones muy desagradables ante las que no sabes
cómo actuar y te quedas paralizado, sin responder ni física ni emocionalmente, como
puede suceder en ciertas situaciones traumáticas.
Dependencia emocional. Algunas personas sienten una gran necesidad de complacer a
los demás porque tienen una gran dependencia de ellos. Se sienten solos y abandonados
con frecuencia y necesitan tener siempre a alguien a su lado. Al sentir esta necesidad tan
profunda de otra persona, tienden a expresar las emociones que creen que la otra
persona desea ver y tratar de ser lo que la otra persona quiere que sean (o lo que creen
que esa persona quiere). Por tanto, no expresan sentimientos negativos ni nada que
pueda generar conflicto o desagradar a la otra persona. El resultado es una gran
insatisfacción, baja autoestima y sensación de que sus necesidades no se tienen en
cuenta, y es probable que acaben con personas que se aprovechan de ellos y de su
necesidad de complacer.
Creer que los otros deberían saberlo. Algunas personas tienen la falsa creencia de que
los demás tienen que saber lo que ellas sienten sin necesidad de decirlo, especialmente
sus seres queridos. Pero por mucho que una persona te ame, no siempre será capaz de
adivinar lo que sientes si no se lo dices. Esa actitud acaba haciéndote sentir resentimiento
y pensar que no importas a los demás o no les importan tus sentimientos.

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