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Editorial. (APVK) - 2
La Reproducción de la injusticia. (APVK) - 3
Puente de Vallecas (Algunos datos). (APVK) - 9
Lucha de Clases en Vallecas. (APVK) – 10
Capitalismo. (Racaille) – 23
Extractos de: Autogestión de la Miseria o Miserias de la Autogestión (Terra Cremada) - 25
Se Vende Militancia. (Racaille) - 34
Los Autónomos y las Drogas. (Julian De La Peña) – 35
Hablando Para Que Lo Entienda Mi Abuela (Racaille) – 37
Carta a Jose Bloch (Federico Engels) – 38
La Necesaria y Deseable, desaparición política de la izquierda (progres) (Marat) – 40
Una Pelicula Muy Recomendable (Karl Marx) (Marat) – 48
8 DE MARZO DE 2018 Dia de la Mujer Proletaria (SUT) – 52
En Memoria de Antonio Murillo (APVK) – 55
Breves (APVK) - 72
EDITORIAL
Komunismo es una nueva revista, para la difusión de la teoría revolucionaria del proletariado, en un
acto de lucha practica ante una situación en la que se quiere separar a la clase oprimida del
conocimiento de su propia teoría de liberación.
Al fin y al cabo, nuestros problemas como clase hemos de solucionarlos nosotros mismos, por ello
responsabilidad nuestra (necesidad) es dotarnos de una teoría revolucionaria en medio de la
constante lucha de clases.
Komunismo, no es una revista de intelectuales, para intelectuales, es una revista de proletarios, para
proletarios, para todos los proletarios sin excepciones; de la industria, de la mediana y pequeña
fabrica, parados, sin papeles, chatarreros y buscavidas con honor de clase.... Es para todos aquellos,
que como nosotros, no tenemos donde caernos muertos y dependemos totalmente para seguir
existiendo físicamente, de la venta de nuestra capacidad para trabajar como una mercancía mas,
enajenados del control de nuestras vidas hasta lo que nos permite elegir la sociedad de consumo.
El proletariado habrá de liberarse como clase y liberar al mundo de la explotación del hombre por el
hombre, por si mismo, mediante la acción practica revolucionaria. Como teoría y practica
revolucionaria no han de ir separadas, tampoco el sujeto practico de la revolución tiene que estar
desprovisto de teoría, ya que sino, será siempre presa de cierta burocracia dirigente y privilegiada
esparcida a muchos niveles. Los proletarios occidentales sabemos leer y sabemos pensar, hablar y
debatir, o por lo menos tenemos esa capacidad, al igual que la tienen los miembros de las otras
clases.
No nos vamos a privar de utilizar el lenguaje clásico del proletariado revolucionario, ya que este es
patrimonio del propio desarrollo teórico – practico de la lucha de clases. Cuando los teóricos de
hace décadas planteaban las cosas en este lenguaje, no era un capricho intelectualoide consistente
en que la clase baja o chusma no entendiera nada, sino la única manera de explicar lo mas
precisamente los mecanismos de funcionamiento de una sociedad enfrentada de clases y el
desarrollo de unos mecanismos revolucionarios para superar este tipo de sociedad. El lenguaje de
los medios de comunicación, de la burguesía en general, no puede sustituir algo que el proletariado
en lucha a ido forjando y que se va perdiendo mientras la conciencia de clase se va forjando.
Salario, trabajo asalariado, precio, valor, plusvalía, ganancia capitalista, capital, dinero, enajenación,
revolución, proletariado, burguesía, imperialismo, represión, estado...... Son palabras que el
proletariado sabe de su significación de manera objetiva ¿Como no las vamos a entender mediante
su utilización?
Komunismo es una revista abierta a criticas, porque no somos perfectos, no creemos en dios y por
ello no nos sentimos dioses. Ademas también creemos que debe ser espacio de reflexión y debate,
de critica y autocritica..... ¡Que arda Troya!
1: MECANISMOS DE JUSTIFICACIÓN.
2: LA OPORTUNIDAD VIRTUAL: EL SISTEMA EDUCATIVO.
3: LA RETRIBUCIÓN VIRTUAL: EL SISTEMA PENITENCIARIO.
4: LA MORALIDAD VIRTUAL: EL BINOMIO REPRESIÓN-ABERRACIÓN.
5: LA SOLIDARIDAD VIRTUAL: LAS LIMOSNAS.
1: MECANISMOS DE JUSTIFICACIÓN.
Para ello cuenta con unos mecanismos al efecto, para que los explotados vean que son ellos mismos
quienes merecen su condición de víctimas, pues no han aprovechado las oportunidades que el sistema
les brinda para acceder al "sueño americano" del bienestar, la felicidad y la riqueza.
Suya es la culpa si se gastan el dinero en alcohol, y encima si tienen un accidente y salen por la tele en
su papel de víctimas culpabilizadas, en vez de invertirlo en Telefónica o en hacer un Master. Suya es la
culpa si eligen la droga (si es tan fácil decir NO como dicen), la delincuencia y el paro...
...en vez de aplicarse al trabajo, el ahorro, el aprovechar las oportunidades que se te dan, el préstamo
hipotecario, el sacrificio y el esfuerzo.
No les basta con destruir a las personas, sino que encima necesitan humillar y degradar a sus víctimas
hasta lo indecible. Hasta conseguir que con el voto de los explotados sean elegidos y refrendados sus
verdugos en las urnas.
Hasta conseguir que las víctimas acepten y asuman su condición de piltrafas, y reconozcan ellas
mismas merecer como justo el destino de abyección y degradación que se les impone, según los
intereses de los poderosos.
Para hacer saltar el mecanismo por los aires, lo primero es analizar su funcionamiento, con el fin de
denunciarlo ante las masas. Ver las falacias que emplea el sistema para justificarse y reproducirse.
En la Sociedad Feudal la pertenencia a una clase, o mejor dicho a un Estamento, venía determinada por
el origen familiar, y era muy difícil el acceso a un status diferente. El papel del sistema educativo era
todavía marginal.
El sistema capitalista proclama (o cacarea mejor dicho) la "movilidad social" y el acceso formal de
todos al privilegiado status de los poderosos.
Pero de hecho la Familia sigue siendo aún la base de la sociedad capitalista, y su principal medio de
reproducción: la institución fundamental de transmisión no sólo del patrimonio sino también de la
ideología propia de la clase burguesa.
¿Cómo resuelven ellos ésta contradicción...? Mediante un sistema educativo que reproduce de hecho
las divisiones de clase, mientras que haga "ver" que los humildes pueden recibir alguna promoción; y
que a su vez los poderosos han tenido que realizar un esfuerzo para merecer su privilegiada posición.
Es revelador el discurso pronunciado hace mas de cien años (según el estudio crítico "How Harvard
Rules", citado en "El capitalismo salvaje en USA"), por el Fundador y primer Rector de la Universidad
de Harvard:
El Sistema Educativo parte de una falacia, pretende ofrecer una "igualdad de oportunidades" que no es
real sino Virtual.
Partimos de que las oportunidades de formación de los hijos de los poderosos se sitúan a miles de años
luz de las de los humildes, y esa tendencia a la polarización es cada vez mayor a todos los niveles.
Y ello no sólo por la proliferación de centros privados incluso universitarios, sino que la titulación por
sí misma no garantiza el acceso al trabajo. Para ello es necesario la realización de Masters y cursos
extra-académicos, de un coste prohibitivo. Ésto supone por otra parte para los poderosos el poder decir
que han hecho un esfuerzo para merecer su exaltada posición y acceder a lo que hoy se ha venido en
llamar como la "excelencia".
Otro requisito son los idiomas, en concreto el Inglés se juzga indispensable; no sólo por su utilidad
intrínseca sino más allá, por un criterio de selección y elitismo. Pero el dominio de la lengua inglesa
exige no sólo el recibir una enseñanza, sino la práctica mediante estancias mas o menos prolongadas en
el extranjero. Eso supone un fabuloso negocio para quienes cobran unos precios abusivos por los
viajes, manutención y enseñanza de los jóvenes que pueden acceder a ellos.
Por todo ello, a los hijos de los humildes se les ofrece una posibilidad Remota de promoción, mientras
que los hijos de los poderosos tienen la Certeza Absoluta.
El caso más hiriente son los llamados Grupos Experimentales, desarrollados en centros públicos como
la Universidad Autónoma de Madrid. Hijos de políticos y autoridades académicas acceden a una
educación no masificada y privilegiada en centros públicos pagados con dinero público... aunque les
sobre dinero para irse al mejor centro privado, se van a un centro público a marcar Diferencias (de
paquete), construídas sobre el fracaso académico de sus compañeros.
El sistema educativo viene a reproducir la polarización entre Triunfadores y Fracasados. Los primeros
son en su gran mayoría hijos de los poderosos, que se presentan como JASP o YUPIS, y que nos hacen
creer que han merecido con su esfuerzo su privilegiado status. La gran mayoría se incluye en el
segundo apartado, condenada al fracaso escolar y laboral.
Y encima el Sistema Capitalista culpabiliza a las víctimas, pues "la culpa es suya" si en lugar de la
aplicación han elegido el absentismo, el alcohol, la violencia y la droga. Ellos pueden decir que NO...
Lentamente, los jóvenes se rebelan contra la burla sangrienta que el Sistema Capitalista les impone, y
mientras unos fueron utilizados para salir como borregos con el lazo azul, los mejores hijos jóvenes de
nuestros pueblos salen a la calle para enfrentarse al Sistema Capitalista.
3: LA RETRIBUCIÓN VIRTUAL: EL SISTEMA PENITENCIARIO.
Además de la Retribución, o sea el aplicar una sanción a quienes "se dice que" se la merecen, las
cárceles y todo el sistema penal cumple para el Sistema Capitalista otras funciones:
-Por un lado, imponer el Terror Penal a la población humilde, amenazada con la condición
social más vergonzosa, la pérdida de su libertad, y en muchos casos, la pérdida de su integridad física,
de su dignidad... y hasta de su vida.
-Por otro lado, también ellos nos hablan hipócritamente de la reinserción social y rehabilitación
del "delincuente".
Los conceptos de Retribución y Rehabilitación, aparentemente distintos, persiguen el mismo fin: que la
Víctima del Sistema se "Derrote": Ésto significa una cosa muy concreta: que se autoculpe y que se
avergüence de sí mismo y pierda su autoestima, que reconozca y asuma su Fracaso, que acepte como
Justa la brutal humillación que le imponen los poderosos. Y encima que agradezca la burla más cruel
que se le hace, o sea, la supuesta "oportunidad" que se le dá de rehabilitarse...
El sistema penal es un mecanismo más de reproducción y justificación del sistema capitalista. Para que
exista el arquetipo del Éxito, el Yupi, tiene que existir correlativamente el arquetipo del Fracaso
absoluto. El verdadero fin del sistema es señalar un marco para la definición del Fracaso Social:
presentar así la figura del "Delincuente" como la condición social más vergonzosa. Justificar así el
hecho de que unos triunfan y otros fracasan, porque ambos merecen su situación.
Pero el sistema es totalmente injusto, pues la Retribución que se recibe es una Retribución Virtual.
La delincuencia es un problema social y no una responsabilidad meramente individual. En la mayoría
de los casos la miseria y la injusticia social son la verdadera causa de los delitos y de las conductas
antisociales en general. Por lo tanto la Justicia Burguesa no les está castigando por sus conductas, sino
por su Pobreza. Eso contrasta con los indignantes privilegios penales que disfrutan sus estafadores
capitalistas, pederastas, fascistas y mercenarios con medallas.
Actualmente hay unos 50.000 presos a nivel de Estado, y mil presos políticos... cifras disparatadas, sin
contar los cientos de miles que han sufrido multas, fianzas, o sanciones abusivas, que tienen que
ocultarse, o que han sufrido ultrajes de todo tipo: detenciones, agresiones y torturas, represalias
laborales y administrativas, pinchazos telefónicos, cartas abiertas y cámaras. Pretenden además
criminalizar a los presos políticos, y con ellos a todos quienes nos enfrentamos a su sistema.
Mientras la parte más consciente de la población denuncia el sistema carcelario, busca soluciones
alternativas, y exige cuando menos el respeto a los Derechos Humanos de los presos y la liberación de
los enfermos terminales de SIDA... el Sistema persiste en la imposición masiva del Estado Policial y el
Terror Penal contra la población. En Madrid se jactan de la instalación de más de mil cámaras de video
en el Metro, mientras que la calidad de este transporte se degrada progresivamente.
El motivo es complejo, pero evidente, la Represión-Aberración genera una moral hipócrita como
mecanismo de manipulación.
Así el joven debe de sentirse culpable por su actividad sexual, más bien precaria... y no debe de tener la
insolencia de criticar las estafas y expolios de los "virtuosos" burgueses. Si han sido capaces de
prohibirle que mire una imagen erótica, le pueden prohibir acto seguido que mire ciertos libros. Si
consiguen que el joven niegue su realidad inmediata, que es su propio cuerpo, pueden hacerle incapaz
de ver la realidad de injusticia social que le rodea, e imponerle un sentimiento de culpa y auto-rechazo
que le impida poder rebelarse contra tal injusticia. La represión sexual, y las aberraciones que produce,
son un mecanismo para sembrar masivamente la hipocresía y la insolidaridad.
El puritanismo hipócrita condena la sexualidad natural y encubre la sexualidad aberrante. Las épocas
de mayor represión-aberración han sido aquellas en las que el capitalismo se ha visto exaltado con
mayor agresividad: la Inglaterra Victoriana, la Alemania Nazi y los USA a partir de Reagan.
La visión de la relación sexual como mercancía implica la justificación de los mayores actos de
desprecio al ser humano, como son la tortura, la pedofilia y hasta el tráfico de menores para su
desguace en el mercado negro de órganos. La atrocidad de la pedofilia consiste en que los agresores,
burgueses seniles de corazón podrido, se complacen en destruir la esperanza y el futuro. Por su parte
imponen la represión policial y sexual, pero consideran que ellos mismos han accedido a la Riqueza,
que para ellos es sinónimo de Virtud... lo cual les coloca por encima del Bien y del Mal. En su criminal
hipocresía se arrogan el derecho a satisfacer sus apetitos más inmundos, como un premio a su éxito en
la vida.
No es casualidad que los pederastas más destacados sean los mayores reaccionarios: así se vió en el
caso del Arny, pero el mayor escándalo se ha dado mas adelante, con el cariz de las investigaciones del
crimen de las niñas de Alcasser. Por lo visto, se eliminaron pruebas e informes para encubrir la
actividad criminal de un grupo de capitalistas y políticos, el llamado "clan de la Moraleja".
Hemos visto algunos de los mecanismos que utiliza el sistema para humillar y degradar a sus víctimas
e impedir su rebeldía, justificando a su vez la exaltada posición de los triunfadores. De ellos quizás el
principal sea la Ayuda Virtual, ayuda falsa, expresada mediante las limosnas y otras formas de
solidaridad fingida.
Vamos a trazar cual es la diferencia entre la verdadera solidaridad real y la solidaridad virtual, cuyo
verdadero fin es Humillar y Degradar a quien la recibe.
-1: La verdadera solidaridad trata de solucionar de modo sincero y coherente los problemas, va
a la raíz del mal. Mientras que la solidaridad falsa, en el mejor de los casos es sólo un tratamiento
meramente sintomático. Ésto es, un maquillaje que sólo pretende tapar la visión superficial y aparente,
de tal problema. Eso si, con gran boato y alharaca, el fariseo desparrama su limosna del modo mas
escénico posible, al son de clarines y otros instrumentos.
-2: Una persona realmente solidaria comparte realmente los problemas y las condiciones de
vida de las personas que apoya. Un revolucionario es el primero en acarrear la leña y el último en
sentarse junto al fuego. Pero las condiciones de vida de los funcionarios de ONG, Sectas y demás...
están a años luz de aquellas condiciones de vida de los desheredados, a quienes dicen ayudar. Y la
gestión que hacen de los recursos que reclaman para ejercer tal ayuda, está muy lejos de la
transparencia, de hecho están viviendo en el lujo a costa de quienes a duras penas logran sobrevivir.
-3: Una persona totalmente solidaria no se sitúa por encima de aquellos a quienes ayuda, ni
física ni moralmente, no reclama beneficio ni gratitud alguna, ni mucho menos se le ocurre el arrogarse
la Santidad. Un revolucionario es consciente de que todo lo que pueda ofrecer, aún la entrega de su
vida, no es nada al lado del dolor y sufrimiento de las masas. Los "santos" oficiales no paran de
ponerse como modelo, y sobre todo desprecian a las masas, a quienes dicen ayudar a pesar de su
desaseo, alcoholismo, vagancia e ignorancia. Llegan a decir que el pueblo no vive tan mal, pues hasta
tiene medios para disiparlos en festejos.
-4: La solidaridad real busca la movilización popular para cambiar las cosas en los hechos,
busca elevar el nivel de conciencia de los afectados, busca en fin lograr la actividad y el Protagonismo
de las Masas, a las que reconoce como centro de la Historia. La limosna en cambio, busca impedir que
la gente tome una conciencia real de su situación. Sobre todo de las posibilidades, ciertas y reales, de
cambiar esa situación con su movilización y llegar a conseguir el Poder para las masas. La clase
dominante, con sus limosnas, busca la abyección y vergüenza de los humildes, desmovilizarles,
imponerles la gratitud llorosa y la pasividad más absoluta. Que tomen "conciencia" de su vergonzosa
condición de vagos y fracasados, así como de la bondad de los triunfadores, que se dignan descender
hasta ellos, y aguantar su olor...
El verdadero fin de la limosna es humillar y degradar a quien la recibe, para impedir así que acceda a
una posición revolucionaria. Pero sus efectos negativos son mucho mayores:
De un lado, la cúpula de las ONG y Sectas se financia a base del dinero de la solidaridad, entregado en
muchos casos por gente de buena fé, que aporta lo que puede, movida por su generosidad real hacia los
desposeídos. Dinero que es utilizado para así financiar y mantener de hecho a parásitos.
Cuando se pide el 0.7 para los "países pobres", de hecho se pretende entregar dicha suma, no a la
población, sino a sus corruptos gobernantes. No olvidemos que Somoza llegó a lucrarse hasta
vendiendo los medicamentos que la solidaridad europea envió a su pueblo, víctima del brutal
terremoto. Y hoy toda ayuda sería utilizada inmediatamente por los militares genocidas para comprar
armamento e instrumentos de tortura.
Todo el montaje de las ONG, Sectas y 0.7 es apoyado por el poder por una verdadera razón: encuadrar
en ellas a jóvenes realmente solidarios y hasta rebeldes, y a personas indigentes y desesperadas. Pues
ambos supondrían una verdadera amenaza para la clase dominante, si tomaran conciencia de la
verdadera situación y de los medios que existen para transformarla.
El caso más brutal de cuanto decimos, lo constituyen las Sectas supuestamente dedicadas a la
"rehabilitación" de los drogadictos, mediante tratamientos de una eficacia más que dudosa. El Poder las
tolera porque suponen una forma de reclusión encubierta de cientos de personas... aunque para los
jóvenes su paso por esos "centros" es toda una experiencia traumática, una pesadilla mucho peor que la
cárcel. Eso sí, las Sectas se financian jugosamente gracias al dinero público, contribuciones de buena fé
de la generosidad de los ciudadanos, y sobre todo por el trabajo gratuito de las víctimas y las sumas
abusivas exigidas a sus familiares.
No podemos dejar de lado que en la base de tales grupos y campañas existe gente realmente valiosa,
por su condición de víctimas o por su solidaridad, generosa y real, hacia ellas.
Pero es fundamental que esas personas tomen conciencia real de la situación, del papel degradante y
reaccionario de la limosna en sí, como instrumento de Poder... y del carácter parásito de los dirigentes
de Organizaciones y Sectas, que hoy viven del quedarse con el Santo y la Limosna, y que llegado el
caso no dudan en llegar al soplonaje y a la chulería fascista.
Por todo ello, es preciso denunciar el verdadero sentido de la Limosna como instrumento de
Reproducción y Justificación del Orden injusto, junto al sistema educativo, el marco legal, la Prensa...
y demás instrumentos de la Clase Dominante.
Salamanca y Retiro tienen una renta familiar bruta per cápita superior a los
26.000 euros, mientras que en Puente de Vallecas, Usera y Villaverde las
cifras están por debajo de 17.000.
Ahora resulta que la zona del Puente de Vallecas y de San Diego, ha sufrido un gran deterioro
últimamente y culpa de ello según algunos de los vecinos, tiene que ver con la profileración de los
llamados “narcopisos” y las casas de citas o de prostitución a ello se le añade una fuerte
especulación urbanística, y un “deterioro” del comercio de “cercanía”.
Para recuperar el barrio para los “vecinos”, con ese cometido, se han empezado a movilizar ciertos
sectores del barrio que ya teníamos conocidos de antes. La vieja historia, en que bajo la bandera de
la lucha contra las mafias de la prostitución y contra la droga, se refuerza la idea clasista entre los
miembros de una misma clase.
Tanto ayuntamiento, como Comunidad de Madrid, como el gobierno por parte de su delegado en
Madrid, se han puesto manos a la obra para satisfacer las demandas de estos ciudadanos.
También se sabe de mayor presencia policial, después de que con “urgencia”, se nombrara un nuevo
comisario. Hecho celebrado por uno de los redactores de corte falangista, de la revista “Valle del
Kas”. Sobre lo de aumentar la policía, decimos mas de lo mismo que con lo de las cámaras de
video-vigilancia; no sirve para acabar con la “criminalidad”. Todo el mundo acostumbrado a andar
por el barrio sabe que la presencia policial ya era muy grande, ahora las identificaciones y los
cacheos se ha intensificado. Con esta medida solo ha aumentado el hecho de que seas molestado,
por unos señores que no tienen nada de empatía contigo y para los que probablemente seas un
potencial criminal. Por eso te paran. Hacen montajes policiales, ten cuidado. Ellos se drogan e
incluso algunos trapichean con la droga por la que se supone que están aquí para luchar contra ella.
Otra de las medidas efectivas ha sido la desarticulación de varios pisos donde se vendía y se
consumía droga (el ayuntamiento las censaba en 33), que de paso se ha llevado de complemento el
desalojo de mas de 400 viviendas, las cuales algunos amigos de la limpieza “étnica” del barrio, lo
califican como un golpe a las mafias de ocupación. Si eres del barrio y te relacionas con la gente
sabrás que la mayoría de las ocupaciones en el barrio, no son hechas por mafias, sino que son
ocupaciones que están para albergar a familias que no tenían casa. No vamos a negar aquí, que
alguna familia de ocupas, al ceder la casa a otra familia, le exija un dinero por ello, en concepto de
la apertura de la casa (importante porque es delito), y en concepto de algunos arreglos o mejoras
que se hayan hecho en la casa. Lo que creemos es que no es licito criminalizar el movimiento de
ocupación en general, porque algunos ocupas vendan droga y hagan de las casas chupanos. Parece
ser que en la escalada de acontecimientos, primero se iba contra la droga, para luego ir en contra de
los drogadictos (a habido episodios de persecuciones y acoso) y ocupas en general. El hecho es que
la mayoría de los desalojos que se han dado en el Puente Vallecas en los últimos años, no eran
narcopisos. El estigma que supone para los ocupas, este movimiento de desalojar los narcopisos, es
relacionarlos como criminales por pobres. La droga se puede vender en un piso privado, donde
puede hacer una redada la policía, detenerte, pero no tocar tu sagrada propiedad privada por el
hecho de vender droga en ella. El desalojo de los narcopisos, no es simplemente una medida contra
la droga, sino también a favor de la propiedad privada.
No vamos a negar el problema de la droga, que sin duda es demasiado complejo como para tratarlo
de una manera tan simple como para despacharlo como lo hacen los nazis. Nosotros los oprimidos
no hemos creado mecanismos suficientes como para afrontar de una manera determinante esta
problemática, pero sobre las experiencias, mas o menos creemos hacia donde dirigirnos. En primer
lugar no tratar la manera de forma clasista, de mentalidad clasista resultante de creerse por encima
de otro porque te “vaya bien”, en definitiva mentalidad burguesa, que huye del problema de al que
le va “mal” y de paso lo margina y si pueda lo fulmina del barrio. Es gracioso ver a consumidores
de coca, porros o alcohol en buenas cantidades, quejándose de la degradación del barrio por culpa
de los narcopisos. Nos llegan a molestar los “yonkis” y hay que echarlos.
En la época fuerte de heroína en los 80, lo que le molestaba a la gente mas que los camellos, era que
el barrio se llenara de drogadictos. Si acababas con los puntos de droga en el barrio, ya no veras
drogadictos, esa era la lógica, pero no fue la solución a un problema. Ahora los drogadictos de los
80, son tratados como mártires de una generación combativa aunque engañada por los izquierdistas,
cuando estos mismo clamaban y marginaban diariamente a los drogadictos, ya que parece no son
capaces de analizar las cosas con mentalidad de oprimido. En algunas manifestaciones convocadas
por asociaciones de vecinos de esa época se podían leer pancartas con lemas tales como
“Drogadictos Fuera Del Barrio”, cuando muchos de ellos eran del barrio, eran de los nuestros y solo
nosotros podíamos ayudar con nuestras limitaciones impuestas por el estado burgués. Solo con el
entendimiento de manera global de la problemática, se pudo avanzar algo con el consumo de
heroína. Las madres de los herionómanos en un primer momento culpaban de las compañías como
causa de que sus respectivos hijos cayera en la adicción a la heroína, hasta que salieron de esa
visión individualista y entendieron que el problema era colectivo y colectiva había de ser la
respuesta. Si no se pasaba de entender que la culpa de que X se drogara fue porque lo hizo por
primera vez con Y, se descontextualizaba toda esta problemática para quedarse uno en la anécdota y
no ver las situaciones concretas a las que se enfrentaba el joven proletariado de los 80.
Sobre los pisos de prostitución, en primer lugar parece ser que lo que mas jode es la presencia de
multitud de propaganda anunciando servicios sexuales por el barrio, porque aquí no se sabe que
hacer conjuntamente con las prostitutas, solo se sabe que la prostitución es mala y peor aun los
proxenetas. Las prostitutas no tienen vela en este entierro. Si hay prostitución es porque hay
consumo, es porque el sexo se mercantiliza, como todo en las sociedad mercantilizadas, donde los
valores sociales son sustituidos por valores de consumo, donde el sexo se considera trabajo del cual
una o uno puede auto-explotarse o que le exploten como mercancía cuyo medio de producción es el
propio cuerpo como objeto fundamental, ademas de ser la fuerza de trabajo.
También entre las medidas “anti - degradación”, esta propuesto vallar los solares urbanos que hay
sin edificar en el casco histórico del Puente Vallecas, una medida que pretende que estos no sean
usados como vertederos, viviendas o “aseos” de perros....... Una nueva medida mas a proteger la
propiedad privada y la especulación contra la que dicen luchar celebrando el desalojo de okupas en
favor de propietarios individuales, fondos buitre y bancos. Un solar vallado es el colmo de la
especulación, porque unos solares urbanos como a los que nos referimos ya son especulación sin
vallar, aunque por lo menos sea, la diferencia a que estén vallados a que no le estén es que de
mientras en ellos alguien se puede hacer una chabola, un huerto, un parque o simplemente un sitio
de juegos y correrías de los chavales (todos ejemplos reales en Vallecas). Algunos “vecinos” y
asociaciones celebran estas medidas, ya que alejaran de allí a yonquis, mendigos y otra gente no
deseable. Sobre lo de la basura en los solares es mas un problema de higiene y limpieza que otra
cosa. ¿Quien pagara estos vallados, el ayuntamiento o los propietarios?
Sobre lo del comercio de cercanía y las quejas de los vecinos a que se pierde, hay que comentar
varias cosas. La desaparición del pequeño comercio tiene que ver con su incapacidad de competir
en varios sectores contra las superficies comerciales. Al no poder competir en precios, el trabajo
deja de ser rentable y estos cierran. La pequeño burguesía se ve arruinada, sobre todo si vive en un
barrio obrero y no vende un producto “exclusivo”, ya que el proletario empobrecido, debido a su
bajo poder adquisitivo, busca comprar los productos mas baratos que pueden ofrecer las grandes
superficies comerciales. Así, las grandes superficies comerciales, se comen al pequeño comercio,
como los multicines se comieron a los cines. Querer revitalizar el pequeño comercio en un barrio
proletario como Vallecas es mas que difícil, si este no pasa a ser territorio de otras clases. Con el
actual desarrollo industrial la mayoría de los comercios venden productos de la gran industria los
cuales son adquiridos en mejores condiciones económicas por los grandes comercios por
asegurarles estos a los productores una determinada cuota de mercado. En el caso del pequeño
comercio artesano, pues este, normalmente resulta ser caro para el proletario. La ruina de la
pequeña burguesía, son las grandes empresas, las multinacionales, el desarrollo tecnológico e
industrial capitalista, no la chusma.
Aquí nos encontramos con la típica solución a los problemas sociales que nos tiene acostumbrados
la socialdemocracia progresista, en connivencia con la demás democracia burguesa. Bajo un
lenguaje populista se pretende hacer pasar como progresista la política del castigo y la porra, la
política del capitalismo y la burguesía, contra las masas oprimidas.
Los problemas de las zonas mas degradadas de Vallecas no son los generados por los proletarios
pobres con sus problemáticas, sino por el estado capitalista en todo su sentido, ya que es el rector de
nuestra vida. Si hay muchas ocupaciones de pisos, muchos de ellos en ruinas o casi, es por el
empobrecimiento de la población del barrio unido al latrocinio urbanístico (casas sin gente – gente
sin casas). El proletariado enajenado estamos sujetos a la presión social. Si bien desde niños en la
escuela, se nos inculco un modelo de vida “ideal”; estudia, se formal, ten un buen trabajo, comprate
una casa y un coche, forma una familia ideal, haz viajes.... El fracaso de toda esta vida prometida,
en la vida real actual, producen desidia, depresión y hasta suicidio. Hasta que no sea abolida la
propiedad privada sobre la vivienda, esta será una mercancía y no sera tratada nunca de forma
social, sino comercial. El comercio capitalista de por si, esta basado en las leyes del mercado, es
decir de la competencia. Se producirán viviendas pensando solo en el beneficio capitalista ya sean
hechas estas por capitalistas privados o el estado y lo que regulara este mercado sera la capacidad
de compra de media de esta sujeta a variables. Habrá gente que podrá acceder a grandes casas o
varias viviendas, otros a una, otros a compartirla y otros no tendrán capacidad de acceder a ellas. La
ocupación, simplemente es una respuesta de una capa de la población que tiene que hacer frente a
un largo periodo de crisis, en la que las políticas de la democracia burguesa se han centrado en
ayudar a los bancos y criminalizar a las personas, de una manera legal, moral, represiva y social.
Esto va desde el “habéis vivido por encima de vuestras posibilidades”, hasta el crudo hecho de dejar
una familia con hijos en la calle y con ello en muchas ocasiones dejar a la familia sin hijos, que
serán llevados a centros de gestión capitalista donde gracias a estos muchas familias burguesas
podrán disfrutar de grandes casas, coches, vacaciones, universidades privadas....
Los barrios proletarios se ven abocados a la marginalidad en una doble vertiente, por un lado se
margina desde otra clase social o desde la misma pero que circunstancialmente no se encuentra en
una situación tan arriesgada y se cree que no forma parte de ella, como los demás miembros de esta
clase que sin un sentido social propio, asumen su rol de marginados de tal manera que a veces hasta
uno se regocija en dicha posición y se muestra orgullos de esa condición impuesta por el enemigo.
La chusma causa problemas o es el capitalismo el que causa, los problemas, la chusma y los
problemas derivados. Idealismo o materialismo, mentalidad burguesa o mentalidad proletaria.
Los barrios cuan mas proletarios han sido, han estado mas degradados. Vallecas ha sido un barrio
degradado en comparación con los barrios burgueses y pequeñoburgueses. Vallecas siempre ha sido
un barrio de inmigrantes proletarios pobres, desde donde se han desarrollado diferentes luchas por
mejorar sus condiciones de vida, pero nunca se ha destacado por la política de división entre la clase
obrera en detrimento de una parte de esta y en la que la otra parte se dedica a hacer la política de la
burguesía, como ocurre ahora gracias a asociaciones de vecinos como la del Puente de Vallecas
dirigida por el socialfascista Nacarino o la de Nuevo Vallecas y partidos tales como Ahora Madrid
(Podemos e Izquierda Unida) o el PSOE . Como barrio degradado de inmigrantes proletarios
pobres, sufre una serie de problemas estructurales, como es el paro, la “delincuencia” u otros tipos
de trapicheos, que las instituciones burguesas no son competentes para atajarlos, porque ellas
mismas son parte del problema, aunque parezca que ayudan. Nuestros problemas son nuestra lucha,
que se ha de tornar en revolucionaria sino queremos dejar a estos a los políticos profesionales de las
instituciones burguesas, que si bien no pueden hacer nada
Uniendo cabos, para los limpiadores étnico – clasistas, el movimiento vecinal contra la droga y la
prostitución, no tiene otra solución que la represión vía estado. Bajo excusa de luchar contra la
exclusión social, la droga, la prostitución, los ruidos..... Lo que se esta haciendo es un plan de
limpiar Vallecas de “chusma” y revitalizar la zona económicamente para que sea ocupada por la
verdadera chusma. Los planes contra la exclusión social ya nos lo sabemos; trabajos como los
implementados por el plan “Vallecas Labora”, consistentes en reproducir la degradación de los
parados, donde pones ladrillos o barres las calles por el salario mínimo y les tienes que dar las
gracias votandoles, porque claro, como eres un “looser”, has de estar agradecido, mientras te
reafirmas en tu condición de “perdedor” y merecedor de ese puesto que ocupas en la sociedad.
También hay otros planes de inserción laboral donde el único trabajo que hay es el que hacen los de
las oficinas. Luego subvención por aquí, subvención por allá. Ya sabemos que los del ayuntamiento
no pueden arreglar el trabajo ya que eso depende del mercado capitalista, ni tampoco puede
solucionar completamente el problema de la vivienda, ni el de la droga, ni el de la prostitución. Pero
en cambio lo que si pueden hacer es ayudar a bancos, fondos buitres, grandes, medianos y pequeños
propietarios a sacar mas rendimiento de sus negocios especulativos, mientras se criminaliza a gran
parte del proletariado. Así creamos una zona nueva, arreglada, con unos comercios “chulis” y con
una población adecuada para que el barrio crezca económicamente en detrimento de los oprimidos,
que en la economía domestica son presa de los comercios “chinos”, “marroquies”, “banglash” (que
son utilizados como proveedores de productos a los grupos callejeros, en sus momentos de reunión)
y las casas de apuestas que tanto han proliferado en el periodo de crisis como consecuencia de
refugio de desempleados, buscavidas y gente en general que se ve sin futuro.
Ahora algunos vallecanos han decidido que no quieren ser “chusma”, que ya esta bien de aguantar
tanta chusma, que eso de ser un barrio pobre no mola, porque trae muchos problemas y mola mas
ser un barrio de gente de bien, con dinero para gastar, que revitalice el pequeño comercio y
revalorice el terreno y la vivienda, no se acabara con el problema de la pobreza ni de las clases, pero
por lo menos Vallecas habrá mejorado sin pobres que ver por sus calles. Que se vallan a otro lado y
que comience la película en otra parte, que Vallecas solo está abierta a gente de bien. Un 10 para el
ayuntamiento, como mira para los vallecanos “de bien por supuesto”. Esta es la política de clase del
ayuntamiento, la de la clase burguesa, que es la única que puede desarrollar en las instituciones que
la sirven.
Las políticas sociales de los gobiernos occidentales, se han encargado de parchear constantemente
toda contradicción entre capital y trabajo, se ha definido por ello y esa es su razón de ser. Al no
atacarse directamente al capitalismo, las políticas sociales no pueden eliminar la existencia de las
clases sociales. Las contradicciones de clase son tratadas por estas políticas en tono de
reconciliación y de paz social, lo que es decir la perpetuación del sistema de limosnas bajo amparo
estatal, que económicamente solo lleva al empobrecimiento de un estado donde la ganancia
capitalista es sagrada. La política social europea parte de la base en la inserción de las personas al
modo, valores y cultura capitalista, no busca una verdadera justicia social.
Ante la imposibilidad y el fracaso de administrar verdadera justicia social por parte de las
instituciones burguesas, las soluciones solo se encuentran en remover la mierda del sitio, tapar el
problema, mandar a la población indeseable a otro lado ya que el sufrido ahora ciudadano
vallecano, esta harto de aguantar a la chusma y no tanto a los políticos o a los bancos.
El líder vecinal socialfascista Nacarino, quiere vestir el proceso de gentrificación liderado por gente
como el, de “rojo”. Aquí este pájaro pesebrero, que siempre ha estado en la órbita de las
instituciones vía IU o PSOE, culpa a los proletarios de la degradación del barrio, pero sutilmente
nos esta hablando de especulación, fondos buitre..... Mas o menos dice que el proceso de
gentrificación lo quieren cortar, y para ello tienen que parar la degradación del barrio, para que este
proceso no se de. El tema real es que el proceso de degradación actual (no olvidemos que el barrio
por ser de carácter proletario siempre estuvo degradado, en comparación con....), comenzó con la
crisis de finales de los 2000, el movimiento actual de lucha contra la degradación, se corresponde ya
a la gentrificación del barrio, donde el proletariado va a ser expulsado y donde solo salen
beneficiados los bancos y los fondos buitre. Este pájaro, tanto como el concejal, culpan a los bancos
y a los fondos buitre como responsables directos de la degradación del barrio porque no se ocupan
de sus propiedades, es decir, animan a estas entidades a que ejerzan un mayor control sobre sus
propiedades, los animan a denunciar toda ocupación de vivienda y a regularizar la situación
mediante alquileres, en un momento que coincide, con una mayor inversión urbanística, limpieza de
los sitios de reunión callejeros de los proletarios (reforma del bulevar), cámaras, mas policía,
represión del comercio inmigrante, plan de limpieza urbana, limpieza de manteros y de gente que
busca en la basura y vende cosas...... El proceso de gentrificación por mucho que estos progresistas
ciudadanistas, demócratas radicales, vendan, ya esta aquí y ellos son los máximos responsables.
Esto es una muestra de la política real de los demócratas radicales ciudadanistas, de servicio al
capital. Cuando la coalición Ahora Madrid, pedía el voto a los “ciudadanos”, prometía que iban a
para los desahucios, una engañifa que se creyeron muchos, a dado la practica de miles de
desahucios y desalojos, desde que esta coalición esta en el ayuntamiento (3 años). Se ocupan casas,
porque las instituciones burguesas no son capaces ni siquiera de cumplir con ese derecho
constitucional, como no ha sido, ni sera, Ahora Madrid, por medio del ayuntamiento. Del fracaso
en su tan cacareada “política social”, se pasa a la criminalización de la ocupación. Como un poema
de Bertold Brecht, primero fueron a por los “narco – okupas”, luego a por los okupas
problemáticos, luego.......
Con estos grupos socialdemócratas radicales, la única degradación que sufre el barrio, es la división
de la clase obrera, su sumisión al capitalismo, la destrucción de su conciencia de clase por la falsa
conciencia ciudadana e interclasista. Se identifica a una parte de la clase obrera como indeseable y
se le atribuyen todos los males del barrio; la droga, los puteros, los usurpadores, los que se pelean,
los que montan escándalo, los que no tienen casa y duermen a la vista de todos y que da mala
imagen, los que venden ilegalmente productos recogidos de la basura.... Y así se criminaliza a buena
parte del proletariado, que si bien no tienen que lidiar con algunas de estas problemáticas, tiene que
lidiar con otras.
Solo hacer un repaso a la prensa, da pavor ver como esta encaminado este movimiento:
Redacción
VallecasLun, 13 Nov 2017 @ 7:08
Con el objetivo de «trabajar juntos para devolver el barrio a sus vecinos» y exigir más
seguridad e inversiones, una marcha recorrerá las calles de Puente de Vallecas este
miércoles 15 de noviembre a partir de las 19:30.
¿Qué interés tienen estos bancos y fondos buitre en que la zona se deteriore con el abandono
de sus bloques de pisos? Se preguntan la vecindad. Los ocupas de estas casas se dedican a
mantener los pisos cosa que no hacen los propietarios, a la hora que convenga estos ocupas,
seran lanzados de esos pisos. Lo que no se toca es la propiedad privada de esas viviendas,
aunque esten tecnicamente abandonas y se especule con ellas.
El periodista Alejandro Mata, escribe o recoge: Los vecinos han portado pancartas
donde se podía leer: "Por un barrio seguro","Vallecas un barrio obrero y no un
estercolero", "Basta de degradar nuestro barrio", "Cospedal a la Cañada Real". La
protesta ha sido convocada por la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas y ha
recorrido toda la zona del casco viejo durante más de una hora.
Los vecinos no soportan ver cómo su comercio de cercanía ha ido desapareciendo hasta
ocupar su espacio locales para el juego y el ocio nocturno, que además generan un
molesto ruido que dificulta el descanso en el barrio. Este tipo de vida nocturna trae
consigo situaciones como la vivida el pasado 28 de octubre, cuando un hombre de 39
años resultó herido de gravedad tras recibir una puñalada durante una reyerta
nocturna.
La pugna contra los narcopisos no terminará hasta que Vallecas "sea devuelto a los
vallecanos". Así lo han expresado los vecinos de la zona sentenciando que no pararán
hasta expulsar del barrio toda la droga y los delincuentes que impiden la vida en sus
calles.
Pero, junto con las medidas de seguridad que ya se han implementado de manera
inmediata, como el aumento de la presencia de la Policía Municipal en las calles,
también se están desarrollando actuaciones de prevención, esencialmente un
incremento en las atenciones de los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid.
Desde la Junta Municipal de distrito también se ha solicitado que esta zona sea
declarada como Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), con lo que se persigue
reducir el ruido nocturno originado por bares, salas de baile y otros locales de ocio.
En esta asamblea, de la que hay que destacar la ausencia de población de origen extranjero (salvo la
organizada en la PAH) que constituye el 25% del barrio de San Diego, epicentro de las protestas, los/as
participantes recordaron cómo en los años ´80 la droga poblaba el barrio y se llevaba por delante a
una buena parte de sus habitantes, mostrando sus temores ante el repunte de la heroína. Pero
también se habló de inseguridad, de especulación inmobiliaria, de okupas ( buenos y malos), de
policía y de videovigilancia.
Al mencionar sensación también queríamos hacer hincapié en algo que en estos días hemos
escuchado en asambleas de vecinos/as y visto en periódicos que abordaban el problema de la droga
en Vallecas: hablar de inseguridad cuando realmente hablas de racismo de mierda. Esta semana
leíamos en la publicación digital El Confidencial unas declaraciones de vecinas del barrio que
señalaban que “nadie se atreve a caminar cuando cae el sol. Ya no quedan negocios locales, solo los
propios de los inmigrantes, como peluquerías o fruterías. Se han marchado más de cien comerciantes
de Monte Igueldo” y en reuniones hemos oído a vecinas decir que hay mucha inseguridad en el barrio
y “que los dominicanos están el parque escuchando música muy alta” o que nadie entra en su escuela
de danza “porque los gitanos toman el sol sentados en la acera” . Además de explicarles a estas
vecinas que las naranjas que vende nuestro frutero marroquí o ecuatoriano siguen siendo de
Valencia, hay que combatir ese discurso de que el casco viejo de Vallecas se ha convertido en un
lugar inhabitable. Primero, porque es falso, y segundo, porque de lo contrario estaríamos haciendo el
juego a aquellos/as que quieren extender esa sensación de miedo para llenar de policías y cámaras
nuestros barrios para convertirlos en lugares más atractivos para gente más pudiente. Igual de
peligrosa nos parece la asociación, a la que hacíamos mención antes, de gente diferente en la calle =
inseguridad: la criminalización de nuestros/as vecinos/as porque su ocio se desarrolle en plazas y
parques, en lugar de encerrados/as en casas o bares, nos muestra un barrio vivo y diverso que utiliza
el espacio público que hemos regalado a los coches y a las terrazas.
es que tenemos múltiples ejemplos de qué ha pasado en otros barrios donde se ha implementado la
videovigilancia y cómo ésta ha ido unida a planes de revitalización de espacios degradados por la
presencia de droga y delincuencia. Podemos retroceder unos años atrás y ver cómo ha quedado el
llamado triángulo de Ballesta, a espaldas de la Gran Vía: los comercios tradicionales han sido
sustituidos por bares de moda y espacios de arte y la población expulsada por la subida de los precios
de alquiler. También, al pasear por Lavapiés veremos estos artilugios creadores de seguridad, tras una
campaña mediática que mezclaba inmigración, drogas, islamistas y antisistemas, el Ayuntamiento
aprobó un plan especial de seguridad y la instalación de videovigilancia en el barrio. En unas
declaraciones recogidas hace ocho años por el extinto periódico Diagonal, un hostelero del barrio
relataba: “Yo era de los que, hace un par de años, pensaba que más policía iba a traer más seguridad.
Fuimos muy ingenuos. Están centrados en la represión; se dedican a molestar a inmigrantes
trabajadores en vez de ir detrás de los delincuentes” . Al parecer, el número de efectivos policiales no
ha tenido más que un efecto cosmético en los supuestos problemas de inseguridad de la zona “No son
eficaces. Puede parecer que ha desaparecido cierto tipo de delitos pero realmente está todo igual. No
es más que un lavado de imagen del Ayuntamiento para contentar a sus votantes. Éste es el tipo de
falsa seguridad que suele ofrecer la derecha” . En cuanto a la utilidad de las cámaras para frenar la
delincuencia, nos basta dar un paseo por las calles de Lavapiés para ver cómo continúa el trapicheo
de drogas a la sombra de estos aparatos. Lo que sí podemos ver son los resultados que está teniendo
la política de revitalización en el barrio y, casualmente, se asemejan demasiado a lo sucedido en
Malasaña o Ballesta: proliferación de tiendas de arte y moda, vecinos/as de toda la vida
expulsados/as del barrio incapaces de hacer frente a las nuevas rentas, desalojos de bloques enteros
para la construcción de pisos turísticos, persecución a la población migrante…
Sin echar la vista atrás, sino un poco más al norte, el barrio de Tetuán nos permite ver un
procedimiento muy similar al que está sufriendo el casco antiguo vallecano. Un espacio abandonado
por las instituciones, medios de comunicación bombardeando sobre una supuesta inseguridad,
cercano a zonas de mayor poder adquisitivo y vigilado de cerca por inmobiliarias y constructoras que
quieren aumentar sus negocios. Proyectos de videovigilancia, criminalización de la población
migrante, pero también un barrio organizado que en estos días ha salido a la calle con el lema de
Tetuán no se vende para denunciar la especulación urbanística y de Tetuán: orgullo, dignidad y
convivencia para romper el estigma que se está creando contra un aparte de su población.
De acuerdo con un artículo publicado por ABC (escrito por el periodista-policía Carlos Hidalgo), en
Puente de Vallecas hay más de 400 viviendas okupadas localizadas. Según manifestó el concejal de
Puente de Vallecas, Paco Pérez, en la reunión de vecinos/as comentada, los treinta y tres narcopisos
contabilizados eran propiedad de bancos y fondos de inversión que no hacían nada por denunciar las
actividades desarrolladas en sus propiedades y recuperar su posesión.
De estos datos sacamos algunas conclusiones: que las okupaciones de viviendas en las que se
cometen actos ilegales son una clara minoría, que el número de pisos vacíos en el barrio es
escandaloso y que los grandes propietarios están llevando a cabo un proceso de abandono
planificado para abaratar los precios de la vivienda para continuar con su modelo de negocio que
tanto éxito les ha dado en Malasaña y Lavapiés
También es habitual oír en boca de los/as vecinos/as el argumento policial de que “con las leyes que
protegen a los okupas, no podemos hacer nada” . Las únicas leyes que aquí conocemos es la
introducción de la usurpación de viviendas como delito en el Código Penal de 1995, leyes como el
desahucio exprés y prácticas cada vez más extendidas de desalojos extrajudiciales que hacen que
recuperar una vivienda abandonada sea cada vez más difícil y arriesgado. A pesar de esto, se va
extendiendo la opinión de que se necesitan más juzgados, legislación más dura y más rápida para
desalojar las viviendas okupadas para así evitar los narcopisos, cuando el desalojo de estos locales
no viene generado porque esté okupado, sino porque en su interior se está cometiendo públicamente
un delito de tráfico de drogas. Un ejemplo de que si la policía quiere acabar con estos negocios tiene
todos los medios a su alcance, es el desmantelamiento de los nueve locales en un mismo día debido a
la presión vecinal.
Comentario sobre el flaco favor que hacen a la desigualdad el movimiento LGTBI vallecano, por su
connivencia y buen rollo con el movimiento clasista. Nosotros los proletarios somos muy diversos
sexualmente, lo que nos diferencia de los movimientos centrados en aspectos sexuales de la vida
burgueses, es que la igualdad no la vemos en clave interclasista, sino en clave de justicia social
revolucionaria. La diferencia esta entre la igualdad dentro del capitalismo o la igualdad
revolucionaria que suprime las clases. La lucha contra la discriminación sexual, es una realidad
necesaria, pero la igualdad en estos términos, llega en ocasiones a no entender la otra realidad
necesaria y central para el conjunto de la humanidad, que es la lucha de clases, e incluso es
reaccionaria, cuando el concepto de igualdad solo se interioriza en el terreno de los sexual. Esta
mentalidad da lugar al lobby LGTB, presa de la enajenación consumista capitalista, y lo que supuso
el proceso de gentrificación del barrio de Chueca, vía mafias de propietarios, que se dedicaron a
expulsar a los inquilinos de renta antigua y habría que estudiar el caso de Lavapies.
3: El capitalismo no es otra cosa que una imparable carrera para la valorización del valor, para
acumular capital. Para valorizarse, el capital se ve forzado a asumir diversas formas, pero ante
todo a adentrarse en el proceso de producción, donde se encuentra la fuente de su existencia: el
trabajo asalariado. De las entrañas de ese tenebroso proceso, mediante su propio desdoblamiento
en capital constante (materias primas, maquinaria) y capital variable (fuerza de trabajo), surge el
plusvalor, la base material de la ganancia como resultado del intercambio del trabajo muerto por el
trabajo vivo. La contradicción que atormenta al capital desde su origen, y que sólo el proletariado
puede llevar hasta sus últimas consecuencias, es que la propia dinámica de la valorización utiliza
medios que acaban creando siempre una desvalorización. Las medidas que contrarrestan esta
contradicción (aumentar el grado y la intensidad de la explotación, multiplicar el capital ficticio...),
no hacen sino agravarlas a mediano plazo y lo que es más importante, espolear al proletariado a
organizarse para tumbar esta sociedad.
4: Quienes comprenden el capitalismo, sea como una esfera particular de la sociedad sometida a
ciertas leyes separadas de las otras, por ejemplo la económica, sea como un modo de gestión, o
como una política particular, no sólo falsifican la esencia de esta sociedad sino también su
supresión revolucionaria. Efectivamente el capitalismo sólo puede ser comprendido bajo su
esencia universal y totalizadora que se ha apoderado del mundo, de todo cuanto en él sucede,
mercantilizando todas las relaciones sociales, impidiendo cualquier otra comunidad que no sea su
propia comunidad de muerte: la comunidad del capital. Incapacitados de entender el capital en
sus múltiples determinaciones y formas de manifestarse (mercancía, dinero, trabajo asalariado,
medios de producción, burguesía, Estado, relación social, sujeto histórico...) todas estas corrientes,
por muy radicales que se presenten, acaban manifestándose como fuerzas de conservación del
capital y no de su destrucción. Algunos quieren destruir el dinero conservando la podrida
mercancía, otros acabar con la explotación enarbolando la bandera del trabajo, también hay
quienes quieren abolir el Estado a golpes de democracia, quien piensa acabar con el racismo o el
patriarcado aislándolo de la totalidad de la que emergen, o quien se cree que vive al margen del
capitalismo por irse al 'monte' con un taparrabos... Es decir echan a patadas por la puerta a su
enemigo sin percibir que regresa por la ventana. Y lo que es peor, se transforman en ideología,
difundiéndola a gritos por esa misma ventana, generalizándola y creando confusión entre los que
luchan.
5: La incapacidad de entender el capitalismo va indisolublemente ligada a la incapacidad de
entender el movimiento de su supresión, es decir el comunismo, así como la incapacidad de
comprender el sujeto de ese movimiento, el proletariado. Pero esta incapacidad, como incapacidad
generalizada, como ideología dominante (expresada fundamentalmente por la socialdemocracia)
es uno de los productos más valiosos del capital. Si la mistificación reproducida por esta sociedad
consigue incluso que los explotados vivan su propia explotación de una forma tan natural como la
fecundación del espermatozoide en el óvulo que da origen a la vida, el círculo se cierra cuando
consigue que la ruptura de esa mistificación -es decir cuando los explotados se lanzan a reventar
sus cadenas- se cambie por otra, a saber, que el comunismo es el capitalismo con banderas rojas,
hoces y martillos. Bajo esta mistificación, por comunismo, por revolución, se entiende cualquier
cosa menos lo que realmente es: el movimiento de supresión y superación de las condiciones
existentes. No debe extrañarnos entonces que el trabajo asalariado, el dinero, el Estado, la
explotación, las clases, es decir, la sociedad capitalista, acabe siendo identificada con el
comunismo. De la misma forma que no debe extrañarnos la cantidad de falsificaciones que hay en
torno a la esencia del proletariado. Toda esta mistificación es el producto más preciado del proceso
de producción, así se consolida la socialdemocracia desplegando todas sus variantes ideológicas
indispensables para el mantenimiento del orden burgués. Se habla de tomar el poder del Estado
para aplicar políticas socialistas, de gestión obrera, de autogestión, de contrapoder, de cambiar el
mundo sin insurrección y toda una serie de concepciones que niegan los elementos más
fundamentales del comunismo y de la revolución social.
6: Afirmar y enfrentarse al capitalismo como una totalidad, asumir la crítica unitaria de este
mundo basado en la explotación del hombre por el hombre, reconocerse como una clase mundial
con las mismas penurias y los mismos intereses, y sobre todo y consecuentemente con ello asumir
la organización de nuestra clase para abolir el capitalismo, abolir su condición de clase y todas las
clases existentes.
EXTRACTOS DE: AUTOGESTIÓN DE LA MISERIA O
MISERIAS DE LA AUTOGESTIÓN
No tenemos nada que objetar ante el hecho de que algunos compañeros busquen organizar su
vida como quieran y saquen el mejor partido posible de las circunstancias en las que se
encuentran. Pero protestamos cuando las formas de vida, que no son ni pueden ser más que
adaptaciones al sistema actual, se quieren presentar como algo anarquista o, peor aún, como
medio de transformar la sociedad sin recurrir a la revolución. E. Malatesta
La lógica del mercado que (casi) todo lo impregna
No, el capitalismo no se aguanta solamente porque haya unos grandes magnates que dominen el
mundo, no, ni mucho menos. El capitalismo se aguanta y se reproduce porque nuestra manera de
relacionarnos con el mundo —y por tanto también entre nosotras— es casi enteramente
capitalista1 . Esto quiere decir que en la cotidianidad de nuestros gestos reproducimos unas
dinámicas que nos dificultan ver y experimentar más allá de las relaciones de dominación y la
mercantilización de las relaciones humanas. A veces es sólo porque no tenemos suficiente dinero
para invertir un capital base para convertirnos en empresarias de éxito, pero hay pequeños gestos
inmersos en nuestra cotidianeidad que demuestran hasta qué punto la lógica mercantil guía nuestras
decisiones.
Pensar que el capitalismo es algo externo a nosotras es infravalorarlo y por otro lado bajar la
guardia a la hora de combatirlo. La lógica del capitalismo —el individualismo, la propiedad
privada, la especulación, la dominación sobre la otra, etc.— se inserta dentro de nosotras
dificultando que nos relacionemos a partir de lo que necesitamos conjuntamente y provocando así la
relación con la otra a partir de lo que nos puede ofrecer. Hay que decir que esto no significa que la
hegemonía del capital sea total —no seremos nosotras quienes plantearemos su perfección como
sistema. La tendencia de lo comunitario, consustancial al ser humano, siempre reaparece en las
grietas de esta sociedad; todas hemos visto y disfrutado alguna vez de la solidaridad entre iguales,
del funcionar sin leyes, del dar sin esperar nada a cambio, etc. Es el movimiento real que anula e
intenta superar el estado de cosas actual.
El espejismo de las alternativas
Banca ética, cooperativas, mercados de intercambio, nombres que suenan y resuenan aún más en
nuestras asambleas de barrio a raíz de la ocupación de las plazas por todo el Estado —el llamado
movimiento del 15M— cuando algunas plantean posibles salidas al capitalismo. El espejismo de las
alternativas nos puede hacer desviar el tema de fondo, obnubilarnos en el pantanoso mundo de
escoger el producto que más nos agrade, la forma en que más nos guste ser explotadas, la ética que
más nos convenga siempre y cuando participemos de la especulación y la usura, la salsa con la que
decidimos ser cocinadas siempre y cuando no se nos ocurra atacar la propiedad privada ni los
privilegios de aquéllas que nos dominan porque..., ¿dónde preferiríamos dejar nuestro dinero, dónde
preferiríamos trabajar?... Si no nos hacemos las preguntas adecuadas podemos acabar picando el
anzuelo y olvidarnos de que de lo que aquí se trata es de seguir luchando contra el dinero, contra el
trabajo y contra toda opresión.
Con sumo consumo
El capitalismo, en su lógica de expansión mercantil, ofrece mercados y productos para todas
aquéllas que están dispuestas a comprarlos. La industria ética, ecológica, «bio», con respeto al
medioambiente, etcétera, es el resultado de la expansión lógica del capital. Si aparece este mercado
es porque puede generarse más capital. Si este mercado triunfa es porque hay gente que se gasta el
dinero en él. No es que apostemos por hacerle ningún boicot especial a este tipo de productos, pero
es evidente que el cambio hacia un consumo de esta clase no produce ninguna transformación
significativa en las relaciones sociales actuales. Y aquí radica el problema:
¿Cuánta gente cree realmente que comprar tal o cual producto, en esta o aquella tienda, es un frente
más del anticapitalismo? O peor todavía, que creen que es el camino para la transformación
social… Podemos escoger comer más sano o que no se enriquezcan las cuatro marcas de siempre
pero no se nos puede olvidar que bajo el capitalismo el consumo siempre es reproducción del
capital.
¿Bancas éticas o estéticas?
¿Cómo podría llegar a ser una banca ética, o mejor dicho, a qué ética si no a la de la banca responde
una banca ética? ¿A qué lógica si no a la de la especulación responde una banca con estas
características? Que nuestro dinero sea utilizado para especular con productos macrobióticos en vez
de con la industria nuclear poco le importa a la banca mientras unos y otros aporten beneficios a
estas empresas financieras —sólo hace falta saber el caso de Triodos Bank y O’Belen2 . Y ahora,
¿somos capaces de imaginar depositando nuestro dinero en algún lugar seguro sin tener que pasar
por un banco? Sí, sabemos que lo mejor de todo sería prescindir del dinero y del intercambio en la
satisfacción de nuestras necesidades pero la mayoría de gente sigue cobrando a final de mes,
ingresando y domiciliando sus recibos en una cuenta corriente y cobrando sus salarios, prestaciones
o ayudas a través de tal o cual entidad bancaria. Pensar que la mayoría de nosotras guarda su dinero
bajo una baldosa sería muy iluso por nuestra parte, a pesar de que sería interesante que en nuestros
barrios y espacios hiciéramos ver a nuestras compañeras que, aunque de entrada no sea muy seguro
dejar el dinero en metálico en casa, el hecho de dejarlo en un banco no nos da más garantías —por
no decir que incluso menos. Si hacemos un balance de todos los problemas, contradicciones y
dolores de cabeza asociados al hecho de tener el dinero en un banco, podemos concluir fácilmente
que es mejor alejar el dinero de la especulación bancaria. Los bancos trabajan más o menos con el
10% del dinero que dicen tener, el resto es ficticio. No hace falta que nos vayamos al caso del
corralito argentino para demostrarnos cuan seguro es esperar que el dinero que depositamos
tranquilamente en un banco nos sea devuelto cuando queramos: los casos suceden cada vez más
cerca de nosotras, en el pueblo de Aldea, el diciembre pasado. También es importante tener en
cuenta las sanciones administrativas y penas-multa ya que, cada vez más, la represión de baja
intensidad intenta ahogarnos económicamente y, por eso, la insolvencia se presenta como una de las
herramientas más efectivas en un primer momento. Muchas de nosotras ya hemos comprobado que
no tener el dinero en el banco no sólo es una cuestión de ética sino de seguridad.
Entonces, ¿qué hacemos con nuestro dinero? Bien, la mayoría de nosotras no tenemos demasiados
problemas con esconder los cuatro ahorros bajo la baldosa de nuestra casa. Pero si lo que nos
preocupa es de dónde sacar el dinero para proyectos más grandes, puede que tuviéramos que pensar
en tirar para adelante a partir del dinero que realmente podamos conseguir. Ya sea a partir de
exponerlo en nuestros colectivos y pedir ayuda económica al resto de personas o asumir que no
podemos tirar adelante nuestro proyecto si no queremos pasar por el crédito y lo que esto conlleva.
La falsa comunidad de la mercancía
El poder del dinero es el de fabricar un vínculo entre los que carecen de vínculos, el de vincular
a los extranjeros en tanto que extranjeros y, de ese modo, poniendo cualquier cosa en
equivalencia, poner todo en circulación. La capacidad del dinero de vincularlo todo se compensa
por la superficialidad de este vínculo en el que la mentira es la regla. La insurrección que viene,
Comité Invisible.
Muchas podrían hablar de otras economías, y de hecho lo hacen, remitiéndose a economías
solidarias omercados de intercambio, a bancos de tiempo y mercados de favores, pero esto lo único
que hace es extender los tentáculos de la lógica mercantil y su base: el intercambio de propiedades
privadas. Para muchas de nuestras compañeras el fundamento del capitalismo es el dinero, pero no
es así. El intercambio es el fundamento sobre el que se sustenta el mercado y se basa en crear una
relación no entre las personas, sino entre éstas y las cosas:
—¿qué posees?, ¿qué me ofreces?, ¿qué quieres? En vez de ¿qué necesitas? o ¿qué te puedo
ofrecer?. Frente al intercambio, nosotras proponemos la reciprocidad. Mientras el intercambio se da
entre personas aisladas que se relacionan a partir de aquello que tienen —tanto tienes, tanto vales—,
la reciprocidad se da en la relación de los que tienen algo en común. La reciprocidad permite tejer
algo colectivo ya que cuando das, lo haces de manera incondicional, sin esperar nada a cambio y, en
algunos casos, sin saber quién lo recibirá; sabiendo únicamente que es miembro de una comunidad
que apuesta por este tipo de relaciones. Simplemente, lo que queremos apuntar es que si hay
mercado podrá existir un vínculo pero no tiene porqué existir comunidad, sino que tal vez la
dificulte.
La explotación autogestionada; trabajadoras autónomas y cooperativas
(...) Según los requerimientos del mercado, la mano de obra es empleada o arrojada de nuevo a
la calle. Dicho de otra manera, se utilizan todos los métodos que le permiten a la empresa hacer
frente a sus competidoras en el mercado. Los obreros que forman una cooperativa de producción
se ven así con la necesidad de gobernarse con el máximo absolutismo. Se ven obligados a asumir
ellos mismos el rol del empresario capitalista, contradicción responsable del fracaso de las
cooperativas de producción, que se convierten en empresas puramente capitalistas o, si siguen
predominando los intereses obreros, terminan por disolverse.
Reforma o Revolución , Rosa Luxemburg
Montar una empresa y esperar que sea rentable pasa por inscribirse dentro de la lógica de la
competitividad.
Tanto si lo haces tú sola como si lo haces con cuatro amigas, es decir, tanto si te haces autónoma
como si montas una cooperativa. Si una empresa no es competitiva, muere. El engaño que nos
hicieron creer en la época de la reconstrucción capitalista tras la II Guerra Mundial —en los años 50
en Europa y en el Estado español durante la transacción democrática — era el que proclamaba que,
de la noche a la mañana, podíamos dejar de ser trabajadoras para pasar a ser empresarias por el sólo
hecho de librarnos de la explotación de una patrona, sin darnos cuenta de que también estábamos
sujetas a la explotación del mercado, de la competencia. El capitalismo —debido a las duras luchas
obreras de los 60 y 70— dió la oportinidad a unas cuantas trabajadoras de probar a hacer un salto de
clase, simpre y cuando demostraran que podían ofrecer beneficios a la empresa y competitividad al
mercado a base de explotarse ellas mismas, a terceras personas o a las consumidoras. En este
recorrido, muchas han sido las que se han creído esta mentira reforzada por algunos ejemplos que
han ayudado a alimentar esta ficción. Pero el hecho es que la mayoría de aquéllas que apostaron por
crear su empresa lo han hecho a cambio no sólo de vender su fuerza física sino también su salud
mental así como la de sus compañeras de trabajo y la de aquéllas que tenían más cerca.
La lógica empresarial se inserta dentro de la mentalidad de la trabajadora autónoma llegando, en la
mayoría de los casos, a contratar a personal cuando hay suficientes beneficios y a despedirlo cuando
ya no hace falta o cuando su servicio ya no genera beneficios. Es ahí cuando viene la justificación
de sus miserias recordando todo lo que ha tenido que luchar para levantar la empresa —y no
decimos que en muchos casos eso no sea verdad. Lo que sucede es lo mismo que en cualquier otro
negocio: se socializan las pérdidas y se privatizan las ganancias. Si no aceptamos ser explotadoras o
no tener miramientos pues, sencillamente, nuestra empresa no tirará adelante... entre otras cosas
porque no será competitiva.
—El proletariado sin enemigos. ¿A cuántas personas conocemos que fueron engañadas en los 80
haciéndoles creer que si montaban su empresa dejarían de ser explotadas por un jefe? —¡A partir de
ahora mi jefe seré yo!, y no podían tener más razón. El hecho de que muchas decidieran hacerse
autónomas provoca una aparente ausencia de enemigas. La trabajadora autónoma nada más puede
acusar de sus males a un ente abstracto como es el mercado, al contrario que la trabajadora clásica
que podía acusar a la persona que le contrataba y explotaba.
En esta ausencia de responsabilidad externa, la autónoma solamente puede autoresponsabilizarse y
luchar para hacerse más deseable para el mercado, es decir, hacerse más competitiva. V oilà !... el
milagro del capitalismo, conseguir que sean los propios súbditos los que decidan autoexplotarse.
El trabajo autónomo ha sido una herramienta indispensable para el desarrollo del capitalismo en
nuestras sociedades en los últimos tiempos. Ha posibilitado a las grandes empresas un gran abanico
de mano de obra 100% disponible, a la vez que ha conseguido que ésta se responsabilizara de todos
los costes de gestión, organización y seguridad social. La flexibilidad que ofrece una trabajadora
autónoma se adapta perfectamente a la necesidad de mano de obra que tiene el mercado.
Lo que se ha llamado externalización de funciones de las grandes empresas en el proceso de
producción, distribución y/o venta del producto o servicio no ha sido otra cosa que una disminución
del coste por parte del gran empresario. El mercado provoca que estas trabajadoras autónomas que
en su día pudieron ser compañeras de trabajo se conviertan en competidoras que se pelean por la
obtención del contrato con la gran empresa; y, obviamente, esta rivalidad significa ofrecer el
máximo servicio al mínimo coste, es decir, el aumento de beneficio por parte del capitalista.
Con las cooperativas sucede tres cuartos de lo mismo. La lógica del mercado impregna a cualquier
empresa que pretenda ser competente dentro de éste —y si no lo pretende no podrá sobrevivir—, y
ésta deberá decidir de dónde saca su capacidad de ser competitiva y beneficiosa a la vez: de sus
trabajadoras —en este caso serían las mismas cooperativistas las que se rebajarían el sueldo,
autoexplotándose—, de sus clientes —extrayendo el beneficio engañándolas o sobrevalorando el
producto—, o en el aumento de la producción —explotándose aún más con el aumento de la
actividad, envenenando el medio ambiente, etc.
De la misma manera, y para no menospreciar la valiosa actividad desarrollada por muchas
compañeras en la elaboración de proyectos cooperativos, queremos señalar que sabemos que
muchos de estos proyectos funcionan, y funcionan bien. Pero lo hacen gracias a la apuesta colectiva
para que tiren adelante, ya sea en elformato de biblioteca, centros de barrio, distribuidoras... Lo que
decimos aquí —y puede que siendo demasiado reiterativos— es que si, a parte de ofrecernos un
servicio, estos proyectos pretenden poder dar de comer a aquéllas que los desarrollan, tarde o
temprano se preocuparán por su rentabilidad y, entonces, explotará en sus manos . Por ahora,
muchas cooperativas salen a flote gracias al apoyo incondicional —nacido de una posición ética—
de las consumidoras. Muchas de éstas se pueden permitir el lujo de comprar procuctos biológicos,
libres de transgénicos o que paguen un sueldo más decente a sus trabajadoras a costa, seguro, de un
incremento del precio del producto. El caso es que nosotras no podemos competir con una empresa
que explota a trabajadoras de Indonesia pagándoles un sueldo veinte veces inferior al de aquí. Si
queremos que nuestra cooperativa funcione conforme a nuestros valores —y esto podría ser, por
ejemplo, no autoexplotándonos más de lo que lo haríamos en cualquier otra empresa—tendremos
que jugar con la buena voluntad de la gente que decida comprarnos a nosotras el producto al doble
que se encuentra en el mercado... y eso es, a nivel mercantil, insostenible a largo plazo. Si
montamos, por ejemplo, una cooperativa librería con material político, la cosa puede funcionar.
Ahora bien, si aparece una en cada barrio, o bien los clientes se reparten y hunden la viabilidad de
cada una de ellas, o bien se mantienen fieles a una o dos de ellas provocando la inviabilidad del
resto. Sea como sea, los criterios del mercado son incompatibles con la posición ética de la
consumidora de estas cooperativas. Que quede claro que valoramos el esfuerzo y dedicación de las
personas que apuestan por sacrificarse en una cooperativa por tal de que unos libros —o contenidos
—, o una buena alimentación —ecológica— puedan estar al alcance de la gente. Puede ser que sin
este esfuerzo fuera más dificil la difusión de la crítica radical o el mantenimiento de un saber
agrícola menos agresivo con el medio ambiente; pero la pregunta es hasta dónde estamos dispuestas
a llegar para mantener la viabilidad económica de los proyectos.
—La identificación con la empresa. El cooperativismo podría ser un paradigma sobre el que se
afianza el toyotismo6 . En muchos procesos cooperativos lo que se consigue es que, gracias a la
solidaridad entre las trabajadoras, el trabajo —que de otra manera no se podría conseguir— se
acaba efectuando. En la mayoría de los trabajos actuales la gobernabilidad de la empresa tiende a la
cesión de responsabilidades a las trabajadoras, y esto provoca un sentimiento de participación en el
proyecto de la empresaria. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de un proceso paralelo al que utiliza
la gestión democrática ciudadanista. Gracias a la colaboración con el proyecto empresarial —
también válido para la empresa Barcelona— se evitan huelgas y exigencias de mejoras salariales,
así como se llega a justificar el empeoramiento de la condiciones laborales por la salvación del
proyecto. Las cooperativas o el trabajo autónomo, en todo caso, ayudan a desconflictivizar el
proyecto expansivo de la gran empresa capitalista. Aquello que de otra manera no asumiríamos,
siendo nosotras mismas nuestra propia empresa, lo acabamos asumiendo.
—La mitificación de la recuperación de fábricas, el fantasma de la «argentinitis». ¿Cuántas de
nosotras hemos escuchado hacer apología de la autogestión obrera a partir de la experiencia de las
recuperaciones de fábricas en Argentina (por ejemplo, Zanón), en los 70 y 80 en el Estado español
(Numax7 ) , o en el período de descolonización —relativa— de Argelia? Las fábricas recuperadas
son fábricas que han sido dejadas por las capitalistas justamente porque no eran rentables para ellas.
La experiencia de Argentina nos demuestra que estas fábricas han podido volver a ser rentables para
el mercado a partir de volverse competitivas al precio de autoexplotarse y funcionar dentro de la
misma lógica empresarial que antes. Que apuntemos contra la mitificación de las recuperaciones del
puesto de trabajo no quiere decir que menospreciemos lo que suponen: la gente puede mantener un
trabajo para poder sobrevivir, se da un proceso colectivo que puede hacer emerger algo común y, si
hay beneficios, estos se socializarán.
En estos casos, podemos ver que a pesar de haber cierta lucha tras estas recuperaciones, si la
dirección de la empresa se ha ido, no ha sido por la presión de las trabajadoras sino por otros
motivos —recesión económica, delitos económicos, etc. Por tanto, la empresa bajo el control de las
trabajadoras en realidad quiere decir que éstas están bajo el control de la empresa, es decir, que la
lógica de la competencia continuará condicionando la producción, independientemente de quien la
gestione. Si la autogestión hace que nuestras condiciones materiales mejoren, entonces apostamos
por este proceso. Si no, sólo se queda en el campo de la crítica a cómo se tendría que gestionar el
capital y, por tanto, argumentar que podría existir un capitalismo igualitario si éste se gestionara
correctamente. Es decir, si la expropiación a la capitalista se hace para redirigir la producción hacia
la satisfacción de las necesidades, entonces es la autogestión que defendemos. Por contra, si se trata
de volver al trabajo, producir lo mismo y vender las mercancías pero sin la dirección del patrón,
entonces es autoexplotación.
Evidentemente, la realidad no es blanca o negra y, como la lucha de clases bebe de las
contradicciones que da esta realidad, «la autogestión» en abstracto tampoco la podemos refutar. A
pesar de que la autogestión no es la alternativa al capitalismo, sí que nos puede ayudar a caminar
para superarlo, ya que la lucha por la gestión colectiva de las productoras puede hacernos ver la
coincidencia de intereses como explotadas, puede ayudarnos a romper el aislamiento y el
individualismo del «sálvese quien pueda» y, lo que es más importante, el hecho de pasar por la
autogestión de nuestro espacio de explotación puede permitirnos darnos cuenta de que esto no
soluciona la explotación en sí. No es necesario pasar individualmente por estos procesos para
darnos cuenta de esta trampa contrarrevolucionaria, pero seguramente a un nivel colectivo alguna
gente apostará por la fórmula autogestionaria hasta que no se dé cuenta que la satisfacción de las
necesidades de toda la sociedad no pasa por cambiar las formas de quién gestiona qué, sino de un
cambio profundo de la totalidad de las relaciones sociales.
Si este debate nos parece demasiado abstracto, fijémonos en lo que nos puede suceder si nos
dejamos embelesar por el término autogestión. En verano del 2011, a algunas nos sorprendió el
anuncio del cierre del Hospital Dos de Mayo. El primer día de movilización éramos unas cuantas a
las que se nos hizo la boca agua cuando oímos a algunas trabajadoras hablar de la autogestión del
hospital. Pero,¿qué significa la autogestión de un hospital? Un hospital nada más tiene tres maneras
de subvencionarse: por parte del Estado, de forma privada a partir de sus socias o clientes, o a través
de los impuestos con una gestión del capital por parte de un grupo privado. Si nos fijamos
detenidamente —y finalmente parece que es lo que está pasando—, lo que se da cuando se habla de
autogestión por parte de las trabajadoras es un proceso de privatización donde, como ya hemos
señalado a lo largo del texto, una empresa que no es rentable con un formato clásico pasa a serlo
vestida como cooperativa de trabajadoras. El Estado, de esta manera, mata dos pájaros de un tiro:
por una parte evita el conflicto laboral a la hora de recortar presupuestos, desplazándolo hacia la
movilización de las currelas en la salvaguarda de sus lugares de trabajo y, por otra, consigue que el
servicio que anteriormente se estaba ofreciendo continúe, evitando así el malestar de las usuarias.
Tiempo al tiempo, pero si no ya lo veremos... el copago será introducido en este tipo de ensayos y
no será de la mano del I nstitut Català de la Salut , sino por parte de las trabajadoras del hospital
alegando a la solidaridad con un servicio pretendidamente indispensable.
La maldita costumbre de llamar a las cosas por su nombre
Somos trabajadoras, tanto si nos gusta como si no. No es una cuestión de ética, moral o política o
porque nos queramos aferrar a palabras que algunas ya han abandonado. Somos trabajadoras por
una cuestión objetiva: en el mundo capitalista estamos condenadas a tener que pasar por el circuito
del trabajo para poder sobrevivir.
Somos desheredadas, y el hecho de tener un coche —o en algunos casos un piso de propiedad— no
nos libra de esta lacra. Tanto si estamos buscando trabajo como si hacemos todo lo posible por
evitarlo, tanto si basamos nuestra economía en la expropiación como si le pedimos limosna a
nuestras madres o al Estado en la forma de subvenciones o becas, nuestra condición es la de ser
explotadas. Y sólo la destrucción del trabajo y las relaciones que de éste se derivan podría situarnos
en un nuevo contexto. Si decimos esto no es porque nos guste el victimismo o porque no queramos
ver que aun así hay otras personas que pueden llegar a sufrir mucho más que nosotras las relaciones
de producción y reproducción capitalistas. Si lo decimos es porque, si en algún momento se nos
olvida, podemos llegar a caer en la ilusión tan extendida de que es posible hacer un salto en nuestra
condición proletaria y convertirnos en personas libres de las relaciones capitalistas sin tener que
pasar por una guerra abierta contra el capital, ya sea montando nuestra empresa, ya sea trabajando
para nosotras mismas. Y esto es mentira.
Con esto no pretendemos caer en el absurdo obrerista de la mitificación del sujeto fabril, nada más
lejos. Que seamos trabajadoras no quiere decir ques ólo seamos trabajadoras ni, mucho menos, que
q ueramos seguir siéndolo. Lo que queremos decir es que, aunque estemos atravesadas por diversas
dominaciones, la sociedad de clases sigue más firme que nunca.
Si vis pacem para bellum
En una época de derrota como ésta, prácticamente sin ningún referente político integral, que
hagamos un texto de crítica sobre los intentos de una alternativa de muchas puede ser
desilusionante. No es cuestión de tirar mierda sobre las cosas que hacen las demás, lo sabemos, pero
tampoco debemos mirar a otro lado mientras que, con intenciones emancipadoras, podemos estar
construyéndonos obstáculos para la lucha anticapitalista.
Que quede claro, entonces, que no criticamos a aquéllas que —igual que nosotras— tienen
actividades contradictorias, sino el hecho de que intenten convencer de que es posible superar el
capitalismo a la vez que evitar el enfrentamiento con aquéllas que lo defienden. Que todo el mundo
intente lo que haga falta, lo que crea conveniente, que no paren nuestras mentes de crear y construir,
pero que nadie intente convencer al resto de que la lucha pasa por un lugar diferente al de acabar
con el capitalismo, es decir, al de destruir las relaciones que lo sustentan así como las que lo
reproducen. Y esto, queramos o no, implica conflicto, confrontación y violencia.
Puede ser que si en nuestros entornos se oyen estas ideas es porque aún hay quien cree que el
capitalismo es sólo un sistema económico injusto que beneficia a unas pocas en perjuicio de las
demás. Esta versión reformista se organizará por tal de conseguir ciertos cambios institucionales y
legislativos que hagan repartir de una manera equitativa la riqueza que la gran mayoría producimos.
La versión «revolucionaria» querrá echar a la minoría parasitaria y que organicemos, a partir de ahí,
la economía de una forma colectiva e igualitaria. Ambas visiones creen que el cambio pasa por q
uién decide y por c ómo se gestiona la economía. Ambas visiones están equivocadas. El capitalismo
no es un pequeño grupo de gente muy rica, este grupo existe y son las que más privilegios tienen en
esta manera de funcionar, pero sólo son una parte del problema. El capitalismo tampoco es una
manera de organizar la economía a pesar de que sus pilares sí surgen de quién, cómo y qué se
produce en esta sociedad.
Pero la forma que toma este sistema hoy en día ha salido del estrecho marco del mundo laboral
extendiéndose al resto de aspectos sociales que hasta entonces habían tenido cierto margen de
libertad. Ahora la generación del capital no se limita a la producción, sino que intenta crecer
ininterrumpidamente a partir de la mercantilización de los recursos básicos —agua, tierras
productivas, etcétera—; de la explotación de la Tierra, plantas y el resto de animales; y de todo lo
que produce vínculo social —comunicación, afectos, conocimientos, etc.
Así las cosas, vemos que el capitalismo es una relación social que atraviesa todos los aspectos que
nos afectan como seres humanos y que falsamente se intentan presentar como compartimentos
estancos: economía, política, cultura, etc. Si no nos enfrentamos a estos en todas sus formas, el
capitalismo volverá a desarrollarse. Si no vemos que no es solamente una relación que se establece
entre las clases poderosas y el resto sino que lo reproducimos entre nosotros, horizontalmente, el
capitalismo volverá a surgir una vez hayamos echado a las capitalistas del Poder. Entonces vemos
que, si por lo que luchamos es por una forma de vida en sociedad que no esté basada en la
explotación ni la opresión, esto condicionará inevitablemente qué y cómo se gestionaría cada
aspecto de esta sociedad. No necesitaríamos instituciones especializadas ni especialistas para
encargarse de la economía o la política, entre otras, ya que forman parte de un todo que es la vida, y
como un todo lo hemos de tratar.
Los malabarismos teóricos que hacen proyectos como la Cooperativa Integral Catalana o
Democracia Inclusiva no resuelven la contradicción entre problema genérico y soluciones parciales
que aquí estamos criticando. A pesar de que hablen en sus textos de la necesidad de una respuesta
integral, ésta solamente la están materializando con una suma de parcialidades. No entraremos aquí
a hablar de estos dos proyectos pero sí que queremos remarcar el aspecto más importante que se
relaciona con lo que estamos tratando. Por mucho que hemos buscado en sus escritos, no hemos
encontrado nada sobre el inevitable conflicto contra las que defienden el capitalismo, y esto es lo
preocupante. Quizá no hablen porque creen que mientras estemos en un proceso creativo, de
generación de contrapoder, el Estado no nos reprimirá. En este caso, estos proyectos se hundirán en
cuanto, sorprendidas e incrédulas, les lluevan las hostias legales o ilegales por todas partes.Quizá no
hablen de la posible represión, de la necesaria preparación para el conflicto porque estratégicamente
no lo quieren decir.
Quizá piensen que no es cuestión de asustar con ideas paranoicas sobre una futura represión a la
gente que se puede acercar; quizá si miramos a nuestro alrededor vemos que la represión siempre
está donde hay lucha; quizá si no intentamos engañar a la gente, cuando los problemas lleguen a
nuestro proyecto estaremos preparadas para afrontarlos.
Cuando intentemos buscar maneras que no se basen en los presupuestos capitalistas o, incluso, que
intenten ser contrarias a éstos, hemos de tener en cuenta que el capitalismo es totalitario. No existe
un «afuera» y esto implica que quien lo defiende intentará impedir todo lo que lo ponga en peligro.
Por tanto, la histórica discusión del movimiento revolucionario entre proceso
constructivo/destructivo no puede decantarse hacia ninguno de estos supuestos contrarios.
Cualquier intento de crear una sociedad paralela a la actual se encontrará, en un primero momento,
con la inercia de funcionar con valores explotadores y opresivos aunque sea de forma inconsciente
y, más tarde, con la oposición frontal de las defensoras del s tatu quo . Cualquier intento de destruir
lo existente si no tiene las infraestructuras básicas para este combate y las mínimas para sobrevivir
socialmente a este mismo, está abocado al fracaso. La necesaria relación dialéctica entre construir y
destruir tiene que estar inscrita en nuestra praxis revolucionaria si realmente queremos acabar con
toda dominación. Construimos preparándonos para el enfrentamiento; nos enfrentamos para abrir
grietas para la construcción. Aunque parezca una obviedad: no se puede vivir sin capitalismo hasta
que no acabemos con él.
SE VENDE MILITANCIA (Extraído de Racaille Nº1).
Uno de los mayores problemas que nos plantea el capitalismo es su capacidad para "infectar" todos y cada
uno de los parámetros de nuestro pensamiento. A través de la lógica del valor, el capitalismo ha implantado
en la sociedad la idea "indiscutible" de que todo debe ser mercantilizable (desde los bienes de consumo
hasta la fuerza de trabajo). Con estas premisas básicas nos surge la pregunta: ¿puede la lucha anticapitalista
considerarse a salvo de esta "infección"? Cualquiera que esté o haya estado en algún tipo de círculo militante
ha podido sentir en sus propias carnes la frustración que supone el que es, sin duda, uno de los grandes
obstáculos para llevar la teoría a la práctica: el informalismo, la incapacidad de gran parte del proletariado
para el compromiso real. Muy a menudo el fracaso del movimiento puede deberse al quemazo que supone
que una minoría se enfrasque en la dura tarea de poner en marcha una acción, para que otros, a menudo la
mayoría, se sumen a la misma de manera numeraria, sin involucrarse en la elaboración ni en la evolución de
la misma. Esa misma mayoría que es propensa a abandonar en cuanto no surjan resultados concretos
inmediatos. El activismo degenera así en un producto de consumo, una mercancía mas de la cultura del ocio
capitalista, totalmente separado e independiente de la propia vida. En este escenario la capacidad de
compromiso se muestra como algo ilusorio, ante la imposibilidad de sentir la lucha contra la explotación
como algo intrínseco de la naturaleza humana. La revolución se interioriza como una inocua postura estética,
mero espectáculo, simple representación.
En esta época de consumo audiovisual masivo, donde la tecnología, la imagen al servicio del espectáculo, ha
sustituido la capacidad humana de sentir (y esencialmente, sin acotarlo a ello, a sentir su propia explotación),
la militancia estética se ha convertido en un problema de primer orden dentro del movimiento contestario,
una incomoda realidad masivamente extendida. Desde hace tiempo, todos hemos vivido en todo tipo de
manifestaciones, concentraciones y protestas, el absoluto descaro que supone la invasión tremendamente
generalizada de cámaras de foto y video, de moviles y demás artilugios tecnológicos que buscan captar el
supuesto "momento revolucionario". La protesta social pierde su significado de confrontación, degenerando
en un espectáculo vaciado de contenido, un producto destinado al consumo masivo, inmediato y no
duradero. Se impone la sustitución de la "acción" por la representación.
La lógica del capitalismo implantada en nuestra materia gris convierte esa misma representación en
mercancía a nivel social (quizás sea una conclusión algo burda, pero a modo de simple ejemplo de esto, no
es para nada extraordinaria la figura del activista movido más por su líbido que por su conciencia de clase).
En ese mismo sentido la militancia activa muy a menudo establece con estos "militantes estéticos"
una relación cuasi comercial. Se produce una especie de clientelismo entre la masa informal y la minoría
activa. Esto lleva a una ruptura de base dentro de la lucha organizada. La sensación de rechazo ante la
dictadura social y económica que supone el capitalismo se enmascara a través de acciones puramente
informales y, a menudo, inocuas: conciertos, performances, batucadas... productos de consumo inmediato
para la militancia estética, que vehícula su supuesta confrontación al sistema en actos estériles, de cara a la
galería en muchos casos.
Tampoco debemos obviar algunas tendencias dentro de la militancia que reivindican el informalismo como si
de una ideología se tratara, oponiéndose a la militancia, suponiéndola como algo demasiado inflexible,
concluyendo en que nuestra organización como clase en la lucha fuera una simple cuestión de opiniones
personales. Ese tipo de visión individualista de la lucha de clases, ese sentimiento, tanto de la explotación del
sistema como de la conciencia de clase, como algo personalizado, separado de su vida cotidiana y de la de
sus hermanos de clase, les incapacita tacitamente para llegar a ningún tipo de compromiso, mas allá de
alguno puntual y particular, y para la capacidad organizativa real con el resto del proletariado.
Es verdaderamente indispensable desenmascarar esa infección del capitalismo que nos afecta, y dirigir
nuestros esfuerzos en la confrontación contra todas las armas que utiliza para debilitar nuestra capacidad
de organizarnos para la lucha (la dictadura del espectáculo, la representación como sustitución de la acción,
el mercantilismo invasivo en la vida cotidiana...).
LOS AUTONOMOS Y LAS DROGAS
Extraido de: Tomar y hacer en vez de pedir y esperar. Autonomía y movimientos sociales. Madrid 1985-2011
Julián De La Peña.
(…) Creo que buena parte de las polémicas internas —al menos las referidas a las drogas y en menor
medida a la cuestión de la negociación/diálogo— son una muestra del infantilismo que se tenía como
regla común, por una parte del movimiento autónomo, a la hora de testar la realidad. Señalarlas como
asuntos importantes es una demostración de hasta qué punto naufragaba el movimiento en la
determinación de cuáles eran los asuntos importantes. Creer que aquellos que las incendiaban de
forma permanente y reiterada eran parte significativa de la autonomía, es algo que, con la perspectiva
del tiempo, pongo en duda seriamente.
Sea como fuere, no cabe duda que las drogas (uso, consumo, y venta) fue parte de la discusión del
movimiento autónomo en la década de los 90. Para situar un poco el contexto habría que señalar
algunos antecedentes. Desde los años 70 la heroína había sido una droga que se había extendido de
forma generosa en multitud de barrios de lo que se podría considerar la periferia de las ciudades.
Territorios por lo normal de tradición obrera, en los que la gente joven había abrazado por la vena
una sustancia que los anulaba como personas y que generaba violencias y marginación. En este
contexto los movimientos políticos de la «izquierda radical» habían sido feroces en su lucha contra la
adicción, toda vez que se había comprobado que en zonas donde había un malestar juvenil que
pudiera derivar en conflicto político, la heroína (bien por dejadez, bien por directa implicación en el
suministro y venta) parecía formar parte de una estrategia de las administraciones por anular a la
juventud descontenta con el sistema.
Por tanto, el trabajo político que se había realizado era de enfrentamiento y poco más. No se había
querido, o podido, profundizar en por qué mucha gente elegía la heroína, qué soluciones se podían
plantear al problema, o cómo enfrentar a los directos causantes de la marginación de los drogadictos.
Aunque desde muy pronto se trabajó y se tuvo relación con grupos como Madres contra la Droga o la
Coordinadora de Barrios, los lugares de encuentro tenían que ver más con la situación de los presos
que con la complejidad social que se generaba.
Por otra parte, y en la misma línea de contextualizar brevemente el lugar del que se venía, otros usos
de las drogas estaban totalmente normalizados e integrados en la subcultura autónoma. Eran los que
tenían que ver con el alcohol y los derivados del cannabis, y, en menor medida, el consumo
anfetaminas y tripis. Hasta el punto que buena parte de la primera iconografía y lemas de los primeros
años tenía que ver con estos usos: desde la relacionada con el PGB (Partido de la Gente del Bar) a
consignas como «tanques sí, pero de cerveza», «más porros y menos porras», etc. Lenguajes que
afortunadamente se fueron diluyendo con el trascurrir de los años. Pero, más allá de lo anecdótico, la
lectura sobre estos hábitos de consumo no tenía ninguna profundidad ni análisis.
Es a partir de mediados de los años 90 que otras drogas entran en la escena, principalmente el speed y
las pastillas. También es habitual que alguna gente del movimiento se dedique al menudeo de drogas.
Se creó entonces un novedoso problema, alguno de ellos (camellos) utilizaba las fiestas del movimiento
para venderlas, y usan espacios públicos en el que se trata de lograr bienes colectivos, para beneficios
privados. Comienza entonces una política de restricciones a la venta que choca con el consumo
generalizado que hay de esas sustancias. En buena parte porque se piensa, con razón, que el
movimiento se puede ver deslegitimizado socialmente si se sabe que en centros sociales y fiestas
políticas se venden sustancias prohibidas que generan una imagen no deseada.
Ocurre que en vez de hacer una política medianamente seria y coherente, sobre la responsabilidad de
los usos y las consecuencias para la salud que puede tener, o sobre lo que implica trabajar para redes
mafiosas de dudosa ética, se levantó la bandera del prohibicionismo a todas luces hipócrita en el
terreno. Hipócrita porque muchos de los camellos buscaban ese trabajo como forma de escapar de la
precariedad laboral; falsa porque criminalizaba unos usos que eran comunes más allá de nuestro
movimiento, y que estaban muy presentes en la juventud de aquella época; y raquítica porque no
planteaba ninguna lectura sobre la que elaborar una propuesta social desde nuestro terreno político,
más allá de señalar que en nuestros espacios liberados estaba prohibido la venta, y, a veces, el
consumo, de determinadas sustancias. Ojos que no ven, corazón que no siente. La vieja historia de
siempre.
Se llegó hasta tal punto que, por poner un ejemplo, en una fiesta que se solicitó en un centro social
okupado del barrio de Prosperidad de música electrónica, la asamblea del centro negó la 228
posibilidad de que hubiera una mesa de información sobre consumo responsable, que, además,
analizaría las drogas de los asistentes para que estos supieran la calidad y consecuencias de lo que
estaban consumiendo. Una lógica casi exacta a la que había usado unos años antes la iglesia católica
para oponerse a una campaña sobre el uso del preservativo porque eso «fomenta el sexo
irresponsable». Mejor prohibir que informar, y mejor criminalizar el consumo de drogas que pensar
en, por ejemplo, desterrar el uso y venta de Coca Cola en los bares y centros de la izquierda, a pesar de
que la empresa de Atlanta tiene un extenso currículum de explotación y prácticas criminales con sus
trabajadores...
Esta cuestión, que como digo, no la juzgo ya con tanta importancia habida cuenta del simplismo
generalizado que imperaba en su análisis, fue una de las múltiples excusas que se utilizaron para
desacreditar a personas y proyectos. Muchas de esas críticas eran malintencionadas, exageradas, y, en
algún caso, basadas en fobias personales. El nefasto tratamiento del asunto dejó una permanente
herencia de medias verdades y tópicos acusatorios sobre centros sociales como Minuesa, La
Guindalera, La Nevera o El Laboratorio, que, como ocurrió en otras muchas situaciones, lograron que
gente que no había conocido esos proyectos los juzgara en base a esas insidias.
HABLANDO PARA QUE LO ENTIENDA MI ABUELA (Extraído de Racaille Nº1).
Lo del lenguaje con contenido o el contenido y el lenguaje, es algo que viene suscitando debate en los
llamados movimientos sociales. Unos dicen que es necesario ‘hablar para que lo entienda mi abuela’,
presuponiendo de mano que mi abuela es poco más que una lerda y que no lo entendería si le hablaras
claro, del capital, de la explotación, de la lucha de clases, o del proletariado… por poner unos ejemplos. Esos
adeptos del lenguaje de la tele, de los medios de comunicación del sistema en general, que se supone es el
lenguaje que todo el mundo entiende, se olvidan que ese precisamente es el lenguaje que usa la alienación,
el lenguaje de los opresores, el lenguaje del sistema. Una jerga que ha sido capada de cualquier componente
crítico, que es maquillada una y otra vez por infinidad de eufemismos.
Poniendo ya aparte de que si alguien va a entender lo que significa: explotación, capital, proletariado, esa
será mi abuela por haberlos padecido en carnes propias durante los muchos años que tiene su vida.
Pasteurizados, neutralizados, recubiertos de modernidad, esos eufemismos aluden a una supuesta novedad
‘más acorde con los tiempos’, y con el marchamo del progreso y cientifismo , dos palabros con
connotaciones esotéricas que siempre surgen como arcanos mágicos capaces de neutralizar ellos solos
cualquier necesaria argumentación, son dogmas de la nueva fe que dan brillo a una papilla comunicativa
para uso de ideologías de consumo domestico (tribus… estéticas).
Estos apóstoles de la concienciación de ‘la gente común’, ‘los pobres’… ignorantes, buscan despertar
conciencias usando los mecanismos de la misma alienación, con lo que se ven ¿obligados? a seguir
ocultando nuestra realidad, nuestra condición, ya que ese es el principal objetivo de ese lenguaje, en
apariencia neutro, una jerga preñada de ruido estético para acabar no diciendo nada… o diciendo justo lo
contrario de lo que quiere decir.
Hablar de, y para, “la gente“, supone una diferenciación entre quien maneja el lenguaje y su receptor, deja
traslucir una posición de vanguardia, una superioridad de benevolente paternalismo (desde concepciones
puramente intelectuales). En realidad es fácil intuir que, posicionados en la socialdemocracia, esos
‘comunicadores’ pretenden mantener el estado actual de la alienación, reforzar la falsa conciencia. La
‘concienciación’ (si es que hubiera que hacerla) desde las tribunas del enemigo nace obligadamente
recortada de cualquier contenido revolucionario, de cualquier concepto que se salga de la norma
democrática , por ejemplo… autodefensa revolucionaria, reforzando de ese modo los mecanismos de control
y autocensura, y el discurso del enemigo.
En realidad la pretensión de hablar para que lo entienda ‘la gente’ no es más que otro intento de negarnos
como clase, de vaciar de contenido el discurso subversivo, en aras de una supuesta adhesión, unión, ¿por
simpatía?, de las masas, a un cambio de la realidad actual. Dicho cambio nacería ya encauzado dentro de
esos parámetros democráticos y por lo tanto no sería más que un cambio para que no cambie nada. Es
necesario, hoy más que nunca, seguir llamando las cosas por su nombre, recuperando, reconstruyendo,
nuestro lenguaje de clase, enlazando con nuestra historia. Un lenguaje hecho por gente común, huyendo de
pretensiones académicas o lustro históricas, o de cualquier otra memez burguesa. Exponer, difundir, las
posiciones de clase implica… el uso de un lenguaje propio, del todo antagónico con el que tiene como
principal cometido, no sólo en su contenido sino también en su continente, mantener la alienación y el
estatus quo.
Nuestra clase ha sido históricamente capaz de entender las contradicciones del capitalismo y la necesidad
vital de su destrucción. Desde los jornaleros y trabajadores fabriles de siglos anteriores tanto como los de
hoy, junto con los parados y precarios de la actualidad, no sólo supieron entenderlo sino que forjaron con su
propio lenguaje un arma para la lucha de clases.
CARTA A JOSÉ BLOCH
Engels Londres, 21- [22] de setiembre de 1890.
Por Marat
Hablo de desaparición porque muerta ya está. Solo que, como los zombies, no lo sabe.
Aclararé porqué creo que es una necesidad perentoria la desaparición política de lo que tantos se
empeñan en llamar la izquierda y que prefiero llamar progre-liberales, porque eso es lo que son en la
práctica.
Son progre-liberales porque autodefiniéndose como izquierda (desde la radical de Syriza, hasta la
transversal que ya no se reconoce en el concepto, o al menos no hasta hace dos años, como
Podemos, pasando por el PSOE, que dice ser de centro-izquierda o por IU, que se autodenominaba
hace tiempo como izquierda transformadora), allá donde han gobernado esas corrientes políticas lo
han hecho traicionando sus programas (Syriza y el PSOE), aceptando la lógica de la austeridad del
gasto, la privatización de la gestión de servicios municipales (el caso del Ayuntamiento de Córdoba no
escapa a esta pauta) y la pérdida de soberanía de la institución en la aplicación del gasto (caso de
Ahora Madrid en el Ayuntamiento de la capital de España). Conjugan una retórica progresista, o más
o menos de izquierdas, con una gestión que no es transformadora en sentido progresivo sino en
mayor o menor grado liberal o, en el mejor de los casos social-liberal (sometimiento a la lógica del
capital conjugado con un clientelismo por cuotas o colectivos sociales, que no por clases).
Lo que aún se empeñan en llamar muchos izquierda es plural y conforma un mundo complejo en el
que están desde progresistas, hasta quienes confunden República con izquierda, cuando el
republicanismo es ideológicamente polimorfo, pasando por ideas de izquierda difusa, socialistas y
socialdemócratas, algunas corrientes libertarias que se sitúan dentro de dicho espectro o quienes
confunden ideología comunista e izquierda. No voy a volver sobre este último punto, ya que lo he
explicado en artículos anteriores. En cualquier caso, ésta es una simplificación porque estamos ante
una categoría no solo política sino también, y muy especialmente, sociológica, dentro de la cuál
influyen aspectos de tipo cultural e incluso otros sujetos a las tradiciones políticas de cada país.
La tendencia a negar que sea izquierda lo que en la práctica es ésta bajo la aceptación tácita o
expresa de las condiciones de juego del parlamentarismo burgués es algo tramposo porque elude la
aceptación de la autocrítica sobre la práctica política y tiende siempre a descargar en el resto de las
corrientes, salvo en la propia, la carga de la prueba.
La izquierda es lo que es, lo que quienes se definen tal creen ser y lo que la práctica política hace de
ella y de ellos mismos. Aquí la normativa no vale. “Es en la práctica donde el hombre tiene que
demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio
sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema
puramente escolástico.”(Karl Marx. II Tesis sobre Feuerbach). Y en la práctica, la izquierda ha sido,
en el mejor de los casos, honestamente socialdemócrata y, casi siempre, cómplice legitimadora del
sistema capitalista. En el pasado con una posición monjilmente bienintencionada pero con una cierta
perspectiva de clase. Hoy ya directamente negadora de la idea de clase, afirmadora de un
ciudadanismo de derechos políticos y sociales demandados al Estado, como si éste fuese un aparato
neutro dentro de una sociedad de dominación capitalista, a pesar de la ocultación, dividida en
intereses opuestos. En cualquier caso, reivindicaciones hoy absolutamente desligadas de una
perspectiva de clase en el marco del escenario de la producción capitalista en el que se produce la
explotación, siempre asociada a las relaciones sociales de producción asalariadas.
Para la izquierda más consciente lo que los comunistas que, repito, no somos izquierda, llamamos
explotación es salario digno -es decir, legitimación de la explotación nacida del plustrabajo, que se
convierte en plusvalía-, justificando a sus ojos el trabajo asalariado, ligado siempre a la explotación.
Lo que para los comunistas es sobreexplotación -horas trabajadas no pagadas ni declaradas por el
patrón, incremento de la carga de trabajo y de la intensidad del ritmo de producción, etc.- es lo que
ellos llaman simplemente explotación.
Para una parte de ese sector más consciente de la izquierda, lo opuesto a la desposesión de las
conquistas sociales no es una sociedad socialista -quizá sí como liturgia nostálgica, no como proyecto
real- sino la “democracia”, sin adjetivos (al menos en el pasado, cuando en su fuero interno su
aspiración era el modelo nórdico la apellidaban democracia socialmente avanzada, pura
socialdemocracia). Pero la democracia sin más connotaciones es lo que hay, democracia burguesa,
mera representación de simulacro democrático en la esfera exclusivamente política. Y eso con
limitaciones notables.
Para la menos consciente de lo que se llama la izquierda, y que en gran medida coincide con la
práctica política de sus organizaciones, la perspectiva de clase es inexistente en sus postulados. La
apelación a una política autónoma desde la clase trabajadora y para la clase trabajadora ha sido
sustituida por la inclusiva ciudadanía o los términos pueblo o gente. Los dos primeros representan un
concepto muy similar, que se triangula con la práctica totalidad de la nación, a partir de la
Revolución Francesa. El discurso de la izquierda tiende a negar, dentro del todo
ciudadano/gente/pueblo, la existencia de clases sociales con intereses antagónicos entre sí.
Pero si ambas izquierdas, la más cercana a las tradiciones de la socialdemocracia histórica, o con
algunos rastros, casi del todo apagados, de conciencia de clase, y la ciudadanista, ya sin pudor
interclasista e integradora en el sistema, son una evidencia de su papel en el marco de la democracia
capitalista, su infección por la cultura política liberal post68 ha producido su plena degeneración.
Entre buena parte de esos sectores menos conscientes y entre un sector creciente de los más
concienciados sobre la clase, dentro de quienes se revindican de izquierda, ha calado de manera
profunda, sin que atisbemos a adivinar en dónde acabará su descomposición en permanente
metamorfosis, el relato posmoderno de las múltiples identidades que se fracturan en otras menores,
chocando progresivamente unas con otras en antagonismos crecientemente acelerados. Dentro del
feminismo, puede haber escaramuzas, más aparentes que reales entre el feminismo de la corriente
hegemónica, la del “genero”, con el llamado “feminismo de clase”; la identidad etno-religiosa puede
chocar con la feminista, la feminista con la transexual, como está empezando a suceder en
determinados foros y ambientes, un sector de la homosexual masculina con “las locas”, determinados
sectores del ciudadanismo con el nacionalismo crecientemente identititarista; entre los ecologistas,
los decrecentistas frente a los partidarios de la economía sostenible; los veganos considerarán
impuros a los vegetarianos, y así hasta la extenuación de un proceso hacia más identidades que
personas que se identifican con ellas. Es el todos contra todos.
Frente al eje vertebrador de la clase como elemento que aglutina a la mayoría social de los
asalariados, e incluso de otras formas contractuales derivadas de la desregulación laboral de la fase
capitalista actual, como las del falso autónomo o el autónomo dependiente, lo que se ha producido
es una involución ideológica, patrocinada y fomentada por la izquierda (a partir de aquí progres), que
se fragmenta en miles de identidades, cada vez más individualizadas y contradictorias entre sí, sin
que existan elementos trasversales, por mucho que se predican, que les aglutinen en una suerte de
frente común. Es el paradigma de la individualización liberal.
La última estupidez de estos progres Pachamama, versión pijos a lo Silicon Valley, el modelo de
empresa “diáfana”, “colaborativa” y “humana”, es el “agua cruda”, un agua que no se trata ni
analiza, y que se vende a 6 € el litro, con lo que podrían pillarse un bonito cólera de diseño. Gente
guay de la Era de Acuario.
Entre las primeras señalaré las relativas a dos medidas tomadas recientemente:
• “Suiza prohíbe cocinar langostas vivas en agua hirviendo” . Se propone en su lugar que sean
“aturdidas” por un golpe o bien electrocutadas en su cerebro. No parece que el electroshock sea una
medida que respete losderechos humanos de la langosta, aunque sí cabe que pueda curarles alguna
depresión severa. Por mi parte, soy más partidario del aturdimiento mediante un disco de Los Pekos.
• “Carmena paga 52.000 euros para un informe de impacto de género sobre el soterramiento de la M-
30”. Dejando de lado que, como soy un machista heteropatriarcal, desconozco el término “impacto
de género”, me pregunto cómo vincular dicho impacto “de género” y el soterramiento. Y no dudo
que ha de haberlo porque, como ha dicho la mente clarividente de la concejal podemita Rita
Maestre, "el soterramiento de M-30 tiene por supuesto impacto de género", aunque no ha
concretado cuál. Me pregunto si buscará una relación entre hacer deporte en Madrid Río (con la
peatonal y de recreo construida sobre parte de la M-30 soterrada) y ver cuál es el porcentaje de
empoderamiento femenino que ello aporta o si, directamente, es una traslación de la metáfora
sexual de la penetración representada por las escenas cinematográficas de trenes entrando en
túneles que alguna mente aberrada puede ahora imaginar con los coches que circulan dentro de la M-
30. En cualquier caso, puede que en realidad lo que esté mostrando son posibles corruptelas de
financiar a amiguetes del 15-M, como parece sugerir la ampliación de la noticia. Esto ya lo han
hecho con anterioridad en un Ayuntamiento tan grande como Alcalá de Henares, uno de los
municipios de mayor población de la región de Madrid. De cualquier modo, y tras los recortes sociales
que aceptaron de Montoro, tirar el dinero en tal gilipollez, cuando son tan evidentes las necesidades
sociales que hay en Madrid en barrios populares y que no son atendidas por este equipo de progres ,
es del tamaño de la app para encontrar las bolsas de excrementos de perros en los barrios
Entre las segundas, las que no se diferencian significativamente de la política que aplicarían los
representantes políticos del capital, cabe mencionar otras dos recientes:
• La propuesta por Ahora Madrid, y apoyada por el PSOE, de Carlos Granados, uno de los fundadores de
la Asociación Francisco de Vitoria, la más ultraconservadora de la judicatura, como director de la
Oficina Municipal Antifraude de Madrid. Pero, como fue Fiscal General del Estado con Felipe
González, está garantizado su progresismo.
• Los líos entre IU y Podemos por la exigencia del primero de mayor visibilidad dentro de la coalición,
una vez que el segundo pierde fuelle. Añadamos cómo Carmena ha resuelto la crisis de Sánchez Mato,
tras destituirle como concejal de Hacienda y darle el premio de consolación de la concejalía de un
segundo distrito (Latina), además del que ya tenía (Vicálvaro). La suma demuestra que resuelven sus
querellas internas en claves de intercambio de cromos, sillones y chalaneos que permitan a esta
alianza de arribistas sin escrúpulos vivir del erario público, con las mismas malas artes de lo que ellos
antes llamaban la “vieja política”. El debate político sobre proyectos no existe porque, además de no
tenerlos, son intelectualmente mediocres.
A estas alturas debiera quedar claro que los progres son la quintacolumna contra la clase trabajadora
y sus conquistas sociales, a los que han desdeñado mientras se ocupaban de salvar koalas, decidir qué
cabalgata podría irritar más al carca del barrio que, en algunos casos, es un pobre desgraciado
también explotado, en lugar de organizar a los trabajadores contra el capital, soltar alguna sandez
en redes sociales y esperar que el parlamentarismo burgués cayera rendido a sus pies y les entregará
al Ibex 35 (el capitalismo para ellos no es más que unas cuantas marcas grandes y no las relaciones
patrón-trabajador) atado de pies y manos, como si fuera las murallas de Jericó.
A estas alturas que nos autoreivindiquemos quienes avisamos de las consecuencias que tendría el
juego de estos sucursalistas del enfrentamiento interburgués carece de sentido. Aquellos que
quisieron conocerlo pudieron hacerlo. Como cuando el 15-M o Podemos eran invictus, progres y falsos
“commies” y mantenían su dictadura del “proGretariado” contra quienes sosteníamos la eterna
bandera comunista de ni guerra entre pueblos ni paz entre clases, en esta ocasión también era duro
dar la cara y recibir los insultos de la troupe . Éramos, según esos grandes pensadores de la
revolución del nunca jamás, nazbols, careciendo de todo conocimiento teórico y real acerca de lo
que significaba tal palabra, e “izquierda tricornio”. Uno de esos partidarios de la tiranía de lo que
entonces era “políticamente correcto” dentro de la fauna “izquierdista”, en el sentido que Lenin le
dio al término, ha terminado por admitir dónde ha acabado su ensoñación, sin autocrítica alguna, por
supuesto.
Aún así, ha sido mucho más valiente, dado que no representa a nadie (es decir a miles de seguidores
twitter: nadie y nada en el mundo real) que la fauna progre que se dice de izquierdas y que incluso,
en algunos casos, secuestra el término comunista.
No obstante, algún día habrá que analizar cómo la preeminencia del discurso emocional de las patrias
ha conducido a que dentro de nuestra clase, y de sectores que se dicen comunistas, penetre la idea
irracional, primitiva y nacionalista contra nuestra clase. A día de hoy creo que, como mínimo, hay
que combatir contra dos: ésta y ésta. De la segunda diré que entiendo que en la lucha contra el
fascismo era necesario desplegar toda energía humana capaz de aplastarlo pero también que
emplearla dejó sus consecuencias posteriores y que traicionar la idea comunista de la lucha de clases
entonces sigue significando algo hoy.
De la mezcla de una y otra vías, nace una corriente nacionalista, aquí falangista, allí defensora de
Pedro El Grande, que hoy se encuentra con una idea de gloria representada en un caso por Blas de
Lezo y en el otro por Yuri Gagarin. Pero a las realidades de ambos países, lo que les ha marcado en
los siglos que hoy explican su devenir, tuvieron más que ver con los maestros de la República
española y con los editores de la revista Iskra, con la primera CNT y con los bolcheviques, a pesar de
todas las diferencias ideológicas entre ellos, que con visiones exaltadas de una idea de pueblo que no
era otra cosa que la idealización de las élites económicas y políticas que las viejas y nuevas clases
usaron en su momento en su provecho.
Quienes hoy aún seguís reivindicándooos de izquierda, progres sin posibilidad de ser otra cosa,
porque decís que podéis cambiar algo que merezca la pena (un día discutimos qué merece la pena),
asumís que el cambio es que la Iglesia Católica pague el IBI pero nunca la paga cuando gobiernan los
vuestros (salen en procesión), defendéis el derecho a la palabra y os parece que irrumpe cuando os
ofende. En realidad, no tenéis nada que ofrecer a los trabajadores desde vuestros gobiernos de la
nada. Nada que la clase trabajadora recibiera como homenaje o regalo vuestro. Nada que
agradeceros y que no hubiera que lograr sin amenaza de huelga o con ella. Como en el caso de
cualquier gobierno burgués.
Lo que hoy queda de vuestro paso por los parlamentos, los ayuntamientos y alguna consejería
autonómica, es un vacío superior al que dejó Felipe González, padre de los tahúres y engañabobos
desclasados. Votar bajo el régimen burgués es casi siempre error. Venís de la estupidez de un
Presidente idiota y oportunista, que solo actuaba con encuestas por delante, llamado Zapatero. Sois
la consecuencia ideológica del “algo tiene que haber mejor que Aznar”. Pero Aznar solo era un sádico
acomplejado. La opción estúpida de un capital que pasaba al ataque sin la sutileza que hoy nos
prestan los Macron y los Rivera que ahora tocan. Finalmente, podemitas y progres de IU sois tan
inútiles a la idea de “progreso” que ya ha diseñado la burguesía que os habéis quemado sin jugárosla
políticamente. Al menos Tsipras tuvo el valor de atreverse a ser un traidor a los trabajadores. Vuestro
asalto a los cielos solo es el de la rana que se queda en el charco sin intentar siquiera el brinco que
simula acercarse a un gobierno que os atemoriza. Ese gobierno es sucio, es el que vende a los
explotados pero, al menos, significa dar la cara. Os habéis rendido al capital antes que os insinuara
siquiera la idea de compraros.
Estamos ante el más formidable ataque a las pensiones de todo el período de estabilidad democrática
de la burguesía, Unos 600 hombres y mujeres serán la cifra de muertos en accidentes laborales
cuando se contabilicen los datos de diciembre de 2017 , sin que a casi nadie le importe, porque ni
tienen sindicatos que merezcan el nombre ni lobbys mediáticos que se escandalicen por sus muertes
y, por supuesto, culpar al capitalismo es más duro profesionalmente que culpar a asesinos
individuales. Puedes perder el puesto de trabajo si lo haces. No es moderno. Del mismo modo que no
lo es que sepamos que 8 de cada 10 alemanes temen ser pobres por no poder pagar el alto precio del
alquiler de sus viviendas. No faltará el idiota que crea que lo mejor es comprarla, aunque quizá no
pueda pagarla y acabe perdiendo el derecho a techo. Mientras tanto vemos en España como el gas o
la electricidad se comen las subidas miserables de las pensiones o de los salarios mínimos
interprofesionales o cómo cada vez más empresas invitan a sus trabajadoras a congelar sus óvulos e
incluso ofrecen ayudas para retrasar su maternidad.
No dejan de ser datos cogidos al azar entre los cientos que podrían ser presentados pero que a los
progres e izquierdas organizadas parece importarles nada, si no es con el fin de lograr unos una
interpelación parlamentaria o una entrada, los extraparlamentarios, en alguna web aún más
desnortada ideológicamente que ellos.
Es hora de enterrar los cadáveres. A la clase trabajadora no le le han sido de utilidad ninguno de
ellos, ni los progres, ni los que supuestamente están a la izquierda de tal izquierda.
La respuesta de la clase trabajadora no vendrá de quienes la usan para medrar como forma de
empleo ni de quienes creen que la respuesta frente al momento político que le afecta sea seguir
organizando procesiones, como tampoco antifascismos que degeneran en violencia de tribu urbana y
que carecen de vínculo alguno con la clase, allí donde se produce la explotación y hay que pelear en
la empresa cada día.
Organizar a la clase trabajadora no lo harán ni de Podemos o sus próximos ex socios, IU, ni los que
sacralizaban la mani/concentración cuanto mas marginal mejor. La naftalina y la pose no hacen
clase.
Organizar a la clase trabajadora es otra cosa. Es ser con ella. Escucharla antes de tener la osadía de
soltarle la soflama rancia. Ser parte de ella: vivir su propia historia en carne propia. No ser un
liberado profesional con sueldo generoso. Entender su propio lenguaje para no decirle tonterías que
no entiende ni tiene porqué entender porque es jerga fosilizada. Tampoco idealizarla porque no es
cierto que la clase nunca se equivoque. Lo hace y mucho. Pero para que sus miembros más
conscientes puedan estar siempre pegados a ella es clave que sepan traducirse mutuamente. Es el
militante más comprometido el que debe ser capaz de extraer de la clase la explicación de lo que
ésta pudiera llegar a entender por, su liberación. Es ahí donde debe producirse el diálogo entre clase
y comunistas como parte de la misma.
Hoy no existe la vanguardia comunista. Si existiera, el militante que os habla no habría necesitado 8
páginas para aclararse a sí mismo y compartir con otros militantes y con una parte de los sectores
conscientes de su clase su búsqueda de conclusiones que algunos trabajadores, incluso escasamente
conscientes, obtienen de forma más directa.
La labor de un comunista es captar, como savia del árbol, la esencia de la realidad, pero también la
percepción de cada trabajador sobre lo que es para él el trabajo, cómo lo vive, qué deposita en él y
sobre cómo se evade de esa realidad, de las miserias, de las cotidianeidades, de las pequeñas y
grandes esperanzas de nuestra clase y, pegados a ella, darle vida a su proyección humana más allá de
lo inmediato para entender, con ella, qué significa, de verdad, la emancipación del ser humano del
reino de la necesidad, nacido de la realidad de la explotación, que el trabajador no “siente” como
tal.
A partir de ahí, existe todo un mundo de compromisos diarios, en el curro, en el centro de salud
como “pacientes” (nos llaman usuarios, con mentalidad privatizadora), en la
escuela/instituto/universidad (donde toque como padres, donde sea como alumnos, siempre que
podamos juntos en ambas cosas), en el barrio, cuando peleamos por una cancha deportiva para
nuestros hijos o por un parque para andar nosotros, en el centro de tercera edad, porque no hemos
muerto y estamos muy vivos y con ganas de decir que las cosas no son así, en...Y tratando de
organizar a nuestra clase porque lo que importa no es la victoria inmediata, ni la que pudieran
cedernos, sino que los trabajadores sepamos que, si tomamos el poder en los centros de trabajo y en
los barrios, el universo es nuestro.
UNA PELÍCULA MUY RECOMENDABLE: “EL JOVEN KARL MARX”
Por Marat
El domingo 21 fui a ver una película dividido entre un enorme deseo por asistir y el temor a que, una
vez más, presentaran a un revolucionario desde la perspectiva romántica, como ha sucedido con
figuras como Ernesto Guevara, o incluso una imagen violenta y hasta malvada, tan del gusto de
productoras y distribuidoras cinematográficas.
No me defraudó en absoluto. En realidad podía haberse llamado, no por la notoriedad que le hubiera
aportado, sino por la importancia de 4 figuras centrales en ella: “El joven Marx y tres de sus
camaradas: Engels, Burns y von Westphalen”. Obviamente, un título nada comercial pero muy
próximo a cómo se presenta el filme: a través de 4 personalidades muy poderosas, cada una a su
modo: las de Karl, Friedrich, Mary y Jenny, las dos últimas mujeres de los dos primeros y
compañeras, sostenes emocionales y cómplices ideológicas y políticas de las luchas de los dos
primeros.
El retrato cinematográfico del joven burgués y calavera, sensible y brillante agitador, Engels, me
pareció muy cercana a lo que ya conocía de él. El de Marx, fieramente humano, finísimo estratega
político, que sufre junto a la clase con la que ha elegido vivir y el mayor pensador político de todos
los tiempos, me sedujo. De ambos se refleja bien la extraordinaria fuerza de su pensamiento y la
integridad y coherencia de sus vidas, algo tan necesario para hablarle a nuestra clase, ganándose su
respeto. Nada que ver con lo que históricamente ha sido la izquierda (los comunistas están hechos de
otro material humano más valioso), ni con aquello en lo que ha degenerado hoy, ideológica y
vitalmente.
Mary Burns, la obrera de la que no solo en la película se dice que marcó moral, humana y
políticamente a Engels, impresiona. Una valiente agitadora socialista, demente muy despejada. Es
poco conocido que ella tiene mucho que ver en la descripción tan acertada de la obra de su pareja
sobre “La situación de la clase obrera en Inglaterra”. Jenny von Westphalen, la esposa aristócrata de
quien elige el camino de la persecución, el destierro y la miseria, de quien no se doblegó nunca, y
que entendió que para ella ese era la vía de su libertad como ser humano, se agiganta en la cinta.
Poco se ha dicho de esta mujer por parte de los biógrafos en cuanto a su papel de secretaria y
transcriptora de la letra endemoniada de Marx.
Es un acierto que este film tenga el reconocimiento a las dos mujeres que impulsaron la vida de sus
parejas, a través del amor, la coincidencia básica, no lacayuna (les “regalan” alguna puya que las
engrandece como seres humanos), con sus pensamientos y con sus sus destinos.
Hay una faceta bien reflejada en la película, la del Marx deslenguado y valiente, que lo arriesga
todo, incluido su menguado salario de director de “La Gaceta Renana”primero y, tras su cierre, de su
por paso la revista “Anales Franco-Alemanes”, en la que él y Engels trabajarán ya juntos. En esa
etapa vemos un periodismo de confrontación al poder político de la burguesía alemana, muy lejos en
alturaperiodística de hoy. Sin esa etapa de combate nos costaría entender al Marx militante, no solo
pensador. Su concepto de la libertad ha sido recogido en el compendio de sus artículos en “La Gaceta
Renana”, presentados bajo el título de “En defensa de la libertad”. La cinta se inicia casi con
imágenes que aluden a diversos artículos publicados por él relativos a “los debates sobre la ley
acerca del robo de leña”. Las frases que acompañan a esas escenas son auténticas sentencias de
condenas del periodista revolucionario sobre otro concepto de la propiedad y del robo. En ellas se
insinúa la acumulación primitiva u originaria del capital (faltan referencias inevitablemente, es un
filme), que explica el germen del capital inicial del empresariado desde el paso de los bienes
comunales, también del“aniquilamiento de la propiedad privada que se funda en el trabajo propio,
esto es, la expropiación del trabajador", a la apropiación por desposesión. Pero esta parte pertenece
ya al Marx maduro de los capítulos XXIV y XXV del primer volumen de “El Capital”, que no veremos
en la proyección porque ésta finaliza en su etapa juvenil, apenas llega hasta sus 30 años.
“El joven Karl Marx” acaba cuando entregan él y Friedrich a la imprenta “El Manifiesto Comunista”,
una obra de encargo de la Liga de los Comunistas que iba a llamarse “El catecismo comunista”, un
término que repugnaba a ambos por sus resonancias cristianas.
En cualquier caso, y mirando a lo que hoy puede extraerse de la película para el aprendizaje
militante, dejo por aquí algunas reflexiones:
Bajo la conciliación de clases y la idea de los derechos para todos, que niegan la desigualdad básica
de la relación trabajo- capital, no hay teoría revolucionaria sino farfolla cómplice del capitalismo.
Entonces y ahora.
La agitación se hace en el mundo real. La idea de redes de Marx y Engels era de militantes en la vida
a nivel internacional (no hay patria por ningún lado), dando la cara frente a la explotación, allí donde
se produce, no en facebook o en twitter, lugares de refugio de inútiles y cobardes.
La clase trabajadora no necesita tribunos que, venidos de fuera, no estén dispuestos a compartir su
destino y sus condiciones de vida y que les utilicen para medrar políticamente, como hoy sucede con
esos parásitos que componen la izquierda realmente existente, no la que otros pretenden imaginarse
como ideal en sus cabezas o la que dicen querer regenerar. La izquierda de hoy son los cristianos, los
republicanos, los socialistas utópicos y los bienintencionados burgueses de ayer. Los trabajadores no
necesitan más plañideras, ni paños calientes, ni timos ideológicos del tocomocho.
Sin organización, que no manifestaciones procesionales de beatas, no hay clase como tal sino
estadística que a ningún trabajador que no lleve el escapulario enamora y que, menos aún, a ningún
patrono asusta.
Al contrario de lo que dice cierto sujeto que les da un enlace de la película para que sigan ustedes
siendo vacas estabuladas dentro de su cubículo en el mundo-Matrix de las redes sociales e Internet,
les propongo que vayan a verla con alguien (su novia, sus amigos, su hermano, un compañero de
trabajo) y que, al salir, la discutan con quienes le han acompañado. Pregúntense qué aprendizajes les
ha dejado.
Esta película debiera ser vista no solo por la vieja clase trabajadora, hoy en extinción, sino por la
nueva que soporta la vuelta a las muy antiguas formas de explotación y de destrucción de las
conquistas sociales, por la más golpeada por esta crisis, por la que ha sido desregulada laboralmente,
por los parados sin esperanza de un empleo que les dé unas formas de vida siquiera dignas, por los
seiscientoseuristas, por los jóvenes que pelean para encontrar un curro que les permita compartir un
piso entre varios, por los que empiezan a ser conscientes de que lo que se nos vienen son pensiones
de miseria, antes de pasarnos directamente a la beneficencia, por la clase trabajadora de hoy y,
sobre todo, por la del abismo que asoma. Por todos nosotros.
Por eso la encontrarán en pocos cines de las grandes ciudades, menos aún de las pequeñas. Bájensela
solo si no la ponen en su ciudad y véanla con su gente. Es peligrosa. Hay verdad y esperanza en ella
porque “las ideas que se adueñan de nuestra mente, que conquistan nuestra convicción, y en las que
el intelecto forja nuestra conciencia, son las cadenas a las que no es posible sustraerse sin desgarrar
nuestro corazón” (Marx Engels Werke)
Ah, y al purista que le parezca comercial porque no refleja no sé qué dato histórico de la biografía
política de Marx, no se menciona la cita exacta o falta no sé qué ruptura epistemológica, que nunca
existió, que le den pomada. Es un film para acercarse a personas que incluso desconocen quién es
Marx pero descubren la esencia emancipadora de su mensaje, no para sectarios ni pseudoeruditos de
cafetería que intenten secuestrarlo.
PUENTE DE VALLECAS
María Luisa Carnelli
La clase obrera sufre un ataque constante contra sus condiciones de vida y de trabajo.
Estos ataques se ceban en determinados sectores de la clase obrera y especialmente en la
mujer proletaria.
La clase obrera tiene la necesidad imperiosa de luchar por elevar los salarios más bajos y
por eliminar las categorías peor pagadas, reclamando la igualación por arriba de las
condiciones. Sin embargo, la “igualdad salarial” es una contradicción en términos. La
existencia del salario es incompatible con ningún tipo de igualdad, no nos podemos
engañar sobre este punto.
La desigualdad salarial es un hecho omnipresente: entre subcontratación y contratación
directa, entre empresas con convenios por debajo del sector y empresas que aplican los
del sector, entre contratos fijos y eventuales, entre distintos sectores, entre quienes
tienen mayor antigüedad y quienes son recién contratados, entre quienes cobran pensión,
salario o subsidio de paro, entre a quienes les reconocen la categoría y a quienes no, etc.
La dominación del sistema capitalista descansa en última instancia en la competencia que
se hace la clase obrera dentro de ella misma. Esta división pesa como una losa en el cuello
de la clase obrera, hunde el salario y las condiciones de vida de la clase obrera.
Sólo se puede atacar la desigualdad salarial eliminando los convenios de empresa y los
sectoriales así como las distintas categorías, eliminando la subcontratación y las ETTs,
estableciendo la garantía de un puesto de trabajo o subsidio indefinido de paro (o pensión)
de mínimo 1500€ netos y reduciendo la jornada sin reducción salarial a 30 horas.
Sin estas reivindicaciones la desigualdad salarial es inevitable y seguirá siendo un hecho
consumado con todas sus consecuencias. Por esto, hablar de igualdad salarial sin plantear
esta tabla reivindicativa es hipocresía interesada y significa mantener la base de la
desigualdad contra la que se dice luchar.
Se puede objetar que es muy difícil, y lo es. Pero al mismo tiempo, esta plataforma
reivindicativa es la única que puede unir en una sola lucha una fuerza de tal magnitud que
pueda imponer su objetivo, es decir, unir en una sola lucha a toda la clase obrera. Mujeres,
hombres, jóvenes, pensionistas, inmigrantes, parados, etc. toda la clase obrera está
interesada en unificar su lucha en esta tabla reivindicativa. Por difícil que sea, es el único
camino real.
¿Qué razón hay para no defender esta plataforma que aglutinaría a la totalidad de la clase
obrera? Unas organizaciones viven de negociar los más de 5.000 convenios por separado
y de mantener esta camisa de fuerza que nos condena a pelear por separado. Otras
organizaciones viven de recibir subvenciones por mantener dividida a la clase obrera en
distintas parcelas. Es pública y notoria la apuesta a nivel mundial por parte del sistema
capitalista por promocionar y ahondar esta división a través de todo su aparato de
propaganda mediática e institucional. No sentimos ninguna simpatía por las propuestas
engañosas y efectistas de acabar con un aspecto de la desigualdad salarial dejando en pie
su base y la misma desigualdad salarial que emana de categorías, convenios,
subcontrataciones, antigüedades, etc.
Cuando despiden a una compañera por estar embarazada, es un ataque al conjunto de la
clase obrera. Cuando acosan a una compañera en el trabajo, es un ataque al conjunto de la
clase obrera. Cuando las compañeras que trabajan en domicilio particular no tienen paro,
es un ataque al conjunto de la clase obrera. Cuando prohíben el aborto, es un ataque al
conjunto de la clase obrera. Cuando obligan a trabajar enferma a una compa ñera, es un
ataque al conjunto de la clase obrera. Si a una compañera le pagan menos por ser mujer o
le impiden el acceso a determinadas funciones, también es un ataque al conjunto de la
clase obrera. Estos ataques exigen una respuesta unitaria y sólo considerándolos como
atentados contra el conjunto de la clase obrera obtendrán la respuesta contundente que
requieren.
El sindicalismo de clase es incompatible con el sexismo, incompatible con la violencia
hacia nuestras compañeras y compañeros venga de quien venga, incompatible con el
acoso en cualquier ámbito. En SUT hemos reaccionado y reaccionaremos contra este tipo
de actuaciones, tanto cuando el agresor ha sido un hombre como cuando ha sido una
mujer.
La organización y desarrollo de la lucha de la clase obrera exige que dispongamos del
tiempo para poder participar en ella y para ello es imprescindible un completo
compañerismo también en las tareas domésticas y el apoyo a nuestras compañeras y
compañeros cuando están en una huelga o participando de la vida del sindicato, cortando
de raíz reproches y chantajes emocionales. Podemos y debemos romper hoy el cerco del
aislamiento del ámbito doméstico, en el que se concentran todas las impotencias y
frustraciones de esta sociedad, tendiendo a una vida colectiva que, en la sociedad actual y
mientras perdure la propiedad privada, sólo puede manifestarse en un ambiente de lucha
de clase.
La única fuerza de nuestra clase es mostrarse como un bloque granítico y por esto hemos
rechazado siempre cualquier segregación de la clase obrera ya sea por cuestiones de
lengua, raza, edad, sexo, sector, categoría, etc. y seguiremos rechazándola. Igual que
rechazamos cualquier excusa que sirva para asimilarnos o identificarnos a las clases
propietarias: pequeña, mediana y gran burguesía. Rechazamos cualquier solidaridad con la
competición de los distintos sectores de la burguesía para ocupar puestos de dirección y
de poder dentro del capitalismo, en cualquiera de sus manifestaciones.
Finalmente, la convocatoria de una huelga de sólo los miembros de la clase obrera de un
sexo realizada por el movimiento feminista es intrínseca y obviamente sexista, es la
antítesis del sindicalismo de clase. Ni nosotras podemos exigir que nuestros compañeros
hagan de esquiroles ni nosotros podemos hacer de esquiroles de nuestras compañeras .
Por esto, las mujeres y hombres de Solidaridad y Unidad de los Trabajadores (SUT)
haremos huelga el 8 de marzo de 2018, para reclamar:
-Salario mínimo, pensión y subsidio de paro de 1.500€ netos.
-Puesto de trabajo o subsidio indefinido de paro.
-¡A igual trabajo, igual salario! Iguales condiciones sociales y salariales.
-Subsidio de paro también para las compañeras contratadas en casa de particulares.
-Permiso igual para ambos progenitores por motivo de nacimiento o adopción.
-Mantenimiento del salario íntegro en caso de reducción de jornada por cuidado.
-100% del salario desde el primer día de incapacidad temporal (baja).
-Aborto libre y gratuito para las mujeres de la clase obrera. En los centros con mejor
tecnología, métodos menos perjudiciales, en las mejores condiciones de higiene y sin lista
de espera.
-Eliminación de las ETTs y subcontratas: todos a fijos en la empresa principal.
-Eliminación de la división en sectores y categorías.
-Reducción de jornada a 30 horas, sin reducción salarial.
-Jubilación a los 55 años con el 100% del salario.
“ Hoy nos dejo Morillo, que la tierre te sea leve compañero, te echaremos de menos...
Ha muerto el compañero Morillo, del sindicato de oficios varios de Madrid. Fue un luchador
incansable, una bellísima persona y un gran ejemplo para mí. Su lucha en el sector de la
limpieza de metro de Madrid, incluyendo una valiente huelga, le valió el respeto de la empresa
hacia él y hacia sus compañeras. Nunca olvidaremos sus elocuentes mítines hasta quedarse
afónico después de las manifestaciones, y su sentido del humor y su característica risa, que
siempre nos sacaban una sonrisa a los demás. Se va un corazón anarquista que deja una utópica
semilla y una preciosa familia. Que la tierra le sea leve.”
Como recuerdo a su memoria, os dejamos con una entrevista que dió, sobre la huelga
de limpiadores del metro , que se desarrolló entre diciembre y enero de 2007 -2008 y
que fue una de las mas importantes de las ultimas décadas en Madrid, y de la que
fue participante activo. Ademas, recogemos otros textos aparecidos en el dossier
“Historia de una Huelda de Limpiador@s de Metro”:
https://info.nodo50.org/IMG/pdf/dossier_metro.pdf
-Si había una diferencia de 400 euros, el salario estaba bien pagado pero ¿por parte
de quién? ¿Las empresas que pagaban más o las que pagaban menos?
No, estaba bien pagado en su momento, estaba bien pagado, osea el “agente” de pago.
Lo que pasa es que por ejemplo los trabajadores de Ferroser, Metro Norte, Metro
Este, Metro Sur, trabajadores que venían de la antigua línea 8 y 9 en la subrogación
pasaron de un sitio a otro; estas diferencias eran bastante grandes con trabajadores
que venían de Clece (Clece: líneas 1,2,3,6,10 y 11) para tenerlos de 12 a 2. Había
diferencias […] Por ejemplo, se daba la circunstancia de que en Valoriza había 3, 3
estados salariales distintos. La empresa constructora lleva en el Metro 15 años en el
2006 y claro, hay mucha gente que decide sacar beneficios.
Son de Eurolimp, Clece y Valoriza, que son los que les afecta la resolución de la
inspección de trabajo, osea las primeras empresas adjudicatarias, es un poco lioso.
Bueno, así llegamos a Septiembre; y que quede claro que la tabla reivindicativa nace
en la representación sindical, no nace en las asambleas del centro de trabajo, nace en
la representación sindical, ¿Qué sucede con esto? Pues que el trabajador va
perdiendo su capacidad de involucrarse en la huelga. El segundo tema del comité de
huelga nace en la representación sindical, por sindicatos, no nace en una asamblea
general, cara al frente son dos factores […] que rompen la libertad de acción, de
asamblea, y de horizontalidad. […] Son determinantes para la resolución de la
huelga.
[…] Se hacen asambleas en todos lo centros de trabajo a doble, [es decir], en todos los
turnos dos veces ¡Con la cantidad de centros de trabajo que hay! Dos asambleas por
turno en distintas fechas y dos Metro Norte, Metro Este, osea, Metro Sur. Hemos
pateado, la verdad hay que decirlo, pero no son asambleas de debate, son de
información, son informativas hasta que se convierten en decisorias. La huelga se
consolida porque esta tabla nos une a todos. Pero como dijo un trabajador de
Ferroser: Yo esto no le he decidido, a mí me venís a contar pero yo no lo he decidido.
Nos reunimos con la empresa en un hotel en el NH, aquí todo muy lujoso,… largas,
largas, que no reconocen al comité de huelga etc. Tenemos videos de trabajadores
haciendo el esquirol. Llegamos al día 30. Sabíamos que estaban limpiando, sabíamos
que estaban jorobándonos. Proliser, limpieza de fachadas, y como sabemos
Electrotrén, también sabíamos que gente del Talgo de Valoriza venía a hacer horas,
estaban haciendo horas extra gente externa a la limpieza de Metro, pues cualquier
contrata ya era sospechosa.
4-Seguratas
Los seguratas solamente nos permitían entrar al comité de huelga a los centros de
trabajo a partir de las 2:30 de la noche. A los miembros de los comités de empresa no
les dejaban acceder a los centros de trabajo [aunque fuese su centro de trabajo]
Pues mal, como enemigos, aparte había secretas, secretas me imagino que de la
seguridad del transporte (directamente policía secreta)
Pues hombre, yo me quedaba alucinado cuando veía los carteles de los movimientos
anticapitalistas y sociales que ponía “Apoyemos la huelga, ensuciemos el metro”. No
sabía quién los había hecho ¿El problema? No les dejan entrar en escena porque
cuando ya están organizados para entrar en escena se firma el acuerdo; me imagino
que también porque UGT Y CGT no podían permitir que entrase la marginalidad
obrera. El problema es que cuando ya se quieren mover que es cuando la
manifestación más o menos, la manifestación se hace el día 2, la huelga acaba el día
6, no hay tiempo de respuesta. Pues ese es el problema ¿no? Vamos a ser realistas: el
único sindicato que se ha movido es el de la CNT. Los otros no han aportado
militantes, es lo que hay, le guste a quien le guste.
Lo que radicalizó la huelga era que se estaban limpiando el Metro, y el que haya un
sindicato, como es la CNT, que el primer día sale con 4 detenidos. Claro te ves que te
están vulnerando el derecho de huelga desde el primer día. Se da una vuelta de
tuerca en las acciones.
Hombre, el nivel organizativo ha sido bueno, es la primera vez que se realiza una
caja de resistencia. Desde el año 78 no había una huelga unitaria, porque solamente
había una empresa. Y hombre la capacidad de lucha ¿no? La capacidad de lucha es
buena. Ha habido mucha gente que se ha quedado con ganas de una semana más: la
gente más concienciada y que estaba más preparada para la huelga, porque sabían
que seguir aguantando nos llevaría a un mejor acuerdo, lo que pasa es que en la
asamblea donde se hace el preacuerdo se incide mucho en el laudo ¿Qué es el laudo?
El laudo es que tienes que aceptar obligatoriamente lo que dicte la Comunidad de
Madrid, si no hay solución al conflicto. Yo entiendo que tú puedes decir que no a la
Comunidad de Madrid y a quien se te ponga delante.
7-¿Se crea, durante la huelga, una conciencia de clase trabajadora como tal o una
identificación con ésta?
Hombre, yo creo que sí, pero el problema es que había mucha gente que es que, no sé
era como... pues bueno, estamos de huelga, pues muy bien... Y claro cuando ves que
no se va a solucionar, que no se va solucionando, que pasan los días, la gente ya
empieza a pensar. Y yo creo que sí, que ha habido conciencia, no toda la que a mi me
hubiese gustado, evidentemente. Pero sí, creo que ha habido gente con conciencia, el
problema que hay: en limpieza de Metro de Madrid hay conciencia de lucha, pero no
conciencia ideológica que es muy distinto. Hay gente con una actitud muy radical,
pero les da igual estar en un sindicato con liberados, les da igual no saber leer una
nómina…Una cosa es tener conciencia de lucha y otra cosa es tener conciencia de
clase, y yo creo que es muy distinto. Una cosa es saber que tienes que luchar contra
la empresa para vivir mejor, y otra cosa es que tienes que luchar contra la empresa
porque es tu enemigo. Creo que tendrá que haber más huelgas para que se cree
conciencia de clase, porque se da la circunstancia de que había gente que vota a favor
del 5 preacuerdo y luego estaba en contra, pero porque estaba despedido. 70 despidos
en una plantilla de 1500 son muchos despidos. Osea, hay gente que reaccionó que sí
al preacuerdo, pero luego cuando analizan el preacuerdo no es lo que ellos esperan,
porque la mayoría de despedidos por actos de vandalismo son de Valoriza y son los
que menos van a ganar, que tenían la tabla salarial más alta. Vemos que toda la
decepción es por el dinero, no por la estabilidad del empleo, no por los contratos
indefinidos, osea, todo es el dinero. Yo, por ejemplo, la decepción es por la cláusula de
garantía laboral que en caso de despido improcedente es el trabajador el que elige;
para mí eso es una decepción, el no haberlo conseguido. Pero para ellos no, para ellos
la decepción es que sólo se les va a subir este año 30 euros. Hay una diferencia
abismal de los planteamientos de conciencia de lucha a conciencia de clase. Para mí
lo más importante es la estabilidad en el empleo, luego ya nos iremos creciendo,
teniendo más fuerza.
El papel de los sindicatos es de organización, pero vamos, el problema que hay es que
los sindicatos siempre ponen local para las asambleas, ponen una estructura, lo
ponen porque es minoritaria la mesa de negociación del convenio provincial. CCOO
no firma la convocatoria de huelga porque mantiene el convenio, ellos dicen que se
preocupan de los asentamientos de los trabajadores del convenio. Pero sus afiliados
con subdelegados secundan la huelga. Hay gente que hace la huelga para arrancar
afiliación a CCOO (se la están arrancando, no mucha, no todo lo que ellos
esperaban), USO porque tienen que estar ahí y CNT, es la que está todo el rato
diciendo esto no se hace así, esto no se toca, osea como la canción de Ikea. Porque el
comité de huelga no se reúne todos los días, la gente se va…si yo tengo un comité de
huelga de 12 personas tiene que haber 6 personas a 12 horas por la mañana y 6
personas a 12 horas por la tarde. Y luego no fue así. Claro ese es el problema y tú
tienes que llegar una hora antes e irte una hora después ¿para qué? Para reunirte
durante dos horas. Tienes que estar 13 horas, te reúnes todos los días ¡El comité de
huelga! ¡Te tienes que reunir! Y no puede ser como gente que se ha ido a ver un
partido de fútbol del Madrid Barça, siendo del comité de huelga.
9-¿Qué capacidad de decisión tuvieron los-as trabajadores-as?
Cuando la negociación de las 20 horas, el acuerdo que había no se les presenta como
era, no se les dice la verdad. Se dice la verdad a medias, y se les presenta el acuerdo,
el preacuerdo, para ya o votar esto o no votar nada, osea o hay esto o seguimos de
huelga ¿Y por qué no se les informa de las anteriores reuniones? ¿Por qué no se les
dice que UGT se reúne a solas con las empresas? ¿Por qué no se les dice que se ha
reunido CGT a solas con las empresas?... Para desbloquear conflictos según ellos. Las
empresas saben que son sindicatos mayoritarios convocantes y…en ningún momento
hay un debate, en ningún momento hay una asamblea… En todas las asambleas
tanto antes de la huelga como durante la huelga es el comité de huelga el que habla.
El problema es que las asambleas no son asambleas, son asambleas informativas.
Los trabajadores aceptan o no pero lo expone el comité de huelga.
Cala muy mal, la paz social no gusta a nadie, porque aquí nunca se firmó la paz
social; por lo menos en la contrata de la que yo vengo. Esto ya lo han roto las
empresas porque están incumpliendo los acuerdos. Está rota la paz social ahora
mismo.
-¿El derecho a huelga está por encima del convenio de paz social?
Vamos a ver, el problema es que los únicos que no podrían convocar son los sindicatos
que han firmado, que son USO, CGT y UGT. CNT podría convocar huelga y los
comités podrían convocar huelga, y las asambleas de trabajadores podrían convocar
huelga.
-Osea que en un momento dado no tienen, como se pensó en un primer momento, las
manos atadas.
En el sentido de que bueno, se lo han comido y hasta el 2011 quizás… …pero nuestro
papel de la CNT es decir que sí evidentemente… te están quitando tu derecho a
levantarte, una gente que no es ni trabajadora de metro que son de limpieza de
Metro liberados.
Los 6 sancionados se quedan con una amonestación por escrito y los 3 despedidos
suspensión de 15 días de empleo y sueldo , nada mas….Una sanción leve…pero que
no, que no debía haberles caído nada…Los tres despedidos son de CGT, me parece, y
los sancionados de comisiones .
Vamos a ver, eso todo lo hacen porque hay dos personas que están liberadas [una de
UGT y la otra de CGT], por el aeropuerto de Barajas, por Eulen y Samba y la
empresa San Martin. […] Ellas están en la mesa de negociación como asesoras en
Metro, y convocan, en vez de convocar a la vez, convocan después ¿Por qué? Porque
saben que no les va a costar nada, las empresas no lo van a permitir, la Comunidad y
el Estado no van a permitir otro tinglao en Barajas porque ya no vamos a quedar
como delincuentes. Si ahora Barajas va también a la huelga es porque algo pasa.
Evidentemente ellas al estar en una mesa de negociación saben lo que se está
cociendo, que la limpieza de Metro hace la convocatoria… Se benefician de nuestra
lucha y consiguen más tiempo estar liberadas, porque ante los trabajadores que
representan ellas han quedaó de puta madre ¡Mira lo que os hemos conseguido!¡ No
os hemos costaó un duro! Es mejor acuerdo en vez de 30 el plus del acuerdo de 2008,
en vez de 30 euros mensuales: 30, 60, 90, 120 es 40, 80, 120, 160.
La historia que aquí pretendemos narrar no es otra cosa que una creación no original
de la huelga de limpieza de metro. Una creación porque la realidad objetiva es sólo la
falsa legitimación de la que se dotan los medios de propaganda del capital y el
estado. Nosotros reivindicamos nuestra historia como una creación nuestra, nos
creamos nuestra identidad, nuestra historia, nuestra manera de ver el mundo con la
clara conciencia de que esa visión pretende ser útil a la transformación y no a la
reproducción del sistema. Y esta creación no es original porque nosotras no somos el
origen de ella misma, las autoras de esta creación han sido las trabajadoras, que de
una manera protagonista o no, han participado en esta lucha y autoras también las
enemigas de estas, en cualquiera de sus estratégicas posiciones.
Y una vez presentados los actores nos falta por situar la lucha en su espacio y su
tiempo. Ya hemos comentado las dificultades con las que nos enfrentamos en este
periodo temporal, después de la derrota asestada a la clase obrera hace ya pizca más
o menos treinta años, con la consecuente pérdida de conciencia de clase, de unidad,
de conocimiento de experiencias, con la inclusión del discurso y las prácticas
representativas y capitalistas dentro de las situaciones de lucha.
Nos hemos encontrado con unos trabajadores que carecían de los conocimientos
históricos y estratégicos, de las prácticas autónomas y directas para poder
desarrollar su lucha de una forma óptima. Es lamentablemente un periodo en el que
las trabajadoras en lucha no encuentran un colchón social que las proteja, potencie y
se solidarice con ellas. Un momento histórico en el que el capital se encuentra fuerte
en su lucha por la explotación.
Pronto lanzaron a sus perros de guardia, a la policía, para debilitar las acciones de
los trabajadores y a sus perros de prensa para manipular y criminalizar y evitar así
la solidaridad que pudiese difundirse entre trabajadores. Empiezan aquí a usarse
palabras como usuario en lugar de trabajador viajero; vándalos en lugar de
huelguistas o paros en lugar de huelga. No faltan los servicios desinformativos,
donde para no arriesgar encuestan a turistas extranjeras de edad avanzada y clase
acomodada sobre la impresión que les produce la falta de limpieza, por extensión, la
falta de responsabilidad al servicio de los intereses de la nación, que son los intereses
de la clase dominante.
La huelga por lo tanto continúa, la ruptura de las negociaciones después del viernes
21 se produce por parte del comité de huelga y es ratificado por la asamblea ante la
negativa de la patronal de negociar puntos como la garantía laboral y el plus de
toxicidad.
La renovación de los contratos de algunas trabajadoras en estas fechas de inusual
solidaridad obrera se convierte en un punto añadido en la negociación de la tabla.
Los trabajadores se dan unos aires que irrita a las jefas 8 y patronos acostumbrados
a ver las nucas de las orejas gachas y no la frente de las cabezas altas. Mientras
tanto ese fin de semana hay un festival de acciones apestosas, coloristas, salvajes, en
decenas de paradas hay bolsas de basuras, pelos, carbón de los reyes magos,
pintadas, contenedores de basura que bajan a pillarse la línea 5 y extintores que
avivan la llama de la rebeldía.
Las negociaciones se habían reanudado pero cada reunión supone una nueva ruptura
y estamos ya a 28.
Y esa tarde se reúnen distintos colectivos anticapitalistas para coordinar ese apoyo a
la huelga, de allí sale un bloque de apoyo a la mani, propaganda y comunicado. Se
intenta coordinar algo que ya estaba “de facto” y es el apoyo de la militancia
anticapitalista. La huelga terminará antes de una segunda reunión donde se
desarrollasen nuevos apoyos, ideas y propuestas.
Sin embargo, cuesta romper ese cerco que nos aísla del resto de trabajadores de otros
sectores y menos concienciados políticamente. Los medios de desinformación han
afilado sus armas y mejorado su puntería. Cuesta sumar nuevas fuerzas y
aportaciones a los piquetes y acciones, así como solidaridad económica para sostener
una huelga que se está alargando.
Sin embargo el día 2 la huelga sigue teniendo fuerza. La payasada del concierto de
“Los Lunnis” con la que los patronos pretenden ser los amiguitos de los niños y los
salvadores y elegidos electorales de los papis y las mamis se suspende. Cuando el
conflicto es descarado el espectáculo de la sociedad de consumo y ocio prefabricado se
desmonta.
Como el Metro está muy sucio y da asco, nos dicen que tenemos que enfadarnos con
los huelguistas y pedir el fin de la huelga, pues somos clientes y el cliente siempre
tiene la razón. Nos lo dicen los periódicos, la televisión, los tertulianos y Nuestra
Señora Esperanza Aguirre: nos dicen que éstas no son maneras, que esta huelga es
violenta, que el usuario sufre las consecuencias, que nuestros derechos como
consumidores del mejor transporte público del mundo están siendo lesionados. Y
nosotros miramos a nuestro alrededor y asentimos, pues estamos acostumbrados a
creer en las palabras sensatas y razonables de los que más saben. Y no nos importa
no saber.
Por otro lado, ¿qué pide esta gente? ¿De qué se quejan? ¿Acaso no tienen un empleo,
con todo el paro que hay? Quieren, entre otras cosas, un mismo sueldo para todos los
que hacen el mismo trabajo independientemente de la empresa que les (sub)contrate
o de su categoría profesional, estabilidad y contratos indefinidos, una jornada de 35
horas laborales, subida de sueldo que la vida está muy cara y un plus de peligrosidad
más que justificado, y precisar qué tipo de tareas pueden hacer o no las trabajadoras
embarazadas. Sí, claro, y también la luna. A ver quien disfruta de esas ventajas, a
ver quien, entre todos los que cogemos el metro cada mañana, tenemos un trabajo fijo
y estable, y subidas de sueldo, y una Tabla Salarial única para todos los compañeros,
cuando muchas veces no sé quién es el que está mi lado, ni qué empresa le paga, ni
por cuánto tiempo y en qué condiciones. ¡Y 35 horas a la semana, con la que está
cayendo! Y lo de las embarazadas…mejor que se queden calladitas, no vaya a ser que
las despidan. Porque en mi trabajo lo hacen, ¿no?, yo lo he visto, y yo no llego ni a
mileurista, y trabajo más de 40 horas y llego tarde a casa y a veces pringo los fines de
semana y casi no tengo vacaciones, y no me quejo. ¿Por qué tienen que hacerlo estos,
y encima fastidiando al resto?
Pero la vida también está muy sucia y da aún más asco, y sin embargo nadie nos dice
que nos enfademos por ello, ni siquiera que tomemos conciencia de esa suciedad y de
esa podredumbre. Porque todos hemos visto un montón de veces el video de la señora
que se resbala por el aceite, ¿verdad?, pero el video de los obreros que diariamente se
estrellan en la obra que no tiene medidas de seguridad, o que les aplasta la máquina
que sin apenas preparación les han puesto entre las manos, ese video no lo ponen en
televisión, ni en ningún lado. Tampoco hemos visto el video de una jornada
cualquiera de los limpiadores del metro, esos que al parecer no tienen derecho a
hacer huelga, si es una huelga de verdad: no hemos visto, por ejemplo, cómo pasan
horas y horas, en palabras de uno de ellos, “respirando aire viciado, utilizando
productos químicos en la limpieza de estaciones, vías y trenes, recogiendo basuras
varias...excrementos, periódicos, klinex con sus mocos, pañales de niños, botellas de
cristal, la mayoría de las veces rotas.... limpieza general de cualquier tipo de
manchas, orines, esputos en una amplia variedad de colores y en cualquier
superficie, paredes, cristales, suelos...vaciado de papeleras donde encuentras
cucarachas de todos los tamaños a las que apartas para no llevártelas en la bolsa de
recogida, etc...”. Y la televisión tampoco nos cuenta quienes son las pobrecitas
empresas que consideran “inasumible” el aumento de sueldo, como Ferroser y
Eurolimp, filiales de Ferrovial, que mueve más de 10.000 millones de euros en la
Bolsa, o CLECE, que pertenece nada menos que al ACS-Dragados del Florentino
Pérez y su galaxia de lucro y avaricia, o Valoriza, que depende de Sacyr
Vallehermoso, cuyo dueño, Luis del Rivero, se deja fotografiar desvergonzadamente
delante de su colección de Hispano Suizas, Jaguars y Mercedes (ese seguro que
nunca va en metro…), mientras que presume de invertir en Libia, Francia o la
Conchinchina. No, nunca veremos en televisión una de sus juntas de accionistas,
cuando deciden los despidos y se reparten los beneficios y blindan las
indemnizaciones y las stock option de sus ejecutivos, no, eso no lo ve nadie, no vaya a
ser que uno se pare a pensar y compare su vida y la de sus explotadores, porque ya se
sabe que las comparaciones son odiosas, y peligrosos los malos pensamientos.
Que nadie se extrañe entonces que ante semejante panorama, que es también el
nuestro y por eso nos revienta cualquier cosa que se salga de la norma y que levante
la cabeza y que se atreva a plantar cara a los que nos pisotean en el trabajo, o cuando
buscamos vivienda, o cuando compramos toda la mierda imbécil e inservible que nos
venden a precio de oro y que desde luego no nos cura ni del aburrimiento ni de la
tristeza, porque cada vez estamos más locos y más desesperados, y también más
solos; ante este panorama contra el que casi nadie hace nada y prácticamente todos
agachamos la cabeza como hacemos en el metro para no tener que vernos las caras,
que nadie se extrañe que por una vez una huelga no sea una huelga limpia, es decir,
decorativa e inútil, sino salvaje, decidida y a por todas. Si no, ¿para qué hacerla? ¿Se
trata de caer simpáticos, o de sacar algo en claro peleando? ¿El esclavo debe sonreír
al amo, o morder su zarpa? A lo mejor es que esta gente tiene razón, y la televisión y
los periódicos y los políticos y las empresas no. A lo mejor no es que pueda y deba
acordarme de eso que se llamaba solidaridad, y apoyar su lucha, sino que podría
empezar a imitar sus métodos para aplicarlos allí donde más me duele, en mi propio
trabajo, allí donde nace todo ese resentimiento y toda esa rabia que luego descargo
sobre los que sólo tienen la “culpa” de no resignarse, y de luchar por sus derechos. A
lo mejor hay que empezar a ensuciar la oficina, y la fábrica, y las aulas, y las calles, y
la ciudad entera para limpiar la vida.
La biblioteca obrera “10 de marzo”, esta abierta de Lunes a Jueves de 19:00 a 22:00
horas. Sala de Estudio y Prestamo. También se reciben libros. Los martes a partir de
las 20:00 horas: “Taller de Ciencias Sociales”. Para mas información dirigirse a
ateneoproletariodevallekas@gmail.com
Agradecer al compañero que hace poco nos dono tres libros para la biblioteca: La
Revolución Rusa (Rosa Luxemburgo), Venciendo la Apatia, Manual par la
Organización Obrera en los Centros de Trabajo (Alexandra Bradbury, Mark Brenner
y Jane Slaughter.) https://elsalariado.files.wordpress.com/2018/02/venciendo-la-
apatia.pdf, En el País de la Mentira Desconcertante (Ante Ciliga)
http://marxismo.school/files/2017/09/Ciliga.pdf , este ultimo traducido por
https://saludproletarios.wordpress.com/
- El jueves 22 de febrero de 2018 tuvo lugar el acto organizado por el ateneo Proletario
de Vallecas en torno al 170 aniversario de la publicación del Manifiesto del Partido
Comunista, publicado en febrero de 1848 y escrito por Carlos Marx y Federico Engels.
Se leyeron algunos extractos del “Manifiesto” y se centro la jornada en un prospero
debate.
- HISTORIA PROLETARIA
- HISTORIA DE VALLECAS
- HISTORIA MILITAR
- ECONOMIA POLITICA
- TEORIA POLITICA
- FILOSOFIA
- PSICOLOGIA
- SOCIOLOGIA
- ANTROPOLOGIA
ateneoproletariovallekas@gmail.com
I JORNADAS DE HISTORIA VALLECANA
Presenta:
Intervienen:
Francisco Fernández – García: Autor y presenta el libro “La Pequeña Rusia (Puente de Vallecas
1936 – 1939)”.