Professional Documents
Culture Documents
Muñoz
Demian Schopf
Metodología de la Investigación Creativa
20 diciembre de 2017
Ser Múltiple
ABSTRACT
The Multiple Self is an attempt to face, witness and question the numerous possibilities of
interpretation of an individual’s face. Psychology has long been proving that the human being
revolves around different spheres in terms of personality, and it has also stated that we as
individuals adopt more than one in the course of our lives, and, most importantly, basically
every day. In addition, Philosophy has done its bit, too, with Nietzsche’s view of the various
energies that comprise the individual, stating that a person uses these energies differently when
communicating with others. None of this emerges as a mere discussion of a problem in terms of
how this multiplicity might be seen from an aesthetical angle, although it is still part of it;
however, this appears to be the result of a continuous adaptation that forces the individual
immersed in society to fluctuate under varied forms of attitudes in order to fit in the different
social contexts. In this respect, korean philosopher Byung-Chul Han emphasises the idea of an
individual that wanders about exhaustedly due to the stressful impact of contemporary life.
With respect to these views, The Multiple Self seeks to contrast these meaningfully heavy,
significant faces of the contemporary self with the lightness and absurdity of arbitrary, oral
interpretations.
deben ser tomadas en relación a ella, y quizá también, de todas las otras modificaciones que
emocionalidad de cada individuo o desde una estética físico-corporal, la última de las cuyas se
humano, buscando apuntar hacia una reflexión sobre la diversidad de interpretaciones de éste y
la arbitrariedad con la que se realiza; pero, al mismo tiempo, oponiéndolo al absurdo de esas
posibilidades de su lectura, situación que se plantea de alguna forma a través de la obra Facial
Weaponization Suite de Zach Blas. Aquí el artista plantea un sistema de protesta en contra de
los dispositivos de reconocimiento facial, los cuales van conformando un registro de rasgos de
sujetos en lugares públicos y privados con el fin de ingresarlos a una base de datos que los
pueda identificar en una instancia posterior (Blas: Web). Así, ese sujeto ya ha sido asignado
a ser abrumador, en tanto que nos encontremos pensando en esto muy frecuentemente, pues
ambas. Este cansancio nos afecta como personas insertas en contextos sociales diversos, y, tal
como lo indica Byung-Chul Han en La Sociedad del Cansancio (2010:18), “(…) es un cansancio a
solas, que aísla y divide”. De esta forma comenzamos a deambular en un estado de agotamiento
a causa del cumplimiento continuo y el rendimiento como individuos de sociedad y del deber
Para mostrar la multiplicidad del mismo ser como resultado del acomodamiento y
adaptación a distintos contextos, los cuales implican distintos factores, como estrés, distención
y confort, decidí comenzar a desarrollar una serie de fotografías con mi rostro, en las cuales mis
ojos –comúnmente el rasgo físico identitario principal— no están presentes. Esto, al ser visto el
rostro, y en especial: los ojos, como elementos corporales que pueden actuar como órganos
importantes por lo que pueden llegar a comunicar, o bien revelar. Luego de haber tomado esta
decisión, se pudo, también, encontrar cierta similitud con el trabajo realizado por Rosangela
Rennó con sujetos penitenciarios en Brasil, obra en la cual decide omitir gran parte de su
arbitrariamente que los ojos no son el rasgo más importante, al menos no en su obra. Rennó se
enfoca en el remolino, yo lo hago en los ojos. Sin embargo, en el transcurso del desarrollo de la
obra, ésta sufrió un cambio drástico: yo no estaría compuesta por una serie de fotografías, sino
que sería únicamente una sola pieza visual, acompañada de audio. Esta decisión fue tomada,
entre otras razones, porque se pretende tensionar la multiplicidad del ser desde lo que cada
persona es capaz de percibir o entender de un rostro humano, por lo tanto ya no era necesario
El individuo múltiple o la multiplicidad del ser es un tema que ha sido indagado, también,
por la psicología desde hace un tiempo. Distintos teóricos, médicos, psiquiatras, e incluso
científicos, probablemente desde Charcot o Bertillon, desde la segunda mitad del siglo XIX, ya
tenían ciertas nociones sobre qué cualidades físicas eran caracterizables en un individuo en
particular, y cómo éstas podían ser identificables como rasgos que eran determinantes de
anterior, también es posible vincular a Francis Galton, quien “(…) biometriza la delincuencia (…)”
(Schopf: PDF) por medio de una técnica en la que superponía fotografías de individuos, con el
objeto de encontrar equivalencias fundadas y designadas por un resultado entre cada una de
las tipologías faciales obtenidas en los sujetos y rasgos que correspondían a categorías
Virginia, EEUU, asegura que “(…) las personas tienen una multiplicidad de estados del ser (…)”
(2014: PDF), aseveración basada en su estudio sobre las tres distintas esferas en las que el ser se
interpretación propia, e imagen pública. Henriques hace reflexión enfática en que este individuo
o ser corresponde a un categoría que más bien se aleja de lo meramente físico y biológico, y
que, por el contrario, corresponde a una dimensión que implica lo cultural y mental. Entonces,
el hecho de que seamos individuos de personalidades múltiples tiene razones muy prácticas
desde lo social e interrelacional, sin duda; sin embargo, desde ese mismo punto de vista puede
ser interesante conocer cómo podría verse este uso de las distintas personalidades.
Desde otro extremo, pero también reforzando lo mencionado arriba, es posible leer a
Nietzsche afirmando su visión sobre la multiplicidad de fuerzas que componen al sujeto, cuando
se refiere a éste como un constructo creado por un sinnúmero de almas que convergen en un
mismo cuerpo, y el cual es nada más que el resultado de las distintas relaciones sociales que lo
forman (2015: Web). Así, podemos comenzar a plantearnos una postura de la que, aunque hoy
Además de los planteamientos ya mencionados, que giran en torno a una sola idea,
estos vuelven a ser apoyados desde el área de la psicología por Mardi J. Horowitz, profesor de
psiquiatría de la Universidad de California, quien comparte que existen niveles en los estados de
las auto-adaptaciones del ser –o autoesquemas, cuya dominancia puede estallar y tomar lugar
en distintos contextos sociales y culturales (2012: PDF), haciendo énfasis en el hecho de que
cada una de estas adaptaciones podrá incluso no ser consistente con ella misma dada en un
contexto diferente. Esto viene a hablarnos, una vez más, de distintas esferas o dominios en
estáticos en relación a esto último, sino más bien, somos poseedores de una naturaleza
circulación.
señala:
“Hoy creemos que no somos un sujeto sometido, sino un proyecto libre que constantemente se
replantea y se reinventa. Este tránsito del sujeto al proyecto va acompañado de la sensación de
libertad. Pues bien, el propio proyecto se muestra como una figura de coacción, incluso como
una forma eficiente de subjetivación y sometimiento. El yo como proyecto, que cree haberse
liberado de las coacciones externas y de las coerciones ajenas, se somete a coacciones internas y
a coerciones propias en forma de una coacción al rendimiento y la optimización”.
Desde esta mirada podemos entender al autor que nos señala que el individuo no solo se
encuentra bajo sometimiento y conductas de castigo, sino que además comienza a adoptar esas
bienestar. No es coincidencia que Han utilice el termino sometimiento, el cual, según la RAE,
vendría a ser la acción de “humillar a una persona”, como también “subordinar el juicio,
decisión, o afecto propios a los de otra persona” (Web). Por lo tanto, la implicancia es aun
mayor. ¿Cómo respondemos nosotros como individuos a este escenario? ¿Exteriorizamos este
malestar mediante nuestras acciones? ¿Se concretan ellas por medio de expresiones? ¿Es
posible que los demás las puedan ver? Estas son preguntas que la obra intenta responder.
Este moldeamiento y esta transformación pueden ser fascinantes. Jeff Wall, en su texto
esta como “una forma natural, con sus impredecibles contornos, es una expresión de
reconfigura constantemente y nunca es estable (más adelante se discute por qué), al igual que
misma manera en aquella obra que en Ser Múltiple: “(…) el carácter mecánico de la acción de
estanca. Le obliga a ponerse en frente de aquel sistema óptico y mecánico para ser limitada, fija,
múltiple, se hace aún más evidente. El ser múltiple es obligado a restringirse a los marcos de
aquella “parte seca de la fotografía”, según Wall, casi como si se tratara de un control
de las grabaciones de personas que realizaron una lectura del rostro que forma parte de esta
obra, en donde el mismo ser múltiple manifiesta, precisamente, su propia multiplicidad a través
de estas múltiples interpretaciones. Tal vez este último gesto permita expandir la limitación
propia de la fotografía que describe Wall. No obstante, cada interpretación por separado se
convierte en una sola, siendo metáfora de una(s) identidad(es) que constantemente cambia(n),
La obra se compone de una sola imagen en gran formato, la cual no ha sido alterada ni
manipulada por medio de postproducción. Dado que se pretende visibilizar el hecho de que
nuestro rostro habla por sí solo cuando no tenemos las palabras para expresar nuestros
sentimientos o emociones, así como también el hecho de que es nuestro rostro el elemento
esencial que comunica cuestiones particulares, es por medio de la lectura de otros sobre este
rostro que se pretende llegar un resultado: estados, personalidad y carácter sobre un ser. Cada
azar, ya que cada lectura es una realidad. Es este choque de realidades es lo que nos llevará a
una búsqueda inútil de una realidad particular. ¿Acaso no es mi rostro ya una realidad? ¿En qué
se transforma (la realidad de) mi rostro ya interpretado? Se produce cierta similitud entre el
gesto de mirar un rostro e interpretarlo y las técnicas utilizadas por los criminólogos y
antropometría asignaba relaciones con actos delictuales dados. El profesional hacía uso de la
fotografía, con la cuál se servía de evidencia de los rasgos biológicos y psicológicos que eran
Además del aspecto técnico, hay un sentido lingüístico y emocional que rodea a nuestro
rostro, y es que éste adquiere tensión y volúmenes distintos, se deforma. Nancy Burson, artista
norteamericana cuya obra gira en torno al uso y manipulación del rostro, indicó, durante una
entrevista dirigida por Sarah Boxer, que “el rostro humano (…) es extraño y maleable. No hay
nada sagrado o estático en él, ni belleza, juventud, raza, poder, género, familia, especie ni fe”
(2002: Web). Todo esto, además del trasfondo personal que pueda tener, en relación al
agotamiento que conlleva ciertos patrones sociales, como el tener que rendir.
¿Qué pasa entonces cuando nos acercamos a un individuo y miramos su rostro? ¿Qué
vemos? Para esto, he decidido pensar la obra de un modo en el que el espectador se involucre
más personalmente, enfocándose en la percepción y lectura que se obtenga que pueda hacer
de cada rostro y su expresión. Es aquí en donde se espera una respuesta del espectador quien
“(…) la debe complementar de un modo asociativo”. (Marchán, 1986: 39) Al tomar la decisión
de fotografiar mi rostro y exponerlo a otros, dejando que éstos hablen de él sin siquiera
conocerme, estoy buscando una solución al problema del absurdo de la lectura y sus
otro (interpretado) que también puedo ser yo. Es, entonces, luego de este juego asociativo, el
espectador es quien podrá corroborar si esa lectura hecha –si ese juicio, es válido para otro.
¿Cuánto varían nuestras percepciones e interpretaciones sobre una persona y su mirada? Por
reproductores MP3, cada uno con grabaciones en loop de distintos sujetos haciendo su propia
lectura sobre mi rostro, generando así un quiebre entre lo que plantea la obra desde un orden
científico versus la liviandad y ligereza de las interpretaciones que se puedan realizar de ella.
Tanto la imagen como los reproductores están contenidos en una materia de color negro que
los encierra: la imagen lleva un marco negro, mientras que los dispositivos van dentro de una
caja de acrílico de color negro, ubicado justo por debajo de la fotografía. De esta forma, insto a
la caja negra actúa como el objeto que contiene toda la información, a la cual se puede acceder
grabaciones hace referencia directa al infinito de las lecturas y las posibilidades; cada uno de los
dispositivos está programado para no detenerse, y cada uno contiene distintos sujetos
intérpretes, por lo tanto es a través de esto que se pretende dar énfasis a la multiplicidad. Esta
tensión puede generar ya sea una posible interpretación coincidente con lo que el observador
incluso el desacuerdo absoluto por parte de quien observa. De esta forma, una vez más, doy
Boxer, S. (2002). Photography Review; A Brew of Faces for Mixing and Aging. Acceso septiembre
de 2017, de http://www.nytimes.com/2002/03/15/arts/photography-review-a-brew-of-
faces-for-mixing-and-aging.html?mcubz=1
Bürger, P. (2000). Teoría de la Vanguardia. 3ª ed. Barcelona: Ediciones Península s.a.
Chuca, A. (2015). Ser Múltiple. Friedrich Nietzsche y Bernard Lahire para Pensar de otra Manera
el Individuo. Acceso septiembre 2017, de http://critica.cl/filosofia/ser-multiple-friedrich-
nietzsche-y-bernard-lahire-para-pensar-de-otra-manera-el-individuo
Han, B. (2010). La Sociedad del Cansancio. Barcelona: Herder Editorial.
Henriques, G. (2014). One Selfe or Many Selves? Acceso septiembre 2017, de
https://www.psychologytoday.com/blog/theory-knowledge/201404/one-self-or-many-
selves
Horowitz, M. (2012). Self-Identity Theory and Research Methods. Journal of Research Practice,
Volume 8 (issue 2), article M14.
Marchán F., Simón. (1986). Del Arte Objetual al Arte de Concepto. 3ª ed. Madrid: Ediciones Akal.
Schopf, D. (2016). Cien Ojos. Revista Pensar & Poetizar. PDF: Instituto de Arte. Pontificia
Universidad Católica de Chile.
Soulages, F. (2010). Estética de la Fotografía. 1ª ed. 1º reimp. Buenos Aires: La Marca Editora.
Wall, J. (2007). Fotografía e Inteligencia Líquida. Ed: español. Barcelona: Editorial Gustavo Gili.