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EL FRACKING

En los últimos años, Estados Unidos que alguna vez fue el mayor importador de petróleo del
mundo compraba cada vez menos hidrocarburos y se basaba cada vez más en sus propios
recursos. El creciente volumen de exportaciones de petróleo estadounidense se ha
convertido en un factor más que afecta los precios del petróleo en el mercado internacional.

Estados Unidos en febrero aumentó considerablemente sus exportaciones de 'oro negro'.


Ahora el país norteamericano exporta más petróleo que algunos miembros de la OPEP,
como Argelia, Ecuador o Catar: 1,2 millones de barriles al día, escribe Financial Times,
citando datos de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA).

La fractura hidráulica horizontal consiste en hacer una perforación


vertical hasta la capa de pizarra. A esta perforación se le pone un tubo de
acero, con un recubrimiento de cemento para proteger los acuíferos de los
aditivos químicos que posteriormente se utilizan. Una vez se alcanza la pizarra se realiza
una perforación horizontal, a
través de la propia capa de pizarra. Esta perforación horizontal tiene, como
media, un kilómetro y medio, aunque puede llegar hasta los 3 km. Una vez se ha realizado
la perforación horizontal en la capa de pizarra
se utilizan explosivos para provocar pequeñas fracturas. Una vez provocadas
estas fracturas se inyectan, por etapas, miles de toneladas de agua a muy alta
presión, mezclados con arena y aditivos químicos. Este agua a presión fractura la roca
liberando el gas que luego, junto
con el agua, la arena y los aditivos retorna a la superficie (retorna entre un 15 y
un 80% del fluido inyectado).

Entre los aditivos químicos utilizados se encuentran benzenos, xilenos ó


cianuros, hasta llegar a unas 500 sustancias químicas, muchas de ellas
cancerígenas, mutagénas, y con otras propiedades altamente preocupantes. El fluido de
retorno también trae a la superficie otras sustancias que
pueden contener las capas de pizarra.

Es muy común que estas rocas contengan sustancias muy peligrosas, tales como metales
pesados (mercurio, plomo…), radón, radio o uranio, y otros elementos radiactivos que llegan
a la superficie.Cada plataforma puede acceder únicamente a una pequeña área del
yacimiento que se pretende explotar, por lo que es común que se dispongan
múltiples plataformas sobre el mismo, y que se requiera una superficie lo
suficientemente grande como para permitir el despliegue y almacenaje de los
fluidos y el equipo necesario para las operaciones de fractura y las
perforaciones horizontales.
Las compañías petrolíferas de Estados Unidos que utilizan la fracturación hidráulica
(fracking) han logrado reducir el nivel de precio del crudo a partir del cual logran ser rentables.
Los esfuerzos en la mejora de los procesos y la inversión en tecnología han permitido que
estas empresas ganen dinero siempre que el barril tenga un precio mínimo de 41,5 dólares,
una cantidad que es un 30% inferior a la contabilizada al cierre de 2015.

Esto supone que con el precio actual del petróleo las compañías de fracking son viables y
pueden competir con las de Oriente Próximo sin el temor a ser expulsadas del mercado
cuando se producen acuerdos para congelar o recortar la producción pactados en el seno
del cártel de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP). En concreto, el
barril de crudo West Texas Intermediate (WTI), que es la referencia en Estados Unidos, cerró
el pasado viernes con un precio de 45,60 dólares.

El debate sobre el fraccionamiento hidráulico (fracking) se ha caracterizado por tener dos


polos que se ignoran mutuamente. Los que apoyan el fracking se concentran en las
ganancias económicas, mientras los opositores señalan los impactos ambientales de la
industria. Aunque la estrategia de difundir los impactos ambientales del fracking ha sido
exitosa en fomentar oposición pública, para los políticos, es insuficiente para combatir el
canto de sirena de los posibles beneficios económicos del fracking. Para convencerlos, hay
que enfrentar estos supuestos beneficios, que son tres:

1. el fracking genera empleo; 2. lleva a la independencia energética de países a través de


una fuente de energía barata, y 3. el gas natural produce menos emisiones de dióxido de
carbono que el carbón, y, por ende, contribuye menos a los costos asociados con el cambio
climático.

Para empezar, existe incertidumbre y desacuerdo con respecto al alcance de estos


beneficios económicos. Por ejemplo, en Pennsylvania, la industria promocionó el fracking
con la promesa de crear 200.000 mil empleos. Sin embargo, la cifra oficial reporta solo 30.000
muchos de estos no son de largo plazo. Del mismo modo, hoy en día, los pozos están
produciendo mucho menos que las proyecciones iniciales indicaron, mientras nuevos pozos
no son tan productivos. En ciertas zonas, existe hasta ochenta por ciento menos gas de lo
que estimaron, lo cual hace que estas actividades no sean rentables.

Pero más allá de cuestionar las supuestas ganancias que propaga la industria del fracking,
el movimiento contra el fracking debe pasar a la ofensiva y desarrollar sus propios
argumentos económicos. Para esta estrategia podemos hacer uso de la metodología de la
contabilidad de costos totales, o triple cuenta de resultados, que, a diferencia de la
contabilidad tradicional, considera los costos indirectos – los sociales y ambientales –
además de los económicos, para determinar los verdaderos costos y rentabilidad de alguna
actividad.
El fracking puede contaminar el agua subterránea, de la superficie, y fuentes de agua
potable. Además, tratar agua potable contaminada es un proceso bastante caro. En un caso,
la empresa Cabot Oil& Gas gastó $109,000 USD para eliminar el metano de los pozos de
solamente 14 casas. Si la contaminación se trata de una zona urbana, el costo para sistemas
municipales será aún mayor.

Las sustancias nocivas que contienen las aguas residuales del fracking, así como la
contaminación del aire que causan los pozos, los equipos y los camiones que transportan el
agua y gas, causan impactos negativos en la salud. Por ejemplo, en EE.UU. se ha advertido
que los que trabajan cerca de los pozos están en riesgo de contraer silicosis, una enfermedad
de los pulmones cuyos costos de tratamiento llegaron a 50 millones USD en el 2007.
Además, los que viven cerca de proyectos de fracking se quejan de dolores de cabeza, ojos
irritados, problemas respiratorios y náuseas, lo cual conlleva o los costos de reubicación o
de tratamiento médico. La contaminación del aire también tiene repercusiones económicas
en términos de la salud pública. En 2008 la contaminación causada por fracking en
Fayetteville Shale en Arkansas generó costos por más de 10 millones USD.

El fracking genera costos de la infraestructura y los servicios públicos. El servicio más obvio
son las carreteras; para traer las cantidades necesarias de agua, el daño que causan los
camiones a las carreteras locales es equivalente al daño de 3.5 millones de carros. En
Pennyslvania, en 2010, las actividades de fracking obligaron al estado a invertir 265 millones
USD para reparar las carreteras. En los próximos años, Texas planea invertir 400 millones
USD en la infraestructura para el agua, designado para la industria minera. Las actividades
de fracking también aumentan la demanda para servicios de bomberos, policía y
emergencia. Finalmente, la recuperación de pozos abandonados puede implicar gastos
sustanciales para la empresa o el gobierno en caso de que la empresa se niegue. En
Pennsylvania, se ha invertido casi un millón USD para tapar cada pozo.

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