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1. Seleccione un lugar donde las plantas reciban Sol durante todo el día, o sea 8 horas o
más diariamente. A este cultivo le favorecen los días largos de mucho Sol, ya que los
mismos son formidables para su desarrollo vegetativo, sin embargo, estos días llega
la aparición la mayoría de las plagas, por lo que debemos mantener un buen manejo
de plagas y malezas
2. Al cultivo de maíz le gustan los suelos fértiles y drenados, por lo tanto los suelos
franco arenosos o arcillosos con arena y abundante materia orgánica son perfectos.
3. Si su suelo retiene mucha humedad o se compacta con facilidad, añada un poco de
arena de rio. La arena creará espacios entre la arcilla evitando que esta se compacte
y acumule exceso de agua.
4. La profundidad de suelo suelto NO debe ser menor de 45 cm. Así que utilizando
azadón o piocha rompa el suelo, luego rastrille las veces que sea necesario, hasta
eliminar toda raíz, piedras o malezas. Debe lograr que el suelo adquiera las
condiciones físicas adecuadas: suave, drenado y ventilado.
5. El pH ideal para este cultivo fluctúa entre 6 y 7. Para ello añada al suelo materia
orgánica, estiércol o composta, ya que éstos activarán la vida biológica del suelo, lo
que dará como resultado una mejoría natural en el pH (potencial de hidrógeno del
suelo) y en la condición física del mismo.
6. En caso de que el suelo se encuentre ácido, también puede agregar un poco de cal.
2. Picudo del maíz (Sitophilus zeamays). Estos insectos son ampliamente conocidos por
los daños que ocasionan a los granos almacenados, y en general se les llama picudos
de los granos (Sitophilus granarius). E). El picudo del maíz, ocasionalmente, inicia
su infestación en el campo y, cuando llega el maíz al almacén se reproduce
rápidamente.