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El concepto de plaga ha evolucionado con el tiempo desde el significado tradicional

donde se consideraba plaga a cualquier animal que producía daños, típicamente a los
cultivos. Actualmente debe situarse al mismo nivel que el concepto de enfermedad de
forma que debe entenderse como plaga a una situación en la cual un animal produce
daños económicos, normalmente físicos, a intereses de las personas (salud, plantas
cultivadas, animales domésticos, materiales o medios naturales); de la misma forma que
la enfermedad no es el virus, bacteria, etc., sino la situación en la que un organismo vivo
(patógeno) ocasiona alteraciones fisiológicas en otro, normalmente con síntomas
visibles o daños económicos.

Este nuevo concepto permite separar la idea de plaga de la especie animal que la
produce, evitando establecer clasificaciones de especies 'buenas' y 'malas', y facilitando
la explicación de por qué una especie es beneficiosa en un lugar y perjudicial en otro.
Para explicar esto se puede poner el ejemplo del conejo (Oryctolagus cuniculus) muy
importante en Europa por ser parte fundamental del ecosistema mediterráneo mientras
que muy perjudicial en Australia; la plaga no es el conejo per se sino la situación que se
produce en cada una de las regiones y los daños económicos que de ella derivan.

Se pueden encontrar:

 Plaga de langostas
 Plagas forestales
 Plagas médicas
 Plagas agrícolas poks

No debe utilizarse la palabra peste para referirse a las plagas, ya que es una traducción
literal de la palabra inglesa pest, que en este caso sí signifíca plaga.

En ocasiones también se usa la expresión "plaga humana" para llamar la atención sobre
el tremendo impacto medioambiental que la gran población humana y sus hábitos de
consumo tienen sobre el planeta.
Hongo, Claviceps purpurea, plaga del trigo.

Plagas en la agricultura
La palabra “plaga”, en la agricultura se refiere a todos los animales, plantas y
microorganismos que tienen un efecto negativo sobre la producción agrícola. Las plagas
prosperan si existen una fuente concentrada y confiable de alimento, y,
desafortunadamente, las medidas que se utilizan normalmente para aumentar la
productividad de los cultivos (por ejemplo, el monocultivo de las variedades de alta
producción, el cultivo múltiple mediante la reducción o eliminación de los suelos
descansados, el uso de los fertilizantes, etc. crean un ambiente favorable para las plagas.
Por eso, en cualquier agro sistema efectivo, se requiere el manejo inteligente de los
problemas de las plagas.

En sentido amplio, el concepto de plaga se refiere a cualquier ente biótico que el


hombre considera perjudicial a su persona o a su propiedad. En consecuencia, existen
plagas de interés médico, tales como los vectores de enfermedades humanas (zancudos,
chipos, etc.); plagas de interés veterinario, tales como, las pulgas y las garrapatas y las
plagas denominadas agrícolas que afectan las plantas cultivadas así como los productos
vegetales ya sean frescos o almacenados.

En sentido estricto (en términos de la protección vegetal), el concepto de plaga agrícola,


obviamente ha evolucionado junto al desarrollo de la ciencia y la tecnología aplicada a
la agricultura, de tal manera, que ha cambiado por un lado, la concepción que se tiene
acerca de cómo clasificar a los organismos dañinos para la plantas y productos vegetales
y por otro, qué tipo de organismos deben incluirse como dañinos.

En cuanto a lo primero, todos esos entes bióticos que se pudiesen agrupar en animales
superiores (insectos, ácaros, nemátodos, aves y roedores); Microorganismos (viroides,
virus, micoplasmas, bacterias y hongos) y plantas superiores (malezas), que se
clasificaban anteriormente como plagas (animales superiores); enfermedades (daños o
trastornos causados por microorganismos patógenos) y malezas, se incluyen
modernamente dentro del concepto de plaga.
Y en cuanto a lo segundo, durante muchos años se consideraba como plaga a cualquier
ente biótico que cumpliere cualquier tipo de relación alimenticia o de sustrato con algún
hospedante vegetal, sin evaluarse exactamente el grado de asociación con el cultivo o
con el producto agrícola almacenado, ni menos el grado de estabilidad de la población
con respecto al sustrato. Como consecuencia, en el pasado fueron consideradas como
plagas muchas especies asociadas de una u otra forma al hospedero, incluyendo
numerosas especies endémicas, esto es, raramente abundantes y con densidades
insuficientes para ser verdaderamente consideradas plagas, y por lo tanto sin considerar
su importancia económica (daños traducidos en pérdidas), ya que en la actualidad, el
concepto de daño económico producido por una plaga, recurrente o no, en la calidad de
la cosecha y/o en la vida útil de la planta hospedante, es fundamental para decidir y
definir la categoría como plaga de un organismo, asociado regular o permanentemente a
un cultivo.

Otro concepto de plaga deja a un lado la concepción según la cual, la especie que se
considera como dañina, debe ser señalada como plaga per se, y establece que debe
entenderse como plaga, a una situación en la cual un ente biótico produce daños
económicos, normalmente físicos, a intereses de las personas (salud, plantas cultivadas,
animales domésticos, materiales o medios naturales); es decir, si existe la especie
potencialmente dañina y se dan las condiciones agroecológicas que permiten el
desarrollo de poblaciones que creen una situación de riesgo de pérdidas de producción,
se está ante la presencia de una plaga. Éste es operativamente, un concepto ecológico de
plaga, ya que considera que en condiciones ecológicamente adversas, donde no se pueda
desarrollar un número significativo de individuos capaces de causar daño económico, el
ente biótico potencialmente dañino, no debe considerarse plaga.

Este concepto permite separar el concepto de plaga de la especie animal que produce el
daño, evitando establecer clasificaciones de especies 'buenas' y 'malas', y facilitando la
explicación de por qué una especie es beneficiosa en un lugar y perjudicial en otro.

Ambos conceptos, son antropocéntricos e incluyen el elemento económico para separar


el instante en el cual una especie puede ser considerada como plaga; falta, sin embargo,
incluir el daño no medible desde el punto de vista económico, referido principalmente a
aquellos casos donde directamente el daño afecta actividades de recreación y
esparcimiento o a material de germoplasma de inmenso valor biológico, tema éste,
sobre el cual habría que profundizar.

En este sentido, actualmente, la comunidad internacional acoge la definición siguiente


para plaga:

“Cualquier especie, raza o biotipo vegetal o animal o agente patógeno dañino para las
plantas o productos vegetales” [FAO 1990; revisado FAO, 1995; CIPF, 1997] [CAN,
1997].

Este enunciado, define en pocos términos, el concepto de plaga. Primeramente, recoge


bajo un mismo término a todos los entes bióticos que anteriormente eran clasificados
bajo diferentes categorías que indicaban en forma general a qué grupo o grupos
taxonómicos pertenecían y si se consideraban dañinos o potencialmente dañinos. Por
ejemplo, al indicar a un organismo como maleza, se entendía que era una planta dañina.
En segundo lugar, limita a categoría de plaga, a todo aquel organismo capaz de causar
daño a las plantas y productos vegetales, y aún, cuando el término “daño” no está
definido en la fuente de la definición. De su análisis general, se desprende que se trata
de daños al producto traducidos en pérdidas económicas.

[Clasificación de las plagas


Biológica

Estas pueden ser causadas por:

 Malezas.
 Patógenos (enfermedades): virus, bacterias y hongos.
 Artrópodos: Insectos y ácaros.

Importancia fitosanitaria

 Plaga cuarentenaria: Plaga de importancia económica potencial para el área en


peligro cuando aún la plaga no existe o, si existe, no está extendida y se
encuentra bajo control oficial.

 Plaga no cuarentenaria: Plaga que no es considerada como plaga cuarentenaria


para un área determinada.

 Plaga reglamentada : Plaga cuarentenaria o plaga no cuarentenaria reglamentada.

 Plaga no cuarentenaria reglamentada: Plaga no cuarentenaria cuya presencia en


las plantas para plantación influye en el uso propuesto para esas plantas con
repercusiones económicamente inaceptables y que, por lo tanto, está
reglamentada en el territorio de la parte contratante importadora.

 Plaga forestal: Plaga propia de los productos forestales.

 Plaga exótica: No existe en un área determinada.

 Plaga A1: Plaga Cuarentenaria exótica a un área determinada.

 Plaga A2: Plaga cuarentenaria que está presente en un área, pero con
distribución limitada y mantenida bajo control oficial.

El concepto de plaga ha evolucionado con el tiempo desde el significado tradicional


donde se consideraba plaga a cualquier animal que producía daños, típicamente a los
cultivos. Actualmente debe situarse al mismo nivel que el concepto de enfermedad de
forma que debe entenderse como plaga a una situación en la cual un animal produce
daños económicos, normalmente físicos, a intereses de las personas (salud, plantas
cultivadas, animales domésticos, materiales o medios naturales); de la misma forma que
la enfermedad no es el virus, bacteria... sino la situación en la que un organismo vivo
(patógeno) ocasiona alteraciones fisiológicas en otro, normalmente con síntomas
visibles o daños económicos.
Este nuevo concepto permite separar el concepto de plaga de la especie animal que la
produce evitando establecer clasificaciones de especies 'buenas' y 'malas', y facilitando
la explicación de porque una especie es beneficiosa en un lugar y perjudicial en otro.
Para explicar esto se puede poner el ejemplo del conejo (Oryctolagus cuniculus) muy
importante en Europa por ser parte fundamental del ecosistema mediterráneo mientras
que muy perjudicial en Australia; la plaga no es el conejo per se sino la situación que se
produce en cada una de las regiones y los daños económicos que de ella derivan.

] Por el tipo de daño que causan

 Plaga directa: Cuando la especie daña a los órganos de la planta que el hombre
va a cosechar; es el caso de las larvas de las moscas de fruta que perforan los
frutos o el gusano de los Andes que ataca los tubérculos de la papa.
 Plaga Indirecta: Cuando la especie daña órganos de la planta que no son las
partes que el hombre cosecha; es el caso de las mosquitas minadoras que dañan
las hojas del tomate o de la papa mientras que los órganos que se cosechan son
los frutos y los tubérculos respectivamente.

Control biológico

Larva de mosca Syrphus alimentándose de pulgones.


Avispa parásita Cotesia congregata en gusano del tabaco Manduca sexta.

El control biológico es un método de control de plagas, enfermedades y malezas que


consiste en utilizar organismos vivos con objeto de controlar las poblaciones de otro
organismo.

Hay que tener en cuenta que su uso ha tenido significados diferentes a lo largo del
tiempo; así, los fitopatólogos han tendido a usar el término para denotar métodos de
control que incluyen rotación de cultivos, alteraciones del pH del suelo, uso de
enmiendas orgánicas, etc. (Baker, 1985; Schrot & Hancock, 1985); otros investigadores
diferencian un control biológico clásico del control biológico moderno donde se
incluyen las técnicas de control por interferencia. Sin embargo, la definición más
aceptada en la actualidad es la que han utilizado tradicionalmente los entomólogos: Es
un método agrícola de control de plagas (insectos, ácaros, malezas, enfermedades de las
plants, etc.) que usa depredadores, parásitos, herbívoros u otros medios naturales. Puede
ser un componente importante del control integrado de plagas y es de gran importancia
económica para la agricultura.

Concepto
El concepto de control biológico hay que diferenciarlo del control natural, que es el
control que sucede en las poblaciones de organismos sin intervención del hombre y que
incluye además de enemigos naturales la acción de los factores abióticos del medio. Por
ello hay que entender el control biológico como un método artificial de control que
presenta limitaciones especialmente en cuanto al conocimiento de los organismos
afectados, lo que trae consigo una serie de ventajas e inconvenientes en su aplicación,
sobre todo si se relaciona con los métodos químicos de control. Entre los inconvenientes
más importantes se encuentran:

1. Normalmente su aplicación requiere un planteamiento y manejo más complejo, mayor


seguimiento de la aplicación, y es menos rápido y drástico que el control químico.
2. El éxito de su aplicación requiere mayores conocimientos de la biología de los
organismos implicados (tanto del agente causante del daño como de sus enemigos
naturales).
3. La mayoría de los enemigos naturales suelen actuar sobre una o unas pocas especies,
es decir son altamente selectivos. Esto puede resultar una ventaja (como se comentará
a continuación) pero en ocasiones supone una desventaja al incrementar la
complejidad y los costes derivados de la necesidad de utilizar distintos programas de
control.

A pesar de ello, también presenta una serie de ventajas que hace que este tipo de control
se convierta en uno de los más importantes para la protección fitosanitaria. Entre ellas
se pueden destacar (Barrera, 2006):

1. Poco o ningún efecto nocivo colateral de los enemigos naturales hacia otros
organismos, incluso el hombre.
2. La resistencia de las plagas al control biológico es muy rara.
3. El control es relativamente a largo término, con frecuencia permanente.
4. El tratamiento con insecticidas es eliminado por completo o de manera sustancial.
5. La relación costo/beneficio es muy favorable.
6. Evita plagas secundarias.
7. No existen problemas de intoxicaciones.
8. Se le puede usar dentro del Manejo integrado de plagas (MIP).

Estrategias de control biológico


El control biológico puede llevarse a cabo a través de manera intencional, directa por
parte del hombre o bien a través de acciones indirectas mediante el manejo de las
interacciones existentes en el agroecosistema.

La lucha contra la mosca del olivo, Bactrocera oleae, por medio de una serie de agentes
parasíticos proporciona ejemplos de una variedad de controles biológicos.

Caben distinguir 3 estrategias básicas de aplicación del control biológico: importación


e incremento, como resultado de la intervención directa del hombre y conservación
como resultado de acciones indirectas. Algunos autores (Dent, 1995) definen dos
estrategias adicionales al considerar al mismo nivel que las anteriores las estrategias de
inoculación e inundación; sin embargo en este caso se va a seguir el esquema clásico,
por lo que se considerarán estas dos últimas como tipos especiales dentro de la

estrategia de in cremento.

Larva de la mariquita Harmonia axyridis depredando a los áfidos fitopatógenos Eriosoma


lanigerum.

Importación

Se puede decir que el control biológico inicia su desarrollo con el éxito obtenido en
1880 tras la importación a EE. UU. desde Australia del coccinélido Rodolia cardinalis
para el control de una plaga exótica en América, la cochinilla acanalada Icerya
purchasi. De esta forma se plantea la estrategia de importación como la introducción de
un enemigo natural para el control de un agente exótico productor de daños. A pesar de
la aparente sencillez del planteamiento, su puesta en práctica requiere una serie de
pasos, en ocasiones sumamente especializados.

Desde entonces, ha sido la técnica más frecuentemente utilizada contra plagas


introducidas en nuevas áreas y establecidas de forma permanente sin un complejo de
enemigos naturales asociado; habiéndose introducido tanto invertebrados como
vertebrados, así como también microorganismos en áreas agrícolas, naturales y urbanas.

La principal ventaja de esta estrategia de control biológico es la posibilidad de obtener


niveles de control permanentes, resultando, a pesar de la inversión inicial, una relación
costo/eficacia muy favorable, que algunos autores estiman en una proporción de 30:1
(Cate, 1990), la más alta obtenida en cualquier sistema de control de organismos
perjudiciales.

Recientemente, se está sugiriendo e incluso aplicando esta estrategia para el control de


organismos perjudiciales nativos que no presentan enemigos naturales eficaces o cuando
el control natural no es capaz de limitar las poblaciones a las densidades requeridas por
la agricultura intensiva. Sin embargo en la actualidad se discute la inconveniencia
ecológica de introducir especies en lugares donde antes no existían. Por ello, la técnica
clásica de importación sólo debe aplicarse para el control de organismos nocivos
foráneos habiendo realizado previamente serios estudios ecológicos con objeto de evitar
desplazamientos de los enemigos naturales autóctonos.

Incremento

La estrategia de incremento consiste en aumentar artificialmente la población de


enemigos naturales con objeto de producir una mayor tasa de ataque y con ello una
disminución de la población del agente productor de daños; esta estrategia tiende a ser
utilizada en situaciones donde el control natural está ausente o se encuentra a niveles
demasiado bajos para ser efectivos.

Tradicionalmente, ha sido una técnica considerada prohibitiva en la mayor parte de las


aplicaciones debido al elevado costo de producción y aplicación de las liberaciones de
enemigos naturales; sin embargo, cada vez más aparecen empresas especializadas o
administraciones públicas que ofrecen el material dispuesto para su liberación o
aplicación a un costo que lo hace perfectamente viable. El gran éxito de esta técnica
surge con los cultivos protegidos debido a que son sistemas cerrados, con problemas
constantes, ambiente controlado y producción elevada tanto en cantidad como en valor
económico.

En función de las características de aplicación y planteamiento del control es posible


diferenciar dos tipos fundamentales: inoculación, con finalidad preventiva; e
inundación, con finalidad curativa.

Inoculación: la inoculación es una estrategia utilizada cuando es posible una cierta


permanencia del enemigo natural en el cultivo pero que es incapaz de vivir sobre él de
forma permanente. Las liberaciones inoculativas se hacen al establecimiento del cultivo
para colonizar el área durante el tiempo de permanencia del cultivo (o estación
climatológica) y de esta forma prevenir los incrementos de la densidad del agente
perjudicial.

Inundación: la estrategia de inundación consiste en liberaciones de un número muy


elevado de enemigos naturales nativos o introducidos, generalmente patógenos, para la
reducción de la población del agente dañino a corto plazo cuando la densidad alcanza
niveles de daño económico. Esta estrategia es muy similar a la aplicación de productos
fitosanitarios tanto en sus objetivos como en su formulación y aplicación.

Conservación

La estrategia de conservación de enemigos naturales es la menos estudiada y la más


compleja de las estrategias de control biológico, fundamentalmente debido a que, a
diferencia de las anteriores, su aplicación se lleva a cabo a través del manejo de las
interacciones del agroecosistema para potenciar la eficacia de los enemigos naturales
autóctonos y de esta forma prevenir el ataque a niveles de daño económico de los
agentes perjudiciales a las plantas cultivadas.

Para poder llevar a cabo esta estrategia es fundamental la existencia de enemigos


naturales que lleven a cabo un control natural de la población que produce el daño,
pudiendo actuar sobre los elementos del medio tanto modificando los factores que
interfieren con las especies beneficiosas como realizando un manejo de los
requerimientos ecológicos que necesitan las especies beneficiosas en su ambiente.

Historia
Charles Valentine Riley, es considerado el padre del control biológico de plagas en
agricultura: la lucha contra Icerya purchasi fue uno de los mayores éxitos contra las
plagas; las importaciones de Rodolia cardinalis a los Estados Unidos entre 1888-1889
por Charles Valentine Riley, produjeron una importante reducción de las poblaciones de
I. purchasi, salvando a la floreciente industria de los cítricos de California.

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