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La constitución es la fuente primaria y fundante del orden jurídico estatal, es ella la que
dispone cual es la gradación jerárquica del mismo orden. (Puede ocurrir que una constitución
resigne su primer plano al que estamos acostumbrados, para reconocer en dicho nivel, más
alto que ella misma, al derecho internacional, etc)
La supremacía constitucional supone una gradación jerárquica del orden jurídico derivado, que
se escalona en planos distintos. Los más altos subordinan a los inferiores, y todo el conjunto se
debe subordinar a la constitución. Cuando esa relación de coherencia se rompe, hay un vicio o
defecto, llamado inconstitucionalidad o anti-constitucionalidad. Es posible también vincular la
inconstitucionalidad con la antijuricidad y con la ilicitud.
a) El político: en el que dicho control está a cargo de un órgano político. (por ej, francia)
b) El jurisdiccional: en el que dicho control se moviliza dentro de la administración de
justicia o poder judicial, a su vez puede dividirse en:
1. Difuso: cuando cualquier órgano jurisdiccional, y todos pueden ejercer el control.
(Ej. EEUU)
2. Concentrado: cuando hay un órgano jurisdiccional único y especifico, al que se
reserva la competencia exclusiva de ejercer el control (Italia, Uruguay, España)
3. Mixto: cuando tanto un tribunal constitucional como los jueces ordinarios invisten
la competencia, cada cual mediante diversas vías procesales. (Perú, Colombia)
Las vías procesales mediante las cuales pueden provocarse el control constitucional del tipo
jurisdiccional son fundamentalmente:
a) El titular de un derecho o interés legitimo, que padece un daño y por lo tanto requiere
el control de la norma
b) Cualquier persona (caso de la vía directa, acción popular)
c) Ministerio público
d) Tercero que no es titular de un derecho ni de un interés legítimo, que no es afectado
personalmente, pero que si daña a otros relacionados con él.
e) El propio juez de la causa que eleva el caso a un órgano especial para el control
f) El defensor del pueblo
g) Determinados órganos de poder
h) Asociaciones que tiendan a la defensa de derechos o intereses de personas o grupos.
Puede ocurrir que la sentencia declarativa de inconstitucional cuyo efecto se limita el caso,
adquiera ejemplaridad y funcione como modelo que suscite seguimiento, en este caso, sin
derogar la norma consigue que voluntariamente el órgano que la dictó la derogue.
Formulación en la doctrina: hay doctrinas que dentro de la misma constitución efectúan una
gradación de sus contenidos en planos subordinantes o subordinados. Se habla de relaciones
intrajerárquicas.
En nuestra constitución además de simples normas, hay principios y valores implícitos que
comparten la misma jerarquía suprema, dentro de la constitución no existe un orden
jerárquico, dentro de la misma constitución una norma de ella NO puede ser inconstitucional
por incompatibilidad o contradicción.
a) En cuanto al órgano que lo ejerce, el sistema jurisdiccional difuso, porque todos los
jueces pueden llevarlo a cabo, sin perjuicio de llegar a la Corte Suprema como tribunal
último por vía de recurso extraordinario legislado en el art 14 de la ley 48.
Solo el poder judicial tiene a su cargo el control de constitucionalidad, es el único
habilitado en última instancia para juzgar la validez de las normas dictadas por el
órgano legislativo. Es potestad exclusiva de los tribunales de justicia, tanto para el
estado federal como para las provincias.
Nuestro régimen conoció transitoriamente un sistema de control político parcial, entre
1853-1860, en efecto, el texto originario de 1853 hasta su reforma en 1860 atribuía al
Congreso Federal la revisión de las constituciones provinciales antes de su
promulgación, pudiendo así reprobarlas si no estaban conformes con los principios y
disposiciones de la constitución federal. Era político en cuanto al órgano, y parcial en
cuanto a la materia controlada, que eran únicamente las constituciones provinciales.
Los tribunales administrativos pueden realizar el control de constitucionalidad
SOLAMENTE si una ley los habilita.
b) En cuanto a las vías procesales utilizables en el orden FEDERAL, no existe duda que la
vía indirecta es hábil para provocar el control. Debemos trazar una división cronológica
en el derecho judicial de la Corte. Hasta 1985 era común afirmar que la única vía para
promover el control era la indirecta, con base en el art 2 de la ley 27. En 1985 se
empieza progresivamente a elastizarse el concepto rígido del caso contencioso y
admite la existencia de acciones de inconstitucionalidad o vías directas, aunque al día
de hoy nunca se ha llegado a aceptar a la acción declarativa de inconstitucionalidad
pura. La Corte afirma que en el orden federal hay acciones de inconstitucionalidad: el
habeas corpus, la acción de amparo y la acción declarativa de certeza, el juicio sumario
de inconstitucionalidad, el incidente de inconstitucionalidad como anexo a una
denuncia penal.
c) Los sujetos legitimados para provocar control: ante todo se reconoce al titular actual
de un derecho que se pretende ofendido, es admisible reconocer la legitimación de un
titular de un interés legítimo que no tiene carácter de derecho subjetivo.
El interés que pueda tener un tercero no es aceptado por la Corte para investirlo de
legitimación en la promoción del control, estamos en desacuerdo porque quien debe
cumplir una norma, ha de estar habilitado para cuestionar su constitucionalidad
aunque la misma norma y su cumplimiento no le afecten en sus ds personales ya que
el obligado tiene interés actual en que su obligación no sea inconstitucional.
d) En cuanto al efecto, la sentencia declarativa de inconstitucionalidad se limita al caso
resuelto, descartando la aplicación de la norma a las partes intervinientes en él y
dejando subsistente su vigencia normologica fuera del caso. No obstante, la
ejemplaridad de las sentencias de la Corte Suprema, las proyecta normalmente más
allá del caso, logrando reiteración en los demás tribunales.
Las variables del control en el derecho público provincial: encontramos algunos caracteres
diferentes:
El órgano es siempre jurisdiccional difuso, pero en las provincias donde existen además de via
indirecta la vía directa o de acción, ésta debe articularse ante el Superior Tribunal, con lo cual
tenemos también sistema jurisdiccional concentrado. (las provincias no pueden negar el uso
de la vía indirecta) para la vía indirecta el sistema jurisdiccional es difuso, para la directa:
concentrado.
En cuanto a los efectos en algunas el efecto es amplio o erga omnes. Las modalidades son
variables y van, desde la derogación de la norma que el Superior Tribunal declara
inconstitucional, pasando por sistemas en los que el efecto erga omnes de la sentencia del
Superior Tribunal no se produce con la primer sentencia, si no con otras que posteriormente la
reiteran. Es menester afirmar que tal efecto jamás puede producirse respecto de normas
emanadas del gobierno federal.
Sistemas de control
Cuestiones políticas no judiciables: ellas son por ejemplo, la declaración del estado de sitio, la
intervención federal, la declaración de guerra, la declaración de utilidad pública en la
expropiación, etc.
Limites
Etapas
Antecedentes históricos
La reforma de 1994
Ley 24309
Bolilla 4
Estado argentino: nombres del estado: el Estado argentino surge en 1853, y se organiza con la
constitución de ese mismo año, su ciclo de poder constituyente originario permanece abierto
hasta 1860, en que concluye y se clausura con la incorporación de la provincia de Buenos
Aires.
Nuestro estado recibe a través de la constitución, diversos nombres, todos ellos igualmente
oficiales, que derivan de la tradición y el uso histórico a partir de 1810. El art 35 dice que las
denominaciones adoptadas de 1810 hasta el presente: Provincias Unidas del Rio de la Plata,
República Argentina, Confederación Argentina, son nombres oficiales indistintamente, pero en
la formación y sanción de leyes el artículo 35 obliga a emplear el nombre de Nación Argentina.
De estos cuatro nombres, el uso actual mantiene sólo dos: República Argentina, y Nación
argentina. La propia constitución desde la reforma de 1860 emplea habitualmente el segundo.
En cuanto a Provincias Unidas, tiene ancestro histórico muy significativo, es el que mejor se
adecúa a la realidad federativa de nuestro estado, porque la República Argentina es una unión
de provincias (14 preexistentes y las demás surgidas dentro del mismo territorio originario por
provincializacion de territorios nacionales) hoy no queda ningún espacio geográfico que no sea
provincial, y la ciudad de Buenos Aires, que es sede de la capital federal, tiene un régimen de
gobierno autónomo con la reforma de 1994.
Elementos: nuestro estado se compone de los cuatro elementos que integran a todo estado:
población, territorio, poder y gobierno.
a) El suelo
b) El subsuelo
c) El espacio aéreo
d) El espacio marítimo a partir del litoral marítimo: a las dos partes del espacio marítimo
se les llama “mar territorial” y “mar adyacente”. En el primero, inmediatamente
despues del litoral marítimo, se reconoce el dominio y la jurisdicción del estado
costero; en el segundo, que viene ubicado entre el mar territorial y el mar libre, sólo se
reconoce jurisdicción parcial y no dominio.
Territorio federal
Cuestiones territoriales: dada nuestra forma federal hay dos problemas en relación con el
espacio marítimo a) la fijación de sus límites b) la pertenencia de dicho espacio al estado
federal o a las provincias. El espacio marítimo sumergido que prolonga el territorio emergente,
es parte del territorio provincial. Forma una unidad con la superficie territorial. La parte del
espacio marítimo sobre la cual se reconoce el dominio, es el dominio de la provincia costera y
no de dominio federal. En ese espacio, el estado federal solo tiene la “jurisdicción” limitada a
los fines del comercio interprovincial e internacional en virtud del art 75 inc 13, y de la defensa
y seguridad del estado, asimismo las causas judiciales que por el art 116 son propias de los
tribunales federales.
La parte del espacio marítimo en la que no hay dominio, sino solo jurisdicción parcial, es
también provincial, salvo en las cuestiones federales ya señaladas.
El hecho que sea el estado federal el que “arregla” los limites internacionales y fija los
interprovinciales, no sirve de argumento para despojar a las provincias costeras de su espacio
marítimo, el territorio marítimo no puede ser desmembrado en detrimento de las provincias y
a favor del estado federal.
El art 124 incluido en la reforma de 1994 reconoce a las provincias el dominio originario de los
recursos naturales existentes en su territorio.
Nuestra constitución utiliza la palabra habitantes para mencionar a los hombres que integran
la población. Dicha terminología es correcta; en la vinculación política del hombre con el
estado, alude a la especificación más amplia posible.
La palabra habitante no debe ceñirse en rigurosa acepción literal. Todos los hombres que
estuvieran físicamente en el territorio del estado, formarían su población en ese mismo
momento. El elemento humano de población en sentido lato incluye a tres clases de hombres:
a) los que habitualmente y con cierta permanencia habitan en el territorio, b) los que residen
en el sin habitualidad permanente, c) los transeúntes.
El elemento humano que se denomina población también admite como equivalente la palabra
pueblo. A la población estable la podemos denominar pueblo, a la flotante población.
También se llama pueblo a la parte de la población con derechos políticos o más
concretamente al cuerpo electoral.
Existen tres acepciones erróneas: como sinónimo de nación, como sinónimo de unidad
politizada y como nombre peyorativo a la población más pobre y proletaria.
Nuestra constitución asume el vocablo “pueblo” en las dos significaciones aceptables: como
conjunto de hombres que conforman el estado y como cuerpo electoral.
El pueblo o población se compone solamente, según nuestra constitución formal, de dos tipos
de hombres: a) los nacionales o ciudadanos y b) los extranjeros no naturalizados.
Ciudadanía y naturalización: la ciudadanía es una cualidad o condición jurídica del hombre, que
consiste en un “status” derivado del derecho positivo, cuyo contenido está dado por el
ejercicio de los derechos políticos, se la identifica también con la nacionalidad política. La ley
346 reguló la ciudadanía distinguiendo 3 clases: a) por nacimiento, b) por opción, c) por
naturalización.
La nacionalidad por opción alcanza a los hijos de argentinos nativos que nacen en el extranjero
y “optan” por la nacionalidad paterna o materna argentina. Es el sistema ius sanguini, por la
nacionalidad de los padres.
Los extranjeros designados en el artículo 2º, inciso 1º de la ley 346, al tiempo de solicitar su
naturalización deberán cumplimentar las siguientes condiciones: a) Tener dieciocho (18) años
de edad cumplidos; b) Residir en la República dos (2) años continuos; c) Manifestar ante los
jueces federales su voluntad de serlo, También podrán obtener la naturalización cualquiera sea
el tiempo de su residencia los extranjeros que acrediten las siguientes circunstancias: a) Haber
desempeñado con honradez empleos, en la administración pública nacional, provincial o
municipal o en el territorio naciona1 de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur,
dentro o fuera de la República; b) Haber servido en las fuerzas armadas argentinas o haber
asistido a una acción de guerra en defensa de la Nación. c) Haber establecido en el país una
nueva industria, introducido una invención útil o realizado cualquier otra acción que signifique
un adelanto moral o material para la República; d) Hallarse formando parte de las colonias
establecidas o que se establecieren en cualquier punto del país; e) Habitar o promover el
poblamiento del territorio nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; f)
Tener cónyuge o hijo argentino nativo; g) Ejercer la docencia en cualquiera de sus ramas,
Derechos
Ley 346
La jurisprudencia de nuestra Corte advierte que el preámbulo no puede ser invocado para
ensanchar los poderes del estado, ni confiere per se poder alguno, ni es una fuente de poderes
implícitos. Suministra un valioso elemento de interpretación. La propia Corte ha dicho de
algunas clausulas, que son operativas, y les ha dado aplicación directa en sus sentencias (ej:
afianzar la justicia).
No ha de ser tomado como literatura vana, los fines, principios y valores que enuncia en su
proyecto, obligan a gobernantes y gobernados a convertirlos en realidad dentro del régimen
político. Goza de legitimidad sociológica.
“para nosotros, para nuestra prosperidad y para todos los hombres del mundo que
quieran habitar el suelo argentino”, deben interpretarse varias cosas:
a) Una pretensión de durar, permanecer hacia y en el futuro
b) Una indicación de que los fines y valores de su proyecto político deben realizarse
ya y ahora. Para nosotros, los que convivimos hoy
c) Para una apertura humanista y universal de hospitalidad a los extranjeros.
Finalmente, viene a la invocación a Dios, “fuente de toda razón y justicia”. Para el
constituyente, la medida de lo justo y razonable proviene de Dios. Los valores que el
preámbulo contiene hunden su raíz última en Dios. Nuestro régimen no es ateo ni
neutro, sino teísta, el standard para el derecho positivo justo es el derecho natural (o
valor justicia)
La enunciación de los valores contenidos en el preámbulo no niega ni desconoce a
otros, que podemos considerar implícitamente, como el orden, la cooperación, la
solidaridad, etc.
El preámbulo comparte fuerza normativa de la constitución, no agota el arsenal de
pautas, principios y valores que luego se completan en el articulado integral del
contexto constitucional.
La toma de posición del estado frente al poder espiritual puede definirse a través de 3
posiciones tipo: a) la sacralidad: el estado asume intensamente dentro del bien común
temporal importantes aspectos del bien espiritual, hasta convertirse en un instrumento de lo
espiritual. B) la secularidad: el estado reconoce la realidad de un poder religioso o varios, y
recoge el fenómeno espiritual, institucionalizando políticamente su existencia y resolviendo
favorablemente la relación del estado con la comunidad religiosa, en función de la
circunstancia de lugar y tiempo tomando en cuenta la composición religiosa mayoritaria que se
da en la sociedad. C) laicidad: el estado no repara en la realidad religiosa que se da en el medio
social, elimina a priori el problema espiritual del ámbito político para adoptar una postura
indiferente o agnóstica que se llama neutralidad.
El porqué de esta decisión constitucional obedeció a diversas razones: por un lado la tradición
hispano-indiana y los antecedentes que obran en la génesis constitucional de nuestro estado,
la valoración del catolicismo como religión verdadera. Surge definidamente del pensamiento
del convencional, Seguí en sesión, al expresar que el deber de sostener el culto incluía la
declaración de que la religión católica era la de la mayoría o casi totalidad de los habitantes y
comprendía asimismo la creencia del Congreso constituyente sobre la verdad de ella.
La Iglesia Católica no es una iglesia oficial, ni la religión católica es una religión de estado. Vélez
Sarsfield en el art 14 inc 1 de su CC tornaba inaplicables a nuestro país las leyes extranjeras
opuestas a la “religión de estado”, como las que son dictadas en odio a la iglesia o las que
permiten matrimonios que la iglesia condena.
El art 2º tampoco tiene el alcance de establecer como una obligación del gobierno federal la de
subsidiar económicamente al culto católico. Una fuerte corriente interpretativa ha creído
reducir la pauta y el deber emergente del art 2 a una mera ayuda financiera. El propio informe
de la Comisión de Negocios Constitucionales ha dado pie a ese punto de vista al afirmar que
por el art 2 es obligación del gobierno federal mantener y sostener el culto católico a expensas
del tesoro nacional. Debemos decir que sostener no significa contribuir ni pagar y estaría mal
ordenado metodológicamente dicho art ya que el art 4º que refiere a la formación del tesoro
nacional.
Sostener quiere decir dos cosas: a) la unión moral del estado con la iglesia b) el
reconocimiento de esta como persona jurídica de derecho público.
El art 1 del acuerdo reconoce y garantiza a la Iglesia por parte del estado argentino el libre y
pleno ejercicio de su poder espiritual como de su culto y su jurisdicción en el ámbito de su
competencia, para la realización de sus fines específicos. El art 3 estipula que el nombramiento
de los arzobispos y obispos es de competencia de la santa Sede.
El art 2 dispone que la Santa Sede podrá erigir nuevas circunscripciones eclesiásticas y
modificar el límite de las existentes o suprimirlos. El art 4 reconoce el derecho de la Santa Sede
de publicar, en la república Argentina las disposiciones relativas al gobierno de la Iglesia, y el
de comunicar y mantener correspondencia libremente con los obispos. El art 5 establece que
el episcopado argentino puede llamar al país a las órdenes, congregaciones religiosas que
estime útiles para el incremento de la asistencia espiritual y la educación cristiana del pueblo.
Bolilla 5
El derecho común, es federal en cuanto emana del gobierno federal, y prevalece sobre el
derecho provincial. Pero no es federal para los fines de su aplicación (por tribunales
provinciales) ni para su interpretación (por la Corte mediante recurso extraordinario).
Al derecho federal en sentido amplio se lo puede integrar con dos rubros: a) derecho federal
en cuanto conjunto de normas emanado de los órganos del gobierno federal (art 31 hace
prevalecer el orden jurídico federal sobre el provincial) b) derecho federal en cuanto abarca,
dentro de la federación: 1. Las relaciones de las provincias con el estado federal, 2. Las
relaciones de las provincias entre sí. A estos dos tópicos les podríamos asignar el nombre de
derecho intrafederal. En él hallamos las leyes-contrato, los convenios entre estado federal y las
provincias, los tratados interprovinciales, etc.
La supremacía del derecho federal: después de la reforma de 1994, al art 31 hay que
coordinarlo con el art 75 inc 22. Las constituciones provinciales, las leyes provinciales, los
decretos provinciales, y la totalidad de las normas y actos provinciales se subordinan a: a) la
constitución federal y los instrumentos internacionales que por el art 75 inc 22 tienen jerarquía
constitucional, b) los demás tratados internacionales que por el art 75 inc 22 tienen rango
supralegal, y las normas del derecho comunitario que derivan de tratados de integración, que
por el art 75 inc 24 también tienen nivel supra legal, c) las leyes del congreso federal y d) toda
norma o acto emanado del gobierno federal en cuanto tal.
Esta dualidad de poderes se triplica cuando tomamos en cuenta que con la reforma de 1994
no es posible dudar de que, dentro de cada provincia, los municipios invisten un tercer poder,
que es el poder municipal, también autónomo. Lo atestigua el actual art 123.
Nuestro estado federal surge con la constitución histórica de 1853. Se llama república
argentina, y es un estado nuevo u originario. Histórica y cronológicamente, nuestro
federalismo no fue una creación repentina y meramente racional del poder constituyente, sino
todo lo contrario, una recepción de fuerzas y factores que condicionaron su realidad
sociológica.
Por un lado: las ciudades que los movimientos españoles de colonización fueron fundando a
través de las corrientes del norte, del oeste y de rio de la plata, extendieron sus zonas de
influencia y prepararon las futuras regiones territoriales que conformaron a las provincias. Por
otro lado, los órganos de gobiernos locales, los cabildos, proporcionaron al futuro federalismo
una base municipal o comunal. Ideológicamente, desde la Revolución de mayo, se perfilaron
los dos sectores de opinión, el unitario y el federal. La oposición entre buenos Aires y el
interior no permite identificar en una coincidencia perfecta al unitarismo con la primera y al
federalismo con el segundo.
Provincias
Banco federal
Recursos naturales
Régimen municipal
Regiones
Federalismo concertado
Capital federal
Autonomía
Estatuto organizativo
Intervención federal
Garantía federal
Tipos de intervención
Interventor