You are on page 1of 1

Ritos

Reflexiones sobre el capítulo 6 de


“El Mundo del Nuevo Testamento”, Malina, Bruce.

En la cultura occidental secularizada, nos es difícil observar la vida y definirla en base a lo que es
sagrado o profano, puro o impuro. Pareciera que preferimos usar otras terminologías para definir esos
límites: apropiado, inapropiado; personal, público; limpio, sucio, etc. No obstante, Malina provee
abundancia de ejemplos que aterrizan el concepto, y desde la compra de un par de jeans1 es posible
acercarnos a los conceptos de lo sagrado-profano, puro-impuro que existían en el siglo I.

Buscar definir los límites actuales que existen entre las personas, las cosas, el tiempo y el espacio nos
hace ver que, en efecto, aún con una mente 100% secular, los elementos sagrados existen aunque sin
estar ligados necesariamente a la religión. Desde este punto de observación se pueden extraer
maravillosas reflexiones en torno a la vida de Jesús y su constante “violación” de esos límites. En la
mente de los judíos no existe tal división entre lo religioso y lo no-religioso, simplemente existe un
todo, un todo que depende absolutamente de la cosmovisión religiosa. Nada ocurre ni es interpretado
fuera de lo religioso. Si Dios es el Señor de la tierra, si Dios es todopoderoso y está presente en cada
aspecto de la vida, entonces es imposible sacarlo de la ecuación para interpretar la vida.

Cuando Jesús toca a los leprosos, aún cuando Jesús sana y perdona fuera de los márgenes de la religión
establecida, está estableciendo nuevas normas de pureza, está redefiniendo qué nos hace puros o
impuros, está mostrando un modelo de Dios diferente.

Definimos a Dios y luego dejamos que ese modelo definido nos defina a nosotros. Si el Dios en el que
se cree es en extremo celoso, entonces la religión debe manifestar ese celo, el ritual debe de
acomodarse a las restricciones que nos presenta un Dios inaccesible. Si por otro lado, el Dios que se
presenta es uno que es capaz de perdonar aún sin la mediación de sacrificios, si el espacio sagrado se
define por la interacción comunitaria y no por los límites nacionales o arquitectónicos, entonces la
definición de los que están “fuera o dentro” cambia, las reglas sobre lo sagrado cambian, la forma de
definir el templo cambian y las formas de entender a Dios cambian. En ese sentido, y desde estas
nuevas formas de definir lo puro-impuro y lo sagrado-profano, afirmar que Dios es Jesús es mucho más
significativo que afirmar Jesús es Dios.

1 Malina, Bruce. “El Mundo Del Nuevo Testamento”, pág. 182.

You might also like