You are on page 1of 3

LA JUSTICIA MILITAR EN LA EDAD ANTIGUA Y EN LA EDAD MEDIA

1. EDAD ANTIGUA.
Entre los pueblos primitivos hispanos fue muy frecuente la práctica
de la clientela militar, en virtud de la cual un individuo pactaba con
un patrono que éste le daría protección y sustento a cambio de
obligarse, bajo juramento, a seguirle en la guerra. Los iberos
reforzaban este vínculo con una peculiar sanción, que contribuye
a poner de manifiesto que, también en el ámbito de lo militar, lo
delictivo, en sus primeros estadios, tenía una consideración
religiosa; se trataba de la institución de la devotio, estudiada
minuciosamente por RAMOS LOS CERTALES, mediante la cual los
clientes consagraban sus vidas a la divinidad para que las
aceptase a cambio de la del patrono, si ésta se veía amenazada
gravemente en el combate. Así, si el patrono moría en la batalla,
los devotio, entendiendo que no habían sido capaces de
defenderle, debían quitarse la vida, que carecía ya de sentido a
los ojos de aquella divinidad. Entre los pueblos colonizadores, Roma
merece una especial atención. Aunque el Derecho Penal de Roma
no haya tenido la importancia, la expansión o la vigencia de su
Derecho Civil, ni haya gozado de su prestigio, ello noquita para
que, enmarcadas en las circunstancias políticas y sociales del
momento, las disposiciones penales romanas no revistan interés y
de modo muy especial en lo que se refiere al Derecho Militar, ya
que, a diferencia de otros pueblos de la Antigüedad, Roma
mantuvo durante siglos ejércitos permanentes, dotados de una
vasta y disciplinada organización; es este, necesitada de la
correspondiente apoyatura jurídica. El espíritu jurídico del pueblo
romano hubo de aplicarse a normar también las muchas
situaciones derivadas del poder militar adquirido en las conquistas
de los territorios ocupados por su ejército, y de la necesidad de regir
con normas militares el suelo romano, que por diversas razones vivió
en continuo estado de guerra. Roma concibe el delito militar en
relación directa a la idea de disciplina y la necesidad de esta para
la existencia del ejército. Todo contribuía a que el ciudadano
romano se sometiera a una disciplina que sabía necesaria: la
patria, la religión y la familia. Así, en virtud de estos tres elementos,
el guerrero tenía por vecino en el combate a aquel con el cual, en
tiempo de paz, hace la libación y el sacrificio ante el mismo altar.

2. EDAD MEDIA.
En el Estado hispano godo el Ejército no constituyó un cuerpo
armado permanente, y en el caso de que las necesidades de la
guerra o el mantenimiento de orden interno lo requiriesen, el Rey
convocaba a las armas. A partir del reinado de Eurico, esta
obligación se extendió también al hispano romano y a los siervos.
El incumplimiento de esta obligación motivó la publicación de
diversas disposiciones sancionando a los culpables, incluidas en el
Liber iodiciorum, cuyo libro IX trata De his, qui ad bellum nom
vadunt, aut de bello regufiunt; allí se castiga a quienes no se
presentan en las huestes o las abandonan, a quienes por dádivas
eximen a otros de tales obligaciones y a traidores y desertores.
Vamba, en el año 673, extendió estas obligaciones a los clérigos,
bajo destierro y con esta pena y la de confiscación de sus bienes a
quienes, cualquiera que fuese su condición, no acudiesen a
sofocar las rebeliones en el interior del Reino; poco después Ervigio
dispuso la incorporación de las huestes, en su caso, de los
obligados a ello, acompañados de la décima parte de los siervos
que tuviesen. Con la ocupación militar de la casi totalidad de la
Península por los árabes se inicia la Reconquista, y con ella una
época de dispersión normativa, que se refleja en multitud de
ordenamientos locales o “fueros”, del carácter más diverso,
aunque muchos de ellos con características afines, lo que ha
permitido, a efectos doctrinales, su agrupación en familias.

You might also like