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TROMBOFLEBITIS

ETIOLOGÍA
La tromboflebitis se produce cuando un coágulo de sangre causa inflamación de una o más
de sus venas, generalmente en las piernas. En raras ocasiones, la tromboflebitis (a veces
llamada flebitis) puede afectar a las venas de los brazos o el cuello. La vena afectada puede
estar cerca de la superficie de la piel, causando tromboflebitis superficial o puede ser más
profunda dentro de un músculo, causando trombosis venosa profunda (TVP). Un coágulo
en una vena profunda aumenta el riesgo de problemas de salud graves, como un coágulo
desprendido (émbolo) que viaja a los pulmones y bloquea una arteria pulmonar (embolia
pulmonar). La tromboflebitis puede ser causada por las épocas de inactividad prolongadas,
tales como estar sentado durante mucho tiempo o en reposo en cama durante largo tiempo.
Según la profundidad de la vena afectada se distinguen dos tipos clínicos:
- Trombosis venosa superficial: cursa con induración, enrojecimiento y aumento de la
temperatura local dibujando el trayecto de la vena lesionada.
- Trombosis venosa profunda: produce sin embargo una tumefacción de todo el miembro
afecto, mientras que la circulación venosa colateral aparece prominente. Una vez que el
trombo se ha establecido, sobre todo en las formas profundas, puede ir aumentando de
tamaño con el consiguiente riesgo de que se fragmente y ocasione una embolia pulmonar.
En la mayoría de los casos, la etiología es desconocida pero guarda relación con tres
factores: estasis sanguíneo, daño endotelial e hipercoagulabilidad; que de forma aislada o
asociadas, intervienen en el desarrollo de un trombo. Así, las causas conocidas más
frecuentes de tromboflebitis son las fracturas, traumatismos (inyecciones, catéteres,
punciones, etc.), cirugía mayor, inmovilización prolongada, venas varicosas, insuficiencia
cardiaca congestiva, embarazo, toma de anticonceptivos orales y las enfermedades
malignas, pues todas ellas facilitan la formación de trombos. La tromboflebitis de las
piernas, tras reposo prolongado, es el cuadro más frecuente de tromboflebitis, ya que aúna
factores de alteración del flujo vascular por válvulas incompetentes, con una mayor
susceptibilidad de sufrir traumatismos que dañen la pared vascular.
FISIOPATOLOGÍA
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Clínicamente se manifiesta por dolor, hiperalgia y edema local y en muchas ocasiones, la
palpación demuestra un cordón doloroso que corresponde a la vena trombosada. La lesión
es a veces segmentaria y múltiple, lo que explica el nombre antiguo de tromboflebitis
migratoria. Además la flexión dorsal del pie está limitada y produce dolor (signo de
Homan).
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
El diagnóstico se confirma mediante pruebas de imagen (ecografía Doppler, gammagrafía
con fibrinógeno, pletismografía, flebografía...) que revelan la falta de flujo venoso a ese
nivel. El cuadro de tromboflebitis suele ceder en unos 10 a 15 días dejando con frecuencia
una serie de secuelas, lo que se denomina síndrome post-flebítico. El trombo comienza a
organizarse provocando daño de la pared vascular. Las venas se vuelven incompetentes y
varicosas, la extremidad afecta se edematiza, se enrojece, la piel se descama y aparecen
zonas eccematosas (eccema de estasis), hiperpigmentación por depósitos de hemosiderina e
incluso úlceras varicosas, fibrosis dérmica y elefantiasis.
Formas especiales son la Enfermedad de Mondor, que es una tromboflebitis de las venas
subcutáneas del tórax secundaria a traumatismos, intervenciones quirúrgicas p.e. por cáncer
de mama, enfermedades del tejido conectivo, etc. La linfangitis esclerosante del pene
(flebitis de Mondor del pene), que a pesar de su nombre, el vaso lesionado es
probablemente una vena y se piensa que se produce a consecuencia de traumatismos
durante el coito o por agentes infecciosos como virus o clamidias.
Ecografía doppler venosa: La ecografía doppler se considera la modalidad óptima de
imagen venosa y se recomienda para confirmar el diagnóstico, excluir la trombosis venosa
profunda, y definir extensión de la enfermedad.
El examen clínico por sí solo puede subestimar la magnitud de la tromboflebitis superficial
en hasta el 77% de casos.
Hipercoagulabilidad: En ausencia de una causa local, puede estar presente alguna
condición oculta subyacente. No hay estudios concluyentes que muestren una relación
causal entre los estados de hipercoagulabilidad y la tromboflebitis superficial. Sin embargo,
hay una relación entre la tromboflebitis superficial y la prevalencia de hipercoagulabilidad.
Algunos argumentan que, en ausencia de un factor causal evidente (como venas varicosas,
trauma, cáncer), todos los pacientes que se presentan con una amplia tromboflebitis
superficial deben someterse a exámenes para anomalías de la coagulación. Las principales
alteraciones de la coagulación asociadas con la tromboflebitis superficial son la mutación
del factor V Leiden (16%), la mutación de la protrombina 20210 mutación (10%), y las
deficiencias de antitrombina III, proteína C, o proteína S (10%).15
Dímero D: El Dímero-D es un producto de degradación de la fibrina; su concentración está
elevada en la trombosis venosa profunda y en el embolismo pulmonar y puede aumentar en
casos de tromboflebitis superficial. Como tal, es de poco valor en la diferenciación de la
tromboflebitis superficial de la trombosis venosa profunda y no ayuda en el diagnóstico de
tromboflebitis superficial.
PROCEDIMIENTO ESPECÍFICO DE ENFERMERÍA
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Va encaminado a eliminar, si es posible, la causa desencadenante además de instaurar la
anticoagulación, con el fin de reducir el riesgo de hemorragia y de embolia pulmonar. Se
instaura con heparina intravenosa o subcutánea para sustituirla al cabo de unos días por
warfarina oral que debe mantenerse durante al menos tres meses. Junto al tratamiento
farmacológico son necesarias unas medidas de soporte que incluyen el reposo con la pierna
en alto durante el episodio agudo, la movilización precoz y el uso de vendajes compresivos
o medias elásticas de compresión gradual.
Anticoagulantes para prevenir la formación de nuevos coágulos, usualmente son recetados
cuando sólo cuando están involucradas las venas profundas.
Antiinflamatorios como el ibuprofeno, para reducir el dolor y la inflamación.
Trombolíticos para disolver un coágulo existente.
PLAN DE CUIDADO

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