Professional Documents
Culture Documents
nario, que no se le puede nunca captar de! todo en acoger cada momento dei discurso en su irrupción
si mismo. Esta, a tal grado que se nos volveria de acontecimiento: en esa coyuntura en que apa-
a conducír, a través de la ingenuidad de las crono- rece y en esa dispersión temporal que le permita
logías, hacia un punto que retrocederia de manera ser repetido, sabido, olvidado, transformado, borra-
indefinida, jamás presente en ninguna historia, ÉI do hasta en su menor rastro, sepultado, muy lejos
mismo no seria sino su propio vacío, y a partir de de toda mirada, en e1 polvo de los libros. No hay
él todos los comienzos no podrlan jamás ser otra que devolve.. e! discurso. a la lejana presencia de!
cosa que un recomienzo u ocultación (a decir ver- origen; hay que trataria en el juego de su ins-
dad, en un solo y mismo gesto, esta y aquello) . A tancia.
este tema se refiere otro según e! cual todo discurso Estas formas previas de continuidad, todas esas
manifiesto reposaría secretamente sobre un "ya síntesis que no problematizamos y que dejamos
dicho", y ese "ya dicho" no seria simplemente una en pleno derecho, es preciso tenerlas, por lo tanto,
frase ya pronunciada, un texto ya escrito, sino no en suspenso. No recusarias definitivamente. sino
"jamás dicho" no discurso sin cuerpo, una voz
J
sacudir la quietud con la cual se las acepta; mos-
tan silenciosa como un soplo, una escritura que trar que no se deducen naturalmente, sino que
no es más que el hueco de sus propios trazos, Se son siempre e! efecto de una construcción cuyas
supone así que todo lo que ai discurso le ocurre regias se trata de conocer y cuyas justíficaciones hay
formular se encuentra ya articulado en ese semi- que controlar; definir en qué condiciones y en
silencio que Ie es previo, que continúa corriendo vista de qué análisís ciertos son legitimas; indicar
obstinadamente por bajo de él, pero ai que recu- las que, de todos modos, no pueden ya ser admi-
bre y hace callar. EI discurso manifiesto no seria tidas. Podría muy bien ocurrir, por ejemplo, que
a fin de cuentas más que la presencia represiva las nociones de "influencia" o de "evolución"
de lo que no dice, y ese Uno dícho" seria un va- dependan de una critica que -por un tiempo más
ciado que mina desde el interior todo lo que se o menos largo- las coloquen fuera de uso. Pera en
dice EI primer motivo hace que el análisis histó- cuanto a la "obra" pero._~~ cuanto al "libro", y
rico dei discurso sea busca y repetición de un ori- ano esas unidades como la "ciencia" o la "Iitera-
gen que escapa a toda determinación histórica; el tura", ,habremos de prescindir de ellas para síem-
otro le hace ser interpretación o escucha de un pre? ,Habrá que tenerlas por ilusiones, por cons-
"ya dicho" que sería al mismo tiempo un "no trucciones sin legitímidad, por resultados mal ad-
dicho". Es preciso renunciar a todos esos temas quiridos? ,Habrá que renunciar a tomar todo apo-
cuya función es garantizar la infinita continuidad yo, incluso provisional, sobre e!los y a darles jamás
de! discurso y su secreta presencia en el juego de una definición? Se trata, de hecho, de arrancarias a
una ausencia siempre renovada. Estar dispuesto a su casi evidencia, de liberar los problemas que
42 l.AS REGULARIDADES DISCURSIVAS LAS UNIDADES DEL DISCURSO 43
plantean, de reconocer que no son eI lugar tran- si es posible recomponerlos legitimamente; para
quilo a partir dei cual se pueden plantear otras saber si no hay que reconstituir otros con eIlos;
cuestiones (sobre 5U estructura, 5U coherencia, 5U para llevarIos a un espacio más general que, disi-
sistematicidad, sus transformaciones), sino que panda su aparente familiaridad, permita elaborar
plantean por si mismos todo un pufiado de cues- su teoría,
tiones (~Qué son? ~Cómo definirias o limitarias? Una vez suspendidas esas formas inmediatas de
~A qué tipos distintos de leyes pueden obedecer? continuidad se encuentra, en eíecto, liberado todo
~De qué articulación son capaces? ~A qué subcon- un dominio, Un dominio inmenso, pero que se
juntos pueden dar lugar? ~Qué fenómenos especí- puede definir: está constituido por el conjunto de
ficos hacen aparecer en eI campo dei discurso?). todos los enunciados efectivos (hayan sido habla-
Se trata de reconocer que no son quízá, ai fin y ai dos y escritos) , en su dispersión de acontecimientos
cabo, lo que se creia a primera vista. En una pala- y en la instancia que le es propia a cada uno. An-
bra, que exigen una teoria, y que esta teoria no tes de habérselas, con toda certidurnbre, con una
puede formularse sin que aparezca, en su pureza cíencía, o con unas novelas, o eon unos discursos
no sintética, eI campo de los hechos de discurso po!iticos, o con la obra de un autor o incluso con
a partir dei cual se los construye. un libro, el material que habrá que tratar en su
Y yo mísmo, a mi vez, no haré otra cosa. Indu- neutralidad primera es una multiplicidad de acon-
dablernente, tornaré como punto de partida uni- tecimientos en el espacio dei discurso en general.
dades totalmente dadas (como la psicopatologia, Asl aparece eI proyecto de una descripciôn pura
o la medicina, o la economia política) ; pera no me de los acontecímientos discursivos como horizonte
colocaré en eI interior de esas unidades dudosas para la búsqueda de las unidades que en eIlos se
para estudiar su configuración interna o sus se- forman. Esta descripción se distingue fácilmente
cretas contradicciones. No me apoyaré sobre ellas dei análisis de la lengua, Ciertamente no se puede
más que el tiempo de preguntarme qué unidades establecer un sistema lingüistico (a no ser que se
forman; con qué derecho pueden reivindicar un construya artificialmente) más que utilizando un
dominio que las individualiza en el tiempo; con corpus de enunciados, o una colección de hechos
arreglo a qué leres se forman; cuãles son los acon- de discurso; pera se trata entonces de definir, a
tecimientos discursivos sobre cuyo fondo se recor- partir de este conjunto que tiene un valor de
tan, y si, finalmente, no son, en 5U individualidad muestra, unas regias que permitan construir even-
aceptada y casi institucional, el efecto de superficie tualmente OtTOS enunciados aparte de ésos: incluso
de unidades más consistentes. No aceptaré los con- si ha desaparecido desde hace mucho tiempo, in-
juntos que la historia me propone más que para cluso si nadie la habla ya y se la ha restaurado ba-
examinarias ai punto; para desenlazarlos y saber sãndose en raros fragmentos, una lengua constituye
44 LAS REGULARIDADES DISCURSIVAS LAS UNIDADES DEL DISCURSO 45
siempre un sistema para enunciados posibles: es terior la voz que se escucha, de restablecer el texto
"un conjunto finito de regias que autoriza un nú- menudo e invisible que recorre el intersticio de
.rnero infinito de pruebas. EI campo de los aconte- las líneas escritas y a veces las rrastorna, EI anã-
,>éimientos discursivos, en cambio, es e1 conjunto lisis dei pensamiento es siempre alegôrico en re-
siempre finito y actualmente limitado de las úni- lación con el discurso que utiliza. Su pregunta es
cas secuencias lingüísticas que han sido formula- infaliblemente: ,qué es, pues, lo que se decía eu
das, las cuales. pueden muy bien ser innumerables, aquello que era dicho? EI análisis dei campo dis-
pueden muy bien, por su masa, sobrepasar toda cursivo se orienta de manera muy distinta: se trata
capacidad de registro, de memoria o de lectura, pe· de captar e1 enunciado en la estrechez y la singu
ro constituyen, no obstante, un conjunto finito. laridad de su acontecer; de determinar las condi-
La cuestión que plantea el análisis de la lengua, a ciones de su existencia, de fijar sus limites de la
propósito de un hecho cualquiera de discurso, es manera más exacta, de establecer sus correlacione'
siernpre éste: ,según qué regias ha sido construido con los otros enunciados que pueden tener víncu
tal enunciado y, por consíguiente, según qué regias los con él, de mostrar qué otras formas de enun
podrían construirse otros enunciados semejantes? ciación exduye. No se busca en modo alguno, por
La descripción de los acontecimientos dei discurso bajo de lo manifiesto, la garrulería casi silenciosa
plantea otra cuestión Illuy distinta: ,cómo es que de otro discurso; se debe mostrar por qué no podía
ha aparecido tal enunciado y ningún otro en su ser otro de lo que era, en qué excluye a cualquier
lugar? otro, cómo ocupa, en medio de los demás y eu
Se ve igualmente que esta descripción dei dis- relación con ellos, un lugar que ningún otro po
curso se opone a la historia dei pensamiento. Aquí, dría ocupar. La pregunta adecuada a tal análisis
tampoco se puede reconstituir un sistema de pen- se podría formular así: ,cuál es, pues, esa singular
samiento sino a partir de un conjunto definido exístencia, que sale a la luz en lo que se dice, y en
de discurso. Pero este conjunto se trata de tal ninguna otra parte?
manera que se intenta encontrar más aliá de los Hay que preguntarse para qué puede servir fi
propios enunciados la intención dei sujeto parlan- nalmente esta suspensión de todas las unidades ad
te, su actividad consciente, lo que ha querido de- mitidas, si se trata, en total, de recuperar las uni
cir, o también el juego inconsciente que se ha dades que se ha simulado interrogar en el comien
transparentado a pesar de él en lo que ha dicho zo. De hecho, la anulación sistemática de las uni
o en la casi imperceptible rotura de sus palabras dades dadas permite en primer lugar restituir ai
manífiestas: de todos modos, se trata de reconsti- enunciado su singularidad de acontecimiento, y
tuir otro discurso, de recobrar la palabra muda, mostrar que la discontinuidad no es tan sólo uno
murmurante, inagotable que anima desde el in- de esos grandes accidentes que son como una falia
46 LAS REGULARIDADES DISCURSIVAs l.AS UNIDADES DEL DISCURSO 47
en la geologia de la historia, sino ya en el hecho sionan, el proyecto que atraviesa su existencia y le
simple del enunciado. Se le hace surgir en su irrup- da significación) y poder captar otras formas de
ción histórica, y lo que se trata de poner ante los regularidad, otros tipos de conexiones. Relaciones
ajas es esa incisión que constituye, esa irreductible de unos enunciados con otros (incluso si escapan
-y muy a menudo minúscula- emergencia. Por a la conciencia del autor; incluso si se trata de
trivial que sea, por poco importante que nos lo enunciados que no tienen el mísmo autor; inclu-
imaginemos eu sus consecuencias, por rápidamente so si los autores no se conocen entre si) ; relaciones
olvidado que pueda ser tras de su aparición, por entre grupos de enunciados así establecidos (inclu-
poco entendido o mal descifrado que lo suponga- so si esos grupos no conciernen a los mismos domi-
mos, un enunciado es siempre un acontecimiento nios, ui a domínios vecinos; incluso si no tienen el
que ni la lengua ni el sentido pueden agotar por mismo nivel formal; incluso si no son el lugar de
completo. Acontecimiento extrafio, indudablemen- cambias asignables); relaciones entre enunciados
te: en primer lugar porque está ligado por una o grupos de enunciados y acontecimientos de un
parte a un gesto de escritura o a la articulación orden completamente distinto (técnico, económi-
de una palabra, pera que por otra se abre a si co, social, político). Hacer aparecer en su pureza
rnismo una existencia remanente eu el campo de el espacio en el que se despliegan los acontecimien-
una memoria, o en la materialidad de los manus- tos discursivos no es tratar de restablecerlo en un
critos, de los libros y de cualquier otra forma de aislamiento que no se podria superar; no es ence-
conservación; después porque es único como todo rraria sobre si mismo; es hacerse libre para des-
acontecimiento, pero se ofrece a la repetición, a la cribir en él y fuera de él juegos de relaciones.
transformación, a la reactivación; finalmente, por- Tercer interés de tal descripción de los hechos
que está ligado no sólo con situaciones que lo pro- de discurso: ai liberarias de todos los agru pamien-
vocan y con consecuencias ,que él mísmo incita, tos que se dan por unidades naturales inmediatas
sino a la vez, y según una modalidad totalmente y universales, nos damos la posibilidad de descri-
distinta, con enunciados que lo preceden y que lo bir, pera esta vez, por un conjunto de decisiones
siguen. dominadas , otras unidades. Con tal de definir ,ela-
Pera si se aísla, con respecto a la lengua y ai ramente las condiciones, podría ser legitimo cons-
pensamiento, la instancia del acontecimiento enun- tituir, a partir de relaciones correctamente descri-
ciativo, no es para diseminar una polvareda de tas, conjuntos discursivos que .no serían arbitrarios,
hechos. Es para estar seguro de no referiria a ope- pera que quedarian no obstante invisibles. Induda-
radores de síntesis que sean puramente psicológicos blemente, esas relaciones no habrian sido fórmula-
(Ia intención dei autor, la forma de su intelecto, das jamás para ellas mismas en los enunciados en
el rigor de su pensamiento, los temas que le obse- cuestión (a diferencia, por ejemplo, de esas rela-
LAS UNIDADES DEL DISCURSO 49
48 LAS REGULARIDADES DISCURSIVAS
taxis? ~Cómo estar seguro de escapar a cortes como
clones- explfcitas que el propio discurso plantea y los de la obra, a categorias como las de la influen-
dice, cuando adepta la forma de la novela, o se ins- cia, de no ser proponiendo desdelel comienzo do-
cribe en una serie de teoremas matemáticos). Sin minios bastante amplios, escalas cronológicas bas-
embargo, no constituirían en modo alguno una es- tante vastas? En fin, ~cómo estar seguro de no de-
pecie de discurso secreto que animase desde el jarse enganar por todas esas unidades o síntesis
interior los discursos manifiestos; no es, pues, una poco reflexionadas que se refieren aI individuo
interpretación de los hechos enunciativos la que parlante, ai sujeto del discurso, ai autor dei texto,
podría sacarlos a la luz, sino el análisis de su co- en una palabra, a todas esas categorias antropoló-
existencia, de su sucesión, de su funcionamiento gicas? ~Quizá considerando el conjunto de los enun-
mutuo, de su determinación reciproca, de su trans- ciados a través de los cuales se han constituido esas
formación independiente o correlativa. categorias, el conjunto de los enunciados que han
Está excluido, sin embargo, que se puedan des- elegido por "objeto" el sujeto de los discursos (su
cribir sin punto de referencia todas las relaciones propio sujeto) y han acometido la tarea de des-
que puedan aparecer así. Es preciso, en una pri- plegarlo como campo de conocimientos?
mera aproximación, aceptar un corte provisional: Asl se explica el privilegio de hecho que he con-
una región inicial que el análisis alterará y reor- cedido a esos discursos de los que se puede decir,
ganizará de ser necesario. En cuanto a esta re- muy esquemáticamente, que definen las "ciencias
gión, ~cómo circunscribirla? De una parte, es pre- dei hombre". Pero no es éste más que un privile-
ciso elegir em plricamente un dominio en el que gio de partida. Es preciso tener bien presentes en
las relaciones COITPn el peligro de ser numerosas, el espíritu dos hechos: que el análisis de los acon-
densas, y .relativamente fáciles de describir, ~y en tecimientos discursivos no está limitado en modo
qué otra región los acontecimientos discursivos alguno a semejante dominio y que, por otra parte,
parecen estar mejor ligados los unos a los otros, y el corte de este mismo domínio no puede conside-
según relaciones mejor descifrables, que en aque- rarse como definitivo, ni como absolutamente va-
lla que se designa en general con el término de ledero; se trata de una primera aproximación que
ciencia? Pero, por otra parte, ~cómo adquirir el debe permitir que aparezcan relaciones con las
mayor número de posibilidades de captar en un que se corre el peligro de borrar los límites de este
enunciado, no el momento de su estructura formal primer esbozo.
y de sus leyes de construcción, sino el de su existen-
,cia y de las regias de su aparicíón, como no sea
dirigiéndose a grupos de discursos poco formaliza-
dos y en los que los enunciados no parezcan en-
gendrarse necesariamente según regias de pura sin-