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IMTA
México, 2005
398.208 974 287 Murillo Licea, Daniel
M48 “Encima del mar está el cerro y ahí está el
Anjel”. Significación del agua y cosmovisión en una
comunidad tzotzil / Daniel Murillo Licea.- Jiutepec, Morelos:
IMTA, 2005.
194 pp. 15.5 x 22.5 cm
Incluye bibliografía
ISBN 968-5536-64-3
1. Agua 2. Religión y cultura 3. Creencia religiosa
4. Tradición oral 5. Tzotziles
Coordinación editorial:
Coordinación de Tecnología de Comunicación,
Participación e Información,
Subcoordinación de Editorial y Gráfica
Cuidado de la edición:
Antonio Requejo del Blanco.
Diseño de portada:
Óscar Alonso Barrón.
Fabián Reyes Balderas.
Diagramación:
Rosario Castro.
Fotografías de la portada:
Daniel Murillo Licea.
CP-0502.25
ISBN 968-5536-64-3
INTRODUCCIÓN Y AGRADECIMIENTOS 9
BIBLIOGRAFÍA 173
FOTOGRAFÍAS 181
Introducción y agradecimientos
INTRODUCCIÓN Y AGRADECIMIENTOS
1
Véase, a guisa de ejemplo, los libros: Broda, Báez-Jorge, 2001; Broda, Iwaniszewski, 2001;
y Albores, Broda, 2003, en la bibliografía, al final de este libro.
2
Línea explorada por Ortiz Espejel y Andrade Frich, en el estado de Puebla, México. Ver
bibliografía al final de la presente obra.
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Es por ello que el tema cobra una relevancia aparte, ya que los procesos
sociales tienen que ver con los procesos tecnológicos y productivos, hay
un enlace entre unos y otros y la bisagra que se desdobla para hacerlos
funciona, parte de lo subjetivo, de eso que no puede verse pero que
obliga a la actuación, a la comprensión, a la discusión, al entendimiento, a
la comunicación. Y sin esa parte, invisible, la tecnología puede convertirse
en un aparato sin uso alguno. Es, en esa parte del conocimiento, donde
también existe la significación y es este nivel semiótico el que nos interesa
resaltar.
De esta forma, el tema de este libro es la significación del agua en una
comunidad tzotzil de los Altos de Chiapas. La información de primera
mano contenida en este libro proviene de una serie de entrevistas,
reuniones, visitas de campo y lo que solemos denominar como “textos”
en la investigación de tradición oral; esta investigación fue desarrollada
durante los años 2004 y 2005. He privilegiado el enfoque de historia
oral temática con los entrevistados para obtener una mayor y más rica
apreciación de su entorno, de su vida social y religiosa, de sus creencias,
en fin, de su cosmovisión. Porque a fin de cuentas, este libro, mediante
el acercamiento mencionado, apunta hacia la cosmovisión en una
comunidad tzotzil.
Al hablar de cultura indígena no puedo dejar de lado hacer la mención
de que muchas de las observaciones vertidas en este libro tienen que ver
con una mirada antropológica y arqueológica, centrada sobre los procesos
de significación, las estructuras que perviven y los elementos prehispánicos
que aparecen en la cultura sincrética de los indígenas tzotziles. Creo que
quien desprecia la arqueología (y también, de paso, también la literatura)
en un trabajo de campo en donde lo que entra en juego es la cosmovisión,
tiene un acercamiento “frío” a la realidad y no tiene una mirada entrenada
para observar procesos culturales de largo alcance o procesos, como lo
que he llamado en trabajos anteriores, pulsiones históricas. Por ello he
incluido, al final del libro, tres pequeños apartados: uno sobre los árboles
sagrados míticos, otro sobre las huellas en Palenque y uno más acerca del
Códice Dresde y la organización religiosa mayense actual. El acercamiento
que intento hacer a la realidad, cosmovisión y significación del agua en
este libro se centra sobre elementos tomados de diversas disciplinas,
diversos enfoques, diversos niveles y diversos abordajes.
Hay una serie de personas que se han involucrado en el proceso
de investigación y que debo mencionar, antes de seguir adelante. Por
principio de cuentas, debo agradecer a Eulogio Díaz Gómez por su apoyo
en la investigación, en reconocimiento de terreno, en la traducción del
tzotzil al español y en la transcripción de todas las entrevistas efectuadas.
Eulogio Díaz llevó a cabo su investigación La sustentabilidad en el manejo
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Introducción y agradecimientos
comunitario del agua por los tzoziles de los Altos de Chiapas; el caso del
paraje Pozuelos, Mpio. de San Juan Chamula, para obtener un posgrado
a la par que recorríamos terreno y nos topábamos con opiniones y
creencias que nos contaba la gente de Pozuelos. Sin Eulogio Díaz esta
investigación no hubiera sido posible, debo aclarar. Salud. Otra persona
involucrada es Oritia Ruiz, mi compañera, quien, haciendo un trabajo
paralelo de investigación, también, apoyó la realización de trabajo de
campo, el registro fotográfico y, con su intuición y sensibilidad me mostró
puertas que, de otro modo, hubieran permanecido cerradas. Varias partes
de este libro fueron discutidas con ella, mientras nos topábamos con
descubrimientos y con tazas de café en abundancia. Más que salud.
Hay tres personas más a las que debo agradecer y que son habitantes
de Pozuelos. Uno de ellos es el Mayordomo de la Santa Cruz, en el periodo
que hicimos trabajo de campo, Don Manuel Díaz Gómez, quien nos
apoyó en todo siempre y con quien entablamos una relación de amistad
que nos llevó a la elaboración de un primer libro, hermano del que tiene
en sus manos el lector, recopilando algunos de los testimonios orales
directos obtenidos en campo, algunos de ellos incluidos como apéndice
del presente libro. Este primer libro fue entregado a los habitantes de
Pozuelos en 2005. El guía en la obscura senda del simbolismo fue otro
habitante de Pozuelos, Manuel Hernández Gómez, con quien hicimos los
más asombrosos descubrimientos y nos reveló información valiosísima. Él
fue quien nos puso en contacto con un rezador y curandero en Pozuelos,
Don Salvador López Collazo, a quien también hay que agradecer porque
otorgó pistas muy importantes e interpretaciones imprescindibles sobre su
propia cultura y simbolismos, durante el proceso de investigación.
También debo agradecer a quienes participaron en el proceso de edición
de este libro: Antonio Requejo del Blanco quien hizo la corrección de
estilo, el cuidado de edición y, durante el proceso de redacción de este
trabajo, aportó bibliografía importantísima, a Rosario Castro, a Óscar
Alonso Barrón y a Fabián Reyes Balderas, quienes se encargaron del diseño
y diagramación. Por último, cabe mencionar que este libro no hubiera
sido posible sin el apoyo financiero del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt) y el apoyo del Instituto Mexicano de Tecnología del
Agua.
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Prólogo o de algunas consideraciones de principio
PRÓLOGO O DE ALGUNAS
CONSIDERACIONES DE PRINCIPIO
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
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Prólogo o de algunas consideraciones de principio
... está viva sólo cuando deja de ser significativa: cuando su validez no
descansa en ningún argumento, cuando su origen se confunde con el mito
y con la memoria imposible del origen, cuando para el estado de las cosas
no hay otra respuesta que ‘porque así ha sido’ o bien ‘porque así lo hacían
mis padres’, cuando se resume en la frase ‘así se acostumbra’ (Mier, 1994:
74).
4
En este libro uso dos conceptos para “corpus”. El anotado, basado en Baraona, y corpus
como conjunto de testimonios orales. Trataré de adjetivar al primero como campesino o
indígena, para evitar anfibología.
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
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Prólogo o de algunas consideraciones de principio
Pero esta victoria, de la que hemos salido todos nosotros, tanto europeos
como americanos, al mismo tiempo da un serio golpe a nuestra capacidad
de sentirnos en armonía con el mundo, de pertenecer a un orden
preestablecido: su efecto es reprimir profundamente la comunicación
del hombre con el mundo, producir la ilusión de que toda comunicación
es comunicación interhumana; el silencio de los dioses pesa tanto en el
campo europeo como en el de los indios (Todorov, 1995:105).
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La zona de estudio y la comunidad de Pozuelos
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
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Pozuelá o Pozuelo
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La zona de estudio y la comunidad de Pozuelos
Anteriormente, dicen que esa gran depresión estaba lleno de agua, pero
un día llovió bastante que se llenó demasiado y no soportó la tierra en
la parte de abajo y se rompió y se creó una salida de agua subterráneo.
Entonces ahí empezó a escapar el agua hasta que desapareció. Porque
anteriormente dicen que ahí habían patos y otros animales. Entonces en la
gente hicieron un pozo de cinco o seis metros de profundidad, en donde
brota un poco de agua y se llena. Por eso anteriormente, para encontrar el
agua en tiempos de cuaresma, era peleado, la gente llegaba a traer agua
desde las diez, once, doce y la una de la mañana, se llenaba de gente en
ese lugar y hacían cola, que hasta se creaban problemas porque algunos
se robaban el agua que el otro ya había sacado del pozo y salían corriendo
(MDG).
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Había otro aquí nomás abajo, que le llamamos pozo, pero no era
suficiente, como todos tomábamos agua de ahí, desde la una o dos de la
mañana salimos para ir a traer el agua, como estaba todavía muy oscuro
no mirábamos bien para ir a traer el agua, los que se despiertan y levantan
para ir a traer el agua, encuentra agua, y el que se va cuando amanece sólo
lodo van a encontrar (DHD).
... Así cuando es tiempo de lluvia, así como ahorita como está lloviendo,
ahora ya tenemos pozos, no tan cercas de las casas pero así como aquí ya
un pozo; más allá ya hay otro pozo donde se deposita el agua, con pozo.
Así escarbado la tierra, pues, y ahí se junta el agua. Ya cuando se junta
el agua pues ahí nomás aprovechamos para tomar, o sea, ahí sirve para
todo el alimento, ahí donde aprovechamos cuando es tiempo de lluvia,
pero cuando no es tiempo de lluvia pues no hay nada aquí, se queda
absolutamente seco, y tenemos que ir a buscar donde está el agua, así
cuando era yo más joven, más niño (MHG).
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La zona de estudio y la comunidad de Pozuelos
Cruz, una vez limpiado, entonces se hace la fiesta para llevar las ofrenda
a los Anjeles,5 dicen que le echan un poco de sal al agua, porque así lo
dejaron nuestros antepasados, que deberíamos cuidar el agua de los
manantiales, y que deberíamos de poner cruces en los cerros y en las
cuevas donde están los Anjeles (ADG).
El manantial Nitjom
Si es por eso, hasta ahora está ese pozo, nomás que ahora ya no tomamos
de ahí, porque ya tenemos llave y agarramos agua de la lluvia, y si ya no
hay, entonces sí vamos a Nitjom. (...) No ahí nunca se acaba, cuando no
tenemos agua aquí, la llegamos a traer en carro hasta allá, como tenemos
tinacos como ese que está allá y tenemos dos; uno lo utilizamos para
traerlo en el carro y el otro donde lo llegamos a poner, esto es en épocas
de cuaresma (DHD).
5
El sentido tzotzil de los ángeles es distinto al del castellano. De hecho se utiliza la grafía
Anjel.
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Muchos, como aquí estamos cerca del lindero de San Juan, allá en la
carretera donde están las casas aquellas ya pertenece al paraje El Pinar, y de
este otro lado se llama Yaalboc, aquí es Pozuelos y más allá Saclamantón
(Tzadamantón), más allá Chix, Joltzemen, Sactzu (Tsatzu), Muquem y así
se va (DHD).
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La zona de estudio y la comunidad de Pozuelos
... El agua potable que llegó aquí desde 1982 o 1983, más o menos así,
creo que empezaron a solicitar desde 1981 creo, pero ya inició el trabajo...
parece que 1982 o 1983, antes no había agua potable, tenemos que ir
a cargar hasta en tiempos de verano, hasta allá en un campo donde hay
manantial que se llama Nitjom, hay un campo ahí donde nace el agua y
ahí donde tenemos que ir a traer con cántaro, con ánfora lo que sea y nos
vamos con la familia, antes así era cuando crecí yo, así estaban las cosas
(MHG).
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El mundo y el tiempo
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Dentro de las culturas polinesias, por ejemplo, en la Isla de Pascua es interesante descubrir
que también llaman a su lugar de asentamiento Tepito Te Henúa (Ombligo del mundo),
y cuentan con un lugar específico donde existe una representación de este ombligo, que
refuerza su cosmovisión. Pero esto es otra historia.
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Los dioses
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altares (uno dedicado a San Juan Mayor, otro a San Juan Menor, santos
patronos de Chamula, y a San Lorenzo, patrono de Zinacantán) es una
huella de este sincretismo de la cultura tzotzil. Los dioses ancestrales (Totil
Me’iletik)7, que representan a los padres y madres antiguos, también se
encuentran en los cerros. La simbología de esto es bastante complicada y
merecería un estudio particular, para dilucidar los elementos de la cultura
maya antigua de los elementos cristianos y qué papel juegan unos y otros
en la cultura sincrética actual de los tzotziles.
El tercer grupo de deidades de los tzotziles son los santos que están en
las iglesias. En Pozuelos no hay ninguna iglesia, sólo altares particulares,
así que la referencia más cercana es la iglesia de San Juan Chamula, un
lugar que también merece una descripción etnográfica exacta y que no
es parte de este estudio. Vale señalar que en la iglesia están varias figuras
de santos. Según Vogt (1993:36), 42 figuras de santos se resguardan en
las tres iglesias del centro ceremonial. El patrón de la iglesia de San Juan
Chamula es San Juan Bautista, que se encuentra en el altar mayor. Sin
embargo, respondiendo al principio del hermano mayor y el hermano
menor, existe otro San Juan que está:
... en la nave del templo junto a otros santos; esta última imagen es la
que sacan en andas en procesiones, a la que le traen ramas de laurel para
que las bendiga, para usarlas como remedio, en los casos de dolores y
enfermedades (Pozas, 1987:104).
También hay algunos santos que no tienen mayordomos:
7
En sentido estricto, la palabra para designar en plural a los ancestros en tzotzil es
Totil’meiletik o Totil?meiletik (Vogt, 1993:307), tomando en cuenta la derivación del plural
Etik. En el caso de la variación dialectal de Pozuelos la forma singular y plural es la misma:
Totil’meil. A lo largo de este libro se respeta esta forma de uso.
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Alma y nagualismo
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otro. Por ello, si el nagual de una persona ha sido dejada fuera del corral
que hay en los cerros, por los dioses ancestrales, el hombre sufrirá una
enfermedad y será labor del shamán o curandero ayudarle a que el animal
vuelva a su corral y sea cuidado de nuevo (Vogt, 1993:37-40).
• En las ocasiones rituales existe una marcada división del trabajo. Así,
los hombres se dedican a la agricultura y a los rezos a los dioses; las
mujeres se dedican a la cocina, al cuidado de los niños y al tejido
(Vogt, 1992:93).
• Existen réplicas del universo en las comunidades tzotziles y éstas
aparecen desde la disposición en las casas, la construcción de las
mismas y hasta en el comportamiento en los rituales (Vogt, 1992:
93).
• Hay una dicotomía importante entre elementos mayores y menores
(en el poblado de Zinacantán existe lo b’ankilal y el ¿its’inal). Así,
hay pares que representan algo de mayor representación y de menor
representación (Vogt, 1992:94).
• Existe una primacía a seguir el paso del sol, según la cultura tzotzil,
al contrario de las agujas del reloj, así se invoca también la primacía
de la mano derecha; el valor de la derecha es de positivo, verdadero
o auténtico (Gossen, 1990:54).
• También hay una primacía del concepto de “arriba”, ya que lo más
alto tiene características positivas y lo que se encuentra más abajo
tiene características negativas que pueden ser dañinas (Gossen, 1990:
58-59).
• La diferenciación entre lo caliente y lo frío también es una característica
bidimensional en los tzotziles. Existe la primacía al calor, debido,
sobre todo, a la simbología del dios sol entre este grupo indígena. Los
hombres tienen más contacto con lo caliente y las mujeres con lo frío,
ya que éstas últimas generalmente están descalzas en sus hogares. El
ciclo vital es aumento de calor y los alimentos, rezos y bebidas (pox)
en los rituales aumentan el calor del cuerpo, lo que es bueno (Gossen,
1990:59-60). De aquí se desprende el siguiente principio cultural. El
principio del fogón podría estar alimentado por el mito de que la luna
es la madre del sol, es decir, quien lo cuida y alimenta, hasta que éste
crece y la enceguece, según el mito ya citado.
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El mito de La Llorona, presente en el Pozuelos actual, es parte de este principio, unido a la
diosa lunar y a la contraparte femenina, que representa lo frío y lo peligroso.
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Organización social y religiosa por el agua
Para entablar comunicación con sus deidades, los indígenas deben tener
personas “autorizadas” que ejerzan un cargo y que puedan interceder en
la comunicación entre ellos y los seres sobrenaturales. Las personas que
ocupan cargos en los pueblos indígenas se convierten en líderes, pero
también tienen el papel importante de ser un canal de comunicación
entre las cuestiones cotidianas y las sagradas. El sistema de cargos es un
sistema de intermediación entre el sistema social y el sistema simbólico
de los tzotziles. En el caso de Pozuelos, existen dos tipos de organización,
relacionadas con el agua: un grupo que podríamos llamar como de
organización social y que corresponde al denominado Patronato del agua,
y otro, de organización religiosa, que tiene que ver con el Mayordomo de
la Santa Cruz o Martoma Vo’, Mayordomo del Agua.
Aunque existe un paralelismo entre estos dos sistemas, de ninguna
manera tienen la misma jerarquía. El patronato tiene como función reparar
las tuberías de agua potable que provienen del cerro Tzonte’witz, es decir,
se ocupa de cuestiones cotidianas en relación con el agua potable. El
grupo del Martoma Vo’ se ocupa de las cuestiones sagradas y del festejo
del día de la Santa Cruz, fiesta del calendario indígena mesoamericano
por la que bordearé más adelante.
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Entre veinte o treinta años, que asigna una por año, depende en qué año
les tocó. Cada uno o depende hasta qué año se ha realizado el último
apartado, que esto se registra en listas de turnos. Por ejemplo, los que
quieran apartar turno para ser autoridad ahora, les va a tocar dentro de
once, doce o hasta veinte años. Depende hasta en qué año está apartado
(PGC).
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Organización social y religiosa por el agua
Sí, un mes y medio antes de tomar posesión del cargo, nos vamos al
pueblo (cabecera municipal) con las autoridades del pueblo de quienes
poseen el bastón de mando, entonces juntos nos trasladamos a una
cruz que le llaman “Alma”, entonces en este lugar es donde hacemos el
juramento para el cargo que voy a desempeñar, es como ir a recibir el
cargo antes (MDG).
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Nosotros, los encargados de los adornos tenemos que buscar, como por
ejemplo hoy salimos a las cinco de la mañana para buscar los adornos
y ya mañana lo vamos a poner en la cruz. (...) Es muy importante que
sembremos más pinos y el concón también, porque ya no crecen tampoco,
aquí ya no se da bien porque no es la tierra donde crece (MHG).
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Organización social y religiosa por el agua
Quiero que hagas favor, vengo a nombrarte, quiero que hagas favor
porque así lo pensé en que me acompañes, que trabajemos juntos, me
vas hacer el favor, que nos acompañemos y que lo veamos nuestro dios.
Porque quiero que me digas qué voy hacer, porque tú ya sabes cómo se
hace, porque ya fuiste dos o tres veces autoridad (MHG).
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Organización social y religiosa por el agua
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Organización social y religiosa por el agua
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determinó la línea donde pasaría nuestra línea (de agua potable), y vieron
que era posible que el agua llegara hasta nuestra comunidad el Patronato
y Don Guillermo porque siempre estuvieron acompañando a Don
Guillermo, entonces cuando estaban seguros que podría llegar hasta
aquí el agua, hicieron una reunión general y preguntaron si estábamos
dispuestos a trabajar. (...) La gente dijo: “Si el gobierno ya aprobó nuestra
solicitud, entonces por qué no, pues vamos hacer el trabajo.” Entonces
empezamos a trabajar hasta donde pudimos... Bueno, yo todavía no entré
a trabajar luego, porque los que empezaron a trabajar fueron solamente
aquellos que ya estaban casados o ya tenían mujer, pero como en esos
momentos ya me iba a casar, entonces me incluyeron para trabajar, por
eso vi cómo concluyó el trabajo; creo que terminamos en 1983.
Nosotros trabajamos 55 días cada padre de familia en la introducción
de esta línea.
Por eso vi cómo comenzaron los trabajos desde el inicio hasta el final,
hasta que llegó a Pozuelos. Entonces se construyeron tanques, entonces
probaron si llegaba bien el agua en la comunidad, entonces vimos que
llegó bien. Como esta línea lo hicimos entre dos comunidades, Pozuelos
y Saclamanton (Tdzamantón), por eso (es) que ese sagrado manantial
que está en Tzonte’witz o donde viene nuestra agua actualmente, antes
abastecía a las dos comunidades.
No sé cómo se enojó el Sagrado Cerro y el sagrado Anjel, porque de
repente vimos que comenzó a bajar la presión (del agua), por eso ahora
está baja la presión del agua, y más en la temporada de sequía. Será
porque están cortando muchos árboles alrededor del manantial, parece
que es así. Porque antes estaba muy bien, porque era suficiente para
abastecer el agua, se abastecían tres días en Saclamanton (Tdzamantón)
y tres días en Pozuelos. Estaba muy bien. Antes se derramaba el agua en
nuestro tanque. Como teníamos otro tanque cerca de la escuela, también
se derramaba, pero ahora ya no, ha bajado la presión, será por la sequía
o será porque están tirando árboles nuestros compañeros, como hemos
comprado una hectárea, pero sólo una hectárea.
Cuando se terminó el trabajo de la línea y quedó listo, entonces fueron
a poner una cruz, le llevaron ofrendas, le llevaron sal de esos enteros que
venden los zinacantecos, le llevaron tres piezas en el manantial, para que
nos mande más agua el Dios Anjel. Así también, la cruz que pusieron
es para que Dios nos bendiga y que ese bendito manantial nos pueda
abastecer de agua a las comunidades, y que no vayamos a sufrir sequías o
desabasto en el manantial y que siempre tengamos agua, porque tenemos
dos manantiales en ese lugar y ahí se pusieron las cruces y las ofrendas,
así también en los tanques de aquí en Pozuelos, también pusieron cruces
y ofrendas. Por eso comenzamos a celebrar cada 3 de mayo la fiesta para
nuestra agua, y ya no lo podemos dejar de festejar.
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Organización social y religiosa por el agua
Se puede realizar una división de las reglas comunitarias sobre los recursos
naturales en dos tipos: las externas, que tienen que ver con la relación
con otras comunidades o parajes, y las internas, que se abordan para
el caso de Pozuelos. En el caso de reglas externas, entre comunidades o
parajes, cabe señalar una serie de observaciones que tienen que ver con
una mirada desde la antropología jurídica, pero que se aplican igualmente
a nuestro escrito:
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Lavan donde el agua tiene corriente, ahí se forman en la orilla a lavar. (...)
No, ya lo saben todos. Porque las mujeres se dan cuenta cuáles son los
manantiales que es para tomar, que normalmente son donde tienen cruces
o donde está adornado, entonces lo respetan. Según los ancianos dicen
que si alguien lava en los manantiales, dicen que está molestando a la
comunidad, porque no se puede que hagan eso. Entonces para que laven
tienen que ir donde tiene corriente el agua, para que el agua se vaya por el
túnel que esta ahí (MHG).
También existen otras reglas comunitarias que no sólo tienen que ver
con el agua, sino con el uso de los recursos forestales y el uso ampliado
de los recursos naturales. He preferido hacer esta diferenciación en el
siguiente apartado.
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Organización social y religiosa por el agua
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Así se puede constatar, consultando el Códice Dresde, aunque todo el libro esté poblado
de estas alusiones, los almanaques 53 al 68 (de los campesinos y los Chaques), clasificados
por Thompson (1988).
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Eulogio Díaz Gómez, comunicación personal, 2005.
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Página 74 del Códice Dresde.
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Las cobijas se vende mejor los cafecitos, las faldas las de color negro, porque
lo pintamos de ese color con tierra negra. (...) Sí, esa tierra solamente hay
en donde hay agua, o es una zona lodosa, es tierra muy negra. Con esa
tierra lo ponemos a cocer con algunas hierbas especiales. Para que agarre
color necesitamos cocer por dos o tres días, también se venden mejor si se
le pone algunos peluches (RMG).
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Organización social y religiosa por el agua
Lo que sí sabemos es que el agua viene de los árboles que existen ahí,
porque ellos son los dan el agua; nuestros abuelos nos decían que tenemos
que cuidar los árboles donde existe un manantial, por eso cuando tiramos
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algunos árboles cerca, tenemos que sembrar más, porque la humedad que
guardan en la tierra cuando llueve es el que nos sirve para proveernos de
agua (MDG).
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
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Bernardino de Sahagún hace referencia también a esta costumbre en las culturas nahuas
del centro de México (Sahagún, 2002:460).
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
Sí, pero en la comunidad ya no existen muy ancianos, los más viejos son
de 65, setenta años, que son como cuatro o cinco personas, no hay más
viejos. Sí lo tomamos en cuenta porque son mayores que nosotros y saben
más que nosotros, por eso le pedimos sus opiniones acerca de nuestros
problemas y fiestas. (...) Principalmente son los relacionados a las fiestas,
preguntamos qué debemos dar, cuánto debemos dar, de qué tamaño, si
lleva refrescos, si es necesario el trago, si es necesario dar pollo... Todo eso
y también le preguntamos en qué mes estamos del calendario maya. (...)
Pero cuando necesitamos saber del calendario maya, entonces consultamos
a los ancianos de la comunidad (MDG).
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muerte, soñó que un ladino le salvaba la vida y le decía que daría servicio
a la sociedad, le reveló secretos de las plantas; posteriormente, este
hombre fue quien tomó la iniciativa para poner tres cruces en la entrada
de Pozuelos, poner la cruz de Pozuelos en el altar de San Juan Mayor en
el cerro Tzonte’witz, además de que encontró el manantial en el mismo
cerro, el que daría agua potable a la comunidad; ayudó en la construcción
de la línea de agua potable y fue parte del primer Patronato del agua;
ha desempeñado cargos en la comunidad, fue Martoma Vo’ y es, en
la actualidad, Yajvo´tik y Va’lej; por todo ello, puede verse que ha sido
asiduo defensor de la tradición del pueblo.
Precisamente el papel del Va’lej es el de mantener la tradición oral viva,
en lo que se refiere a la comunicación con los dioses. Las palabras, rezos,
plegarias o súplicas, como se definan, son importantes en las ceremonias
rituales, sobre todo en la de la Santa Cruz. El papel del Va’lej también
tiene que ver con la improvisación, así que las palabras sagradas, dirigidas
a los seres sobrenaturales, como el Anjel, tienen una parte de repetición,
pero mucho de improvisación, aunque el sentido sea lo más importante:
“Dicen los viejitos que todo lo que aprenden lo miran en el sueño. Así
vienen a sus mentes todos los rezos” (Jiménez Gutiérrez, 1996:65).
Y es así como las palabras hacia los dioses vienen a la mente de los
Va’lej. No se trata de aprender los rezos de otra persona, sino que los
rezos aparecen como una cualidad del individuo y los mensajes les son
transmitidos a través del sueño. Es por ello que los rezadores dicen que
las palabras nadie se las enseña, que dicen lo que sienten. Sin embargo,
los mensajes en los rezos tienen diversos grados de complejidad: los
elementos que aparecen en ellos pueden ser identificables, pero otros
elementos permanecen en la obscuridad. Tal es el paso de la metáfora
al símbolo, de la palabra del hombre a la palabra sagrada, de la
comunicación del hombre hacia la comunicación con la naturaleza y con
la sobrenaturaleza.
Junto al Va’lej, aparece el Yajvo´tik, el consejero, en su papel de
depositario de la tradición oral. Se trata de un personaje que tiene las
facultades de conocer los actos rituales para reproducirlos con sentido
intrínseco, es también el que conoce los significados de los elementos
que se usan en los ritos y en las celebraciones. Mientras que el Va’lej
guarda las palabras y los sentidos, a través de la metáfora, el Yajvo´tik
es quien guarda el sentido de los elementos rituales, quien hace
referencia a los símbolos. Diríamos que el Yajvo’tik es quien conoce el
funcionamiento ritual de los elementos que intervienen en las diversas
formas de simbolización, aunque el conocimiento de una simbolización
profunda no pueda ser expresado, pero es conocido dentro de su bagaje
cultural o en su inconsciente colectivo. Los significados de los elementos
62
La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
que intervienen en los rituales son bien conocidos por este personaje: el
tipo y número de velas, la disposición de los elementos, la organización
religiosa, el significado de las flores y arreglos que se ponen en los altares
y Kalvarios, el tipo de comidas, etcétera.
Algunas pobladoras de Pozuelos hablan de que se reúnen veinte
mujeres y que obedecen al Va’lej cuando les indica lo que deben preparar.
El Tzayavil puede tomar como ayudantes a algunas mujeres, quienes
también despachan la comida. Pero el principio de lo masculino prevalece
también durante la comida ritual: “Primero se les pasa a los hombres y
una vez que ya les tocó a todos, entonces le pasan también a las mujeres.
Primero los hombres” (VPP).
La observancia a las reglas de la tradición es obvia. El Va’lej es el
encargado de indicar el tipo de comida, pero son las mujeres quienes
preparan los alimentos rituales. En este sentido, las mujeres son
depositarias de la tradición oral, de la forma cómo se prepara la comida y
de qué debe hacerse. Aunado a ello, las mujeres son las que ponen el fogón
para la fiesta, lo encienden y lo cuidan. La ritualidad de las actividades de
la gente de Pozuelos no se circunscribe a los actos públicos, sino también
a los privados. En ellos, el proceso para hacer hilo, por ejemplo, mantiene
una ritualidad intrínseca. En ese hacer, las mujeres revelan su tradición,
su vuelta al pasado, su rehacer del mundo. También es notorio que pocas
mujeres hablan español, y es en esta actitud y conocimiento de su lengua
materna, que se tejen historias provenientes del ámbito familiar y del
ámbito del intercambio comunitario. Las mujeres de Pozuelos son las que
más historias cuentan acerca de sus leyendas y creencias, y las cuentan de
manera sencilla. Los hombres se detienen más para contarlas.
Dentro de las historias que la gente de Pozuelos cuenta están las de seres
sobrenaturales, algunos de los cuales difícilmente se pueden identificar
como prehispánicos; algunos otros son claramente producto de seres que
provienen del tiempo de la Colonia. Estos seres existen en la actualidad en
Pozuelos y los cuentos tienen que ver con advertencias, con los peligros
a los que se enfrentan los pobladores. Los seres sobrenaturales son parte
de eso otro que existe, son personajes que aparecen como respuesta a
la búsqueda de comunicación con otros derroteros, con otros planos de
la realidad. Estos seres se diferencian de otros, como el Anjel, ya que
son más terrenales, tienen que ver con el territorio, con la conducta de
las personas, más que con las puertas de comunicación con los dioses.
Estos seres terrenos pueden encontrarse más fácilmente, pueden verse,
escucharse. Los seres sobrenaturales que se identifican con los dioses,
63
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
El Valapa’tok
Es un ser que grita, que vive en las proximidades del Tzonte’witz y con
el cual es mejor no establecer comunicación: expresamente, algunos
pobladores de Pozuelos dicen que no hay que contestarle, porque
responde al diálogo y su visión es terrible. Tiene varias patas y su andar es
errabundo, lo mismo puede desplazarse hacia un lado que hacia otro. Su
presencia en absoluto es agradable y lo mejor es evitarlo. Es un ser con
el que no hay que entablar comunicación alguna, y eso lo coloca en otro
plano, además del terrenal, en uno de distinta índole a la de los dioses.
Su grito, un llamado, es parecido a la petición a través del rugido del
mar del personaje llamado Nanahuatsin, Juan Atzin o Tejé, en la Sierra
Norte de Puebla, entre totonacos y nahuas (Oropeza, 1998). Pero la
comunicación con él se hace imposible, si no se quiere su compañía. Del
Valapa’tok se dice:
El Valapa’tok, dicen que tiene pata por acá y pata por allá, cualquier lado se
camina, que camina para allá y se camina por allá, así le dicen, Valapa’tok.
(...) Asusta a la gente, cómo no va asustar a la gente si saber qué cosa será
ése, eso no lo sabemos, dicen la gente que existe (SDL).
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
Los naguales
Otros seres de los que hablan los pobladores de Pozuelos son de los
naguales, las almas compañeras, con formas de animal, que tienen los
indígenas tzotziles. Estos naguales viven en el cerro y el destino de ambos
seres está anudado: lo que suceda con uno, sucederá con el otro. En
Pozuelos sólo se registraron algunas menciones, pero lo importante es
que estos seres son protegidos por el Anjel. Mientras el Valapa’tok era
un ser solitario, el nagual tiende a ocupar el territorio con los demás
naguales; mientras el Valapa’tok vivía en soledad, el nagual es protegido
por el Anjel y convive con otros de su misma especie. El nagual también
tiene una comunicación especial con su contraparte humana y con los
dioses. Podría decirse que el nagual representa al intermediario entre el
alma del hombre y el corazón de los dioses y, en ese sentido, su papel es
total y absolutamente comunicativo. Un testimonio habla de la relación
entre el ser humano, el nagual y el Anjel: “Los Anjeles verdes, ésos son
buenos porque son los que nos dan de comer, son los que nos dan la vida
y nos cuidan, ellos cuidan nuestro nagual en el cerro y en el cielo, ellos nos
dan los alimentos.” (SLC).
La Llorona
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Yo: “¿Por qué son peligrosos los nuevos materiales que entran en
la construcción de una casa?”
M: “Porque vienen del monte y pueden comer el alma.”
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
en tu casa, te lleva donde está muy tupido, donde hay cueva, donde hay
sima, ahí donde te lleva, si llegas cerca donde te tira, dicen que La Llorona
se queda riendo, contenta ya. Si te lleva donde está más tupido, donde
está más espinoso, nomás que te mira, te molesta, se mira como si está
claro el camino, pero no, cuando te despiertas pues ya todo raspado, todo
lastimado. Es lo único que he escuchado (MHG).
El Sombrerón
El Negro
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Rezo 1
Como los siguientes, este fragmento de rezo fue dicho durante una
entrevista, en este caso, por el Martoma de la Santa Cruz, cuando se
hablaba acerca de la fiesta del 3 de mayo. Es, en verdad, un fragmento
minúsculo, tomando en cuenta otros rezos, como el recopilado por
Köhler (1995), que consta de 1,054 líneas (para el caso del alma vendida,
tratamiento por un curandero), o los recuperados por Montemayor
(1994), cuyo tamaño oscila entre noventa y cuatrocientas líneas. Es
una verdadera lástima no contar con un rezo completo en el caso de la
comunidad de Pozuelos. Sin embargo, los fragmentos de los rezos dan
pistas importantes sobre la significación.
En este rezo, el orador se dirige a un ser indeterminado. La primera línea
indica que se trata de pedir ayuda a un ser cuya autoridad permite que se
le solicite el envío de algunos seres o ayudantes. Durante la entrevista, este
ser no mencionado no aparece tampoco. Por el poder que se le atribuye
en la primera línea, supongo que se habla a un dios supremo, pero no
tiene nombre definido. El fragmento es una petición a los dioses y puede
subdividirse en tres partes: una, en donde se pide protección (líneas 1-
6); otra, donde se advierte de ciertos seres nocivos (7-9) y se cierra con
una petición de benevolencia (10-14). Aunque este fragmento podría
obedecer a leyes intrínsecas en un rezo, sólo se identifica una petición,
por lo que podemos conjeturar que se trataba no de poner un ejemplo de
cómo se reza en la fiesta del 3 de mayo, sino, precisamente, mostrar una
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
14
Oritia Ruiz, comunicación personal, 2005.
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Rezo 2
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
16
Cfr. la discusión que realiza Köhler (1995:98-118) sobre si se trata de peldaños o estratos
del cielo, interpretando varios datos de comunidades tzotziles y las observaciones de William
Holland.
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
Rezo 3
1 La tierra,
2 ahí pasa,
3 ahí es su camino.
4 Perdón, bendita tierra,
5 bendito cielo,
6 que ahí está pasando
7 la corriente de nuestro alimento,
8 de nuestra bebida
9 tu sangre,
10 tu caldo,
11 Dios mío,
12 señor Jesucristo, perdóname,
13 dile a tu Anjel,
14 que me lleve agua,
15 ahí donde está el tanque,
16 donde está la pipa,
17 Dios mío.
18 Será que los Anjeles malos lo están tapando.
19 Será que el Pop Anjel,
20 el Suy Anjel
21 y el Tzajal Anjel lo están tapando.
22 Será que le hablaron y le dijeron a tus hijos
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Al igual que el rezo anterior, éste también fue pronunciado por el Va’lej
de Pozuelos. Al recitarlo, mencionó que esta súplica estaba destinada a los
Anjeles, y por ello, después de la línea 17, cuando menciona “Dios mío”, el
Va’lej hizo una pausa para un breve comentario aclaratorio, reforzando al
destinatario del rezo: “Así es como rezo. Entonces como Jesús es el dueño
de la tierra, por eso ordena a sus Anjeles.” Si el rezo anterior se centraba
en un paso temporal, en este caso el Va’lej se encuentra en un trayecto
espacial: habla acerca de la tierra, del camino del agua, y no maneja
elementos temporales definidos. Así, esta petición de lluvia se centra más
en el espacio y en las características de los Anjeles, en lugar de la situación
temporal de la obtención del agua. El texto se puede subdividir en una
primera parte que centra la acción del rezo (líneas 1-5) y luego en una
segunda parte donde empieza el movimiento del agua (líneas 6-16) y la
petición directa. En una tercera parte del rezo encontramos a los Anjeles,
sus características y el hecho de que el agua no llega a donde se espera
78
La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
(líneas 17-28). Por último, el rezo concluye con una comparación entre las
esencias divinas y el agua, así como con el hombre y su alimento (líneas
29-44).
En la primera parte, el Va’lej establece a la tierra como lugar inicial de
donde todo surge y en donde es el camino natural del agua. Pero de la
tierra, en un plano horizontal, el rezador habla del cielo, logrando con su
discurso marcar un eje axial que delimita el centro de su lugar, la línea que
une tierra y cielo: demarca mejor el espacio cuando habla del camino del
agua, “la corriente de nuestro alimento” y que se refiere a los dos tipos
de aguas: tanto la subterránea como la de lluvia. Este especial fenómeno
logrado a partir de un eje axial en un espacio demarcado hace que el camino
del agua sea doble: que contenga los elementos del inframundo y los del
escenario celeste. Enseguida, la serie de comparaciones y repeticiones
demarca una asociación de “la corriente de nuestro alimento”, de nuevo,
con “nuestra bebida”, con “tu sangre”, con “tu caldo”, en referencia
al agua. Al seguir esta asociación podríamos mencionar que la sangre
del Anjel es el agua, es el caldo de la vida que da sustento a los seres
humanos. En el contexto ritual de la comida, se menciona “?Uch’beik me
li Ya?lele’ ”, que significa “beban el caldo, por favor”, (Vogt, 1993:308), y
que podría también estar haciendo referencia (dentro de la palabra ritual,
pero del simbolismo que esto presupone) a la comida y el sustento que se
ofrece después de los rezos. En ese mismo sentido, la sangre, símbolo de
fertilidad por antonomasia, podría interpretarse como un signo del mismo
comportamiento ritual, ya que se equipara a la savia del árbol, la sangre
del árbol del copal, que se quema y se ofrece en incensarios durante estos
rituales del 3 de mayo.
Al nombrar “Dios mío”, como dije líneas arriba, se pide a un ser
superior al Anjel que le ordene que lleve el agua a Pozuelos. Es importante
mencionar que aquí aparece un recorrido espacial basado en la tecnología
moderna, tomando como recipientes del agua los tanques y las pipas.
Casualmente se refiere aquí más al agua que brota del manantial ubicado
en el Tzonte’witz, que al agua de lluvia, ya que inmediatamente después
se menciona que los “Anjeles malos” están tapando el camino del agua,
en específico, tres tipos de Anjel. El Suy Anjel, del que sólo hay una
referencia del propio rezador, es uno de color gris y no se cuenta con más
datos. Sin embargo, se podría aventurar que suy tiene que ver con un
lugar donde rige la Madre de las aguas, una laguna llamada Sme’tik suyil
(Guiteras Holmes, 1996:270), que es mencionada por el informante de
Guiteras (Guiteras Holmes, 1996:167) y donde la mujer que se convirtió
en laguna llora con un sonido que reproduzco, de la misma fuente: “suy,
suy, suy”. Si esto funciona, también puede conectarse con la observación
de los habitantes de Pozuelos, cuando hablan de que hay Anjeles hombres
79
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
y mujeres. Por alguna razón, entonces, el Suy Anjel podría ser de carácter
femenino.
Hubo una creciente, dice mi madre, que casi iba a sumir la iglesia y que
llegó a San Miguel, a Santa Marta y a Magdalena. Hay un animal el
popchón que está tapando el sumidero. Las almas de las gentes
llamaron al alma del maíz la x’Ob para que buscara el camino del
agua, pero no lo pudieron hacer. Trató la x’Ob de San Pedro, la de San
Miguel, la de Santa Marta, pero no pudieron. Sólo la x’Ob de Magdalena
pudo matar la popchón, que tenía la cabeza dentro del sumidero. La x’Ob,
la Madre del Maíz de Magdalena, bailó, engañó, cantó y por eso volteó la
cabeza el popchón y ella le enterró en la cabeza el tsutsún tak’in (punta
metálica de flecha), abriéndolo en dos, y corrió el agua y así se abrió el
camino del agua (Guiteras Holmes, 1996:175).
17
Por su parte, Vogt ofrece la traducción de la palabra pop como estera o petate (Vogt,
1993:307). El informante de Guiteras Holmes explica que popchón “es culebra de petate,
como se llama” (Guiteras Holmes, 1996:209). Por otro lado, pop es también el primer
mes maya, cuando, en la época prehispánica, se celebraba el año nuevo y es símbolo de
autoridad (Soustelle, 2003:148).
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
crudos, hace referencia al alimento que llega a través del caldo divino y
de la sangre para sustento de la vida de todos los seres humanos, y de la
forma como así se relacionan (líneas 34-42), aunque, como se menciona
en el rezo, los habitantes de otros lugares estén ubicados fuera del paraje
de Pozuelos: lo que los une es el sustento vital del alimento, la sangre
de la tierra, el agua, el caldo sagrado que hace crecer los cultivos. Y aquí
aparece una referencia al maíz: “de cuerpo vivimos”, tomando en cuenta
el mito de que un dios otorgó un pedazo de su ingle (o de su axila) a
los humanos; es decir, el maíz, para que se alimentaran (Gossen, 1990:
411; Köhler, 1995:17). Al final del rezo, el Va’lej solicita que se arregle el
camino del agua. La petición ha sido hecha y se espera la respuesta de los
Anjeles y de los dioses.
Existe también la comunicación con otros seres, con los familiares que
han muerto y a los que se presentan ofrendas durante los primeros días
de noviembre. Los difuntos se han ido a reunirse con los padres-madres,
ancestros que viven en el interior de las cuevas, los Totil-me’il son, para el
Va’lej de Pozuelos:
Los Totil-me’il es para nuestra alma, porque ellos son los que nos reúnen,
hay Totil-me’il en el cielo, hay Totil-me’il en la tierra y hay Totil-me’il en los
cerros, ellos son los que nos cuidan y nos dan los alimentos, tienen una
comitiva como un presidente, un secretario y unos que tienen la lista de los
nombres en el cielo y en la tierra. En la tierra son los que hacen las fiestas
y caminan con sus banderas, con sus tambores y sus músicas, ellos son los
Totil-me’il. Por eso cuando una persona va a topar en el camino a uno de
ellos, esta persona se muere rápido (SLC).
Los Totil-me’il son los ancestros que cuidan a los seres humanos desde
su morada. Vogt los llamó “dioses ancestrales” (1992:89) y Köhler (1995:
143) tiene razón en denominar como desconcertante este mote, ya que
no son estrictamente dioses, sino ancestros. Pertenecen también a otro
plano de la realidad y son muy importantes ya que representan la liga
con un pasado tradicional, que da sentido al presente. Ellos comparten,
con los difuntos, otro lugar, otro espacio y otro tiempo. Las fiestas de
muertos en noviembre son especiales para entrar en comunicación con
ese ámbito, distinto. Como se ha visto, los Totil-me’il también habitan los
cerros y tienen la función de “cuidar” y dar alimentos. En los fragmentos
de rezos dirigidos a los muertos, los ancestrales padres-madres aparecen
como en una alta jerarquía. Estos rezos se dicen en los altares domésticos
durante las celebraciones y fueron recuperados, como los demás, en
82
La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
Rezo 1
1 Dios mío,
2 tú que nos permitiste llegar al complemento del año,
3 al complemento del día.
4 Te pedimos que nos permitas estar vivos
5 para el otro año del amanecer,
6 para el otro año de la tierra.
7 Te pedimos, señor, que sigas llorando,
8 que sigas gritando.
9 Mándanos los tres cielos de agua,
10 los tres cielos de tu gracia
11 para que sea así el próximo año.
12 No nos llames todavía, no nos quieras todavía
13 estamos llegando al complemento del año,
14 el complemento del día, Dios mío
15 que nos permitas estar parpadeando,
16 que todavía esté parpadeando nuestra cara
17 y que para el próximo año,
18 se convierta en un año,
19 se convierta en un día.
[DSP]
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Rezo 2
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
Muchos autores que han estudiado las etnias de los Altos de Chiapas han
mencionado en varias ocasiones la importancia de los sueños. Por ejemplo,
Vogt hace referencia a que un chamán debe soñar tres veces que los dioses
le llaman, antes de convertirse en un verdadero curandero (Vogt, 1993:
51); Calixta Guiteras Holmes registra que su informante, Manuel Arias
Sojom, le menciona que es el Ch’ulel quien actúa en los sueños (Guiteras
Holmes, 1996:130); Gossen (1990:213) prefiere abordar los sueños como
una forma que apoya la tradición, aunque en su opinión un curandero se
hace en la práctica y en la observación; por su parte, Laughlin dedica todo
un libro a los sueños de los zinacantecos (1992) y menciona que ellos
reconocen que los sueños son parte de la vida: “Los asuntos diarios de
la vida cotidiana, ‘sobre la faz de la tierra’ (ta sb’a b’alamil), se resuelven
en el mundo de los sueños, el mundo de los espíritus. No hay descanso
durante la noche (Laughlin, 1992:396).
La cotidianidad, la vigilia, el sueño y lo simbólico son parte de la misma
existencia y todo está conectado, no existen diferencias sustanciales.
Como rasgo cultural, los sueños no están ausentes en la vida cotidiana de
los pobladores de Pozuelos. La vida onírica es el complemento de la vida
cotidiana, conciente. Es así que los dioses y los entes sobrenaturales se
comunican con la gente a través de los sueños: es un canal de comunicación
abierto en el que los símbolos son muy importantes y su interpretación
debe ser acertada para actuar en el mundo consciente de acuerdo con el
mensaje transmitido por los dioses. Pero, como hemos visto, los dioses no
se comunican por medio de la palabra con los humanos, sino a través de
signos y símbolos y mediante un lenguaje cifrado. Así, el espacio onírico es
un puente entre la conciencia humana y la supraconsciencia de los dioses
y de los ancestros. Existe, sin embargo, un tipo de deidades que sí hablan,
los santos habladores o las cajitas habladoras, que he mencionado en un
capítulo anterior. En los sueños, los dioses muestran signos y hablan. A
veces los sueños revelan la palabra directa de los dioses, como enseñanzas
de maestros a aprendices, o a veces denotan acciones, o sentimientos.
El soñador intuye, de acuerdo con su propia sensibilidad, el mensaje que
se le quiere transmitir y, de esa manera, se encuentra en comunicación
con los Anjeles, con los ancestros o con las demás deidades. En Pozuelos
los sueños aparecen, sobre todo, de manera importante en el Va’lej,
pero no se excluye a los demás habitantes del lugar de que los dioses se
acerquen a ellos y les transmitan mensajes que deben ser comunicados a
la comunidad.
Los curanderos (‘Ilol) y los rezadores (Va’lej) son los que tienen,
privilegiadamente, el acceso al mundo onírico donde se manifiestan los
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Hasta que pusimos después la cruz que está enfrente de mi casa, esto lo
pusimos porque soñé una vez. Solamente había una cruz, pero dice que
está muy solo y que quiere compañía. Entonces les dije a la gente lo que
había soñado y por eso pusimos tres cruces (SLC).
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
Es común que los encuentros con los Anjeles o los Dioses de la tierra
y del agua sean mencionados como encuentros con mestizos o con
ladinos. Lo interesante en este sueño es que la enfermedad del que se
convertiría en rezador y curandero era el prólogo a su encuentro con el
dios que le otorga el poder de curar. Una visión del sueño podría ser
interpretada como la visita a la casa del ser sobrenatural, donde el Va’lej
ve varias plantas, un manantial y la abundancia, tal y como se describen
las casas de los seres que habitan en los cerros. La visita onírica del Va’lej
a la casa del ser sobrenatural está acompañada de la enfermedad y del
conocimiento. Es común encontrar en los relatos de los tzotziles que,
cuando una persona es llamada para ser curandero, debe visitar tres
veces a los seres sobrenaturales. Para el caso de los zinacantecos, por
ejemplo, Laughlin señala eso, precisamente: “El que aspire a convertirse
en curandero debe comparecer tres veces ante los dioses en la montaña
del Calvario (Kalvaryo)” (Laughlin, 1992:21).
Un curandero de Chenalhó, entrevistado en las instalaciones de la
Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas (Omiech) en
San Cristóbal de las Casas, también mencionó su experiencia personal
cuando se convirtió en curandero:
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Sí, en el sueño... Así cuando ya como salimos uno de quince años, dieciséis
años ya lo sé todo, soy curandero. Soy curandero. (...) (Los que aparecen
en el sueño dicen) Es que venimos del dios, estamos dando vela, dando
incienso, dando todo, la punta de ocote, el cuartito de trago, de copita,
todo, me está dando todo, aquí en mi sueño, pues cuando el rezo, pues,
no sabemos qué cosa es, pues, que estamos platicando con mi mamá,
con todos, con mi tío, pues así, no sé por qué estoy soñando. No, te vas a
quedar de curandero, dice, pues, y se fue. Ah, bueno, está bien, perfecto,
tanto aquí en tu corazón estás pensando, a ver si es cierto, estoy pensando
así, pero como quedó cierto que soy curandero, ahora sí, así me quedo,
porque no me va a fallar el sueño, pues, todo noche, todo noche, todo
noche, viene un gente ladino, viene a platicar, “¿Cómo estás don Victorio?,
¿cómo está usted?”, y se fue, ¿sí? “Venimos a platicar, venimos a conocer
cómo está”, dice, pues, dice un gente ladino. “Bueno, aquí estoy.” “Tá
bien, ¿no está enfermo?” “No, gracias a dios no estoy enfermo.” “Está
bien, sí, ahí te cuidas mucho”, dice (...), van visitando como es cierto para
visitar, pues, así está el sueño, así está el sueño. Sí, así empezó todos así,
creció, pues (VVG).
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
sus comidas”, que así le dijeron. “Pero ya no llego porque ya estoy viejo,
está muy lejos”, que así le contestó. “Te voy a dar tu bordón y nos vamos
despacio”, que así dijo otra vez el mestizo. Y que se fueron, pero antes de
llegar al cerro, que le dijeron el señor: “Espérame aquí, voy a ver si está
el gobernador”; luego regresó y dijo de nuevo: “Ahí está, vamos”, que le
dijeron. Entonces que entraron y hablaron con un señor, y que dijo: “¿Qué
quieres?” Y le contestó: “Nada, sólo porque este señor me trajo porque me
dijo que aquí tienen almacenada toda la comida.” Y que dijo: “Ah, ¿qué
religión eres, estás aprendiendo otras cosas?” Y que le contestó: “No, no
estoy aprendiendo nada.” Entonces dice que abrió sus ventanas y puertas,
y cuando vio el señor ahí estaba almacenado todo tipo de comida, ahí
estaba el chile, el maíz, el frijol, el tabaco, la caña, el plátano, ahí estaba
todo, entonces que dijo: “Esto es porque dicen que los cerros ya no sirven,
y por eso ya no llegan a dejar ofrendas, por eso lo juntamos en los cerros,
porque sus Totil-me’il venían a dejar ofrendas tres veces al año, uno al
inicio del año, uno en medio y otro al final del año, pero ahora ya no es así
porque están practicando otras religiones, entonces quiero que le platiques
a tu gente lo que estás viendo. Ahí donde quedaste parado quiero que
ahí sea mi lugar de descanso, ¿sabes qué es eso? Es esto que tengo aquí,
que era una cruz que estaba ahí, entonces quiero que traigan una cruz
ahí, porque la cruz sirve para descansar, los que saben ponen su cruz en
el camino, porque ahí se platica, ahí se descansa, y que la cruz es la que
recibe las peticiones para que luego lo pase con Dios”, que así le dijeron
el señor. “Ahora tampoco usan el pox, porque nosotros necesitamos para
platicar nuestros asuntos”, que así dijo el señor.
Esto que te estoy contando tiene como dos años que el señor de San Juan
Cancuc me dijo. “Que la cruz es para que arreglen sus asuntos y descansen
los Anjeles. Por eso cada paraje tiene sus cruces, tienen sus cruces dentro
de la casa y afuera de la casa.” (SLC).
Así como el Dueño del cerro o el Anjel pide que se le siga rindiendo
culto, y las maneras de hacerlo, como la colocación de la cruz, símbolo
del descanso, de comunicación entre los humanos y entre los humanos
y los dioses, también hay sueños donde se piden ofrendas y cómo deben
hacerse:
Es el regalo que se lleva, porque es para que lo coman los dioses, el incienso
es un perfume, igual como utilizan los mestizos, porque lo he soñado y me
han dicho, si le ponemos suficiente incienso, ellos sienten que sus cuerpos
se calienta y que tampoco les da hambre, así me dicen en mi sueño (SLC).
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Nos pasó una vez cuando mi difunto hijo estaba como (miembro del)
Patronato (del agua). Fueron a componer algunas tuberías, pero no podían
componer. Entonces una noche soñé y le fui a rezar y dejar ofrendas, hasta
ahí se compuso. Por eso el agua camina mediante ofrendas y velas. Hasta
que los Anjeles reciban sus regalos, porque la envidia se concentra en ellos,
por eso hay que contentarlos con velas cuando esto sucede (SLC).
Porque el Anjel que se presenta en los sueños es otro. (…) Sí, eso lo
podemos ver cuando soñamos que estamos en algún lugar y que de
repente nos molestan, y vemos a mucha gente, que nos pasa algo cuando
estamos haciendo alguna actividad. Pero lo que no estoy seguro es que si
también es un Anjel (MDG).
Testimonio 1
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
Testimonio 2
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Testimonio 3
Existen tres, dos San Juan, uno menor y otro mayor, y el otro es San
Lorenzo. Los zinacantecos llegan a este lugar porque dicen que una
vez la iglesia de San Lorenzo en Zinacantán se quemó, pero uno de los
viejitos de Zinacantán soñó que San Lorenzo se había escapado al cerro
de Tzonte’witz. Por eso existen tres lugares donde se puede rezar, y se
dice que ellos son los dueños del cerro y que abastece de agua a todos
los lugares aledaños al cerro, incluso hasta San Cristóbal, porque tienen
manantiales y ojos de agua alrededor del cerro. Por eso llegan a dejar sus
ofrendas la gente (MDG).
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La tradición oral en Pozuelos y la significación del agua
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
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en su vestir, en su actuar... Los signos están ahí, esperando que sean leídos,
pero los propios tzotziles viven con y se han acostumbrado a ellos, por
eso pueden mantener su tradición viva. Su respuesta “es la costumbre”,
como han consignado varios autores que han hecho trabajo de campo
en los Altos de Chiapas, demarca esa tradición. Así, de forma natural, los
tzotziles de Pozuelos hablan de los poderes del mundo sobrenatural, de
los poderes del Anjel, el Dueño de la tierra.
La importancia tanto del agua como del fuego para los tzotziles de
Pozuelos está patente en sus actividades cotidianas: el cuidado de la milpa,
el acarreo de leña, el traer agua, teñir la lana, tejer, cocinar... Y se hace
patente también al observar su forma de vida, sus costumbres, los lugares
que tienen como sagrados, el espacio en sus hogares, la importancia del
fogón. Todo ello también tiene un papel importante en la diferenciación
frío-caliente, presente en la cultura tzotzil. El mundo sobrenatural, como
lo llamamos desde nuestra cultura, juega un papel sustancial en la vida
cotidiana de los habitantes de Pozuelos, pero para ellos es una dimensión
de la propia vida. Los rituales que llevan a cabo los tzotziles están ubicados
en tres lugares principales:
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
y que estos animales nacen al mismo tiempo que el ser al que están
unidos. Los animales se encuentran en corrales en las montañas sagradas
y reciben todos los cuidados de los “mayores” o ancestros. Si el animal
corre peligro o es dejado fuera del corral, el alma humana padecerá
enfermedades y correrá la misma suerte del nagual.
Pero los cerros no son sólo el lugar donde habitan los animales y son
cuidados, sino que también son los depósitos de agua y, en gran parte de
la tradición mesoamericana, los recipientes o bodegas de agua, como lo
explica López Austin: “(el dios Yahwal Balamil) del interior de la tierra y a
través de las cuevas libera las nubes cargadas de agua. Yahwal Balamil se
ostenta como dueño de todos los productos de la tierra.” (López Austin,
2000:110).
Los manantiales son pasajes, puertas de entrada de comunicación con
los seres que gobiernan el universo y que delimitan su estancia a través de
la tierra. Para el caso de los zinacantecos:
Las cuevas de rayo son también lugares donde moran los Anjeles,
lugares de culto, lugares de entradas al mundo sobrenatural. En cuanto a
este tipo de cuevas, un poblador de Pozuelos menciona que:
Lo que han dicho es que hay un lugar cuando lo miran donde sale el
rayo. Lo miran los viejitos, lo miran donde sale el reflejo del rayo, pues no
ahí es una cueva sagrada, ahí sale el rayo dicen. (...) Entonces qué vamos
hacer, pues vamos a poner cruz, pues vamos a rezar cada año, ahí donde
empiezan a poner las cruces o llegan a rezar cada año, ahí se empieza pues
la fiesta. (...) Sí, donde llegamos a rezar nosotros allá, hay más allá arriba, y
por eso así lo hacen la fiesta, ahí enfrente de mi casa, ahí hay cerca (cuevas
de rayo), más adelante también hay, ahí hay bastante. Bueno, dice así la
gente... (MHG).
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Los Kalvarios
Posiblemente los Kalvarios que existen en Pozuelos sean réplicas del cerro
sagrado, el Tzonte’witz. Estos espacios se encuentran situados en tres
partes altas de Pozuelos, en cerros pequeños, y uno, el cuarto, situado
en el patio de la escuela, cerca de lo que podría considerarse la entrada a
la comunidad. Se trata de espacios sagrados donde acude la comunidad
para realizar algunas ceremonias. Su significación es un cuanto obscura,
porque las respuestas que otorgaba la población de Pozuelos en relación
con ellos eran un tanto tautológicas. Queda claro, sin embargo, que los
Kalvarios son lugares sagrados, como lo demarca la cruz en cada uno
de ellos, y cuya función específica es la de proteger a los habitantes. Los
Kalvarios son altares en forma de pequeñas casas que tienen un nicho
en la parte de abajo para poner veladoras y ofrendas. En la parte de
arriba tienen una cruz azul y son lugares donde también se pide agua
a los Anjeles. Parecería ser que son lugares donde los Anjeles vigilan,
permanecen y cuidan a la comunidad. Se escogen las partes altas para
colocar los Kalvarios, aunque la explicación para el ubicado en el patio de
la escuela, fue la siguiente:
Hay dos versiones sobre los Kalvarios: la primera hace alusión a que
los viejitos fueron los que fundaron los primeros Kalvarios y escogieron
los lugares precisos. Así lo indica, por ejemplo, una de las mujeres de
Pozuelos: “Es para que pidan también el agua. Estos lugares lo han
dejado desde nuestros antepasados, ellos le denominaron Kalvarios, que
es donde le llegan a dejar las ofrendas a los Anjeles.” (RMG).
Tal vez la referencia del testimonio anterior tiene que ver con la
sacralidad de los cerros, de los lugares donde fueron puestos los Kalvarios,
ya que un entrevistado menciona que es en verdad reciente la construcción
de estos altares:
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
Los Kalvarios sirven para que las cruces nos cuiden o nos protejan, por eso
existen tres Kalvarios. En los Kalvarios se escogieron los cerros más altos de
la comunidad, estos tres Kalvarios protegen a nuestra comunidad o paraje.
Se le celebra en noviembre para que nos protejan y nos cuiden durante
el tiempo que estamos vivos. (…) En noviembre celebramos la fiesta del
medio año que es la festividad de los Kalvarios, en esta fiesta le pedimos
a dios para que no cuide y nos proteja para el siguiente año y nos permita
estar juntos todos de nuevo (MHG).
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
se toma agua para beber. Los demás fosos (para que beban los animales
y para lavar ropa) no tienen ninguna cruz, esto es porque esos lugares
fueron construidos, fueron intervenidos por las acciones humanas.
En la visita a los Kalvarios, mientras Manuel Hernández hacía una
explicación erudita sobre varios asuntos de la cosmovisión tzotzil, de la
función de los Kalvarios y la fiesta del 3 de mayo, encontramos varios
fosos que almacenaban agua, pero que nuestro guía mencionaba que no
eran sagrados. Luego supimos el por qué:
Los pozos que son escarbados por la gente y no sale el agua ahí, ésas no
se le ponen cruces, sólo donde sale el agua como son los manantiales,
entonces ésos sí se pone las cruces, pero por ejemplo esos que digo no
tienen (se refiere a los pozos u ollas de agua de tierra hechas por ellos).
¿Sabes por qué ponemos las cruces en los manantiales?, dicen que porque
ahí es donde obtenemos nuestro alimento, o sea, que es lo que nos
permite vivir, por eso es muy respetado y ponen las cruces (MHG).
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Creo que San Juan ya es la réplica, porque el original es San Juan Bautista,
el que bautizó a Jesús, él es el mayor. Porque cuando nació Jesús buscó a
sus apóstoles y ahí estaba Juan, Pablo, San Lucas, Pedro, como eran doce
apóstoles. Pero estos son réplicas o son como hijos que fueron bautizados,
a lo mejor así fue. (…) No, lo que pasa es que San Juan Menor es el
andante, es como en la iglesia que hay un mayor y otro menor, el mayor es
18
Veánse los trabajos compilados por Broda, 2001, 2001a y Albores, 2003, mencionados en
la bibliografía del presente libro.
19
Para conocer otros relatos de la llegada de San Juan a Chamula, consúltese Gossen,
1990.
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
Los Anjeles son los que están en los cerros, donde llegan a encender velas
y donde hacen fiesta, en Tzonte’witz, es Anjel. (…) Porque es el que tiene
el agua, es el que tiene guardado el agua, dicen que son encima del mar,
encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel. (…) Es el que cuida el
agua, ahí da todo. Porque el cerro de Tzonte’witz casi todo lugar, no hay
lugar donde no tienen agua, donde no tienen manantial, donde quiera
el manantial, va para abajo, va para allá, para acá y viene de aquí, todo
regado los manantiales, no sólo por uno, por eso dicen el Anjel. (…) El
3 de mayo hacemos fiesta, llegan hasta en el cerro, primero pasan a mi
pueblo de Chamula, aquí mismo regresan hasta el cerro de Tzonte’witz,
donde dicen San Juan y San Lorenzo, ahí dicen que hay varios señores que
viven en el cerro, dicen, pero no lo sabemos nosotros, ahí está cada quien
sus lugares, donde viven los señores, ahí viene a encender velas, cohetes,
guitarras y ahí nomás eso (SDL).
No hay nada, sólo que ahí vive San Juan, o sea, es su casa, todo lo que tiene
como el maíz, el dinero y todo lo que tiene con sus hermanos menores,
está ahí todo. San Juan está en Tzonte’witz pero también está sentado en
el cielo, nomás que tiene su casa aquí en la Tierra. Ahí están sus cosas, ahí
está su dinero, su maíz, su borrego, sus vacas, ahí está todo (SLC).
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Sí, ahí vive. Los que saben cómo debe ser, se van a dejar ofrendas en el
cerro porque ahí vive el señor. Pero es cierto que ahí vive, porque desde
que fuimos a dejar la cruz en el cerro, ahora ya no ha crecido mucho
la helada, si crece todavía pero ya es poquito, no como antes que era
demasiado lo que crecía (SLC).
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En Pozuelos también existen las cuevas de rayo, casas del rayo o Sná Anjel.
Se trata de lugares sagrados donde habitan los Anjeles también. A uno
de esos lugares sagrados fuimos guiados por Manuel Hernández, uno de
nuestros informantes. La cueva de rayo que visitamos está cerca de la casa
de Manuel, atravesando su milpa y subiendo una pequeña pendiente. Ahí,
entre la maleza, estaba la entrada: la semejanza con un arco maya fue la
primera impresión que me causó. Esa puerta en especial era un lugar al
que fácilmente uno podía verse transportado; creo que fue ahí cuando
entendí cabalmente el símil de las cruces como puertas hacia el mundo de
los dioses. Dentro, un espacio reducido, donde cabíamos apenas cuatro
personas, pero al fondo, mientras la poca luz se filtraba entre las rendijas
de esa cueva, veíamos una cruz. Para llegar a ella sólo podía hacerse de
una persona a la vez y nuestro guía nos mencionó que el Va’lej era el
único que entraba en esa cueva a rezar. Los demás que lo acompañaban
deberían esperar afuera. Este lugar, Manuel mencionó varias ocasiones
que era sagrado y en verdad lo tenía en alto respeto. A primera vista el
lugar parecía una construcción, pero Manuel fue enfático:
Es natural, es muy bonito, lo dejó así el Diosito. Como que está construido,
pero no, es natural. Hay unas partes, hay como tres o cuatro cuevas así
están. Hay otro allá y hay otro más allá, que son así, están bonito las cuevas
(…), o sea, así nada más están pegaditos con medio o sea con piedras nada
más. Lo dejan la cruz así, hay unas partes así nada más, no todas las partes
así que hay cuevas, pero siempre ya lo saben la gente que si lo escuchan el
ruido donde sale el rayo lo respetan pues, el sonido lo respetan. (…) Desde
que me acuerdo esta cueva así es, ya estaba así, no cae, hay otra cueva
más allá pero no lo consideramos todavía casa de rayo, pero hay otra cueva
muy bonito también, está aquí nomás adelante (MHG).
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algún Anjel la habita, signo que puede ser un reflejo de luz, un rayo, un
trueno:
El casa de rayo lo hacen donde hay una persona que lo escuchan donde
sale el rayo, o sea que piensan que ahí está el Diosito; el Diosito ahí es su
casita, por eso lo respetan con un crucito. Si lo escuchan donde sale el
rayo, aquí es una gran casa de rayo. Antes, cuando vivimos muy cerca aquí
más abajito, escuchamos, hasta lo vimos el reflejo. (Desde) La casa de veras
se mira que llega el reflejo, de la casa ahí donde estábamos antes. (…) Yo
me acuerdo cuando era yo niño (que) el reflejo llega(ba) dentro de la casa.
Por eso lo respetaron esa cueva, ya lo saben que aquí está la casa del rayo
(MHG).
Las cruces fuera de las casas son para resguardar a los habitantes,
para protección, al igual que las cruces de los Kalvarios. Por lo regular
también se ponen unas pequeñas cruces en los tejados, con igual función.
En algunas casas las cruces de patio se encontraban muy deterioradas
durante las primeras visitas que realizamos a Pozuelos, es decir, en los
meses de junio y julio. Para el mes de noviembre todas las cruces habían
sido pintadas y arregladas, con motivo de las fiestas dedicadas a los
muertos. Es en este mes que ocurre otra celebración importante que
marca la mitad del año. La organización de los adornos para las cruces
de los Kalvarios, de la entrada del pueblo y las del manantial, también
es hecha por el Martoma, y, al igual que en la fiesta de la Santa Cruz, se
ofrece una comida, el compiral.
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Cruces y encrucijadas
En torno a Pozuelos hay otras cruces que son las que aparecen en algunos
caminos o en encrucijadas o en descampado. La más importante es el
grupo de tres cruces que se alza sobre un altar, a la entrada de Pozuelos,
frente a la casa del Va’lej, en una encrucijada. Es un punto de reunión
y es un punto que demarca la existencia de la comunidad. Al igual que
las demás cruces, como las de los manantiales y Kalvarios, se adorna
con bromelias, ramas de pino, concón y kilón. Y en todas las cruces se
suman las flores de sempasúchil durante noviembre, en las celebraciones
de difuntos. Pero hay también otro tipo de cruces, las de camino, que
aparecen, por ejemplo, yendo hacia el Tzonte’witz, y que se encuentra
frente a un cementerio. La cruz cuida también a los muertos.
En el terreno donde se ubica Pozuelo hay varios altares con cruces que
pueden verse en la espesura. En éstos también hay adornos, de acuerdo
con la época del año. Cerca de este pozo está la delimitación entre el
municipio de Chamula y de San Cristóbal de las Casas, marcada por una
línea de alambre de púas. Hay cruces del otro lado, que pertenecen a San
Cristóbal, y hay cruces que pertenecen también a la comunidad vecina
de El Pinar. En total existen de 21 a 23 “Kalvarios pequeños”, como los
denominó Don Manuel Díaz Gómez. Así, de esta forma, en Pozuelos y sus
inmediaciones existen varios puntos de contacto con los dioses.
Iglesias
Otro punto ritual son las iglesias. Por un lado están las que se ubican en
la cabecera municipal de San Juan Chamula, pero también Pozuelos tiene
una pequeña iglesia, construida por el Martoma en funciones durante
2004. Esta iglesia está dedicada a San Isidro Labrador, San Isigro, el
patrono de la comunidad. La fiesta del santo se ha hecho coincidir con el 3
de mayo y, con el cambio de Martoma, también el santo cambia de casa.
Ocho meses antes de que haya este cambio de autoridades, el próximo
Martoma debe arreglar la casa donde irá a vivir el santo. La persona que
lleva el control de la lista de autoridades también tiene la responsabilidad
de vestir a San Isidro:
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se pusieran tres cruces. La introducción del culto a San Isidro aparece tres
años después de que se instaura la celebración de la Santa Cruz, como lo
menciona uno de los entrevistados:
Entonces dijeron que se tenía que respetar la cruz, por eso cuando la
persona que solicite el cargo, tiene que tener un lugar exclusivo para
la cruz, aparte donde duermen y comen. Los que iniciaron esto fueron
los que han ocupado algún cargo en el pueblo, como había varios en la
comunidad, entonces ellos organizaron a la gente y reflexionaron que no
estaba bien como se estaba haciendo la fiesta y que se debía respetar la
cruz. Antes era una cruz lo que traspasaba, porque no estaba todavía la
imagen de San Isidro. Entonces la gente pensó que se debería respetar más
la cruz, porque proviene desde nuestros ancestros, y ahí pagó nuestros
pecados, derramó su sangre y murió por nosotros. Entonces dijeron que
también nosotros debemos respetar más por esa razón. Por eso que se
debe de tener un lugar específico para la cruz (MDG).
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
Antes de comenzar con la fiesta es necesario tener una junta para los
preparativos, en la que se define el gasto para la fiesta, el dinero con que
debe cooperar cada familia y los elementos que son necesarios (velas,
camaro, incienso, flores). Esta reunión se lleva cabo con el Martoma y con
su asesor, el Yajvo´tik. Luego, los días de celebración son tres, del primero
al 3 de mayo:
Llegan todo el paraje, nos juntamos todos los días 1, 2 y 3 de mayo. (…) El
primer día es para preparar las velas, veladoras y música que se van a llegar.
El segundo día es para ir a rezar en los lugares sagrados, empezamos en
la iglesia de la cabecera municipal que es la iglesia de San Juan y después
vamos a un lugar sagrado que tenemos en el cerro de Tzonte’witz, y ahí
llegan mucha gente de varias comunidades y hasta llegan Zinacantecos.
(…) Nosotros llegamos el día 2 para rezar, después de que regresamos
de este lugar, nos vamos a los otros lugares sagrados de la comunidad
que son los cerros a lo que llamamos Kalvarios. (…) Para el día 3 de mayo
sólo hacemos fiesta aquí. Aquí tenemos un santo que se llama San Isidro
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El Mayordomo es el que tiene que dar, el tiene que comprar maíz, frijol,
chile, sal y café, pero si siempre es bastante lo que tiene que comprar,
entonces siempre se realiza un gasto fuerte. (…) Si el Martoma no tiene
dinero para comprar las cosas, entonces tiene que pedir prestado. El maíz
se acaba de cuatro a cinco costales por cada fiesta, también el frijol se
acaba de tres a cuatro litros, pero se puede combinar un poco si hay
verdura, tomate en caldo, lo que haya para comer. Entonces el Martoma
es el que compra todo, la gente sólo acompaña. También los trastes tiene
que comprar, los canastos para las cosas y las ollas para cocer la comida
(MDG).
Como hemos visto, las ofrendas que se llevan a los Anjeles en esta
fecha constan de incienso, velas; se adornan las cruces con flores y ramas
de pino y se hacen rezos. Cada una de estas ofrendas se conecta con uno
de los sentidos: la comida para los dioses es el incienso, que tiene que ver
tanto con el sentido del gusto como del olfato. Las velas tienen que ver
con el sentido de la vista, los rezos con el sentido del oído, que también
se acompaña con la música y con el camaro. Los adornos de la cruz,
como se ha dicho ya, representan la casa, y, según los rituales tzotziles
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
Si, todavía celebramos, ahí asistimos para llevar, música regional, con
guitarras, acordeón y también cohetes, como nuestros antepasados lo
hacían, los que saben cómo son los católicos tradicionalistas, que es ahí
donde rezan, queman velas y veladoras. Ahí se hincan y piden que no
falte el agua y la comida, el maíz y el frijol. (…) No, ahí se pide, el maíz, el
frijol, la papa, las verduras, sus animales domésticos como caballos, perros,
gallinas y borregos, todo piden que esté bien todo. Le piden a las cruces, a
la tierra y las cuevas o lugares sagrados (MDG).
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Menor, uno para San Lorenzo, otro para Pozuelo y otro para el manantial
mayor. Pero las ofrendas no son iguales para cada uno, hay unos que son
más que otros. (…) En el altar principal (San Juan Mayor), así también en
los manantiales es diferenciado la cantidad de ofrendas, pero en el altar de
San Lorenzo y de San Juan Menor es la misma cantidad de ofrendas que
se llevan (MDG).
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
Aunado a esto, hay todo un lenguaje ritual para entregar a San Isidro
y el cargo de Martoma, incluyendo un episodio donde se da, de nuevo, el
acto simbólico de cuidar del santo patrono, el abrazo:
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
El Día de Muertos
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Se queman velas, para que los muertos puedan ver su comida dentro
de las casas. Al igual que la fiesta del 3 de mayo, la comunidad coopera
para la compra de flores, que adornarán los Kalvarios y las cruces de
Pozuelos, así como las que están en el manantial:
Según una entrevistada (DSP), las flores sirven porque los muertos
“… ahí llegan a persignarse. Dicen que ya no es igual como vivimos en
la Tierra que no nos persignamos sino que ahí lo tenemos de compañía
todo el tiempo.” Las ramas de pino ofrecen sombra y perfume a la cruz
del difunto y a las almas de los muertos. Primero, las almas de los muertos
llegan a la cruz de patio, donde se persignan y, en algunos casos, ahí
mismo, en la base de la cruz, se les deja una naranja partida:
La naranja es para que lleguen a comer ahí las almas, porque es igual como
nosotros cuando vamos por ahí lejos y llegamos con mucha sed queremos
comer algo jugoso, entonces así son también ellos; es para que cuando
vengan lleguen a comer la naranja para saciar su sed (DSP).
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La ritualidad en Pozuelos: espacio y tiempo
Si es que vieron las cruces, es que vienen los dioses. Aquí los que
tienen cargos religiosos, entonces ellos llegan a dejar las cruces en los
manantiales, porque ahí sale el agua, llegan a dejar juncia (hojas de pino),
árboles pequeños, cruces. Son ofrendas que se dejan. Entonces se trae
agua, bastante agua para lavar la ropa de Dios en la casa. (...) Es la ofrenda
lo que llamamos aquí, para el Dueño del Cielo. Por eso se trae el agua. En
cambio, en el pueblo existen otros Martomas, como el de San Juan, de la
Virgen del Rosario, de Santa Rosa; ellos llegan a los manantiales que tiene
el pueblo de Chamula. En cambio aquí no, aquí se tiene que ir a traer el
agua con cántaros, tienen que ser doce cántaros… (PGC).
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
casa debe guardar la caja grande que la contiene. La ropa de Dios: “Son
muy variados, algunos son de lana, otros de mantas especiales para la
ropa de Dios” (PGC), igual a la que utilizan los hombres de la comunidad.
Cuando se le preguntó si era necesario confeccionar cada año una nueva
muda de ropa, la entrevistada contestó:
No, ya están hechas, pero si quiere hacer también lo puede hacer. Porque
es difícil para hacer, entonces si compra nuevos, se le queda lo demás en la
casa de la autoridad saliente, porque ya hay nuevos, sólo lo cambian, quien
puede cambiar, pero si no, no es necesario (PGC).
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El agua y el mundo sobrenatural
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El agua y el mundo sobrenatural
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Es el dios que nos da el agua, están en los cerros, en cada uno de los cerros
dicen que ahí están los Anjeles (ADG).
La figura del Anjel, entonces, representa a los seres que viven en los
cerros, pero también se menciona al Dueño de la Tierra. En los testimonios
de los habitantes de Pozuelos no queda claro si el Anjel es el mismo que
el Dios de la Tierra. Algunas personas identifican a los dos como el mismo
ser, pero otras, como en el caso del testimonio anotado, hacen una
diferenciación. Con los elementos que hemos visto, podemos decir que el
Anjel es la representación de los antiguos Chaques, mientras que el Dueño
de la Tierra podría ser el Cauac, el monstruo de la tierra.
También existe otra denominación registrada en el caso de Pozuelos,
que permite darse cuenta de que los truenos, rayos y relámpagos se
emparentan, pero también significan cosas distintas. Para el caso del
trueno, un entrevistado mencionó:
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El agua y el mundo sobrenatural
Los Anjeles son mayores que nosotros o son primeros que nosotros
y por eso quedaron como Anjeles y ahora viven en los cerros,
porque ahí es la casa que les dio Jesús. No hay superiores, porque
el dios los repartió parejo en cada cerro. Pero ellos también tienen
hijos y pecan también como nosotros y también comen. (...) Ellos
comen maíz también, que ellos comen la esencia del maíz y lo que
comemos nosotros es lo que ellos dejan (SLC).
Los Anjeles provocan la lluvia, son más antiguos que los seres humanos,
viven en los cerros y tienen actividades parecidas a los humanos: comen la
esencia de las cosas, el maíz, el copal, tienen hijos; están conectados con
las cruces-árboles sagrados y entran en comunicación con los hombres
de diversas maneras; aparecen en sueños, y a veces, se aparecen a los
habitantes en diversas formas: ya como ladinos, como rayos o truenos.
Los castigos del Anjel también son temibles. Pueden perjudicar al bajar
los niveles de agua o secar un manantial. Algunos pobladores de Pozuelos
se refirieron a que los Anjeles se molestaban por las tuberías que sacaban
agua de los manantiales. Algunas personas también buscan comunicarse
con los Anjeles para provocar sequías:
Eso es por que algunas personas tienen envidia, porque hay algunas
personas que van a hablar con los Anjeles para que desvíe la corriente de
agua a otro lado, por eso, pero todo lo hacen a base de velas. También
cuando hay veces nos enojamos entre las personas que tomamos agua en
el manantial, por ejemplo cuando algún patronato no funciona bien y le
decimos, pero se enojan y hacen su trabajo enojados, entonces eso no les
gusta los Anjeles y por eso disminuyen la cantidad de agua (SLC).
133
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Esta anécdota permite ver el poder que tienen esos seres sobrenaturales,
como el Anjel, sobre el agua y la población. Actualmente se pueden
observar dos cruces donde murieron los niños a los que hace referencia
el testimonio mencionado. Generalmente, este tipo de hechos suceden
cuando el Anjel está enojado o se hace algún acto en las inmediaciones del
manantial, que le molesta. En algunos casos, se ha mencionado el hecho
de que dos novios estén haciendo el amor como una conducta indeseable
frente a un manantial y que ha acarreado la ira del Anjel (Burguete, 2000:
245). Estos hechos tienen repercusiones importantes en la vida cotidiana
de la gente, como el miedo a tomar agua de Pozuelo y buscar fuentes
alternas de abastecimiento, cuando hace falta, como el manantial Nitjom
o la ciudad de San Cristóbal de Las Casas. Es un ejemplo de la forma en
que se liga lo “sobrenatural” y aparece el aspecto simbólico.
Para señalar los diferentes modos en los que el Anjel puede enojarse,
cabe recordar una observación que hizo Pozas durante su trabajo de
campo en Chamula, durante la década de los años cincuenta del siglo
pasado:
Son los Anjeles malos porque ellos fueron invocados para hacer eso.
Entonces lo que le decimos es que ya no se enojen y hay que se acabe
todo. (…) No, porque también lo sienten y entonces nos quita el agua.
Eso lo vimos porque cuando era patronato mi difunto hijo lo fuimos a
ver donde estaba tapado el agua y lo venimos buscando en las tuberías, y
cuando vimos había agua en las tuberías, pero no tenía corriente, estaba
estancado. Es porque estaba tapado con aire. (…) No sé por qué, a lo
mejor estaba enojado alguien de otro paraje, no sé, sólo le dije (al Anjel)
cuando fui a rezar, que estaba tapado por su aliento, por el viento de su
boca, por envidia, “Perdóname y hazme favor de abrir el agua con tus pies
y manos”, así le dije al Anjel. Entonces camina el agua cuando sabemos
cómo pedir con los Anjeles (SLC).
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El agua y el mundo sobrenatural
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El agua y el mundo sobrenatural
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,
Conclusiones. Jun Ku on te oyun ta Pozuelos
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cambio de la casa del santo patrono, San Isidro. En esta ritualidad a través
de fiestas y celebraciones aparecen fechas importantes, unidas a eventos
y acciones en donde los elementos simbólicos y sagrados están presentes
y permiten un diálogo con los seres sobrenaturales. Este diálogo, además,
es entre el mundo del ser humano, el mundo sobrenatural y la naturaleza.
Un ser sobrenatural importante que une decisiones y acciones, con
presencia continua, es el Anjel, a quien describimos y que, a veces, toma
formas como la de rayo o viento, pero también es antropomorfizado. De
igual manera, la cruz se antropomorfiza: tiene voluntad propia y deja de
ser sólo un espacio de comunicación, una puerta para el mundo de los
dioses, sino que se convierte en sí misma en un numen.
En este breve repaso, quisiera acentuar el carácter comunicativo de
esta relación, o serie de relaciones, que se establecen entre algunos de los
elementos que he mencionado. Los diálogos posibles que pueden leerse y
que han sido expuestos a lo largo de este libro.
Sacralidad y diálogo
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,
Conclusiones. Jun Ku on te oyun ta Pozuelos
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Los símbolos se enlazan con los mitos. Aún en actos cotidianos, simples,
como recoger maíz del suelo, o agachar la cabeza para que una persona
mayor, un pasaro, ponga la palma de la mano derecha sobre ella, existen
referencias y excedentes de sentido, para ocupar la terminología de Paul
Ricoeur. No se trata de actos simples, de actos individuales, sino que son
144
,
Conclusiones. Jun Ku on te oyun ta Pozuelos
actos que tienen que ver con una colectividad y que permiten retomar
diálogos con lo sagrado, con los ancestros, con los dioses. Por ejemplo,
en el acto cotidiano de preparar la comida también hay elementos míticos
y rituales que se enlazan con el hombre-maíz sobre el mundo-comal. El
mito se encuentra a flor de piel y sus representaciones van más allá del
planteamiento lingüístico: el mito se da en el orden de las acciones y de
las cosas, en las figuras, en las actitudes, en las acciones. No es que exista
un sobresimbolismo, sino que existe un lazo invisible entre la memoria, la
praxis, el pensamiento. Existe, como he dicho, un excedente de sentido
que va más allá de códigos aprendidos: recoger el maíz del suelo no es un
hábito, es un acto físico que guarda un sentido específico sobre la esencia
y la presencia del maíz. El código y el acto no es sólo levantar el grano, es
abrazar, en la definición de este acto en la cultura tzotzil, es mantener un
diálogo entre distintos ámbitos. Podemos decir aquí, de nuevo, entre el
ámbito humano, natural y sobrenatural. Y no es un proceso sencillo: es un
momento en el que la memoria dialoga con la colectividad, dialoga con
las pulsiones míticas que están frente al propio acto. La mazorca de maíz
rojo es la representación de la hija del Anjel, el maíz rojo tiene su sangre.
De nuevo, el mito a flor de piel. El mito que se asoma, desde la memoria,
a los ojos de Don Manuel Díaz Gómez, que, a su vez, se agacha mientras
conversamos y levanta, con delicadeza, un grano de maíz.
El mito no se agota en la tradición oral, sino que rebasa la tradición. El
mito ha sido fuertemente aludido en este trabajo en su carácter de relato y
de acción ritual. Pero también aparece en las acciones cotidianas, porque
las ramificaciones míticas no tienen un solo sentido, una sola referencia.
Encender el fogón, vestirse, tomar los implementos de trabajo… Todo
tiene una sobrecarga simbólica, un excedente de sentido.
La representación de la naturaleza se une a los símbolos de la
sobrenaturaleza: la juncia es la hierba, el piso de los dioses; el arco y
las flores en las cruces son la casa de los dioses. Y todo ello se une al
ser humano, a la antropomorfización de la sobrenaturaleza: las velas, el
tiempo del ser humano; el incienso, comida para los dioses; el caldo de
dios como su sangre; el maíz como el hombre; el sol como ente masculino
y la luna como femenino; los Anjeles que son de ambos sexos. El mundo
es, a fin de cuentas, una antropomorfización. Las cruces pasan por el
mismo proceso: se hace referencia a que la cruz habla, que tiene voluntad;
se habla de los pies de la cruz, de las ramas que se ponen a manera de
sombra, para que descanse. La cruz, que se convierte en hombre, en
maíz.
En una vieja leyenda maya se habla de que Itzamná fue desmembrado
y cada parte de su cuerpo fue enviada a diferentes puntos cardinales: la
cabeza al norte, las manos al oeste, los pies al sur y el tronco y su pene,
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Salvador López Collazo, comunicación personal, 2005.
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Post scriptum: Un diálogo con el pasado
POST SCRIPTUM:
UN DIÁLOGO CON EL PASADO
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Y se levantó la Gran Madre Ceiba (Yaax Imix Che, “Ceiba verde”), en medio
del recuerdo de la destrucción de la tierra. Se asentó derecha y alzó su copa
pidiendo hojas eternas. Y con sus ramas y sus raíces llamaba a su Señor.
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Post scriptum: Un diálogo con el pasado
Con estos elementos, la cultura maya antigua puso orden al caos que
imperó en la tierra, después del gran diluvio. El árbol se yergue como ayuda
para mantener el orden del universo, pero no se trata de un árbol común,
que corresponde sólo a la naturaleza, sino que corresponde también a
la sobrenaturaleza: es el puente de comunicación con los dioses; pero
también tiene una voluntad propia, lo que le da un carácter humanizado,
más próximo a los dioses que a los hombres. Así se recompone el universo,
así se permite que los “hombres amarillos” caminen por la faz de la tierra.
Aunque todavía no había sol ni luna. El principio de orden estaba dado
por el establecimiento del espacio, los puntos cardinales o los lados del
cielo, como les llaman los tzotziles actuales, y los tres niveles del universo
mencionados. Aunque la ceiba pide hojas eternas, se puede decir que
pide hojas en su tiempo mítico sin tiempo. Es hasta que aparecen el sol y
la luna, que el tiempo llega al mundo. Las acciones del orden al desorden
habían sucedido, entonces, en un tiempo otro, en un tiempo mítico, en
un tiempo sin tiempo, diferente. En otro tiempo.
Lo anterior tiene mucho que ver con algunas culturas mayenses actuales,
que guardan en sus concepciones un núcleo duro de simbolismos, que se
repiten, bajo otras formas y con cambios, por supuesto, pero que hacen
referencia a hechos míticos que no se pueden dejar de lado fácilmente.
Lo anotado sobre la ceiba sagrada no se contradice con lo que ha
consignado ya Gossen (1990:45) sobre el papel preponderante del sol
en la cosmovisión chamula: “Fue el sol el que estableció el orden sobre la
tierra”, y sobre las cuatro creaciones que sus informantes testimonian. En
realidad, los informantes de Gossen también mencionaron que existían
cuatro seres que sostenían el universo o uno solo, que lo cargaba en
sus espaldas, el Vaxakmen, muy emparentado con la figura del clásico
Atlas, así que los elementos fundantes (las ceibas o postes, el “ombligo
del mundo” y el sol) aparecen como los fundadores del espacio y del
tiempo.
En las comunidades indígenas en general, en las comunidades tzotziles
en particular y, específicamente en Pozuelos, las cruces tienen un papel
importantísimo. Aunque los pobladores de Pozuelos se autonombran
como católicos, la cruz que tienen en sus altares, en las afueras de sus
casas, en la encrucijada en al entrada del pueblo, en los Kalvarios, en los
manantiales, en las cuevas de rayo, no sólo hace referencia al simbolismo
cristiano. Existen paralelismos y huellas que apuntan al relato mítico que
he expuesto en líneas anteriores. Frans Blom, citado por Villa Rojas (Villa
Rojas, 1986:144), dice: “... la cruz que vemos dentro de su recinto (o
choza) no es la cruz cristiana, sino el descendiente directo de este Yaxché,
el árbol que pide agua para vivir.”
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“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Son conocidos los dioses que eran ayudantes del dios patrono del agua,
los Tlaloques, para el universo mesoamericano del centro de México; los
Chaques, para los mayas. Estos personajes eran quienes distribuían el agua
de lluvia, quienes viajaban por el camino del cielo para repartir el agua. El
paralelismo que puede hacerse con los Anjeles actuales que habitan en las
montañas de los Altos de Chiapas no es, pues, gratuito. Sobre todo si se
toma en cuenta de que en Pozuelos, por ejemplo, existe una clasificación
de Anjeles a través de colores, y que demarcan sus actuaciones de esa
forma. Recordemos que ya en los antiguos documentos mayas, como el
Códice Dresde, aparecen las figuras de Chaques haciendo referencia no
sólo a colores, sino a lugares específicos y signos calendáricos. En la página
69a del citado códice, por ejemplo, aparece un Chac sobre una ceiba, la
que tiene la mitad de color rojo (lo cálido) y la mitad azul (lo frío), en la
conjunción y movimiento de las fuerzas de la tierra, y en la comunicación
del inframundo con lo celeste. Existen varias representaciones de los
Chaques que habría que revisar. Este códice nos demarca la existencia
de un almanaque que tiene que ver con las lluvias y el clima, es decir,
de la naturaleza, pero también de la actuación de los dioses sobre ella.
Entonces, es un almanaque sobre la naturaleza y la sobrenaturaleza,
también.
Los dioses mayas antiguos debían llevar una carga de tiempo, lo
que delimitaba los hechos que ocurrirían en determinados años y con
determinados dioses patronos. Así, de esta forma, el tiempo como carga
era imprescindible en la vida de los dioses, de “deidades-periodos que van
pasando sus cargas a otras” (León-Portilla, 1986:103) y de “los hechos
y consecuencias que de ellos se derivan para los seres humanos” (León-
Portilla, 1986:104). Esta imagen de carga y tiempo es ejemplificada en el
158
Post scriptum: Un diálogo con el pasado
Así, el tiempo era una carga para las deidades, en el sentido de que
procuraban continuar con el camino del tiempo y llevaban los años a
cuestas, sobre su protección. Como anota León Portilla, y también como
lo dice López Austin:
Cuch indica en maya, entre otras cosas, la relación existente entre los
dioses que, al unirse, forman una unidad de tiempo: uno de los dioses es
cargador; el otro es la carga que el primero lleva sobre la espalda; entre
ambos forman un “dios-tiempo”. Por ello cuch es “carga”, pero también
“destino” y “cargo”, tanto en su forma oral como en su glifo (López
Austin, 2003:224).
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Apéndice: Relatos de Pozuelos
La Xpak’inte’ y el temascal
Andrea Díaz Gómez
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La cruz y el Tzonte’witz
Salvador López Collazo
Antes aquí en Pozuelos crecía mucha helada en la tierra. Pero un día vino
un señor que se llama Miguel y me dijo:
Tío, ¿por qué no ponemos nuestra cruz, así como le hacen los demás
parajes, qué tal si juntamos la gente y le proponemos que se ponga una
cruz en nuestra comunidad?
Porque antes El Pinar y Pozuelos era el mismo paraje. Entonces le dije
que estaba bien, y por eso un día platiqué con algunas personas mayores
que yo y les hice la propuesta de poner una cruz en la comunidad,
entonces dijeron:
Si hay alguna persona que organice y le avise a la gente para que
cooperen para hacer la cruz, nosotros estamos de acuerdo, pero si tú
quieres organizar, adelante, te apoyamos me dijeron.
Un día convoqué a una reunión a toda la gente en mi casa, entonces
les platiqué nuestra propuesta, y les pareció bien, entonces lo mandamos
hacer la cruz en el paraje de Sactzu y lo llevamos a Tzonte’witz en el centro
ceremonial, porque ahí vive San Juan, porque el San Juan que está en la
iglesia, ahí sólo junta su comida como si fuera su cocina.
Sí, ahí vive. Los que saben cómo debe ser, se van a dejar ofrendas en
el cerro porque ahí vive el señor. Pero es cierto que ahí vive, porque desde
que fuimos a dejar la cruz en el cerro, ahora ya no ha crecido mucho
la helada; sí crece todavía, pero ya es poquito, no como antes que era
demasiado lo que crecía, cuando se derretía parece que hubiera caído un
aguacero muy fuerte porque quedaba mucha agua. Hasta que pensamos
cómo hacer disminuyó, ahora crece pero ya es poco.
Sólo llevamos velas y veladoras esa vez al Tzonte’ witz, no me acuerdo
cuántas llevamos de cada cosa, pero sólo eso llevamos. Entonces cuando
llegamos ahí, dijeron los compañeros:
¿Ahora quién va a rezar? ¿Por qué no haces favor de rezar? me
dijeron.
Desde entonces me nombraron como el rezador.
166
Apéndice: Relatos de Pozuelos
Los Anjeles
Salvador López Collazo
Los Anjeles son mayores que nosotros o son primeros que nosotros y por
eso quedaron como Anjeles y ahora viven en los cerros, porque ahí es
la casa que les dio Jesús. No hay superiores, porque el dios los repartió
parejo en cada cerro. Pero ellos también tienen hijos y pecan también
como nosotros y también comen.
Ellos comen maíz también, que ellos comen la esencia del maíz y lo
que comemos nosotros es lo que ellos dejan.
Existen varios tipos de Anjeles, existen Anjeles malos.
Existen los Tzajal Anjel (Anjeles rojos), Suy Anjel (Anjeles grises) y Pop
Anjel. El Pop Anjel es el que tira las milpas cuando pasa un viento fuerte.
El Tzajal Anjel es el malo.
Por eso cuando van a pedir en los cerros sus milpas y se mueren, quiere
decir que es un Tzajal Anjel el que vive ahí. En cambio los Anjeles verdes,
ésos son buenos porque son los que nos dan de comer, son los que nos
dan la vida y nos cuida, ellos cuidan nuestro nagual en el cerro y en el
cielo, ellos nos dan los alimentos.
En cada cerro están los Anjeles verdes, nomás que están revueltos
todos con los demás Anjeles, están los Tzajal Anjel, el Suy Anjel y el Pop
Anjel, son Anjeles malos. Por eso cuando algunas personas que están
enojados contigo, van a hablar a los Anjeles malos y nos morimos, porque
dicen que le ha vendido nuestra alma a los Anjeles malos.
Los Totil-me’il es para nuestra alma, porque ellos son los que nos reúnen,
hay Totil-me’il en el cielo, hay Totil-me’il en la tierra y hay Totil-me’il en
los cerros. Ellos son los que nos cuidan y nos dan los alimentos, tienen
una comitiva como un presidente, un secretario y unos que tienen la lista
de los nombres en el cielo y en la tierra. En la tierra son los que hacen las
fiestas y caminan con sus banderas, con sus tambores y sus músicas, ellos
son los Totil-me’il. Por eso cuando una persona va a tapar en el camino a
uno de ellos, esta persona se muere rápido.
Los Vaxakmen son los que cargan la tierra, el cielo y todo lo que hay
en la tierra, hicieron todas las iglesias cuando estuvieron aquí en la tierra,
están en el cielo. Dicen que el Vaxakmen es el padre celestial o el padre
eterno, él es el dueño de todo, todas los niveles de cielo, él lo hizo todo.
167
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Existen tres santos en el Tzonte’witz. Dos San Juan, uno menor y otro
mayor, y el otro es San Lorenzo. Los Zinacantecos llegan a este lugar
porque dicen que una vez la iglesia de San Lorenzo en Zinacantán se
quemó, pero uno de los viejitos de Zinacantán soñó que San Lorenzo se
había escapado al cerro de Tzonte’witz. Por eso existen tres lugares donde
se puede rezar, y se dice que ellos son los dueños del cerro y que abastece
de agua a todos los lugares aledaños al cerro, incluso hasta San Cristóbal,
porque tienen manantiales y ojos de agua alrededor del cerro. Por eso
llegan a dejar sus ofrendas la gente.
Ahora tenemos miedo de ir a traer al agua ahí, porque hace como un año,
se llevó a dos niños.
Se llevó el Anjel, porque ahí salió un rayo cuando ellos estaban
arrancando arena, no sé si es que estaban esperando que pasara la lluvia
cuando salió el rayo y ahí nomás murieron.
Por eso que ahora ya tenemos miedo de ir a traer el agua ahí porque
nos puede llevar también, nos espantó, por eso ya casi nadie agarra agua
de ahí, por eso más llegamos a traer a Nitjom o a San Cristóbal para los
que tienen carro. Por eso que ahí encontramos el agua.
168
Apéndice: Relatos de Pozuelos
Y que le contestó:
No, ya no es igual como antes, ahora ya es menos, que le dijo.
¿Cómo fue que se perdió? que dijo otra vez el mestizo.
No, no lo sabemos, que le contestó.
Ah, eso es por la religión que están cambiando, porque ya no respetan
los Anjeles, Dueños de los cerros, por eso ahora ya lo almacenaron toda la
comida de ustedes. Si quieres te voy a mostrar dónde está, que dijo el
señor.
Pero ya no voy a llegar porque ya estoy viejito, que le contestó.
Si quieres te voy a llevar en el cerro de San Joaquín porque ese cerro
es un gran almacén de comida, los cerros grandes son almacenes, si
quieres ir a ver te voy a acompañar, para que veas dónde está almacenado
sus comidas, que así le dijeron.
Pero ya no llego porque ya estoy viejo, está muy lejos, que así le
contestó.
Te voy a dar tu bordón y nos vamos despacio, que así dijo otra vez
el mestizo.
Y que se fueron, pero antes de llegar al cerro, que le dijeron el señor:
Espérame aquí, voy a ver si está el gobernador. Luego regresó y
dijo de nuevo: Ahí está vamos, que le dijeron.
Entonces que entraron y hablaron con un señor, y que dijo:
¿Qué quieres?
Y le contestó:
Nada, sólo porque este señor me trajo porque me dijo que aquí
tienen almacenado toda la comida.
Y que dijo:
Ah, ¿que religión eres, estas aprendiendo otras cosas?
Y que le contestó:
No, no estoy aprendiendo nada.
Entonces dice que abrió sus ventanas y puertas, y cuando vio el señor
ahí estaba almacenado todo tipo de comida, ahí estaba el chile, el maíz, el
frijol, el tabaco, la caña, el plátano, ahí estaba todo, entonces que dijo:
Esto es porque dicen que los cerros ya no sirven, y por eso ya no
llegan a dejar ofrendas, por eso lo juntamos en los cerros, porque sus
antepasados (Totil-me’il) venían a dejar ofrendas tres veces al año, uno
al inicio del año, uno en medio y otro al final del año, pero ahora ya no
es así porque están practicando otras religiones, entonces quiero que le
platiques a tu gente lo que estas viendo. Ahí donde quedaste parado
quiero que ahí sea mi lugar de descanso, ¿sabes qué es eso? Es esto
que tengo aquí que era una cruz que estaba ahí, entonces quiero que
traigan una cruz ahí, porque la cruz sirve para descansar, los que saben
ponen su cruz en el camino, porque ahí se platica, ahí se descansa, y que
169
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
la cruz es la que recibe las peticiones para que luego lo pase con Dios,
que así le dijeron el señor. Ahora tampoco usan el pox, porque nosotros
necesitamos para platicar nuestros asuntos que así dijo el señor.
Esto que te estoy contando tiene como dos años que el señor de San
Juan Cancuc me dijo.
Que la cruz es para que arreglen sus asuntos y descansen los Anjeles.
Por eso cada paraje tiene sus cruces, tienen sus cruces dentro de la
casa y afuera de la casa.
El Valapat’ok
Dominga Hernández Díaz
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Apéndice: Relatos de Pozuelos
Por eso sabemos que existen, en el cerro de Tzonte’witz, por eso cuando
escuchamos no lo contestamos, y le digo a mis hijos que no le contesten.
Mi abuelo dice que está en todas partes del mundo. Sí existe en el cerro de
Tzonte’witz o en las montañas, porque se ve que está muy solitario ahí.
Son muchos los Anjeles. Ellos viven en los cerros. Porque según nuestros
antepasados, dicen que los primeros hombres o sus primeros hijos que
hizo el dios, fueron los Anjeles, que los hizo de lodo, y luego les dio vida.
Y que se alimentaban de su propia saliva, pero el dios vio que no tenían
nada qué comer, entonces que dijeron los Anjeles:
Lo que comes, eso vamos a comer también.
Entonces dios pensó: “Eso no está bien, no debe ser así”, que dijo. Y lo
volvió a hacer de nuevo, entonces le quitó un pedazo de su cuerpo y le dio
de comer. Cuando vio, empezaron a hablar y pidieron sus comidas.
Es por eso que de ahí nacimos todos y por eso comemos maíz y frijol.
Si, somos lodo. Por eso cuando nos morimos, nos volvemos tierra de
nuevo.
171
Biblioografía
Bibliografía
Alonso Espinosa, Ángeles, “La ceremonia del Ch’a Chak, rogación para
la lluvia”, Arqueología Mexicana, enero-febrero 1995, vol. 11, núm. 11,
INAH, México, pp. 44-49.
173
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
174
Biblioografía
Guiteras Holmes, Calixta, Los peligros del alma, FCE, México, 1986.
175
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
176
Biblioografía
177
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”
Torres, Gustavo, Mëj xëëw, la gran fiesta del señor de Alotepec, Comisión
para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, México, 2003.
178
Biblioografía
179
181
“Esté ahí o no, de todas maneras se tiene que ir a hablar”. Manuel Díaz Gómez.
El altar de San Juan Mayor, en Tzonte’witz.
Enseñanza en el andar.
182
183
Una visita a los ancestros de un Kalvario. Manuel Hernández y su hijo.
184
Motivos de la memoria, miradas con alas.
185
Cuidando a los hermanos, el maíz.
A la espera de un difunto. Fotografía: Oritia Ruiz.
186
187
Tejiendo la mañana.
Cuidar al hijo, el sol, movimiento, calor.
188
189
Comida y palabras para los dioses.
El agua y el Anjel en el manantial de Pozuelos.
190
Observar lo mismo, vislumbrar el siguiente rezo. El Va’lej de Pozuelos y su nieta.
191
El fuego de la vida se consume.
192
“Encima del mar está el cerro y ahí está el Anjel”. Significación
del agua y cosmovisión en una comunidad tzotzil, se terminó de
imprimir en el mes de diciembre del 2005 en los talleres de
Image & Printers, ciudad de México. La edición consta de mil
ejemplares.